Me detuve frente a la puerta y toqué quedamente, David me abrió enseguida y entré en su habitación riéndome locamente, mi miró confundido unos minutos y lo tomé de los brazos.
-Cesio me amenazó- expliqué- yo lo amenacé de vuelta claro pero su cara fue tan cómica-respiré-dios, lo siento
Recobré la compostura y me alisé la ropa, en realidad no tenía idea de porque me reía así pero últimamente tenía ataques parecidos sin ninguna explicación.
-¿no dirá nada?-preguntó David pasándose una mano por el cabello
-no-contesté más tranquilo-si manejo bien las cosas quién tiene el poder soy yo
Me senté en la cama y entrecerré los ojos mirando a un inquieto David sentándose frente a mí.
-y... ¿acabas de llegar?
Asentí y acaricié levemente su barbilla.
-Stanislas me invitó a cenar-sus ojos rápidamente se endurecieron-y se insinuó-añadí con tono indiferente
Se hincó y me miró fijamente con aire acusador, a pesar de que era pequeño y flacucho por un momento se vio intimidante.
-le dije Nein, danke
Sonrió satisfecho y lo jalé de un brazo para acercarlo, se acomodó contra mi hombro
-y tú, ¿algo interesante?
-Europio encontró un libro en tu biblioteca y murió de emoción
-supongo que te alegras mucho, ¿cuál?
Pensó un momento y pasé distraídamente mi mano por su brazo.
-Memorias d'outre-tombe
Sonreí, era un libro bastante bueno pero yo tenía la versión original de 1848 de 2000 páginas así que no había creído conveniente llevarla al internado.
-es la mejor autobiografía que he leído, y la única que he terminado, lo cual es notable
Se mordió las uñas
-¿me la leerías?
Traducir las dos mil páginas podía llevarme años, podría conseguir una versión en inglés claro pero no iba por ahí la cosa.
-sí, pero podría tardar años
-por mí no hay problema
En ese momento se volvió hacia mí y boqueé un momento conteniendo la tonta felicidad que sentía, pensando en un plan más inmediato su piel me estaba tentando y esos ojos demasiado oscuros, inocentes y un tanto aterradores. Lo besé sosteniendo su cintura para colocarlo sobre mí, la cama tenía muchos cojines y un mullido edredón, los aparté porque resultaban muy estorbosos, con su extraña mirada fija en mí, le sonreí, metí las manos bajo la camiseta y apreté sus costillas.
-Ci lieu me plâit, il remplacé pour moi les champs paternels
No sabía porque recordaba esa frase en ese momento pero lo dije y jalé a David más cerca de mí colocando mi muslo entre sus piernas,, sentí su ligero cuerpo tensarse, se sonrojó y hundió la cabeza en mi cuello.
-osea...-susurró
Camine con los dedos por su pecho y mordisqueé su oreja.
-me gusta este lugar, ha remplazado en mí a los campos paternos
Se incorporó levemente y me besó, lo tomé de los hombros y di la vuelta para quedar sobre él, levanté su playera y besé su abdomen, subí lentamente y levantó los brazos, le quité la camiseta y estiré los brazos.
-¿Andrew?-abrió los ojos como verificando que seguía ahí
Sonreí y empecé a abrirme la camisa pero él me detuvo y desabrochó los botones con manos temblorosas, me la quitó por completo y me abalancé sobre él para besar todos los lugares posibles de su piel suave, besé sus mejillas que estaban ardiendo y también sus costillas, mientras sus dedos recorrían mi nuca y mi espalda.
Cuando llegué al borde de su pantalón sus manos se quedaron quietas, deslicé mi lengua por todo el borde viéndolo estremecerse, abrí el botón y pellizqué la tela del bóxer que era azul con rayas muy finas de un azul más claro.
