-Bueno, es un estudio algo... extraño a esta edad, Lord-rió nerviosamente.
-No le pregunté ¿O sí?-preguntó congelando al médico.
-No, por supuesto que no-dijo apurándose a sacar su equipo del maletín.
El Doctor no perdió tiempo alguno y comenzó a revisar el vientre del chico palpando mientras apretaba con las yemas de los dedos, chasqueó con la lengua y sacó otro aparato que el chico desconoció, lo colocó en sus oídos y el otro extremo en el vientre, dio unos suaves golpes y se separó algo lívido.
-Esto... Debería hablar a solas con usted-dijo el Médico.
-De ninguna manera-le susurró George apretándole la mano.
-No, Díganos a los dos-pidió el Lord devolviendo el apretón para infundirle valor a su consorte.
-El señorito...- comenzó retorciéndose las manos nerviosamente-seguro fue mal diagnosticado al nacer y...
-¡¿Mal diagnosticado?!-preguntó George incorporándose de golpe sólo detenido por el fuerte brazo del Lord.
-¿Qué quiere decir?-preguntó Benjamin ocultando con gran esfuerzo su tensión.
-El señorito no es doncel-soltó junto.
-Yo no soy... o sea que...-dijo sin creerlo aún.
-Eres sólo hombre-dijo el Lord soltándole la mano en su sorpresa.
-¿Soy un hombre común, no puedo... tener bebés?
-¡George!-dijo Benjamin alarmado al ver que se desmayaba y le sostuvo para que no se golpease.
-Es por la impresión, Lord-dijo el médico-déjele estar un rato, se pondrá peor cuando despierte, es una noticia... fuerte.
-Recuerde nuestro trato, ni una palabra a nadie-dijo el Lord ya en la puerta.
-¿Lo conozco, caballero?-preguntó el Doctor.
Benjamin se sintió satisfecho con ello y le dejó ir, volvió a la cabaña pero no se atrevió a subir, estaba casado con un hombre en toda regla, su cuerpo no se quedaría como si fuese un adolecente, se desarrollaría tanto como el suyo, se notaría lo que era, la sociedad lo notaría y él sería un homosexual en toda regla también, tener un consorte no era problema, pero estar con otro hombre... Se sintió mareado unos momentos lo cual le obligó a tomar asiento sosteniendo su cabeza, era su ruina total si alguien se enteraba de eso, y ya no podría tener un heredero, por obvias razones, soltó un gruñido y pateó el objeto más cercano, podría emborracharse, pero seguramente sería mal visto ya que no estaba en su casa, así que no era una buena opción.
-No es posible-dijo despeinándose en la desesperación.
George despertó descubriéndose sólo en la cama y recordó lo ocurrido, unas lágrimas brotaron de sus ojos sin previo aviso, su garganta le ardía, sentía un enorme y molesto nudo cortándole prácticamente la respiración, se revolvió en la cama jalándose el cabello haciéndose un poco de daño, no podía tener bebés, jamás tendría ¡a su bebé! lloró con dolor, con amargura, lo único que le había mantenido toda la vida había sido ese sueño, el tener una pequeña criaturita suya, suya y nada más, le hubiese dado todo el amor, todo el cariño que cabía en su corazón, no podía creerlo, se negaba a creerlo porque a él le gustaba su esposo, y eso estaba muy mal si él era hombre, escuchó lo que hacía su marido en la sala y no pudo evitar soltar un sollozo aventando la almohada hacia la puerta con coraje.
-¿George?-preguntó el Lord del otro lado de la puerta, parecía serio.
<<Tal vez me mate>>-pensó recostándose.
La habitación estaba llena de blancas plumas voladoras, la almohada se había roto por algún lado, el chico siguió llorando en silencio, seguramente Benjamin ya tenía planeado cómo deshacerse de él, y seguramente era con golpes o matarle de hambre.
<<Una vez casi lo hace>>-se dijo mentalmente-<<Sólo quiere que muera, ojalá sea rápido>>
George voy a entrar-avisó el Lord y abrió la puerta sorprendiéndose al ver las plumas.
El chico estaba sentado en medio de la cama con el vestido desarreglado y caído en un hombro, las piernas abiertas y miraba al frente con enormes lágrimas surcándole el rostro, su cabello se salía del moño y flotaba a su alrededor como una aureola dorada, estaba en un estado lamentable.
<<Pareces tan frío... ¿Cómo iré a morir en tus manos?>>-se preguntó al ver a su marido con el rictus serio mientras avanzaba lentamente hacia él.
