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Escritor VS Escritor por yukimonik

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Notas del capitulo:

Hola!!! Pues aquí está el capitulo

 

Ya saben que los personajes no son míos T_T

Y el capitulo esta dedicado a yayi-chan, gracias por considerarme tu autora favorita

Cuando Yuki escucho el nombre de su ex amante sintió sus entrañas revolverse, ¿Cómo se atrevía Usami Akihiko a dedicarle tremendas líneas a SU pelirosa? Y enfrente de tanta gente. Tenía ganas de ir en busca del peligris y darle un buen golpe para ver si de una vez por todas dejaba de acercarse a su propiedad, pero sabía que tenía que guardar la compostura, no era bueno para su trabajo y mucho menos para su imagen armar otro escándalo. De repente el rubio busco con la mirada a su asistente y lo diviso totalmente sumergido en sus pensamientos y con la cabeza gacha; en un acto de compasión mezclado con comprensión se encamino hacia el castaño, se detuvo frente a él y alcanzo a escuchar un sollozo, no supo porque llevo su mano a la cabeza del chico y lo acaricio suavemente.

 

 

 

-No pasa nada Misaki, no llores –dijo en tono fraterno-

 

-Yuki –el ojiverde levanto un poco la cabeza dejando que su jefe viera una cristalina lagrimando surcando su rostro. No podía negar que se sentía mal, le dolía absolutamente todo lo que había pasado en las últimas semanas, le dolía pero no podía hacer nada, él mismo se había retirado de la “batalla”. Pero sabía que el ojimiel también estaba sufriendo, a pesar de que aparentara que la situación no lo mortificaba en lo más mínimo, era mentira, por dentro debía de estar hecho un caos… de alguna manera ellos eran bastante similares-

 

 

 

El ojilila estaba siendo envuelto en aplausos cosa que minimizo en cuanto se percato de que el ojiesmeralda era tomado de la mano por Yuki Eiri. No podía evitar seguir sintiendo unos celos terribles y lo peor era que el castaño correspondía a las acciones del rubio, ¿qué podía hacer? Ya había dicho que no molestaría más; sin tener rumbo bajo del escenario donde lo intercepto nada más y nada menos que Tohma Seguchi.

 

 

 

Por supuesto que el presidente de NG había sido uno de los invitados de honor a la fiesta pues su grupo principal era el encargado de amenizar la celebración. Arribo al evento justo cuando Eiri hacia su presentación, le alegraba verlo tan repuesto, la última vez que habían hablado fue después del incidente del restaurante y el rubio termino colgándole el teléfono.

 

Observo atentamente todo lo acontecido, después del ojimiel le toco el turno a Usami Akihiko, ya sabía absolutamente todo de la vida del peligris y lo único significativo era la relación que sostuvo durante un tiempo con un tal Takahashi Misaki, a quien también se había encargado de investigar y vaya que la vida daba vueltas pues ahora ese muchacho trabajaba para su cuñado.

 

 

 

-Muy buenas noches Usami-san –hablo perspicaz el ojiesmeralda-

 

-Buenas noches –contesto fríamente el escritor al reconocer de quien se trataba-

 

-Lo felicito sinceramente por su nueva publicación-

 

-Gracias

 

-Por favor Usami-san, quite esa cara, cualquiera diría que está molesto –dijo con su inigualable sonrisa y percatándose de que el ojilila no dejaba de ver la puerta por la cual Eiri se había llevado al castaño-

 

-¿Y su protegido? –Pregunto el ojilila, recalcando la última palabra-

 

-¡Ah! Eiri-san se fue a… platicar con un muchacho, muy agradable por cierto –soltaba cada palabra sin quitar su sonrisa- creo que se llama Takahashi Misaki, ¿lo conoce usted? –pregunto el rubio-

 

-

 

 

 

En ese instante Shuichi llego hasta donde estaban los dos hombres, quienes se habían alejado un poco de la concurrencia a petición del productor. Sin embargo  estos no se percataron de su presencia, el pelirosa solo se limito a escuchar la conversación.

