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Give me a Sign por Harnex

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Notas del capitulo:

Holaa!!

Uff! Al fin logré llegar un miércoles XD

Miles y miles de gracias a mis queridísim@s lectores y lectoras:

-_suki-chan_-, Bj Murray, eRika kiriyu, moonlover, Lulu_Heart, anko-chan, fujoshichan, sasket17, Rosa Spezzata y Akari Junko 92.

Y aparte del millón de gracias, una bienvenida a esta humilde historia a:

YoMinoOu, PrincessAyumi92 Mune-chan.

(en proceso de contestar reviews jejeje pero las contesto todas, eso sí que sí :D)

 

Pasando a otra cosa (mariposa! tenía que decirlo XD), dejo un par de cosas para la última parte :D

- Primero, una canción (a veces no viene mal escuchar algo cuando se lee ;)

http://www.youtube.com/watch?v=fvf7BDgcqm8

La canción es Comfortably Numb de Pink Floyd, un super temazo que me inspiró para este capítulo (hasta viene subtitulado, así que no hay excusas para no echarle una ojeada jajaja).

- Y segundo, les invito a mirar esta imagen (y a guardarla en esas cabezas saturadas de yaoi XD como la mía...):

http://i578.photobucket.com/albums/ss223/Yamamura12/uk-londres-tamesis-y-big-ben.jpg?t=1287612961

Cuando lean comprenderán ;)

 

Ahora, me iré a esconder en algún lugar -_-U

PD: El de arriba es Matt (:

 

- Kale...- Susurró Matt.

Kale no le dio tiempo para decir nada y volvió a besarlo.

Sentía que cuando se separara de Matt, todo su esfuerzo de años se iría por la borda; y no tenía el valor suficiente para enfrentar a Matt.

 

 

 

Gabriel logró llegar hasta Friedrich. Cuando estuvo a su lado, se inclinó y acercó su rostro al de él.

- Estaba muy preocupado por ti...- Sollozó, besando su rostro.- Te extrañé tanto...

- Ángel... No te vayas...

Gabriel trató de ignorar el hecho de que aquello no tenía mucha coherencia.

- No me iré mi amor...- Gabriel acarició su frente y le sonrió.- ¿Cómo te sientes?

- Eh... Raro, supongo.- Friedrich se rió.

Hacía tanto que no escuchaba ese sonido...

- ¿Estás mareado?

- Un poco...- Friedrich tenía una sonrisa culpable.- Siento como si me hubiese pasado de tragos...

Wilhelm se echó a reír tras ellos.

- Este despertó igual de tonto.- Comentó divertido.

- Yo también te quiero, Wil.- Murmuró Friedrich, riendo. Wilhelm se acercó a ellos.- Mírate, sólo dormí unas semanas y ya estás más arrugado...

- Serás...- Wilhelm rió.- Ya verás Leoncito...

- Tú vas a ver...

Gabriel notó que la pronunciación del inglés de Friedrich había empeorado.

- ¿Qué día es hoy?- Preguntó Friedrich de repente.

- Domingo.- Contestó Wilhelm.

- No, la fecha.- Aclaró Friedrich.

- Quince de...

- Wil...- Interrumpió Friedrich.- ¿Puedes salir un momento?

- Otra vez...- Wilhelm rodó los ojos.- Pero voy a volver...- Advirtió a su hermano, mientras le guiñaba un ojo a Gabriel.

Luego de decir eso, salió.

- Ángel...

Gabriel lo miró.

- Feliz cumpleaños... Atrasado.- Murmuró Friedrich.

Gabriel sonrió y se secó las traicioneras lágrimas.

- Friedrich...

- Vamos, sácame esta cosa un momento.- Pidió Friedrich, refiriéndose a la mascarilla que cubría su boca y nariz.

- Pero...

- Sólo un segundo... Quiero besarte Gabriel...

Él también lo deseaba, así que, muy rápidamente, levantó la mascarilla y le dio un fugaz beso. Volvió a arreglar la mascarilla de inmediato.

- ¿Tan cortito?- Friedrich se veía contento.

- Después mi amor, cuando estés mejor y puedas salir...- Gabriel mantenía su frente apoyada en la de Friedrich.- No volverás a andar solo por la calle...

- Lo que tú quieras... No pienso pasar tanto tiempo sin ti de nuevo...- Friedrich cerró los ojos.- Me parece que fueron años sin verte...-Dijo a Gabriel.- Quiero irme contigo de vuelta...

