Roderick se levantó al escuchar el llanto de su bebé, le sorprendió que de inmediato se le quitara el sueño, estaba bien despierto y despejado, se colocó una bata y le cargó con cuidado de la cuna y comenzó a arrullarle con cariño, le iba a sacar del cuarto para no despertar a su consorte cuando éste abrió los ojos.
-¿A dónde lo llevas?-preguntó incorporándose.
-Iba a sacarlo del cuarto-dijo con paciencia.
-Dámelo Roderick-pidió intentando levantarse pese al dolor-Dijiste que no me lo ibas a quitar.
-No te lo estoy quitando dijo dándoselo al chico con cuidado.
Andrei lo recibió casi con desesperación y le acunó contra su pecho observándole con atención, se descubrió el pecho de nuevo para alimentarlo y el bebé se ocupó de inmediato de ello, lloraba de hambre, el chico sonreía distraídamente viendo a su hijo comer, era más bello de lo que había imaginado, acarició las rosadas y regordetas mejillas, tenían un tacto bastante suave pese a las lagrimas que aun tenían humedeciendo la piel.
-Valla, moría de hambre-comentó el Lord al ver al bebé comer tan ávidamente.
-Eso parece-aceptó esperando paciente a que el bebé terminara.
En cuanto el bebé terminó y se quedó dormido el Lord lo tomó para acomodarlo con sumo cuidado en su cuna mientras Andrei se arreglaba el camisón que se mojó un poco por la leche que aún escurría, pero el chico parecía estar acostumbrado cuando se limpió sin quejarse de la incomodidad y esperó a que su marido volviese a la cama.
-Que descanses-dijo el Lord.
-Igualmente-dijo arropándose y cerró los ojos.
Roderick tomó el cabello de su consorte para olerlo, no olía nada mal, se acercó un poco más y pudo percibir la tención en el cuerpo de Andrei, sin embargo éste no se movía, apartó el cabello descubriendo el níveo cuello y comenzó a besarlo con tranquilidad, disfrutando de el tibio tacto contra sus labios, la suave piel sólo corrompida por él.
-¿Tienes mucho sueño?-interrogó Roderick.
-No importa-dijo sin oponer resistencia las caricias.
-Vamos, Andrei sólo respóndeme eso-pidió.
-Sí, tengo mucho sueño-dijo vencido.
-Descansa-pidió alejándose del chico.
Ese nuevo Andrei no le provocaba nada en absoluto, era lo que siempre había pensado que quería, pero sentía que había matado al chico del que había comenzado a enamorarse, suspiró resignado, tanto había esperado que se comportase como un ser sin voluntad que le había convertido en uno, pero eso ya no le gustaba, era un idiota por haber menospreciado al vivo Andrei de antes, ahora sólo parecía un títere aceptando órdenes y comportándose como le habían enseñado.
-Lo siento, Andrei-le susurró cuando el chico se durmió-Lamento haberte destruido.
George se levantó perezosamente y frunció el entrecejo al no ver al Lord junto a él, era demasiado temprano para que estuviese trabajando, seguramente estaba con alguien más. Se colocó una bata que su marido le había regalado en una de sus disculpas por los golpes, salió de su habitación y justo cuando iba hacia el comedor escucho la risa de Sally, y la del Lord, frunció el entrecejo y se asomó, en el cuarto del té el Lord tomaba alegremente con Sally que había aceptado gustosa una copa de whisky y reía bastante audible y coqueta molestando un poco a George.
¡Señorito!-dijo levantándose y le pasó su largo brazo por los hombros-Le decía al Lord lo divertido de la nueva obra de teatro.
Sí, veo que es divertido-musitó mirando serio a Benjamin.
Ven acá, George te divertirás-dijo sonriéndole como invitación.
No gracias, tengo que ir a resolver unos asuntos con la servidumbre-dijo quitándose el brazo de la mujer que le miró seriamente-con permiso.
No te vas-ordenó Benjamin.
Tengo que irme-dijo deteniéndose en la entrada, después de todo nunca desobedecía a su marido.
Dije que no-gruñó levantándose tambaleante por tanto whisky.
El rubio se mordió con fuerza el dedo índice, su marido había dejado el alcohol unos meses atrás, cuando había dejado de golpearle, no había dejado de tomar pero si de emborracharse hasta llegar al punto que ahora estaba, maldijo a Sally interiormente y la vio allí, seria, parada como todo una señora de la sociedad, y esta vez fue él quien se sintió fuera de lugar, parecía aquella mujer la aristócrata, la mujer del Lord.
Debo hacer mis deberes-dijo George precavidamente.
¡Tu quieres ser educado de nuevo!-gritó el Lord tomándole del cabello bruscamente con el rostro enrojecido.
Ya me educaste-dijo sin luchar.
Entonces no me desobedezcas cuando te ordeno algo-dijo pegándole más hacia sí.
Está bien-aceptó para que le soltara.
Perfecto-aceptó soltándole-siéntate.
El chico se sentó junto a su marido y vio casi con odio como Sally dejaba escapar una risita cantarina, esa mujer era la que había puesto así a Benjamin, sintió una mano subir por su entrepierna y dio un bote por el susto que eso le causo, Benjamin le estaba tocando indecorosamente por debajo de la falda frente a Sally que les miraba con una gran sonrisa.
-Vete a ordenar lo que tenías que hacer-mando Benjamin dejándole.
-Sí-dijo levantándose rápidamente y salió.
Andrei abrió los ojos notando que ya era de mañana, se sentó lentamente, dolía menos que el día anterior, se frotó los ojos y miró a su lado, las pijamas de Roderick estaban dobladas en su silla, lo que significaba que ya se había levantado, se paró con cuidado y al comprobar que no le dolía tanto caminó un poco incomodo hacia la cuna, pero el bebé no estaba.
