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Show me your teeth por LadyHenry

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Aleix estaba flipando, podía escuchar perfectamente las conversaciones de la gente que iba por la calle, aunque hablaran muy bajito y estuvieran lejos. También podía leer perfectamente los carteles diminutos de los horarios en los establecimientos, por no hablar de cómo percibía los colores, tan intensos y deslumbrantes... sus sentidos estaban disparados, al igual que su libido, nunca había estado tan cachondo, ni siquiera en ese periodo de la adolescencia en el que descubrió la masturbación y el porno.

Intentaba centrarse en las cosas nuevas que sentía, pero cada vez que pasaba por su lado alguien atractivo sentía unas ganas incontrolables de tirársele encima y joderlo como si fuera un conejo. Pensó en Jair y Roy, se había cachondeado bastante de que fueran bisexuales, no porque le supusiera un problema, sino porque adoraba molestarlos, sobre todo a Roy, le encantaba ver cómo alzaba las cejas y lo miraba como si intentase desintegrarlo, tenía un genio horrible, que empeoraba cuando criticaban su buen gusto o su edad. Se cabreaba igual si le insinuaban que era muy joven para ser el padre de Jair o si le decían que estaba hecho un abuelete, era un tipo contradictorio.

Y su hijo se le parecía bastante en algunas cosas, si en algo iban a estar de acuerdo padre e hijo era en meterse con él y vacilarle hasta la saciedad porque ahora formaba parte de los que había llamado avariciosos depravados, imitando a la señora Prym, que argumentaba la bisexualidad como el resultado de ser un vicioso desatado que lo único que piensa es "si hay un agujero la meto a camino", cosa que Aleix debatió defendiendo a su amigo, porque una cosa era gustar de mujeres y hombres por igual y otra muy distinta meterla en cualquier clase de agujero. Curiosamente la señora Prym no había caído en el alcance que podrían tener sus palabras, así que le tiró el periódico a la cabeza y cerró la puerta con el fechillo de seguridad amenazando con llamar a la policía si intentaba forzarla. Para colmo Jair ni siquiera se lo agradeció, limitándose a decirle que ya se cachondearía él cuando cayera, porque estaba seguro de que tarde o temprano se acostaría con uno de los del equipo de rugby.

En esos momentos Aleix estaba seguro de que podría tirarse a todo el equipo de rugby, estaba tan salido que empezaba a apreciar el atractivo de Dante, el tipo que lo secuestró y casi lo mata. Factores que no le parecían nada relevantes en comparación con su trasero prieto y sus labios carnosos. Tenía que hablar de algo  o acabaría haciendo una locura.

-Dante...

-¿Qué?

-¿Puedes convertirte en murciélago?-Aleix no solía ser muy razonable cuando estaba cachondo.

-No-respondió Dante mientras clavaba su mirada desencantada en Aleix, pidiéndole una explicación a tan absurda pregunta.

-No me mires así, en la peli de Drácula salía...

-No deberías darle fiabilidad a un tipo que cruza océanos de tiempo para encontrar a Winona Ryder, aunque sus gafas de sol me gustaron-objetó Dante.

-¿Eres gay?

-¿Eso a qué viene?

-Bueno no te gusta la novia de Drácula y alabas su buen gusto para las gafas...

-Digamos que yo me hubiera quedado con Kaenu Reeves y Mónica Bellucci.

-Cierto esas tres vampiresas con Jonathan Harker.

-A eso me refiero, es completamente absurdo dejar eso por esa mema de la Ryder...

-Me va a dar algo-bufó Aleix.

-Tampoco es para tanto, conociendo a Roy peores cosas habrás oído.

-Precisamente, no sé qué me has hecho pero ahora me parece interesante cómo se difumina la luz de los neones y sobre todo estoy tan salido que los hombres me ponen a cien.

Dante soltó una sonora carcajada ante el estupor de Aleix, le resultaba muy divertido que por fin el niñato empezara a experimentar cambios.

-Verás, es por el intercambio de sangre que tuvimos...

-¿La sangre de los vampiros amaricona?

-No seas idiota, lo que ocurre es que aumenta la libido en los humanos, así que ahora estás más... receptivo y sensible.

-Eso suena muy gay.