- Ten paciencia; yo estaré esperándote...- Gabriel trató de sonar fuerte.

Había echado tanto de menos el estar así con Friedrich, simplemente juntos y en paz...

 

 

 

Besó a Matt hasta que ya no tuvo más aire.

Ambos se quedaron en silencio, recuperando el aliento e inmóviles. Kale ni siquiera se atrevía a mirar a Matt; el terror que sentía lo había paralizado por completo.

- Kale...- Susurró Matt al cabo de unos minutos, sujetándolo con suavidad por los brazos.

Kale seguía con la vista clavada en el cuello de Matt.

Comenzaba a caer en la cuenta de lo que acababa de hacer; sin duda ese era el error más grande de su vida.

- Perdón...- Balbuceó Kale casi con pánico, soltando a Matt y alejándose de él, todavía sin mirarlo.- Lo siento... Lo siento...- Farfulló, mientras se tapaba la boca e intentaba secar las lágrimas.

Continuó disculpándose torpemente.

Matt permaneció quieto en el mismo lugar.

 

 

 

- Ángel...

- Dime.

Gabriel acercó una silla hasta Friedrich y se sentó juntó a él. Luego de poner al día a Friedrich sobre algunas cosas, a petición de él, se quedaron en silencio... Simplemente disfrutando de la compañía del otro.

- ¿Qué pasó con la final?

A Gabriel le entristeció oír eso. Las ganas de Friedrich por jugar ese bendito partido, de alguna forma, lo tenían allí.

- Ganaron.- Gabriel le sonrió, para animarlo. Él no había ido al partido, así que se remitió a decir lo que le contó Isaac.- El capitán habló sobre ti cuando les entregaron la copa... Te dio ánimos en nombre del equipo.- Contó Gabriel.

Friedrich pareció perderse en sus pensamientos por un momento.

- El capitán...- Murmuró distraído.

- ¿Qué hay con él?- Preguntó Gabriel, extrañado.

Friedrich frunció el ceño.

- No recuerdo su cara.

 

 

 

- Hey, tranquilo, no te pongas así...- Matt se había acercado hacia él e intentaba calmarlo, pero Kale estaba demasiado nervioso.

- No debí hacerlo...- Repetía una y otra vez.- No debí ha...

- ¡Kale!- El firme llamado de Matt le hizo callarse y alzar la vista hacia él. Matt estaba serio, pero inusitadamente tranquilo.- ¿Qué...?

- ¡Olvídalo! ¡Por favor, olvídalo!- Suplicó Kale, interrumpiéndolo, antes de que dijera algo que no quería escuchar.

- Pero...

- ¡De verdad lo siento!- Kale comenzó a retroceder, alejándose de Matt.- Sólo olvídalo...

Tras decir eso, Kale salió corriendo.

- ¡Kale!

 

 

 

Gabriel sólo pudo estar unos minutos más con Friedrich, ya que la hora de visitas se acabó. Después de eso, decidió volver al internado, ya que a Friedrich no le hizo gracia saber que ni siquiera había desayunado.

La enorme alegría que se apoderó de él cuando vio de nuevo a Friedrich sonriéndole había decrecido. Aunque la falta de memoria podía ser temporal, también podía no serlo. Pese a esto, Gabriel había decidido mantener la esperanza y aferrarse a la idea de que las cosas podrían ser mucho peores...

Suspiró.

Mientras estaba con Friedrich, casi no resistió las ganas de abrazarlo y besarlo. Había sido demasiado tiempo sin él, sin su presencia y sin su voz... Sin oírle decir "Ángel" con una sonrisa y aquella irresistible mirada.

 

Al menos esa noche logró conciliar el sueño.

 

 

 

- Tommy Gun...- Aunque pareciera imposible, Dave esperaba a Tom en la cama; porque al fin lograban compartir una maldita cama.

Ellos se quedaban en uno de los cuartos de visita de la casa de Ashley. A Dave casi le dio un ataque de la emoción cuando lo supo; tendría una habitación entera para él y Tom.

Pero Tom llevaba un buen rato metido en el baño.

- ¿Qué tanto haces?- Dave ya se había cansado de ver la puerta entreabierta y oír a Tom moverse de un lado a otro. Se paró y fue hacia el condenado baño.

Allí estaba Tom, sólo en pantalones y hurgueteando en su mochila.

- No los encuentro...- Murmuró Tom.

- ¿Qué cosa?

- Los condones.- Respondió Tom.

A Dave casi le da otro ataque.

