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.:Los Tres Pasos:. por Alaya-chan

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Notas del capitulo: Naruto no es mío, pero sí esta versión de la historia que continúa!!
Sasuke decide poner sus pensamientos en orden mientras anochece. ¿Qúe hará ahora?
Paso 2: Negación



Sakura veía por la ventana como anochecía en Konoha. Estaba algo preocupada por el comportamiento de Sasuke; a su parecer no era ni medio normal lo que le pasaba al chico. La mayor parte del tiempo que estaban juntos lo veía centrado en sus pensamientos. Era cierto que Sasuke nunca fue muy hablador, pero era diferente. Sasuke no solía hablar pero se quedaba observando la situación y nunca perdía detalle; últimamente se quedaba callado, mirando hacia un punto fijo en mitad de la nada, con la mirada perdida y, hasta que no llamabas su atención, no volvía a la realidad.

- Este Sasuke… un día me mata del susto – dijo la pelirrosa, suspirando.

Escuchó como llamaban a la puerta y se levantó a abrir.

- Puedes entrar, no sé ni para qué me levanto. Ya era hora de que volvier-, - dijo y abrió la puerta - ¿Kakashi-sensei? Pensé que eras Sasuke.
- Siento decepcionarte, Sakura. Vengo a ver a Naruto. – dijo y entró en la habitación - ¿Cómo está?
- Pues la fiebre le ha bajado pero aún no se ha despertado. – dijo y se volvió a sentar en la silla – Tsunade dijo que aunque se recuperara rápido, lo tendría aquí un par de días para asegurarse de que la hipotermia no ha hecho mayores estragos en su cuerpo.
- Me parece bien – dijo y echó un ojo alrededor - ¿Y Sasuke?

Sakura se encogió de hombros.

- Se marchó hace alrededor de tres horas y no ha vuelto.
- ¿A quién le toca la guardia? – preguntó el peligrís.
- Pues lo echamos a cara o cruz y le tocó a él – dijo con una sonrisa – Y si no vuelve lo voy a buscar, porque ya casi es la hora de la cena y yo hoy no he comido. Aunque no está mal, que últimamente estoy a dieta.

Sakura se sumergió en sus pensamientos sobre dietas de adelgazamiento. Mientras, Kakashi se sentó en la silla que había dejado libre el Uchiha, sacó uno de sus libros (N/A: como no, faltaría más que no leyera sus “cosas” XD) y se puso a leer. Pero su paso por las letras del libro no duró mucho, ya que notó como el rubio comenzaba a moverse en su cama. Kakashi se levantó de la silla y se acercó a Naruto.

- ¿Naruto? – preguntó, de manera suave.
- ¿Kakashi-sensei? – dijo con algo de esfuerzo.

La voz de kitsune sonó ronca y rota, como si estuviera afónico o le doliera la garganta. Sakura se sobresaltó y se acercó a Naruto.

- ¿Cómo estás?- preguntó, preocupada.

El joven de ojos azules intentó levantarse. Le dolía el cuerpo de la postura mantenida y tenía que moverse, aunque sólo se sentara. Sakura le colocó la almohada de manera que quedara sentado en la cama y estuviera más cómodo.

- Pues… creo que bien – dijo con la misma voz.
- Yo no creo que estés tan bien. Sólo escúchate. Aunque seguramente sea de la gripe que te has pillado. – dijo su sensei.
- ¡Bah! Tonterías. Mañana ya no tengo nada y me podré ir a casa. – dijo, pero el sonido de su voz aún seguía siendo áspero.
- Naruto, escúchame – el muchacho volvió la vista hacia Sakura – Tsunade ha dado la orden de que te mantengamos aquí durante, al menos, dos días.

Naruto abrió los ojos como platos. ¿Que tenía que quedarse allí dos días más? ¿Allí encerrado?

- Naruto, es por tu bien – dijo Kakashi.
- ¡Pero si ya no me encuentro mal! – gritó a su manera.
- Es por si acaso – dijo la pelirrosa. Pero fue imposible.
- ¡QUE ME QUIERO IR!

Los “gritos” de Naruto se escuchaban por toda la habitación (N/A: pobre, está afónico y no puede gritar más XD) hasta que, de repente, llamaron a la puerta y los tres ocupantes de la habitación se volvieron.

