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Mi guardaespaldas por Nydga

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Notas del capitulo:

Hola, lamento por la demora...

Es que no tenia algo en la mente ñ_ñ

Bueno aqui esta el capitulo 3, espero que les guste!

Mi guardaespaldas

By: Nydga

Capítulo 3: Peligro

Había pasado un mes desde que se inscribieran en la universidad y admitieran a Kaede en el equipo de Los Lakers, su relación había decaído un poco. Hanamichi acreditaba todo eso a la presión que tenía su protegido, después de todo no era fácil estar en uno de los mejores equipos de la NBA y rendir en la universidad, era lógico que tuviera un cambio de actitud.

-Te amo- susurró en su oído el pelirrojo.

-Y yo a ti- dijo abrazándose a él- ahora debo ir al entrenamiento- dijo soltándose y observando la cancha donde algunos de sus compañeros estaban lanzando.

-Te estaré observando- sonrió y comenzó a caminar por el gimnasio.

-Lo sé, después de todo es tu trabajo- susurró para sí, se sentía defraudado.

Llevaban dos horas de entrenamiento y el ojiazul ya se acostumbraba al ritmo del equipo, en un comienzo sentía que le faltaba el aire, pero gracias a que Sakuragi lo obligó a comer bien y hacer ejercicios extras, ya no se agotaba tan rápido.

A penas terminó el entrenamiento el entrenador seleccionó a los titulares del próximo partido, entre ellos estaba Rukawa. Cuando salió del gimnasio se encontró con Hanamichi quien lo esperaba sonriente.

-Jugador titular ¿a dónde vamos?- sonrió divertido el pelirrojo.

-A casa, estoy muy cansado- dijo besándolo.

-Excelente idea, pero prefiero que caminemos, mañana es sábado y aún hay tiempo.

-Son las 8 y media de la noche, Hana- dijo mirando su reloj digital.

-Di que sí - sonrió como un niño.

-Vamos- se tomaron de la mano y comenzaron a caminar.

Iban en silencio, realmente no necesitaban hablar, estaban bien así. Sakuragi sabía que algo le estaba molestando al zorro, pero todavía no quería preguntarle, porque recién se acostumbraba a esa vida.

-¿Quieres comer algo?- preguntó poco antes de llegar al departamento.

-Sí, pero también tengo mucho sueño- bostezó Rukawa.

-Estás agotado, lo mejor es comer liviano. Subamos, te prepararé algo- sonrió y lo volvió a tomar de la mano.

Subieron hasta su piso, pero quedaron sorprendidos al ver abierta la puerta de su departamento, al acercarse se dieron cuenta de que había sido forzada, entraron rápidamente y vieron que estaba todo desordenado, al parecer habían estado buscando algo entre sus cosas. Kaede fue hasta su habitación y se aseguró de que todo estuviese allí, lo mismo hizo el pelirrojo.

-¡Mierda! Tiene que estar aquí, tiene que estar- decía agitado el ojiazul, buscaba y buscaba, pero al parecer no lograba encontrar el objeto de su desesperación.

-¿Qué buscas?- preguntó extrañado por la reacción de su protegido.

-Es un amuleto de la buena suerte, lo uso siempre que tengo un partido, tiene un gran valor sentimental, me lo regaló mi abuelo- dijo sin mirar a Hanamichi.

-¿Es una cadenita con un ángel de plata que tiene una inscripción?- preguntó.

-¡Sí! Cómo lo sabes- estaba sorprendido, nadie sabía que ese objeto era tan importante para él. El ojimiel lo miró con una sonrisa, sacó la cadenita que llevaba al cuello, de ella colgaba una llave, la cual sacó y abrió un pequeño baúl que guardaba entre el colchón y las tablas de la cama. Allí se encontraban varios objetos de valor para el pelirrojo y entre ellos estaba la cadenita de Kaede.

-Toma, el otro día íbamos saliendo y se te cayó, la guardé en mi bolsillo y se me olvido entregártela y cuando me acordé ya estabas dormido, por eso la guardé en este cofre- sonrió ante la sorpresa del ojiazul.

-Gracias- susurró sorprendido- ¿Qué hacemos ahora?- se sentía intimidado porque habían entrado a su departamento, nadie le aseguraba que no volverían.

-Tranquilo- lo abrazó- lo mejor es ordenar todo y que descanses, recuerda que mañana tienes partido.

