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Notas del capitulo:

Holaa!

Otro capi más :D

Como dije en el anterior capítulo, he cambiado el nombre del fanfic.

 

Era cierto, no tenía como negarlo, era un chico muy atractivo. Friedrich había arrasado desde el primer momento entre las chicas, pero Christopher no podía culparlo; ni siquiera era hetero, así que no era como si provocara a las chicas. El problema era que Fred no parecía gay en absoluto, si él mismo no se lo dice y se lo jura por su vida, no lo habría creído.

En realidad esa situación le daba risa.

Recordaba cuando, casi al inicio del año escolar, una chica de su clase bastante famosa por lo guapa que era, decidió declararse a Fred. En ese entonces él no sabía nada sobre las preferencias del chico, y la chica tampoco, porque se veía muy confiada al respecto, tanto que ni siquiera se molestó en hacerlo en privado; fue hasta donde se sentaba Fred, durante el intermedio de las clases, y frente a él y Isaac le pidió una cita. Como la chica no tenía desperdicio y Fred había dicho estar soltero, le parecía obvio que él aceptaría; no perdía nada con ello.

Sin embargo, la cortés respuesta de Fred fue "Lo siento, pero no quiero".

Cuando la chica se marchó, bastante descolocada por cierto, le preguntó el por qué. Pero fue Isaac quien contestó. "¿Hablas en serio, Sloth? Fred es una mariposa" ante lo cual el mismo Fred había estallado en carcajadas.

Eso sí que lo tomó por sorpresa.

 

La razón por la que Christopher pensaba tanto en esto, era porque mientras estaba en el baño, había oído a un par de chicos, evidentemente gays, hablando acerca de lo bueno que estaba Fred. Le dio mucha risa oír aquello, pues no le molestaba; era común escuchar comentarios de ese tipo de parte de Kale o Matt. Si esos chicos supieran que en realidad tenían oportunidad...

 

Christopher se pasó toda la tarde aburrido en el patio trasero, cerca de donde se hallaba el muro que escalaban para escaparse.

Allí estaba, tocando la guitarra tranquilamente. Hasta que la noche lo alcanzó; ya ni veía las cuerdas, pero tocaba de memoria sin problemas, aunque a bajo volumen, para no llamar la atención del guardia. Estaba por irse cuando escuchó ruidos proveninentes del otro lado del muro, como si alguien intentara pasar por ahí.

¿Sería un ladrón? ¿O tal vez el novio o novia de algún estudiante?

Vio una silueta aparecer desde el otro lado, hacer equilibrio arriba y luego saltar... Y caer.

- ¡¡Mierda, mierda...!!- Se quejaba alguien. Se acercó velozmente y se inclinó sobre el intruso. Era una chica.

- Hey... no eres un guardia, pensé que me habían atrapado.- Dijo ella con una sonrisa perezosa y hablando lentamente. La chica tenía un acento extraño, que le era familiar.

- ¿Quién eres?- Le preguntó, ayudándola a ponerse de pie.

- Me llamo Amara.- Contestó ella.- Vine a ver a alguien. ¿Tú estudias acá, no?

- Sí.- Respondió.- Soy Christopher.

- Un placer.- Repuso Amara, y comenzó a caminar con toda naturalidad.- Oye, Chris ¿Dónde están los cuartos de los chicos?

¿"Chris"...?

- Por allá.- Dijo señalando el ala oeste del edificio, que tenía forma de "c" cuadrada. Al pararse en un lugar más iluminado pudo verla bien; largo cabello castaño, un rostro bello, ojos claros y penetrantes, que también le eran familiares... pero en ese momento estaba demasiado embobado mirándola como para pensar en ello. Era alta y esbelta, como una modelo.

¿Qué desgraciado tenía semejante novia?

- Bueno, Chris, nos vemos; y gracias por recogerme.- Se despidió Amara, tendiéndole la mano. Él se la estrechó con torpeza.- Oye, tu pelo es genial.- Le dijo sonriendo antes de irse rápidamente en la dirección señalada.

¿Que su pelo era genial?

Inconscientemente pasó una mano por su voluminoso cabello.

 

 

 

El día que Gabriel tanto temía finalmente había llegado. La misteriosa visita de Friedrich se dejaría caer esa noche. Había pasado el día con Adam, su mejor amigo, haciendo algunos deberes y charlando en los jardines, bajo el sol, alejando el tema de su mente. Pero inevitablemente la noche llegó.