- ¿Cómo que no los...?- Le quitó la mochila a Tom y comenzó a escarbar en ella. Tom tenía razón.- Es un chiste...- Farfulló.

- ¿Y qué vamos a hacer?- Tom no parecía muy preocupado.

- ¿Tienes ganas o no?- Le recriminó Dave, cruzándose de brazos.

- Sí, pero no hay condones.- Dijo Tom simplemente.

Dave regresó a la cama y se sentó en ella, molesto. Tom lo siguió y se paró frente a él.

- Iré a comprar, si quieres; no es tan tarde...- Ofreció Tom.

- No, ya no tengo ganas.- Refunfuñó Dave.

Tom se inclinó hacia él y le dio un beso.

- Te ves lindo cuando te enojas...- Dijo sonriendo.

Dave iba a protestar, pero se quedó sin ganas; la sonrisa de Tom lo atontaba.

- Bésame de nuevo.- Dijo en cambio y Tom hizo lo que le pedía.

Al minuto siguiente ya estaban quitándose la ropa.

- Tommy...- Susurró Dave, acariciando el pecho y espalda de Tom, mientras éste le quitaba los pantalones.

- Un segundo...- Tom le sacó los benditos pantalones y le agarró el pene, con slip incluido.

- ¡Ah!- Dave se retorció al sentir el agarre allí.

Sin embargo, cuando Tom comenzó a jalar la prenda hacia abajo, Dave sujetó su mano.

- ¿Qué pasa?- Tom lo miró.

- Cambié de opinión; ve a comprar condones.

 

 

 

Nunca le había dolido tanto la cabeza.

Cuando Kale despertó la mañana del domingo, lo primero que sintió fue aquel aplastante dolor, que le hizo llevarse una mano a la cabeza de inmediato.

Ni siquiera recordaba cómo llegó hasta su habitación, ni cómo es que estaba tapado y sin zapatos, pese a que tenía la ropa puesta. Sus recuerdos se volvían borrosos desde que Mikefly se sentó junto a él y el chico sin nombre en el pub.

Había muchas imágenes confusas.

 

Se sentó como pudo, apartándose el pelo de la cara y mirando hacia la otra cama, que estaba vacía.

¿Matt todavía no llegaba?

Seguro que pasó la noche con Mikefly...

Eso agregó depresión a su ya lamentable y patético estado.

Fue a darse una ducha.

 

 

 

Gabriel despertó temprano y lleno de energía, por lo que no perdió tiempo y se metió a la ducha. Al salir se vistió y fue al comedor.

Como era domingo y tan temprano, no había nadie aún. Así que, con una enorme sonrisa por única compañía, se instaló a desayunar. Cuando terminó, ya había por lo menos veinte alumnos alrededor.

Salió tranquilamente y regresó a su dormitorio, pero mientras caminaba por el pasillo trasero chocó con alguien.

Con alguien que olía a cigarrillos.

Chocó con Matt.

- Matt...- Balbuceó aturdido, cuando cayó en la cuenta de quien era; y cuando recordó su último "encuentro".

Matt desvió la vista. Aunque habían terminado hace ya varios meses, Gabriel recordaba ese gesto; Matt estaba confundido. Apartaba la vista cuando no sabía qué hacer.

- Hola.- Murmuró Matt, aún sin mirarlo.

Gabriel no sabía qué decir y comenzaba a ponerse nervioso. Finalmente, abrió la boca para decir algo.

- Ma...

- Espera.- Lo interrumpió Matt, mirándolo al fin; había determinación en sus ojos. Gabriel se calló y aguardó.- Yo... Yo te debo una disculpa...

Gabriel se sorprendió mucho.

- No es necesario, Matt.- Dijo en voz baja. Todavía se sentía culpable por la forma en que acabó su relación, por lo que no sentía que mereciera disculpas.

- Sí lo es.- Contradijo Matt.- No me arrepiento de haber golpeado a Rosendorff, pero sí de lo que dije sobre ti ese día... Lo que dije no es cierto.

La parte de él que se había dolido a causa de esas palabras, al fin se reparaba. Pensó que Matt lo odiaría de por vida.

- Gracias Matt...- Dijo sonriendo. Matt había terminado de alegrarle la mañana.

- Mierda, no me des las gracias que me haces sentir peor.- Dijo Matt suspirando, pero sonriéndole de vuelta.

Gabriel rió.

- ¿Y cómo has estado?- Preguntó con cautela. Hacía tiempo que no hablaba con Matt.

Luego de esa pregunta, Matt se encogió de hombros.

