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Turandot por Dulce_Pena_Hime

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Notas del capitulo:

Ohayoo!!

He de disculparme por la demora de ¡meses! Tengo motivos para ello:

Trabajo hasta el techo, un accidente, ánimo peor que por los suelos, broncas familiares, nula inspiración para el fic, la pérdida de mi contraseña de la página... entre otras muchas cosas.

 

Sé que esto les ha causado inconvenientes a ustedes como lectoras... pero en verdad que no estaba para nada bien (algunas lo saben) y espero lo puedan entender... intentare (dentro de lo que está en mis posibilidades) que esto no vuelva a ocurrir.

 

Y me disculpo enormemente por dejarlas tanto tiempo en espera.

 

Bueno, he aquí el tercer y último acto de este fic. "Asgard"

Espero lo disfruten...

Acto anterior:

Una travesía al reino de Zahara, un reino perdido en la parte más profunda del desierto. El propósito del príncipe de Turandot es descubrir el verdadero nombre Yuki y así liberarse del matrimonio. Sin embargo, la princesa Ayaka, ex prometida de Yuki, se da cuenta de que en realidad ellos dos solo están ocultándose a sí mismos lo que en realidad sienten, y por ese motivo se niega a darle el verdadero nombre de Yuki.

 

Durante su estadía en ese reino, se celebra el nuevo compromiso de Ayaka, es en esta fiesta en donde Yuki y Shu conocen al príncipe Aizawa, el anterior prometido de Shuichi, quien se niega, más que por amor por orgullo, a dejar a Shuichi. Para poder librar al chico de ese hombre, Yuki decide enfrentarse en un duelo contra él, del cual sale victorioso. Tras ese suceso, Shu se da cuenta de que puede confiar en Yuki y decide contarle la razón por la que no desea casarse: la promesa que hizo de no casarse para evitar enamorarse, ya que le teme a ser traicionado y resultar herido. Tras aquella confesión, Yuki se da cuenta de que ama al menor, algo que lo perturba, ya que él pensó que nunca podría querer a alguien; pero decide guardarse sus sentimientos, y dejarle la elección de su futuro al chico, quien no tiene ni idea de nada de lo que siente.

 

Poco antes de volver, Shu se sale del palacio a escondidas para comprar algo que olvido, es entonces cuando cae una tormenta de arena sobre Zahara, atrapando al pelirrosa en una cabaña mal trecha en la que se cubrió de la arena. Yuki va a buscarlo en medio de la tormenta, temiendo que algo malo le pueda suceder al chico. Al encontrarlo no puede evitar regañarlo, abofetearlo y finalmente abrazarlo, pues estaba realmente angustiado por él.

Después de ello volvieron a Turandot, pero en todo el camino Yuki no le dirigió ni una sola mirada al pelirrosa, ya que estaba enojado y quería que Shu se diera cuenta de que sus actos traían consecuencias. Eso le dolió mucho a Shu, pero no dijo nada.

 

Una vez que llegaron a Turandot, Shu fue a visitar la tumba de su abuela; por su parte, Ryuichi le contaba a  Yuki el pasado del pelirrosa. Al volver del cementerio Shu se encuentra con Yuki, ambos discuten levemente sobre lo que querían en verdad, siendo Yuki quien accederá a sus sentimientos y se dejara llevar, besando a Shuichi, quien termino accediendo, inconscientemente, a sus sentimientos; pero un "te quiero" por parte del rubio detono las defensas del pelirrosa, obligándolos a separarse para que ambos pensaran la situación.

 

Al día siguiente, Shu llego a la decisión de esperar un poco más a que Yuki decidiera sincerarse con él y se atreviera a decirle su verdadero nombre; sin embargo Yuki llego a la decisión de terminar con ese compromiso, diciéndole a Shuichi que todo fue un juego y dejándolo herido. Tras su partida, Shu comenzó a salir con otras personas a pesar de que todo le recordaba a Yuki; tiempo después regreso K con una invitación para la boda de Yuki con otra persona, eso fue lo que detono los sentimientos de Shu, quien admitió que se había enamorado de Yuki...

 

Shuichi viajará al lejano reino de Asgard con una sola idea en la cabeza: decirle lo que siente a Yuki.

 

 

TERCER ACTO: ASGARD

ESCENA 1: EL PAÍS DE HIELO

 

Asgard era conocido como el país del hielo. Ubicado en el extremo Norte del mundo.

Un lugar frío, cubierto de hielo y nieve la mayor parte del tiempo. Donde cada mañana y noche eran cubiertas por una ligera niebla que se dispersaba levemente al correr del tiempo. Una ciudadela ubicada en el extremo este de un gran bosque.

 

La gente de este reino era muy buena en el campo de batalla; desde pequeños se les había enseñado el uso de algún arma, pero a pesar de ello eran un pueblo pacífico que normalmente se dedicaba a la herrería.

 

Así era Asgard, la tierra del norte, la ciudad de los guerreros, el pueblo libre y al que nadie NUNCA podría conquistar.

 

Era otoño cuando los viajeros llegaron a Asgard, habían sido un viaje largo, en donde los días pasaban agónicos para Shuichi, pues si bien sabía que los esperarían para la mentada boda, el menor no sabía que haría.

Sabía que quería a Yuki... ¿querer? ¡Qué diablos! ¡LO AMABA! Y por eso mismo se sentía nervioso. No sabía si deseaba llegar lo más pronto posible para verlo, o postergar el viaje cuando más se pudiera para evitar ese encuentro.

Temía tanto como ansiaba...... era una sensación extraña y que incluso le quitaba el sueño ¿Eso era el amor? Según le había informado su hermano: así era.

 

"Un sentimiento sin pies ni cabeza, en donde sientes que te desmoronaras de alegría o tristeza en cualquier segundo. Es cuando su nombre no deja tu mente en paz. Y su nombre escapa de tus labios cada que puede......"

 

Y al pelirrosa no le quedaba duda alguna de ello, pues durante todo el viaje había pensado en él, cada noche soñaba con su encuentro, y en cada plática había dicho su nombre por lo menos una sola vez, diciendo un: Yuki esto, Yuki aquello, Yuki el otro.........

¡Lo veía hasta en la sopa!

 

Si, lo sabía, estaba consciente de sus sentimientos hacia Yuki, es solo que aún le costaba un poquito de trabajo aceptar que de nada le habían servido sus tontos intentos por librarse del amor ¿Destino? Tal vez... pero no estaba del todo seguro; quizá solo fueron las circunstancias las que lo llevaron a eso. ¡¿Qué importaba eso ahora?!

 

  • - Shuichi
  • - ¡¡...!! - El pelirrosa dio un respigo y volteo el rostro hacia la voz que lo llamaba. Era su hermano, quien miraba al pelirrosa con cara de extrañeza. - Lo siento, no te escuche. ¿Decías algo?
  • - ¿En qué mundo andas?
  • - En el mundo de Yuki ¿verdad? jajaja - Pregunto K con una gran sonrisa. En ese tiempo, el más alto del grupo se había hecho gran amigo de los viajeros, teniéndoles la confianza de decir casi cualquier cosa.
  • - ... - Shu solo atino en bajar la cabeza y ponerse rojo como tomate.

