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Turandot por Dulce_Pena_Hime

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Notas del capitulo:

¡¡Hola!!

Me disculpo por la demora ¡¡Mucho trabajo!! ¬¬... Y poca inspiración!!

Pero ya salió este capítulo y espero les guste ^^

Dedicado a:

Eirin: Por su gran ayuda, por aguantarme, su apoyo y por el disco que me paso ¡¡Esta fabuloso!! **

Jeka: Por todos los links y cosas que me ha pasado... que me han dado muchas ideas, no solo para este fic... ^o^

Angy: Por sus correos, por conseguirme más lectoras, y por el ánimo que me ha transmitido con sus dulces palabras. Disculpa las preocupaciones que te he dado.

TERCER ACTO: ASGARD

ESCENA 5: CONVENIO

 

Uno delante del otro. Se miraba fijamente a los ojos, estando en guardia... analizando a su oponente, pensando en la mejor forma para atacar. Los dos sabían que aquella batalla sería difícil, que la derrota vendría de un pequeño descuido, no había duda alguna: tenían que tener una concentración máxima.

 

¿Cuánto tiempo tenían ahí parados, solo viéndose? Segundos, minutos, horas...... no lo sabían; la noche avanzaba a su antojo. El tiempo en esos momentos era tenso y agónico.

 

Lo único que se escuchaba era el viento que soplaba suavemente a pesar de ser gélido...... aún así ellos no sentían el frío.........

 

La guardia de Suguru miraba fijamente a su joven amo, sabían bien que el vizconde tenía una gran técnica, pero no podían negar que Nakano también era bueno... lo que les ocasionaba temor: Ese sujeto era capaz de lastimar a su amo.

 

Uno de los caballos golpeo el piso con el casco de su pata...... fue como si ese sonido hiciera la función de una campana, ya que ambos se movieron al mismo tiempo, corriendo hacia su rival.

Atacaron con fuerza, dejando que chispas salieron del choque de ambos metales, el sonido ocasionado por el impacto resonó estridente ante aquel silencio. Sorprendente que dos espadas tan ligeras y "frágiles" pudieran crear tal destello y tal sonido.

Hiroshi se movió rápido, comenzando una serie de ataques consecutivos, haciéndolo con agilidad y fuerza: arriba, abajo, derecha, arriba, izquierda, abajo......

Le habían enseñado que la mejor defensa era el ataque, así que, siguiendo ese principio básico, atacó con todo lo que tenía, haciendo que Fujisaki no pudiera hacer nada más que defenderse con la espada mientras retrocedía ante cada estocada.

Hiroshi era muy fuerte y tenía una técnica extraordinaria. Sin duda alguna, un pequeño descuido le haría perder ese duelo, o lo que es peor: podía resultar herido.

Debía hacer algo para contraatacar, pero ¡Rayos! Con ataques tan consecutivos le era imposible hacer algo que no fuera defenderse.

 

  • - Se nota que quiere ganar. - Pensó. - No me deja atacar.

 

Hiroshi no se detenía ante nada, se movió hábilmente hacia un costado y ataco de lado; haciendo que Suguru girara la cintura y detuviera el ataque a escasos centímetros de su costado.

Nakano movió su espada, recorriendo todo el filo del arma de Fujisaki, creando un rechinido por los metales, algo que crispo levemente los nervios del peli-verde.

 

  • - ¡Ahora! - Pensó Nakano al ver que aquel sonido descontroló a Fujisaki. Acato por arriba de forma rápida y certera. Fujisaki se sorprendió por unos segundos pero enseguida se sobrepuso y coloco la espada a modo de defensa.
  • - ¡¡¡BOCCHAN!!!

 

El grito de su escolta rompió el sonido del viento por unos segundos... y después todo quedo de nuevo en silencio, el cual era roto por el sonido de dos respiraciones agitadas.

Suguru estaba hincado en el suelo, con la espada sobre su cabeza, frenando el ataque de Nakano que estaba a menos de tres centímetros de su rostro.

 

  • - Veo... que en verdad desea ganar este duelo. - Comento Suguru con firmeza. No le había sorprendido que el pelirrojo no se hubiera frenado, de hecho él también habría hecho lo mismo; después de todo: ese era un duelo y debían aprovecharse de todas las oportunidades y descuidos del adversario.
  • - No sabe cuánto. - Fue la única respuesta del pelirrojo
  • - Puedo ver que su técnica es muy buena, joven Nakano.
  • - ... - Hiroshi no dijo nada. Él sabía que su técnica era buena, sin embargo no se quería confiar. Hasta ese momento el peli-verde no había hecho nada más que defenderse.
  • - Jah! - Musito en voz baja. - pero ¿Sabe? Yo no soy de las personas que se rinden tan fácilmente.
  • - ......
  • - Así que, dejémonos de juegos
  • - ¿Juegos?

 

En cuanto termino de decir la palabra, sintió claramente como sus pies perdían estabilidad ¡¿Qué diablos?! Apenas y le dio tiempo de echar un pie hacia atrás y retroceder 5 torpes pasos para no caer de espalda sobre la nieve.

Suguru había movido uno de sus pies de manera hábil y rápida, usándolo para barrer las espinillas del pelirrojo y ocasionarle una caída. Aquello había sido solo para quitárselo de encima y así tener tiempo suficiente para levantarse y contraatacar.

Se puso de pié al mismo tiempo que avanzaba hacia él, con pasos rápidos y ligeros; apenas dejando huella de su pie sobre la nieve, casi como si volara sobre esta. Tenía su brazo derecho extendido y la espada también, haciendo que la punta de esta pasara a escasos milímetros del suelo.

Hiroshi se coloco en defensa para esperar el ataque, sin embargo Suguru no lo ataco de frente;  paso ligeramente de largo, y cuando estuvo a su lado derecho, lanzo una hábil estocada de abajo hacia arriba. Nakano apenas y tuvo tiempo para defenderse, haciendo que las espadas chocaran.

Comparado con las estocadas anteriores, este golpe fue suave logrando un sonido limpió y rítmico cuando las espadas chocaron y causando un pequeño destello al chocar.

Giro la espada casi sobre su mano al mismo tiempo que sus pies haciendo un movimiento vertiginoso de retroceso, atacando en esta ocasión por el frente.

Suguru sonrió, como si estuviera confiado. Se agacho un poco más, terminando hincado en el suelo y desde ese ángulo lanzo una rápida estocada hacia arriba.

La espada pasó a escasos centímetros del rostro de Hiroshi, quien retrocedió varios pasos. ¡¿Qué demonios era eso?! ¡¿Cómo podía ser tan rápido y silencioso?! Apenas y podía ver sus ataques. Además ¡¿Cómo podía atacar con una sola mano?!

Suguru se levanto de un solo y ágil movimientos para después correr hacia él con un movimiento de zigzag, haciendo que Hiroshi lo siguiera con la mirada, tratando de adivinar desde que flanco atacaría, pero eso era casi imposible.

Estando a escasa distancia, el menor se agarro y se barrió, pasando a un lado de Nakano, para detenerse atrás de él y atacarlo. Hiroshi giro sobre sus pies y logro detener el ataque justo a tiempo.

Ese fue el momento clave. El vizconde se levanto rápidamente y comenzó con una sería de rápidos y certeros ataques hacia su oponente, moviendo su espada con una velocidad y agilidad sorprendente ¿En verdad era humano? Porque apenas y podía ver aquellos ataques, que si bien no tenían la misma fuerza que los suyos... la velocidad, consistencia y cantidad de ellos, los hacían en verdad letales.

Suguru no se detenía en lo absoluto; atacaba por arriba, por abajo, de frente...... pero sobre todo por los costados. Haciendo rápidos giros sobre sus pies para tener mejores ángulos de ataque. Eran movimientos inesperados para el pelirrojo, quien nunca antes había visto esa técnica de combate tan evasiva pero letal.