-Lo había olvidado- dijo cerrando sus ojos.

-Kaede- susurró- acuéstate yo ordenaré todo- sonrió y lo besó en los labios.

-Es mucho trabajo, te ayudaré- dijo separándose del pelirrojo.

-No importa, el que juega mañana eres tú y tienes que tener todas tus fuerzas para entonces.

-Está bien- realmente estaba cansado y sólo quería dormir- gracias- lo tomó por el cuello y lo besó apasionadamente, lo estuviese engañando o no, le encantaba cada vez que se preocupaba por él y era atento, pero aún así la tristeza lo estaba dañando, aunque debía ser fuerte y continuar con todo eso, porque después de todo Hanamichi estaba con él por su bien, aunque de igual forma lo hería.

Rukawa se puso el pijama y se acostó, a penas puso la cabeza en la almohada se quedó dormido. Sakuragi se aseguró de que su protegido estuviese en los brazos de Morfeo antes de llamar a la agencia.

-Habla Sakuragi- dijo con seriedad, no había movido nada, debía buscar las huellas de quienes habían entrado.

-¿Qué ocurre? ¿Sabes la hora que es en Japón?- dijo molesto el Coronel Anzai.

-Lo olvide, pero esto es una emergencia. Entraron a robar al departamento de Kaede- dijo realmente molesto ¿qué era muy tarde para llamar? Le daba lo mismo, después de todo el trabajo del Coronel era ayudarlo y darle soluciones, no regañarlo porque lo despertó.

-¡Qué! ¿Se llevaron algo de valor?- preguntó levantándose.
-No lo sé, aún no registro, pero necesitaré ayuda para sacar las huellas digitales y limpiar a la vez, así que tendrá que enviar un equipo- exigía el pelirrojo.

-Bien, ¿vieron a alguien?

-No, cuando llegamos encontramos así el lugar.

-Ya veo, dejaré a algunos guardias con ustedes hasta que puedas cambiar al protegido de lugar, no es conveniente que sigan ahí.

-Bien, búsquenos un sitio donde quedarnos y yo me encargo del resto.

-Enviaré al equipo para que te ayude.

-Gracias, hasta pronto- se despidió y observó el sitio, al parecer no dormiría esa noche.

Pasó media hora antes de que llegara la ayuda. A penas estuvieron allí, sacaron huellas digitales, cabellos y uno que otro objeto que fuese externo al departamento, al terminar se iban, pero Hanamichi los obligó a ayudarlo a limpiar, después de todo eran las tres de la mañana y él no alcanzaría a limpiar todo antes de las 6, hora en que Rukawa tenía que levantarse, ya que tenía que estar a las 8 en el gimnasio, porque el partido era a las 9.

Los agentes lo miraron con sorpresa, pero no dijeron nada, sabían que ante cualquier negativa el pelirrojo los golpearía, ya les habían advertido y lo mejor sería obedecer, después de todo eran ellos tres y Sakuragi, seguramente en una hora tendrían todo limpio.

No se habían equivocado, lograron tener todo en perfectas condiciones en poco tiempo, pero antes de marcharse el pelirrojo les recordó los micrófonos y cámaras que él había instalado, el equipo debía ir a la agencia y registrar los videos y cintas para ver si hallaban alguna pista de lo ocurrido. A penas se despidió de ellos se fue a dormir, eran las 4 de la mañana y no daba más del sueño.

Cuando sintió que el pelirrojo se acostó se abrazó a él, sabía lo que había ocurrido, porque a penas llegaron a limpiar los agentes él se despertó y se sintió más seguro, pero aún así le dolía todo eso, se sentía utilizado, aunque debía reconocer que si no fuese por todo eso, él seguramente estaría muerto. Suspiró pesadamente y se acomodó al cuerpo de su novio. Hanamichi respondió de la misma forma, le encantaba estar así con el ojiazul, pero sabía que no debía ilusionarse con todo eso, porque era temporal.

A las pocas horas sonó el despertador y ambos se levantaron. Hanamichi preparó el desayuno mientras Rukawa se duchaba, cuando este salió, fue el turno del pelirrojo para asearse. Luego de vestirse ambos comieron, después de todo la noche anterior no habían cenado y lo que más tenían era hambre.

-¿Qué hora es?- preguntó sorbiendo su jugo de naranja el moreno.

-Las 7 con 45- dijo mirando su reloj.