 

Iban sobre 4 caballos, los cuales estaba parados en una pequeña loma a través de la cual podían ver la ciudad que ya no era tan lejana.

Rodeada de dos altas muralla, la primera  estaba unos 10 metros antes de la segunda, y sin duda esta era para un mejor resguardo de la ciudad; haciendo que fuera muy complicado el poder entrar a la fuerza a ese lugar. La segunda muralla se encargaba de cercar el reino, el cual estaba formado por varias casillas de piedra y techos rojos. Al fondo y del lado izquierdo se encontraba una construcción más grande de colores más caobas oscuros, el cual tenía la apariencia de un pequeño castillo, el cual era el templo de Natura. Al fondo del lado derecho había un castillo más grande, con unas torres de techos en conos de tonos azules, el cual, sin duda alguna, debía ser el palacio de Asgard. [ http://aljatib.files.wordpress.com/2010/01/ciudad-medieval.jpg ]

 

  • - Finalmente hemos llegado a Asgard. - Dijo K mirando su ciudad Natal, no podía negarlo, había extrañado mucho su país.

 

K vestía un pantalón negro, camisa blanca y botas cafés, sobre su atuendo traía un sobre todo de color verde que se ataba por su lado derecho y un cinturón de color café ceñía la gabardina a su cuerpo por la cintura, dejando caer el resto de la prenda libre poco debajo de sus rodillas. [ http://images.absoluteanime.com/kyou_kara_maoh/gwendal.jpg ]

 

Ryuichi, por su parte, vestía un conjunto de una kazaka corta y de manga larga de color rojo con diversos adornos de color amarillo. De su cintura se ataban dos faldones, el primero llegaba hasta sus tobillos y era de color amarillo con vivos en rojo, mientras que el segundo caía a la rodilla y era de color blanco con vivos en color rojo, amarillo y verde. Y bajo estos un pantalón de color rojo con vivos en verde. [El de Sakura, sin el sombrero: http://files6.fliiby.com/images/_original/zjh2cpllty.jpg]

 

Shuichi vestía un kimono de tela gruesa para el frío. De manga larga y falda amplia de color rosa, sobre este tenía una especie de kazaka larga de color palo de rosa, arriba era un chaleco y abajo caía en un faldón tan largo como el otro pero las orillas terminaban en forma de pétalos de Sakura. En su cintura traía una cintilla negra con bordados de flores de Sakura, atado al lado derecho y dejando caer unas cintas verdes.

Nakano estaba a su lado, vestido con un pantalón de color blanco, mientras que su torso estaba cubierto por una kazaka larga de color verde y con los extremos de las mangas de color amarillo claro; en su cintura tenía atada una cintilla delgada de color azul.

[ http://ui18.gamespot.com/1073/tsubasaresevoirchroniclepoptp53094_2.jpg Sakura = Shuichi / Hiro = Shaoran]

 

  • - Nos falta muy poco para llegar, así que continuemos con nuestro camino. - Dijo K para golpear levemente los costados de su caballo con las botas y continuar con su camino.

 

Otras dos personas le siguieron el paso... pero Shuichi se quedo en su lugar, solo mirando la ciudadela.

Podía sentir como el frio y húmedo viento agitar sus cabellos y sus ropas; sentía sus mejillas frías por ese aire constante que, sin duda lo tendría temblando, menos mal que las ropas que tenían lo cubrían suficientemente bien para evitar que se congelara.

El sol iluminaba el lugar con sus brillantes rayos, pero estos no eran capaz de generar mayor calor, ahora entendía porque le decían: la ciudad de hielo.

Hielo... Nueve... Frio... Atrayente... Cerrado... Ordenado... Lejano... Maravilloso......Yuki............

Este lugar era idéntico a Yuki, de eso no había duda alguna. Era como si la ciudad hubiera sido formada al carácter del rubio, o al menos eso parecía de lejos ¿Cómo sería por dentro?

Aunque, por lo que conocía de Yuki, por muy reservado, escueto y frío que fuera... sabía que en realidad, por dentro, Yuki no era así.

Yuki era como ese sol que buscaba brindar un poco de su calor con sus lejanos rayos. Yuki era......... cálido, amable, protector, cuidadoso, ardiente, apasionado.

Apasionado......... Yuki era muy apasionado. Sin poder evitarlo se llevo su mano a su boca, sintiendo sus labios de forma suave. La sensación que Yuki dejo en ellos aquella noche fue la más maravillosa de toda su vida; cómo se arrepentía de que su mente hubiera puesto a la defensiva con ese "te quiero". Si no lo hubiera frenado... quizá ahora estaría juntos... y no hubiera pasado tantos meses lejos de él, de su calor, de sus ojos, de su cínica sonrisa, de sus comentarios mordaces, de sus brazos...... de sus labios.........

Quería decírselo, decirle que lo extrañaba, que lo amaba, que no se casara... que por favor, se quedara con él ¡Que no soportaba tenerlo lejos!

Lejos... Lejos......... ¿Y si lo quería lejos de él? Después de todo, solo había sido una apuesta ¡un juego! ¿Qué le garantizaba que Yuki le fuera a hacer caso? ¡Nada! Él se iba a casar con otra persona ¡Con alguien que no era él!

¿Y si se burlaba de sus sentimientos? ¿Y si solo le decía que ya lo sabía? ¿Si amaba a esa otra persona? ¡Por favor! ¡¡Claro que amaba a esa otra persona, se iban a casar!!

 

  • - Entonces......... ¿por qué me beso de esa manera? ¿Por qué me dijo que me quería? ¿Por qué jugo así conmigo? Natura ¡¿a que vine?! - Pensó.

 

Tenía la mirada levemente cristalina por las lágrimas contenidas, mientras un nudo se le formaba en la garganta.

Tenía miedo, un miedo enorme a verlo......... sumado a una gran ansiedad por volver a ver esos ojos dorados escudriñándolo hasta el grado de dejar desnuda su alma.

 

  • - Shuichi
  • - ¡¡......!! - El chico dio un respingo y volteo el rostro para ver a su hermano. De nuevo se había vuelto a perder en todos sus pensamientos y dudas sin respuesta.
  • - ¿Qué sucede? ¿Por qué no avanzas?
  • - Es que...... tengo miedo. - Bajo un poco el rostro. - Yo... ya no sé si hice bien al venir o no.
  • - ......
  • - No sé que voy a hacer cuando lo vea
  • - ...
  • - Estoy... asustado.
  • - No tienes nada que temer.
  • - Pero......
  • - ... - Le puso la mano en la cabeza y acaricio sus cabellos. - Solo tienes que decirle lo que sientes por él.
  • - Pero... si me rechaza...... Dijo que ya no me quería.
  • - Dolerá, no hay duda de eso... pero tu corazón y tu alma estarán tranquilas
  • - Entonces ¿Qué caso tiene hacer esto?
  • - Ya te lo había dicho, Shu. Es para cerrar un ciclo.
  • - ...
  • - Si no lo haces, nunca podrás seguir adelante.
  • - Le dirás tus sentimientos y lo dejaras a él tomar su decisión...
  • - ¿Crees que es lo mejor?
  • - Si.
  • - ¿Estarás conmigo?
  • - Cuentas con todo mi apoyo, Shu-chan
  • - Gracias. - Le dijo con una grata sonrisa.

