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Eres mi pecado y mi razon de vivir por jobalmar

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Notas del capitulo:

Ahora es cuando todo empieza a tomar forma.

Por las calles de aquella ciudad que apenas despertaba, iba un joven que no pasaba de los 29 años, 1.79 de alto, piel canela que contrastaba con la palidez del paisaje, cabello rubio y corto, ojos azules, oscuros, penetrantes y misteriosos como el fondo del mar. Su cuerpo era atlético y bien trabajado, un hombre atractivo en todos los aspectos, a donde fuere todas las miradas se concentraban en el.

 

Aún no eran las seis, cuando aquel joven se detuvo frente a una antigua casa de grandes y verdes jardines, aquella casa había quedado atrapada en el tiempo, como si los años no pasasen a su alrededor, aquella casa donde había crecido y a la cual pensó jamás volver. Recuerdos de un lejano pasado acudieron a sus pensamientos y sus orbes se empañaron. Sacudió levemente la cabeza alejando todas su memorias, seco sus ojos, se dispuso a llamar a la puerta y hacer frente a su presente.

 

Mathew se encontraba en la cocina haciendo café, su madre había estado acompañando al chico hasta entrada la madrugada, cuando el la había obligado a irse a dormir, argumentando que hoy seria un día duro, por que tocaba organizar el velorio y el entierro, no estaba seguro de la llegada de Thomas, ni de la reacción del muchacho, que reposaba en una habitación del segundo piso, cuando despertara de ese sueño que se había autoimpuesto para escapar de la realidad.

 

Estaba perdido en sus pensamientos cuando llamaron a la puerta, se levanto del lugar en el que se encontraba y se dirigió a recibir al recién llegado, sus ojos se abrieron desmesuradamente al ver a aquel que aguardaba en la entrada, había cambiado  pues eran casi 18 años de no verlo, pero seguía manteniendo su atractivo y su esencia, además como no reconocerlo si había sido su primer amor, aquel tierno amor de la infancia.

 

- Hola- y con esta simple expresión entro al que fuere su hogar años atrás, dejando a quien le abrió, en la puerta aun inmóvil y sorprendido.

 

Apenas reaccionando, cerro la puerta y siguió hasta la sala al joven.

 

- Thomas, ¿como estas?- pregunta estupida, se reprendió mentalmente, mientras el otro tomaba asiento -no te esperábamos tan pronto- bueno realmente no sabia si te esperábamos, pensó – cuando hablamos por teléfono cortaste sin pronunciar palabra alguna.-

 

El silencio reino en la estancia por algunos minutos incomodando al mayor de los dos, solo un año mayor, hasta que el menor enfoco la mirada en su amigo, cruzándose las dos miradas por un momento.

 

- Mathew… tiempo sin vernos, veo que has cambiado. ¿Cómo están las cosas en tu vida? ¿Te casaste? Y tu madre ¿como esta?- su voz sonaba tranquila, demasiado para el gusto del mayor.

 

- Bien en general todo marcha con normalidad, trabajo en el Hospital de mi padre, soy medico, aun vivo con mi madre, después de la muerte de papa volví a casa, ella estaba muy sola y yo quise hacerle compañía, mi madre se encuentra un poco impactada, tu sabes que ellas eran amigas desde el colegio, en estos momentos esta descansando en la habitación de invitados.-

 

-mmm… y él ¿como esta?- pregunto mirando en todas direcciones como si esperara encontrarlo en algún rincón de la habitación.

 

- En su cuarto, desde anoche no ha despertado, luego de desmayarse cayo en un profundo sueño, creo que así busca protegerse y no hacer frente a la situación- señalo con la mirada las escaleras, indicando a su amigo el camino- En el que era tu cuarto- concluyo viendo como el joven desaparecía por las escaleras.

 

Había cambiado, eso fue lo que pensó en cuanto lo vio, pero era ahora que lograba darse cuenta de cuanto había cambiado en realidad ese chiquillo al que había amado. No solo había crecido sino que algo en su interior se apago, sus ojos se mostraban inexpresivos, sin brillo, lo que no tenia claro era desde cuando habían perdido su luz, acaso fue así desde la muerte de Sophie o había sido la muerte de doña Manuela lo que había terminado de apagarlos.

 

Mientras tanto en el segundo piso Thomas se dirigía pausadamente hacia la que hubiere sido su habitación. Recorría con la mirada cada espacio, cada esquina, cada detalle, sin embargo al igual que la fachada, en el interior de esa casa el tiempo se había detenido muchos años atrás, todo permanecía como lo recordaba y esto lejos de consolarlo lo asustaba.

 

Pero lo que mas lo asustaba, por no decir lo aterraba, era aquel chico que se encontraba tras la puerta, esa puerta a la que había llegado sin darse cuenta, casi mecánicamente.

 

Cada vez que llamaba a su madre, el se encontraba con ella y cuando aprendió a hablar pasaba al teléfono, al comienzo solo decía una o dos palabras, con el tiempo llego a contarle como le iba en el colegio, sus notas y actividades, pero nada mas, nunca hubo esa confianza como con sophie, nada era igual, nunca hubo fotos ni imágenes, siempre había temido que el muchachito fuera la viva imagen de su hermana por esta razón nunca quiso conocerlo ni que lo conociera.

 

A pesar de ser tío y sobrino,  de los lazos de sangre y del gran amor por sus ahora muertas, no había nada que compartieran, eran dos desconocidos.

 

Notas finales:

Espero que les guste, en el proximo capitulo si es el gran encuentro.


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