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Show me your teeth por LadyHenry

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Notas del capitulo:

La canción Fever la canta Adam Lambert *¬*, está compuesta por Lady Gaga y más creo...

 

 

 

El linaje de los von Loar estaba plagado de ilustres miembros: políticos, estrategas, inquisidores… y vampiros.

La parte vampírica de la familia comenzó cuando, después de morir Daniel el inquisidor, sus diarios llegaron a manos de su sobrino nieto Athanasius, que se quedó prendado del relato en el que Daniel narraba su relación con un noble. Era lo más emocionante que había leído, un caballero y un miembro del clero liados, dos hombres que deciden marcharse al extranjero para poder seguir juntos. Hasta ahí todo bien, pero el final no era nada… predecible. Podrían haberlos pillado, haber roto por una infidelidad, haber muerto en su huída, mas no sucedió nada de eso. El caballero mordió al inquisidor y este se marchó indignado, pero meses después regresó dispuesto a perdonarlo, y con intenciones de poner ciertos límites en sus encuentros carnales, nada de hacerle sangre y chupetear más de la cuenta, que de ahí al canibalismo hay un paso. Lástima que no volvieran a tenerlos, ya que Daniel descubrió que su amante era un vampiro, y que ese afán por succionar era demasiado peligroso, sólo tenía que ver a la pobre tabernera que había dejado seca en el callejón por donde Daniel iba a dirigirse a la posada, donde pensaba citarlo para su reencuentro. Allí parado, observó cómo le besaba el cuello a la joven y permanecía largos minutos sin apartarse, mientras la expresión de placer se iba tornando dolorosa hasta desvanecerse entre los brazos de un saciado vampiro.

A partir de ese momento Daniel se dedicó a investigar sobre la existencia de vampiros y otros seres sobrenaturales, entrando a formar parte de la congregación Los Hermanos del Camino, escribanos y eruditos que en secreto recopilaban información sobre lo que denominaban como sucesos demoniacos, siglos después derivarían en el COVISEM.

El caso es que Athanasius movido por la curiosidad pidió leer los estudios de su tío abuelo, abandonando los planes que tenían sus padres para entrar en la orden religiosa  y continuar con los estudios de Daniel. Al principio le fue bien en su recopilación de datos, pero Athanasius pensaba que la parte empírica era más importante que la teoría, así que poco a poco fue aventurándose a mezclarse con su objeto de estudio. Los demás integrantes creían que era muy peligroso, así que cada vez que volvía de una de sus misiones el exorcista de la orden lo purificaba. El declive hacia el lado oscuro de Athanasius comenzó el día que se dejó morder para darle un sorbito a un pequeño vampiro que necesitaba alimentarse con urgencia -o eso afirmaba poniendo ojitos, las tretas de los vampiros para que les dejen chupar son igual de rastreras que las de la gente cachonda para echar un casquete, distintos tipos de hambre al fin y al cabo- Athanasius sufrió luego una serie de síntomas que le llevaron a tirarse a medio monasterio, tuvo que sufrirlos en dos ocasiones más para entender que una cosa provocaba la otra.

“Encontrándome en compañía del vampiro, y con el noble fin de conocer los temibles efectos de su mordedura, vacilé en dejarme profanar, finalmente la bestia hundió sus afilados dientes en mi carne, no fue doloroso, mas horas después hallábame enfebrecido, incapaz de aplacar mis ansias feroces, el instinto llevóme a cometer fornicio tras fornicio hasta quedar seco, yo y mis hermanos, y algún desprevenido feligrés que se cruzó en mi camino, debo limpiarme de pecado, acudiré al exorcista, avisado está de mi viciado estado, espero tome precauciones para que no acabe empotrado contra el confesionario”

Era de esperarse que una noche Athanasius acabara convertido en vampiro, pero su nueva condición no acabó con la curiosidad que sentía hacia temas de índole sobrenatural, así que se enfocó en estudiar a las brujas. Acabó por cabrear a una muy poderosa y con muy mala leche, que encontró la manera de hacerlo dormir durante mucho tiempo, hasta que como en los mejores cuentos Disney, un príncipe lo rescató de su somnoliento maleficio. Solo que en lugar de un príncipe fue un joven salido, y no precisamente en un castillo sino en el sótano de lo que en la actualidad llamaban discoteca, al menos tenía un nombre ideal para la ocasión: Hot Blood.

