Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi Tiempo Límite por konaxtakuya

[Reviews - 159]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Siempre que miraba hacia el pasado, podía recordar claramente todas las etapas por las que había pasado. Cada vez que atravesaba una nueva meta en mi vida había estado acompañado por gente que para mí era sumamente importante; pero nunca me sentí tan bien como cuando Aoi apareció en mi vida. Desde  ese momento en que lo conocí, cada cosa que hacía día a día, para mi suponían una meta.

Aquel día, en que lo vi besar a Uruha, sentí un enorme  vacío dentro de mí; como si Aoi de pronto hubiese salido corriendo de mi vida. Fue un sentimiento algo apresurado, lo sé, pero fue inevitable en ese instante. Lo había extrañado tanto… lo había necesitado tanto….

Supongo que la llegada de Reita a mi vida… más bien a nuestras vidas, significó una intromisión bastante brusca para Aoi; intromisión que lógicamente yo no noté. Nunca me puse a pensar en lo que realmente sentía al verme a mí por primera vez emparejado en una relación seria. Como yo en ese momento no sabía que pensar al saber que él había encontrado compañía en alguien y en algo más que no fuese mi amistad.

El corazón me latía desaforado en el instante en que nuestras miradas se cruzaron mientras confesamos no saber lo que sentíamos. Una sensación de cálida incomodidad repentinamente me invadía y en los ojos de mi amigo podía ver claramente su confusión… en esa fracción de segundos en que nos miramos sin decir nada, sentí miedo… me sentía asustado al imaginar que quizás al sentirnos así nos perderíamos. Ambos sabíamos que de nosotros mismos no podíamos esperar absolutamente nada más.

“esto está muy mal…” fueron las únicas palabras que salieron de la boca de mi amigo mientras con movimientos mecánicos tomaba su bolso e intentaba escapar como cada vez que se sentía muy abatido por alguna situación. Yo por mi parte no podía hacer nada… sólo deseaba que se fuera, ya no quería verlo. Estaba consumido por el terror de perderlo, pero también por el terror de permitir que se quedara.

Finalmente desapareció por la reja del instituto, no sin antes hacerle una seña a Uruha de que lo llamara luego.

Un enorme suspiro salió de mi boca cuando al abrir mis ojos noté que la práctica había acabado y que Reita me miraba asustado. Solté una sonrisa melancólica y acaricié su mejilla. – ¿nos vamos? – pregunté, a lo cual sólo asintió con la cabeza.

A partir de ahí, no volví a saber de Aoi, si no hasta el siguiente Lunes en que Byou me dejó asistir al instituto.  Durante toda la semana  fui un fantasma, ni siquiera Reita era capaz de sacarme más de dos palabras durante la tarde. Sólo quería volver a mi mundo, llegar y saber que Aoi había olvidado todo lo sucedido… de ser así yo lo olvidaría también; pero todas mis esperanzas se fueron cuando al ingresar al aula Aoi estaba sentado al otro extremo del salón y no a mi lado como siempre había sido. Un vacío nuevamente se cayó sobre mí, y sin decir una palabra, ni hacer algún gesto, me dirigí a mi asiento, sintiendo fuertemente como él a toda costa evitaba mirarme.

Una vez sentado me obligué a concentrarme en la ventana y mirar las nubes para no prestar mayor atención a su presencia, ya que si lo hacía terminaría haciendo una crisis en el mismo salón. Mi entrada fue tan silenciosa que prácticamente nadie notó que llegué. Pero apenas uno que otro me vio, comenzaron a acercarse todos para saludarme y preguntarme qué tal iba de mi “hepatitis”. Yo sólo sonreía y daba pequeños monosílabos y algunas gratitudes, siempre esperando a que Aoi se acercara a darme la bienvenida… pero eso no sucedió.

No fui capaz de prestar atención a lo que el profesor decía… sólo me sentía caer y caer en un sin fin de emociones que se harían más duraderas si Aoi no estaba conmigo. Ni siquiera me percaté como fue que terminó el horario de clases y todos se alistaban para retirarse del establecimiento. Me levante con bastante tranquilidad para guardar mis cosas, aun sintiendo ese vacío dentro mi.