-estoy ensuciando tu cama-murmuré levantándome
Me mordí el labio inferior y me quité los zapatos lo más rápido que pude, mis calcetines de rayas se perdieron por cualquier lugar, me deshice de mi pantalón y me coloqué sobre él que silenciosamente se reía conmigo, besé su mandíbula y bajé el cierre de sus jeans para acariciar por encima de su ropa interior, David suspiró moviendo mi cabello y lo hice sentarse para recorrer con toda mi piel y mis corpúsculos todos los suyos, quité sus pantalones estorbosos y enredamos nuestras piernas sin dejar de besarnos.
-lindos... box...ers-jadeó señalando mi ropa interior (que era nueva, ajustada y de cuadritos de colores)
Aproveché para quitar los suyos del camino y tomando su erección entre mis dedos me la metí en la boca lo más profundamente que pude, me jaló el cabello y gimió, lo acaricié con los bordes de mi lengua, apretándolo con mis labios y moviéndolo sin importarme en absoluto que casi me ahogaba.
Dejé eso y besé el interior de sus muslos, pasé mi lengua por su pantorrilla hasta sus tobillos y luego por su esternón y sus antebrazos. Lo besé y sin decir palabra David me detuvo y con aire tímido dirigió su cabeza a mi entrepierna, dio pequeñas lamidas me mordí el labio, evocaba la imagen de un gato bebiendo pero su lengua era picuda y cálida, sin duda su imagen fue demasiado para mi y con la cabeza dando vueltas lo levanté y lo besé, nos acomodamos sin separar los labios y me quité del todo el bóxer, él se volteó y recargó los brazos en la cabecera de la cama, lo abracé por la cintura y besé su espalda para bajar y lubricar un poco su entrada, con cuidado lo penetré y tome una de sus manos, extendió un brazo y recargó su frente en la pared gimiendo.
-David...-
Me preocupaba un poco que se lastimara pero me ignoró y movió suavemente su cadera, casi cegado comencé a moverme con un ritmo lento, sin poder alejarme de su cuello y sus hombros, bajé la mano de su cintura para poder masturbarlo, de algún modo su brazo me jaló, pegando aún más mi boca contra su piel, sin ningún apoyo y con mi cadera moviéndose cada vez más rápido su frente se golpeó con la pared, lo solté su mano para protegerlo, por inercia me besó los dedos y se sostuvo con la mano libre, me moví con más fuerza bebiendo las pequeñas gotitas de sudor, el brazo de David bajó de mi cuello a mis caderas y todo mi ser se derramó con fuerza casi al mismo tiempo que el suyo en medio de un ruido casi infernal.
Nos quedamos quietos y luego me limpié un poco en el baño, regresaba a la cama que David había tendido y en la que se había arropado cuando alguien tocó ansiosamente en la puerta, con el corazón saliéndose (estaba desnudo aún) recogí mi camisa.
-¿Andrew esta ahí?¿puedo pasar?-la voz de mi padre nos hizo sobresaltarnos.
Me metí debajo de la cama justo un instante antes de que la puerta se abriera.
-¿no sabes donde esta Andrew?
Imagine a mi compañero negar con la cabeza.
-mmmm.. Cesio me dijo que estaría aquí, tengo algunas cosas que decirle a ese chico
Rogué que se fuera pronto, antes de que notara que había muchas prendas de ropa regadas por la habitación, una cosa era la ropa de David pero si se fijaba quizá notara unas cuantas prendas de más.
-¿y esa ropa en el piso?
Palidecí
-ah... estaba probándome unas cosas... tal vez debería levantarla
Mi padre no tenía modo de saber como era mi ropa interior y confiaba lo suficiente en la habilidad de David para parecer un niño que no rompe ni un plato.
-sí, quizá...-magine a mi padre mirando alrededor detenidamente, menos mal que no era muy inteligente-¿duermes sin ropa?
-Duermo en bóxer señor
-Bueno, si ves a Andrew dile que exijo una explicación coherente de donde se metió y que necesito hablar con él.
