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Notas del capitulo:

Holaa!!

Gracias a Orixd, Bj Murray y eRika kiriyu por sus reviews, que ya están contestadas ;)

El capi sigue siendo de transición (como el anterior), aunque en este pasan cosas importantes (pequeñas, pero importantes), porque el 19 se viene con sangre, drama y violencia... XD

Sobre la imagen de este capi... Es la épica batalla entre San Jorge y el Dragón.

 

- En serio, no importa si no hacen nada.- Dijo Gabriel por cuarta vez.

Hannah sonrió y negó con la cabeza.

- No seas aburrido, Gabe.- Dijo Ellie.- ¡Yo sí quiero una fiesta!- Exclamó entusiasmada.

- Ese es el espíritu.- Aprobó Hannah.- Será divertido, ya verás.- Le dijo a él.

- Pero...

- Pero nada.- Lo cortó Ellie.- No celebraré mi cumpleaños sola.- Dijo haciendo un puchero.

- No es que no quiera.- Se justificó Gabriel.- Es sólo que no me parece un buen momento...

- Pues sólo cumples diecisiete una vez.- Dijo Hannah.

Gabriel pensó rápidamente en otra excusa. Quería evitar a toda costa la celebración, ya que realmente tenía cosas más importantes por las que preocuparse; como el necio de su novio, por ejemplo.

Inmediatamente después de descubrir las manchas de sangre en la almohada, lo había llamado; pero Friedrich se había zafado. Tuvo que armarse de paciencia para esperar el final de las clases y poder hablar cara a cara con ese obstinado.

- Esa semana tengo dos pruebas importantes.- Aseguró a sus hermanas.

- Vamos, un par de puntos menos no te afectarán.- Dijo Ellie, restándole importancia.

- ¿Cómo que...?

- No nos importa.- Lo interrumpió Hannah, con una risita.- El año pasado no pudimos celebrar sus cumpleaños porque Ellie estaba en el hospital; así que hay que aprovechar que ahora está mejor.- Hannah le sonrió a su hermana menor.- Así que nada... Ni nadie...- Miró a Gabriel.-... Me impedirán organizar esta fiesta.- Dijo animada.

- Pero...

- ¡No! Tu opinión no cuenta.- Ellie le guiñó un ojo y le sonrió.

- No iré.- Refunfuñó Gabriel.

- Claro que irás.- Lo contradijo Hannah. Luego miró a Ellie.- No me gusta la idea de rentar un local, como dijo mamá... Lo mejor será hacerla en casa.

Ellie asintió, dando su apoyo a la idea. Pero Gabriel frunció el ceño y miró a Hannah.

- ¿En casa? ¿Cómo pretendes llevar a los chicos a Champagne?- Cuestionó, escéptico.

- Miren que criatura...- Comentó Hannah, antes de reír.- No planeo sacar a nadie del país; hablo de la casa de Cambridge.

Oh... Con eso adquirió sentido. Él aún no se acostumbraba a llamar "su casa" a la que habitaban en ese país.

- Estaremos allí todo el fin de semana.- Anunció Hannah alegremente.

 

 

 

- Sí, sí me lo dijo.- Contestó Friedrich a su hermana, a través del celular.- ¿Tú estarás con ella?- Amara respondió afirmativamente.- Él dijo que no era nada serio ¿Eso es verdad?

 

Amara lo había llamado hace una hora, para informarle sobre la operación a la que sería sometida su madre.

Se puso furioso al oír eso.

Cuando su padre fue a visitarlo, unos días atrás, sólo había dicho que se trataba de unos exámenes de rutina. Ya le parecía extraño que hubiese ido a verlo sólo para decir eso y preguntar por sus calificaciones. Como su padre no hablaba con él, ni con Amara ni Wilhelm, no tenía cómo saber lo que Friedrich sabía; tenía que asegurarse de hablar antes que los demás, para restarle importancia a las cosas y desviar su atención. Después de todo, para el Señor Rosendorff sería muy molesto tenerlo a él, a su estorboso hijo menor, metido en medio.

Maldito viejo desgraciado...

 

Fue a la dichosa reunión; no sin antes ponerse el sweater de la institución, que tenía las mangas más largas y cubriría la mayor parte de la venda que había puesto sobre su mano, para disimular la hinchazón. Además, debía continuar fingiendo que todo estaba bien, cuando en realidad no podía centrarse en nada más que sus múltiples dolores y problemas personales.