 

+-+-+-

 

Ni Shuichi ni Hiro pudieron evitar impresionarse al cruzar las amplias puertas de madera de la ciudadela. Era un reino hermoso, se notaba a simple vista que todas las personas tenían una buena calidad de vida. La gente iba y venía por la calle; aunque la mayoría volteaba a ver a los recién llegados, murmurando cosas sobre lo atractivo que eran los dos nobles y lo hermosamente exóticas que eran sus ropas...

Pero esta vez Shuichi no le prestó mucha atención a las palabras de las personas, iba viendo el lugar, maravillándose de todo lo que veía, no había duda alguna de que le gustaba.

Sin embargo, en cuanto llegaron hasta las puertas de aquel gran palacio se quedo helado, y no tanto por la formidable arquitectura, sino por la ansiedad de saber que dentro de poco, MUY poco volvería a ver a ese hombre.

¿Qué haría? ¿Cómo actuaria? ¿Qué le diría? ¿Quería verlo o no? ¿Por qué las cosas tenían que ser tan complicadas?

 

Bajaron de los caballos y entregaron las riendas a unos caballeros que los esperaban.

 

  • - Sean bienvenidos al reino de Asgard. Espero que su estadía sea placentera. - Dijo uno de ellos.
  • - Muchas gracias. - Respondió Ryu regalándole una sonrisa, a lo que el hombre solo pudo ruborizarse levemente por la belleza de ese joven.
  • - Ah... eh... el... el rey les espera en el salón principal.
  • - Bien, yo mismo les llevare. - Dijo K. - Síganme.

 

Caminaron por algunos pasillos, Shuichi no podía creer la extensión de ese castillo, era simplemente enorme. Con amplios salones, pisos relucientes, grandes ventanales y hermosas arañas  que colgaban del techo para iluminar las noches.

Finalmente llegaron a una puerta muy alta y elegante; el capitán la abrió y permitió que los invitados entraran a la habitación.

Era un espacio muy amplio. De pisos lustrosos y con una alfombra roja en el centro. Grandes ventanales se encontraban en los costados de aquel lugar, dejando entrar una gran cantidad de luz. Al fondo se veían 5 escalones en forma de media luna, y sobre estos se encontraba un trono, en el cual había un hombre sentado.

Tenía aproximadamente 50 años, su piel era blanca y sus ojos de color miel; sus cabellos eran castaño oscuro pero tenían varios cabellos platinos, demostrando su edad.

Vestía con un pantalón negro, y sobre este un faldón de color gris oscuro, su pecho estaba cubierto por una camisa de manga larga y cuello alto del mismo color que el faldón; sus pies eran cubiertos por botas negras que llegaban hasta sus rodillas. [ http://www.seriesla.com/files/2008/12/the-tudors.jpg ]

 

Atrás de él había una pared blanca, había dos espadas largas cruzadas y sobre estas un gran escudo, el cual tenía la imagen de un dragón con las alas extendidas y dentro de un pentagrama, el cual tenía piedras verdes en cada punta. El símbolo de ese reino. [ http://www.starlinksgifts.com/v/vspfiles/photos/categories/DragonCards.jpg ]

 

  • - Mi Lord. - Dijo K haciendo una reverencia. - Permítame presentarle al Rey de Turandot, Ryuichi Sakuma; en compañía de su hermano, el príncipe Shuichi Sakuma; y su escolta, el caballero Hiroshi Nakano.
  • - Un placer verle de nuevo, Rey. - Dijo Sakuma sonriéndole con simpatía, al mismo tiempo que Shu hacía una ligera reverencia, y Hiro hacia una reverencia más inclinada.
  • - Sean bienvenidos a esta lejana tierra. Y espero tengan una estancia placentera. - Dijo el hombre parándose de su trono, bajando los escalores y caminando hacia ellos, dándole un cordial abrazo al rey de Turandot. - Espero que no hayan tenido inconvenientes en su viaje.
  • - En lo absoluto, majestad. Fue un viaje muy tranquilo.
  • - Me alegra escuchar eso. - Le dijo con alegría para después ver a Shuichi. - Así que ¿Usted es el príncipe Shuichi?
  • - Eh... ah... si-si... - Dijo Shu algo intimidado por ese hombre.
  • - Había escuchado rumores sobre su belleza, pero no me queda duda alguna de que ninguno de ellos alcanzan la intensidad de ese hecho.
  • - ... - Sin poder evitarlo se sonrojo levemente. - Muchas gracias. - Fue todo lo que dijo, bajando levemente el rostro.
  • - Por otro lado. Lamento mucho el comportamiento que mi hijo tuvo con usted.
  • - ...... - Esta vez el rostro de Shu tomo un rastro triste y ansioso ante aquellas palabras. Sabía que le dolía hablar de Yuki, pero no podía evitar querer hablar sobre él.
  • - Acepte mis más sinceras disculpas por los problemas que le ha ocasionado.
  • - ... - Shu apretó los puños y encaro al rey. - Majestad. - Dijo de forma seria, mostrando todo el autocontrol que tenía de la situación, el cual no era mucho, ya que estaba temblando levemente. - No es usted quien me debe explicación o disculpa alguna por lo ocurrido entre su hijo y yo.
  • - ... - El hombre sonrió y le puso una mano en la cabeza, revolviendo dulcemente sus cabellos. - Aún así, me disculpo por todo.
  • - ...
  • - Y espero que a pesar de ello, sea agradable su estadía en este país.
  • - Muchas gracias, majestad. - Shu le regalo una dulce sonrisa y el hombre se la devolvió.

 

No entendía porque Yuki había dicho que detestaba a su padre, si en los escasos minutos que había estado con él este le había caído de maravilla, era tan...... diferente a Yuki.

 

  • - Deben estar algo cansados. K, condúcelos a sus habitaciones. Espero contar con su agradable presencia durante la comida.
  • - Muchas gracias por su amabilidad, majestad. - Dijo Ryu para salir por la puerta junto con Hiro y Shuichi; quienes fueron escoltados por K hacia la salida.

 

El rey se quedo viendo la puerta por unos momentos, recordando los diferentes semblantes que puso Shuichi en ese tiempo.

 

  • - Sin duda alguna, es muy hermoso. - Fue todo lo que dijo.

 

+-+-+-

 

Caminaron por los pasillos e silencio. Sin embargo Shuichi no podía dejar de pensar en que estaba tan cerca del rubio......Quería verlo, necesitaba verlo. Se detuvo en seco, algo que noto claramente el rubio, quien le miro fijamente.

 

  • - ¿Sucede algo, príncipe? - Pregunto el capitán.
  • - K - Musito Shuichi viendo al otro
  • - ¿sí?
  • - Bueno... yo... quería ver si...... podrías...
  • - ......
  • - Si... Podrías llevarme con Yuki...
  • - ¿Está seguro de esto?
  • - Una vez me dijiste que: "Al mal paso darle prisa"
  • - Bien, le llevare con el príncipe; debe estar entrenando en este momento. - Dijo al momento que vio a una sirvienta. - Lleve al rey y al caballero a sus habitaciones.
  • - En seguida. - Dijo la chica haciendo una reverencia. - Síganme, por favor. - Pidió la mujer para caminar.
  • - Te vemos en la comida, Shu. - Comento su hermano con dulzura.
  • - Si.

