Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Show me your teeth por LadyHenry

[Reviews - 152]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Denle un vistazo a las notas finales, para no hacer aclaraciones sin spoilers del capítulo.

 

 

 

Tomy había quedado con Jair, quería presentarle al padre Elliot  y de paso que éste les contara lo que había averiguado, irían a un local en los suburbios para no despertar sospechas, Elliot no quería que le vieran en compañía de jovencitos con unas tendencias gays tan obvias, no es que tuviera nada en contra, pero con la fama que tenía su gremio era mejor mantenerse alejado de las tentaciones en público.

Antes de ir a dar con el cura, Tomy iba a contarle todo a Jair que llegó con expresión confusa a la cita, cuando Tomy lo llamaba era para salir un rato o ver películas, no para hablar de algo importante, le aterraba la idea de que fuera a decirle que se había enamorado de Roy, por eso suspiró aliviado cuando vio que nada tenía que ver lo que quería decirle con eso. Aunque poco le duró el alivio al escuchar la palabra vampiros.

-¿Me estás diciendo que crees que los vampiros existen?-quiso ratificar Jair para no malinterpretar nada.

-Bueno, creo que deben ser vampiros por los colmillos, que puedan trepar de esa manera y que le teman al amanecer... sólo son atenuantes, por eso le consulté al padre Elliot, hoy me ha llamado para decirme lo que ha averiguado ¿quieres venir?

-Esto es de locos, ¿ése no es el guía espiritual de la torda de Mary Sue?

-Sí, pero no te preocupes está bueno...

-¿Está bueno?

-Sí, pero no... esto... lo que quería decir es que es muy bueno, parece competente y tolerante.

-Tolerante debe serlo, y mucho, porque para aguantar a esas paletas y que le hablen de vampiros...

-¿Entonces vienes?

-Sí, de perdidos al río... Por cierto no te parece poco apropiado escuchar conversaciones ajenas-preguntó Jair haciendo referencia al espionaje de Tomy  en el triplex de Roy.

-Estaba medio dormido y al escuchar lo de los vampiros  no pude evitar husmear... lo siento.

-¿Escuchaste algo más aparte de lo de los vampiros?

-Qué Aleix está secuestrado por uno...

-Ok, vayamos a tomar el metro para llegar a tiempo. Ese cura es muy raro, citarnos en un lugar tan peligroso...

-No te preocupes su madre vive ahí.

-Ah bueno eso me deja más tranquilo-ironizó Jair haciendo sonreír a Tomy.

El padre Elliot miraba su guardarropa con recelo, no sabía qué ponerse para no levantar sospechas de ningún tipo. Pensó en ir muy informal, acorde con el lugar a donde iba, por otra parte quería parecer formal para hablar con ese chaval tan distraído que le había preguntado sobre vampiros y con su amigo, lo que tenía que contarles era alto secreto y jodidamente raro. Él mismo se había quedado estupefacto al descubrirlo.

El mismo día que Tomy le pidió consejo se coló en el archivador de la diócesis, dando con unos documentos muy reveladores, en los que se hablaba de una congregación secreta: COVISEM (Congregación de Vigilantes de lo Sobrenatural para el Equilibrio del Maniqueísmo), había un número de contacto y una dirección. A Elliot no le pareció oportuno tratar esos asuntos por teléfono, además no quería que se chivaran de su pequeño allanamiento de morada, así que decidió presentarse en la sede de la congregación, que se hacía pasar por un monasterio, y estaba a tomar por culo de la ciudad.

Después de dos horas de trayecto llegó al monasterio, le resultó bastante tétrico, era una construcción gótica, de enormes ventanales por los que se filtraba una tenue luz, a pesar de ser más de las once de la noche, se había tomado la libertad de ir a esas horas intempestivas porque en los documentos ponía subrayado y en rojo que estaban abiertos las veinticuatro horas para cualquier emergencia.

Respiró hondo antes de tocar en el portero electrónico con cámara de seguridad que estaba encima de la placa que rezaba "Hermanos del camino, guiamos por la senda del Bien".

-Diga-respondió una voz cortante a través del interfono.

-Buenas noches, soy el cura Elliot Bedgood, necesito que me ayuden.

-Espere un momento.

Pasaron diez minutos hasta que un tipo alto y fornido, con una cicatriz en la ceja izquierda y los ojos más parecidos a los de un gato que hubiese visto le abriera la puerta.

-Buenas noches-saludó Elliot sorprendido, esperaba encontrarse a un erudito y no a un tío con pinta de mercenario.

- Deme su identificación y el pase-respondió el tipo en tono cortante.

-Aquí está mi identificación, pero pase no tengo.

-¿Quién le manda?