-¿Me vas a matar?-susurró sin moverse cuando el Lord llegó a su lado.
-Sería lo mejor-aceptó el Lord sentándose junto a él.
-¿Cómo será?-preguntó con voz temblorosa por el nudo que seguía instalado en su garganta y pecho.
-Lento, encerrado en un lugar obscuro, sin comida-dijo mirando al techo.
<<Me las pagarás>>-pensó el Lord amargamente.
-Quiero que sea rápido-dijo secando una rebelde lágrima y volteo a verle-si quieres a golpes, pero rápido.
-No, eso no se puede, has hecho mucho daño-dijo quitándole el moño.
-Castígame, Lord-pidió temblando de miedo.
<<Merezco esto>>-se dijo quitándose el vestido y el corsé lentamente-<<No soy doncel, no tengo objetivo>>
Benjamin cerró los ojos fuertemente, el deseo que sentía por ese cuerpo no debía continuar, se desharía de él haciéndole pagar todo lo que le había dolido ese golpe tan bajo y volvería a casarse, una mujer esta vez, observó el cuerpo desnudo y le dio alguna ropa que había en el armario, parecía de su talla así que no le vendría muy grande. El chico se vistió sintiéndose terriblemente incómodo con el pantalón y con aquella camisa, quería un cómodo y amplio vestido, más lágrimas cayeron mudas mientras el Lord le jalaba hacia él por el cabello.
-Lo cortaré todo-dijo con rabia mostrándole el cuchillo.
-¡Ah!-el chico gritó por otro tirón y no aguanto más, rompió en sollozos y gritos cuando vio el filo cortar apenas dos finas hebras de su dorado cabello-¡Espera!
Se agitó lo suficiente para caer al suelo y pegarse a la cama, no podía con eso, su cabello no, se abrazó las rodillas firmemente y lloró ocultando su rostro en ellas, su cuerpo se sacudía con cada sollozo, inclusive la cama en donde estaba recargado se movía un poco con las convulsiones del chico.
<< ¡¿Pero qué demonios estoy haciendo?!>>-se preguntó el Lord soltando aquel cuchillo.
Ver al chico destrozado, dispuesto a morir de la forma que fuese mientras muriera, vestido con esa ropa masculina se veía demasiado diferente, ese no era su George, no el que le gustaba y al que quería, ¿Qué importaba si era hombre mientras le quisiera? se adelanto hasta él y George le detuvo con ambas manos llorando aún.
-To-todavía no-dijo ronco por el llanto y se secó la nariz con la manga-Espera... ¡Lo siento! soy un cobarde.
-George-musitó impactado.
-Hazlo ya-dijo apretando en sus puños la colcha.
Apretaba con demasiada fuerza lastimando sus manos, sus ojos también estaban fuertemente cerrados y los dientes apretados, inclusive los dedos de los pies los apretaba con fuerza esperando los golpes o la navaja, si iba a morir tenía que ser antes de que se acobardara de nuevo, no estaba dispuesto a vivir con algo que no podía, nunca en su vida le habían enseñado qué hacer siendo hombre, así que era inútil luchar, ya no tenía sueños ni esperanzas sobre nada, maldijo su miedo y a Benjamin que no se apresuraba.
-¡Hazlo ya!-gritó sin atreverse a abrir los ojos.
-Tu voz sonó como la de un niño, cariño-dijo acariciándole la mejilla.
-¿Q-qué?-preguntó abriendo los ojos-¿No me ibas a golpear?
Su pecho brincaba con cada respiración profunda que hacia intentando jalar aire por los sollozos, no podía controlarlos, ¿es que acaso el Lord le torturaba? mirándole con aquellos ojos desprovistos de ira, con esas caricias en la mejilla dados con todo cariño, con esas lágrimas llenas de la más profunda tristeza y arrepentimiento.
-Te quiero, George te quiero demasiado-dijo abrazándole contra si con fuerza sin importarle que le escuchase llorar.
-Y yo a ti, maldita sea, Benjamin no está bien-dijo aferrándose a la espalda de su marido-Tenía mucho miedo de morir.
-Pero yo no podría matarte-dijo subiéndole a la cama mientras secaba sus lagrimas.
-Pensé que lo harías-dijo mirándole desde arriba.
-Cámbiate de nuevo, no quiero volver a verte así aunque el Rey lo ordene-dijo prácticamente arrancando la ropa.
-¡Benjamin!-dijo sorprendido cuando le recostó en la cama besándole el cuello-Esto no tiene ningún sentido ya.
-Eso no me importa, yo te quiero a ti-dijo quitándose la camisa.