- No tengo idea.- Contestó riendo, mientras se rascaba la nuca.

 

 

 

Kale salió de la habitación como un zombie. Había tomado todo lo que encontró para el dolor de cabeza y, por suerte, el dolor había disminuido un poco.

Cuando bajaba por la escalera de atrás, le pareció ver a Matt de espaldas, parado en la mitad del pasillo. Eso lo dejó intrigado.

¿No se suponía que estaba con...? ¿Gabriel?

Se quedó inmóvil al ver a Gabriel allí, charlando alegremente con Matt.

Matt había dicho que ya no sentía nada por él, pero... ¿Desde cuándo las cosas entre ellos estaban tan bien?

Además, Kale daba por hecho que estaba con Mikefly y que llegaría tarde.

Lo que sintió le hizo dar media vuelta y regresar.

 

 

 

- ¿Estás seguro?- Preguntó Gabriel a Matt, completamente receloso, tras oír la petición que Matt acababa de hacerle.- No creo que...

- No voy a pelear.- Aclaró Matt riendo.- No he caído tan bajo como para golpear a un miserable enfermo.

Aunque lo de "miserable" le pareció innecesario, le creyó.

- Está bien... Pero no sé si él quiera...- Argumentó Gabriel.

- Verás que me recibe.- Aseguró Matt.

Después de eso, ambos fueron al hospital.

 

 

 

- ¿Gabriel ha venido?- Volvió a preguntar Friedrich a su hermana, que ojeaba una revista en el sillón que estaba junto a la puerta.

- No.- Volvió a contestar Amara, negando con la cabeza.- Ni siquiera es mediodía, déjalo dormir; el pobre no ha descansado desde que estás aquí.- Lo regañó.

Friedrich puso mala cara y miró hacia arriba.

Estaba a punto de tirar lejos ese montón de cables y porquerías para salir de ese maldito lugar. Pero le había prometido a Gabriel que no se iría... Aunque, tal y como estaba, dudaba que lograse aguantar un minuto de pie.

Por eso es que necesitaba a Gabriel allí; sólo él lograba relajarlo.

Bufó con impaciencia.

- ¿Dónde está mi celular?- Preguntó.

Amara simplemente lo miró con reprobación.

- En serio Fritz, si sigues desconectaré el ventilador.

Friedrich le lanzó una mirada ofuscada y se calló.

¿Acaso nadie comprendía que necesitaba a Gabriel?

Comenzó a sentirse culpable; después de todo, Amara tenía razón. Gabriel no era el mismo de la última vez; su cansancio podía palparse.

Y todo por su maldita culpa.

Cada vez aumentaban más sus ganas por largarse e ir a cuidar de Gabriel, que era lo que debería estar haciendo.

- Oye, Fritz...

La voz de Amara lo sacó de su ofuscación.

- ¿Qué?

- Disculpa, pero había olvidado decirte algo...- Dijo ella, con una sonrisa de culpabilidad.

Friedrich entrecerró los ojos, de manera que no pudo ver nada, por lo que volvió a abrirlos. Ya se estaba acostumbrado a ver las cosas ligeramente borrosas.

Ni siquiera podía fulminar a la gente…

- ¿Qué cosa?- Preguntó intrigado.

- Bueno, es que hace unos días, antes de que despertaras... Ali llamó.

- ¿Quién es Ali?

Amara casi se cae del asombro.

- ¿¡Lo olvidaste!?- Preguntó alarmada.

Friedrich sonrió con malicia.

- Claro que no.- Dijo riendo. Amara le mandó una mirada asesina.- ¿Cómo me iba a olvidar de él?- Friedrich siguió riendo.

- Muy gracioso.- Le espetó Amara.- El asunto es que llamó y preguntó por ti.

- Supongo que no le...

- Claro que no le dije.- Repuso Amara.- Si se entera de esto, al pobre le da un ataque.- Agregó.- Aunque no creo que te importe... Ni siquiera lo has llamado.

- Ah...- Friedrich se sintió incómodo, al recordar su última conversación con Ali.- Es que...

- ¿Qué? ¿Se le acabó la batería a tu celular?- Ironizó su hermana.

- No, pero... Discutimos.- Dijo Friedrich.- Fue la última vez que hablé con él... Antes de que el viejo me mandara al internado.

Amara pareció comprender.

- Ya veo...- Murmuró.- De todas formas él te llamó, así que deberías llamarlo también.

- Bien.- Friedrich suspiró. Con el agitado año que tuvo, se había vuelto un ingrato.- Lo llamaré... Cuando me devuelvan el móvil.