 

 

 

-Tengo entendido que tuvieron una… relación. En fin, no es de buena familia –dijo el ojiesmeralda enfadando a su acompañante ¿cómo se atrevía a rebajar a Misaki?, pero no pudo protestar pues el rubio continuo- aunque debo aceptar que es muy lindo, Eiri-san ha recuperado el buen gusto, ¡ah! pero no se vaya a ofender Usami-san –se “disculpo” el productor, lo que quise decir es que ese muchacho, Misaki, ha tenido muy buena suerte después de haber sufrido tanto –las últimas palabras las soltó inconscientemente-

 

-¿A qué se refiere? –Pregunto intrigado el escritor-

 

-Bueno a su enfermedad y todo eso

 

-¿Enfermedad?

 

-Ya sabe, el tumor –de pronto el tecladista se sintió perdido en la conversación ¿acaso Usami Akihiko no estaba al tanto de la enfermedad del menor? Según sus informes cuando Takahashi fue diagnosticado aun mantenía una relación con el novelista ¿sería esa la causa por la cual terminaron?

 

-Debe estar equivocado Misaki no

 

-Yo nunca me equivoco

 

-Hace algún tiempo Takahashi Misaki fue diagnosticado de un tumor cerebral –vio los ojos del escritor agrandarse y supo que había dado en el punto-

 

-

 

-¿No me diga que no lo sabía? –Pregunto socarronamente- es una verdadera lástima, tengo entendido que por aquel entonces ustedes mantenía una relación… bastante estrecha

 

-

 

-Pobre Takahashi-kun, debió pasarlo muy mal, mire que viajar completamente solo al extranjero y someterse a esos terribles tratamientos, no, no definitivamente no debió ser fácil

 

-

 

-

 

-¿Cómo sabe todo eso?

 

-Eso es lo de menos

 

-El nunca me lo dijo –susurro el escritor para sí mismo pero el productor sonrió-

 

-Supongo que no le tenía la suficiente confianza -soltó despreocupadamente- aunque sinceramente el muchacho debe estar odiándolo, es decir, usted no estuvo a su lado cuando más ayuda requería

 

-

 

-Bueno Usami-san ya no se atormente con tonterías, ahora Takahashi-kun está en muy buenas manos y usted… esta con Shindou-san –dijo sonriente- En fin, me retiro, una vez más felicidades –menciono al tiempo que daba media vuelta y dejaba al escritor solo-

 

 

 

El peliplata quería que se lo tragara la tierra, con unas cuantas frases su mundo se había desmoronado, ¿Tohma Seguchi inventaría todo? ¿Por qué lo haría? Pero las palabras del rubio retumbaban en su cabeza

 

 

 

-“Viajar solo y someterse a terribles tratamientos”-

 

 

 

-No puede ser –estaba de pie sin hacer movimientos ni emitir sonidos, se sentía perdido, de pronto sintió unos brazos rodeándolo, era Shuichi-

 

-Usa-chan

 

-Misaki debe odiarme –pronuncio el escritor amargamente-

 

-No digas eso –se apresuro a contestar el ojivioleta-

 

-Yo debí estar con él –aferrándose al cuerpo del menor y dejando caer el peso de su cabeza en el cuello del chico-

 

-Pero tú no lo sabías –replico el otro-

 

-¿Escuchaste?

 

-Si

 

-Claro que me odia, ahora entiendo, él mismo me lo grito y yo no entendí –el cantante escucho algunos sollozos, le costaba ver al escritor de una forma tan vulnerable, derramando lágrimas al saber por fin la parte más amarga de la historia- habla con él

 

-No, no puedo

 

 

 

Pasaron varios minutos, afortunadamente estaban en uno de los lugares más solitarios y no fueron molestados.