Fue un movimiento inesperado para Hiroshi. Suguru prácticamente desaparecía de repente de su vista "¡¿Qué demonios?!" Fue lo único que pudo pensar al momento de girar sobre sus pies y ver a Suguru atrás de él, lanzándole un certero ataque.

Hiroshi movió rápido, sabiendo que estaba perdido si no hacía algo; se defendió contraatacando con un certero y fuerte movimiento.

 

Las espadas chocaron. El sonido resonó al mismo tiempo que chispas de luz saltaban.

Y luego solo pudo escucharse el aire al ser cortado por el filo de una navaja que giraba una y otra vez sobre sí misma, hasta quedar tirada sobre la nieve en un golpe sordo.

 

Los guardias de Fujisaki miraban la escena sin decir nada...sorprendidos por aquel último movimiento por parte de ambos.

Ninguno de los dos se movía, ambos con la piel ligeramente perlada, tenían la respiración agitada, mientras que sus miradas se encontraban fijamente; unos grandes ojos color marrón contra otros más pequeños de color añil.

Empuñando aquella espada con firmeza, apuntando con su filo el cuello de su adversario, a milímetros de tocarlo y quizá cortarlo.

 

  • - Esto... me da la victoria. - Dijo con voz tranquila.

 

Retiro el arma de aquel cuello y quito la posición de guardia que había adoptado; exhalo el aire sus pulmones y cerró los ojos. Había sido un combate difícil, más difícil de lo que creyó al inicio. De hecho, en un momento, estuvo a punto de perder... si se hubiera confiado un poco más... habría perdido.

 

El otro no se movió. Aún no alcanzaba a procesar del todo aquella escena ¿Cómo? ¿Cuándo? No lo sabía... simplemente sabía que la espada sobre su mano había sido retirada de una forma limpia. No podía negarlo, estaba maravillado por esa manera de pelear.

Sabía que había perdido, que había sido una batalla dura pero justa, y que debía cumplir con la parte del acuerdo. Y entonces, como si le hubieran tirado un balde de agua helada, recordó lo que habían jugado: El duelo contra Shuichi

¡¡Por Natura!! ¡¡Shuichi pelearía contra ese chico tan hábil!!

Su rostro perdió todo color de solo imaginar aquel combate tan desigual.

¿Quién demonios le había enseñado a pelear a ese chico? No lo sabía, pero si se daba cuenta de algo: Su técnica no tenía nada que ver con la del príncipe Yuki.

¡Claro que no! Eiri atacaba casi siempre de frente, con movimientos fuertes y ágiles. Pero los ataques de Fujisaki no tenían fuerza, pero eran muy rápidos y ágiles, además de que nunca se sabía de dónde vendrían, y no atacaba de frente.

 

  • - Aquí termina nuestra "charla" - Dijo Suguru dándole la vuelta para irse. - Dele mis saludos al joven príncipe y dígale que mañana no tendré clemencia contra él.
  • - ¡Espere! - Llamo Hiroshi de repente.
  • - Mmm...
  • - Una vez más
  • - ¿Qué? - Volteo a verlo, extrañado por esa petición.
  • - Por favor......... una vez más......... ¡Lo reto una vez más!
  • - ¿Tanta es su insistencia en que este duelo no se lleve a cabo?
  • - Por favor...... no puedo... ¡No puedo permitir que la vida de mi príncipe peligre de esa manera!

 

Suguru entrecerró los ojos y lo miro fijamente por unos segundos, notando aquella mirada determinada, sabiendo que Hiroshi combatiría contra él hasta su último soplo de vida; todo con tal de evitar el duelo contra el príncipe Shuichi.

 

  • - ¡No puedo permitir que la vida Shuichi corra este riesgo! ¡¡ME NIEGO!!
  • - ... - Fujisaki no dijo nada, pero claramente noto como el pelirrojo olvido decir la palabra "príncipe" antes del nombre. ¿Acaso un súbdito podía hacer eso? Claro que no, a menos claro que fuera algo más que un súbdito.
  • - ¡LO PROTEGERÉ A COSTA DE MI VIDA!

 

Suguru no dijo nada, sin embargo esta situación era......... tan molesta

La escolta del joven vizconde miraba a su joven amo con extrañeza y preocupación.

Bajo levemente el rostro y permitió que sus cabellos verde cubrieran sus ojos, mientras mantenía los labios herméticamente cerrados.

Solo pasaron unos segundos en los que Nakano miraba a ese joven que permanecía de pie y con la cabeza baja, hasta que abrió sus labios y hablo, de forma suave pero seria, tan fría cual hielo, y tan cortante como el filo de una espada.

 

  • - Todos quieren protegerlo, sin embargo, eso no es por su título de nobleza
  • - ¿......?
  • - Él podría ser un campesino y aún así...
  • - ...
  • - ...mucha gente lo protegería.
  • - ¡......! - El pelirrojo lo miro extrañado por esas palabras.
  • - ¿O me equivoco? - Dijo mirando al mayor de manera fija.

 

La expresión que tenía el menor en su rostro era extraña, como si las palabras que él mismo pronuncio dolieran intensamente... pero no solo había dolo ¿Qué era eso que reflejaban sus orbes?

¿Enojo? No

¿Molestia? Tampoco

¿Envidia? Si... o al menos eso era lo que parecía.........

¡Un momento! ¿Fujisaki envidiaba a Shuichi? Pero no tenía porque ¿o sí? ¿Qué le podía envidiar?

¿Belleza? No, porque Fujisaki tenía cierto atractivo que lo hacía ver tierno, frágil, infantil y refinado.

¿Modales? ¡Imposible! Shuichi hacía todo lo posible por romper las reglas de educación habidas y por haber.

¿Habilidades? No, no era posible, porque cada persona nace con habilidades diferentes. Él era bueno con la espada y con el patinaje; Shuichi no, pero era muy bueno cantando.

¿El titulo? Esa podría ser una posibilidad, pero ¡Vamos! Se iba a casar con un rey, así que después de la boda el pasaría a ser consorte del rey, siendo un grado más que Shuichi

¿El prometido? ¡Ajah! Sí, claro... como si el príncipe Yuki no se fuera a casar con él

Pero si no era nada de eso......... ¿Qué le podía envidiar Suguru a Shuichi? O en realidad había visto mal y no era envidia lo que reflejaba esa mirada......... pero si no era eso ¿Qué sentía por Shuichi?

 

  • - ¡Bocchan!
  • - ... - Suguru giro el rostro y vio a uno de los miembros de su escolta a su lado, llevando a su caballo de las correas.
  • - Es tarde y su padre lo debe estar esperando.
  • - Tiene razón. - Dijo entregándole la espada para después montar su caballo, siendo ayudado por otro integrante de su escolta.

 

Hiroshi no dijo nada, simplemente miro como el peli-verde montaba aquel corcel. Mientras otro miembro de su escolta recogía su espada que aún hacía sobre la nieve.

 

  • - Debería volver ya mismo a la ciudadela
  • - ¿Qué? - Hiro se desconcertó por el repentino cambio de conversación.
  • - Ah, lo olvidaba, usted no es de aquí
  • - ...
  • - Le recomiendo que vuelva ahora mismo a la ciudadela. Este lugar es peligroso de noche. - Dijo Suguru mirando al pelirrojo con calma. - Y no corte camino por el bosque, o no saldrá con vida de él
  • - ...
  • - ... - Miro a uno de los integrantes de su escolta y le dijo. - Acompañe a este caballero, y quédese en palacio por esta noche. Yo informaré a mi padre.
  • - Como ordene, Bocchan. - Dijo aquel hombre.
  • - Que tenga buena noche, Caballero. - Se despidió Suguru y se marcho junto con los demás hombres que lo acompañaban, dejando al pelirrojo en un mar de dudas

 

¿Por qué esa mirada? ¿Esas palabras? ¿Esa actitud tan extraña? ¿Esas advertencias? ¿Esa huida tan repentina? ¿La evasión del tema? ¡¿Quién era en realidad Suguru Fujisaki?! No lo sabía; pero le intrigaba.