 

+-+-+-

 

Shuichi y K caminaron por un largo pasillo que conducía a la parte trasera del castillo, el chico iba un poco nervioso, pero ya había tomado una decisión y no se echaría para atrás... era un "Ahora o nunca".

 

A lo lejos se podía escuchar el ruido de 2 espadas que chocaban, mientras que una luz lejana se hacía cada paso más u más grandes

 

  • - El príncipe es muy hábil con la espada - Dijo K para hacer plática
  • - ¿Acaso usted no?
  • - Sí, pero, yo prefiero la lanza, así como el marqués el arco.
  • - ......
  • - A decir verdad, todo noble de Asgard sabe combatir, no importa si es mujer u hombre, desde muy pequeños se nos educa como guerreros, pero cada quien elije el arma con el que mejor se acomode.
  • - Pensé que sabían usar cualquier arma.
  • - Es mejor saber usar dos armas, por lo mucho tres
  • - ¿Por qué?
  • - Porque si no, no podrás manejar una en toda su plenitud.
  • - No entiendo. ¿Por qué lo hacen? ¿Para qué practican tanto?
  • - Has de saber que cuando se formo Gaia, Asgard no existía.
  • - ......
  • - Aquí solo vivía un pequeño pueblo que constantemente azotado por bandidos que se apoderaban de lo que la gente trabajaba
  • - ......
  • - Las personas estaban harta de esto pero no sabían qué hacer.
  • - ...
  • - Un día llego un forastero pidiendo asilo. La gente accedió y este se quedo en ese lugar a vivir, ayudando a la gente en los cultivos. Así fue como este hombre, al que todos conocían como Asgard, se dio cuenta de que los bandidos llegaban constantemente para tomar posesión de cualquier pertenencia valiosa.
  • - ¿Y el no hizo nada?
  • - Trato, pero eran demasiados para él, así que resulto mal herido.
  • - ......
  • - Asgard no quería que el lugar en el que vivía sufriera más calamidades; así que le dijo a la gente que él los entrenaría para que pudieran liberarse de esos malhechores
  • - ......
  • - Poco a poco el pueblo comenzó a practicar la armería y herrería; aprendieron a pelear y a realizar tácticas de combate.
  • - ......
  • - Un día los bandidos se presentaron y se encontraron con un ejército, pequeño pero bien organizado. Derrotaron a estos ladrones y se libraron para siempre de ellos.
  • - ......
  • - fue así como comenzaron a crecer como reino. Adoptando el nombre de Asgard en honor al hombre que trajo la libertad.
  • - ...
  • - Ahora practicamos, no para conquistar tierra ni iniciar guerras, sino para evitar una
  • - ¿Ehh?
  • - Nuestro lema es: La mejor manera de ganar una guerra es evitándola
  • - ...
  • - No buscamos batallas, pero estamos preparados para una.
  • - Pero Gaia no tiene ningún problema.
  • - Y así estamos bien, pero nunca se sabe cuando aparezca un monarca que piense más en su propio poderío que en el bienestar de su reino.
  • - .........
  • - Así que entrenamos para conservar el título del país con el mejor y más poderoso ejército, esa es nuestra mejor defensa para la guerra y con ello, nuestro pueblo se siente seguro
  • - ...Ya... ya veo. - Musito mientras lo seguía. La verdad es que él no conocía la historia de ese país. Vamos, si con trabajos sabía datos relevantes de su propia nación. - No sabe duda que el titulo de "baka" me va de maravilla. De seguro que Yuki diría eso. - Pensó el chico
  • - ¡PAPIIIII! - De repente, el grito un niño de escasos 5 años llamo la atención de los dos corriendo hacia él hombre.

 

Ambos voltearon hacia atrás, viendo como un pequeño corría hacia ellos. El niño tenía unos cabellos rubios brillantes y cortos, su rostro blanco pero con unas discretas chapas en las mejillas, lo más sorprende del pequeño eran sus grandes y brillantes ojos de color verde oscuro.

Vestía un pantalón blanco, una camisa del mismo color u una pañoleta en el cuello, mientras que sobre esta tenía gabardina de color blanco con vivos en color verde. Sus zapatos eran del mismo tono, haciendo parecer a ese pequeño un ángel. [ http://2.bp.blogspot.com/_rGBJvLxPHXc/TC7x_TPcl2I/AAAAAAAAAEo/wJWq8n4_Eyc/s1600/395350.jpg ]

 

  • - ¡Ahh... mi pequeño! - Dijo K más que feliz, cargando al niño en sus brazos y alejándolo de él para verlo. - ¡Mira cuando has crecido en estos meses!
  • - Así es ¡Ya soy un hombre!
  • - Y papá está muy feliz de eso. jajajaja
  • - ¡¡......!! - Shuichi veía la escena con desconcierto ¿Eso era cierto? - ¿Tu...? ¡¿Tu hijo?! - Dijo con asombro.
  • - Sí, mi hijo. ¿Acaso no nos parecemos? - Respondió con una gran sonrisa.

 

El niño vio a Shuichi y le sonrió con alegría.

El pelirrosa jamás se hubiera imaginado que el capitán de Asgard tuviera un hijo, era algo que no le había pasado por la cabeza siquiera, pero ver a ese niño, el cual tenía la misma sonrisa que su padre, le hacía saber que esa teoría era cierta

 

 

  • - Michael, quiero presentarte al príncipe Shuichi. Príncipe, este niño es mi pequeño Michael
  • - HOLAAAAA - Saludo él pequeño muy animado, demostrando toda la alegría, energía e inocencia que tenía
  • - Ho... hola... - Dijo Shuichi aún aturdido.
  • - ¡PAPI! Eres muy malo
  • - ¿Por qué dices eso, mi pequeñito? - Pregunto de forma teatral.
  • - Porque me dejaste solo con el BABOSO y me dio de comer CHICHAROS ¡A la FUERZA!
  • - ¡¿Qué?! ¡Cómo se atreve a obligarte! Ahora mismo verá quien es K. - Anunció, poniendo al niño sobre sus hombros. - Agárrate fuerte.
  • - ¡Sí! - Dijo el niño al tiempo que su padre echaba a correr hacia la lejana luz- ¡SI! HARRE... HARRE CABALLITO. - Gritaba feliz el niño, simulando que iba a toda velocidad en un caballo a una misión sumamente peligrosa
  • - ¡Eh! ¡Espérenme! - Pidió K corriendo atrás de ello, dándose cuenta de que a K ya se le había olvidado que tenía que llevarlo con Yuki

 

+-+-+-

 

Dos hombres se enfrentaban en un duelo que, a pesar de ser de entrenamiento, se mostraba muy fiero.

 

Uno de los contrincantes vestía con un pantalón de color azul oscuro, sobre este tenía unas botas que llegaban hasta sus rodillas del color azul marino; su pecho era cubierto por una armadura pegada del mismo color y que se sujetaba de unas hombreras redondas, sus brazos estaba protegidos hasta el codo por guantes del mismo material, mientras que su cabeza era cubierta por un casco que cubría su frente. [ http://digilander.libero.it/kamyu78/MarcoAlbiero/Uru.jpg ] Aquel hombre alto y de piel blanca tenía los ojos y el cabello tan negros como la misma noche.