 

 

 

-Usa-chan –hablo el cantante cuando vio que el novelista estaba más sereno-

 

-

 

-Tengo que ir a cantar

 

-Claro

 

-

 

-

 

-Usa-chan, ¿te dieron una suite en el hotel verdad? –Pregunto el pelirosa-

 

-Sí

 

-¿Podrías venir a mi habitación más tarde? –el mayor se sorprendió por la pregunto aunque aun estaba shockeado por lo que acaba de saber-

 

-

 

-

 

-Sí, iré

 

-Gracias, contesto sonriente el menor y sacando una pequeña tarjeta de su bolsillo se la extendió al ojilila – toma, me voy y te estaré esperando

 

 

 

 

 

La fiesta siguió sin ningún contratiempo, después de que Yuki sacara al castaño al jardín para que tomara aire y se calmara; tuvo que hacer un par de entrevistas que ya tenía pactadas. El ojiverde se mantuvo a su lado en todo momento pues sinceramente no tenía ganas de hacer ni pensar en nada, hubiera preferido marcharse pero no era correcto que el empleado se fuera antes que el jefe. De pronto vio al vocalista de Bad Luck dirigirse a él y en un rápido movimiento el pelirosa lo tomo de la mano y lo saco nuevamente de la reunión sin darle tiempo a oponerse.

 

 

 

Yuki también tenía acceso a una suite y como no tenía ganas de regresar a su departamento decidió quedarse a disfrutar un rato del espectáculo en el que estaba incluido unas cuantas canciones de cierto cantante. Iba a llevar a su asistente a su casa y luego regresar pero por más que lo busco no lo encontró; de pronto el rubio escucho una voz detrás de él que se le hizo familiar.

 

 

 

-Yuki –el ojimiel volteo en el acto encontrándose con esa pequeña figura y asombrándose al ver el vestuario tan provocativo del menor-

 

-Shuichi

 

-¿Eh? yo… bueno sólo venia decirte que a Misaki le surgió algo, con permiso –dijo el pelirosa lo más serio que sus nervios le permitieron y retirándose al instante. El rubio lo vio alejarse y subir al escenario donde ya lo esperaban los otros miembros de su banda-

 

 

 

-¡¡BUENAS NOCHES A TODOS!! –Anuncio el vocalista por el micrófono- espero y estén disfrutando de esta maravillosa celebración –el vocalista diviso al escritor peligris en una de las esquinas del salón dando una entrevista y firmando algunos autógrafos; cosa que no le agrado al novelista rubio pues en los conciertos el pelirosa siempre lo miraba a él-

 

 

 

Shuichi comenzó con la melodía y todos los asistentes, entre ellos el ojimiel, disfrutaban la afinada voz… Pasó más de media hora, el mini show se dio por terminado y el vocalista se retiro rápidamente.

 

Cuando el peliplata termino con sus obligaciones, saco de su bolsillo la tarjeta que le había dado el menor y se encamino a la habitación, ya había tomado una decisión y no se retractaría pasara lo que pasara. Hubiese preferido que el tramo fuera más largo pero no tardo nada en estar frente al cuarto del pelirosa, deslizo la tarjeta y la puerta se abrió al instante. El escritor hallo todo en penumbras, sin embargo algunos rayos de luna se colaban por entre las cortinas dejando ver la silueta del menor sentado en el sofá.

 

 

 

-Shuichi –pronuncio cálidamente el peligris poniéndose a un par de metros del chico, quien no hizo ningún movimiento-

 

-

 

-¿Por qué no enciendes la luz?