-¡Qué!- gritó sorprendido- Voy a llegar tarde- si se iba al instante llegaría sólo 15 minutos retrasado.

-Termina el desayuno- exigió.

-Comeré en el camino, vamos- dijo tomando unas tostadas y el bolso de deportes- ¡Hana!- le gritó para que se apresurara.

-¡Ya voy!- dijo molesto, no había podido dormir bien, estaba preocupado, podían volver a atacar a Kaede, y esta vez podría ser en el partido, siendo así, él tendría que reconocer que era su guardaespaldas y todo ese mundo de ensueños que había fabricado junto al basquetbolista se iría al caño.

Llegaron cerca de las 8 con 15 minutos al gimnasio, todos los observaron al entrar, sólo faltaba Kaede, el resto del equipo había llegado puntualmente, para su suerte el entrenador también se había retrasado.

-Rukawa, te salvaste- dijo el capitán del equipo, Ryan McNaren.

-¿Aún no llega el entrenador?- preguntó con sorpresa.
-No, llamó para avisar que estaba retrasado, de todas formas siempre es mejor ser puntual- lo reprendió.

-Lo siento, es que ayer entraron a robar a mi casa y estuvimos hasta tarde limpiando- dijo cabizbajo.

-Pero ¿están bien?- preguntaron con preocupación los integrantes del equipo.

-Sí, si fue cuando no estábamos- susurró algo sorprendido por la mirada seria del pelirrojo.

-Menos mal- sonrió Ryan- Chicos a trotar, debemos calentar antes del partido- todos obedecieron al instante, mientras Hanamichi recorría el gimnasio para asegurarse de que Kaede no corría riesgos allí. Poco a poco fue llegando el público, las cámaras de televisión y los periodistas, también logró llegar el entrenador, justo cinco minutos antes de que diera comienzo el partido. Sakuragi tenía todo bajo control, se dirigía al banco de Los Lakers, en donde el ojiazul escuchaba las instrucciones del entrenador, él no jugaría hasta el segundo cuarto.

Pocos metros antes de llegar hasta la banca, el pelirrojo fue llamado por alguien a sus espaldas, no reconoció la voz, pero al darse vuelta su sorpresa fue grande al ver quien requería su atención.

-¡Sakuragi!- gritó una castaña a unos pasos de él.

-¿Haruko?- no lo podía creer, qué hacía ella ahí. La vio correr hasta él y sintió como era abrazado. Por lo que buscó con desesperación la mirada de Kaede y lo vio acercarse de forma amenazante.

-¡Suéltalo!- gritó el ojiazul a espaldas de ellos.

-¿Perdón?- alzó una ceja la joven, pero al instante se sonrojo, era el chico más guapo que había visto- Hola- saludó nerviosamente y a Hanamichi le pareció revivir los tiempos de Shohoku, en donde ella veía a un chico atractivo y a él lo dejaba a un lado.

-No tengo que saludarte- dijo fríamente- por tu bien, te advierto que te alejes de mi novio, sólo yo puedo abrazarlo- dijo con determinación.

-¿Novio?- No lo podía creer, el pelirrojo que la había seguido durante tantos años era gay, debía ser mentira.

-Creo que es tonta, mejor no te juntes con ella, Do'aho- decía colgándose de su cuello.

-Kaede- susurró y rodeó su cintura- el partido va a comenzar.

-Por lo mismo, vine a buscarte, tienes un puesto privilegiado junto a los del equipo.

-¡No eres nadie para decirme qué hacer!- gritó Haruko molesta.

-¿Nadie? No me interesa quién seas, pero por ningún motivo te vuelvas a acercar a él, ¿me escuchaste?

-No me interesa- dijo molesta- seguiré siendo su amiga te guste o no.

-¿Amiga? Si lo fueras lo llamarías o sabrías que tiene novio- dijo indignado y acercándose- la próxima vez que le hables o solo te acerques a él, te daré con este balón en la cara y no te quedarán ganas de volver- sonrió satisfecho por su amenaza.

-¿A quién piensas lanzarle ese balón?- se escuchó una profunda voz a sus espaldas.

-A esta estúpida- dijo volteando y encontrándose con un moreno más alto que él.

-Ella es mi hermana, discúlpate- exigía el jugador de los Chicago Bulls.