-Que te parezcan atractivos los hombres significa que ya te lo parecían antes, sólo que no te dabas cuenta porque preferías salir con mujeres.

-¿A eso no se le llama ser heterosexual?

-Está mejor visto salir con mujeres, es más cómodo, pero bueno, tampoco es para tanto, ya le encontrarás el punto...

-¿Y mientras tanto qué hago con las ganas?

-Aguanta un poco, si todo va bien esta noche estarás libre y podrás ir a estrenarte.

-No soy virgen.

-Con hombres sí.

-Cierto... tengo que preguntarle a Jair como es eso de follar con tíos.

-Mejor mírate una porno, no creo que sea muy apropiado ponerte a hablar de lo cachondo que estás y preguntarle cómo es montártelo con otro hombre  a tu mejor amigo, podría malinterpretarlo.

-Jair no creería que me estoy insinuando-protestó Aleix escandalizado.

-No, pero con tanta preguntita seguro que le dan ganas de hacerte callar con una demostración práctica.

-Exageras...

-No, te pones muy cansino, yo mismo te pegaría un buen susto sino tuviera tanta prisa por ir a las oficinas de Roy-amenazó Dante.

-La culpa de que esté así es tuya, no te quejes.

-Oh no, es culpa mía que estés más excitado pero lo de ser así de persistente ya venía de fábrica-suspiró el vampiro-y ahora se un buen chico y deja de incordiar.

Ilych y Cat se habían pirateado el sistema informático de la oficina de Roy, concluyendo que estaban jodidos. El cura sexy los había llamado dándoles una valiosa información, el vampiro secuestrador era el que custodiaba el libro rojo, lo habían subastado accidentalmente, ahora estaba en manos de Randy Sykes un adolescente con demasiado efectivo disponible y poco control parental. Su padre era un magnate y su madre había desaparecido hacía años sin dejar rastro oficial, extraoficialmente era conocida como la nueva Bathory, por su afición a las jovencitas sin estrenar.

Lo sabían porque la abuela paterna de Randy, la honorable Irina Sykes formaba parte del COVISEM, les brindaba apoyo económico y era íntima amiga de Vince. Una amiga un poco cabrona, teniendo en cuenta que le había regalado de mascota a un loro. Ilych llevaba bastante mal que su jefe fuera un deslenguado patológico, como para que encima le regalaran a un loro que estaba adiestrado para repetir sus perlas de sabiduría, el maldito loro conocido como Baudelaire, por ser el poeta favorito de Vince, recitaba frases de su película predilecta, que no podría ser otra que El exorcista, así que cada vez que el loro oía palabras como madre e hija soltaba a todo pulmón "mira lo que ha hecho la cochina de tu hija" o "tu madre está lamiendo coños en el infierno". Momentos como ése le hacían plantearse a Ilych cambiar de trabajo.

Ahora tenía que llamar para que le contaran a Irina que su nieto tenía el libro rojo. Al menos podrían librarse del trabajo de una manera relativamente sencilla. Sólo tendrían que ir a por Dante y liberar al chico.

-COVISEM, acechamos y siempre vamos armados. ¿En qué puedo ayudarle?-dijo Marcia al otro lado del teléfono.

-Marcia, te he dicho que no respondas así-protestó Ilych.

-En mi anterior trabajo fui secretaria durante ocho años, sé hacer mi trabajo.

-Eras la secretaría de una empresa de publicidad, ahora trabajas para una organización secreta, no es lo mismo, hay que ser discretos, si alguien se equivoca de teléfono y le dices eso vas a despertar su curiosidad-intentó explicarle Ilych.

-Entonces para qué damos el teléfono.

-Me rindo... pásame con Vince por favor.

-Ok.

Después de varios segundos escuchó a Vince gritar.

-¿Pasa algo jefe?

-Sí, la zorra de Marcia ha puesto el manos libres y me ha pitado en toda la jodida oreja, como siga así va a tener que ponerse a putear para pagarme un sonotone.

-Debería echarla.

-Cuando se le acabe el puto contrato, no podemos permitirnos ir a  juicios, estamos jodidos con la ley...

-Entiendo. Le llamo para informarle de que ya sabemos el paradero del libro.

-Ajá sabía que esos esnifa leches debían andar metidos.

-No, el libro fue subastado por error y lo tiene el nieto de Irina Sykes.