Cuando Tommy encontró el ataúd en el sótano de la discoteca pensó que era uno de los juegos que solían practicar para que la gente se conociera, le resultaba hortera, pero llegados a ese punto lo mismo le daba, puede que fuera una buena oportunidad para ligarse a un atractivo gótico, no se imaginaba que unos incautos habían encontrado el ataúd emparedado en el sótano decidiendo sacarlo de su encierro, pero al no comprender la inscripción que estaba grabada en la tapa se habían marchado a consultar con su maestro, dejándolo allí sin temor, ya que estaban seguros de que lo tomarían como parte de la decoración.

Y así había sido, hasta que Tommy se sentó encima y leyó: “Aquí yace un condenado a la sangrienta inmortalidad, el que ose despertarlo de su forzado letargo será devorado con saña”. Tommy respiró mientras pensaba “menuda mariconada”, además ya que había esperado tanto lo mejor que podía pasarle es que se lo hicieran a lo bestia.

-Allá vamos chato, más te vale dejarme contento, no me va el rollo de hacer teatro, pero esta es tu noche de suerte, estoy tan harto y salido que soy capaz de recitar a Bécquer si hace falta.                                        

Sin más se dispuso a mover la pesada tapa, llevándose una grata sorpresa al ver que el condenado estaba bastante potente. Era alto y fornido, los labios carnosos resaltaban en su pálido rostro, de facciones duras. Yacía inmóvil y totalmente pálido, luciendo un uniforme compuesto por una casaca corta azul, un pantalón blanco y medias del mismo color.

Tommy estaba maravillado de lo bien que hacía su papel, seguía convencido de que era un juego y quería su premio. Pensó en cómo debería despertarse un vampiro, lo mismo era como la bella durmiente y había que besarlo, así que probó. Al principio no vio cambio alguno, pero pasados unos minutos cuando se acercó para fijarse bien el vampiro empezó a parpadear, el olor de la sangre lo estaba sacando del pesado sueño. Tommy sonrió, sus métodos estaban dando resultado, pero la satisfacción le duró poco, de repente el apuesto durmiente se levantó, intentando acercarse para morderlo, afortunadamente estaba demasiado débil.

-Qué mierda te crees que haces tarado, no hace falta pasarse con el juego-bramó Tommy.

-No os entiendo, apiadaos de un ser hambriento que desfallece-pidió Athanasius.

-Ya vale, lo haces muy bien, pero estás empezando a ponerme nervioso.

-Responsabilizaos de vuestros actos, si me habéis despertado, dadme alimento, acabad con mi desasosiego y dolor-exigía el vampiro.

-Vale, ya lo pillo, subiré a por bebidas-se rindió Tommy creyendo que el tipo no iba a dejarle en paz si no seguía el jueguecito.

-Os lo agradezco-respondió Athanasius desfallecido, creyendo que iba a traerle sangre.

Al subir Tommy vio a los del COVISEM decidió hacer tiempo esperando a que Ilych consiguiera llevarse a Mary Sue, esta vez nadie iba a aguarle la fiesta. Mientras tanto un chaval bastante colocado bajó al sótano, al ver a Athanasius creyó estar alucinando, así que se acercó para asegurarse, lástima que el vampiro creyera que era su “bebida” y diera buena cuenta de él hasta dejarlo seco.

Athanasius sintió una notable mejoría, aunque la sangre tenía un sabor sumamente extraño, detalle que carecía de importancia en sus circunstancias, sólo quería más y fue a por ella, para no matar a nadie, se dedicó a morder a varios de los jóvenes que bailaban como si estuvieran en trance, sin enterarse de lo que estaba sucediendo. Hubiera seguido así toda la noche de no ser porque Tommy le haló de la manga mostrándole una copa llena de un líquido verde que no acababa de reconocer.

-Se puede saber qué haces restregándote con medio local-preguntó Tommy indignado.

-Disculpadme, pero este ruido me impide escucharos, vayamos fuera-gritó Athanasius aturdido por las luces, la música y las drogas que contenía la sangre que acababa de ingerir.

Una vez fuera el frío de la noche fue un alivio para ambos, la situación empezaba a tomar forma para el aturdido vampiro, y pintaba jodidamente complicada. Athanasius había vivido grandes cambios, logrando adaptarse siempre, pero lo que sus ojos estaban presenciando era apabullante.