-¡No!- decía sorprendido- ni que fuera tu madre me disculparía- lo enfrentó Rukawa, vio que el moreno lo iba a golpear, pero el pelirrojo interfirió.

-A ninguno le conviene pelear.

-Tú novio tiene razón, terminemos esto en la cancha- se encaminó al banco de su equipo y el ojiazul pudo ver el nombre de su rival, Takenori Akagi.

-Vamos Rukawa, te hiciste un enemigo de los buenos- lo tomó de los hombros uno de sus compañeros de equipo, André O'Reylly.

-Pero sí...

-No puedes actuar así, ya sabes si peleas te vas del equipo esas son las reglas- llegaron al banco de Los Lakers y a los pocos segundos el arbitro comenzó a llamar a los jugadores a la cancha, el duelo estaba por iniciar.

Hanamichi se sentó en la banca del equipo, en donde se puso a conversar con Ryan McNaren, el capitán de Los Lakers.

-Te veo preocupado, Sakuragi- decía observando el partido, mientras Kaede conversaba con otros jugadores.

-Lo estoy- suspiró.

-¿Es por Rukawa?- tampoco le quitaba la vista al partido, su equipo iba ganando por 2 puntos.

-Sí, Akagi me dejó preocupado, no sé que pueda pasar en la cancha.

-Tienes razón por preocuparte, es muy fuerte y no tendrá problemas en lesionar y derribar a Rukawa, pero dudo que eso ocurra.

-¿Por qué?- preguntó observando al ojinegro.

-Porque si lo sacan del partido por las faltas lo penalizaran con 4 partidos, es decir, si su equipo llega a la final él no podrá jugar- decía con una sonrisa triunfal.

-¿Entonces dejarán que se lesione Kaede para que ese gorila no juegue?- preguntaba sorprendido.

-No, él hará faltas sin alcanzar a lesionar a Rukawa, así de simple.

-Pero cómo...

-¿Jugaste básquetbol alguna vez, Sakuragi?

-Sí, durante toda mi vida- susurró sorprendido por la pregunta.

-Entonces sabrás que existen las faltas de ataque y de defensa, por lo mismo, él será quien salga por las faltas sin tocar un pelo de nuestro japonés- sonrió escuchando el pitazo que indicaba el final del primer cuarto- Equipo- llamó el rubio a penas estuvieron todos fuera de la cancha.

Todos observaron al Capitán, esperaban sus instrucciones, mientras él veía que el próximo en jugar por los Bulls sería Akagi, sonrió complacido, por fin podría sacar a ese mastodonte de la cancha y cobrar revancha de una lesión anterior.

-Entrenador ¿quiénes van a la cancha?- preguntó sorprendido por el silencio de este.

-Dirígelos, veo que tienes un plan en mente- se sentó en la banca y le cedió la palabra a McNaren.

-Gracias- sonrió orgulloso- en este cuarto entrara Rukawa, O'Reylly, Zota, Andrade y quien les habla. Chicos, debemos anotar más, la diferencia es muy estrecha y aunque vayamos ganando no nos podemos asegurar, así que hay que ganar por un marcador muy elevado ¿Entendido?

-¡Sí!- respondieron de una vez, al instante escucharon el pitazo del arbitro que indicaba que los jugadores debían volver a la cancha.

-Zota, tú marcaras a Akagi, el resto tome al que tenga más cerca. El plan de defensa será que Akagi haga faltas, intenten que no los lesione y que sean faltas de defensa y en el peor de los casos serán de ataque, a toda costa debemos sacarlo de los próximos partidos- puso su mano en medio del círculo que había formado todo el equipo, a ella se unió el resto- ¡Lakers!- gritaron a un tiempo y los cinco jugadores entraron a la cancha.

Al comenzar el balón lo tenían Los Chicago Bulls, por lo que los Lakers se lo quitaron de inmediato, MacNaren entregó el balón a Rukawa quien en un ágil movimiento se sacó la marca de Akagi y encestó dos puntos, al instante todos pusieron sus ojos en el nuevo, al parecer era un rival de temer.

Pasaron algunos minutos en los que ambos equipos marcaban alternadamente, y extrañamente ninguno había cometido faltas, en un descuido por parte de Los Lakers el equipo contrario robó el balón y encesto tres puntos, al instante decidieron atacar sin mediar faltas. Le dieron el balón a Rukawa quien hacía fintas para llegar rápidamente al aro del rival, a penas estuvo allí sintió como era fuertemente golpeado por el moreno y lanzado a varios metros del cesto.