 

  • - Caballero
  • - ¡¿Eh?! - Salió de sus pensamientos y miro a aquel hombre.
  • - Es tarde, debemos volver a la ciudad ahora mismo, o será más peligroso.
  • - ¿A qué se refiere?
  • - Le explicare al llegar. Ahora vamos.

+-+-+-

 

Amaneció con frío, debido a que había estado nevando toda la madrugada; y en esos momentos comenzaba a detenerse, pero aún caían algunos furtivos copos sobre el reino de Asgard.

 

Estaban en el salón de música, un espacio muy amplio en el cual pocas veces entraba el rubio, debido a que él no era aficionado a practicar música, eso se lo dejaba a su hermana mayor y a Suguru cuando iba de visita.

 

Yuki, vestía con un pantalón blanco y una camisa del mismo color de manga larga y cuello alto; sobre estos traía una gabardina de color violeta con las orillas blancas y vivos de color dorado, sujeta en su cintura por una cinta blanca. Una capa blanca que caía hasta sus tobillos era sujeta con broches redondos de color violeta con dorado, los cuales se encontraban en la parte frontal de sus hombros; sus pies estaban cubiertos por unos botines blancos con vivos dorados en la orilla. [ http://sp8.fotolog.com/photo/8/47/9/clamp_yuzuki_x/1203667152_f.jpg ] En esos momentos se encontraba recargado en el gran y hermoso piano de cola.

 

Fujisaki, sentado en el banquillo del piano, paseaba los dedos  por sobre las teclas blancas y negras, presionándolas sin sentido alguno, como si revisará su afinación.

El joven vizconde vestía un pantalón negro y camisa del mismo color, sobre estos una gabardina de color negra, perfectamente atada hasta su cintura permitiendo que lo demás colgara libre hasta sus tobillos. La gabardina de cuello alto tenía en la parte frontal una franja blanca sobre la cual estaban los cuatro broches que la ajustaban; las mangas de la misma eran blancas y tenían un broche para ajustarla a sus muñecas; a la altura de su pecho, del lado izquierdo tenía un bordado blanco de una pequeña cruz. El gabán contaba con un gorro que en esos momentos estaba acomodado en la parte alta de su espalda, pero que momentos atrás había traído puesto para cubrir su cabeza de los pequeños copos. Sus manos estaban cubiertas por guantes blancos; mientras que sus pies eran cubiertos por botas que llegaban arriba de su rodilla  de color negro y en la parte frontal una franja blanca. [ http://www.cosplayhouse.com/images/D/DGrayman_Allen_Walker_shoes_ver_01-4-05.jpg ]

 

 

  • - ¡¿Qué?! - Pregunto Eiri sin más, mirando al joven que lo acompañaba.
  • - Que anoche me enfrente al caballero Nakano Hiroshi.

 

Eiri no podía creer lo que acababa de escuchar. No tenía ni medía hora que se había levantado, no hacía ni 10 minutos que Suguru había llegado a palacio, y ya le venía con semejante noticia ¡¿Qué demonios?!

 

  • - Quería que cancelará mi duelo contra el príncipe Shuichi. - Dijo suavemente para después comenzar a tocar en el piano, una pieza suave y algo melancólica, una melodía que conocía muy bien y podía tocar sin mayor concentración... una pieza a la que Eiri no estaba prestando el mínimo de atención. [ http://www.youtube.com/watch?v=CRD-XRmofI0&feature=related ]
  • - ...
  • - Se justifico con excusas muy triviales para evitar el duelo. Sin embargo, se veía muy determinado, así que le di una oportunidad.
  • - ...
  • - A pesar de que su técnica es muy buena... lo derrote.
  • - ...
  • - Pero él seguía necio en vencerme. Era como si estuviera dispuesto a dar la vida
  • - Es lógico, es su escolta
  • - Pero no lo hacía como subordinado
  • - ......
  • - Lo que siente por él, no es solo lealtad.
  • - ...
  • - Es algo que va más allá de un "súbdito-príncipe"
  • - ...
  • - Pero perdió el duelo... y yo cumpliré con lo que acordamos
  • - ¿Y que fue?
  • - ... - Dio un suave acorde con una pequeña pausa y hablo de manera firme. - No tener compasión de él.

 

El silencio se formo por algunos segundos, momentos en los que la pieza iba un poco más rápida y luego regresaba a su suave y melancólico ritmo... aunque ninguno de los dos estaba escuchando ni disfrutando de aquella pieza, cada uno tenía la mente en sus propios pensamientos...

Fue cuando la pieza volvió a tomar el mismo tono que al inicio, que Yuki se movió de su lugar y camino hacia la entrada de aquel salón de música, dispuesto a salir de ahí. Sin embargo se detuvo en la entrada, y sin girar el rostro hablo:

 

  • - Deberías reconsiderar la situación.
  • - ¿Por qué?
  • - Sabes el porqué. - Y tras esas palabras se fue, dejando solo a Fujisaki. Quien continúo tocando la pieza por unos momentos más... hasta que sus dedos perdieron la fuerza para seguir y poco a poco se fueron deteniendo, dejando la melodía a medias.
  • - En verdad............Todos... quieren protegerlo. - Dijo suavemente, sintiendo como sus ojos picaban por lágrimas contenidas.

 

+-+-+-

 

Eiri salió con paso apresurado pero sin perder esa elegancia y arrogancia en su andar, haciendo que sus ropas se movieran de manera armoniosa.

 

No sabía lo que estaba sintiendo en esos momentos ¿Era enojo? ¿Era preocupación? ¿Era desconcierto? ¡¿Qué diablos?!

 

Demonios ¡Todo había sucedido tan rápido! ¿Cómo era posible que no hubieran pasado ni 24 horas y ya todo parecía estar de cabeza?

 

Shuichi se había armado de palabras con Suguru y luego acepto un duelo que era lógico que perdería al no saber ni cómo demonios se agarra una maldita espada.

Suguru se enojo porque Shu lo hizo quedar en ridículo al sacarlo de sus cabales y por eso no quería declinar el duelo.

Hiroshi había ido a buscar a Suguru al bosque para que detuviera aquel combate, peleando contra él y perdiendo, haciendo que el menor sintiera la "obligación" de pelear con toda su habilidad contra Shuichi ¡Maldito Nakano idiota!

Y para rematar, ahora él estaba preocupado por esa bola rosa, y enojado con Fujisaki por la decisión que tomo.

¡¿Qué mierda?!

 

"Lo que siente por él, no es solo lealtad.

   Es algo que va más allá de un "súbdito-príncipe"

 

Las palabras de Suguru resonaron en su mente de nuevo; haciéndolo pensar en ellas de manera más profunda....

Hiroshi  ¿Qué sentía por Shuichi?

Analizando la situación, Hiroshi era cercano a Shuichi, siempre estaba a su lado y al pendiente. ¡Pero eso era lógico! Después de todo, era su guardia personal; tenía que estar siempre junto al príncipe; y si estaba cerca de Shuichi, sabía muchas cosas de él, como sus gustos, sus disgustos, sus felicidades y sus enojos. Incluso eso explicaba su amistad ¿Qué no?.........

Pero... ¿Una amistad que llegaba al grado de tener un duelo contra su oponente? ¿Se podía tener tal amistad con tu escolta? ¿Se podía tener tal devoción por el noble al que proteges? No, claro que no. Esos gestos iban a algo más......... a algo que se podía entender como una "amistad" tan sobreprotectora que podía incluso podía caer en la obsesión ¿o no?

 

Tal vez estaba exagerando, pero ¿Cómo saber si era exageración o no? Fácil, haciendo comparaciones:

 

La escolta del Sultán era Rage.

A ese hombre NADIE le podía decir que hacer y que no. Y menos Rage, quien seguía las ordenes de aquel hombre al pie de la letra y solo tenía libertad de "decisión" para cumplir con su trabajo lo mejor y más rápido que podía.

