Había pasado ya un tiempo desde que lo tuvo entre sus brazos, desde que le conoció y le perdió. Un año pensando solo en él le habían llevado a la decisión de una búsqueda en la que ni el mismo sabía si en realidad lograría tener éxito. Un año más había pasado y su búsqueda aun no cesaba y estaba lejos de hacerlo, se había prometí encontrarlo a como diera lugar y eso haría. Jamás se daría por vencido, en cada lugar a donde iban, mismo en el que le buscaba. Sin ningún resultado debo decir; comenzaba a desesperarse y a sentirse frustrado.
-Yuu-chan, por favor ya han pasado 2 años desde entonces, seguro él ya te olvido, deberías olvidarle también- le dijo el pelirrojo al ver su situación
-che no te metas- contesto en un tono de fastidio
-Yuu-chan yo me preocupo por ti, no es sana esa obsesión que tienes hacia él, además solo fue una noche seguro él ni te recuerda- dijo tratando de ayudarle ya que el japonés había cambiado demasiado a causa de su “obsesión”; comenzaba a creer que se le estaba zafando mas de un tornillo y eso no era bueno; mas sin embargo, el peli largo le tomo con fuerza del cuello azotándolo en la pared mientras le miraba de esa forma que sólo él sabía hacerlo.
-Yuu-ch…an…me..es..tas…ahor..can..do…- dijo con dificultad el pelirrojo -che- exclamo y lo dejo caer de golpe al suelo y se marcho con gran molestia.
Iba caminando sin rumbo fijo pensando en las palabras del pelirrojo “ya han pasado 2 años desde entonces, seguro él ya te olvido, deberías olvidarle también” “solo fue una noche seguro él ni te recuerda” Se detuvo de repente, ¿y si lo que decía el baka-usagui era verdad? Tal vez era cierto…Pero él no podía olvidarle, recordaba a la perfección su cuerpo, su voz, sus ojos, todo en él lo había cautivado y por más que quisiera, por más que lo intentara no podía simplemente dejar de pensarlo -estúpido moyashi- exclamo con un deje de fastidio.
Se maldecía interiormente y maldecía al albino por haberle causado tal descontrol en su persona, deseaba volver a verle, aunque fuera solo una vez, por un mísero instante, con eso le bastaría… Si tan sólo ese día hubiese obedecido a sus instintos y hubiese golpeado al baka-usagi y lo hubiera aventado por la ventana, amarrado al moyashi a la cama para follarlo todo el día si fuese necesario, y no dejarlo ir y despertar cada día a su lado y ver esa estúpida sonrisa que llego a fascinarle aun siendo tan odiosa. Tocar cada centímetro de su piel, hacerlo vibrar y retorcerse de placer debajo de él a cada momento, tal vez, solo tal vez su vida no se sentiría tan vacía como en esos instantes se sentía. Pero el hubiera no existe, todo sucede por algo y si el albino había desaparecido así de su vida debía ser porque nada podría suceder entre ellos mas allá de aquella noche casual. Quizá el usagui tenía razón, tal vez era hora de olvidarse de él, al fin y al cabo era cierto que había sido solo una noche, el moyashi seguro que lo había olvidado enseguida.
¿Entonces porque él no podía hacerlo?
Varias veces durante su carrera había escrito canciones solo para aquel albino que le había cautivado desde el instante en que le había visto, en cada canción siempre se le venía a la mente el rostro del moyashi como cariñosamente lo había bautizado, en cada gira esperaba verlo, siempre buscando entre el público, en cada viaje después del concierto, mas sin embargo jamás lograba verle. Tomo una decisión, el próximo concierto seria en aquel lugar donde le había conocido, si ahí no le encontraba en esa ocasión, dejaría de buscarle y se daría por vencido.
*flashback hace 2 años*
-yo…tengo que irme…espero podamos vernos de nuevo- dijo con una sonrisa el albino y se marcho sin mirar atrás.
Iba a paso un poco lento ya que comenzaba a sentir un enorme dolor en su parte baja, ¿la causa? No podría ser otra más que la noche que había pasado junto con el japonés, recordando aquello su cara adquirió un enorme tono rojizo.
Era la primera vez que le pasaba ese tipo de situaciones con alguien (dígase, era virgen) y jamás había terminado de esa manera con alguno de los clientes, si, la mayoría eran odiosos y un poco insoportables, pero sabía manejarlos y sacárselos de encima, no había tenido problema alguno. Más sin embargo, esta vez había sido diferente, desde que el otro entro en el bar sus ojos se posaron sobre él, no podía dejar de verle. Se golpeo mentalmente por ese tipo de pensamientos y dejándolos de lado, se dedico a lo suyo.
Cuando le vio acercarse a la barra su corazón dio un vuelco enorme, se comenzaba a sentir un poco nervioso, mas sin embargo le atendió como a todos los clientes.
Las horas pasaron y una cosa llevo a la otra hasta terminar en una situación bastante nueva para él, mas no mala, se había sentido muy bien estando con el peli largo y en realidad no se arrepentía de lo sucedido.
Su caminata lo llevo a la playa de aquel hermoso poblado donde habitaba, recorrió toda la costa sin poder sacárselo de la cabeza. Ahora que lo pensaba mejor, nunca le había visto por ahí, recordó las palabras del pelirrojo, el japonés se iría y tal vez jamás le volvería a ver.