Amara captó la indirecta.

- Lo tiene mamá.- Dijo ella.

Friedrich la miró confundido.

- ¿Mamá? ¿Por q...?- Entonces comprendió.- ¿¡Le dijeron!?

- Bueno... No es que le hayamos dicho...- Amara dejó escapar una risita.- Encontró unos papeles que papá olvidó y...

Otra cosa extraña.

- ¿"Papá"?- Repitió burlón.- ¿Me he perdido algo más?

La chica rió.

- Me parece que no.- Dijo luego.- Pero le diré a mamá que traiga tu maldito celular para la próxima... Aunque Wil se gastó todo el dinero que te quedaba en él.

Lo que le faltaba; incluso fue asaltado. Ni siquiera se podía quedar inconsciente por un par de semanas...

- ¿Cuándo me dan el alta?- Preguntó.

- No lo sé, papá dijo que te iban a hacer algunas pruebas.- Contestó ella.

- Ah...- Friedrich suspiró, casi resignado.- ¿Dónde está Wil?

- No sé, afuera supongo; cuando entré estaba ahí.- Dijo Amara.

- ¿Puedes lla...?- Un par de golpecitos en la puerta interrumpieron a Friedrich.

Amara abrió.

- Adivina quién está aquí...- Dijo Amara con un tono meloso, sin abrir del todo la puerta y tapando la visión de Friedrich.

Friedrich sonrió de oreja a oreja.

- ¡Déjalo pasar!

Amara habló por un momento con Gabriel... Según suponía Friedrich.

- Lo siento querido, pero todavía no.- Dijo Amara, luego de voltear hacia su hermano y guiñarle un ojo.- Nos vemos.

Y salió. Sin embargo, quien entró en su lugar no fue Gabriel, sino Matt.

Friedrich se quedó mudo.

¿Qué hacía Matt ahí?

 

 

 

Kale estaba sentado sobre su cama, mordisqueando una galleta.

Como si no fuese suficiente saber que Matt volvía a estar en buenos términos con Gabriel y que había pasado la noche con el tarado de Mikefly, tenía la cada vez más fuerte sensación de que había olvidado algo. Pero por más que se esforzaba, no lograba recordar... Sin mencionar que el dolor de cabeza aumentaba cuando pensaba demasiado...

De manera que optó por armarse de paciencia.

Ya pasado el mediodía, cuando se sintió un poco mejor, decidió salir a dar una vuelta. Se sentía como un león enjaulado.

 

Caminó un rato, hasta que le dio hambre y se metió a una pizzería; comer le sentaría de maravilla, eso siempre le ayudaba con la resaca.

Algún día entendería que no debería beber más. Su baja tolerancia al alcohol no hacía más que empeorar...

 

Cuando esperaba la cuenta, alguien lo llamó.

Henry.

Iba a presionar el botón para contestar, pero algo lo detuvo.

- Oh no...

Empezaba a recordar.

 

 

 

- ¿Hola?- Saludó Friedrich, extrañado. No es que la presencia de Matt le molestara, pero obviamente le sorprendía.

- Hola.- Dijo Matt, claramente incómodo, ya que no dejaba de mirar alrededor.- ¿Estás bien?

Friedrich rió.

- Supongo.- Dijo simplemente.- Vamos siéntate, estás en casa.- Bromeó, refiriéndose al sillón.

- Eh... Vale...- Matt se sentó, aunque seguía pareciendo incómodo.

- ¿Qué te pasa? Parece que acabaras de matar a alguien.- Dijo Friedrich.

- Bueno... Es que tú eres el único que sabe sobre...- Matt no terminó la frase, pero no hizo falta; por suerte Friedrich recordaba esa conversación.

- ¿Se trata de Kale, no?- Adivinó Friedrich.

- Sí.- Dijo Matt y de pronto dio un bufido.- Mejor olvídalo, esto es ridículo.- Se puso de pie.

- ¡Oye, oye!- Lo retuvo Friedrich, tosiendo tras el esfuerzo que implicó alzar la voz.

- ¿Estás bi...?

- Sí, pero no te vayas; eso sí sería ridículo.- Dijo Friedrich con voz ronca.

Matt dudó un momento.

- De acuerdo.

Y le contó lo que había pasado la noche anterior.

 

Al acabar, Matt se veía distraído y algo desanimado.

Friedrich le dio varias vueltas al asunto antes de hablar. La noche en que Matt se le escapó que le gustaba Kale, éste estaba con otro chico.