- ¡La cena! – gritó una enfermera.
- ¿Cena? – Naruto se relamió al ver la bandeja de comida que le dejó la mujer sobre la cama – Bueno… creo que a lo mejor me quedo aquí un par de días. Pero me tenéis que traer ramen.
- Eres increíble. Con nada se te convence. – dijo Sakura mientras veía a Naruto engullir su cena. – Creo que iré a buscar a Sasuke mientras este come como un cerdo.
- ¡No coffo como un ferdo! – dijo con la boca llena de comida.
- Lo que digas – se abrigó bien y se despidió de ambos.

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No. No. Definitivamente no. Estaba confundiendo una tierna amistad con amor. Sí, tenía que ser eso. A él no le podía gustar nadie. Y menos un hombre. Sasuke sólo tenía ojos para sí mismo. No podía pensar en alguien que no fuera él. Entonces, ¿por qué ese dobe no hacía más que venirle a la cabeza?

“Es porque está enfermo y me recuerdo a mi mismo que tengo que ir a hacerle la guardia” pensó para reconfortarse.

¿Seguro?

“Sí, seguro” pensó para reconfortarse.

Pero algo dentro de él le dijo que esa no era la respuesta que estaba buscando.

“Maldita Sakura. No volveré a elegir cara en mi vida” dijo enrollándose en su capa.

Llevaba algunas horas paseando por la aldea. Había parado en un par de bares a tomar algo, pero el resto del tiempo lo había pasado en la calle, con el frío invernal. La noche se le había echado encima, pero no tenía ganas de volver al hospital, y menos con el lío mente-corazón-cuerpo que se traía entre manos.

“Aunque, pensándolo mejor, quizá esta noche, durante la guardia, pueda aclararme” dijo y sonrió malévolamente.

Se levantó del banco del parque y se estiró un poco para desentumecerse. Tenía muy claro que el frío no ayudaba para nada a pensar.

Había decidido que volvería al hospital, echaría a Sakura de la habitación, se sentaría en el sillón que estaba cerca de la cama para dormir por las noches, e intentaría reordenar su mente. Era un buen plan. Hasta que su estómago dijo lo contrario.

- ¡Colabora un poco! – gritó a su estómago.

Y miró a su alrededor. Sasuke suspiró aliviado al comprobar que no había nadie alrededor, porque si no lo hubieran tomado por un loco. Ya era lo que le faltaba. Como si no tuviera problemas suficientes.

Y su estómago volvió a quejarse. Si quería pensar, antes debía comer algo. Repasó mentalmente los lugares donde podía comer bien por poco dinero, pero el paseo mental duró poco cuando su mente se centró en el puesto de ramen de Ichiraku (N/A: no recuerdo muy bien si se escribe así ^^U) y, como si de una cuerda de la que tiras se tratase, se acordó de Naruto. …l si que tenía un buen estómago.

“Sasuke, concéntrate” y se azotó mentalmente.

- ¡SASUKE! – oyó gritar.
- ¿Sakura?

“Y mis problemas no dejan de aumentar” suspiró.

La pelirrosa se acercó a él corriendo como una loca y, cuando llegó a su lado, no habló durante unos segundos para tomar aire.

- Te recuerdo que tienes guardia y mira la hora que es. – dijo con el ceño medio fruncido.
- Iba a cenar. Luego me pasaría por allí. – dijo de manera indiferente.
- ¿Puedo ir contigo? – dijo, y el moreno vio como le brillaban los ojos. Por un día se podía saltar la dieta.
- No.
- Porfaaaa….
- Que no.
- Sasukeeee … - Sakura puso cara de perrito abandonado.

Y esa manera de pedir le recordó tanto a cierto rubio que se quedó un momento medio atontado.

- Está bien. – dijo por fin.
- ¡Sí!
- Pero cada uno paga su cena.
- ¡Conforme! – y sonrió. “Con tal de cenar con Sasuke, lo que sea.” Pensó su doble personalidad.

No había muchos restaurantes abiertos, más que nada porque la gente no pudo abrirlos debido a la acumulación de nieve delante de las puertas y, los que estaban abiertos, no le interesaban a Sasuke. Pero, al final, se dio por vencido y entró con Sakura en uno que era bastante acogedor.

- Mira, pero si son Sakura y Sasuke. ¡Sakura!

La pelirrosa se volvió en la dirección en la que le llamanban. Y vio a Karin que la saludaba desde una mesa en la que también estaban sentados Ino y Suigetsu.