 

El otro, por si parte vestía un pantalón de color amarillo, y sobre este unas botas que llegaban hasta el muslo; su pecho estaba cubierto por la armadura naranja  y se enganchaba a las hombreras que cubrían hasta medio brazo; mientras que los guantes le cubrían hasta los codos. Su cabeza estaba cubierta por un casco naranja y una marcara plateada le cubría el rostro, haciendo imposible verlo. [ http://moonlightdensetsu.files.wordpress.com/2007/12/mim-midgard.jpg ]

 

  • - Impresionante... - Musito Shuichi al ver a los combatientes moviéndose ágil y rápidamente con esas pasadas armaduras y sujetando las espadas con fuerza a pesar de que estas, a simple vista, pesaban bastante.
  • - ¡ARK! - Grito K dando un salto y cayendo de pie sobre el hombre de armadura azul.
  • - AHHGG - Se quejo al caer con K sobre su espalda, haciendo que le otro detuviera su ataque y retrocediera unos pasos
  • - Señor... Crawd - Musito el hombre casi en la inconsciencia
  • - ¿CÓMO TE ATREVES A OBLIGAR A MI PEQUEÑO A COMER CHICHAROS? ¡PAGARAS POR ESO!
  • - ¡SI PAPI, PÉGALEEEE! - Animaba el menor aún sobre los hombros de su padre.
  • - ...la... la duquesa...... fue quien...... me dijo que.........se los diera...... - Hablo el hombre apenas con voz
  • - ¡PUES YO TE DIGO QUE NO SE LOS DES Y AHORA POR ESO VAS A PAGAR! - Gruño saltando un poco sobre él
  • - ¡SI PAPI, QUE PAGUE, QUE PAGUE!

 

Shuichi no entendía nada de lo que pasaba; tenía pena por aquel pobre hombre ¡Todo por unos chicharos! No le quedaba duda alguna de que K estaba loco, y de que ese niño solo era un ángel en apariencia ¡porque era todo un demonio!

 

  • - Siempre le toca ser el niñero con Michael, pobre. - Dijo el otro hombre parándose al lado del chico mientras guardaba su espada
  • - Habla como si fuera muy malo eso.
  • - Por un lado su madre le ordena una cosa y el padre lo contrario ¿A cuál se puede hacer caso si ninguno de los dos entiende razones? - Dijo con calma.
  • - Supongo que tiene razón ¡¡......!! - Fue hasta ese momento que la mente de Shuichi reaccionó; reconociendo aquella voz.

 

Giro apresuradamente a verlo, notando como este miraba hacia la pelea.

Esa voz, esa estatura, ese porte, esa complexión......... no le quedaba duda alguna ¡¡Era Yuki!!

 

  • - Ahh... - Shuichi no pudo evitar jadear de la impresión, sintiendo su corazón latir con tal fuerza que parecía que se le saldría en cualquier momento.
  • - ... - El hombre le miro, extrañado por esa actitud tan extraña en el chico. - ¿Te sientes bien? - Le pregunto al ver como el chico estaba levemente pálido y con ambas manos sobre su corazón.
  • - Tu......... eres tu... - Fue lo único que dijo el pelirrosa
  • - Si, lo soy.

 

Shuichi bajo el rostro  sin saber que decir ni cómo hacerlo, solo sabía que delante de él tenía al hombre que tanto amaba y que tanto daño le había hecho ¡¿Qué le iba a decir?!

Por un lado quería pedirle que no se casara, que lo amaba y que volviera con él.

Por el otro quería reclamarle por herir su orgullo y saber la razón de su vulgar juego.

Las dos se contradecían enormemente, y cualquier decisión que tomara lo haría renunciar a algo: Su amor o su orgullo.

Estaba a punto de abrir la boca, aún sin saber que iba a decir, cuando Yuki le tomo de la mano.

 

  • - ¡¿Qué haces?! - Pregunto desconcertado, sonrojado por esa acción y retrocediendo medio paso, pero sin que esta distancia hiciera que le soltara la mano. - Su mano es tan cálida. - Pensó Shuichi mirando sus manos juntas.
  • - Ven conmigo
  • - ¿Qué? Pero...... ¿A dónde?
  • - Es una sorpresa. - Dijo mientras caminaba, jalando al chico pero sin hacerlo con violencia.

 

No pudo decir más, solo fue consciente de que aquel hombre lo llevaba con él a quien sabe dónde; y él iba como corderito, siguiéndolo sin oponer resistencia algún... como si estuviera bajo algún extraño hechizo.

                                                                                                                                              

Le condujo hasta las caballerizas, de donde saco un hermoso corcel de color negro azabache, montó y luego le ofreció la mano a Shuichi para que subiera; este dudo por unos segundos pero termino por acceder, ya que estaba con Yuki y eso era lo único que quería.

Shu quedo sentado de lado detrás del hombre y sujetándose de su cintura.

 

  • - Agárrate fuerte. - Le dijo al momento que golpeo con sus pies al caballo haciendo que este saliera corriendo.

 

Salieron del palacio y minutos después de la ciudad, haciendo que ahora sí se preocupara Shuichi

 

  • - ¡¿A dónde vamos?! - Le pidió saber.
  • - ¡Qué terco eres! Y te dije que es una sorpresa.
  • - Pero...
  • - Tranquilo, tú solo confía en mí.

 

¿Confiar en él? ¡¿Le pedía que confiara en él?! ¡Quería confiar! En verdad que quería hacerlo... porque lo quería y porque lo había salvado en múltiples ocasiones...... pero ¿Podía? Después de la forma en la que lo había dejado ¿Podía hacerlo? No estaba seguro de eso, pero ¡Que importaba! Ya iba con él hacia un rumbo desconocido, y no podía bajarse del caballo a la velocidad que este iba; aunque tampoco era que quisiera hacerlo, pues salir de la ciudad significaba estar a solas con Yuki; algo que lo ponía ansioso y nervioso al mismo tiempo. Suspiro resignado y cerró los ojos, esperando en no arrepentirse de haber subido a ese caballo.

 

  • - ¿Y ese suspiro? ¿Acaso no confías en mí?
  • - ... podría decirse que...... en teoría. - Respondió el pelirrosa.
  • - ¿En teoría? - Repitió con un deje de diversión. - Bueno, me conformare con eso por el momento.

 

Anduvieron por cerca 45 minutos, atravesando el bosque, llegando hasta un lago que a  Shuichi le pareció bellísimo.

 

  • - ¡Qué lago más hermoso!
  • - ¿Te gusta? - Pregunto el que llevaba las riendas parándose. - Es el lago Asgard, en invierno se congela tanto que puede caminar sobre él. - Dijo sin parar su andar
  • - ¿En serio?
  • - ¿Por qué te mentiría?

 

Continuaron el camino, teniendo de un lado el lago y del otro el bosque, andando por más de una hora, llegando hasta las faldas de una loma que comenzaron a subir con el caballo... hasta que llegaron a la cima, justo donde había una barranca.

Yuki bajo del caballo y luego le extendió los brazos a Shuichi, quien acepto la ayuda y bajo del corcel.