Después de unos instantes vi salir a los pies de mi padre y por fin abandoné mi escondite.
-Cesio estúpido-murmuré recobrando el color
Decidí que era más seguro no vagar más y me quedé ahí a dormir, habíamos tenido mucha suerte, si mi padre hubiera llegado unos minutos antes se hubiera encontrado con una escena que le hubiera provocado un derrame cerebral (lo cual no sería tan malo si fuera un derrame cerebral real, pero uno figurativo no es muy divertido) pero al parecer Cesio, o había estado mucho tiempo meditando lo que podía hacer o se había encontrado con mi padre en su hora de coctel nocturno pero de cualquier modo no había logrado su objetivo.
Mi padre me dio un tremendo sermón en el desayuno de la mañana siguiente, Cesio le había hablado de mis notas (durante su hora de coctel nocturno), opinaba que era un desperdicio lo que yo hacía con mi talento, mi querido amigo le había dicho que yo estaba muy confundido respecto a mi futuro, que necesitaba alguien que me orientara, que su deber como padre era hablar conmigo y que yo estaba en la habitación de David, podía imaginarlo perfectamente haciendo insinuaciones al decir eso, añadiendo "pasa mucho tiempo con ese chico" me llené la boca de comida por el enojo, le prometí solemnemente a mi padre que pondría más atención a mis notas y me marché de ahí, me encontré a Cesio en el pasillo.
-¿mis notas?-pregunté
-no sé de que hablas- me contestó con descaro
-¿realmente crees que es mejor ignorarlo y quedarse en el closet toda la vida?
Enrojeció y apretó los puños, de pronto comprendí algunas cosas, al parecer había dado en el clavo, antes hubiera matado por oír eso, pero solo me pareció muy extraño, sonreí.
-vaya
-no me gustan los hombres-me dijo desafiante y con la mandíbula apretada
-no creo que a Cathy le parezca grato
-¡Solo me pasa contigo!-casi me gritó
Palidecí y si me parecía muy extraño terminó por parecerme aterrador, Cesio se relajó un poco y respiró.
-me pasaba-aclaró-creo que ya no
Se veía tan temeroso y ridículo que casi perdoné todo, después de todo era mi amigo de la infancia, no volvería a hablarle ni nada pero al menos sabía porque me odiaba.
-es porque fuimos amigos mucho tiempo-le contesté sin saber muy bien porque quería tranquilizarlo, pero bueno, probablemente era verdad-pero no tiene nada de malo ¿sabes?
-Fue asqueroso imaginarlo-dijo bruscamente-lo mío son las chicas
Aunque hubiera sido una bella venganza que eso fuera falso no tuve más remedio que admitir que había un 99.9% de probabilidad de que fuera cierto, aun así no resistí la tentación de burlarme de haber sido el único amor homosexual de Cesio "el hombre".
-¿quién lo creería no?-me reí y me acerqué para tomar su barbilla-pero lo siento cariño, no eres mi tipo-le di una rápida y pequeña lamida en la mejilla y luego salí corriendo antes de que se le ocurriera golpearme
La semana que quedaba de vacaciones Cesio me evitó descaradamente pero no me importó, mis padres se pusieron más vigilantes y estar a solas con David más de 5 minutos se volvió toda una hazaña pero, además de que eso resultaba emocionante, mis padres parecían sentirse indispuestos a prestar atención a las insinuaciones de su empleado fiel, la semana pasó tranquila y lentamente, el último día nos hicieron una cena por todo lo alto con el mejor vino de la casa, nos emborrachamos un poco (a escondidas claro) hicimos las cosas un poco tontas que hacen los ebrios y dormimos como ángeles.
Al día siguiente nos despidieron con hipócritas sonrisas felices en las caras y mientras nos dirigíamos al aeropuerto de Lyon noté que Cesio me miraba con malos ojos, me reí.
Llegando al internado le contaría con lujo de detalles a los gemelos lo que había dicho.