El intenso dolor de su mano, la inminente discusión con el Ángel, el estado de su madre y la infinita rabia que le provocaba su padre... Todo era una mierda.

Sin embargo, cuando entró al camarín sólo estaban Caswell y Nield, charlando tranquilamente. Aquello le extrañó, ya que el capitán y el entrenador solían ser puntuales, y Friedrich llegó diez minutos tarde.

- ¿Un poco tarde, no?- Ironizó Caswell riendo, al verlo.

- Mejor ni te aparecías por aquí. Si el entrenador te ve estás muerto.- Dijo Nield.- Pensamos que no te sentías bien.

- ¿Qué? ¿De qué hablan?- Preguntó Friedrich confundido.- ¿No era a las siete y treinta?- Friedrich consultó su reloj.- Falta un cuarto para las ocho. ¿Dónde están los demás?

Caswell y Nield fruncieron el ceño.

- Era a las seis y treinta.- Corrigió el primero.

Entonces Friedrich comprendió lo que pasaba. Esa maldita bruja...

- Pues eso no fue lo que me dijo esa...- Dejó la frase a medias, para maldecir mentalmente a la noviecita de Varley.

Como si le faltaran problemas...

- ¿Quién?- Preguntó Caswell.

- La novia de Varley...- Murmuró de mala gana.

Los otros dos intercambiaron una mirada y pusieron cara de comprensión.

- No te amargues, ella es así.- Lo consoló Caswell.- Ella está en el equipo femenino y siempre está jodiendo a sus compañeras... Todo el mundo sabe cómo es...

- Pero yo no.- Se quejó Friedrich, cuyo humor empeoraba cada vez más.

- Vamos, no le des importancia; al fin de cuentas sólo era una reunión.- Nield se encogió de hombros y le sonrió.

Optó por no añadir aquello a su montaña de preocupaciones.

- Vale. Mejor me voy para no encontrarme con el entrenador.- Dijo sin ganas.

Luego de despedirse, se fue, mirando hacia todos lados para asegurarse de que tenía la vía libre. Si el entrenador lo atrapaba le daría un buen sermón.

 

Pensaba ir a la habitación de Isaac y Christopher, para charlar un rato y averiguar sobre la esperada respuesta que el segundo había recibido. Pero alguien lo interceptó en el pasillo.

- ¿Ni siquiera un "hola" para mi?

Sonrió a Julian, tras levantar la vista del suelo, sintiéndose culpable.

- Discúlpame, no iba atento...

- Estoy bromeando. Sí me fijé en que ibas buscando hormigas.- Bromeó Julian. Friedrich no podía evitar sentirse culpable; y aún más al ver que Julian lo trataba igual que antes.- No tienes buena cara ¿Está todo bien?- Julian lo miraba, preocupado.

- Eso quisiera...- Dijo suspirando.

 

 

 

 

- Bien, eso es todo por hoy.- Dijo la profesora.- No quiero ver malas calificaciones en esta prueba.- Advirtió antes de salir.

- Me va a ir pésimo.- Anunció Adam, mirando la página en blanco de cuaderno, que había permanecido así durante toda la clase.

- Ni siquiera tomaste apuntes.- Dijo Gabriel suspirando.

- Pero es que no entendí nada.- Se quejó Adam, apoyando la frente en la mesa.- Voy a reprobar...

- No vas a reprobar, yo te ayudaré.- Lo animó Gabriel.- Estudiaremos juntos; ahora y mañana, después de clases.

Adam lo miró conmovido.

- Gracias Gabe, si no me ayudaras aún estaría en primero...

 

Caminaron hacia el cuarto de Adam, que quedaba en la parte posterior del edificio, en el segundo piso. Desde el pasillo por el que estaban se veía el patio trasero, que tenía menos áreas verdes y más bancas donde sentarse. En una de estas bancas, Gabriel vio a dos personas conversando: Friedrich y la serpiente.

Se quedó en blanco unos segundos, tratando de asimilar lo que veía.

Los dos se veían muy serios, aunque no parecían estar discutiendo; al contrario, era como si hablaran sobre algo importante. Le dolió pensar que con Julian sí podía hablar, mientras que a él lo estaba esquivando nuevamente.