Era 100% seguro que si el Sultán se debatiera a duelo con Suguru y Rage interviniera, ella terminará decapitada por tal ofensa.

 

De acuerdo, un comparativo MUY extremo.

Mejor otro caso.

 

La escolta de Ayaka era Bill.

   Bill siempre estaba cerca y al pendiente de la chica. Aunque la defendía a capa y espada; nunca se metería en un duelo que ella misma hubiera aceptado.

  Ayaka se llevaba bien con Bill, le hablaba por su nombre y en ocasiones platicaba largo tiempo con él, podía decirse que eran "amigos", pero la princesa no iba a contarle TODAS sus penas ni recurría a él para sus escapadas ni cosas por el estilo. Menos aceptaría que el chico se metiera en un duelo o que la defendiera de esa manera.

  Podía decirse que: Se daban su espacio.

 

Otro caso:

La escolta de Ryuichi.

   Ese hombre ¿Cómo diablos se llamaba? Bueno, no importa. Ese hombre era fuerte y serio, de fisonomía delgada pero cara de cero amigos. Siempre con el sable en su cintura y siguiendo al joven rey a una distancia prudente para no interferir con su vida personal pero poder moverse rápido para protegerlo sin problema alguno. Aquel hombre no hacía nada que no le dijera Ryuichi, podía decirse que no tenía voluntad y que solo se movía en dos situaciones 1: cuando se lo ordenaban. 2: Cuando alguien amenazaba a Ryuichi; cosa que, afortunadamente, NUNCA había sucedido.

 

Y Mejor ni hablar de las escoltas de Asgard, ya que estas prácticamente no existían ¿Quién necesitaba de alguien que te siguiera a sol y sombra en donde los nobles eran extraordinarios militares? ¿Quién requería de escolta en el reino más seguro de Gaia? ¿Qué persona en su sano juicio se atrevería a dañar a un noble de Asgard?

Las escoltas de Asgard solo servían cuando los nobles salían del país o andaban en el bosque por la noche, y eran escoltas de no menos de 2 personas, pero estas nunca interferían en las decisiones que tomara un noble, aunque dieran su opinión, si el hidalgo decía: "lo hare" se hacía, y fin de la discusión.

 

 

Analizando todo eso ¿Hacía falta comprar con la conducta sobreprotectora que tomaba Nakano con Shuichi?

No, claro que no.

Y sin embargo ¿Qué diría Shuichi si se enterará de aquel duelo furtivo? En primera ¿Lo sabía o no? Cualquiera se molestaría que alguien más le resolviera sus propios problemas, pero era Shuichi, era el peor problema en el que se había metido hasta ahora y era Nakano quien había tratado de salvarlo ¿Eso haría que lo perdonara? ¡¡Claro que sí!!

Pero ¿Si su solución termino por dejas las cosas peor? ¿Lo perdonaría? ¡Por favor, siendo Shuichi y tratándose de Nakano, CLARO QUE SI!

 

¡¡¿Qué mierda estaba pesando?!! No lo sabía... ahora estaba más enredado que antes ¡MALDITA SEA! ¡Esos tres tenían la culpa de todo!

Fujisaki por contarle lo que sucedió anoche y aceptar dos desafíos tan estúpidos.

Shuichi por idiota, aceptar ese duelo y hablar sin poner las palabras en su cabeza antes de ponerlas en su boca.

Hiroshi por ser tan sobreprotector con Shuichi y venir a cagarla

¡¡Que la mierda!! ¡¡Maldito Nakano!!

 

¡¡Un momento!! ¡¿Qué demonios era eso?! ¡¿Estaba celoso?! ¡¿Celoso de Nakano?! ¡¡¿De un guardia?!! ¡¡¿Un príncipe celoso de un simple caballero?!! ¡¡¡RIDÍCULO!!!

¡No! Eso no era posible ¡¿Cómo podía ser eso?! ¡¿Cómo podía estar celoso de él?! ¡Nakano no podía competir contra él! ¡¡IMPOSIBLE!!

 

¡Maldita sea! ¿Cómo demonios podía ocurrir eso? Eso iba en contra de cualquier principio ¡De su orgullo! ¡Maldita sea!

Debía sacarse todas esas estúpidas ideas de la cabeza, debía calmarse y pensar que esas conclusiones eran simples y puras conjeturas estúpidas que se le ocurrieron en un momento de "lapsus brutus"

 

Si, era eso......... solo eso............

 

Se detuvo en seco y miro a su alrededor ¿En qué momento llego a los jardines del palacio? No tenía ni la más mínima idea, pero tampoco era algo que le importase, en esos momentos lo único en lo que debía pensar era en olvidarse de esas babosadas, y que mejor manera de enfriar su cabeza que relajándose con el frío viento matutino que agitaba levemente sus cabellos.

 

Continuó su tranquilo andar, tratando de pensar en otra cosa, aunque esto fuera "la mortalidad del cangrejo"...  y entonces lo vio; en aquel campo de entrenamiento, con la espada entre las manos, moviéndola levemente con una mano, notando el movimiento que hacía y la ligereza de su peso.

 

Pudo sentir claramente como la sangre de sus venas se calentaba, entrando a un punto de ebullición que simplemente no esperaba sentir... y que nunca antes había sentido.

 

Ahí estaba, el culpable de esos sentimientos encontrados, practicando con la espada, fijando su vista en aquel delgado pero peligroso filo, notando los ligeros destellos que daba con los furtivos rayos de luz que se colaban entre las nubes del cielo.

 

Eiri apretó los puños con fuerza, provocando que sus nudillos quedaran completamente blancos por la fuerza ejercida.

Por unos segundos pensó el dar media vuelta e irse, pero ¡NO!... él no era un cobarde, él no escapaba de sus problemas... Él los enfrentaba cara a cara ¡Y lo iba a hacer!

Camino con paso seguro hacia él, sin moverse muy rápido ni muy lento... pero sí amenazante.

 

Pudo sentir su presencia cuando estaba a pocos metros de él, así que giro el rostro, viendo al príncipe de ese reino, sabiendo, por esa mirada, que aquello no era para darle los "buenos días".

Se detuvo a uno dos metros de él, levantando un poco el rostro y mirándolo de manera fría y déspota, teniendo los labios apretados y una mirada aguda en sus ojos ámbar.

 

  • - Príncipe. - Saludó, haciendo una ligera reverencia hacia aquel hombre
  • - Ya me entere de lo sucedido anoche. - Ese fue su "buen día"
  • - ... - Hiroshi se enderezó, mirándolo fijamente, sabiendo que aquello no era bueno
  • - Solo te lo diré una vez. - Agudizó su mirada, haciendo que Hiroshi contuviera el aliento por unos instantes. - Aléjate de él.
  • - ...... - ¿Advertencia o amenaza? ¿Qué fue eso? No lo sabía, pero algo le decía que no se dejara intimidar, y que explicara sus motivos de los hechos. - Lo único que quiero. Es que el príncipe Shuichi no salga herido.
  • - ... - Ahí estaba, ese nombre saliendo de sus labios.
  • - Shuichi se metió solo en esta; que se salga por sí mismo. - Aquellas palabras molestaron al pelirrojo. ¿Es que no le importaba lo que le pudiera suceder a Shuichi? ¡Por Natura! ¡¡Era un duelo!! ¡Su vida corría peligro!
  • - Para usted es fácil decirlo ¿no es así?
  • - ......
  • - Después de todo, él solo fue una apuesta. - Sonó agrió y molesto.
  • - ... - Yuki se enojó aun más. ¿Quién demonios se estaba creyendo ese imbécil al hablarle así? ¿Acaso no sabía que él era el heredero a la corona? - Cuida tus palabras, "caballero". - Lo último lo dijo de manera despectiva.
  • - Tal vez usted sea el próximo rey de Asgard, ¡pero eso no le da derecho de tratar así al príncipe! - Le gruño molesto.
  • - ¿Te atreves a levantarme la voz?
  • - Si es por defender a Shuichi ¡Me atrevo a levantar la voz, e incluso a pelear contra usted!