-¡Falta del número 5 de los Bulls!- gritó el arbitro- El número 11 de Los Lakers tiene dos tiros- dijo esperando que todos los jugadores se pusieran en el área de tiros libres.

-Rukawa- susurró su capitán- acierta ambos tiros y lo próximo será la segunda falta de Akagi, con Zota nos encaremos de que así sea- recibió un movimiento afirmativo por parte del ojiazul y se alejó.

Efectivamente Kaede encestó los dos tiros y le tocó sacar al equipo rival. A penas volvieron a tener en su poder el balón, Los Lakers se lo entregaban a Rukawa, sabían que él llegaba con rapidez hasta el cesto contrario y que todos iban a él para poder derribarlo. El ojiazul sabía esto y en un momento se vio marcado por Akagi y dos jugadores más, sabía que dos de sus compañeros estaban libres, por lo que le dio a uno el balón y él intentó desmarcarse, pero le resultaba imposible. Por ello esperó a que McNaren y Zota le sacarán con una pantalla a Akagi de encima.

Al momento de efectuada la jugada Kaede hizo un tiro de tres puntos, a lo que le siguió que los rivales hicieran una canasta, faltaban dos minutos para el final del segundo cuarto cuando Akagi marcaba a Kaede, quien iba con todo hacía el cesto, al instante McNaren hizo una finta a Akagi, quien al moverse hacía un lado chocó de lleno con Zota, quien tenía en ese momento el balón.

-¡Segunda falta del número 5 de los Bulls!- dijo el arbitro- El número 7 de Los Lakers tiene dos tiros.

-Zota es todo tuyo- dijo el capitán entregando el balón al jugador que se disponía a lanzar los tiros libres- Rukawa ven- lo llamó McNaren.

-Jugarás en los otros dos cuartos junto a Zota y a mí, así que prepárate que lo más probable es que Akagi también esté.

-Sí- dijo alejándose.

Al terminar el cuarto los jugadores se aproximaron a tomar agua, ninguno fue cambiado, por lo que siguieron las mismas marcas que en el segundo cuarto.

-Estás jugando muy bien- Ánimo Hanamichi a su novio.

-Gracias- sonrió al momento que tomaba la toalla que este le ofrecía- los siguientes puntos son todos tuyos- sonrió al momento que le robaba un beso.

-¿Y los anteriores para quién eran?- preguntó celoso.

-Para mí abuelo- le mostró el ángel de plata y volvió a la cancha. El pelirrojo observó a su alrededor y notó que había más gente que cuando comenzó el partido, debía estar atento, no podía permitir que alguien atacara a Kaede.

Comenzó a caminar por alrededor de la cancha, con la excusa de que iba al baño o iba a comprar un refresco, cualquier excusa era buena para indagar por los alrededores. Cuando estuvo de vuelta en el banco del equipo iban en el último cuarto, se puso más atento a lo que sucedía a su alrededor cuando vio que varias personas se movían en las gradas, le pareció muy extraño, por lo que observó más que nunca a los jugadores en cancha.

-¡Rukawa, estoy libre!- gritaba McNaren al momento que era derribado por Akagi, quien cometía su quinta falta.

-¡Quinta falta del número 5 de Los Bulls!- dijo el arbitro al momento que el moreno abandonaba la cancha.

-Muy bien Zota, excelente trabajo Rukawa- los felicitaba el capitán- por fin sacamos a ese monstruo del juego- sonreía con satisfacción.

Luego de los tiros libres efectuados por McNaren se dio por terminado el partido, 85-79 habían ganado Los Lakers.

-¡Ganamos!- gritó la mayoría del equipo.

-¡Chicos!- los llamó el capitán- ¡A celebrar!- gritó al instante que todos tomaban sus bolsos y salían del gimnasio. Todo el equipo se dirigía a un bar que estaba cerca del gimnasio para poder comer y tomar algo en forma de celebración, quedaban cuatro partidos más antes de la final y de lograr ganar los próximos encuentros serían los campeones de ese año.

-Gran juego novato- lo felicitaba O'Reylly.

-Gracias- decía al momento que se detenían en un semáforo.

-Hanamichi, Rukawa se lució, debes estar orgulloso- le decía el Capitán de Los Lakers.