-¿Qué decía vuestra merced?

-Y dale, deja ya el papel.

-¿Qué papel?

-Bueno, por lo menos deja de hablar así, aunque deberías pedir un uniforme más cómodo…

-Siento que me hallarais en tales condiciones, pero no dispuse de tiempo para hacer frente a tan impío desagravio, estaba errado al subestimar a esa bruja. Respecto al habla, sois vos el que me resulta dificultoso de comprender.

-Sinceramente, espero que te paguen bien por el numerito que haces, es muy heavy.

-Hace mucho que no laboro, no conozco al dueño de este burdel ni tengo trato pecuniario con persona alguna.

-Entonces qué coño haces, ¿eres uno de esos parafílicos raritos?

-Siento desconocer a lo que os referís. Estaba alimentándome, después de tanto tiempo estoy extremadamente sediento, no suelo comportarme así, pero la situación lo ameritaba.

-Las bebidas las tengo yo, así que ¿te refieres a que vas cachondo perdido?

-¿Cachondo?

-Sexualmente necesitado.

-Oh, bueno, supongo que también, pero el hambre me nubla por completo,  es mi prioridad.

-Y qué estabas degustando…

-Sangre, por supuesto.

Tommy parpadeó algo confuso, el tipo estaba haciéndose pasar por un vampiro, últimamente no se libraba de ellos.

-Abre la boca-le pidió.

Athanasius obedeció reticente, vale que era su salvador pero eso era un tanto extraño.

-Buenos colmillos, habrás tenido que pagar una pasta.

-El precio de la inmortalidad es alto, sin duda.

Tommy bufó, no podía ser un vampiro, había visto a muchos, tanto en persona como en los archivos del COVISEM, y ninguno tenía esas características.

-Así que eres un vampiro-decidió seguirle el juego.

-Evidentemente, pensé que lo sabríais antes de liberarme.

-Pues no.

-Me temo que entonces nos hallamos ante un problema.

-Bueno, he tratado con algunos de tu especie, estoy acostumbrado, pero debo reconocer que tú rompes con todo lo que he visto hasta ahora en muchos aspectos.

-Estoy sumamente desorientado, ¿en qué año estamos?

-En el 2012.

-¿QUÉ?

-¿Pasa algo?

-¡He estado durmiendo más de dos siglos!

-Dicen que el descanso es bueno, pero parece que te pasaste un poquito-sonrió Tommy.

-No os riais de mi desgracia, tendré que obrar con sumo cuidado, el mundo ha cambiado demasiado para que adaptarme pueda.

-No es para tanto, tienes la eternidad para acostumbrarte.

-Por fortuna no me hallo solo y vos podréis guiarme.

-Claro, qué te parece si me acompañas a casa, así podrás tomar un baño.

-Os lo agradecería enormemente.

-Espero que puedas cumplir esa promesa-dijo Tommy mientras le guiñaba el ojo.

-De seguro lo haré, solo dadme algo más de tiempo para saciar mi secular sed.

-Te espero bailando en la pista cuando acabes ven a por mí.

-Deberíais tener más precaución con vuestro tono, puede dar lugar a insidiosos equívocos.

-Por si acaso acaba pronto.

Mientras tanto al otro lado de la ciudad Elliot leía las copias que había sacado de los estudios del inquisidor Daniel von Loar, no sabía porqué pero le resultaban familiares los apuntes, conocía a miembros de esa familia, habían sido benefactores de su parroquia, tenía que ponerse en contacto con ellos para averiguar si sabían algo, tenía el presentimiento de que el amante vampiro del que hablaba Daniel era Dante, pero antes de actuar debía confirmar sus poco argumentadas sospechas.

Otros que andaban investigando eran Randy y Jordan, después de hablar con la abuela de Tommy, estaban preocupados, no había ido allí, creían que podría haber intentado ligarse al musculoso jardinero, pero se equivocaban, tampoco había quedado con Jair o Elliot. Estaba solo, y eso dadas las circunstancias resultaba peligroso. Avisaron al COVISEM, Ilych les dijo que había estado con Mary Sue en Hot Blood. Cosa que no acababa de tranquilizarles, aunque fuera un mal menor, así que decidieron ir a buscarlo.