- ¿Y qué fue de ese chico?- Friedrich no recordaba el nombre, si es que Matt lo mencionó.- El que estaba con él cuando...

- No sé.- Dijo Matt, aún distraído.- Creo que ni siquiera son novios, pero siguen viéndose.

Friedrich hizo un recuento: Kale no había "oficializado" nada con aquel chico; según lo que Matt contó, y aunque éste no lo interpretara así, Kale estaba ardiendo de celos la noche anterior; y finalmente, lo que Kale temía decirle era más que obvio.

La situación de esos dos no hacía más que confirmarle a Friedrich que el amor volvía ciega a la gente...

Pese a lo clara que estaba la historia para Friedrich, no le parecía adecuado decírselo de manera tan directa a Matt; haría lo mismo que hizo Hannah con él y Gabriel.

- ¿Y tú que piensas?- Preguntó primero, mirando a Matt.- ¿Qué piensas sobre lo que pasó?

Matt se tomó un rato para responder.

- Antes...- Murmuró.- Bueno... Un par de veces he pensado que le gusto a Kale, pero siempre creí que era mi imaginación... Y sigo pensándolo.- Se veía más seguro de lo que decía a medida que hablaba.- Además, Kale borracho siempre hace tonterías.

Friedrich, de haber podido, le habría dado un par de golpes a Matt. Y pensar que él fue así de negado respecto al Ángel...

- No seas tonto.- Dijo finalmente, resistiendo las ganas de lanzarle un objeto contundente a Matt.- ¿Kale te da el francés del siglo y tú te crees que fue una tontería? ¿No dicen que los borrachos son sinceros?

Al diablo con el método de Hannah; a Matt había que decírselo con todas sus letras.

- Pero...- Matt claramente le estaba dando mil vueltas a lo que Friedrich había dicho.

- Creo que, indirectamente...- Comenzó Friedrich.- En realidad no; fue bastante directo.- Se corrigió.- Creo que Kale ya te ha dicho lo que no podía decirte.- Finalizó.

Matt se quedó callado.

- ¿Tú crees que...?

- Exacto.- Dijo Friedrich. Matt puso cara de funeral.- Un momento, ¿Qué se supone que creo?- Preguntó para asegurarse.

- Que yo... A Kale...

- ¿Que le gustas a Kale?- Adivinó Friedrich. Matt asintió.- Entonces sí; es exactamente lo que creo.

Otra vez la cara de funeral.

- Mierda...- Murmuró Matt.

- ¿Mierda qué?- Friedrich definitivamente se estaba perdiendo algo.

- Es que no tiene sentido.- Dijo Matt.- Kale me ha apoyado con todos los chicos con los que he salido.- De verdad se veía incrédulo.- Nunca ha hecho algo que de...

- Salvo lo de anoche; eso sólo fue un desliz.- Ironizó Friedrich.- Deja de engañarte Matt, estás perdiendo el tiempo conmigo; el pobre Kale debe estar a punto de lanzarse al río por culpa del arrepentimiento.

Matt se puso de pie de un salto.

- Es capaz.- Dijo con los ojos muy abiertos.- Gracias Rosendorff.

- Dime Friedrich.

- No me sale pronunciarlo.- Reconoció Matt.

- Entonces Fred; ¡Y apúrate!

Matt salió a toda velocidad de la habitación.

- ¡Pero llama a Ga...! ¡Ángel!- Mientras Friedrich decía eso, un perplejo Gabriel había entrado.

- ¿Qué le pasó a Matt?

 

 

 

 

 

Desde que recordó lo que hizo la noche anterior, Kale no había dejado de temblar.

¿Cómo pudo ser tan idiota? Había sacado a relucir sus estúpidos celos, se embriagó, habló demás y... Lo besó.

Había besado a Matt.

¿Cuántas veces lo había hecho en su imaginación y hasta en sueños? Más de las que podía contar, por mucho que se lo negara a sí mismo e intentara suprimirlo.

Golpeó la baranda de piedra con fuerza, descargando su rabia.

¿Cómo lo hizo? Si tenía tan claro que estaba total y absolutamente prohibido.

Volvió a golpear la baranda y fijó la vista en el agua del río. Estaba tan tranquila... Mientras que él nunca había estado tan asustado.

No quería ver a Matt; no podía verlo.

No tenía fuerza para enfrentarlo... Y oírle pedir explicaciones, para después rechazarlo y alejarlo...

Kale no lo soportaría.

Cualquier cosa era mejor que eso.