 

"Shuichi" Lo llamo "Shuichi" sin usar su titulo de noble; en otras palabras, lo había tuteado ¡¿Con que derecho!? El era solo un caballero, un simple guardia, un sirviente.  ¡No tenía porque hablarle con tanta confianza a Shuichi!

Se miraron a los ojos de manera fija, con los puños apretados y los labios pegados.

 

  • - ¿Pelear contra mí?
  • - ...
  • - ¡Jah! No sé si eso se considera agallas o estupidez
  • - Llámelo como quiera. Pero ni usted ni nadie tiene derecho a tratar así a una persona ¡Menos a alguien como Shuichi!
  • - ¿Tan importante es para ti?
  • - Así es
  • - ......... - Sus puños no se podían poner más blancos, pero las uñas en sus palmas ya estaban empezando a dejar marcas.
  • - Le aseguro que, con toda seguridad... lo protegeré.
  • - ...
  • - Incluso de usted, príncipe.
  • - Estas cruzando la línea, Nakano.
  • - ...
  • - No olvides tu posición. No quieras ponerte a mi nivel.
  • - Usted ya la olvido, al ponerse a "mi nivel".

 

Ya no lo soporto más, se movió por inercia, de manera rápida y sorpresiva, provocando que Hiroshi se sorprendiera por aquello.

 

  • - No me provoques, mocoso. No sabes lo mal que te puede ir.

 

No sabía si debía decir algo para defenderse o quedarse callado por prudencia. Se decidió por la segunda, pero aún así le miro de mala manera, apretando los puños con fuerza, demostrándole con su mirada que aquellas palabras no lo intimidaban.

 

  • - Te lo diré por última vez. - Lo acercó un poco más a él, haciendo que sus rostros quedaran muy cerca y que Nakano pisara el suelo con la punta de sus pies, mientras que sus fieras miradas se encontraban, retando al contrario. - No te quiero tan cerca de él. ¿Te quedo claro?
  • - ......

 

Lo soltó de mala manera, provocando que Hiroshi diera un pequeño paso hacia atrás para tener estabilidad y no caer al suelo, mientras miraba como el rubio se alejaba, mostrándose más molesto de lo que estaba cuando llego. ¿Qué demonios le pasaba a ese hombre? ¿Por qué actuaba así por un duelo furtivo? No lo sabía pero le molestaba...... ¡¿Quién se creía ese idiota para venir a recriminarle algo como eso?!

 

Eiri andaba rápido, con los puños apretados y un rostro que atemorizaba a cualquiera que lo viera.

Se había dado cuenta de que en verdad estaba celoso. Celoso de ese hombre, de ese caballero, de ese "amigo".

Las frases que había dicho no habían servido para nada que no fuera para enojarlo.

No eran suposiciones erróneas de Suguru, ni pensamientos idiotas que tuviera ¡Era cierto!

Hiroshi Nakano sentía por Shuichi algo que iba más allá de fidelidad y obediencia.

Era una amistad muy fuerte, una amistad obsesiva, una amistad......... que podía llegar a ser amor.........

¡¿Amor?! ¡¡¿Nakano amaba a Shuichi?!! ¡¡¿ERA ESO?!! ¡¡Demonios!! ¿Cómo? ¿En qué momento? ¿Por qué? ¡¡¿Por qué no lo noto antes?!! ¡¡¡¡MALDITA SEA!!!! ¡¡¡¿POR QUÉ DEMONIOS ESTABA TAN CELOSO?!!! ¡¡ERA UN CABALLERO!! ¡¡UN SIMPLE CABALLERO!! ¡¡¡SOLO ESO!!! ¡¡NO PODÍA COMPARARSE CON ÉL!!

PARA SHUICHI ÉL ERA SOLO SU AMIGO ¡¿VERDAD?! ¡¡¡SOLO ESO!!! Y si lo consideraba su amigo ¡¡No podía enamorarse de él!! ¡¡NO PODÍA!! ¿O sí?

Entonces recordó lo que sucedió cuando dejo a Shuichi. La mirada que este puso al saber de la apuesta; las palabras que le dijo, como si quisiera detenerlo; y finalmente ese "te odio" que aun molestaba al recordar.

Shu sufrió su partida, de eso no le quedaba duda alguna... él chico había sentido por él algo...... de no ser así, no le hubiera lastimado tanto las palabras que le dijo. No había sido su orgullo lo que lastimo al irse, fue algo más importante.

Y diferente a lo que él mismo hubiera esperado en un inicio, aquello no lo hizo sentir bien, ni le hizo sentirse orgulloso de lo que había hecho, ni feliz por haber ganado su apuesta; por el contrario, se sintió menos valioso que una cucaracha al haber lastimar al menor de esa manera. ¿Y quién no se hubiera sentido así?

¡¿Shuichi qué culpa tenía de sus juegos?! Ninguna......

Shuichi, quitando sus defectos de baka y niño chiqueado, era una de las personas más inocentes y valiosas que había sobre toda Gaia...... ¿Qué derecho tenía él de tratarlo así?

Lo que le había dicho Hiroshi era cierto. El no tenía por qué haber usado a Shuichi a para su propia diversión. Se arrepentía de ello, sin duda alguna... pero lo hecho, hecho estaba y por más que llorara, no podía hacer nada para remediar lo ocurrido.

 

  • - Soy un idiota. - Pensó, levantando la vista y mirando un balcón vacio ubicado varios metros más arriba, sabiendo que ese lugar era la habitación de una persona que en esos momentos habitaba en su castillo. - Shuichi. - Murmuro suavemente, como si con aquello pudiera llamar al menor.
  • - Cuando una persona es rechazada y luego alguien la consuela con dulces palabras; es seguro que su corazón sea cautivado.*
  • - ¿...? - Volteo el rostro y miro a Seguchi parado a corta distancia de él. - ¿Qué haces aquí?
  • - Lo vi discutir con el caballero Hiroshi. Fue sobre el príncipe Shuichi ¿verdad?
  • - ...... - Entrecerró los ojos ¿Cómo sabía Seguchi en donde encontrarlo? ¿Cómo sabía de que habían hablado? Si su disputa fue en voz baja.
  • - Fujisaki-kun me dijo que habías salido de la sala de música y te veías enojado. - Con esas palabras respondió a las preguntas mudas del más alto.
  • - ......
  • - También me conto sobre lo ocurrido anoche.
  • - ¿Acaso no se puede quedar callado?
  • - Lo hizo porque está preocupado por usted.
  • - ...
  • - Y no sabe si ayer hizo lo correcto o no.
  • - Suguru ¿dudando de sus decisiones?
  • - No sea tan duro con él
  • - Lo sé, solo que me conto lo ocurrido en mal momento.
  • - ¿Enojado?
  • - No pude dormir.
  • - Ya veo. - Se cruzo de brazos. - ¿Preocupado por el duelo de hoy?
  • - ¿Tú qué crees?
  • - Todo saldrá bien
  • - ¿Cómo lo sabes?
  • - No lo sé. - Sonrió. - Pero confió en que así será.

 

Yuki lo miro de reojo y tras ello miro de nuevo el balcón, pensando en aquel joven de cabellos rosados. ¿Qué sucedería? ¿Shuichi estaría preocupado por el duelo? ¿Habría descansado bien? ¿K le habría enseñado lo esencial para defenderse? ¿Podría hacer algo contra Suguru?

No lo sabía, pero en esos momentos rogaba porque las palabras de Seguchi fueran ciertas y todo saliera bien.

 

+-+-+-

 

Mientras tanto, en la habitación de Shuichi......