 

  • - Mira. - Dijo el más alto ladeando el rostro hacia la barranca.
  • - ¡¡no puede ser!! - Musito Shuichi más que sorprendido por la vista que tenía.
  • - ¿Te gusta?
  • - Es... esto es...
  • - Esto es el reino de Asgard. Todo lo que ven tus ojos son los límites de nuestro reino.

 

Podía apreciarse todo el bosque, el lago, el reino cercado y unas llanuras... era una extensión muy grande de tierra, pero sin duda alguna bellísimo.

 

El viento agito sus cabellos y sus ropas, mientras él continuaba mirando el panorama que quedaría grabado en su mente por mucho tiempo.

 

  • - Es bellísimo.
  • - Sí que lo es. - Dijo el otro parándose a su lado.

 

Se quedaron viendo el paisaje por largos minutos, quedándose en completo silencio, disfrutando de la suave y fría brisa. Dejando que el silencio gobernara por esos momentos.

Sin embargo, Shuichi recordó la razón por la que había viajado a Asgard, y porque estaba en ese momento con él príncipe. Bajo la cara levemente por unos segundos y después de eso miro al otro, sabiendo que ese era el momento para decir las cosas, aclararlo todo y saber si aún podía recuperar a Yuki... o ya lo había perdido para siempre.

¡Ahora o nunca! Se dijo a sí mismo para darse valor. Pero ¿Cómo comenzar?

 

  • - ¿Eh? - Yuki se dio cuenta de que el otro le miraba, así que volteo a verlo. - ¿Qué tanto me miras? - Soltó sin más
  • - Dígame ¿Por qué me muestra todo esto?
  • - Si has viajado hasta acá... lo primero que debías ver era todo el esplendor de este reino
  • - ¿Solo por eso?
  • - ¿Disculpa?
  • - ¿Solo... me presume su reino?
  • - No entiendo que tratas de decir.
  • - ... - Shuichi suspiro y bajo la mirada, viendo fijamente el suelo
  • - Tengo muchas cosas que preguntarle...... tantos pensamientos que no me dejan dormir...
  • - ......
  • - Yo... necesito saber la verdad... necesito saberla de su boca...
  • - ¿Qué verdad?
  • - ¡TODA LA VERDAD! - Dijo ansioso.
  • - ......
  • - ¿En verdad piensa casarse?
  • - Todos algún día nos casaremos
  • - ¡No evada mi pregunta!
  • - ......
  • - ... su prometido... en verdad... ¿se casara con su prometido?
  • - Si
  • - ¡¡......!!

 

Sintió claramente como las lágrimas picaban en sus ojos y como un nudo se le formaba en su garganta. La respuesta había sido tan real y cruda... que dolía ¡Vaya que dolía!

Bajo levemente el rostro, dejando que sus cabellos cubrieran sus ojos, no quería que Yuki lo viera en ese estado, no quería formular la siguiente pregunta......... pero era necesaria para saber que sentía Yuki.

 

  • - ¿Lo...... lo quiere? - Dijo en un suave murmullo.

 

Le miro fijamente y en silencio, como si estuviera pensando en una manera de cómo decirle las cosas, algo que estaba poniendo muy nervioso a Shuichi.

El viento agito los cabellos y las ropas de Shuichi, ocasionándole un ligero escalofrío, ya que le chico no estaba acostumbrado a ese clima. Y ese estremecimiento no paso desapercibido para el otro.

 

  • - Será mejor que volvamos al palacio, o te enfermaras. - Fue la única respuesta de ese hombre, alejándose de Shuichi y caminando hacia el corcel que pastaba en esos momentos.
  • - ¿Acaso soy un juguete? - Pregunto Shuichi sin más, obligando al otro a detenerse
  • - ......
  • - Llega a Turandot a pedir mi mano, responde las preguntas, empieza a conquistarme y a molestarme al mismo tiempo, me salva la vida, me da la oportunidad de librarme del matrimonio, me acompaña hasta Zahara, se enfrenta a mi anterior prometido, me rescata de la tormenta de arena, se enoja conmigo, me besa, ¡Me dice que me quiere! Después simplemente me deja diciendo que todo es un juego
  • - ......
  • - ¡Y tiene el cinismo de invitarme a su boda!
  • - ......
  • - ¿De qué se trata este juego? ¿Por qué se divierte martirizándome? ¿Se cree superior por ser el heredero de Asgard? ¡Por que usted será rey y yo no!
  • - ......
  • - ¿Cree que puede seducirme y después desaparecer como si nada?
  • - Así que... ¿Estas enamorado?
  • - ¡¡...!! - Shuichi no pudo evitar sorprenderse de aquella pregunta tan directa.

 

Sin saber porque se quedo sin habla, incapaz de responder de forma afirmativa o negativa ¿Qué debía decirle? ¿La verdad? ¿Qué lo amaba? ¿Mentirle? ¿Decirle que solo era su orgullo herido? ¿Decirle que fue para evitar que se casara? ¿Inventarle que fue solo para que se disculpara?

Decirle la verdad lo dejaría en completa evidencia, demostrando que había caído por completo en su juego.

Mentirle significaba no poder pedirle que no se casara y olvidarse por completo del asunto.

Se mordió el labio levemente y apretó los puños, pensando en una respuesta a esa pregunta...... una que tenía una única respuesta pero que no sabía si debía decirla o no.

 

  • - ¿a qué has venido a Asgard, príncipe Shuichi?
  • - ......yo...... yo solo...... quiero............
  • - ......
  • - ...saber......... ¿por qué?......... - Musito.
  • - Ya veo. - Dijo para darle la espalda.
  • - ......
  • - Me casare con mi prometido por una simple razón.
  • - ...¿cuál?...
  • - Lo amo
  • - ¡¡......!! - Aquellas palabras destrozaron el corazón de Shuichi, quien se sintió un completo tonto por haber creído que aún tenía la leve esperanza de recuperar a Yuki.

 

No le había dicho que lo amaba... pero ¿Para qué? Si ya estaba más que demostrado que este no lo quería. Aunque esa era un posibilidad que tenía clara desde hacia tiempo... pero aún así ¡cómo dolía!

Cerró los ojos con fuerza y se trago las lágrimas... quería llorar, pero no lo haría en ese momento ¡No delante de Yuki!

 

  • - Volvamos al palacio, se hace tarde y el camino es largo.
  • - ... - Shuichi asentó con la cabeza y subió al caballo, pues esa era la única forma de regresar al castillo, aun cuando no quería hacerlo junto a ese hombre.

 

El camino de regreso fue en completo silencio... y fue el viaje MAS largo que Shuichi había hecho en TODA su vida, nunca antes algo le había costado más trabajo; tener que tragarse su dolor por tanto tiempo porque estaba junto a la persona que le había hecho ese daño.

 

+-+-+-

 

Llegaron cuando los rayos del sol apenas alumbraban el cielo, dejándolo en colores azules y levemente rojizos.

El príncipe de Asgard le dio el caballo a uno de los soldados y luego tomo a Shuichi de la mano, quien al momento la retiro y retrocedió.