-Nadie.

-¿A qué ha venido?

-A consultar unas dudas.

-¿Tiene idea del tipo de organización que somos?

-Sí, por eso he venido.

-Normalmente se viene con un pase en nombre de un superior. No salimos en las páginas amarillas sabe...

-Bueno, me he enterado de manera extraoficial de su existencia, y no creo que pueda recurrir a nadie más para esto, no confío en los videntes...

-Está bien, pase-dijo el tipo apartándose de la puerta para dejarlo entrar.

Elliot se sorprendió de las lujosas y modernas instalaciones, siguió al tipo por el pasillo más largo que hubiese pisado, viendo numerosas habitaciones a los lados, donde había ordenadores, pantallas gigantes, libros y armas. El tema de las armas le preocupó algo, pero supuso que si trabajaban con cosas sobrenaturales tendrían que protegerse.

Le dejaron en un sala de espera a solas, después de media hora, que se le hizo eterna, apareció otro tipo. Éste tenía más pinta de intelectual, pero era igual de alto que el otro, y a pesar de tener una figura más esbelta se notaba que tenía unos buenos músculos. Su actitud era seria y fría, lo escrutaba comprobando algo en unos papeles que traía, Elliot empezaba a ponerse nervioso ante su mutismo y esa mirada gélida que despedían sus ojos azul grisáceo. Llevaba el pelo recogido en una coleta, a Elliot se le escapó una pequeña sonrisa al recordar el parecido que tenía el chico con la guarra que anunciaba la última campaña de productos capilares de Revlon, tenía el mismo tono castaño dorado y unos discretos bucles que daban volumen a la sedosa cabellera.

Tenía que reconocer que los tíos de esa congregación estaban muy buenos, no como los de la suya, que eran casi todos abueletes esmirriados o gordos calvorotas.

-Buenas noches señor Bedgood-dijo el chico rompiendo su silencio- disculpe la espera, pero al no venir con un pase hemos tenido que asegurarnos de verificar su identidad.

-Oh no se preocupe, el que debe disculparse soy yo por aparecer a estas horas y sin avisar, por favor llámeme Elliot.

-Bien Elliot, yo soy Ilych Neumann, soy uno de los estrategas de la congregación, ¿en qué podemos ayudarle?

-Verá uno de los jóvenes de mi parroquia cree haber visto a... varias personas que cumplen con el perfil de un vampiro, de hecho yo también he visto algo parecido, y quería saber si es posible que existan y qué deberíamos hacer...

-¿Cuál cree usted que es el perfil de un vampiro?-preguntó Ilych suspicaz, estaba harto de capullos que se colocaban y se ponían a flipar, y ese cura era demasiado joven y atractivo para comportarse como un sacerdote serio.

-Tener colmillos, salir sólo de noche, morder a la gente, poder hacer cosas como trepar por muros enormes, curarse de heridas graves en pocos minutos...

-Exceptuando lo último podría estar hablando de ladrones excéntricos que vayan con pintas para llamar la atención o de parafílicos que sólo se ponen cachondos haciendo teatrillo...

-Eh, la hematofilia no es tan simple, hay que ponerse en tratamiento.

-¿Sabe mucho del tema?

-Cuando era adolescente tenía un amigo que alucinaba con la sangre, intentaba cortarnos a todos, una vez consiguió hacerme un pequeño corte en el hombro y...-Elliot interrumpió su relato sorprendido de a dónde les había llevado la charla-Bueno eso qué más da, el punto es que podrían ser vampiros, y son ustedes los que saben cómo va ese mundillo...

-¿Qué mundillo?

-El de los aliados de mal y todo ese rollo de individuos con habilidades especiales-intentó explicarse sin quitarle seriedad al trabajo de la congregación.

-Venga conmigo, el experto en vampiros es el director de la congregación, dele los datos y él decidirá si abrir una investigación-suspiró Ilych, el director apenas se prodigaba con la gente, pero si se trataba de vampiros no se perdía una, el problema, o mejor dicho uno de ellos, era que padecía una galopante coprolalia, y eso no inspiraba confianza ni seriedad. Cuando se tratan temas sobrenaturales hablar como un verdulera o un bucanero no es apropiado, se supone que debe guardarse cierta solemnidad.

Elliot estaba algo intimidado por tener que hablar con el director, él pensaba que la cosa sería menos grave, lo que menos le gustaba era la expresión de fastidio de Ilych, le miraba de hito en hito dudando si decirle algo, hasta que llegaron ante una puerta  cuya placa  indicaba el nombre del director: Vince van der Rohe.

-Debo hacerle una pequeña advertencia, Vince, nuestro director, es un hombre que se toma muy en serio su trabajo, pero padece coprolalia.

