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Quince Historias Improbables por Mero_Luz

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Después de la muerte de Voldemort, una fuerte cantidad de magia fue liberada, muchos de sus aparatos malignos perecieron con el y muchos de los secretos que se pensaron nunca serian descubiertos fueron hallados, había que admitir que Tom Rider era una gran mago y por tanto un gran investigador, era una lastima que en vez de compartir sus hallazgos los ocultara de forma egoísta y los usara para sus beneficios particulares y oscuros.

 

 

 

Gracias a esa información habían logrado sacar a su padrino de ese velo oscuro donde lo había creído muerto años atrás durante la pelea del Ministerio, no había sido una labor fácil, pero la recompensa, lo había valido.

 

 

 

El no había sido el único al que rescataron, muchas otras personas, hasta almas y criaturas, habían sido encerradas en innumerables objetos y dimensiones durante los años de oscuridad en los que reino su enemigo y habían logrado dar con ellas.

 

 

 

Uno de ellos había sido los padres de su amigo Neville, aun recordaba la cara de felicidad infinita cuando recuperamos los espíritu de sus progenitores de una dimensión, todos habían creído que se habían vuelto locos por la cantidad de Crucios que le habían aplicado, pero no había sido así, Hermione había sido la que lo había descubierto, después de casi dos años en esa investigación, un sistema de runas antiguas muy interesante había sido la solución.

 

 

 

El que sin duda alguna fue un rescate inesperado, fue el de Regulus Black.

 

 

 

Al parecer el destruir el relicario la había trasladado a un espacio vacio, zona cero le suele denominar su amiga, en el cual había permanecido todo este tiempo, la ventaja era que el tiempo no había parecido transcurrir en él, conservaba los mismos veinticinco años que cuando se unió a las filas de Voldemort.

 

 

 

No había reconocido ni a Sirius por el paso de los años, aunque si su padrino a él, tuvieron que contenerlo entren Ron y el para que no matara a su hermano al verlo.

 

 

 

Faltaron un par de horas para que Sirius cayera que a pesar de las disputas y rencores del pasado, el chico que acababa de regresar, era su hermano, su único familiar consanguíneo que seguía con vida y que a pesar de que fuera un poco tarde, se había dado cuenta de sus errores.

 

 

 

Que Regulus Black asimilara la verdad requirió menos tiempo que del que todos esperaban, era un hombre inteligente y hábil, que se adataba con facilidad y elegancia a cualquier circunstancia.

 

 

 

Después de casi tres años de ir de pista en pista, buscando e investigando el misterio que su fallecido enemigo había dejado tras su muerte, por fin el trió dorado había decidido tomarse un tiempo para descansar. Ron había decidido irse al Mundial de Quidditch junto con Neville y Hermione había resuelto invertir sus vacaciones en el Ministerio de Magia en el Departamento de Control y Regulación de Criaturas Mágicas, después de la mirada que todos le dimos a su amiga agrego ”Después de años estudiando difíciles formulas mágicas el Ministerio será como estar en la playa”.

 

 

 

Él por su parte había decidido tomar sus vacaciones para pasarla con su padrino y arreglar todos aquellos detalles que había dejado inconclusos, como la búsqueda de algunas cosas que había dejado en la casa de sus tíos, el registro del titulo de mago, visitar a sus otros amigos, entre otras cosas.

 

 

 

Sirius había vuelto a su casa en Grimmauld Place, a pesar de que algunas cosas no cambiaban, “como el cuadro gritón de la madre de su padrino”, la casa se había vuelto mucho más acogedora y habitable, Kreacher el elfo domestico de la casa se había vuelto mucho mas servicial, seguía refunfuñando a la espalda de Sirius cuando este le daba una orden(ese par nunca se llevarían bien) pero las obedecía,  con él se comportaba respetuoso, mas sin embargo no se engañaba, la causa mayor del cambio de actitud del elfo era que había regresado a “la casa de su difunta señora” un Black que si consideraba digno, Regulus Black.

 

 

 

La relación ente hermanos era escueta, ambos trabajaban en el Ministerio de Magia, pero además de vivir en el mismo techo y compartir lazos de sangre parecían dos completos desconocidos, ambos salían temprano y regresaban tarde… si es que regresaban, ninguno opinaba de la vida del otro, ni mucho menos se preocupaba. Al menos es a la conclusión a la que había llevado después de la semana que llevaba viviendo con ambos.