 

-

 

-¿Sabes? Creo que es mejor así, tengo algo… importante que decirte –declaro el novelista al momento que tomaba asiento en la cama dándole la espalda al chico-

 

-

 

-Me vas a odiar después de esto pero simple y sencillamente ya no puedo seguir así

 

-

 

-Amo a Misaki, nunca deje de hacerlo –afirmo con vehemencia- fui un tonto al intentar olvidarlo

 

-

 

-Perdóname Shuichi, te estoy haciendo daño y sé que no te lo mereces, sólo espero que algún día puedas perdonarme

 

-

 

-Adiós –el peligris se levanto dispuesto a salir de aquella habitación, le dolía que el pelirosa no le hubiera dicho nada pues había aprendido a quererlo, de una manera muy especial, como a un hermano menor; pero en definitiva nunca hubieran podido ser completamente felices, ahora se daba cuenta de algo tan obvio. Estaba a tan solo una par de pasos de la puerta cuando escucho una voz que lo dejo paralizado y lo hizo creer estar alucinado-

 

 

 

-Usagi-san no te vayas

 

-

 

-

 

-¿Misaki? –Pronuncio el escritor perturbado y volteándose en el acto, cualquier duda fue disipada cuando la habitación fue tenuemente iluminada gracias al castaño quien encendió una lámpara ubicada a un lado de la cama-

 

 

 

El ojiverde había escuchado cada una de las palabras del peliplata y no podía sentirse más dichoso ante aquella declaración, había soñado mil y una veces con este momento; Con paso lento se acerco al novelista y cuando estuvo frente a él llevo una mano al rostro del ojilila, viéndolo directamente a los ojos.

 

 

 

-Yo también te amo Usagi-san, te amo más que a mi propia vida –pronuncio dulcemente el chico y con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro, no pudo decir más pues al instante el mayor lo envolvió fuertemente entre sus brazos-

 

-Misaki ¿en verdad eres tú? –pregunto consternado-

 

-Si Usagi-san, soy yo

 

-Perdóname Misaki, perdóname –enterrando su cabeza en el cuello del chico- perdóname

 

-No tengo nada que perdonarte Usagi-san, soy yo el que debe disculparse, debí decírtelo

 

-Te amo Misaki, si algo te hubiera pasado –dijo sin soltarlo-

 

-¡¡Shh!! Ya no digas nada más, estoy bien y estamos juntos, por fin estamos juntos

 

-Te amo

 

 

 

Permanecieron varios minutos abrazados, disfrutando de la calidez que aquel contacto les brindaba. Al mayor aun le costaba creer que todo aquello no fuera producto de su imaginación razón por la cual no quería soltar al pelicastaño. Y el menor tampoco tenía intención de romper aquel lazo, adoraba aquella sensación: el sentirse querido y protegido en brazos de quien más amaba.

 

 

 

Aún abrazados y de pie el mayor se atrevió a formular

 

 

 

-Misaki

 

-¿Si?

 

-No entiendo ¿cómo… como es que llegaste a aquí?

 

-mmm… -ahora si el menor se zafo de los brazos del novelista aunque no permitió que el contacto se rompiera pues lo tomo de la mano y prácticamente lo jalo a la cama- Gracias a Shuichi

 

-

 

-Veras…

 

 

 

-----FLASH BACK----

 

 

 

Misaki se encontraba junto a su jefe aunque este estaba ocupado contestando cientos de preguntas. De repente vio al pelirosa acercarse a él y no pudo alegar nada pues lo saco casi a rastras a uno de los jardines.

 

-¿Qué te pasa? –se quejo el castaño al verse libre-

 

-Tenemos que hablar –sentencio el pelirosa-

 

-Yo no tengo nada que hablar contigo –contesto el ojiverde, apartando la mirada y tratando de marcharse pero el cantante le tapo el paso-

 

-Akihiko ya sabe todo

 

-¿Qué?

 

-Lo sabe, lo de tu enfermedad, tu viaje

 

-¿CÓMO PUDISTE? –con voz angustiada y zarandeando al cantante-

 

-Yo no se lo dije

 

-¿AH NO? ¿Y ENTONCES QUIEN?

 

-Tohma Seguchi, el dueño de NG, no sé cómo se entero, después de la presentación de usa-chan los vi hablando y se lo dijo

 

-

 

-Pero, eso no es todo –declaro desesperado el cantante- Usa-chan piensa que lo odias, Seguchi-san le metió ideas estúpidas, debes hablar con él

 

-No puedo

 

-Misaki ¿no entiendes? El amor de tu vida piensa que lo odias, ¿vas a dejar que se martirice con esa idea?

