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¿Qué pasaría sí...? por Fascen

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Notas del capitulo:

Jejeje Hola chicas grax por leer y aki tienen la conti.

Sin nada mas ke una recomendacion musical para leerlo.

Things i'll never say by Avril Lavigne

Come clean by Hillary duff

Y Clowns o Can you see me? By T.a.t.u

Seishirou –san… - el ojiverde vampiro acaricio sus labios sin saber que lo hacía. Imaginaba como se sentirían esos labios sobre los suyos… solamente una vez más.

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A pesar de su condición vampírica, la lluvia acida de Tokyo  comenzó a causar estragos en su blanca piel. Esa lluvia, ese eterno día nublado, la seca brisa del aire le trajo recuerdos a la mente.

Corría calle abajo, a una velocidad normal. Llamar la atención de los humanos no era lo más sensato además seguro Kamui lo regañaría. Subaru era el mayor y aun así era reprendido por su hermanito. Ambos eran diferentes, Kamui era reservado, serio y meticuloso, no soportaba a los humanos y era discreto aunque su apariencia llamara la atención él, Subaru, era tímido, curioso e ingenuo, le tomaban el pelo fácilmente y los humanos lo cautivaban. Sus obras de arte, la arquitectura de sus edificios, los poemas y las novelas todas llenas de sentimiento, lo más fascinante para Subaru era la evolución del ser humano; el hecho de todos los días avanzaran le impactaba.

Gracias a su inoportuna o más bien, oportuna (depende el punto de vista) cavilación  no miraba el rumbo que tomaban sus pies, pues seguía perdido en la imponencia de los edificios erguiéndose sobre él. Dobló en la esquina a la derecha para poder admirar algunas estatuas y monumentos, un hermoso ángel se erguía iluminado sobre una alta columna la cual era también un mausoleo, y el oro del que estaba hecho el monumento resplandecía con las estrellas; la enorme calle estaba abarrotada de gente. Los niños iban de la mano de sus padres, las nanas atrás de ellos, las niñas con sus largos caireles y pomposos vestidos, las mujeres del brazo de sus maridos, los señores con un habano en la boca y un bastón muy al estilo francés.

Continuó su camino, la avenida principal llena de carruajes que iban y venia en ambas direcciones, necesitaba llegar a casa Kamui y Hokuto lo MATARIÁN eso seguro, y la estruendosa voz de Hokuto resonó en sus pensamientos, mientras que seguro su hermano lo miraría con cara de pocos amigos. Cruzo la calle pero para no variar se tropezó con su capa y fue dar directo al suelo gravoso, obviamente ese no fue el mayor problema un carruaje salió de la curva a una velocidad increíble, los negros caballos eran enormes y parecían haber visto al mismo demonio, o tal vez a Kamui o pero a Hokuto. Intento levantarse del piso pero su capa le vino a estorbar como otras veces, ésta se había enredado en un arbusto jalándolo. Su corazón comenzó a latir más rápido, la adrenalina de su cuerpo le gritaba que dejara la estúpida capa atrás pero su sentimentalismo y culpa lo obligaban a tratar de zafarse sin romper la prenda era un regalo diseñado por Hokuto, su tiempo y esfuerzo se irían a la basura, el carruaje estaba a unos metros, la gente gritaba, los cascos golpeaban con ferocidad en la tierra, sus pupilas se dilataron, sentía la energía en sus brazos y piernas pero no salía, estaba estancada ahí. Vio el inminente golpe acercarse, el era vampiro so le pasaría nada grave pero si los humanos se daban cuenta sería el fin de él y sus hermanos.

De pronto sintió un golpe en su costado izquierdo, rodo por la avenida hasta el otro extremo. La cabeza le daba vueltas, y le dolía un poco el cuerpo el impacto de un carruaje. Percibió un olor del que no se había percatado, no era tierra y el olor de la sangre no era de vampiro. Ese olor era dulce, embriagante y le causaba mucha, muchísima sed… sangre humana… eso era aquel deseable aroma. Se percato también del aroma de la piel del hombre encima de él, ¿Cómo lo supo? Su perfume… tulipán negro (1).

Su mente comenzó a divagar, fantaseaba con morder el cuello se ese hombre... sacudió de su cabeza esos pensamientos y se puso en pie de una vez. Su cara ardía de vergüenza.

-Perdóneme… en serio…como lo siento… ¿Está usted herido…padre?- inquirió  el avergonzado vampiro dándole la mano al sacerdote que había salvado su secreto. En el joven se dibujo una sonrisa ante aquella pregunta… y la vez esa voz lo hacía sentir extraño, esa dulce voz denotaba verdadera preocupación, no ese tono hipócrita que a veces se usa para no ser irrespetuoso.

