Capitulo 5 Europio y Jay
Al llegar a mi habitación encendí mi laptop y la conecté a la camarita, no hacpian nada particularmente interesante pero David fue a ver enseguida, no le quitaba los ojos de encima a Jay y se retorcía en su asiento cada vez que su hermano lo tocaba, me causaba risa ver como se ponía celoso, sin embargo en la noche, cuando los espiados se durmieron por fin, se veía muy triste y no me gustó nada verlo así, Europio se creía con derecho a ignorar los sentimientos de su hermano ¿Quién le había dado ese derecho? David claro, pero porque no sabía lo que hacía, necesitaba alguien que lo protegiera por que era muy inútil como para hacerlo por si mismo. Me tomé una copa y comí un poco de ensalada que David me había guardado, mi compañero se durmió, se veía aun más descuidado y despeinado que de costumbre, incluso tenía sus pequeñas ojeras más marcadas, se veía tan tranquilo que tuve que hacer un gran esfuerzo para no jalar su pequeña, esponjada y blanca cola. No podía dormir y me salí a vagar por los pasillos, en no encontré a Tantalio,
-¿Qué haces aquí a estas horas?-le pregunté
-estoy dando la ronda-contestó bostezando
--no creo que suceda nada
-No pero por eso me pagan
Me quedé conversando con él, le dije lo que Catherine había comentado acerca de que era un caballero, él se rio y dijo que aunque mis modales no eran de lo mejor había algo en el color oscuro de mis ojos, en mi voz y en mi sonrisita burlona que delataba mi ascendencia, eso me fastidió bastante.
-¿por ciento que haces tú en los pasillos a las dos de la mañana y apestando a alcohol?- dijo mientras veía como me quitaba una costrita
-no podía dormir- respondí de mala gana -¿Dónde esta Mercurio?
-Durmiendo- puso cara de que era obvio-y yo voy a hacer lo mismo
Se dio la vuelta y comenzó a caminar
-deberías irte tu también, te saldrán ojeras
Las ojeras me tenían sin cuidado y seguí vagando hasta el amanecer, me bañé, me vestí y fui a clase, no pude dormirme hasta le segunda hora.
Esa tarde mientras espiábamos le dije a David que sabía lo que sentía por Jay, hizo como que no tenía ni idea de que estaba hablando, con una sonrisa maliciosa le dije
-me alegro de haberme equivocado, cuando consiga que terminen el pobre estará destrozado
Me miró consternado y se puso a gritar (bueno lo que para él es gritar) que yo no tenía derecho a hacerle eso a SU Jay, y que era una crueldad, me reí y le aclaré que era una broma inocente (inocente), puso cara de fastidio, y yo me sonreí, me encantaba ponerlo en ese estado de patetismo sobre todo por que solo yo y su hermano teníamos ese poder, siempre era tímido e introvertido pero yo podía hacer que sacara todos esos sentimientos qu deseaba ocultar.
Volvimos la vista a la pantalla, Europio jugaba un videojuego y Jay lo miraba aburrido, se acercó a él y lo abrazó por atrás.
-¿Podrías dejar de jugar?
Le acarició una oreja con los labios, Europio sonrió y con un brillo de excitación en los ojos apagó el juego.
-Eso depende-dijo tranquilamente
Saqué un chocolate eso iba a ponerse interesante.
El mayor bajó sus besos al cuello y se rio suavemente, cuando la playera del otro obstruyó su camino giró la silla y se hincó frente al desaliñado Europio, con una sonrisa lujuriosa le quitó la playera, el cuerpo del menor se encorvaba en una despreocupada curva perfecta, su piel era muy blanca y resplandecía levemente en la penumbra del cuarto, Jay se acercó y rozó sus labios dándole cortos besos, con un pequeño gemido ansioso Europio se inclinó abrazó a Jay y lo besó apasionadamente, sus bocas y sus lenguas se unieron en una elegante y frenética lucha, mientras el beso se prolongaba el mayor acarició el cuerpo todavía adolescente del otro, dibujó su contorno y jugueteó con sus pezones, arrancándole pequeños gemidos, se separaron y el cantante siguió sus caricias con los labios, besó las clavículas y bajó lentamente, mientras la respiración de Europio se aceleraba cada vez más, con manos ansiosas desabrochó el cinturón azul y le quitó el pantalón, se levantaron y juntaron sus cuerpos como si quisieran fundirse, sus erecciones se rozaron provocándoles un estremecimiento, Jay se desvistió y se quedó en ropa interior, tomó a su compañero de las manos y se hincó frente a él. Con una lentitud exasperante le bajó los bóxers.