Friedrich estaba por salir al encuentro de su famosa visita, cuando alguien llamó a la puerta. Gabriel fue a abrir.

Una chica a la que nunca había visto se encontraba de pie frente a él. ¿Sería del último grado? Porque sin duda era mayor que él. Al mirarla mejor reparó en algo; esa chica era muy parecida a...

- ¡Hola! ¿Por casualidad es este el dormitorio de Fritz?- Le preguntó la chica con una sonrisa pícara que había visto antes en su compañero de cuarto. No alcanzó a contestar, pues Friedrich lo había apartado con cuidado, sujetando sus hombros, para ver a su interlocutora.

- Correcto.- Dijo el mayor. Nunca lo vio tan contento. Ella entró y ambos se dieron un fuerte abrazo. Allí, juntos, el parecido era más que obvio. Más que un parecido físico, tenían gestos que se asemejaban, como la forma de mirar y sonreír. Friedrich cerró la puerta y lo miró, sonriendo de oreja a oreja. Él todavía seguía muy confuso por la situación.

- Ella es de quien te hablé, ángel.- Le explicó.- Es mi hermana, bueno, mi media hermana.

¿Hermana...? Bueno, eso era obvio, dado el parecido, pero de todas formas le sorprendió, y alivió enormemente.

Un peso menos.

Cuando se recuperó de la impresión fue capaz de sonreír a la chica.p>

- Hola, soy Gabriel.- Se presentó, ofreciéndole la mano como saludo, pero en respuesta ella le dio un abrazo de oso. Miró asustado a Friedrich por sobre el hombro de ella, pero este solamente sonrió, indicándole que todo estaba bien.

- ¡Eres tan lindo!- Exclamó ella soltándolo, pero aún frente a él y muy emocionada.- Dan ganas de abrazarte.- Dijo riendo.

"Como si fuera un peluche" pensó Gabriel, indignado y sonrojado.

- Yo soy Amara.- Agregó ella, sonriendo al verlo tan avergonzado y con el ceño fruncido.- Así que tú eres el compañero de cuarto de Fritz...- Comentó mientras sonreía maliciosamente a su hermano, quien miró hacia otro lado y riendo.- Y dime Gabriel ¿Cómo se porta mi hermanito?- Preguntó luego, sentándose en la cama de Gabriel.

- Bien.- Contestó, tratando de sonar indiferente, ya que la verdad era que no se portaba nada bien; si lo hiciera no se pasearía semidesnudo por la habitación...

Ella puso cara de no convencerse y miró a su hermano, que todavía estaba parado, de pies a cabeza.

- ¿Qué has estado haciendo?- Le preguntó con curiosidad, apartándose el largo cabello del rostro.- No tenías los brazos así ¿De dónde salieron esos músculos?

Gabriel se sonrojó, pero lo ocultó con ayuda de su cabello. Se resistió a mirar a Friedrich, quien, en efecto estaba muy... Mucho más escultural... Como si al principio no lo hubiera sido. Se podría decir que ahora si era completamente irresistible... ¿Qué estupideces estaba pensando?

- He estado haciendo deporte.- Contestó Friedrich, encogiéndose de hombros.

- Ah... Es por eso... Seguro que ya has salido con un montón de chicos.- Lo molestó ella. Gabriel no se percató de que ella lo miró fugazmente mientras decía eso.

- Uff... Ni te imaginas.- Dijo Friedrich riendo. Ella también rió, pero Gabriel se alarmó ¿Era eso cierto? - Vamos, cuéntame qué has estado haciendo, aparte de sacar de quicio al viejo.- Dijo Friedrich cambiando el tema y acomodándose en su propia cama.

- ¡Ven, siéntate conmigo!- Dijo ella a Gabriel, que se había quedado de pie. Le hizo caso y sentó a su lado.- Me llamaron para una campaña, es una nueva colección.- Anunció sonriendo.

- ¿De verdad?- Friedrich sonreía incrédulo.

- Así es.- Repuso ella contenta.- Comienza en unos días y será en esta ciudad, por eso acepté; además, mi compañero no está nada mal.- Lo último lo dijo riendo.- Pero lo que importa es que estaré todo el mes aquí, así que no te librarás tan fácilmente de mi.

- Pues eso es mejor.- Dijo él, poniéndose de pie.- ¿Quieres algo? Puedo ir por algo al casino...