 

 

 

- No importa, ven aquí Ángel; te estaba esperando.- Dijo Friedrich, sonriéndole a Gabriel.

Gabriel cerró la puerta y se le acercó. Friedrich tuvo que conformarse con un beso en la frente.

- Hola...- Gabriel había apoyado su frente en la de Friedrich.- ¿Sabes...? Matt se disculpó conmigo.

Eso tomó por sorpresa a Friedrich, pero lo dejó conforme; eso saldaba las cuentas pendientes con Matt.

- Oye, eso es bueno...- Aprobó Friedrich, tragándose las maldiciones hacia la estúpida mascarilla y su mano inmovilizada. Se moría por abrazar a Gabriel.

El Ángel sonrió. Definitivamente estaba más alegre que la última vez.

- Eleanor dice que cómo máximo estarás otras dos semanas aquí...- Dijo luego, sin alejarse de Friedrich.- Estoy contando los días para que vuelvas...- Admitió, sonrojándose un poco.

Cómo deseaba besar a Gabriel en ese momento...

- Ángel...- Lo llamó, al percatarse de algo en la penúltima frase de Gabriel.

- ¿Qué pasa?- Gabriel se alejó un poco de él, para mirarlo.

- ¿Hablaste con mi madre?- Preguntó Friedrich, expectante.

- Eh... Sí.- Contestó Gabriel, algo extrañado.- Siempre que vengo hablo un rato con ella.

Friedrich volvió a sonreír de oreja a oreja.

- ¿Y se llevan bien?

- Eh... Sí, supongo.- Gabriel cada vez se veía más confundido.

Saber eso puso muy feliz a Friedrich. Para él era muy importante que las dos personas a las que más amaba se agradaran.

- Me alegra...- Friedrich intentó levantar la mano libre, pero los cables y la reciente inactividad lo complicaron un poco.- Mierda...- Se quejó, frustrado.

- No te enojes...- Gabriel acarició la mano que Friedrich había intentado levantar.- Tienes que ser paciente.

- No es muy fácil.- Murmuró Friedrich, un poco más calmado.

- Lo sé, pero es mejor hacer las cosas bien.- Dijo Gabriel, con un deje de tristeza en la voz.

- Hmm...- Friedrich no dijo nada; Gabriel estaba en lo cierto. Decidió cambiar el tema.- Estás muy lindo hoy.

Gabriel volvió a ponerse rojo.

- ¿Por qué?- Preguntó avergonzado.

- Déjame ver... Porque…- Friedrich levantó un poco la cabeza, cosa nada fácil, y le echó una descarada ojeada al Ángel.

Llevaba uno de sus típicos pantalones bombacho, esta vez de un tono azul oscuro y con líneas verticales, más un camisa de hilo blanca y sin botones.

Con lo divinamente bien que le sentaba el azul...

Sin duda alguna, Gabriel no tenía idea sobre lo atractivo que se veía con aquella ropa; de cómo a Friedrich le entraban unas ganas casi insoportables de jugar bajo esa camisa... Esa abertura en la parte superior de ésta, parte que sólo iba sujeta por un cordón, lo estaba torturando... Y el cabello largo rozando la piel de su cuello, sin llegar a los hombros... Esa piel...

Tan condenadamente lindo… ¿Sería que acababa de bajar del cielo?

La atónita mirada de Gabriel lo sacó del trance.

- Fri-Friedrich...- Tartamudeó Gabriel, señalando muy cohibido al invitado.

Friedrich miró hacia donde apuntaba Gabriel.

¡...!

¿¡Cómo mierda se le ocurría tener una erección en ese momento!?

 

 

 

- Oh...- Masculló Kale, descorazonado, al recibir otra llamada de su mejor amigo; llamada que ignoró, como hizo con las anteriores.

Al ver que Matt volvía a llamar, simplemente arrojó el aparato al río.

Ya estaba atardeciendo... Y él seguía en el mismo lugar.

Había llegado a límite de su desesperación. Desde que recordó lo sucedido no lograba dejar de temblar y sudar frío, consciente de que había echado todo a perder.

Miró alrededor, nervioso, casi paranoico. Aún había demasiada gente...

 

Mientras miraba, un chico alto, con el cabello negro y corto, llamó su atención.

¿Por qué Matt siempre tenía que encontrarlo?

Aquello sólo logró aumentar la angustia que lo estaba carcomiendo. Se fue corriendo en la dirección contraria. Pero fue un error, ya que eso llamó la atención de Matt.