 

-Pero yo no

 

-El te ama, lo se

 

-Pero, ¿tú y él?

 

-Misaki el te ama a ti y lo demás no importa

 

 

 

De pronto el castaño sintió que su alma volvía al cuerpo, ahora entendía todo y no podía seguir dudando si quería recuperar al peligris

 

 

 

-De acuerdo –contesto el ojiverde- quiero hablar con él, pero, ¿dónde está? -Pregunto impaciente cosa que hizo sonreír al vocalista-

 

-Creo que deben arreglar sus asuntos en un lugar más privado

 

-¿A qué te refieres?

 

-Toma –el chico le extendió una tarjeta al castaño-

 

-No entiendo

 

-Le dije a Usa-chan que lo estaría esperando en mi habitación

 

-

 

-

 

-Gracias Shuichi

 

-No digas nada y mejor vete

 

-¡Ah! pero Yuki

 

-¡Ahs! Yo le diré que tuviste que irte, no te preocupes

 

-Bien, nos vemos y gracias de nuevo

 

 

 

-----FIN DEL FLASH BACK----

 

 

 

-Eso fue lo que paso –concluyo el castaño-

 

-¿Entonces Shuichi estaba enterado?

 

-No lo culpes yo le prohibí que te lo dijera

 

-Tendré que darle las gracias

 

-Tendremos –corrigió el ojiverde-

 

 

 

El escritor se sentía completamente feliz al estar de nuevo junto al chico y se acerco a él depositando un pequeño beso en su frente, repitiendo la acción en sus ojos y nariz llegando finalmente a su boca, aunque en un inicio fue un simple roce. Al menor le parecía mágico el momento, había deseado tanto estar nuevamente de esta manera con el ojilila. No se lo pensó dos veces antes de eliminar la distancia y enroscar sus brazos al redor del cuello del peligris, profundizando el contacto. Acto que sorprendió al mayor y dejándose llevar poco a poco recostó al ojiverde en la amplia cama pero sin dejar de saborear su dulce boca.

 

 

 

Ahora ya no había tapujos, ambas lenguas danzaban a un mismo ritmo, recordando aquellas noches de antaño cuando se olvidaban de todo y de todos para estar uno al lado del otro. El escritor dio un pequeño mordisco en los labios  del ojiverde lo que hizo que este último soltara un leve quejido. Sin darse cuenta llevo su boca al cuello del pelicastaño, brindándole tiernos besos, aunque estorbaba aquella ropa que llevaba puesta el menor, aun así podía escuchar los diminutos gemidos.

 

 

 

-¡Ah!! Usagi-san –fue como una llamada de alerta para el escritor, por un momento se dejo llevar y debía recordar que el chico había estado muy enfermo, así que regreso a la boca del ojiverde depositando un casto beso en sus labios para luego separarse de el lentamente, aunque no logro su cometido pues el muchacho lo detuvo-

 

 

 

-No pasa nada Misaki

 

-Usagi-san yo –menciono dubitativo el chico-

 

-¿Qué pasa?

 

-Yo, te extrañe, te extrañe mucho

 

-Yo también Misaki, no paso ni un minuto en el que no te recordara

 

-Usagi-san

 

-

 

-Quiero estar contigo, necesito estar contigo –dijo el castaño con voz suplicante, al mayor le pareció un sueño escuchar aquellas palabras, nunca imagino volver a tener al ojiverde a su merced-

 

-¿Estás seguro?

 

-Nunca estuve más seguro de algo

 

 

 

El mayor no dijo más, levanto al chico un poco y le quito el saco sin el mayor esfuerzo, acto seguido quito la estorbosa corbata; el ojiverde no quería quedarse sin nada que hacer así que llevo sus manos al primer botón de su camisa y comenzó a desabrocharla uno a uno para deleite del ojilila quien veía embelesado las acciones del niño.