Además... Había dicho que a esa hora tenía una reunión con el equipo.

¿Cómo no dejarse dominar por la tristeza y la inseguridad?

 

- ¿Gabe?- La voz de Adam lo sacó del trance y le hizo desviar la vista de los otros dos.- ¿Qué hay en el patio?- Preguntó, estirando el cuello para echar una mirada.- Oye ¿Ese no es...?

- ¡Date prisa!- Le dijo Gabriel, apurando el paso, para atraer la atención de Adam.- Debemos aprovechar lo que queda del día.

No volvió a mirar hacia el patio.

 

 

 

 

- ¡Hubieses visto, fue un desastre!- Dijo Ashley, y volvió a reír a carcajadas.

Los cuatro se habían reunido en el patio delantero, cuando sus clases y actividades del día terminaron.

- Tom se quedó en blanco.- Dijo Danielle con tono amable.

Eso le hizo a Dave bastante gracia y se rió con ganas. Tom estaba rojo.

 ¡Sí!- Confirmó Ashley.- Y se escondió tras el mural, aunque igual se le veía la frente.

Dave dejó de reír y, en cambio, le dio la mano a Tom y le sonrió para animarlo. A él le parecía hasta tierno que se hubiese escondido así.

- Pero eso no fue lo peor; lo más vergonzoso fue que la profesora notó que lo hicimos apresurados.- Dijo Danielle.- No sé cómo no vimos que dejamos la parte de abajo sin pintar...

Ella, Ashley y Tom se rieron. Evidentemente les divertía mucho el espectáculo que debió haber sido aquella exposición.

- ¿Y qué nota sacaron?- Preguntó, alzando una ceja con desconfianza.

Los tres callaron.

- Digamos que hubiese sido más digno decir que no lo hicimos...- Murmuró Tom.

 

- Tengo muchas ganas...

Dave había estado sugiriéndole a Tom que lo hicieran desde que Danielle y Ashley se fueron, unos quince minutos atrás.

- Vamos Tom... Sólo una vez...- Acarició la cara interna del muslo izquierdo de Tom; una de sus zonas más sensibles. Tom se estremeció, pero no cedió. Dave tuvo que tomar medidas más extremas.

- ¡Dave!- Había medio gemido Tom, cuando Dave le mordió una oreja. Aún había alumnos en el patio, pese a que estaba oscureciendo.

- ¿Qué pasa? ¿Quieres más?- Dijo para provocarlo. Sabía que Tom estaba al límite.

Pero Tom le salió con algo que le hizo enojar.

- Estoy preocupado por ti.- Dijo seriamente, mirándolo.- ¿Ya estás bien?

- Te dije que sí. No quiero hablar sobre e...

- Lo sé, sólo quiero asegurarme de que estás bien.- Dijo Tom.

Dave se ablandó. No quería hablar sobre lo que provocó lo de la noche anterior; le hacía sentir humillado decir que su padre no era más que un idiota alcohólico y drogadicto que lo ignoraba. No quería que Tom lo supiera.

- Yo estoy bien.- Afirmó, sonriendo, para hacer que Tom dejara de preocuparse.- No es importante.

- Eso es mentira.- Dijo Tom, acorralándolo.

- Tom, yo no...

- No necesito que me lo digas; no todavía. Te entiendo si no quieres hablar sobre ello.- Tom le había cogido las manos.- Pero tampoco puedo evitar preocuparme.

Dave escondió el rostro entre el cuello y hombro de Tom.

- Lo siento...- Era lo único que podía contestarle. Cuanto más quería a Tom, menos quería decirle la verdad.

- De acuerdo...- Tom lo abrazó y le besó la cabeza.- Pero si lo que sea que te pasó se repite, no dudes en llamarme de nuevo; suficientemente malo fue verte llorar... No soportaría que lo hicieras solo.

A Dave se le hizo un nudo en la garganta, pero se contuvo con todas sus fuerzas.

Siempre se mantuvo fuerte e impidió que el vacío le afectara, pero al tener a alguien que se preocupaba sinceramente por él, que lo quería y se lo demostraba, sentía como si sus defensas estuviesen debilitándose. Tom había hecho un gran hueco en el muro que lo rodeaba, pero no sólo había cruzado él: las cosas que antes no lo afectaban, comenzaban a doler.