-¿Cuál de ellos? El bastardo hijo de chupasangre o el comevergas.

-El bastardo... digo Randy.

-Qué cagada, Irina está de viaje.

-Bueno habrá que pedirle que vuelva.

-¿Crees que soy oligofrénico? Esa perra se ha ido al orto del mundo, a buscar no sé qué mierda de talismán en una tribu de palurdos simplones que se creen que cantando van a conseguir que llueva y que les coman la minga.

-Qué lamentable casualidad que la señora Sykes esté ilocalizable, ¿qué haremos?

-Habrá que birlarle el libro al mocoso, si la monstrua esa que se gasta por madre aparece corremos peligro.

-¿No sería mejor hablar con su padre?

-No, ese pelotudo cree que Irina está loca, si le decimos que su engendro compró un libro de vampiros y que lo están buscando nos demanda.

-¿Entonces las órdenes son robar en casa del señor Sykes?

-Sí, que se joda el enano por meter las narices donde no debe, si es que los niñatos de hoy son unos inadaptados, no pueden salir a manosear chicas y fardar con los colegas, no, ellos tienen que pasarse horas en internet fisgoneando cosas de adultos, deberían atarlos.

-Niñatos, deberían atarlos-repitió Baudealire con énfasis.

-Señor, debería evitar hablar así de los adolescentes, podrían creer que es un pederasta.

-Qué me cuelguen por la punta de la chorra si me tiro a uno de esos proyectos de delincuentes, antes prefiero volver a meneármela.

-Iremos a ver la mansión donde vive Randy, cuando tengamos el plan lo llamaré para informarle.

-De puta madre Ilych, dile a Cat que no se líe a tiros con nadie, vayan callados como putas, no quiero poyos, Irina se pone como una mona con esas pavadas.

-Procuraremos ser discretos.

Roy estaba muy cabreado, le hervía la sangre al ver la sonrisita maliciosa de Aleix y esa mirada de bucanero acabante de desembarcar que le estaba dedicando, poco le importó que Dante se pusiera a fisgar como loco en el ordenador o que tuviera que contarle que había visto a Marty en compañía de unos garrulos metaleros. No podía creer que su momento de gloria se fuera al traste. Había esperado mucho por el momento en el que se enterase de que Aleix se había convertido en un depravado avaricioso, tenía planeado reírse de él haciendo chistes con Jair, pero no podía vacilarlo si le coqueteaba a él. Jamás imaginó que Aleix se atreviera a hacer eso, le resultaba inconcebible, pero ahí estaba el muy desgraciado, comportándose con total descaro mientras le repasaba.

Mientras tanto Aleix no era consciente de lo que estaba haciendo, o de su repercusión, simplemente estaba recreándose la vista con Roy, nunca se había fijado en lo bueno que estaba el viejo de Jair, además por lo que sabía debía montárselo de vicio, y con lo necesitado que estaba en esos momentos se le hacía la boca agua. Sumido en la meditación de cómo sería que le dieran por el culo estaba cuando Dante le gritó.

-Oye deja de mirar a Roy como si fuera un consolador andante, céntrate un poco coño, cuanto antes encuentre el libro antes podrás ir a desfogarte.

-¿Crees que me resulta agradable ponerme así por el viejo de mi mejor amigo? Haberlo pensado antes de morderme, ahora te jodes-bufó Aleix indignado.

-El que debería estar molesto soy yo, ¿se puede saber qué pasa?-preguntó Roy exasperado.

-¿Molesto tú? Por favor si te has ligado a media cuidad, no creo que te vaya a fastidiar que un joven que está bueno te mire-dijo Aleix ofendido.

-Déjalo Roy, está como si se hubiera puesto hasta arriba, es por el intercambio de sangre-aclaró Dante.

-¿Se ha vuelto una fulana por eso?

-Algo así, ahora está muy salido, sus sentidos son más perceptivos y yo puedo saber dónde está en cada momento, así que no intentes nada raro-le advirtió el vampiro.

-¿No hubiera sido menos dañino ponerle un gps?

-Esto es más barato y efectivo, si te molesta mucho te lo cepillas y ya-respondió Dante cortante-. Y ahora haz el favor de decirme dónde vive Randy Sykes.