Elliot parpadeó, no sabía qué demonios era eso pero sonaba a perversión sexual.

-¿Copro qué?

-Es una tendencia patológica a proferir vocablos groseros, obscenos, ofensivos... cada vez que habla.

-Es un deslenguado se pasa el rato rajando...-resumió Elliot.

-Sí, algo así. Procure no tomarlo en cuenta e ignorar ese detalle y céntrese en la información.

-Ilych, guapo, no es algo así, Vince tiene la lengua más venenosa que existe, suelta poesía soez cada vez que habla-aclaró el tipo que  recibió a Elliot.

-Muy amable Cat, gracias por tu aclaración-ironizó Ilych-. Os presentaré formalmente, aunque sospecho que nos estabas escuchando.

-Sí, desde la sala de vigilancia, el estéreo es mejor-sonrió Cat.

-Éste es el sacerdote Elliot Bedgood, ha venido buscando asesoramiento sobre vampiros-explicó Ilych señalando al rubio-. Elliot, él es Catilina Enescu, nuestro mejor tirador.

-Encantado- dijo Elliot tendiéndole la mano.

-No seas tan formal, llámame Cat.

-Y ahora pasemos a consultarle a Vince-cortó Ilych.

Elliot miraba a Cat de reojo, su heterochromía le llamaba mucho la atención, tenía un ojo azul celeste y otro gris, eran algo rasgados, pensó que su diminutivo le iba muy bien, parecía un gato al acecho.

Como respuesta al llamado el director les dedicó un "qué coño queréis ahora putos inútiles de mierda". Ilych se limitó a suspirar antes de responderle.

-Ya se lo dije hace diez minutos, hay un cura que cree haber visto vampiros.

-Vale, dile al meapilas ése que entre de una puta vez.

Elliot miró a Cat e Ilych para asegurarse de que no le dejarían a solas con Vince, puede que sólo fuera  deslenguado pero acojonaba bastante ese vozarrón. Ilych entró primero dándole paso a Elliot, Cat cerró la puerta y tomaron asiento.

A Elliot casi le da un infarto cuando vio a Vince, era un hombre que debía rondar los cincuenta años, elegante, apuesto, llevaba un traje de corte que debía estar hecho a medida. Era alto y delgado, sus cabellos lucían algunas canas en la sien, usaba unas gafas de montura al aire con las patas de color gris metalizado que dejaban ver perfectamente sus ojos verde claro. Su porte era rígido, la mirada evaluadora que le dedicaba a Elliot era intimidante. Pero el cura sólo podía pensar en el terrible contraste que iba a suponer escuchar palabras soeces de la boca de ese hombre que parecía todo un gentleman.

-Buenas noches señor Van der Rohe-dijo Elliot rompiendo el tenso silencio.

-¿Quién coño eres?-preguntó Vince con una expresión inmutable, como si acabara de ser la persona más educada del mundo.

-Elliot Bedgood, soy el párroco de una iglesia al suroeste.

-Y dices que has visto a chupasangres...

-No exactamente, tengo sospechas de que podrían serlo.

-¿En qué mierda basas tus estúpidas sospechas?

-Un estudiante me contó que había visto a un hombre trepando con sus manos por la fachada de una mansión, se cayó al tropezar con una ventana que abrieron mientras subía y salió ileso, se marchó de allí mientras murmuraba "tengo que llegar antes del amanecer".

-Menuda gilipollez, lo que debió ver ese drogata fue a un papanatas que intentaba ir a lajarle la pasta, los chupasangres son cojonudos para esas cosas. Y lo de llegar antes del amanecer sería para que no le pillara su vieja y le diera la charla.

-Pero no le pasó nada al caer-rebatió Elliot.

-Se caería en uno de esos putos setos horteras que los mindundis pijos plantan en el jardín.

-También vio a otro enseñarle los colmillos y sólo aparecía a visitar a su vecino en la noche.

-Joder pues será que su vecino es un sarasa al que le ponen cachondo los disfraces, y le gustará que después de follar lo abracen para dormir, los maricones suelen ser jodidamente románticos.

-Yo vi cómo mordían a un chico hace unos días, la sangre le caía por el cuello a borbotones, pensé en llamar a la policía, pero después el tipo que se la estaba chupando se hizo un corte y entonces el otro hizo lo mismo y empezó a chupar, después los dos salieron andando como si nada. Pensé que sería uno de esos jueguecitos...

-Eso ya es otra cosa si se la estaban chupando mutuamente significa que lo estaba convirtiendo, para asegurarnos de que no se trata de unos mamones depravados nos dirá donde los vio y se los describirá a Cat para hacer un retrato.