 

 

 

Últimamente su estado de salud estaba algo decaído, según los sanadores a los que lo había llevado Sirius, eres debido a que su cuerpo estaba adaptándose a un gran cumulo de magia que tenía almacenado… “patrañas” había pensado cuando se lo dijeron. Pero sin embargo no poda negar lo que si era evidente, como la fiebre y el decaimiento que sufría desde unos días atrás. Sus amigos habían insistido en visitarlos pero los calmo con un par de cartas “es solo un simple refriado” ya le bastaba con la sobre protección que le tenia montada su padrino.

 

 

 

 

 

Por eso que llevaba su primera semana en Grimmauld Place, acostado en la cama, durmiendo y sufriendo lapsos de delirios causados por las altas temperaturas. Su padrino se molestaba cuando se daba cuenta que no tomaba sus pastillas, pero aun así no le hacia caso.

 

 

 

No lo soportaba mas, le hacia sentir peor estar tan inmóvil, aunque un poco mareado, se paro de la cama, se despojo de toda su ropa y cubriéndose con una toalla se apareció en el baño. Se recargo de la pare, el viaje lo había mareado aun mas.

 

 

 

Pero llegar a ese baño valía la pena, era aun más precioso que el de los prefectos en Hogwarts, con la grifería de cristal, blancas y relucientes cerámicas, una bañera gigante, y vídriales con maravillosos paisajes naturales, era una obra de arte… Pero todo eso fue opacado.

 

 

 

Saliendo de la bañera, Regulus Black hacia que su entorno se volviera gris y lo único que valiera la pena ver fuera a él, con una piel de porcelana y un cuerpo de dios griego, sintió que si había de arder en las llamas del infierno después de esto, valía la pena.

 

 

 

Se sonrojo ante sus propios pensamientos y desvió la mirada. Eso no lo ayudaba a olvidar sus constantes alucinaciones. Durante esa semana no había parado de soñar con que el hermano de su padrino lo acariciaba dulcemente la cara y hasta una vez que lo besaba… ese había sido su mejor beso imaginado, no podía compararse con uno de Cho o Ginny y eso que no lo había correspondido, el día siguiente había amanecido caliente y no exactamente por la fiebre

 

 

 

-¿Potter?- maldijo por lo bajo, debió haber desaparecido en ese mismo instante, pero se sentía en el deber de aclarar la situación.

 

 

 

-Eeeehh Disculpe Señor…- se sentía raro llamarlo por su apellido así que a pesar de que nunca antes lo había llamado por su nombre de pila, en ese momento así lo hizo –Regulus, me transporte por que creía que no había nadie en la casa, no fue mi intención- sintió un pequeño mareo –Ya me iba-

 

 

 

-Espera- su voz era masculina y potente, sin perder ese tono aristocrático. No se movió, no por la petición, sino por que todo le daba vueltas, no se sentía en condición de aparecerse, mucho menos de caminar.

 

 

 

-Estas hirviendo- dijo tocando su frente, en ese momento Harry sintió que hervía pero por razones diferentes, aun mantenía los ojos cerrados y la cabeza inclinada, resistiendo la tentación de volverlo a ver, sintió como acariciaba su cara y le pareció haber llegado al cielo, poco a poco se sintió mejor.

 

 

 

-¿Qué... que haces?- le pregunto alzando la cara con curiosidad y viéndolo, su pelo largo negro como el ébano le llegaba al hombro, sus cejas hacían un arco perfecto, su nariz estilizada, sus pómulos y babilla resaltantes sin exagerar, todo en el le daba un aire  distinguido y hermoso.

 

 

 

-Es un hechizo que te cura momentáneamente- respondió – sin embargo te tienes que tomar la medicina Harry- su voz era dulce y Harry sintió que sus mejillas se coloreaban cuando Regulus acaricio una con su pulgar, sus miradas estaban fijas en la del otro, por primera vez pudo admirar de cerca esos ojos grises, para descubrir que poseían pequeñas rayas azules.

 

 

 

Sintió como ambos se acercaban pero no se resistió, cerro los ojos cuando estaban cerca, pero el beso no llego, solo sintió el aliento del mayor en su cuello cuando hablo

 

 

 

-Necesitas refrescarte- y le guio hacia la bañera

 

 

 

Harry se pregunto ¿Se había vuelto loco o estaba soñando?

 

 


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