Se sentía condenadamente expuesto. Lo único a que podía aferrarse era Tom.

- Haces que dependa mucho de ti...- Musitó.

- ¿Y eso es malo?- Preguntó Tom.

 

 

 

En un día lunes, dentro del internado, no eran muchas las opciones disponibles para llevar a cabo una cita. Kale había comprado comida italiana el día anterior, y la había guardado en uno de los refrigeradores del comedor; y Henry había conseguido que su compañero le dejara el cuarto libre esa noche.

Lo que Kale creía imposible estaba sucediendo. Finalmente era capaz de interesarse en alguien más que no fuese Matt; hasta se sentía orgulloso. Tenía grandes expectativas para esa noche y ni siquiera se sentía nervioso, así de ilusionado estaba.

Después de comer y charlar, cerca de las once de la noche, Henry apagó la televisión y se sentó junto a él, en la cama.

- Supongo que es bastante obvio...- Dijo Henry, retorciéndose las manos y mirándolas, con una sonrisa nerviosa.- Digo... Ya te lo imaginarás... No es un secreto precisamente...- Henry se veía cada vez más nervioso.- Que tú... Que tú me...

 Kale se le acercó un poco más.

- ¿Te gusto?- Trató de ser lo más gentil posible. Le había sorprendido que Henry fuese tan tímido a la hora de la verdad.

Henry enrojeció, pero asintió enérgicamente. Kale sonrió.

- Tú también a mí.- Susurró, atrayendo a Henry hacia él y besándolo.

Pasados unos largos minutos de besos y caricias, la ropa comenzó a volar en todas direcciones. Al llegar el turno de la ropa interior vio que Henry parecía aún más nervioso que antes.

- ¿Primera vez?- Preguntó Kale, mientras terminaba de desnudarse.

- Sí. Sólo había hecho oral...- Explicó Henry, para luego hacerle una excelente demostración, dejándolo listo para la acción.

Kale se paró velozmente, en busca de su chaqueta, que había ido a parar a uno de los escritorios.

- Listo.- Anunció al volver sobre Henry.- ¿Para mi o para ti?- Preguntó, enseñándole un condón.

Henry no dudó.

- Para ti.- Dijo al instante.

- Perfecto.- Kale sonrió; las cosas no podían ir mejor. Él era muy versátil en ese aspecto, pero a Henry definitivamente quería darle. Se sentó, dejando su erección a plena vista.- Pónelo.

Henry lo hizo con cuidado.

Y comenzó el carnaval.

 

 

 

Terminó hablando más rato de lo esperado con Julian.

Fue bastante agradable poder hablar con tanta naturalidad con él. Friedrich creía que Julian mencionaría lo ocurrido entre ellos, pero no fue el caso, y se limitaron a hablar de cosas diferentes.

Cuando Julian se fue, Friedrich retomó el camino hacia el cuarto de sus amigos, esta vez más ansioso por oír las noticias sobre Isaac. Sin embargo, mientras terminaba de subir las escaleras posteriores que llevaban al tercer piso, donde estaba la habitación de Isaac y Christopher, vio aparecer a alguien por la esquina izquierda.

Se encontró con Matt de frente. Ambos permanecieron quietos, sin decir nada.

Era muy incómodo estar así. No odiaba a Matt, pese a sus palabras, que aún le clavaban. Incluso cuando éste era novio de Gabriel, no le caía mal; envidiaba su lugar, pero era lo suficientemente racional como para separar las cosas. Matt no era un mal tipo.

- No voy a golpearte.- Dijo Matt.

- ¿Y crees que te tengo miedo?- Replicó Friedrich, indignado.

Se miraron. La tensión latía en el aire.

De pronto, Matt suspiró y se apoyó en la baranda, con la vista perdida en alguna cosa que no veía, pues estaba totalmente oscuro.

- Esto no tiene sentido...- Murmuró.

Friedrich se limitó a escuchar.

- Pensé que si te veía querría partirte la cara...- Por la forma en que Matt dijo aquello, parecía que estuviese hablando solo.

- ¿Y no quieres?

- No...- Repuso Matt.

Friedrich no se fiaba de aquella pasiva y melancólica actitud. La última vez que lo vio estaba hecho una furia.

- ¿Por qué?