- No, estoy bien.- Dijo ella. De pronto su rostro se iluminó.- ¿Por qué no salimos a dar una vuelta? Quiero bailar...

- ¿Y qué esperamos?- Le respondió Friedrich con una sonrisa. Fue hasta su armario y sacó ropa limpia.- Me daré una ducha.

- De acuerdo, te espero.- Dijo Amara.

 

Se quedaron solos y en silencio unos momentos, después de que Friedrich se metiera al baño. El sonido del agua no tardó en hacerse oír.

- ¿Se llevan bien?- Preguntó ella con naturalidad.- Fritz es un encanto, pero puede ser algo bruto a veces...

- Sí.- Dijo pensando en la "relación" en general.- Él es muy atento.

Ella sonrió, observándolo mientras hablaba.

- ¿No se te ha insinuado o algo?- Preguntó luego. Los nervios lo atacaron al instante al recordar aquel lejano y único beso, junto a las palabras "sólo olvidemos el asunto y listo" que aún recordaba con claridad.- Bueno, ya sabrás que es gay, nunca se lo guarda en secreto.- Aclaró divertida.

- Sí, ya sé que no es hetero.- Repuso fingiendo indiferencia otra vez.- Y no se me ha insinuado.- Mintió.- Yo salgo con alguien.

Amara se sorprendió mucho al oír lo último.

- ¿En serio? ¿Tienes novia?- Preguntó algo confundida.

- Novio.- Corrigió él.- También soy gay.

Ella terminó de sorprenderse, pero ahora sonreía.

- Bueno, no estaba cien por ciento segura, pero lo sospechaba; de todas maneras acabo de conocerte, así que era mejor decir "novia".- Explicó sonriendo, pero parecía confundida aún.- Como sea, habría jurado que entre mi hermano y tú...- Abrió más los ojos, obviando el resto.

Cuando cayó en la cuenta agitó las manos negativamente.

- ¡No!- Dijo de inmediato.- Te equivocas, aquí no pasa nada, sólo somos amigos.- Fue desagradable reconocerlo en voz alta.

- Mmm... Ya veo.- Dijo ella mirándolo a los ojos.- He perdido mi toque.- Bromeó luego.

 

Cuando Friedrich salió del baño, ya vestido y listo, es decir; luciendo insoportablemente atractivo, Amara se puso de pie.

- ¡Nos vamos!- Dijo ella contenta y volteó hacia él.- Y tú también vienes.- Le informó.

- ¿Yo?- Balbuceó sorprendido.- No, mira como estoy, no...

- ¡Estás muy lindo! ¡Vamos, llévenme a conocer la ciudad!- Pidió ella entusiasmada, poniendo ojitos suplicantes.

- Está bien.- Cedió. Amara le caía bien.

 

 

 

Salieron cruzando el muro, ambos impulsados hacia arriba por Friedrich, que era el más alto y fuerte de los tres, y el último en saltar. Antes de que lo hiciera, una voz lo detuvo.

- ¿Fred?

Friedrich se acercó hacia la voz, que provenía de abajo, del pasto. ¿Quién se tiraba a descansar a esas horas y en ese lugar?

- Soy yo, Christopher.

Desde luego. Quién más...

- ¿Estás loco? ¿Qué haces aquí? ¡Hace frío!

- Me quedé dormido.-  Dijo el chico riendo.- ¿Y tú? ¿Vas de salida?

- Sí.- Contestó Friedrich. De inmediato tuvo una idea.- ¿Por qué no vienes?

- ¿En esta facha? No, no creo...

- Da lo mismo; unos tragos y a nadie le importará ¿Vienes?

- Bueno... Pero ¿Y mi guitarra?

- Déjala junto al árbol, ahí nunca llega luz y nadie la verá.- Sugirió Friedrich.

- Vale.- Dejó el instrumento y saltaron hacia afuera. Christopher se quedó atónito al ver a Gabriel y a la chica.

- Tú...- Dijeron Christopher y Amara a la vez. Él sorprendido, ella sonriendo.

- ¿Se conocen?- Preguntaron Friedrich y Gabriel al mismo tiempo e igual de desconcertados.

- Cuando llegué, pasé por aquí y me caí; él me recogió.- Contó Amara divertida.- ¿Son amigos?- Preguntó, señalando a los dos mayores. Esta vez ambos asintieron. Ella rió asombrada.- ¡Qué casualidad!