George sonrió de medio lado, sólo quería olvidarse de todo y refugiarse en los brazos de su Lord, allí se sentía seguro y bien, no quería saber nada que no fuera de él y para él, ya nada más importaba, ni la etiqueta, ni las costumbres, besó el cuello del Lord haciendo que se estremeciera, ahora podía hacer más cosas, quedó él arriba y se atrevió a tocar los pezones haciendo que el Lord se arqueara de placer, siempre había tenido varias tentaciones, era la ocasión perfecta para llevar a cabo sus fantasías.
-¿Qué haces?-preguntó el Lord ahogando los gemidos.
-Ya no eres el único que puede divertirse-dijo lamiendo el botoncito disfrutando de como se sentía en su lengua.
-Ah... ¿Cómo es que...
-¿Se siente tan bien?-terminó divertido cuando el otro asintió-No lo sé.
Abrazó la cintura del Lord besando y degustando el resto de la piel, eso parecía un remedio magnifico, no pensaba en nada más que en Benjamin, en su cuerpo, en que su marido sintiese bien, que le gustara, mordió un poco el abdomen y después se restregó desde el mismo punto hasta que ambas bocas quedaran a la misma altura.
Pareces un gatito restregándote así-dijo el Lord sonriéndole.
Quiero oler a ti-le dijo desabrochándole el pantalón pícaramente.
Permíteme-dijo volteándose para quedar esta vez él encima y deshacerse de la ropa con mayor facilidad.
Se besaron apasionadamente, lo cursi quedaba de lado ahora, se necesitaban el uno al otro, y mayormente necesitaban olvidar en ese momento, el Lord separó las piernas del chico y después de prepararle con un dedo entró de una sola estocada hasta el fondo, el chico gritó y mordió el hombro del Lord sacándole un quejido.
-Eres un salvaje-dijo benjamin abrazándole.
-Fue tu culpa-dijo respirando aceleradamente y comenzó a mover las caderas mientras se frotaba con la palma.
-Veo que te diviertes-dijo entrando con fuerza notando los gemidos del chico.
-Ah... ya te gustaría sentir esto-dijo agarrándose a las cobijas.
-Shhh-le calló y se inclinó para besarle mientras seguía embistiendo.
-Ah... ah... ah Benjamin-advirtió arqueando la espalda mientras se sujetaba a la cabecera.
-Un poco...-dijo sin detenerse.
Benjamin apretó el miembro de su consorte impidiéndole llegar, se quedó satisfecho con un ronco gemido y George le siguió descargándose con un suspiro de alivio, quitó las manos de su marido de aquel lugar y se recostó en su pecho respirando agitadamente, le daba la impresión de que cada vez que lo hacían todo era totalmente nuevo y mejor. Se abrazó al Lord y eso hizo que inevitablemente recordara algo.
-Benjamin-llamó cruzando los brazos en el pecho de su marido para recostarse en ellos.
-Dime-dijo acariciándole la espalda con los ojos cerrados.
-¿Recuerdas la primera vez que lo hicimos?-preguntó sonriéndole.
-No pienses en ello-pidió frunciendo el entrecejo.
-Esa no, la que fuiste tierno-dijo en tono de regaño.
-Sí la recuerdo-dijo besándole la coronilla-Duérmete, cariño.
-¿No nos van a buscar mis tíos?-preguntó el chico curioso.
-No, me encargué de eso personalmente con la señora-dijo y se rindió al sueño.
George aprovechó esto para darle un corto beso en la boca y acomodarse sobre él para dormir, se sentía cálido por dentro y por fuera con el Lord, no tardó mucho en quedarse dormido sobre el pecho de este y tener el mismo sueño de la vez pasada, iba por el mismo castillo, se atrevió a bajar la mirada con algo de miedo y descubrió al bebé, ahogo un gemido cerrando los ojos ¿Qué demonios significaba esto? no podía tener bebés, su mente solamente le estaba torturando, el resto del sueño siguió igual, la mujer, el Lord, el balcón...
-¡Benjamin!-dijo levantándose bañado en lágrimas, estaba apenas obscureciendo.
-¿Qué pasa?-preguntó levantándose aturdido.
-Benjamin-dijo rompiendo a llorar en el pecho de su marido.
-¿Qué pasó, George?-preguntó acariciándole el cabello sorprendido.
-Tuve el mismo sueño-sollozó pegándose más a él-T.tú no me dejarás ¿Verdad?
-Claro que no-dijo intentando tranquilizarle.