-¿Por qué tardas tanto?-se quejó Europio
El aludido se rio y con la misma lentitud tomó el miembro del chico entre sus manos y lo acarició con la lengua, apretó un poco sus testículos y bajó la cabeza, besó la parte interna de los blancos muslos que tenía frente a él, mientras seguía masajeando con su mano, cuando quedó de nuevo a la altura de la entrepierna, le dibujó espirales, jugando con su boca y su lengua. Volteé a mirar a David, sus mejillas estaban teñidas e carmín y tenía un problema dentro de su pantalón, al analizar un poco la situación un estremecimiento me recorrió el cuerpo, apreté los puños y volví la vista a la pantalla, no quería terminar igual. Jay seguía con lo suyo, con las rodillas temblorosas Europio se recargó en la silla y gimió más fuerte, su compañero se levantó y lo condujo a la cama, lo sentó y metiéndose entre sus piernas lo besó, esta vez fue el turno del menor de acariciar el bello cuerpo del otro, con impaciencia le quitó los bóxers y lo masturbó con algo de prisa, el cantante se mordió los labios y apartó la mano de su amante, lo acomodó debajo suyo, con los ojos brillantes de deseo y con ternura lo penetró, Europio emitió un quejido, abrazo a Jay y le clavó las uñas en la espalda, este comenzó a moverse lenta y sensualmente, mientras besaba y le decía cosas al oído al chico, el menor se retorcía y gemía acariciando a otro, poco a poco las embestidas se hicieron más rápidas y finalmente con un gemido contenido Jay se corrió, Europio no se quedó atrás y al llegar al orgasmo esparció su semilla sobre su plano y suave vientre. Me había acabado el chocolate y mientras miraba como agotados se separaban y se acostaban saqué otro tratando de no mirar a David, él se levantó y abrió sus cajones, por el rabillo del ojo miré como se cambiaba, reprimí la risa pervertida que pugnaba por salir y seguí mirando la pantalla.
Al día siguiente, en la comida traté de no mirar raro Europio y Jay, sin embargo ellos parecían muy ocupados hablando con Mercurio, yo solo miraba fijamente mi comida.
En la tarde mientras espiábamos a la parejita noté que hablaban de Mercurio como si les gustara, como no hacían nada interesante me puse a leer, aunque sin perderme una palabra de lo que decían, David estaba haciendo una tarea, sin pensarlo tomé su cúter y me corté, no es algo que haga conscientemente, es como un tic, David me miró y lamí la sangre, me imaginé que mi brazo era el de David, con su piel casi transparente y esa idea me pareció extrañamente adorable.
En los días que siguieron la parejita empezó a pasar mucho tiempo con Mercurio, el pequeño gato no parecía nada feliz con eso, comenzó a pasar menos tiempo con su hermano.
-Andrew ¿tu crees que Europio y Jay quieran ligarse a Mercurio?
Lo miré estaba sentado en su cama con pose de chica de anime
-No lo creo, es cierto que a veces la amabilidad de las chicas lindas es confundida pero solo es eso, amabilidad, buenos modales
Me miró un poco estupefacto y luego sonrió
-Europio siempre a sido una zorra, se acuesta con cualquiera
Su voz sonaba molesta y me sorprendió que hablara así de su hermano adorado.
-¿celoso? Parece que no se ha acostado contigo
Me miró irritado y se retorció las manos, supuse que esperaba un comportamiento más serio de mi parte, sin duda, me estaba diciendo cosas que no le diría a nadie más.
-puede hacer lo que quiera pero a veces lo hace solo para molestarme-apretó los dientes
Nunca había visto realmente enojado a David pero parecía a punto de estallar.
.él no sabe lo de Jay pero si sabe que Mercurio me interesa- se sonrojó profundamente -no le interesa en absoluto, solo quiere molestar
De la nada pareció que iba a llorar, se veía tan solo, sin pensarlo fui a su cama y lo abracé, yo no había tomado muy en serio todo su pasado, pero cuando se aferró a mí supe que había llorado noches y noches en su pequeña cama de orfanato pero jamás frente a su hermano, lo abracé y dejé que llorara porque de cualquier modo sus lágrimas no iban a mojarme.