 

 

Dejaron a Amara escoger el lugar; uno donde el noventa por ciento de los clientes parecían sacados de una pasarela.

- Quería conocer este sitio.- Dijo la chica riendo.- Y no se preocupen, los dejarán entrar; los tres están como para una campaña de Calvin Klein.- Les aseguró.

Gabriel no estaba muy seguro. Friedrich y Christopher superaban con creces el metro ochenta y eran atractivos, pero él... Estaba un poco flaco. De todas maneras el guardia los dejó entrar a todos sin pedir siquiera sus identificaciones, no sin antes lanzarle una lasciva mirada a Christopher, quien se estremeció. Los demás se rieron por un buen rato de eso.

- ¿Qué pedirán?- Preguntó el barman.

- Vodka.- Dijeron Friedrich y Christopher al instante.

Gabriel suspiró.

Siempre pedían lo mismo, y el primero siempre acababa comiéndose a besos a algún chico. Otra noche más en que tendría que ver eso. Ni siquiera podía bailar con Hannah o Matt... Lo atacó la culpa al pensar en él, pero se calmó pensando en que no hacía nada malo.

- Cerveza para mi.- Dijo Amara, y luego lo miró.- ¿Qué tomarás?

- Una bebida.- Dijo Gabriel, digno como siempre. El barman no disimuló una risita burlona.

- ¿Algún problema?- Le espetó Friedrich al sujeto, que se puso serio inmediatamente y se fue por los tragos.

- ¿No bebes?- Le preguntó Amara sorprendida.

- El alcohol me hace mal.- Dijo Gabriel sonriendo. 

Friedrich lo miró con el ceño fruncido.

- ¿Por qué ángel? ¿Qué tienes?- Preguntó rápidamente.

Se arrepintió en el acto de haber dicho eso.

- Bueno, supongo que de todas formas no bebería, no hace bien.- Dijo para quitarle peso al asunto. 

- Tan responsable...- Dijo Friedrich mirando hacia otro lado. Gabriel estaba casi seguro de que sonrió.

 

Tras un rato de charla y fuertes carcajadas, un chico se aproximó hasta Amara y la invitó a bailar. Ella se negó.

- Lo siento, tengo que bailar con estos tres primero.- Dijo señalándolos. Él se retiró, visiblemente ofendido. Ella se puso de pie, pero nuevamente la interrumpieron, esta vez un par de chicas de pasarela, dada la manera en que vestían y caminaban.

- ¡Amara!- Exclamó una.- ¡No sabía que ya habías llegado!

- Nos hubieses dicho y habríamos salido antes.- Le reprochó la otra sonriendo, luego los miró a ellos.- ¿Y tienes a tres chicos para ti sola?- Dijo fingiendo resentimiento.- ¿De qué agencia son?- Les preguntó con interés. Los tres contuvieron las ganas de reírse.

- Oh no, no.- Intervino Amara riendo.- Este es mi hermano, Friedrich.

La primera que había hablado, con el negro cabello recogido en un elegante moño, lo miró como si fuera un gran y jugoso trozo de carne. Hasta Friedrich lo notó y esbozó una sonrisa pícara.

- ¿Y no modelas?- Le preguntó la morena. Mas bien era como si dijera "Qué desperdicio".

- No, no serviría; estoy panzón, debo usar faja para ocultarlo.- Dijo Friedrich muy serio.

La chica lo miró con los ojos muy abiertos. Christopher apenas contenía la risa. 

- Y estos son unos amigos.- Interrumpió Amara, también a punto de reír.- Christopher...- Lo señaló con la palma. La otra chica, de cabello liso y castaño, lo saludó con la mano.- Y Gabriel, con quien tendré el honor de bailar primero.

Dicho eso lo tomó de la mano y se lo llevó a la pista de baile. Antes de irse escuchó a Christopher molestar a Friedrich por lo bajo: "Vamos galán; tienes una chica para ti solo".

 

Gabriel se divirtió mucho bailando con Amara, que era muy creativa y se inventaba nuevos pasos para cada canción. Después de mucho bailar y bromear fueron por algo de beber, instalándose en una mesa para dos. Desde allí vio a Friedrich, quien no parecía molesto ni aburrido por tener que bailar con una chica, y se divertía.