 

Una vez finalizada la tarea el peliplata quedo fascinado al contemplar nuevamente el maravillosos cuerpo que tenía enfrente, deleitándose al saberse dueño de todo su ser, así había sido siempre.

 

 

 

El ojilila beso nuevamente al castaño, saboreando cada rincón al que tenía acceso, disfrutando y dejándose llevar por el momento tan placentero, mientras tanto el menor tenía una extraña excitación, deseaba con toda el alma fusionarse con aquel hombre, y su cuerpo se lo pedía a gritos, ¿sería porque todo el tiempo que no lo tuvo a su lado había añorado sus acciones?, ya no importaba así que solo cerro sus ojos disfrutando de las sutiles caricias que el mayor ya daba a su espalda. El castaño poco a poco fue despojando de su saco al escritor, y a continuación la fina corbata y camisa quedaron olvidas, ahora estaban en igualdad de condiciones. Pero el novelista ya no podía ocultar su emoción, con sumo cuidado se separo del menor y lo despojo del resto de su ropa, dejándolo sólo en bóxers.

 

 

 

El ojiverde estaba a total disposición del ojilila, rendido en la cama y con un sonrojo bastante pronunciado en sus mejillas que adornaba su rostro de manera angelical, el escritor apoyaba ambos brazos en las sabanas para no aplastar al otro, perdiéndose en sus facciones pero al momento cambio su posición para dar inicio a la noche.

 

Podía sentir la vulnerabilidad de su compañero y se acerco a probar nuevamente esos deliciosos labios, unos momentos después descendió al fino cuello dejando algunos rastros de saliva; seguía bajando lamiendo el delicado pecho, de vez en cuando dando algunos chupetones para marcar al chico. Se detuvo en el ombligo lamiéndolo sensualmente para enseguida soplar suavemente acción que hizo erizar la piel del menor.

 

 

 

Mientras tanto el ojiverde hacía su respiración más elaborada, dejándose llevar por una ola de sensaciones que creyó nunca volver a experimentar; cerro los ojos dejando escapar pequeños jadeos que no pasaban inadvertidos para su amante, quien detuvo su tarea y se excito más al ver el hermoso carmín en las mejillas del ojiverde, volvió a su tarea; seguía una de las partes que más disfrutaba aunque antes se deshizo del resto de su ropa y lentamente bajo el bóxer del chico, quien no opuso ningún tipo de resistencia, comenzó por esparcir deliciosos besos por los muslos del castaño, redescubriendo ese paisaje intimo, por fin piel con piel, el mayor podía sentir cada terminación nerviosa estallando de placer.

 

 

 

Para el castaño era imposible ocultar sus gemidos, el peligris lograba romper cualquier barrera y provocarle sensaciones indescriptibles. Su cuerpo anhelaba sentir las caricias que el otro le propinaba, sentir como su cuerpo era recorrido milímetro a milímetro, cada beso que le era proporcionado lo llevaba a un éxtasis

 

 

 

-¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!

 

-¿Qué pasa Misaki?

 

-Por favor yo –trataba de decir el chico entre jadeos mientras el ojilila solo esperaba impaciente aquel ruego pero no tuvo que hacerlo más pues su compañero estaba ansioso- hazlo por favor

 

-Tus deseos son órdenes –dijo con voz sensual-

 

 

 

El mayor tomo fuertemente el miembro del castaño, notando que este ya se encontraba erecto, comenzó a dar pequeños besos a la punta y poco a poco lamerlo; después de un rato se separo y dejo que una de sus manos masajeara el sexo del chico, toco la base subiendo y bajando desde la base hasta el glande.