 

  • - ¡Shuichi! - Grito de nuevo Ryuichi, mirando aquella cama en la cual había una persona, cubierta hasta la cabeza con aquellas colchas. - ¡SHU, DESPIERTA!
  • - Mmm... 5 minutos... - Fue todo lo que dijo, con voz amortiguada por las colchas y el sueño; giro sobre sí mismo para envolverse más.

 

Según él, era MUY temprano todavía. Quería seguir durmiendo, la cama era SUMAMENTE cómoda y calientita. En cambio afuera hacía DEMASIADO frío.

Ryuichi estaba empezando a impacientarse. ¿Cómo era posible que Shuichi no le hiciera nada de caso? Eso no era bueno. Shuichi se tenía que levantar ya para arreglarse, desayunar, esperar a que la comida le hiciera digestión y después hacer un pequeño calentamiento para el duelo ¡Tenían el tiempo contado y Shuichi no daba señales de levantarse!

 

"tock tock"

 

Ryuichi volteo hacia la puerta, notando a su prometido parado en la entrada de esta, acompañado por K.

 

  • - ¿Aún no se levanta? - Pregunto Tatsuha con calma.
  • - No, no me hace casi... ya perdí la cuenta de las veces que me ha dicho "5 minutos"
  • - Eso no es bueno. Mi cuñadin necesita desayunar bien. - Comento Tatsuha parándose atrás de Ryuichi y abrazándolo por la espalda.

 

El traje de Tatsuha consistía en un pantalón azul con vivos en color dorado, bajo este una camisa blanca y sobre una casaca azul de manga larga, perfectamente abrochada, de enfrente llegaba hasta su cintura y por detrás caía hasta las rodillas en dos picos.

El traje de Ryuichi consistía en un pantalón blanco de corte recto, bajo este una camisa de color negra con bordados dorados y sobre una casaca blanca de manga larga, cerrada con unos pequeños pero elegantes broches dorados, de enfrente llegaba hasta su cintura y por detrás caía hasta las rodillas en dos picos.

[ http://imageshack.us/photo/my-images/413/minitokyomalescanscodegqg8.jpg/sr=1 ]

 

  • - Tenemos que levantarlo, pero no se me ocurre la manera.
  • - Déjenmelo a mí. - Dijo K caminando hacia la cama y desenfundando su espada.
  • - Ehh... K ¿Qué le vas a hacer a mi hermanito? - Pregunto temeroso el rey de Turandot.
  • - Levantarlo. - Dijo con calma mientras lo apuntaba con su espada.
  • - Mejor olvídalo, yo lo despierto. - Comento Tatsuha, a sabiendas de que aquel pequeño pelirrosa podría terminar cortado por la mitad por el rubio.
  • - Si usted lo ordena, joven príncipe. - K guardo su espalda y se fue hacia la entrada, recargándose en el marco de la puerta.

 

Tatsuha soltó a su prometido y después se acerco a la cama de Shuichi, sentándose en el borde de esta y destapando el rostro del menor.

 

  • - Cuñadin. - Dijo con calma, acariciando suave y gentilmente su mejilla, sintiendo la suavidad de su piel bajo las yemas de sus dedos.
  • - ... . Aquello provoco que Ryuichi apretara suavemente los labios. ¿Por qué su novio estaba siendo tan dulce con su hermano? ¿Por qué acariciaba su mejilla de esa forma tan sutil? ¿Qué no se supone que con la única que tenía que ser dulce era con él? ¡¡Eso era el colmo!! ¡Estaba sintiendo celos de su propio hermano! Y para colmo no lo podía evitar.
  • - Shu, cuñadin.
  • - Mmm... ¿Qué? - Murmuro sin siquiera abrir los ojos.
  • - Es hora de levantarse
  • - ...mmm... 5 minutos más.

 

A Ryuichi se le pasaron sus celos en esos momentos al notar lo dormido que estaba su hermano y las tonterías que seguía diciendo. Exhalo el aire de su pulmones, cansado de esa frase; seguro de que: si le dieran un reino por cada vez que había dicho eso en esa mañana; la mitad de Gaia ya sería suya.

 

  • - Nada de 5 minutos. Ya levántate. - Tatsuha levanto un poco su timbre de voz; ya no sonaba tan conciliador, por el contrario, era una tranquila orden.
  • - ...mmm... no quiero. - Y se rodo un poco, acurrucándose en sí mismo y abrazando más las cobijas ¡Ahhh... Que rico!
  • - Ahh... - Suspiro en silencio. - Bien, tú lo quisiste. - Tomo un vaso que había sobre el pequeño buro, y sin contemplación alguna, lo vertió sobre el rostro del menor.
  • - Ahhh... - Shuichi se despertó de un brinco, tomando una bocanada de aire, sintiendo el agua fría correr por su piel y escurrir desde su rostro hasta su pecho. - ¡Esta helada! ¡¿Por qué hiciste eso?!
  • - Porque no te querías levantar.
  • - Aún así ¡¡No tenías porque hacerlo!!
  • - Era eso o que te levantara K.
  • - ......... - Bajo el rostro y murmuro una sarta de cosas inentendibles, aunque no le recrimino ya nada a Tatsuha, pues eso era nada comparado con la manera en la que el rubio lo hubiera despertado.

 

Shuichi  se ducho y vistió en tiempo record.  ¿Y quién no lo haría teniendo al cronometro K esperando por él? A pesar de eso, tenía sueño, y lo único que quería en esos momentos era regresarse a la cama y seguir durmiendo largo y tendido hasta que la espalda le doliera por estar recostado tanto tiempo.

 

  • - ¿Está listo, príncipe?
  • - Si, si, ya voy. - Dijo Shuichi saliendo de la habitación.

 

Vestido con un pantalón de color blanco y camisa del mismo color de manga larga que terminaba en pico sobre el dorso de sus manos. Sobre esta traía un abrigo de color violeta con bordados de en color dorado en las orillas; este se sujetaba en su pecho con un broche  de color rojo oscuro. Sus pies eran calzados por zapatos blancos [ http://spd.fotolog.com/photo/61/58/32/clamp_shawn/1293668206647_f.jpg ]

 

Caminaron con pasos tranquilos por los largos pasillos, sin que ninguno dijera nada; haciendo el momento un poco tenso para Shuichi.

 

  • - ¿Y Hiro? - Pregunto más que nada para hacer la plática.
  • - Hace unos momentos lo vi en el campo de entrenamiento practicando con la espada.
  • - ¿Hiro practicando? Pero él es muy bueno
  • - Un caballero siempre debe practicar, para estar listo ante cualquier eventualidad.
  • - Ya veo. - Y de nuevo silencio

 

K sabía lo que había sucedido aquella noche entre Hiroshi y Suguru; el mismo peli verde se lo había comentado a él y a Seguchi; Y era seguro que el marqués había ido a hablar con el príncipe Yuki para saber su opinión... pero ¿Era prudente decirle a Shuichi? El consideraba que no; después de todo ¿Para qué hacerlo, si Hiroshi había perdido? Además, comentarle que Hiro estaba practicando porque se sentía frustrado al haber perdido con alguien menor que él; eso solo haría que el pelirrosa se pusiera nervioso antes del combate. No, mejor no echar más leña al fuego.

 

Shuichi por su parte no decía nada, pero sentía el ambiente un poco pesado, y más que nada se debía al combate que tendría al medio día.

Se había pasado gran parte de la noche practicando con la espada, y no sabía ni la mitad de lo  esencialmente básico: que eran 3 movimientos de defensa y 3 de ataque ¡Por Dios! Apenas y sabía cómo agarrar la espada de manera correcta sin que esta saliera volando por los aires. ¿Tenía caso aquel combate en el que era obvio quien ganaría? ¡Claro que no! Y aún así, no quería echarse para atrás...... ¡¿Qué podía hacer?! No tenía ni la más remota idea.

 

  • - ¡CUÑADIN!
  • - ¡¡...!! - Shuichi volteo el rostro y miro a Tatsuha

 

¡Un momento! ¿Cuándo llego al comedor? ¡¿Cuándo se sentó junto a su cuñado?