Mientras ellos buscaban a Tommy, B. los vigilaba, le resultaba enternecedor lo atento que era su pequeño, lo echaba de menos, pero había decido mantenerse alejada hasta que fuera mayor, le faltaban unos añitos para terminar de crecer, pero el destino había querido que se acercara antes de lo planeado. La curiosidad de su niño lo había llevado a adentrarse en su mundo nocturno y sobrenatural, igual que a ella tres lustros atrás. Cegada por la fascinación que le provocaba un vampiro milenario lo dejó todo para seguirle. Pero al convertirse ese influjo desapareció, y decidió vivir la inmortalidad por su cuenta, era lo suficientemente poderosa para valerse por sí misma, y a su creador le pareció bien perderla de vista, era demasiado revoltosa para su gusto. Estaba en lo cierto, así que B. había buscado un compañero que estuviera dispuesto a seguirle el ritmo, y Jarek era perfecto, su único defecto era ser obra de un vampiro joven, pero ella le había dado a probar su sangre, sellando una especie de pacto de protección.

Había mandado a Jarek a charlar con Dante, quería avisarle de que era su hijo el que se había hecho con el libro, no le gustaba que otros molestaran a su familia, y de paso entrar en el juego, un poco de sana diversión no estaba demás, así podría enseñarle algunas cosas a Randy, debía adoctrinarlo antes de que siguiera metiéndose en líos, si quería hacer de él un vampiro fuerte tenía que prepararlo mentalmente.

Cuando Randy y Tommy se pararon frente a la puerta trasera de Hot Blood para colarse, B. sonrió orgullosa, sin duda su niño era un proyecto de proscrito, intentando colarse en un antro de ambiente donde se traficaba con todo tipo de sustancias ilegales. Mientras los niños correteaban en busca de su amigo ella se fijó en una chica que destacaba entre el resto, llevaba un modelito de lo más llamativo y no paraba de hacerle preguntas indiscretas al barman, además se dedicaba a espiar a los demás tomando notas en una libretita.

B. no pudo evitar sonreír anticipando cómo iba a jugar con su nueva presa, estaba siendo una gran noche y la cosa prometía mejorar.

Para Tommy la noche ya estaba mejorando, se lo estaba pasando en grande en la pista de baile, cuando comenzó a sonar Fever se desmelenó y empezó a contonearse mientras coreaba la canción.

There he goes

My baby walks so slow

Sexual tic-tac-toe

Yeah I know we both know

It isn't time, no

But could you be m-mine?

We'll never get too far

Just you, me and the bar

Silly menage a trois, sometimes

Would you be m-mine?

Would you be m-mine?

Would you be m-mine?

Oh baby, light's on

But you're mom's not home

I'm sick of laying down alone, hey

With this fever, fever, yeah

My one and own

I wanna get you alone

Give you fever, fever, yeah

There it goes

You're still my soul and so

'Cause, sweetheart

No-no-nobody a-kno-kno-knows me

Or can find me, ooh

Time to be m-mine, mine

Let's get inside your car

Just you, me and the stars

Kind of m'nage a trois, sometimes

Would you be m-mine?

Would you be m-mine?

Would you be m-mine?

Oh baby, light's on

But you're mom's not home

I'm sick of laying down alone, hey

With this fever, fever, yeah

My one and own

I wanna get you alone

Give you fever, fever, yeah

Yeah yeah yeah

Yeah yeah yeah

Yeah yeah yeah

You burn me up, burn me up, baby yea yea

Baby you're mine, Baby you're mine,

mine, you're mine

Oh baby, light's on

But you're mom's not home

I'm sick of laying down alone

With this fever, fever, yeah

My one and own

I wanna get you alone

I got this fever and I can't sweat it out

Oh baby light's on

But you're mom's not home

I'm sick of laying down alone

With this fever, fever, yeah

My one and own

I wanna get you alone

Yeah give you fever, fever yeah

Give you my f-f-fever my f-fever

Give you my f-f-fever my f-fever

Give you fever, fever, yeah

Give you fever, fever, yeah

 

 

 

 

[Ahí va él,
Mi chico camina muy lento
Tan sexual
Tic-tac- toc
Sí, se ambos sabemos
Que no es tiempo aún
No
Pero serás M-mío?