 

 

 

-¡Ah! ¡Ah! –Los gemidos del castaño solo excitaban más a su compañero-

 

 

 

El escritor dirigió sus labios a esa parte donde comenzó a lamer y enseguida lo metió todo dentro de su boca, dándole el mayor placer al castaño quien no aguanto mucho y se vino en la boca de su compañero quien se aseguro de no desperdiciar ni una sola gota de ese delicioso manjar. Una vez que termino de devorar al chico, se reincorporo y beso los labios del niño, compartiendo aquel sabor salado que aun estaba en sus labios.

 

 

 

-Usagi-san quiero… sentirte –dijo entre jadeos; el novelista ya estaba a mil y desde hace rato quería llegar a más pero quería que fuera el propio Misaki quien se lo rogara-

 

 

 

Aunque ambos estaban lo suficientemente excitados, el escritor no quería lastimar al ojiverde, así que llevo uno de sus dedos a la entrada del chico y comenzó a dilatarla, unos momentos después llevo el segundo dedo haciendo pequeños círculos.

 

 

 

-¡¡Arg!! –Soltó el ojiverde-

 

-Calma –el escritor beso al chico para que olvidara por un momento la agonía pero aquel contacto no duro mucho pues ansiaba ser uno con su amante-

 

 

 

El ojilila se posiciono entre las piernas del chico mientras este llevaba ambas manos a la almohada en que estaba recargado, listo para ser penetrado por aquel peliplata. A pesar de la estimulación previa y debido a que su cuerpo ya se había desacostumbrado a tan sublime acercamiento, el dolor le parecía insoportable, tanto que unas cuantas gotas saladas escaparon de sus ojos aunque bien sabía que el mayor momento de placer estaba próximo mientras tanto, ahora, sus manos se aferraban fuertemente a la espalda del mayor enterrando de paso sus uñas.

 

 

 

Unos momentos después logro sentirlo completamente dentro y cerró los ojos cuando estaba así era como sentirse en otra dimensión, ahora el dolor se había esfumado y ya podía gozar de las exquisitas sensaciones que le producía el peligris. Al mayor en cambio le encantaba mirar las reacciones del chico, ver la forma en que su cuerpo entero reaccionaba y sobre todo ese sonrojo que lo encandilaba. Convenzo con las embestidas, primero fue suavemente pero poco a poco aumento el ritmo, no lo podía evitar por una parte quería ser dulce pero por otra Misaki era igual de adictivo que la nicotina. Sentía los músculos del chico contraerse con cada embestida y la cara que mostraba dejaba en claro que lo estaba disfrutando tanto como él.

 

 

 

Por fin se fundían con la persona que habían estado deseando, dejando se llevar por el cumulo de sensaciones que por algún tiempo creyeron olvidadas. Ambos estaba por alcanzar la cumbre del placer pues sentían aquellas oleadas de excitación apoderarse de sus cuerpos, su piel vibraba bajo cada contacto establecido, sintiendo las esplendorosas contracciones.

 

 

 

-¡AH! Misaki, ¡AH!

 

-¡AH!

 

-¡AHHHHHHH! –no pudiendo contenerse más el mayor se corrió dentro del ojiverde, el primero se dejo caer sobre el castaño teniendo siempre cuidado de no lastimarlo, unos momentos después salió del chico suavemente-

 

 

 

El ojilila, ya a un costado del menor, lo jalo y este tumbo su cabeza en el pecho del novelista al momento que cruzaba una pierna por encima de este dejándose arrullar por el abrazo posesivo así como de las tiernas caricias. En un último acto de cuidado el peligris jalo una sabana y cubrió ambos cuerpos.

 

 

 

-Te amo Misaki

 

-Yo también Usagi-san, te amo y lo hare siempre –declaro el ojiverde antes de dejarse vencer por el cansancio-

 

 

 

 

 

Continuara…

 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció el lemon? Es el primero que he escrito, díganme que les pareció para saber si vale la pena que ponga el de yukixshu o mejor lo hago implícito y escribo otra cosa

 

 

 

El próximo capítulo será el del martes 31, ah!! y ya solo faltan tres capítulos más para el final


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