-Mi sueño de toda la vida fue tener bebés, Benjamin-le dijo apretando los dientes con coraje.
-Recuerda que te dije que adoptaría para ti ¿Recuerdas?-preguntó recostándole para poder sentarse el.
El chico asintió sorbiendo la nariz, era verdad, habían hablado de eso una vez, de algún modo eso hizo que se sintiese un poco mejor, tendría a su bebé, aunque no directamente suyo, pero podría cuidar de una criaturita. Volteo a ver el rostro de su marido y notó la preocupación que había en él, seguramente lucía horrible.
-Deberíamos volver a la casa-dijo George suspirando.
-Vamos-aceptó el Lord arreglándose un poco para volver.
-Roderick-llamó el chico en su lecho a la mañana.
-¿MMM?-preguntó aún medio dormido.
-¿Por qué no dormiste con camisa?-preguntó sonrojado al ver que estaba recargado en su marido.
-Tenía mucho calor-dijo frotándose los ojos para abrirlos y le besó la coronilla-¿Cómo dormiste?
-Bien, gracias-dijo sentándose de lado mientras se llevaba una mano al vientre.
El Lord se levantó y al ver la pose del chico y con ese camisón se obligó a mirar a otra parte, estaba demasiado provocador y no podía tocarlo en ese estado, o por lo menos hasta donde sabía. Andrei percibió la mirada del Lord y un extraño cosquilleo le llenó el estomago, se cubrió la parte de las piernas que mostraba el camisón y bajo la vista.
-Oye...-llamó a su marido.
-Dime-respondió vistiéndose.
-Gané el juego ¿Cierto?-preguntó tímido.
-Sí-dijo el Lord curioso por lo que le pediría el chico.
-Tráeme un poco de chocolate, por favor-pidió sin verle.
-Enseguida lo traigo-dijo después de una carcajada, eso iba a ser divertido.
Roderick salió de la habitación en busca del dichoso chocolate, aquello le ponía alegre de cierto modo, Andrei confiaría más en él y por fin podrían ser un matrimonio si no perfecto por lo menos a gusto, consiguió lo que buscaba en la cocina y notó a alguien extraño en la sala pero siguió su camino sin hacer más que una pequeña inclinación de cabeza para saludar.
-¿Ya está?-preguntó Andrei al ver a su marido entrar con las manos en la espalda.
-Elige, Derecha o izquierda-dijo divertido.
-Oh, vamos-reclamó y lo pensó un poco-La izquierda.
-Muy bien-dijo sonriéndole y le tendió el chocolate.
-Gracias-dijo comiéndolo rápidamente.
-Tenías hambre-dijo el Lord sorprendido por la velocidad.
-Algo-aceptó sonrojado.
-Había alguien abajo-dijo meditabundo a su consorte.
-¿Alguien, cómo es?-preguntó comiéndose lo último.
-Es rubio como George, ese tono medio rojizo-comentó y se extrañó del gesto del chico-¿Es familiar suyo?
-Mortimer-susurró antes de salir corriendo a buscar a George.
El chico corrió sin precaución alguna y se encontró con su amigo en el pasillo, le informó y ambos corrieron escaleras abajo para saltarle encima al hombre que se había asomado a las escaleras al escuchar todo el jaleo que había arriba, les atrapó entre sus fuertes brazos y sonrió al ver a ambos chicos, les había extrañado.
-¿No llegabas hasta navidad?-preguntó George emocionado.
-Logré ganarme unas vacaciones-dijo bajándoles al fin.
-Te extrañé mucho-dijo Andrei abrazándole con fuerza-Nunca estuve más feliz de verte.
Se escuchó un carraspeo desde las escaleras e inmediatamente ambos chicos soltaron al hombre, ambos hermanos venían bajando las escaleras y sus rostros no se notaban felices de ver el entusiasmo de sus parejas para con el hombre, más bien, e inclusive lucían molestos.
-Ven acá-mando Benjamin a su consorte que obedeció sin remedio.
-Mucho gusto, soy Lord Benjamin Pevensie-dijo el Lord estirando la mano formalmente.
-Lord Roderick Pevensie-se presentó Roderick jalando al chico del brazo.
-Lord Mortimer Howard-se presentó estrechando ambas manos.
-Así que usted es...?-preguntó Benjamin sorprendido.
-Primo de Andrei y hermano de George-dijo sonriente.
-Pero el apellido de George es Gray-Dijo Benjamin extrañado.
-Mi madre se volvió a casar al quedar viuda, mi padre era hermano del padre de Andrei-explicó Mortimer.