Nunca llegamos muy lejos
Solo tú y yo en el bar
Tonto mènage à trois
A veces

Serás m-mío?
Serás m-mío?
Serás m-mío?
Serás m-mío?

Oh, amor
Enciende las luces, tu mamá no está en casa
Estoy harto de acostarme solo
Hey
Con esta fiebre, fiebre
Yeah, lo quiero todo
Quiero tenerte para mí solo
Darte fiebre, fiebre

Ahí va
Sigues siendo mi alma
Porque cariño
Na-na-nadie
Me co-co-noce
Ni puede encontrarme
Es tiempo que seas M-mío
Mío
Metámonos en tu coche
Solos, tú yo y las estrellas
Va a ser como un mènage à trois

A veces

Serás m-mío?
Serás m-mío?
Serás m-mío?
Serás m-mío?

Oh, amor
Enciende las luces, tu mamá no está en casa
Estoy arto de acostarme solo
Hey
Con esta fiebre, fiebre
Yeah, lo quiero todo
Quiero tenerte para mí solo
Darte fiebre, fiebre

Yeah

Tu, amor oh mi amor
Eres mío
Mío

Oh, amor
Enciende las luces, tu mamá no está en casa
Estoy arto de acostarme solo
Hey
Con esta fiebre, fiebre
Y no me la puedo sacar
Oh, amor
Enciende las luces, tu mamá no está en casa
Estoy arto de acostarme solo
Hey
Con esta fiebre, fiebre
Yeah, lo quiero todo
Quiero tenerte para mí solo
Darte fiebre, fiebre
Yeah

Darte mi fff-iebre, fff-iebre]

 

Athanasius agradeció que el chico acaparase la atención de los que bailaban, le facilitaba el trabajo, pero cuando algunos comenzaron a acercarse demasiado restregando sus cuerpos como si de un ritual de apareamiento se tratara no le gustó nada, esa no era forma de tratar a su salvador. Apresuró su cena y fue a librarlo de los babosos.

-Querido… ¿cómo os llamáis?-preguntó Athanasius sorprendido de no haberlo preguntado antes, la vida moderna lo estaba sobrepasando.

-Tommy, ¿Y tú?

-Athanasius von Loar.

-Vaya, que rimbombante.

-En mi época no se era tan simple para los nombres, ni para otros menesteres-carraspeó mientras fulminaba con la mirada a dos chicos mayores que Tommy.

-¿No te gusta mi nombre?

-No me refería a ese asunto.

-¿A cuál entonces?

-Veréis, esa manera de bailar da pie a que estos caballeros pretendan practicar el fornicio con vos.

-Joder, suenas peor que la señora Prym.

-¿Quién?

-No importa, el caso es que ese detalle no me molesta.

-Me temo que el ambiente viciado os está afectando será mejor que nos marchemos a vuestro hogar.

-Eso está mejor señor von Loar, compórtese como un caballero y lléveme a casa.

-¿Dónde está vuestro carruaje?

-Joder, no piensas dejar ese rollo-resopló Tommy con frustración- llamaré un taxi, vamos.

Diez minutos después el taxi apareció dejando al vampiro boquiabierto, y con una notable reticencia a subirse. Una vez se atrevió a entrar pasó todo el viaje flipando con el paisaje: las luces de la carretera, los enormes edificios, todo llamaba su atención, especialmente la música que salía de una pequeña caja en la parte delantera del vehículo. No paraba de hacer preguntas que Tommy ignoraba, ya empezaba a hartarse de tanto cachondeo, y el taxista no entendía un carajo de lo que decía, así que no obtenía ninguna respuesta.

Al llegar Tommy tuvo que tirar de uno de sus brazos para conseguir que bajara. Una vez pasados los sobresaltos de la puerta automática y el ascensor, comenzó la inspección de los aparatos tecnológicos

-Ya está listo, puedes bañarte cuando quieras.

-Gracias, necesito asearme con urgencia.

Diez minutos después Athanasius salía con una toalla anudada a la cintura, regalándole a Tommy una agradable vista, de músculos perfectamente marcados.

-Disculpadme, pero el agua sale caliente, muy caliente-anunció sorprendido Athanasius.

-Pues claro…

-No quiero parecer desagradecido, mas prefiero agua fría a quemarme.