- Menos mal, algo de compañía masculina – dijo el del colmillito.

Sakura arrastró a Sasuke hasta la mesa donde estaban sentados y lo hizo sentarse justo a su lado mientras se ponía a marujear con Ino y Karin. Seguramente tendrían una de sus conversaciones sobre dietas, maquillaje y moda que tanto aburrían al pobre pelinegro. Así que, cogió una carta y pidió lo que quería para comer. Hasta que sus oídos escucharon algo que le interesó bastante.

- Oye, Sakura, he oído que Naruto está en el hospital, ¿qué le pasó? – preguntó la rubia.
- Bah, no es nada. Cogió una gripe y una hipotermia a la vez y Tsunade consideró que lo mejor sería tenerlo en observación un par de días.
- Pues dale recuerdos de mi parte. ¿Sabes que he encontrado un pintauñas…..- empezó la rubia y Sasuke abandonó la conversación.

¿Cómo podía decir Sakura que no era nada? Por poco se muere congelado y dice que no era nada. ¿Pero quién se había creído esa chica? Naruto siempre se estaba preocupando por ella, la había salvado en numerosas ocasiones, era su amigo… ¿cómo podía pensar así? El moreno utilizó casi todas sus fuerzas para mantener su pose serena y no levantarse e irse del local sin cenar.

- He oído que abandonaste una misión ANBU. ¿Por qué? – dijo por primera vez Suigetsu.
- No me sentía bien.
- Ya… que coincidencia, fue cuando encontraron a Naruto, ¿no? – puso una sonrisa pícara.
- Tsk.

La vida no se lo estaba poniendo fácil. Parecía que todo el mundo acababa hablando del maldito kitsune. En esos momentos resultaba un tormento emocional. Y encima necesitaba comer algo inmediatamente. Y por fin le dieron una buena noticia cuando su pedido de comida llegó a la mesa.

- ¿Ya has pedido, Sasuke? – preguntó Sakura, con los ojos como platos.
- Yo no malgasto el tiempo parloteando – cogió sus palillos.

“Da igual, así conservas la dieta” le dijo su Inner a Sakura.

- ¡Ah! Sakura, ¿sabes de lo que me he enterado? Iruka-sensei tiene el Síndrome de los tres pasos – le comentó Ino.
- ¿El Síndrome de los tres pasos? – preguntó Karin, confundida.

Sasuke agudizó el oído, sin saber el por qué, pero mirando para su plato de comida.

- Sí, verás. No tiene nombre pero Ino y yo comenzamos a llamarlo así. Es una forma de enamoramiento un poco rara, que hasta parece una enfermedad. – comenzó Sakura.
- Consiste en tres pasos: el primero es el conocimiento; es cuando te das cuenta de que una persona te gusta porque no dejas de pensar en esa persona y te parece que es perfecta. – prosiguió la rubia.

Sasuke se atragantó. ¿De qué le sonaba eso? ¿Estaba teniendo un deja vu? A pesar de que no le gustaba el ritmo que llevaba la conversación de las chicas, siguió escuchando.

- El segundo paso consiste en la negación: aunque ya te has dado cuenta de que esa persona te gusta, lo niegas por todo lo alto poniendo escusas tontas pero que a ti te convencen y terminas por comerte la cabeza con tonterías. – explicó Ino, dándose importancia.

¡Zas! Palazo número dos a Sasuke Uchiha. ¿Por qué ese también le sonaba? Un momento, ¿no era eso lo que llevaba haciendo durante toda la tarde? Tragó saliva, rogando que no fuera eso.

- Y el tercer paso es la aceptación: simplemente no encuentras más escusas y terminas por aceptar que te gusta. El “desenlace”, como decimos Ino y yo, depende después de cada persona. Algunas se declaran, otras se lo guardan… en fin, eso es todo.
- Qué imaginación os gastáis, y como os aburrís. ¿Y quién es la persona que le gusta a Iruka? – preguntó toda emocionada Karin.
- De hecho ya se declaró y están juntos – dijo Ino.
- ¿Pero quién es? – preguntó Sakura sin poder aguantar los nervios.
- Kakashi- sensei.
- ¿Me llamabais?