La chica verdaderamente estaba a punto de saltar sobre él, y no tardó en hacerlo. Miró la escena estupefacto; Friedrich la tomó por la cintura y le devolvió el beso. Amara se partió de la risa.

Gabriel la miró sin entender nada.

- Este Fritz...- Murmuró ella sin dejar de reír, pero al ver la cara de su compañero se explicó.- Siempre hace eso cuando una chica se le insinúa de esa manera; pero mira bien, así no es como el besa normalmente...

Miró a la parejita nuevamente.

¡Era verdad!

Él no la besaba ni con un gramo de la pasión que solía mostrar cuando besaba a un chico... O como cuando lo besó a él...

- Su-supongo...- Masculló Gabriel, apartando la mirada. Aunque no fuese un beso de verdad, no era agradable de ver.

- Cierto, cierto, ustedes no... Perdona; pero créeme, está fingiendo.- Aseguró Amara mientras lo miraba con cuidado, sin que él lo notara. 

Pasaron unos minutos hasta que el chico en cuestión apareció.

- ¿Qué cuentan?- Los interrumpió Friedrich muy animado.

- ¿Y la chica?- Se le escapó a Gabriel.

- Dijo que tenía que irse...- Explicó Friedrich aparentando inociencia.- Creo que soy un mal besador.

Amara y Gabriel se rieron. En eso estaban cuando el cuarto integrante hizo acto de presencia, también solo.

- ¿Y tú?- Lo interrogó Friedrich extrañado.- Que yo me haya librado de la chica es obvio, pero tú...- Sonrió malicioso.- ¿Te cambiaste de bando?

Christopher le devolvió la sonrisa maliciosa.

- Ya quisieras; pero no, sigo hetero.- Dijo riendo.- ¡Esa chica no paraba de hablar!- Exclamó de repente.- Madre mía, ni la música es tan constante.

- Hay que ver...- Suspiró Friedrich con paciencia, bebiendo de la cerveza de su hermana. Los miró a todos.- ¿Y ahora?

Amara se levantó.

- ¡Ahora habrá un cambio de parejas!- Anunció.- Ven Christopher, yo no soy tan parlanchina.- Afirmó sonriendo. Se llevó de un brazo a su nuevo compañero de baile y se perdieron de vista.

Friedrich y Gabriel se miraron; cada uno disimuladamente atento a las acciones del otro.

Gabriel comenzó a ponerse nervioso, pero antes de poder inventarse una excusa y huir lo más rápido posible, Friedrich habló.

- ¿Por qué no bailamos, ángel?- Dijo con una sonrisa normal, sin malicia ni nada.

No, no, no, no, no...

- Bien.- Susurró Gabriel levantándose, muerto de vergüenza. Nada más llegaron a la pista de baile Friedrich lo cogió por la cintura y lo acercó a él, ayudado por el poco espacio que había entre tanta gente. Se quedó sin aire al sentir el cuerpo de Friedrich tan cerca del suyo.

- ¿Lo has pasado bien?- Preguntó Friedrich, mirándolo de frente.

Esos ojos eran capaces de intimidarlo incluso entre las intermitentes luces del recinto.

- Sí...- Afirmó, dejándose guiar por el mayor al bailar.- Amara es muy divertida.

- Te dije que te caería bien.- Le recordó Friedrich.

Lo había olvidado. Al principio, y cuando los oía hablar por teléfono, Gabriel creía que se trataba de otra persona, no de su hermana; y daba por hecho que definitivamente no le agradaría.

 

Pasaron la noche bailando juntos.

Friedrich no se comportó con él como solía hacerlo cuando estaba en esa clase de lugares. Quizás no había bebido tanto... O sencillamente no sentía nada por él.

Esa idea lo deprimió.

Ya que estaba ocupado en desanimarse, lo tomó por sorpresa el sentir los labios de Friedrich presionando su frente con suavidad, mientras le sujetaba la cabeza cuidadosamente por los lados, con ambas manos.

- ¿Friedrich...?

Pero éste se limitó a sonreírle, aunque sólo con la boca, porque sus ojos estaban tristes.

Un montón de preguntas e impulsos, que Gabriel frenó con toda su fuerza de voluntad, se apoderaron de él; pero no tuvo tiempo a nada, porque Friedrich se lo llevó para ir en busca de los otros dos.