 

  • - ¿Sucede algo, príncipe Shuichi? - Pregunto el rey de Asgard, mirando al chico con preocupación.
  • - ¿Eh? Ahh... no... no me pasa nada. - Musito mientras tomaba los cubiertos y comenzaba a comer.

 

El silencio en el comedor era algo molesto para los presentes; y por ese motivo Mika comenzó a platicar con su padre sobre cualquier trivialidad; segundos después Seguchi, Judy, K, Ryuichi y Tatsuha se unieron a la plática, amenizando él ambiente, lanzándole preguntas a Suguru, quien respondía  de manera gentil; Yuki por su parte solo daba monosílabos de aceptación o negación, mientras que Shuichi ni siquiera le prestaba tención a la plática. De nuevo se había quedado quieto, mirando su comida y probando apenas uno que otro bocado, guiado más que nada por la inercia.

Hiro por su parte, miraba preocupado al pelirrosa, temiendo por su seguridad. Sabía que el enfrentamiento que tendría con Suguru no sería largo, pero ¿Qué importa el tiempo cuando se va a enfrentar contra un experto? Apretó los puños con fuerza ¡Demonios! ¡El pudo haber hecho algo y no hizo nada! Ese chico le había ganado de una manera sorprendente y rápida ¿Cuántos segundos le tomaría derrotar a Shuichi? Sin poder evitarlo miro de reojo y con recelo a Fujisaki; sabía que a esas alturas del partido no podía hacer nada... y sin embargo............ ¿Por qué no se le ocurría algo para detener el duelo? ¡¡Algo aunque fuera estúpido!! Como secuestrar a Fujisaki por unas horas o algo por el estilo. Ahora que lo pensaba detenidamente, no sería mala idea secuestrarlo ¡¡¿Qué idiotez decía?!! ¿Cómo si fuera posible secuestrar a un noble de Asgard? ¡¡Por favor!! ¿A quien quería engañar? Ya no había nada que pudiera hacer.

De repente Hiro pudo ver la discreta pero intensa mirada de Suguru, el chico se dio cuenta de que lo estaba observando de una manera agresiva, y eso no era bueno si quería que Shuichi estuviera seguro, después de todo Suguru tenía de habilidad lo que tenía de orgullo... mejor no provocarlo...... ¡Por Natura! ¡¡Que era idéntico a Yuki!!

 

"No te quiero tan cerca de él."

 

Las palabras de Yuki hicieron eco en su cabeza una y otra vez; haciéndole recordar el enfrentamiento que tuvieron esa misma mañana. Miro disimuladamente a Yuki y pudo notar como este al instante le dirigió una filosa y peligrosa mirada, una mirada que duro menos de un segundo, pero que provoco que la sangre se le congelara en sus venas.

El ya sabía que no era una persona MUY agradable para Yuki, pero lo soportaba, o al menos eso pensó durante el tiempo que fueron cercanos. Sin embargo, ahora parecía que no toleraba su sola presencia ¿A qué se debía ese cambio tan repentino? Seguro era por el enfrentamiento que hubo anoche pero ¿Por qué? Si Suguru había ganado y además salió ileso...... ¿Por qué se enojo? No lo entendía ¡No podía comprender a ese hombre! Y sinceramente, no tenía ánimos de comprenderlo: lo que pensara o sintiera le venía valiendo una mierda; lo único que él quería era que Shuichi dejara de sufrir por ese patán del que estaba enamorado.

 

+-+-+-

 

El tiempo transcurrió demasiado rápido aquella mañana; antes de que se dieran cuenta ya era medio día... y los sirvientes ya tenían preparada la sala y las armas de combate.

Era un salón muy amplio; de blancos pisos pulidos y columnas altísimas que apenas dejaban ver el techo. Una de las paredes tenía el escudo de Asgard grabado sobre su piedra... y debajo algunas de espadas de diferentes tamaños y grosores; cada una perteneciente a un Rey diferente; según su estilo de combate. Espadas que iban desde el primer rey del reino, hasta el padre del actual rey.

Delante de aquella zona había varías sillas colocadas para los espectadores del combate. Y delante de ellas ya se encontraban unas personas presentes: En el centro estaba el rey de Asgard, del lado derecho había una silla vacía, junto a la cual estaba Mika y a su lado Seguchi; del lado izquierdo del Rey se encontraban dos sillas vacías y al lado de la ultima estaba Judy sentada y con su hijo sobre sus piernas, quien jugaba con las pulseras que su madre traía en sus muñecas.

K se encontraba en el centro de la habitación, en espera de que llegaran los dos combatientes.

El primero en arribar al lugar fue Suguru, acompañado de su prometido, con quien apenas había cruzado unas cuantas palabras en aquellas horas. Era obvio para todos que Yuki seguía enojado con su prometido.

 

  • - Tan puntual como de costumbre. - Musito Seguchi con una tranquila sonrisa en su rostro. Y es que eso era cierto, Fujisaki NUNCA llegaba antes ni después de la hora. Un minuto de retraso significaba llegar tarde... y un minuto de adelanto significaba no saber medir el tiempo, en cualquier caso ambas eran señal de impuntualidad.

 

Eiri dejo a su prometido a un lado de K, como si se asegurará de que llegaba en forma al lugar del duelo.

 

  • - Te desearía suerte, pero dudo que la necesites. - Musito Yuki suavemente al chico, aunque no sonó agrió, no eran las palabras que alguien espera escuchar antes de un duelo.
  • - ¿Sigues molesto conmigo?
  • - Eso ya no importa. - Se dio media vuelta para ir a su lugar; la silla vacía ubicada al lado derecho de su padre; sin embargo, las palabras de Suguru lo pararon en seco.
  • - ¿Quieres que pierda? - Apenas y lo musito, pero el rubio lo escucho claramente
  • - ¡...! - Sin poder evitarlo, volteo el rostro y miro al menor, quien tenía la cabeza ligeramente baja.
  • - Solo pídelo... y lo haré.

 

 Yuki se volteo por completo, mirando los puños de Fujisaki, notando como estos, a pesar de no estar apretados, estaban cerrados con algo de fuerza.

Entonces lo comprendió. Fujisaki estaba demasiado confundido con respecto a lo que Eiri esperaba en realidad de él; como si no supiera que era lo que debía de hacer, y claro... esos temores se los infundió el mismo Eiri al tratarlo de esa manera tan fría y cortante.

Sabía que Fujisaki había hecho mal al aceptar esos duelos, pero no podía dejar caer sobre él toda la responsabilidad, como lo estaba haciendo.

Giro de nuevo sobre sus pies para pararse delante del peli-verde, y tras ello tomo su rostro entre sus manos, obligándolo a levantar el rostro y que lo mirará.

 

  • - ¿Eiri? - Dijo extrañado ante aquel gesto tan gentil por parte del rubio.
  • - La elección es tuya... - Dijo para después acercarse y besar suavemente la mejilla del peli-verde, para después musitarle un: - Has lo que tengas que hacer. - Y tras esas palabras lo soltó, caminando hasta su lugar para sentarse.

 

+-+-+-

 

Al mismo tiempo, en los jardines del palacio...

 

  • - ¡¡NI HABLAR!! - Grito Shuichi abrazado de un tronco. - ¡¡No pienso ir!! - Dijo de nuevo, abrazando aquella madera como si la vida se le fuera en ello.
  • - Pero no tienes otra alternativa, cuñadín. Tu mismo dijiste que aceptabas el duelo
  • - ¡¡PERO NO SABÍA LO QUE DECIA!!
  • - Bueno, este es un buen momento para darse cuenta que antes de hablar tienes que usar la cabeza, Shu-chan. - Continuo Ryuichi, viendo a su hermano, sabiendo que si lo jalaban de las piernas arrancarían el pobre e inocente árbol, ya que Shuichi no lo soltaría ¿Que culpa tenía ese indefenso ser? ¡Ninguna! Y para no atentar contra esa vida, lo mejor era convencerlo.