De un segundo a otro, cuando ya no quedaba prácticamente nadie dentro del aula, sentí unos fuertes brazos rodearme por la espalda, y apretarme como si yo fuese a escarpar por algún lugar… no decía nada, pero yo sentía cuanto disfrutaba tenerme así abrazado. No sabía quién era, pero  en lo más profundo de mí, deseaba que fuese mi amigo.

-          No te imaginas cuanto te extrañamos – oí  que dijo, deshaciendo por completo todas mis esperanzas. El pequeño brillo que momentáneamente había cubierto mis ojos desapareció en tan sólo un instante.

-          También los extrañé a ustedes – volteé intentando sonreirle amablemente mientras él posaba una mano en mi hombro. - ¿y Kai?

-          Por ahí viene con Reita – comentó – caminaban muy lento así que me adelanté. Además que conociendo el genio de este señor, prefiero no arriesgarme a llegar atrasado – dijo señalando hacía un pupitre más atrás, en donde con todas sus pertenencias alistadas, esperaba Aoi con la mirada fija en el suelo. Una ola de melancolía me invadió… verlo así fue como revivir días pasados en donde Aoi vivía consumido por la tristeza y por la ansiedad que le producían todos sus problemas.  Estaba muy triste… desde el lugar en donde estuviese podría haberlo sentido. Mi expresión facial se convirtió rápidamente en una máscara de hierro, que intentaba ocultar por todos los medios el dolor y las ganas que tenía de correr a abrazarlo.

-          ¿¡Que pasa con esa cara!? – escuche que exclamó divertido Reita al momento en que pasaba su mano por mi nuca y se acercaba para depositar un suave beso en mis labios. – debí grabarla, dabas miedo Taka – se carcajeo en compañía de Kai y Uruha, quien desde que mi actitud cambió, permaneció confundido mirando desde mi hasta Aoi, y desde Aoi hasta mi.

-          Sólo un letargo – sonreí.  – ¿Nos vamos?, estoy cansado.

-          ¿¡Como vamos a irnos!?, no podemos aun – exclamó Kai. – hay que celebrar que volviste

-          Lógicamente – lo secundó Reita – vamos a beber algo sanito por ahí – cogiéndome de la mano y haciéndole una señal Aoi para que se levantara. Era evidente su incomodidad, y la mía; pero nadie parecía notarla. Se levantó lentamente dispuesto a salir tras nosotros; quizás esa sería una oportunidad de conversar.

-          … no creo que nosotros dos podamos ir – espetó Uruha señalándose a sí mismo y a Aoi – nos habíamos comprometido para ir a la tienda de música desde antes. Así que por hoy pasamos – sonrió.

-          S-sí… cierto – habló Aoi por primera vez, con esa condenada expresión que denotaba que lo que decía era mentira. Como nunca en ese momento odié a Uruha… como nunca lo aborrecí. Sentía que estaba robándome toda una fortuna frente a mis narices y yo no podía hacer nada. Era tanta mi impotencia que sólo fui capaz de desviar la vista y salir del aula sin decir una sola palabra, ni siquiera “adiós”.

Pasé el resto de la tarde maldiciendo a ese bastardo hijo de puta. Pero con el pasar de las horas, ya no sabía que sentía; no sabía si estaba enojado, o si sólo tenía rabia, o quizás podía sentirme herido y con pena… no sabía que me molestaba más; que Uruha me quitara a Aoi esa tarde, o que Aoi se mostrara sometido, o que él lo haya preferido antes que a mí. No sabía que pensar, decir o hacer. Me sentía tan desprotegido sin mi mejor amigo cerca… Me era inevitable pensar en lo que sucedería si en ese momento caía en una crisis; ¿Cómo reaccionaría Reita esta vez?, ¿Aoi correría a verme?, ¿Aoi me protegería?, ¿olvidaría lo que pasó?, ¿volvería a fijar su atención en mi?, ¿me dejaría demostrarle cuanto lo necesito?. Mil preguntas pasaban por mi mente.

Las horas pasaban y no podía sacarme lo sucedido de la cabeza. La celebración había acabado y tenía a Reita pegado en mi oído preguntándome una y otra vez que me pasaba… creo que esa fue la segunda vez que me sentía completamente atosigado por Reita y le dije cuanta mierda  pude hasta que con tal de evitarse problemas se fue de mi casa. Me sentía una bosta, él no tenía la culpa, pero me era imposible separar relaciones en ese instante. Sólo quería estar tranquilo y pensar.