-Sí, estoy bien.- dijo el joven poniéndose de pie. Era bastante alto, muy joven aun para decirle señor, y sus ojos ámbar eran casi dorados en contraste con su negro y algo largo y lacia cabellera, tampoco el hecho de que era realmente guapo paso desapercibido por el intimidado adolescente. Su cuerpo comenzó a temblar al encontrarse con esa mirada tan intensa. –Pero tú no te ves bien, ¿seguro que estás bien?- Subaru no podía articular las palabras, había olvidado como abrir la boca y por su mente pasaban 10000 palabras pero estas se negaban a salir. Los truenos estremecieron la tierra, un relámpago deslumbro el cielo nocturno, la copiosa lluvia comenzó azotar contra la ciudad, las personas corrían hacia sus casa o algún local cercano para obtener refugio, todos menos dos figuras vestidas de negro.

El joven que vestía como un sacerdote estaba igualmente impresionado por la belleza de ese niño… sus enormes ojos verdes llenos de inocencia, su tez blanca con ese tinte carmín y el negro y fino cabello enmarcando su perfecta cara, el cuerpo menudo y delicado lo hacía parecer una mujer pero no lo era, sólo alguien ciego.

El menudo adolescente bajo su cabeza ante la intensa mirada que lo examinaba de arriba abajo, noto como la túnica del joven que lo salvo se ceñía a su cuerpo, a diferencia del suyo era ancho y bien definido, ese joven era realmente atractivo.

El agua escurría por sus rostros y ropa. –Bueno será mejor que me vaya y tú también sino podrías resfriarte.-  añadió el joven mientras se acercaba al vampiro. –Oye… ¿te sientes bien?- una mano se poso en su frente, alzo la vista y el joven tenía una expresión contrariada mientras se media también la temperatura. –Mmm… no tienes fiebre…. Tampoco pareces tener heridas- diciendo esto comenzó a tantear al muchacho, le levanto los brazos en cruz, por arriba de la cabeza y luego los soltó…nada. –A mí me parece que estás muy sano.- con una enigmática y dulce sonrisa que no cabía con su mirada penetrante  e intimidante. –Bueno. Me retiro. Buenas noches- dicho esto se tapo con la capucha de su capa. Subaru seguía paralizado no quería que se fuera, esos ojos ámbar… pero no se movió el muchacho ya desapareció de su vista y ni siquiera le pregunto su nombre ¡que estúpido! Escucho unos pasos de alguien corriendo seguramente Kamui y Hokuto preocupados y molestos por su tardanza. Grande fue su sorpresa al ver al apuesto joven yendo tras él.

 – ¡Espera! Tú capa si no te mojaras más. Lo siento se me olvido devolvértela. Aquí tienes. Hasta luego.- Esa era su oportunidad. – ¡espera! ¿Cómo te llamas? … ah y disculpa las molestias. – La sangre se le subió al rostro. –Con permiso.- una mano sujeto su brazo firme pero suave. –No te he dicho mi nombre.- Los ojos verdes se encontraron con los ámbares y el tiempo parecía haberse detenido o al menos eso deseaba nuestro joven vampiro. –Mi nombre es Seishirou.- respondió con su sensual y grave voz. –Yo soy Subaru.-

 

 

 

 -Mucho gusto, Subaru-kun.- susurró el cazador en los labios del menor. Su aliento hizo que se le erizaran los cabellos de la nuca. Un brazo rodeo su cintura y una mano alzo su barbilla, las manos de Subaru se posaron en el pecho de Seishirou para acercar más sus cuerpos y el hecho de que su cuerpo encajaba perfecto en el del otro lo asusto y reconforto al mismo tiempo que sentía la calidez una boca encima de la suya, las gotas de lluvia se filtraban entre sus besos, parismoiamente paso un brazo detrás del cuello del que él creía sacerdote y entretejió sus dedos en su negro y sedoso cabello. Separaron sus labios con lentitud, ambos sonrojados, ambos con deseos de más. La mirada soñolienta y la entrecortada respiración invadiéndolos. –Ha sido una delicia… conocerte Subaru-kun.- Seishirou rompió el silencio y el contacto.

–Hasta la próxima.- y con esa palabras dejo al pequeño viajero de las dimensiones sin habla; alejándose y dejándolo solo y confundido. Esperando volverlo a ver. –El placer fue mío, Seishirou-san.

La acida lluvia seguía golpeándolo pero el recuerdo no se iría con ella. Escurría por su rostro, cada gota le producía una herida que sanaba al instante para crear otra conforme el agua caía. Cayó de rodillas en el duro asfalto y tierra. Las saladas gotas y amargas  se confundían entra la cortina de lluvia pero no eran tan diferentes, tapo su boca con las manos opacando sus dolorosos sollozos. _–Daria todo por volver a ese día… por favor… no me odies… por favor. Preferiría…. Pero no me odies…. Seishirou-san…. Seishirou-san.

Una hendidura se abrió atrás de él, una mano cubrió su boca y  un brazo jalo su cintura.

tsusuku...

Notas finales:

Jejeje espero ke les haya gustado

Y no se preocupen pronto apareceran los demas y habra lemon jeje no desesperen.

Besos, cuidense y dejen su review jeje si kieren.

p.d : (1) esa flor no existe y es usada en un perfume de Kenzo .

Ja nee!


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