- ¿Por qué...?- Repitió Matt en un murmullo casi inaudible. Continuaba mirando la oscuridad. Se veía cansado.- Ya ni siquiera estoy enojado contigo.- Dijo riendo, sorprendiendo a Friedrich.

- ¿Seguro?- Friedrich seguía desconfiando.

- No sé... Ya no sé lo que quiero...- Dijo Matt con pesar.- Sacó una cajetilla de cigarrillos y le ofreció uno.

Friedrich aceptó y tomó uno, dejando que Matt lo encendiera.

Y fumaron. Él y el ex de su novio... Vaya situación...

- ¿Por qué tardaste tanto?- Preguntó Friedrich curioso.- ¿Porque lo supiste ese día?

- Qué va... Él me lo dijo cuando terminó conmigo.- Contestó Matt.- Y tardé porque...- Matt se quedó pensativo.- A todo esto... Si siempre te gustó Gabriel; ¿Por qué no intentaste quitármelo? ¿No es lo que haría todo el mundo?

Friedrich se quedó en silencio, pensando.

- Una vez lo besé.- Dijo de repente, con calma. Expulsó el humo y dio otra calada. Matt lo miraba muy serio.- La primera semana. No tenía idea de que tuviese novio...

- Eso es lo primero que se comprueba.- Le informó Matt, irónico.

- Supongo...- Se excusó Friedrich, con una sonrisa culpable.- Lo que quiero decirte es... Que él salió corriendo.

Matt puso cara de asombro.

- E intentó cambiarse de cuarto.- Siguió Friedrich.- Después de eso lo vi contigo, por eso no me entrometí; porque te eligió a ti.

Pasaron varios minutos sin que nadie dijera nada.

- Eso no lo sabía...- Dijo Matt. A Friedrich le pareció que sonreía.- Aún así... Ustedes comparten cuarto. A él puedo creerle que no hiciera nada. Pero a ti...- Matt le lanzó una mirada desconfiada.

Friedrich bufó molesto.

- Dame crédito, no soy un animal.- Se defendió.- Pero tampoco ciego.- Admitió.- Me costó montones aguantar, pero no lo toqué de nuevo, ni una sola vez; de eso puedes estar seguro.

- Hmm…- Matt miró hacia arriba, con gesto concentrado.- Déjame ver... ¿Tú no salías con alguien?

- Ah... Bueno, ya sabes... Tenía que hacer algo para aguantar.- Reconoció Friedrich de mala gana. Eso no le hacía sentir orgulloso.- Aunque cuando empecé con él, ustedes ya habían terminado.

- ¿Es cierto que no te lo dijo?

- No, no tenía idea.- Reconoció Friedrich.- Bueno, era claro que algo pasaba, porque tú ya no ibas a la habitación. Pensé que era una pelea temporal o algo así.- Contó, pensando en lo equivocado que había estado.- Créeme, si hubiese sabido que ya no estaban juntos no lo habría pensado un segundo.

- ¿Y cómo lo supiste?- Preguntó Matt riendo. Obviamente le hacía gracia saber que Gabriel no le dijo nada sobre su ruptura.

- ¿Versión larga o resumida?

- Larga.- Eligió Matt.

Encendieron otro cigarrillo.

- Para empezar, creo que Gabriel y Julian, mi ex, no se llevaban muy bien...- Dijo Friedrich pensativo.

- No... ¿En serio?- Ironizó Matt riéndose.

- Cállate.- Dijo molesto. Al pensarlo mejor, aquello le parecía bastante obvio; Gabriel y Julian nunca congeniaron.- Fue un día en que Julian y yo estábamos solos en el cuarto.

- Serás idiota...- Murmuró Matt, poniendo los ojos en blanco.

Eso fue innecesario. Friedrich no tenía cómo saber lo que Gabriel sentía de verdad. De todas formas se sintió estúpido.

- Luego llegó Gabriel y...

- Debí elegir el resumen.- Matt lo miró como si fuese tonto.- ¿Cómo puedes ser tan...?

- ¡Ya, ya entendí!- Aclaró Friedrich enojado.- Empezaron a hablar y ahí lo dijo.- Terminó de hablar rápido.

Matt negaba con la cabeza.

- Tiene que ser el envase, porque de listo no tienes un pelo.- Le espetó.

- Gracias.- Dijo con sarcasmo. Sin embargo, algo le llamó la atención.- Oye... No pareces molesto... ¿No deberíamos estar moliéndonos a golpes?