-Y así estoy, con el pecho inflado- reía el pelirrojo al instante que miraba hacía un costado, por donde venía un hombre de negro corriendo, estaba completamente cubierto, era imposible ver su rostro. Al instante Sakuragi se lanzó sobre su protegido y recibió dos balazos por parte de quien corría, el cual fue agarrado por los jugadores que comenzaron a golpearlo hasta que cayó desmayado.

-¡Hanamichi!- gritó asustado el ojiazul.

-Estoy bien- susurró poniendo una mano sobre su abdomen.
-No lo estas, tienes dos heridas- decía rompiendo a llorar y sintiéndose culpable.

-Descuida- intentó ponerse de pie, al instante McNaren se puso a su lado y lo sentó cerca de una muralla, Zota llamaba a una ambulancia- Ryan- susurró en el oído del rubio capitán.

-Te escucho.

-Llama a la agencia, avisa al coronel que estoy herido y voy al hospital, también llama al equipo para que se lleven a este desgraciado- miraba a quien los atacara.

-Sí, sé lo que hay que hacer, recuerda que estoy dentro de tu equipo- sonrió alejándose un poco.

A los minutos llegó una ambulancia en la que trasladaron a Hanamichi al hospital y en ella se fue Kaede junto a McNaren, el cual había llamado a los de la agencia que habían enviado un equipo de policías a recoger al misterioso atacante.

Cuando estuvieron en el hospital el pelirrojo quedó inconsciente, a lo que el doctor les aseguró que era por la perdida de sangre y que pronto se recuperaría, por el momento debían dejarlo internado hasta poder darle el alta.

-Todo es mi culpa- susurró Kaede a un lado del ojimiel- si no tuvieras que cuidarme y protegerme no estarías herido, sé que eres mi guardaespaldas, que mis padres te contrataron, pero aún así te amo y sé que si tienes que dar la vida por mí lo harás y eso es lo que más temo, perderte- lloraba a un lado del pelirrojo, quien tenía los ojos cerrados, pero escuchaba con sorpresa todo lo que le decía el ojiazul.

-Kaede- entró Ryan McNaren.

-Dime- decía secando su rostro.

-Acompáñame, debes darte una ducha y yo también, vamos y volveremos para estar con Sakuragi- dijo el rubio.

-Sí, gracias, pero ¿quién se quedara con Hana?- preguntó preocupado.

-Zota y O'Reylly, ellos se ofrecieron- al instante entraban los dos jugadores mencionados.

-Gracias- tomó su bolso y siguió a Ryan.

Cuando se encontró solo con McNaren se observaron preocupados, ambos conocían la misma información: el protegido corría más peligro que nunca y la identidad del guardaespaldas había sido descubierta, si la agencia se enteraba de esto último lo sacarían del caso, lo cual no era conveniente, ya que él era el único que sabía como tratar y lidiar con todos los problemas que era capaz de ocasionar Kaede.

-No seré yo quien les diga- daba su palabra el ojinegro.

-Gracias, Ryan, sabes que me comprometí más que nunca con Rukawa, es que...

-Rompiste el código, te enamoraste- observaba a donde dormía el ojiazul.

-¿Cómo lo sabes?- preguntó sorprendido el pelirrojo.

-Para mí es obvio, se nota en tus ojos y gestos, además en como lo besas, no es ninguna actuación, de eso me doy cuenta- sonreía divertido por la cara de Hanamichi.

-Es cierto- susurró triste- pero ahora hay que ser más cuidadosos.

-Descuida, te ayudaré. Informé a la agencia que estoy en el mismo equipo que Kaede, por lo que soy el segundo guardaespaldas y por tanto tu compañero.

-Gracias, ahora puedo estar más preocupado, tal vez Rukawa salga herido por tu culpa- reía divertido.

-¡Qué!- decía indignado.

-Lo que quiero decir es que eres mejor jugando básquetbol que siendo guardaespaldas- reía por la molestia del rubio.

-Qué gracioso- decía con ironía y acomodándose para dormir- yo descansaré primero, tú harás la guardia hoy, es tu castigo- sonrió y comenzó a dormirse, mientras Hanamichi observaba a Kaede y sentía que estaba fallando en su trabajo.

Fin del capítulo 3

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Mhm... todavia no tengo el capitulo 4 U.U para subirlo pronto... asi que tendrán que esperar un tiempo más...

Gracias por leer!


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