-No tuvimos el placer de verle en las bodas-dijo Roderick reteniendo a su consorte con fuerza innecesaria.
-Me temo que no fui avisado-dijo frunciendo el entrecejo-¿Ambos se casaron?
-Sí-musitó George y abrazó a su hermano con fuerza-yo quise avisarte.
-Lo sé, pequeño-dijo intentando tranquilizarle.
-Roderick-dijo Andrei por la fuerza.
-Dime-respondió serio, parecía enojado al igual que su hermano.
-Me haces daño-avisó a su marido que le soltó de mala gana.
-¿Podría hablar con ellos un rato, Lord?-preguntó Mortimer educadamente.
-Claro-aceptó Benjamin y se llevó a su hermano que estaba reticente.
Mortimer llevó a ambos chicos a uno de los sillones de la sala y ellos se sentaron a cada lado del hombre, parecían quererle mucho más de lo que querían a nadie más. Andrei bajó la mirada incomodo al igual que George, sabían lo que seguía de parte del otro.
-¿Y esta barriga?-preguntó Mortimer sobando a Andrei.
-Estoy esperando un bebé de Roderick-dijo en voz media, no lucía alegre.
-Mi pequeño primo, Te obligó ¿No es cierto?-preguntó abrazándole contra si con cariño.
-Tenía miedo, Mortimer dolía mucho y me tenía prácticamente prisionero-lloró en su hombro.
-¿Y tú, George?-preguntó el Lord.
-No pasa nada-dijo con voz trémula.
-No mientas, George-pidió levantándole el rostro.
-M-me obligaba, pero ya no lo hace, me trata bien y me... me gusta-confesó sonrojado-Andrei... a ti también te trata mejor, no digas que no.
-Sí, me trata mejor-dijo secando sus lágrimas.
-¿Y qué es esto?-preguntó Mortimer levantándole la falda mostrando un moretón.
-¡Andrei! dijiste que te trataba bien-reclamó George.
-Lo hace, ya no me golpea ni hacemos... eso-dijo alterándose un poco-No sé de qué es eso, lo juro.
-Ya no te golpea-repitió Mortimer entre molesto y sorprendido.
Se levantó sorprendiendo a ambos chicos y comenzó a caminar de un lado a otro pasándose la mano por el rostro y la otra manteniéndola apoyada en su cintura, suspiró y volteo a ver a ambos chicos, no le gustaba ni una pisca lo que había sucedido en su ausencia.
-¡¿Ya no te golpea?! ¡Jamás debió hacerlo!-dijo severamente-¡A ninguno de los dos! por que a ti también te golpeo ¿No, George?-el chico asintió tímidamente-No deberían permitirlo, hay leyes que los protegen y lo saben.
-Pero son sobrinos de la reina, y son abogados-se excusó Andrei.
-No hagas nada, Mortimer saldrías perjudicado-pidió George.
Mortimer avanzó hasta ellos y levantó la falda de su hermano descubriendo unos pocos arañazos leves y unas rojizas marcas en su cuello, siguió con su primo que bajó la mirada avergonzado pero el mayor le obligó a levantarla y observó la nariz con detenimiento y coraje.
-Esto es tortura-les informó a ambos chicos que no se movían-y lo peor es que no planean hacer nada.
-No quiero, Mortimer me gusta Benjamin-dijo el rubio mirándole suplicante.
-¿Te gusta que te golpe? a ti, Andrei ¿Te rompió la nariz cuantas veces?-preguntó furico.
-No la rompió, pero casi-musitó sin mirarle.
-¿Cuantas veces les han violado?-preguntó rudamente dejando a ambos chicos callados y llorando-¡Respóndanme!
-No lo sé-lloró George al recordar eso.
-Ya perdiste la cuenta, ¿Y a ti, Andrei?-preguntó severamente.
-U.una y quedé en estado-dijo con enormes lágrimas.
-¡¿Qué hacen?!-preguntó Roderick al entrar y encontrar a Mortimer revisando debajo de las faldas de ambos chicos que lloraban-Déjalos ¡Ahora!
-¿A qué los dejo, a que los golpeen más?-preguntó señalando los moretones.
-Eso no es de su incumbencia, Lord-dijo Benjamin entrando y le bajó la falda a George bruscamente.
-Andrei, ven acá-mandó Roderick.
-No lo hagas-dijo Mortimer deteniéndole del pecho.
-Te lo agradezco, pero tengo que ir-dijo sonriéndole y se fue junto a su marido.
-Con permiso-dijo Benjamin y ambos se llevaron a los chicos dejando al hombre más que molesto.