-¿Haremos un seguimiento?-preguntó Ilych.

-No, se quedarán aquí para que puedan seguir tocándose las pelotas, pues claro que los van a investigar, podrían ser los que tienen el libro, o llevarnos hasta él, y si no, nunca está demás exterminar sanguijuelas.

-Gracias-dijo Elliot aliviado de que lo tomaran en serio.

-A ti por avisar de que esos huevones están por aquí, Ilych y Cat te acompañarán, mantenedme informado cabronazos.

Elliot había vuelto a la ciudad solo, Ilych le había dado un móvil para localizarlo, se reunirían con él en dos días, después de haber ultimado los detalles del plan.

Había llamado a Tomy para contarle lo de la investigación y ahora le esperaba por fuera de unos billares en los suburbios. Después de cinco minutos Tomy y Jair aparecieron, a pesar de ir vestidos con vaqueros y camisetas de grupos heavies de los que eran fans, se notaba que eran de la zona pija por detalles como sus peinados cuidados y algunos complementos, muy rockeros pero muy caros.

-Hola Elliot, éste es Jair, el amigo del que te hablé.

Jair observaba al cura estupefacto, a pesar de que Tomy le había dicho de una manera algo accidental que estaba bueno y era joven y enrollado, no se esperaba que fuera tan guapo. Ni siquiera lograba imaginárselo con el hábito, ese look deportivo de vaqueros rotos, cazadora de cuero y botas militares, distaba mucho de la vestimenta religiosa, después de pasarse la infancia y parte de la adolescencia en un colegio católico eso le parecía inconcebible.

Por su parte Elliot sonrió ante la expresión confusa de Jair, el chico tenía un aspecto angelical y esa mirada sorprendida lo hacía parecer perdido.

-Encantado Jair-dijo Elliot tendiéndole la mano.

-Igualmente-respondió Jair estrechándola.

-Bueno vayamos al billar de Charlie, allí nadie nos prestará atención-propuso el cura.

Las mesas eran grandes, rodeadas por cómodos asientos acolchados, había poca iluminación y bastante humo. La mayoría de los clientes eran hombres de mediana edad y adolescentes, pasaban desapercibidos, cada uno iba a lo suyo.

-Bien ¿por dónde empezamos?-preguntó Tomy rompiendo el hielo.

-¿Tienen algo que contarme?-indagó Elliot.

-Sí, algunos datos nuevos sobre el tipo que me enseñó los colmillos-respondió Tomy.

-¿Ha atacado a alguien?

-Sí, al mejor amigo de Jair.

-¿Lo mordió?

-Sí.

-¿Le dio su sangre?

-Sí.

-¿Fue mucha cantidad?

-Creemos que no.

-¿Quién lo vio?

-El padre de Jair.

-¿Lo secuestraron en tu casa Jair?

-Sí.

-¿Por qué a él?

-Lo confundió conmigo-respondió Jair.

-¿Se parecen?

-Como un huevo a una castaña, Aleix es muy alto y  musculoso, tiene el cabello y los ojos más oscuros...-aclaró Tomy.

-¿Entonces?

-Estaba en la casa de Jair y al ser de la misma edad pensó que era el hijo de Roy.

-¿Quería chantajear a tu padre?-preguntó Elliot mirando a Jair.

-Sí, por algo que se subastó por error, mi padre es el marchante de Dante.

-¿Así se llama el vampiro?

-Sí.

-Bueno, he contactado con una organización que estudia lo paranormal, hacen trabajos para la iglesia. Vendrán a investigar, les será de mucha utilidad toda la información que puedan darles.

-¿Son caza vampiros?-preguntó Tomy intrigado.

-Depende del peligro de la situación actuarán, tomad la tarjeta, por si se vuelven a encontrar con algún vampiro o se enteran de algo más.

Elliot les entregó una  pequeña tarjeta negra que tenía escrito en letras rojas:

COVISEM

Acechamos y siempre vamos armados.

Dtor: Vince van der Rohe.

Y dos teléfonos, uno para información y otro para emergencias.

 

Tomy y Jair parpadearon desconcertados, el lema no era precisamente alentador, pero no les quedaba de otra que confiar en ellos, veían poco probable que Roy y un vampiro despistado consiguieran recuperar el libro.

Mientras tanto al otro lado de la ciudad Roy se preparaba para ir a recoger a Dante y a Aleix, esperaba que no le hubiese hecho nada irremediable al chico, si no le gustaba ya al natural menos gracia le iba a hacer que el mejor amigo de su hijo fuera un vampiro.

 

 

Notas finales:

Para los que no se hayan leído las crónicas vampíricas de Anne Rice  COVISEM es una parodia de la orden de la Talamasca.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).