Todo el grupo pegó un bote al ver aparecer al peligrís delante de su mesa. Aunque Sakura y Karin no se habían enterado, pues ambas tenía un hilillo rojo que les goteaba por la nariz al pensar en no sé que cosas que harían esos dos por la noche. Pasado un momento, Sakura volvió en sí.

- Sensei… si tú estás aquí, ¿quién está con Naruto? – preguntó la pelirrosa.

- Cuando terminó de cenar y se metió en la cama me dijo que me podía ir. Pero de todas maneras no podemos bajar la guardia hasta que no sepamos seguro que ya se le pasó la fiebre. Así que, Sasuke, deberías ir pensando en hacer la guardia. ¿Sasuke?

Pero la cabeza de Sasuke sólo repetía tres palabras desde hacía algunos minutos: conocimiento-negación-aceptación, conocimiento-negación-aceptación, conocimiento-negación-aceptación… acababan de solucionarle el problema esas tres chicas con una de sus conversaciones estúpidas. O el problema sólo empezaba ahí.

- ¿Sasuke? – preguntó ahora Sakura.
- Ya voy.

Se levantó de la mesa y salió del restaurante después de pagar su cena. No podía creerlo. ¿De verdad le gustaba Naruto? Hombre, si analizaba todas y cada una de las cosas que había hecho últimamente y todos sus pensamientos, pues daba a entender que no sentía sólo amistad por el rubio. Mientras caminaba hacia el hospital suspiró, y una bocanada de vapor salió de sus labios.

Cuando se quiso dar cuenta estaba a la puerta del hospital.

“Adelante” cogió aire y entró dentro.

El camino hasta la habitación se le hizo bastante más corto de lo que esperaba y, antes de llamar a la puerta suspiró mientras el corazón se le aceleraba. Cuando reunió el suficiente valor, llamó a la puerta y entró en la habitación sin esperar contestación. La habitación estaba a oscuras, pero vio la luz de la lamparilla cuando Naruto la encendió.

- ¡Sasuke! – dijo sonriendo, sentado en la cama.

No sabía cómo sentirse, si mal por como sonaba la voz de Naruto, cosa que le desgarró el corazón, o bien por volver a ver de nuevo esa sonrisa. A pesar de lo que se movía en su interior, mantuvo su postura marca Uchiha.

- Pensé que ya estabas dormido, dobe.
- Que va. Esta cama es muy incómoda. No sé ni como he podido dormir aquí – Naruto puso morritos.
- Me da igual que sea incómoda, tienes que dormir aquí y punto. -intentó ignorar el gesto de Naruto.
- Está bien. De todas maneras, yo me acostumbro a dormir en cualquier sitio.

Sasuke se dejó caer en el sillón y Naruto se metió en la cama, de espaldas al pelinegro, el cual apagó la luz de la lamparilla.

- Buenas noches, teme – dijo el rubio.
- Buenas noches, dobe – contestó Sasuke.


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No podía dormir. Habían pasado varias horas y seguía igual de despierto. Se le hacía imposible aquel sillón. No es que no fuera cómo es que no conseguía encontrar la postura y su mente no paraba de recordar todos los momentos que había pasado con Naruto.

“Está visto que mi cuerpo no va a colaborar en nada. ¡Quieres callarte un momento!” se dijo a sí mismo.

Escuchó a Naruto moverse y miró hacia él. Ahora estaba de cara hacia él. Fuera había despejado y la luz de la luna que entraba por la ventana le daba de lleno en la cara al rubio y Sasuke podía apreciar cada uno de los rasgos del kitsune. Tenía los ojos cerrados y los labios entreabiertos y su cara reflejaba paz. Seguramente estuviera soñando algo bueno. Y Sasuke se rindió a la tentación. Se levantó del sillón y se sentó en el posa brazos del mismo para estar a la altura del rubio (N/A: las camas de hospital son muy altas :P).

“¿Por qué tú?”

Sasuke comenzó a acariciarle el pelo a Naruto mientras sonreía, atontado. Y fue entonces, cuando dejo de negarse y comprendió que el rubio no le gustaba. Estaba locamente enamorado de él.


CONTINUARÁ...
Notas finales: muajajaja!! tres chicas fanáticas del yaoi le acaban de dar una lección a Sasuke que le ha ayudado a abrir los ojos! que pasará ahora? se declarará o guardará sus sentimientos? lo sabréis en el próximi capi!!

Gracias a tod@s por leer!!!

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