 

Hiro estaba parado a unos cuantos metros de ellos, mirándolos pero sin decir nada. Sabía que Shuichi tenía que ir a su duelo, pero él tampoco quería que Shu soltará el árbol y se fuera a exponer contra ese peligroso joven.

 

  • - Vamos Shuichi, el lugar está listo y las armas preparadas. Piensa en el trabajo que hizo la servidumbre limpiando el lugar y los armeros en crear las espadas.
  • - ¡Por mi se hubieran ahorrado todo ese trabajo!
  • - ...... - Entonces Ryuichi puso una infantil carita llena de tristeza, cosa que no paso desapercibida para Tatsuha. - Pobres chicas. Se desvelaron toda la noche limpiando el lugar para que estuviera impecable, su esfuerzo ha sido en vano. - Dijo con ojos llorosos.
  • - ...ouch... - Pensó Shuichi al sentir aquel ataque indirecto
  • - Es verdad... y los armeros, que con tanto esfuerzo crearon una espada que Shuichi pudiera sostenerla sin problemas y que fuera muy resistente. Estaba tan entusiasmados en saber si su trabajo le gustaría al príncipe Shuichi.
  • - ...ouch...
  • - Y el pobre de K, que hizo un esfuerzo sobrehumano por enseñarle a Shuichi a combatir. - Añadió Ryuichi
  • - ...ouch...
  • - El pobre no pudo llegar a tiempo para contarle un cuento a su hijo antes de dormir, y Michael se enojo con él, por eso no quiere verlo el día de hoy. Debe estar sufriendo tanto... - Tatsuha le hizo segunda
  • - ...ouch... ouch...
  • - Ahh...el esfuerzo de tantas personas se irá a la basura, solo porque Shuichi no quiere aceptar su palabra. ¡Con la ilusión que tenían de ver cuánto había aprendido en una noche!
  • - ¡¡Está bien!! ¡Está bien!! ¡Ustedes ganan! ¡¡Participare en el duelo!! Pero ya dejen de decirme todas esas cosas
  • - ¡¡Muchas gracias por entender todo el esfuerzo, Shuichi!! - Grito Ryu animada e infantilmente. - Iré a decirles que ya tengan todo listo. - Y salió corriendo como niño pequeño, dejando solo a los otros 3.
  • - Bueno, que te parece si te escolto, cuñadín.
  • - Sí, sí como digas. - Y ambos se fueron, dejando solo a Hiroshi, quien no dejaba de mirar la escena.
  • - ¿Será posible que.........? - Musito extrañado para después alcanzar a su príncipe y al delfín de Asgard. - No creo que sea posible ¿o sí?

 

+-+-+-

 

Shuichi llego con 10 minutos de retraso, escoltado por Tatsuha y Hiroshi, quienes lo llevaron hasta quedar delante de K.

 

  • - No puedo creer tu impuntualidad. - Musito Suguru molesto por la espera.
  • - Uyy... disculpe usted, señor perfección. - Respondió de mala gana Shuichi.
  • - Majestades, les pediría que no se armaran de palabras. Les recuerdo que esto es un duelo formal, no un mercado. - Comento K con seriedad, lo que hizo que Shuichi recordara las palabras de Tatsuha y Ryuichi ¿En verdad le había robado tanto tiempo con su hijo por enseñarle a combatir?
  • - Ehh... K
  • - ¿Sí?
  • - Te pido disculpas
  • - ¿Eh? ¿Por qué?
  • - Ryu y Tatsuha ya me contaron sobre tu relación con Michael. Me disculpo, no quería ser tan egoísta
  • - ...... Príncipe, No sé de qué me está hablando.
  • - ¿Eh? - Le miro extrañado. - Acaso Michael no está molesto porque anoche no le pudiste leer un cuento y dormirlo.
  • - Claro que no. Judy es quien se encarga de dormirlo.

 

Shuichi no supo que decir ante aquella revelación; simplemente volteó el rostro hacia su hermano y su cuñado, notando como estos dos lo saludaban con la mano de manera tranquila, como si le dijeran "Caíste"

 

  • - Entonces...... los armeros ni los sirvientes se desvelaron para tener todo listo para el duelo.
  • - Claro que no. En Asgard tenemos enfrentamientos constantemente como protocolo. Este lugar y las armas deben estar siempre listas.
  • - ¡¡Por Natura!! Caí como un ingenuo. - Gritó molesto.
  • - ...... - Hiroshi sólo se rascó la sien con un dedo mientras pensaba. - No es posible quesea tan crédulo, si era claro que solo le estaban mintiendo...
  • - No importa la manera en la que lo trajeron. Lo importante es que ya está aquí y es hora de comenzar con el enfrentamiento.
  • - ...... - La sangre se le congeló en sus venas ante aquella simple palabra. Pero ya estaba ahí y no había nada que pudiera hacer.

 

K les indicó sus posiciones, parándose los dos de espaldas, al mismo tiempo que dos escuderos les entregaban una espada a cada uno.

Eran armas muy livianas, de hoja larga y tan delgada que incluso parecía doblarse con facilidad. Lo que más le extrañó a Shuichi fue que la punta tuviera una especia de bola, como si quisieran evitar que el filo del arma los lastimara.

 

  • - Debido a las condiciones del combate. Esto será un duelo amistoso.

 

"¿Amistoso?" Pensó Shuichi ¿Desde cuándo una pelea era amistosa? Ahora resultaba que la gente combate por diversión.

 

  • - El objetivo es desarmar a su oponente. Solo desarmar. ¿Queda claro?
  • - Sí. - Dijo Suguru con calma.
  • - Creo que sí. - Respondió Shuichi no tan seguro y tranquilo como el otro.
  • - Bien. Darán 10 pasos hacia enfrente, yo contaré. En cuanto llegue al número 10, girarán y empezará el combate. ¿De acuerdo?
  • - ... - Los dos movieron la cabeza de manera afirmativa.

 

1... - Dijo K con calma, al mismo tiempo que los dos avanzaban con el pie derecho.

2... - Lo único que se escuchaba era el número que decía K seguido del eco de dos pisadas que sonaban casi al mismo tiempo.

3... - Todos los presentes miraban el escenario, en completo silencio y seriedad.

4... - Los pasos de Fujisaki eran seguros, no titubeaba a ninguno movimiento, manteniendo la espada delante de su rostro y viendo hacia enfrente.

5... - Shuichi avanzaba porque tenía que avanzar, con paso nervioso, controlando las ganas de echarse a correr en el siguiente paso.

6... - K retrocedía un paso al mismo tiempo que decía los números, para salir de la zona de combate en cuanto llegara al 10 y no interferir en el combate.

7... - Hiro sentía como su corazón palpitaba rápido y la sensación de vértigo que se apoderaba de él era grande. Llegando al deseo de correr e intervenir en aquel duelo.

8... - Yuki no estaba mejor, podía sentir la angustia dentro de su ser, mezclada con las dudas que había tenido aquella misma mañana.

9... - La adrenalina subía en las dos personas que tenía el duelo... estaban a un número......... ¡un número!

 

10............

 

CONTINUARÁ

Notas finales:

¿Qué les pareció? Espero le haya gustado y no me quieran matar por donde lo deje XD jaja...

¿¿Esperaban ese desenlace en el duelo de Hiro y Sugu??

¿Qué pasara en el duelo de Shu y Sugu?

Hare lo posible por no demorar tanto en el próximo capítulo.

 

Notas:

1: La frase que tiene * Esta en el manga de Gravitation! *o* La dice Yuki... solo cambie un pequeño detalle XD jaja

2: Una parte del capítulo está inspirada en un manga poco conocido (Lo de Shu aferrado al árbol - Y es de Legal Drug de Clamp)

3: ¿¿Alguien noto que las ropas de Yuki y Shu son del mismo color?? XD jaja

 

Nos vemos luego, kuidense y besos

 

Bye bye!!! ^o^


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