- Tal vez...- Dijo Matt riendo, con la mirada perdida en la oscuridad otra vez.- Yo quería a Gabriel, pero... Ahora... No sé... Aún siento cariño por él, pero...

- ¿No es lo mismo?- Sugirió Friedrich.

- Eso parece.- Aceptó Matt.- Pero ya te lo dije; no sé lo que quiero... Y Kale...

Matt se calló al instante y abrió desmesuradamente los ojos. Friedrich estaba boquiabierto.

- ¿Kale?- Repitió Friedrich impresionado.- ¿Es eso? ¿Es por Kale que esto ya no parece afectarte?- Matt seguía lívido e inmóvil.- ¿Te gusta Kale?

Matt parecía estar en shock. Aparentemente, eso fue una revelación para ambos.

- N-no...- Balbuceó al cabo de un rato, mirando a Friedrich confuso.

- Yo creo que sí.- Friedrich sonrió maliciosamente.

- No.- Volvió a decir Matt. No se veía bien.- No es posible.

- Lo es, admítelo...

- No entiendes.- Dijo Matt, hundiendo la cabeza entre sus brazos, que tenía sobre la baranda.

- ¿Qué sucede? ¿Qué es lo que no entiendo?

Matt levantó la cabeza. Cada vez se veía peor; la aflicción que sentía era notable.

- Esto está mal, él no puede gustarme. Una vez lo pensé, pero... No puede ser...- Eso sonó como si se lo dijera a sí mismo. Le dio un puñetazo a la baranda.- ¡Salgo de una y caigo en otra!- Farfulló con rabia.

- ¿Puedes explicarte?- Friedrich ya estaba impaciente.- ¿Qué tiene de malo que te guste Kale?

Matt sonrió con sorna.

- Lo que tiene de malo, Rosendorff, es que en este momento él está con otro chico, probablemente pasándolo de maravilla entre sus piernas.

Oh.

Eso era tener una suerte de mierda.

- ¿Qué chico?

- Henry Wickliff. ¿Lo conoces?- Matt parecía un zombie.

- Claro, está en mi clase.

- Pues él. Se conocieron hace unos meses; a Wickliff le gustó Kale desde el principio.- Explicó Matt con voz monótona.- Y es mi culpa.

- ¿Qué cosa? ¿Tú los presentaste?

- No; yo le dije que le gustaba a Wickliff.- Matt dejó su estado apático un momento para mostrarse furioso.- Se lo dije hace un par de días.

Definitivamente, lo de Matt era más que mala suerte.

- Me volveré cura.- Resopló Matt.

- No sería una gran pérdida.- Bromeó Friedrich.

Eso hizo reír a Matt; con algo de amargura, pero era una risa.

- En serio, no pretendo que celebres si él está con otro chico... Pero no creo que a Kale le guste Wickliff.- Dijo Friedrich con sinceridad. Era lo que pensaba.- Vamos, tampoco es como si se fueran a casar.

Matt parecía escéptico.

- Yo creo que tienes muchas más oportunidades que nadie con Kale; y lo digo en serio.

- ¿De qué estás...?- Matt lo miraba enfadado.

- Según sé, ustedes son amigos desde hace tiempo...

- Desde los siete años.- Interrumpió Matt.

Eso impresionó a Friedrich. Diez años después Matt sentía algo por Kale... Eso le hacía sospechar. Quizás Matt no lo había notado, pero Friedrich tuvo la impresión de que eso venía desde mucho antes.

- Vamos Matt, eres quien mejor lo conoce. ¿Realmente piensas que no tienes oportunidad?

Matt se quedó un rato callado.

- Es imposible.- Murmuró. No parecía tan incrédulo como Friedrich esperó.

- No quiero ser indiscreto, pero... ¿Nunca ha pasado nada entre us...?

- Nunca.- Aseguró Matt muy serio.

- Ya veo.

Algo seguía sin calzar para Friedrich. Kale era muy parecido a él. Una vez, Kale le había dicho que tampoco había salido con nadie. Y por lo que Friedrich veía cuando salían, Kale desaparecía con algún chico después de un rato, tal como él. Aunque para Friedrich no había una gran razón para picar por aquí y por allá; excepto su "fobia" al compromiso.... Kale sí podía estar escondiendo una razón mucho más importante.