-No tienes que quemarte, sólo regúlala.

-¿Cómo?

-Con la llave, muévela hasta que encuentres la temperatura que quieras.

Después de cinco largos minutos y algunos gritos algo blasfemos, Tommy decidió entrar en el baño para ayudarlo.

-Os ruego que pongáis fin a mi agonía.

-Tranquilo, es más sencillo de lo que crees-suspiró Tommy empezando a creer que se había llevado a casa a un perturbado con serios problemas cognitivos.

Ajustó la temperatura consiguiendo hacer a Athanasius jodidamente feliz, tanto que no tuvo nada de caballerosos reparos en quitarse la toalla y meterse en la bañera.

Tommy se sonrojó, iba a marcharse cuando Athanasius le preguntó si el bote de gel de mora era para beber, decidió quedarse y ayudarlo con el resto, no le apetecía que le diera una intoxicación.

-No, eso es jabón para el cuerpo, el del bote azul es para el cabello, y el blanco es acondicionador, con esa melena te hará falta.

Al ver la energía con la que se frotaba, Tommy se asustó, cualquiera ya se habría hecho daño.

-¿No estás frotando demasiado fuerte?

-No, llevo lustros sin lavarme.

-Oh claro…

-¿Te parece bien que te lave la cabeza? No me gustaría que te arrancaras el cabello…

-Como gustéis-sonrió el vampiro mostrando sus afilados incisivos.

Tommy se armó de paciencia para enjabonar delicadamente la larga melena castaña, tuvo que dar tres manos de champú antes de que hiciera suficiente espuma. Athanasius estaba disfrutando de la sensación que le proporcionaban los largos dedos de Tommy, había tenido mucha suerte de que fuera ese joven el que lo despertara, parecía una buena persona, cosa que le alegraba porque le apenaba tener que matar a chicos hermosos. Pero este era considerado y lo trataba con educación, aunque a veces lo mirase como si quisiera patearlo y no le respondiera a todas sus preguntas.

Iba a ser difícil ponerse al día con todos los cambios que habían pasado desde que lo dejaran KO. Afortunadamente las cosas básicas no cambiaban, sabía alimentarse y estaba seguro de que podría satisfacer esos notables deseos sexuales que tenía su rescatador, notaba cómo lo devoraba con la mirada y a su edad le resultaba halagador despertar esos instintos en jovencitos.

Disfrutó del masaje, cuando le aclaró el cabello dio por terminada su sesión de limpieza y empezó con la de Tommy, que menos que corresponder tan delicadas atenciones. Lo arrastró a la bañera disfrutando de su cara de sorpresa.

-Qué haces.

-Lo mismo que vos, primero os despojaré de vuestros ropajes y luego os asearé.

-No hace falta, puedo yo solito.

-No pongo en duda vuestras capacidades, pero a veces es más interesante compartir las tareas.

-Oh si te refieres a echar un polvo me apunto-sonrió Tommy, aliviado de que no fuera una majadería propia de alguien tarado.

-Escandalizado me hallo.

-Pues si oyeras a van der Rohe…

-Shhh-siseó Athanasius antes de silenciar a Tommy con sus labios.

Le gustaba el tacto suave de Tommy, la forma en que temblaba cuando deslizaba la lengua por su cuello, notando cómo la sangre tomaba velocidad desbocándole el pulso a cada toque.

La manera de dejarse llevar le fascinaba, era joven pero carecía de pudor, debía llevar tiempo conteniéndose y ahora estallaba entre sus brazos, mostrándose ansioso. Paseaba sus manos por los pectorales, el abdomen, el trasero, no se privaba de tocar nada, pegaba su cadera a la del vampiro frotándose con vehemencia, jadeando descaradamente en su oído pidiendo por más.

Tommy se sentía pletórico, por fin después de tantos intentos fallidos alguien lo tomaba en serio y se lo iba a follar bien, vale que era un lunático estrafalario pero estaba bueno y se lo sabía montar de lujo. Le encantaba la manera firme y decidida en que las manos de Athanasius se movían por su cuerpo, aunque lo que más le gustaba era su boca, parecía que iba a devorarlo, la lengua serpenteaba inquieta mientras arrastraba los colmillos cadenciosamente, dejando suaves marcas. Cuando llegó a la urgida entrepierna los dientes desaparecieron para darle protagonismo a la lengua y los labios, que succionaban con fuerza sacando sonoros gemidos de la garganta de Tommy, cuyas caderas se balanceaban acelerando el ritmo. Cuando estuvo a punto de acabar tomó la cabeza del vampiro entre sus manos y le frenó.