-Voy a mirar en las fichas de clientes, están en la planta de arriba-dijo Roy mientras miraba a Aleix como si quisiera arrancarle la cabeza.

Una vez que Dante y Aleix se quedaron a solas el vampiro comenzó a carcajearse.

-¿Qué te hace tanta gracia?-preguntó Aleix indignado.

-La cara de Roy y tu pose de devora hombres. Si sigues así te va dejar el trasero molido.

-Tenemos que conseguir ese libro pronto, Jair me mata si se entera.

En ese momento Roy cruzó la puerta agitando el papel con la dirección de Randy.

-Estupendo, nos quedan cuatro horas para el amanecer, si nos damos prisa recuperaré el libro esta noche.

-¿Piensas entrar en una mansión como si nada?-cuestionó Roy, había pensado que Dante tendría que esperar para contratar a algún profesional.

-Los vampiros tenemos ciertas habilidades muy útiles a la hora de colarnos en sitios, sólo tendrán que esperarme mientras busco el libro-explicó Dante.

-Vale, pues venga, tengo que ligarme a alguien antes de que cometa una locura-dijo Aleix mirando fijamente a Roy.

-Sigue así y te sacudo-amenazó el rubio antes de salir a por su coche.

En la mansión Randy parpadeaba intentando asimilar todo lo que Tomy le estaba contando. El chico parloteaba sobre tipos con colmillos que reptaban por su fachada, perjurando que los vampiros sí existían y que debía tener cuidado y no quedarse solo.

-¿De dónde sacas eso de que los vampiros existen?-preguntó Randy preocupado por la salud de Tomy.

-Tenía mis sospechas así que hablé con un cura, la iglesia tiene a gente que estudia lo paranormal y el cura nos contó que fue a visitarlos para consultarles, van a venir a la cuidad para investigar.

-Y esa gente dice que los vampiros existen-concretó Randy.

-Sí.

-Crees que el tipo que intentaba entrar aquí era uno porque se cayó desde la ventana de mi habitación y no se hizo daño-volvió a concretar.

-Sí.

-¿Los vampiros no pueden obtener dinero de manera más sencilla?-cuestionó Randy escéptico.

-No creo que buscara dinero, tu padre y tu abuela coleccionan antigüedades, podría querer alguna.

Randy se quedó blanco, al reparar en que posiblemente buscaran el libro. No quería asustar más a Tomy, así que guardó silencio prometiéndole que iría a dormir a casa de Jordan hasta que avisara a su padre para que reforzara la seguridad, le pidió que lo acompañase. En diez minutos Randy salía de la mansión con el libro, tenía que contarle a Jordan lo que había pasado y pensar en un escondite apropiado para el libro. Lamentaba que su abuela estuviera de vacaciones, ella seguro que le habría solucionado el problema sin contarle nada al aguafiestas de su padre.

Roy había llamado a Jair para comunicarle que Aleix estaba bien, dentro de lo que cabía, y que ya tenían la dirección del chico que se había quedado con el libro. Se hubiera quedado más tranquilo si su amigo no le hubiera arrebatado el teléfono a Roy.

-Jair tenías razón-dijo Aleix exaltado.

-Ya te dije que no era buena idea que te asomaras a la ventana...

-No, bueno en eso también tenías razón...

-¿A qué te refieres?

-A que me ponen los tíos.

-Oh vaya... ¿cómo te percataste de eso?-indagó Jair suspicaz.

-Es que me la han chupado.

-¡¿QUÉ?!

-La sangre, el vampiro que me secuestró, y después yo se la chupé a él, y ahora estoy flipando porque puedo ver cosas que están muy lejos con nitidez, y veo la luz como si ardiera-le contaba Aleix aliviado de poder compartir todo lo que le estaba pasando.

-¿Te encuentras bien?

-Sí... sólo que me siento raro, pero estoy bien, bueno salvo porque estoy más cachondo que una perra en celo.

-Por eso sabes que te gustan los chicos, porque estás salido...

-Sí, están muy buenos, dan ganas de abrirse de piernas y...

-Basta, demasiada información ¿dónde estás?

-Con Roy y Dante.

-Pero en dónde.

-En el coche de Dante.

-Joder Aleix a dónde vas-empezaba a perder la paciencia.

-A la urbanización de pijos de las afueras.

-Ok, voy para allá.

