Mis padres me perdonaron y no tuve ningún problema. Me sentía frustrado, dormir tan cerca de David, tenerlo a mi lado casi todo el tiempo, que me contara todo lo que sentía y pensaba, que se tomara de mi brazo, era difícil, me gustaba pasar el tiempo con él pero tenía que cuidar y moderar mi comportamiento, no podía dejarme llevar, en ciertos momentos solo se trataba de cortar y huir y David me ponía constantemente en situaciones comprometedoras. Lo peor es que sabía que mi compañero a veces solo necesitaba un brazo, alguien en quien apoyarse, no MI brazo, no a MÍ, lo que yo sentía era exclusivo hacia él, en cambio, en cuanto alguien le hablaba con amabilidad, su pequeña mano se aferraba al brazo de aquel, era injusto, yo no me abro hacia cualquiera pero al parecer él no lo notaba.
Por suerte mi amistad con Europio había crecido desde que Jay había regresado a New York, al parecer él tampoco se sentía muy cómodo con los otros chicos del colegio, unas semanas después del incidente con mis padres me encontraba en su habitación haciendo tarea y con el deseo de contarle lo que sentía por su hermano, él trataba de convencerme de ver una película.
-Tich no puedo, apaga el fido
-¿Por qué hablas así?
-no importa...¿crees que el maestro se enoje si pongo como ejemplo una tanga de Heidegger?
-¿de que es tu tarea?- se extrañó
-de cómo en la sociedad actual se adopta una corriente de pensamiento como un fetiche de moda o un artículo novedoso
-ahh... ¿no puedes poner tazas o algo así?
-da igual-mordí la pluma-¿no crees que David y Cadmia son como 2 ukes?
-creo que estas celoso-contestó y lo ignoré
Escribí algo y terminé mi tarea.
-ya puedes poner la película si quieres
-es shortbus, ya la viste- asentí-pero tienes razón esos dos hacen pésima pareja, ¿te imagines cuando traten de besarse?
-prefiero no imaginarlo-repuse y recargué mi cara en la almohada
-debería estar con alguien más como tú, de hecho me extraña que no te corresponda
Lo miré fijamente, en primera eso había sido muy desconsiderado, numero dos ¿Cómo sabía lo que yo sentía?
-le gritaste a tus padres por él y en algún momento dijiste que era lo mejor de tu vida
Gruñí, no me agradaba la idea de que Europio supiera todo lo que le había gritado a lo inútiles de mis padres.
Empecé a aburrirme y David empezó a molestarme en mi mente, me puse a observar a Europio, en realidad eso no ayudaba porque era muy parecido a él, con la diferencia de que estar con él no me provocaba cosas raras ni nada, me acordé de un fragmento de "Julieta o el vicio ampliamente recompensado" y se me ocurrió algo "genial" para olvidarme de mi dolor (si ya lo admití pero shh) cuando el amor se separa del sexo se vuelve algo angelicalmente sencillo, que no causa problemas.
Me levanté, tapé la camarita por si David estaba por ahí, me acerqué a Europio y lo besé.
-Robots fríos chico, robots fríos-dije
-¡deja de hablar como paiki!-exclamó
-esta bien- me reí
Volví a besarlo, sabía dulce, su lengua y sus labios correspondían a los míos, bajé hacia su cuello y escuché un suspiro.
-por cierto ¿podrías no pensar en David cuando estés conmigo?-me dijo en voz baja
Subí a su oreja y lo abracé.
-es una situación diferente-besé el hueco que hay entre la oreja y el cuello-y no pienso en nada, para eso lo hago
-ahora resulta-se rio y me besó.
Acaricié la piel suave de sus brazos y tomé sus manos, le di otro beso y di un paso para atrás.
Me quité los jeans (porque ya estaba descalzo) y la playera, Europio me miraba con mucha atención, terminé de desvestirme y él sonrió.
-Jay se enfadará conmigo
-¿por qué?-me acerqué
-él quería que estuviéramos los dos
-sería divertido-contesté con una extraña ligereza mientras le quietaba la playera-pfff creo que si son una mala influencia-se rio y abrí su pantalón
-y lo dice el señor voyerista y pedófilo-dejo caer sus jeans y me acerqué a su oreja
-¿pedófilo?-quité su ropa interior del camino
-David es como un niño de 5 años-me envolvió con sus brazos
-y yo soy el que piensa en David-mi voz sonó ronca y ya que algo se apretaba insistentemente contra mí decidí tomar acciones y lo conduje a la cama.
Deslicé mi dedo por su torso pero me detuve antes de bajar demasiado, besé su delgado cuello, apreté un poco su laringe y me miró feo, sonreí, pasé los labios por su pecho, sus pezones rozados estaban durillos, apreté mi cara contra sus costillas, besé su abdomen plano que subía y bajaba al ritmo de su rápida respiración, sentí los huesos que sobresalían a lado de sus caderas, sus muslos cubiertos de un pelo suave, sus rodillas, sus pantorrillas delgadas pasé mi lengua por la parte de atrás de su rodilla y emitió un leve gemido, sonreí y fui a su otra pierna.