 

 

 

Amara se iría al día siguiente, por la noche. Ese día estuvieron todo el día en la habitación, aunque Gabriel tuvo que salir cuando Matt fue a buscarlo.

- Es tan lindo verte enamorado, Fritz...- Dijo Amara luego de que la pareja se fuera.

- ¿Y qué tiene de lindo si está con otro?- Murmuró Friedrich irónico. La noche anterior estuvo a punto de declararse, pero logró controlarse en el último momento.

- Mmm...- Amara parecía escéptica.- Aún así es lindo; no imaginé que fueses tan romántico y lo dejaras libre.- Dijo sonriendo risueña.- Además, Gabriel es lo más tierno y adorable que he visto en mi vida.- Dijo emocionada.

Él se rió. No obstante, concordaba con ella.

- ¿Y por qué no haces nada?- Preguntó ella, como Hannah le había preguntado tiempo atrás.

- Él tiene a Matt y es feliz con él; yo no tengo nada que hacer ahí.- Fue toda su respuesta.

Ella lo miró como si no supiera lo que hacía.

- Que masoquista eres...- Comentó.

 

 

 

Gabriel regresó por la tarde, casi de noche. Estaba confuso.

- ¿Pasó algo?- Le preguntó Amara.

- ¿Ah?- Se extrañó él, a la defensiva.- No, nada, nada...- Dijo escuetamente, y miró a Friedrich.- Isaac te llama, es algo sobre un trabajo de Física...- Dijo con voz apagada.

Friedrich salió.

Tras un largo momento de silencio la chica habló.

- Te gusta mi hermano.- Dijo Amara.

Esa era una afirmación, y muy seria.

- ¿Qué dices?- Farfulló Gabriel pasmado, mirándola como si estuviese loca, con los ojos muy abiertos, el ceño fruncido y las mejillas rojísimas.

- Lo que me acabas de confirmas, Gabriel... ¿O debería decir "ángel"?- Dijo ella con sarcasmo.

En un segundo Amara dejó de agradarle. Esa enfatizada palabra lo hizo enfadar. Era muy diferente a la manera en que Friedrich la pronunciaba todos los días.

- Deja de decir tonterías.- Le reclamó enojado. No hacía falta que se burlara de él por eso.- Yo estoy con...

- Por favor... Esa excusa da pena.- Lo interrumpió Amara.- Que estés con ese tal Matt no significa, en absoluto, que lo quieras. Y eso es precisamente lo que ocurre.- Sostuvo ella con firmeza.

Pero... ¿Por qué hacía eso?

¿Qué derecho tenía siquiera a sacar el tema...?

- Tú no sabes...- Murmuró Gabriel, dolido y temblando de rabia, esta última más contra sí mismo que contra la chica.

- ¡Claro que sé!- Dijo ella exasperada, pero ya sin ese tono irónico.- Que ningún idiota en este lugar vea lo que pasa aquí, no quiere decir que yo no sea capaz de darme cuenta... ¿Dónde se ha visto semejante par de tontos?

- ¿De qué hablas? No entien...

- La que no entiende soy yo.- Corrigió Amara, interumpiéndolo.- ¿Qué consigues engañándote? A ti y a ese chico que vino hace un rato.- Dijo casi enojada.- No lo amas... Le harás más daño estando con él por lástima y miedo, que dejándolo y admitiendo lo que sientes de verdad.

Gabriel se quebró al escuchar esas palabras; era como si le arrojaran a la cara la verdad que tanto se esforzaba en enterrar.

- Yo quiero a Matt...- Murmuró, tratando de contener los sollozos.

- Pero amas a Friedrich.- Añadió ella, sonriéndole con cariño.

Y él asintió, secándose las lágrimas, pero dejando salir al fin la pena acumulada que lo ahogaba desde hace tiempo. Ella lo abrazó muy fuerte, acariciando su rubio cabello y a punto de llorar con él, al sentir aquel silencioso y triste llanto en su hombro.

 

Notas finales:

Amara

Eh... Bueno, ha aparecido la hermana mayor de Friedrich y... ahí tienen el título XD

PERSONAJES

Christopher "Sloth" Radborough.

Ciudad/País: Manchester, Inglaterra.

Estatura: 1.92 m

Aquí:

http://i578.photobucket.com/albums/ss223/Yamamura12/005-1.jpg?t=1287763810

Comentarios, dudas, etc. siempre son bienvenidos ;)

Nos leemos!


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