-Pa… ra…

-¿Seguro?

-No quiero terminar, quiero que…

-Shhh-repitió el vampiro-. Entendido, es hora de pasar a mayores.

-Eso es-suspiró Tommy.

-Poneos en cuatro.

Tommy se volteó sintiendo cómo la lengua se deslizaba por su trasero, mientras las manos se aferraban a sus piernas, que temblaban ante las oleadas de placer, cuando estaba al borde sintió que la lengua se retiraba y un dedo le penetraba, dándole una sensación más firme y certera, que aumentó cuando introdujo otro más intensificando el masaje, hasta dar con ese punto clave del que había oído maravillas, que ahora justificaría gustosamente.

Athanasius enfocó el bote de gel, su textura fluida serviría, el chico estaba demasiado estrecho para intentar otra cosa. Cuando Tommy notó el frío líquido deslizarse por su espalda se apartó.

-Hay condones en mi pantalón.

-¿Cómo?-preguntó extrañado ante esa palabra.

Tommy zarandeó el pequeño envoltorio ante los ojos atónitos del vampiro, que se abrieron aún más cuando Tommy sacó el preservativo y lo colocó en el pulsante miembro.

-¿Qué es eso?

-Un condón, lo siento pero por mucho que me apetezca no pienso hacerlo a pelo con un desconocido.

-¿Cuál es su utilidad?-preguntó tocando el fino envoltorio.

-Te la explico luego, ahora fóllame.

-Esa lengua, jovencito.

Tommy sacó la lengua y siseó sonriendo desafiante, cosa que puso al vampiro muy a tono, sin titubear lo tumbó abriéndolo bien de piernas, deslizándose en su interior mientras le taladraba con los penetrantes ojos verdes. Lo hizo retorcerse de dolor y placer, jadear hasta perder el aliento mientras lo embestía hasta hacerle creer que se quebraría en dos.

Cuando el calor llegó a su punto álgido y estalló con un fuerte gemido, Athanasius le clavó los colmillos y tomó unos pequeños sorbos, no pudo contenerse, era demasiado tentador y sabía tan bien…

Tommy cayó exhausto, intentando recuperar el aliento, disfrutando de las placenteras sensaciones. Había tenido que esperar pero se había estrenado a lo grande, pensaba cuando comenzó a sentir unas pequeñas punzadas en el cuello, se llevó la mano a ellas y observó sus dedos machados de sangre, se giró hacia su amante y vio el mismo tono rojo en sus labios.

-Pero qué mierda… ¡Eres un jodido vampiro!

-Obvio…

-Joder, joder,joder…

-¿Qué?

-¡Me has mordido cabrón!

-Lo siento, no pude resistirme.

-No te bastaba con follarme, avaricioso de mierda.

-No es para tanto, sólo notarás que tus necesidades aumentan, pero yo te satisfaré.

-De eso nada, tú no me tocas otra vez, le diré al médico del COVISEM que me trate el SPMV, sólo me gusta estar cachondo si es por voluntad propia.

-¿A quién? ¿El qué?

-Mierda, es verdad que dormiste durante todo ese tiempo.

-Por supuesto que lo es, ¿por quién me tomáis?

-Por un tarado, pero eso ahora da igual.

-¿Dónde me resguardaréis al amanecer?

-¿Qué? ¿Quieres quedarte a dormir?

-Falta poco, menos de una hora.

-Joder, yo qué sé… en el cuarto de invitados, puedes usar el vestidor, es amplio y cerrando la puerta no se filtra la luz.

-Excelente.

Tommy le dio ropa de su padre para que se vistiera, acondicionó el vestidor con una colchoneta y mantas. Antes de cerrar la puerta, a falta de cinco minutos para el alba Athasius se despidió.

-Buenos días, nos veremos al anochecer, portaros bien en mi ausencia-dijo mientras le guiñaba el ojo.

-Qué te den, mamonazo-respondió Tommy, mientras cavilaba que debía mantenerse alejado de Vince o acabaría hablando como un bucanero.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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