El chofer de mi madre me dejó frente a un edificio ruinoso, había tenido un buen día a pesar de los silencios incómodos que había cada vez que mi padre se aparecía y los insidiosos comentarios de Cesio acerca de que los domingos no se trabaja, estaba ligeramente preocupado por David que, aunque sabía hablar alemán y ruso (idiomas increíblemente útiles) no sabía una palabra de francés, confiaba en que Europio lo ayudara a no sentirse incómodo, sin embargo todas mis preocupaciones desaparecieron y tras asegurarle a el chofer que todo estaba bien llamé al fotógrafo.
Entramos y me explicó que esa era la locación, las fotos eran para un libro, el lugar estaba asqueroso pero no me importó demasiado.
-Te daría el libro para que lo leyeras pero no tengo copias, se trata de un joven ejecutivo, gay, exitoso, inteligente, que acaba de terminar la universidad, el libro cuenta su día, su estilo es muy contemporáneo y tiene una visión desolada de su futuro, es un buen libro me recordó a Houllebeq
-Me agrada Houllebeq- dije distraídamente mientras lo seguía a algún lugar
Llegamos a un baño medio derruido, un olor pestilente compuesto por cosas que no quería imaginar lo llenaba todo, él miró el lugar con satisfacción por unos minutos, como si estuviera admirando una obra de arte.
-desnúdate, por favor-me indicó sin mirarme
Dudé un segundo y comencé a quitarme la ropa, la doblé y se la di, se la llevó junto con mis zapatos y aproveché su ausencia para mirar con asco el lugar, volvió y sonrió.
-bien, mírate al espejo-pausa-recárgate en el lavabo-pausa- ¡no espera, no bajes el brazo! Ponlo como si estuvieras limpiando el espejo con la palma
Después de otras indicaciones tomó fotos, me indicó otras cosas, tomó fotos, probó muchas poses y muchos lugares del baño, las indicaciones me ponían un poco nervioso cuando eran del tipo "abre los labios" "acomódate el pelo" pero en general la sesión fue bastante cómoda, después de algo más de una hora por fin estuvo satisfecho, me regresó mi ropa y me vestí cubierto de polvo y quien sabe que más y con el cuerpo agarrotado por el frío y estar en la misma posición mucho tiempo.
-genial-dijo felicitándome-supongo que ha sido un poco duro-sonrió-tengo un poco de café
En la parte baja del edificio había un pequeño lugar que había limpiado, me ofreció café y unas galletas, me senté y las comí aprisa mientras él revisaba las fotos entre pequeños gruñidos y susurros de aprobación.
En cuanto llegué a mi casa decidí tomar un baño, cansado caminé a mi habitación para encontrarme e David sentado en mi cama.
-hola-saludé alegremente
-hola
-ser una mascotita amaestrada es más cansado de lo que parece, me duelen hasta las uñas
Saqué un cambio de ropa y me dispuse a entrar al baño, tuve una idea que me lo haría mucho más agradable.
-¿nos bañamos?- lo miré
Tras unos segundos de sonrojo asintió y se levantó.
Tenía todo el cuerpo sucio y la idea de un baño lindo con tu novio no es remojarse en la mugre de una casa abandonada así que me desvestí y con la teleducha me quité toda la porquería bajo la atenta mirada de David que sentado sobre una toalla en el radiador se mordía las uñas como quién no quiere la cosa.
-ya puedes venir-anuncié abriendo las llaves
Mi compañero se desnudó tranquilamente y dejó su ropa sobre el radiador, me senté en la tina y él se sentó frente a mí, sobra decir que ya no me sentía cansado, nos quedamos ahí sin decir nada hasta que la tina estuvo llena.
-tu tina es muy grande
-quizá
-¿me pasas el shampoo?
Sonreí y después de echármelo en la cabeza se lo pasé, durante unos segundos solo se escuchó el ruidillo de nuestras manos tallando nuestros cabellos, se veía realmente gracioso con esa espuma en la cabeza y no pude evitar reírme descontroladamente como adolescente que acaba de ser mirada por su cuerpo astral, se lo comenté y nos reímos más.
-ya, en fin, ¿me ayudas con esto?-le pedí señalando mi particular gorro de espuma
Asintió y me recargué de espaldas sobre sus piernas, con un cuenco me mojó el cabello y comenzó a enjuagarlo con sus finos y largos dedos.