 

  • - ¿Qué pasa? - Pregunto desconsertado
  • - No debería tenerme esa confianza, príncipe. Después de todo, usted está... comprometido. - Dijo a regañadientes.
  • - Bien, si eso quieres no hay problema. - Añadió para después caminar hacia la puerta. - Ven. Te mostrare el castillo, verás lo grande que es... y mañana daremos un paseo por la ciudad ¿Te parece?
  • - ¿Acaso no se da cuenta de que eso no es correcto? - Le dijo entre molesto y dolido ¿Cuánto más iba a lastimarlo?
  • - ¿Por qué no?
  • - Pues porque...... ¡¡......!!

 

De repente se quedo callado, pues pudo ver claramente como una delgada, brillante y delgada daga se colocaba en el cuello del príncipe de Asgard, quien se tensó levemente pero no se movió ni un milímetro.

Podía sentir el frío filo de esa cuchilla sobre su cuello, un solo movimiento y esa cosa le haría una pequeña herida. ¿Quién era?

 

  • - Vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí? ¿Un príncipe de Asgard con la guardia baja? - Dijo en tono burlón la voz de una mujer.
  • - ¡¡...!! - Shuichi no supo qué hacer en ese momento. ¿Quién era esa mujer? ¿Por qué amenazaba a un príncipe? ¡¡¿Dentro del palacio?!! ¿Dónde estaban los guardias?
  • - Sabe que sería muy fácil cortarle el cuello ¿No es así?
  • - ¡¡...!! - Esa frase aterro a Shuichi ¡Era una amenaza contra Yuki!
  • - Duquesa Winchester. Que sorpresa tan... ¿Agradable? - Dijo con aparente calma el joven príncipe.
  • - Lo mismo digo, príncipe... - Respondió para dejar de amenazarle y salir detrás de él.

 

Shuichi miro a la mujer, no mayor de 30 años, de buen cuerpo; sus cabellos rojizos llegaban hasta sus hombros en suaves y definidas hondas;  sus ojos eran verde oscuro y tenían una mirada desafiante y a la vez sensual; sus delgados labios tenían un tono rojizo.

Vestía unas botas que llegaban a medio muslo de color rojo, una falta corta de color blanco, una blusa de manga corta en tono rojo y sobre esta un peto con hombreras de un tono amarillo claro, de las hombreras colgaba una delgada capa que caía suave hasta el inicio de su falda; sus manos estaba cubiertas por unos guantes rojos que llegaban hasta medio brazo. Un cinturón colgaba de su cintura, del cual se enfundaba una espada, mientras que su mano derecha sostenía la daga con la que antes había amenazado al príncipe. [ http://media.photobucket.com/image/twin%20stones/UrUrAl/Fire%20Emblem/Sacred%20Stones/Eirika.png?o=5 ]

 

  • - Usted debe ser el príncipe Shuichi-kun ¿Cierto?
  • - Ahh... eh... ah... s-sii... - Tartamudeo el pobre chico entre asustado y desconcertado ¿Qué estaba pasando ahí? ¿Por qué esos dos se veían tan tranquilos? Si a él casi le da un infarto del susto.
  • - Mucho gusto, soy la duquesa Judy Winchester, esposa del duque Crawd Winchester y miembro activo del consejo. - Dijo la mujer regalándole una conciliadora sonrisa.
  • - ¿Esposa de Crawd Winchester? ¿Habla del capitán K?
  • - El mismo.
  • - No puedo creerlo... K ¡Es un duque! - Pensó Shuichi, comprendiendo mejor el comportamiento de esa mujer. - Sol una loca se casaría con ese loco......... ahora veo porque su hijo es así. - Pensó Shuichi.
  • - Judy ¿Qué hace aquí? - Pregunto el príncipe
  • - Esperándolos. - Respondió con calma. - ¿Sabe? Su padre está en verdad furioso con usted
  • - ¿Mi padre? ¡Qué raro! Si ese hombre se enoja por todo lo que hago o no hago.
  • - Esta vez tiene motivos para estarlo
  • - ¿A si? ¿Cuáles? - Se cruzo de brazos
  • - Dejo a mitad una práctica de entrenamiento.
  • - Corrección, K nos interrumpió.
  • - Como sea, no termino su practica
  • - Tsk
  • - Falto a sus deberes
  • - ¿Tenía?
  • - Clase con el marqués Seguchi y una junta con los miembros del consejo
  • - No pensé que mi presencia fuese tan necesaria. - Soltó con sarcasmo.
  • - Pues lo era.
  • - ...
  • - Y por último el secuestro del príncipe Shuichi-kun.
  • - Corrijo; no lo secuestre, salimos
  • - Sin informar a nadie de su paradero.
  • - ¿Debía pedir permiso?
  • - Por lo menos avisar
  • - ......
  • - Los estuvimos buscando por todos lados.
  • - ......
  • - Para fortuna de usted, príncipe, mi pequeño Michael vio que se llevo a Shuichi-kun.
  • - ...
  • - En fin. Esto es mucha platica y no estoy aquí para eso, sino para escoltarlos hasta el salón principal. Así que, síganme; y no intente escapar, príncipe.
  • - Tsk... menuda suerte me cargo. - Gruño por lo bajo el príncipe. - Vamos, Shuichi.
  • - Eh... ahh... si...

 

Shuichi no entendía nada ¿Qué clase de mujer era esa como para poder ordenarle a Yuki? Sin duda alguna era de temer, tanto como K o como Seguchi.

 

  • - Creo que todos en este reino me darán miedo. - Pensó el menor resignado.

 

+-+-+-

 

Llegaron al salón principal, esta vez estaba alumbrado por una gran araña en el techo.

 

  • - Shuichi ¿Estás bien? - Pregunto Ryuichi abrazando al chico cuando lo vio.
  • - Si, Ryu, estoy bien... es solo que Yu......¡¡......!! - No pudo continuar hablando al ver hacia enfrente.

 

El rey estaba en su trono con un semblante serio y molesto, tenía la misma mirada que Yuki cuando se enojaba, pero no fue eso lo que llamo la atención del pelirrosa, sino las dos personas que estaban junto al rey.

A su lado izquierdo del una mujer joven  de largos cabellos castaños sueltos y unos hermosos ojos color azul. Traía un vestido largo, de manga hasta sus muñecas y de corte a los hombros color verde [http://assets.nydailynews.com/img/2008/02/16/gal_tudors-3.jpg ]

Al lado derecho  se encontraba cierto Príncipe que él conocía muy bien, mirándolo fijamente con sus gatunos ojos dorados. Quien vestía con un traje muy parecido al de su padre pero en color rojo [ http://seriesla.com/files/2010/02/the-tudors-poster.jpg ]

 

  • - No puede ser... - Dijo con un hilo de voz.

 

Si Yuki estaba ahí ¿Con quién diantres había pasado toda la tarde?

Sin ser del todo consciente, volteo bruscamente hacia el hombre que estaba bajo aquella armadura.

 

  • - ¿Quién... quien eres? - Musito desconcertado.
  • - Creí haberte dado la orden de no faltar a tus deberes, Tatsuha. - Gruño el rey de Asgard.
  • - Lo siento padre, pero me cuesta trabajo seguir las ordenes. Ya deberías saberlo de antemano ¿no?
  • - Qué clase de justificación es esa
  • - Venga, si lo mismo te paso con mis hermanos ¿No? - Dijo quitándose el casco.