Pero sólo era una remota posibilidad... Que cada vez le parecía más posible.

- Bueno...- Dijo Friedrich, mientras maquinaba un interrogatorio para la próxima vez que viera a Kale.- Por ahora no hay nada qué hacer; sólo espera hasta mañana, para ver si las cosas se ponen más serias entre ellos.

- Es fácil decirlo...

- Lo sé, pero no pretenderás ir a interrumpirlos.- Friedrich alzó una ceja.

Matt volvió a hundir la cabeza.

- Estoy acabado.- Dijo con amargura.- Primero llegas tú y me quitas a Gabriel... Y ahora resulta que me gusta mi mejor amigo... Esto es una mierda...

Aunque eso le hizo sentir culpable, no se arrepentía.

- Vale.- Dijo Friedrich.- Pero olvídalo por un rato; es hora de ahogar las penas.

- ¿Qué...?

- Hoy Hannah iba a responderle a Isaac y aún no sé cómo le fue.- Contestó Friedrich sonriendo.- Voy al cuarto de los chicos ¿Vienes?

Matt dudó.

- Está bien- Dijo receloso.

Friedrich comenzó a caminar. Matt lo siguió.

- ¿Hannah y Isaac?- Preguntó incrédulo.

 

 

 

Gabriel estuvo estudiando con Adam hasta la una de la mañana. Su amigo estaba bastante mal preparado para la inminente evaluación de biología que tendrían esa semana. Para buena suerte suya y de Adam, el compañero de cuarto del segundo también necesitaba ayuda con esa materia, de modo que no se quejó por su prolongada presencia.

Estudiando había logrado mantener a raya sus preocupaciones, pero al regresar a su habitación, donde Friedrich brillaba por su ausencia, se deprimió.

Luego de verlo con la serpiente, lo que se imaginó fue inevitable, por mucho que intentara no dejarse llevar por esa idea. Pero Friedrich había mentido. Mintió para estar con Julian.

No hubo ninguna reunión con el equipo.

Se dejó caer sobre su cama, abatido. Todo lo que había usado para abandonar la inseguridad se había desvanecido; su mente y corazón eran un completo caos.

Por un lado lo que le hacía dudar.

Por otro lo que sentía real.

Todo se mezclaba.

¿Friedrich sería capaz…?

No podía haberle mentido todo ese tiempo. ¿Para qué?

Pero estaba con la serpiente.

¿Entonces no lo quería? ¿Quería a la serpiente?

 

Y así, una y otra vez, se quebraba la cabeza pensando en argumentos y contraargumentos. Debatía consigo mismo.

Por una esquina se colaba la preocupación por lo concerniente al accidente. Mientras por otra entraba la sensación de que no merecía que se preocupara.

Pero volvía a preocuparse.

 

Era una agotadora lucha entre su mente y su corazón.

 

Secó las lágrimas con la manga del pijama, mientras preparaba la cama. Se acostó, tapándose lo más posible y luchando por ahogar los sollozos; algo innecesario, ya que estaba solo y nadie lo escucharía llorar.

 

 

Se encontraba sumergido en una especie de sueño ligero, por lo que despertó de inmediato al oír aquellos ruidos. Algo pesado había chocado contra la puerta, produciendo un ruido sordo.

Una especie de murmullo proveniente desde el otro lado de la puerta lo alertó. Gabriel se levantó sin hacer ruido, se aproximó hacia la puerta y escuchó. Nada, todo estaba en silencio.

Sin encender la luz, abrió.

 

 

Notas finales:

:)

ENFRENTAMIENTO

Como habrán notado, se trata de enfrentarse a sí mismo: Dave quiere a Tom, pero tiene miedo de exponerse demasiado; Gabriel y su eterna inseguridad; Friedrich luchando contra sus problemas; Kale tratando de olvidar a Matt; Matt, más confundido y amargado que nunca, negándose a aceptar lo que siente... Eso en resumen (la única pelea fue entre Varley y su novia jajaja).

PERSONAJES

Henry Wickliff

Ciudad/País: Londres, Inglaterra.

Estatura: 1.67 m

Por aquí: http://i578.photobucket.com/albums/ss223/Yamamura12/18-i.jpg?t=1282187991

Comentarios y demases, ya saben cómo (:

Saludos y gracias por leer!


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