-Eres un buen amigo, te quiero... no en plan sexual, aunque ahora reconozco que estás muy bueno y tienes un culo...

-Vale Aleix, ya lo pillo, intenta controlarte un poco y no te acerques a Roy ¿vale?

-Prometido.

Aleix se quedó pensativo, no sabía por qué le había dicho que no se acercara a Roy, tal vez sabía que su padre le resultaba apetecible sexualmente.

-¿Qué coño has hecho?-exclamó Roy al borde del colapso.

-Hablar con Jair, no te preocupes no voy a intentar nada con él, es mi mejor amigo.

-Le has dicho a dónde vamos, ahora se presentará allí y estará expuesto.

-Bueno, ya vamos a dar con el libro, y el rehén soy yo, a Jair no tiene por qué pasarle nada.

-Más te vale que así sea.

Veinte minutos más tarde Dante blasfemaba de lo lindo. Al llegar a la mansión vio a los del COVISEM husmeando desde dentro, no había ni rastro del chico, sólo estaba la bestia de Enescu y el estirado agresivo de Neumman, eran los hombres de confianza de Van der Rohe, estaba bien jodido con esos tipos fisgando en sus asuntos, la cosa acababa de complicarse mucho.

Mientras Roy se lamentaba de su mala suerte y Aleix se ponía peor mirando a los mercenarios de lo paranormal con ojos golosos, Jair aparecía llamando la atención de los investigadores, que salieron a su encuentro para interrogarle.

-Buenas noches-saludó Ilych educadamente aproximándose a Jair.

-Buenas.

-¿Has venido a ver a Randy?

-No, había quedado con un amigo.

-¿Vive por aquí?-indagó Neumman.

-Me disculpa, tengo que hacer una llamada-lo cortó Jair.

A Jair no le gustaba nada el tipo, parecía sospechoso, intentó localizar a su padre, a Tomy y al cura, pero ninguno estaba operativo, como última opción llamó al número que le había dado el cura de la congregación. Curiosamente el móvil de Ilych empezó a sonar.

-¿Si?

-Buenas noches, el padre Elliot me dejó este número.

-¿Estás en peligro?-preguntó Ilych.

-Verá había quedado con un amigo que está secuestrado por un supuesto vampiro, y cuando he llegado no hay ni rastro de ellos, se supone que iban a venir para encontrar un libro.

-¿Eres rubio?-preguntó Ilych cambiando de tema repentinamente.

-Sí.

-¿Tienes los ojos azules?

-Sí.

-¿Estatura media?

-Sí.

-Piel...

-Oiga ¿se puede saber qué le pasa? Le he dicho que...

Ilych se acercó a Jair agitando su teléfono, dándole a entender que le estaba reconociendo.

-Oh es usted...

- Ilych Neumann.

-Yo soy Jair Adler.

-Eres el amigo del chico secuestrado, cómo se llama.

-Aleix Becker.

-¿Cuándo te pusiste en contacto con él?

-Hace una media hora, tendrían que haber llegado hace rato.

-Puede que nos hayan visto, tendrías que habernos avisado.

-No sabía que iban a estar aquí.

-Supongo que de ahora en adelante vamos a tener que coordinarnos.

De pronto se escuchó un disparo que sobresaltó a Jair, Ilych se limitó a girarse hasta localizar a Cat, estaba en el tejado le había dado a un vampiro joven, un recién iniciado, que estaba sobándose la pierna donde le había clavado el dardo mientras daba saltitos quejándose.

-Oh dios es Marty-exclamó Jair sorprendido.

-¿Lo conoces?

-Trabajaba para el supuesto vampiro que secuestró a Aleix.

-¿Ya no trabaja para él?

-Creo que no.

-Acompáñame, nos serás de utilidad en el interrogatorio, ya no tienes nada que hacer aquí, no van a venir.

-Vale, cuanto más sepamos de ese lunático antes acabaremos-dijo Jair resignado.

-Sólo una cosa más-añadió Ilych con tono alarmante.

-¿Qué?

-No es un supuesto vampiro.

-¿Qué es?

-Un vampiro, existen, son tan reales como tú y yo, chico.

Jair asintió más por inercia que por convencimiento, todo le parecía muy rocambolesco, pero les seguiría la corriente hasta que recuperaran a Aleix.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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