-inútil- le dije y me gruñó
Lo hice voltearse, me gustaba mucho su espalda y como sobresalían discretamente sus vértebras, lo acaricié, lo besé, recorrí cada centímetro de su piel, me acerqué a su cuello y me apreté un poco contra él, gimió y volví a besar su columna.
-¿eso se volverá una costumbre?-preguntó con voz ronca
Acaricié su entrepierna con mis dedos para que se callara, gimió y se acercó a mi mano, llegué al final de su columna, con mis manos separé la piel tersa de sus nalgas y seguí bajando mis besos hasta su pequeño botón que a pesar de todo se veía inocente, él se arqueó y clavó sus uñas en la almohada, como no quería las timarlo de nuevo le di un dedo a lamer y lo metí suavemente, lo moví lentamente y tomé la mano de Europio, metí otro dedo y luego otro.
-creo que...- cerró los ojos
Comprendí y lo penetré con la mayor delicadeza posible, lo besé bajé mis dedos por su torso y acaricié su entrepierna mientras me movía lentamente, dobló un poco las rodillas y levantó la cadera, se tenso su espalda, aceleré mis movimientos poco a poco, aceleré mi mano, después de unos momentos (y bastante ruido) Europio se corrió en mi mano y unos segundos después fue mi turno.
-au!!-se quejó mientras se dejaba caer en la cama
Me salí de él con cuidado y me acosté a su lado.
-¿ahora qué?
Me mostró su brazo que tenía las marcas profundas de mis dedos.
-salvaje
Me reí y encendí la tele, quería vestirme e ir a buscar a David pero me parecía un poco grosero. Jugamos Halo hasta que me dio dolor de cabeza, me levanté, me vestí y regresé a mi cuarto, en el camino me encontré con un tipo.
-ay... lo siento-dije y seguí mi camino
-hey! Espera
Lo miré un poco incómodo porque no necesitaba otro chico en mi vida pero no parecía mirarme con esa intención, de hecho me examinaba de arriba abajo como si fuera algún tipo de hongo colorido y extraño.
-¿Cómo te llamas?-preguntó
-Andrew
-¿te importaría ser modelo?
Me imaginé caminando por una pasarela y la idea me agradó, sin embargo él debió de malinterpretar mi cara porque se apresuró a añadir:
-para pintura, la maestra nos dijo que buscáramos a algún chico
-ahhh...esta bien -contesté sin mucho interés
-puede darte créditos extra, si te parece hay clase en una hora- se dio la vuelta y se fue
Decidí bañarme y conseguir esos créditos extra, al llegar a mi habitación observé la cama demasiado tendida y vacía de David, me desvestí lleno de rabia y me metí al baño.
Ser seme no es algo fácil, siempre tienes que ver por tu uke, cumplirle los caprichitos y tratar de que esté contento, además siempre hay alguien que planea torturar, lastimar, asesinar o violar a los ukes y ellos parecen ser totalmente incapaces de protegerse, son encimosos, o no gritan cada vez que los tocas, siempre sobrereaccionan a cualquier estímulo, aun así es imposible pasar sin ellos.
Salí de bañarme y me dirigí a los salones de pintura, abrí el único salón que estaba ocupado y me encontré con un grupo reducido y una mujer joven.
-él es Andrew- me presentó el tipo
La mujer dio un paso y me examinó de pies a cabeza, luego sonrió y se volteó.
-es guapo Tungsteno ....mmm dile lo que tiene que hacer mientras yo le explico a los demás
El tal Tungsteno me llamó y me dio algunas prendas, dijo que me vistiera tras un biombo y luego volviera.
Me puse el vestuario que era una túnica corta (muy corta para mi gusto) y regresé, la maestra me miró con una sonrisa desagradable y me acomodó en una pose muy grecolatina.
-observen atentamente su cuerpo, como se flexionan las rodillas, los dedos, la barbilla, los pelillos que hay en su frente-la maestra parecía muy emocionada
Me quedé quieto mientras los estudiantes me miraban con atención, como si fuera una manzana, en esos momentos en mi mente empezó a crecer una idea, ¿si usara mi supuesta belleza para ganar dinero? Si podía conseguir créditos extra por posar en clase probablemente también podría ser modelo para artistas o, aún mejor modelo de ropa, la idea me atraía bastante, no solo porque era un trabajo entretenido que podría conseguir fácilmente, también fastidiaría a mi padre a más no poder y me daría independencia económica, por primera vez pensé que no tendría que trabajar en la compañía de mi familia, podría perfectamente vivir sin tener que soportarlos, quizás también podría olvidarme de ellos para siempre, últimamente había hecho muchas tonterías para no pensar en David (y acostarme con Europio no era la peor) y en realidad, al principio había aceptado posar para no quedarme en mi habitación vacía, sin embargo en ese momento pensé seriamente por primera vez que sí había una salida al futuro que siempre creí que tendría.
Cuando regresé a mi habitación me encontré a David, en su cama, cuando volteó a verme una lagrima se resbaló por su mejilla.