 

Shuichi no cabía en su asombro, ese hombre era idéntico a Yuki, lo único diferente era:

1: Su cabello era color azabache

2: Sus ojos eran de un tono azul muy oscuros y mostraban una mirada más picara, despreocupada y que la de Yuki.

3: Tenía una sonrisa un tanto mordaz y...... ¡momento! Era exactamente la misma sonrisa que Yuki podía cuando se burlaba de él, así que eso no contaba.

 

  • - ¿Por qué secuestrarte al Príncipe Sakuma? - Pregunto Yuki sin más.
  • - ¡...! - Aquella voz hizo que el corazón de Shuichi diera un tumbo en su caja torácica, era tan clara, tan firme, tan sensual...
  • - Yo no lo secuestre, le pedí que me acompañara a conocer un lugar ¿Verdad, Shuichi? - Dijo viendo al menor
  • - ¿Ehh? Ah... Yooo...

 

Todos se quedaron en silencio, esperando a que el chico dijera algo coherente, aunque se notaba a simple vista que estaba completamente desconcertado.

Shuichi no sabía que decir ni que pensar ¡Había confundido a Yuki! Pero ¿Por qué ese sujeto no le dijo nada? Eso sin duda alguno lo hizo enojar y se armo de valor para hablar.

 

  • - ¡Yo no entiendo nada! ¿Alguien podría explicarme que está pasando aquí? - Reclamo mientras hacia un puchero de crio
  • - Príncipe Shuichi. - Dijo el rey con calma, haciendo que el pelirrosa volteará a verle. - Lamento este incidente con mi hijo menor.
  • - ¡¿Eh?! ¿Hijo menor?
  • - Permítame hacer las presentaciones de forma correcta. - Añadió
  • - ......
  • - Mi hijo mayor, El príncipe Eiri Yuki, futuro heredero de Asgard, aunque creo que está de más una presentación entre ustedes
  • - Buena tarde, príncipe Shuichi. - Dijo el rubio de forma cortes y sobria, como si no conociera al chico
  • - ...... - Y aquello le dolió terriblemente a Shuichi, pero por el momento no dijo nada, no quería armar un espectáculo delante de todas esas personas
  • - Mi segunda hija, la princesa Mika y esposa del marqués Seguchi.
  • - Un placer conocerle. - Dijo la chica haciendo una ligera reverencia ante en pelirrosa
  • - El placer es mío. - contesto Shuichi respondiendo con otra reverencia. No podía negar que esa mujer era bonita, pero le sorprendía de sobre manera que dijera que era esposa de Seguchi ¡Vaya sorpresa!
  • - Y mi hijo menor, el delfín Tatsuha; aunque creo que también ya se conocen.
  • - Claro que nos conocemos. - Dijo pasando su brazo por los hombros del pelirrosa. - ¿Verdad Shu-chan?

 

Shuichi no daba crédito a lo que había sucedido ¡¿Era una mala broma o qué?! ¿Cómo era posible que estuviera toda la tarde con el hermano de Yuki? ¿Qué creyera que era el rubio? ¡¡¿Que le dijera esas cosas tan vergonzosas?!! ¿Qué casi le dijera que lo amaba?

¡¡Un momento!! Pero si, a grandes rasgos, le dijo TODO lo que había pasado entre Yuki y él.

No pudo evitar sentir como el color le venía al rostro, haciendo que pareciera un tomate maduro en todo su esplendor.

¡Tierra, Trágame! Eso era todo lo que podía pensar el pelirrosa al darse cuenta de todas las barbaries que le confesó a ese chico. ¡¿Por qué no le dijo que él no era Yuki?! ¡¡AGGHH!! Eso era de locos ¡¿Por qué a él?!

Obviamente Tatsuha noto la vergüenza del príncipe de Turandot, y se le vino a la cabeza la una loca idea; después de todo, todas esas caras que estaba poniendo en ese momento eran muy graciosas... ¿por qué no divertirse más con esa situación?

 

  • - Ah... por cierto. Sobre lo que me dijiste en la barranca. - Dijo Tatsuha con calma
  • - ¡¡...!!

 

¡Idiota!! ¡¿Qué demonios estaba haciendo?! ¡¿Qué no sabía guardar un secreto?! ¡Que se quedara callado! ¡Que no le dijera a Yuki todo lo que dijo en la barranca! ¡¡MENOS DELANTE DE TODAS ESAS PERSONAS!! Se moriría de vergüenza.

 

  • - Yo...... yo lo-lo siento. Lo confundí... por eso... dije todo eso. - Trato de excusarse. Alejándose de Tatsuha y agitando sus manos delante de él, como si le dijera que se quedara callado.
  • - Fue cierto cuando te dije de mi prometido; no vayas a creer que coquetee contigo
  • - ¿Eh? - Shuichi le miro extrañado. - pero ¿Qué viene eso al caso? Si todo fue un mal entendido.
  • - Lo digo porque mi prometido esta aquí y no quiero que se enoje.
  • - ¿Aquí? - Musito Shuichi volteando el rostro hacia varios lados.

 

En esa habitación estaban: el padre de Tatsuha, Yuki, Mika, Tatsuha, Ryuichi, Hiro, él... y nadie más.

De nuevo miro por todos lados, pero en efecto no había otra persona en ese lugar.

 

  • - ¿Tu prometido? ¿En dónde?
  • - Ahí. - Dijo Tat señalando hacia un lado de Shuichi, quien volteo y vio a su hermano.
  • - ¡¡¡¿¿QUÉE??!!! ¡No es posible! - Grito Shuichi sumamente sorprendido.
  • - My honey ¡Ansiaba tanto verte! - Anunció Tat corriendo hacia Ryu para abrazarlo.
  • - Hola, Tat-chan. - Dijo alegre el otro, portándose un tanto infantil.

 

Shuichi vio como ellos dos se abrazan y se decían susurraban cosas melosas al oído. No daba crédito a lo que sus ojos veían ¿En qué momento? ¿Cómo? ¿Desde cuándo? ¿Por qué no sabía?

El rey de Asgard carraspeo  para que esos dos dejaran de echar tanta miel sobre ojuelos; y lo hicieron, aunque se quedaron abrazados.

 

  • - ¡¿Tú?! ¡¿Él?! ¡¡¿Ustedes?!! - Dijo Shuichi en cuanto pudo reaccionar
  • - Ah... - Ryu miro a su hermano con falsa inocencia y le sonrió sin quitarse de los brazos del pelinegro. - ¿Qué no te lo había dicho? Nosotros estamos comprometidos desde hace mucho, mucho... MUCHO tiempo, jajajajaja...
  • - Sip, desde que eramos niños ¿verdad honey?
  • - Sip.

 

Shuichi ahora era una estatua de piedra ¡¡Eso era el colmo!! ¡¡¿Por qué era el último en enterarse de las cosas?!!

Esto era total y completamente FABULOSO.........

Solo tenía un día en ese lugar y ya habían pasado tantas cosas extrañas. Sin duda aquello era mala broma que le jugaba el destino.

No había duda alguna ¡Solo a él podían sucederle todas esas cosa!

 

CONTINUARÁ

Notas finales:

Espero les haya gustado

Actualizo lo mas pronto que pueda

Muchas gracias por leer, nos vemos, kuidense y besos

Matta nee!!


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