- ¡Hey, Kale!- Le gritó.

Kale corrió con todas sus fuerzas por la orilla del río, sin importarle las curiosas miradas que recibía, preocupado únicamente por evitar ese encuentro.

 

No tenía cara para verlo...

No tenía cara para pedirle perdón...

No tenía cara para suplicarle que olvidara...

 

Corrió hasta que una fuerza superior a él lo sujetó por un brazo y le hizo dar la vuelta.

Bajó la cabeza en el acto.

- ¡Te he...!- Matt se calló de repente.- Estás temblando...- Su voz sonaba preocupada.- ¿Kale, qué tienes?

Kale ni siquiera le estaba prestando atención; estaba demasiado ocupado lidiando con sus temores.

En cualquier momento Matt le diría que lo ocurrido le incomodaba, que no podían seguir siendo amigos, que no quería verlo más...

- ¡Kale!

Las manos de Matt le sostenían la cabeza, tratando de hacer que levantara la vista.

Matt diría que lo había arruinado...

Otra vez lloraba.

Matt se iría lejos de él...

- ¡¡Kale!!

Esta vez sí levantó la vista. Matt parecía enojado y asustado a la vez...

Kale sabía leer muy bien en esos ojos negros... En esos ojos que siempre mezclaban sentimientos y no lograban decidirse por uno...

- ¿Me estás escuchando?- Matt le despejó el rostro, que estaba casi tapado por su cabello, debido al reciente ajetreo.- No voy a hacerte nada, sólo quiero hablar.- El tono tranquilo de su voz hizo que Kale se relajara un poco.

Hasta que los pensamientos fatalistas regresaron.

- ¡No! ¡No Matt! ¡Perdón! ¡Perdóname por favor!

Perdió la cuenta de las veces que se disculpó.

- Calma, calma...- Matt lo abrazó y acarició suavemente su espalda, logrando aquel efecto relajante de nuevo en Kale.

La mente de Kale era un mar de confusión. Todo su ser debatía contra la anhelada sensación del tacto de Matt.

- Tranquilo...- Matt no lo soltaba, pese a que estaban en un lugar bastante transitado.- ¿A qué le tienes tanto miedo?- Susurró Matt, mientras acariciaba su cabeza, sin dejar de sostenerlo firmemente entre sus brazos.

Kale se dio por vencido.

- N-no...- Comenzó a temblar de nuevo, pero Matt lo estrechó con más fuerza.- No... No quería... No... Que... No... No me odies... No quiero que me odies... Por favor... Matt... No me odies...

- ¿Qué?- Matt lo soltó. Kale, asustado, lo miró.

Iba a rechazarlo.

- Claro que no te odio.- Dijo confuso.- ¿Por qué piensas eso?

Kale no entendía nada.

- P-pe... Pero...- Balbuceó, tratando de hallarle un sentido a lo que Matt decía.- L-lo que... Lo que hi-hice... S-so...- Kale bajó la cabeza.- So-somos... A-amigos... Mi m-mejor a-amigo... Yo no... N-no debería...

- No estoy muy seguro.- Matt lo miró fijamente.- Kale... ¿Yo te gusto...?

Sabía que eso pasaría, lo sabía... Matt lo descubrió y luego lo rechazaría...

La respuesta de Kale fueron sus silenciosas lágrimas.

 

Los ojos negros de Matt no le decían nada.

 

Kale comenzó a retroceder, destrozado, por la misma dirección en que llegó.

 

Sentía un vacío indescriptible en el pecho.

Su mente había quedado en blanco.

 

Ya no temblaba.

Ya no tenía miedo.

 

Apoyó las palmas de sus manos en la baranda y volvió a contemplar el agua.

Cerró los ojos.

 

- Kale...

La susurrante voz de Matt acariciaba su oído, haciendo que su corazón latiera de nuevo.

- Kale... Yo también me enamoré de mi mejor amigo...

 

Notas finales:

O.O

Y pensar que mi lado malvado me suplicaba dejarlo hasta:

La respuesta de Kale fueron sus silenciosas lágrimas."

;)

RECUERDOS

Los de Fred están un poco "alborotados", los de Tom implican un viaje a la farmacia y los de Kale han vuelto... Para bien o para mal...

PERSONAJES

No por hoy :)

A menos que la autora se considere un personaje XD En ese caso, la extensa y nada concluyente información se encuentra en mi super entretenido perfil XD

(No me hagan caso, comí muchos dulces *.*)

Mil gracias por leer :D

Un saludotote!


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