Entristeció un poco y miro fijamente hacia el mar, tal vez, solo tal vez, con algo de suerte le volvería a encontrar. Se quedo ahí deseando que eso pasase y prometiendo esperar ahí para verle de nuevo.
Mientras tanto en otro lugar, mirando por la ventana del vehículo donde viajaba, cierto japonés se encontraba pensando en el chico con el cual había pasado la noche, a lo lejos pudo divisar el mar, se prometió que volvería a ese lugar. Le vería de nuevo a como diera lugar….
*fin flashback*
De nueva cuenta había ido a parar al lugar donde todo había comenzado, temeroso y a la vez un poco nervioso se preparo para el concierto, sabía que si esa vez no le encontraba ya no lo haría jamás, tenía la leve esperanza de verle de nuevo, entro al escenario con los nervios a flor de piel pero mostrando seguridad por fuera. Comenzó el concierto de forma tranquila y termino con una de sus nuevas canciones, la que había escrito exclusivamente para esa ocasión, una canción que hablaba de sus sentimientos de frustración al no encontrarle, una canción que hablaba de todas las esperanzas vacías que se había dado al querer verle de nuevo, de la promesa que se había hecho de ya no buscarle; básicamente eso decía en cada una de sus letras.
El concierto termino con grandes aplausos y con varios reporteros esperando a entrevistarle por tan hermosa melodía, mas sin embargo, todo lo mando por un tubo y salió como alma que lleva el diablo solo para buscar en todos los lugares habidos y por haber de los alrededores. Comenzó a frustrarse de nuevo pues, en todos los lugares donde preguntaba, no le daban razón del albino, no descansaría hasta encontrarlo, no esa noche, lo buscaría hasta el momento en el cual tuviera que partir de nuevo, incluso si amanecía, seguiría buscando. Varias horas pasaron y ya cansado, había ido a parar a una de las carreteras
¿Por qué no podía encontrarle? ¿Por qué la vida le negaba esa mísera oportunidad?
Tan metido en sus pensamientos estaba que no se dio cuenta en el momento en el cual había sido aventado por un vehículo. No sabía cuándo es que había quedado inmóvil mirando a la nada mientras un par de personas gritaban horrorizadas.
No sentía nada, solo sentía que ya podía dejar de lado todo, ya nada le importaba, estaba harto, fastidiado de todo. A hora se sentía en paz, en completa calma consigo mismo; ya no quería regresar a ningún lado; solo esperaba alguna vez volver a verle, aunque fuese en otra vida, verle sonreír, tenerlo solo para él, hacerlo gemir y suspirar con sus acciones; tener una vida tranquilo junto a él y morir en sus brazos.
Vaya, esa sería una buena vida ahora que lo pensaba… Y de nuevo vinieron esos pensamientos... ¿Qué hubiera pasado si le hubiese conocido de toda la vida? ¿Qué hubiera pasado si en aquel momento no le hubiera dejado ir?
Sus ojos pudieron visualizar una habitación blanca, no sabía en donde se encontraba y francamente ya no le importaba. Desvió la vista hacia su brazo y noto que en este se encontraba unido a un suero, también pudo ver un aparato que marcaba sus signos vitales. Al parecer aun no había muerto y se encontraba en un hospital.
Maldijo entre dientes ¿Acaso la vida lo odiaba tanto? Al parecer si…porque ahí seguía después de todo… Intento levantarse, pero le resulto imposible, se sentía demasiado adolorido como para poder hacerlo. Maldijo de nuevo. Las cosas ya no podían ser peor…
Había pasado en el hospital aquel un largo tiempo debido a sus lesiones, ya comenzaba a hartarse de todo y de todos, lo único que quería era que le dejaran en paz de una maldita vez.
Ese día, después de recuperar la movilidad se dio una leve escapada solo para estar tranquilo sin visitas, sin enfermeras, sin doctores, solo él y nadie más. Era ya tarde y camino sin rumbo fijo hasta que llego a un lugar que supo identificar muy bien sin necesidad de conocerlo; entro en el mismo sin ningún tipo de prejuicios, caminado a través del mismo término cayendo con uno de los singulares objetos que esta tenia. Se recargo sobre el mismo. De repente frente a él se encontraba una persona a la cual supo identificar de inmediato con una enorme incredulidad en los ojos y creyendo que lo que veía no era más que una de sus alucinaciones
-che, es mal momento para aparecerse ¿no crees moyashi?- sonrió irónico mientras la figura frente a él le sonreí tiernamente mientras le tendía la mano. El japonés no dudo ni un segundo en tomarla.
Finalmente le había encontrado cuando dejo de buscarle que ironías da la vida…
Al día siguiente una enorme tragedia se escuchaba en las noticias “el vocalista principal de Black orden, Yu Kanda fue encontrado muerto en el cementerio local después de haberse escapado del hospital “inocencia”, fue encontrado junto a la lapida de un joven llamado Allen Walker; fallecido hace poco más de un año victima de homicidio y violación, se cree que el mismo tenía un vinculo con el vocalista, pero las pruebas no han arrojado nada en concreto, seguiremos al pendiente de esta tragedia para el mundo de la música...."
A veces uno busca ese algo que nos haga sentir completos, se busca la felicidad, la fama, la fortuna, el amor, pero en esa búsqueda tan intensiva, a veces uno termina por no encontrar nada, solo miseria e infelicidad. Y a veces cuando se deje de buscar es cuando se encuentra aquello que se buscaba con el corazón…
fin