-cuéntame un cuento-pidió tranquilamente
-había una vez un niño que soñaba con ser compositor, era un niño muy inteligente y talentoso, y guapo además pero estaba secuestrado por dos horribles dragones adictos al brandy y los vestidos caros, eran dos dragones muy aburridos y se empeñaban en enseñar al niño cosas poco interesantes como administrar el tesoro y cuidarlo por años y comerse a cualquiera que trate de robarlo, la única parte que interesaba al niño era comerse a los demás pero como no tenía grandes dientes solo podía hacerlo metafóricamente-una risita sacudió los dedos de David que desenredaba mi enmarañado pelo-pero un día conoció a otro niño sin garras ni grandes dientes y le pareció la criatura más bella del mundo (bueno es que era medio estúpido a veces) poco valían las princesas que cenaban sus carceleros en comparación, el otro niño le enseñó cosas divertidas y nuevas y juntos vagaban por la cueva buscando entre las chucherías de oro libros, discos y otras cosas inútiles, los dragones generalmente se contentaban con sacarlo a pasear y ponerle su platito de comida pero les pareció que estaba cambiado y no les gustó, por ello los llamaron y los sometieron a un cruel interrogatorio, el niño les dijo con toda la desfachatez del mundo que su novia Cesio era el que había dicho que no era nada malo y que él mismo lo creía así-hice una pausa
-eras muy sabio-dijo David en voz baja conteniendo la risa pero sin soltarme el cabello
-Entonces los dragones encerraron al niño en un baño durante dos semanas dándole apenas lo suficiente para beber y comer y le hicieron prometer que no diría nunca más una tontería como esa
Recargué mi cabeza en una de sus rodillas y bostecé.
-¿te encerraron en este baño?
-sip-asentí-me pasaba horas en esta tina arrugándome
Hice la cabeza para atrás y lo besé brevemente, no era una posición muy cómoda, me di la vuelta para meterme entre sus piernas y besarlo sosteniéndome apenas con una mano de la bañera, sabía a fresa y a jabón, mi mano buscó enredarse en su pelo y noté que aun no se había enjuagado.
-cierto, te ayudo
Esta vez él se recargó en mis piernas y le enjuagué el cabello, estaba muy enredado y le puse acondicionador.
-¿Por qué estabas tan sucio por cierto?- preguntó con timidez
-ah, la locación es un edificio abandonado y me hizo desnudarme en un baño-contesté tratando que sonara como algo de todos los días
Terminé de enjuagarlo y lo dejé incorporarse, se recostó en la orilla opuesta y empujó mis pies, después de pelearnos un rato con ellos sonreí y me senté sobre sus muslos.
-tal vez Europio quiera esas fotos-me dijo sin mirarme y con un pequeño sonrojo-ya sabes como es
-seguro-me reí y coloqué las manos en su cintura-puede ser un obsequio familiar
Se sonrojó más y abrió la boca para protestar, enseguida me apoderé de sus labios y él no se movió ni un centímetro, comenzó a besarme hasta que coloqué una mano sobre su cuello, pronto sus manos rodearon mi cuello y su lengua se enredó con la mía solo separándose para que fueran nuestros labios los que discutieran, mi mano se coló entre sus muslos y con movimientos lentos rocé su erección que me decía que a pesar de el modo ceñudo en que me miraba no estaba en desacuerdo conmigo.
-¡Andrew! ¿Estás ahí?-la voz de mi hermana nos interrumpió y palidecí-David no aparece por ninguna parte y la cena ya esta lista
-ya casi termino-contesté apresurado y divertido-iré a buscarlo
Nos separamos y mi compañero miró la pared con pasión, tratando de ocultar su vergüenza, lo miré pensando que en realidad solo estar con él ya era más de lo que me merecía, tratando de callar a mis cursis pensamientos me lavé y me mojé la nuca con agua fría, él me imitó, nos secamos en silencio y pude reconocer una sonrisa traviesa en el rostro de David, tan divertido como yo.