-Roderick-llamó en voz baja pero nadie respondió, estaba sólo en la habitación-Roderick.
Avanzó hacia el baño pero no lo encontró, ¿Y si el Lord se había llevado a su bebé? intentó mantener la calma mientras le buscaba por todo el cuarto pero al no encontrarlo comenzó a ceder a la desesperación, caminaba más rápido y un par de lágrimas comenzaban a salir de sus orbes.
-¡Roderick!-le gritó saliendo del cuarto.
-¿Qué sucede?-preguntó llegando rápidamente.
-Dame a mi bebé ¿A dónde lo llevaste? dámelo-pidió agarrándole del saco con fuerza.
-Tranquilízate Andrei-pidió extrañado por cómo se comportaba.
-Dámelo, por favor ¿No fui obediente, te enojé?-preguntó con lágrimas.
-No, no me enojaste, ven-dijo tomándole de los hombros con cuidado, no debería estar levantado de la cama-Acuéstate.
-No, quiero a mi bebé-dijo dándose la vuelta un poco bruscamente.
-Andrei, cálmate te lo voy a llevar-dijo pacientemente.
-Por favor Roderick deja que te acompañe-pidió con más lágrimas aún.
-Ven acá-dijo suspirando y le alzó en vilo-No debes andar caminando.
-Gracias, gracias-dijo besándole las mejillas.
Roderick sintió ese gesto maravillosamente, le agradaba que el chico le besara, le gustaba mucho, le dio un tímido beso apenas juntando unos segundos sus labios y le llevó al cuarto de Helena que revisaba a su bebé y jugaba con él después de haberle cambiado el pañal que alguien más se encargaría de lavar, ahora sólo le importaba la tranquilidad de su joven consorte.
-Loren-dijo tranquilo de verle y le cargó besando las regordetas mejillas del bebé.
-Su bebé está en perfectas condiciones, señorito-sonrió Helena al chico.
-¿Y...-comenzó Roderick preguntando si era un barón o un doncel, siempre era algo tenso.
-Es barón-le tranquilizó.
-Ven, vamos a acostarte ya-dijo Roderick abrazando al chico por la espalda y se agacho para ver al bebé.
-Sí-aceptó Andrei inmediatamente.
El Lord sintió algo extraño que le obedeciera sin chistar, con su bebé había sido bastante insistente, seguramente era instinto o algo. Andrei cargó a su hijo y caminó junto al Lord hacia su cuarto.
-Dámelo-pidió Roderick y recibió al niño para que su consorte se acomodase en la cama.
-¿No es hermoso?-preguntó sonriendo viendo a su bebé.
-Es precioso, Andrei-le dijo sentándose a su lado.
-Se parece a ti-dijo viendo al bebé embobado y suspiró-Dios que cansado estoy.
-Te esforzaste demasiado en caminar-le dijo acomodándole unos rizos detrás de la oreja-Duerme más tiempo, haré que te traigan la comida.
-Gracias, Roderick-dijo recargándose en los almohadones.
-Ni lo menciones-dijo besándole la frente y se levantó para dejar que el chico se recostara.
-Dormiré sólo un rato-dijo cerrando los ojos vencido por el cansancio.
-Buenas noches, Andrei-dijo cuando pensó que estaba ya dormido-Te amo.
Andrei siguió con los ojos cerrados hasta que salió el Lord y miró la puerta seriamente ¿Qué había sido eso? había dicho que le amaba, sin tener a su hijo en el vientre, no le había golpeado ni había intentado hacer nada con él pese a los sumiso que se estaba comportando, se relajó y volvió a cerrar los ojos, tal vez después de todo podrían ser felices juntos, pero por ahora dormiría.
George se encerró en su cuarto escuchando cómo su marido y Sally reían a grandes carcajadas a costa de los sirvientes y de otras cosas que se contaban, lo aceptaba estaba enfermo de celos, traer a esa mujerzuela a su casa había sido un error, pero que le humillara de esa manera no lo iba a permitir, le daba asco la sonrisa que había puesto mientras el Lord le regañaba, no iba a perder su matrimonio después de todo el sufrimiento que había tenido por él, no perdería a Benjamin así porque así. Se levantó de la cama decidido y tomó una pequeña botella que tenía en su cómoda bien escondida, un poderoso afrodisiaco, lo mezcló en un poco de su perfume y se quitó todas sus ropas para darse un baño y después echarse aquella fragancia.
-George-llamó Benjamin entrando al cuarto, no estaba atan bebido como para tambalearse.
-Mande-respondió cepillando su cabello frente a la cómoda.
-¿Qué haces?-preguntó acercándose y percibió el perfume-Hueles bien.
-¿Tú crees?-preguntó volteando para sonreírle-Estaba arreglándome para ti.
-¿Para mí?
-Sí, creo que te he descuidado mucho, amor-dijo acariciándole la barba y le miró a los ojos.
-Bueno, un poco-aceptó embobado, era su oportunidad ya que el chico nunca quería.
-A un hombre se le llega por el sexo-pensó George mientras desabrochaba traviesamente el traje de su marido.
Desvistió al Lord dejándole los pantalones y le empujó levemente del pecho para sentarle en la cama y quitarse el vestido frente a él dejándolo caer alrededor de sus pies, el Lord no aguanto mucho sin levantarse y besar al chico acariciando toda su piel y desabrochó el corset rápidamente haciéndolo a un lado, el resto de la ropa pasó rápidamente a la historia para que Benjamin recostara a su consorte en la cama y se posesionara de él haciendo sonreír a George, lo tenía en la palma de su mano.
-Te amo, Benjamin-dijo abrazándole cuando el Lord se tiró a su lado cansado y se durmió.