Aquellos días fueron por mucho los mejores que había vivido en esa casa, despertábamos a la hora que queríamos, desayunábamos lo que quisiéramos y pasábamos los días jugando videojuegos o leyendo o platicando en la sala de juegos o en el jardín, incluso en nuestras habitaciones, sólo veíamos a mis padres en las cenas y de vez en cuando en las comidas, las sesiones con el fotógrafo fueron más tranquilas y la amable servidumbre trataba de no importunarnos y miraba con indulgencia como David y yo nos encerrábamos y abandonábamos a Europio por ahí, a veces tomábamos el té con Cesio, mi hermana y algunas chicas que pretendían presentarme, incluso conocer chicas tenía más encanto si David estaba por ahí, mirándolas con malos ojos e incomodándolas a propósito. Sin embargo aún en una casa tan grande, con toda la gente que había, entre sirvientes, familia, amigos y visitantes era difícil estar más de una hora juntos a solas.
Después de dos semanas el fotógrafo pareció satisfecho, ese día la sesión había sido un poco de miedo, había tenido que pararme en una ventana del último piso sin seguridad, a mí no me causó gran molestia pero él parecía molesto de obligarme a hacer eso.
-bien, acabamos todo el libro-se sentó en su habitual silla-¿te parece si vamos a comer algo y luego volvemos para ver las fotos por última vez?
Dudé un momento y luego asentí, lo más probable era que quisiera recompensarme y pagarme en un ambiente cómodo (sí, a veces soy ingenuo pero bueno) llamé a el chofer y le dije que me recogiera 2 horas más tarde.
El restaurante al que fuimos era bonito y solo un poco caro, me pareció un poco raro pero no dije nada, pedimos y me habló acerca de diferentes temas, de la escuela de fotografía, de sus premios, de los modelos problemáticos y de mil cosas, no le presté atención hasta que llegamos al final del plato principal.
-pero creo que hicimos un gran trabajo juntos-concluyó colocando su mano sobre la mía
-supongo-contesté cortante alejando mi mano
Me miró con fastidio unos momentos.
-claro, eres novato-dio un sorbo a su copa de vino-no te invité a cenar solo por el trabajo, en este medio los modelos de acuestan con los fotógrafos, los diseñadores, lo que sea y ellos les dan trabajo, es simple
Me quedé callado.
-no te horrorices niño, todo el mundo lo hace
Primero me aparté el cabello e ignoré que me había llamado niño.
-no, yo no
-¿sabes que puedo conseguirte buenos contactos?
-supongo
Me miró cansado y le sostuve la mirada, luego suspiré.
-no es por ti, pero yo realmente voy en serio con.... Él
Esquivé su mirada pidiéndole al camarero la mesa de postres.
-esta bien, a mi edad debería empezar a buscar algo serio
Asentí indiferente y me alegré de que no tratara nada más, regresando al edificio vimos las fotos y me pidió mi opinión sobre algunas, me pagó y finalmente me marché a mi casa con mi primer trabajo terminado.
Al llegar las luces de las habitaciones comunes ya estaban apagadas y cada quién se había retirado a su habitación, cautelosamente me dirigí hacia la habitación de David para contarle la extraña propuesta y quizá quedarme ahí, no lo esperaba y me sobresalté enormemente cuando Cesio apareció en el pasillo y me miró acusadoramente.
-¿acabas de llegar?
-sí, pero avisé-gruñí-si me permites...
-¿vas con David? ¿No te parece una ofensa a la casa de tu familia?
Por su gesto supe que no lo decía en serio, quería fastidiar lo cual me pareció bastante bajo, no es como si le importara lo que yo hiciera.
-no, por favor...
-Claro-dijo con una sonrisa burlona-pero no cuentes con mi silencio
-como quieras-contesté tranquilo -supongo que tendrán que saberlo tarde o temprano
-que asco-me espetó
Me di la vuelta tranquilo y seguí mi camino ignorándolo aunque no me gustaba la idea de que mis padres lo supieran, le tenía aprecio a mi nueva vida, era emocionante y no tan problemático, mis padres me mantenían, iba a la escuela a perder el tiempo, era feliz dentro de lo que cabe y no dejaría que Cesio arruinara eso, antes de llegar al final del comedor me detuve.
-sabes que puedo hacer que corren a tu madre y a ti con ella
Y corrí antes de que recordara que no soy ese tipo de persona.