El cansancio físico siempre lo había tenido a pesar de no hacer prácticamente ningún ejercicio además del de subir y bajar las escaleras de mi casa; era un cansancio con el que siempre había vivido producto de mi insuficiencia cardíaca… pero en aquel instante estaba mental, psicológica y emocionalmente agotado.  Quería dormir y no saber de nada hasta todo estuviese solucionado. Permanecí largos minutos estirado sobre mi cama con ojos cerrados hasta llegar al limbo de los sueños… no estaba ni tan dormido ni tan despierto. Estaba entre comillas descansando mientras a la vez podía oír todo lo que sucedía alrededor. No fue con el sonido del timbre con que desperté por completo, si no que, con la secuencia de golpeteos a la puerta de mi habitación.  Parsimoniosamente me dirigí a abrir la puerta para encontrarme con mi madre parada ahí.

-          Te busca un joven afuera – dijo lentamente – se ve afligido…

-          ¿Es Aoi? -  pregunté, por un instante emocionado.

-          ¿Es Yuu para mí un joven, Taka? – contestó mirándome como si fuera un idiota. Claro que no  era un joven para ella; era mi amigo, era Yuu. Sin responderle bajé las escaleras curioso de quien podría ser. Lentamente abrí la puerta para encontrarme con su silueta aun fuera de la reja. Lo miré petrificado por unos segundos antes de caminar hasta donde se encontraba. “Hola”… fue todo lo que pude decir al darme cuenta de la expresión preocupada que llenaba sus ojos.

-          Hola… - me contesto con un poco de timidez en su voz – siento venir tan tarde, sé que es imprudente de mi parte, pero necesitaba hablar contigo lo antes posible – comenzó a disculparse de inmediato. La sangre fluía por mi cuerpo cada vez con más velocidad… odiaba verlo ahí parado.

-          ¿Qué sucede? – pregunté en seco sin ningún tipo de expresión.

-          Mira… sinceramente estoy preocupado por Aoi  - confesó – no sé qué es lo que está pasando entre ustedes pero siento que de alguna manera tengo que ver en el conflicto

-          No te creas tan importante Shima… - estaba comportándome como un maldito desgraciado. Su rostro era indescifrable; podía sentir una serie de sentimientos que emanaban de él, y cada sentimiento que me llegaba me hacía entender cuan incómodo y verdaderamente preocupado se sentía. Esbozó una pequeña sonrisa de medio lado para intentar disipar su expresión de espanto anterior.

-          Puedes odiarme si quieres… finalmente es tu decisión. Pero no permitiré que lo hagas sin antes haberme escuchado. – espetó decidido.

-          Entonces habla… - fue lo único que pude decir. En realidad estaba aterrado… creí que lo más puro y bonito que podría decirme sería que me alejara de Aoi.

-          Sé que hoy con mi actitud pude avivar un poco más tu repudio hacia mí, luego de haber comenzado mi relación con Yuu – comenzó a hablar despacio - … creí que era necesario que supieras que lo hice porque conozco a Aoi, quizás no tan bien como tú, pero lo conozco… y ambos sabemos que el ambiente no habría sido el mejor  y que para él estar ahí habría sido el peor de los castigos encomendados por los dioses, ¿me equivoco?

-          … no – respondí comprendiendo a la perfección su punto.

-          No es mi intención quitártelo Taka… yo lo quiero. De verdad que lo hago – dijo con su penetrante mirada clavada en mis ojos, como si estuviera confesándome su más privado secreto. – En el momento en que decidí estar con él, asumí de inmediato que aceptarlo significaba también aceptarte a ti -  Sus palabras llegaban como ondas sonoras a mis oídos y hacían un eco a mi alrededor – fue como firmar un compromiso de venta que dejara claramente estipulado que ustedes dos eran un paquete y que no puedo separarlos… lo mismo fue para Reita. Al momento de involucrarse contigo, él sabía que se involucraba también con Aoi – comento emanando sinceridad. Sinceridad que me hacía doler los huesos al ser tan penetrante.

-          ¿entonces porqué siento que ese es tu objetivo?

-          Porque estás mal… porque no me conoces, y porque no entiendes lo que Aoi y yo sentimos al momento en que tú y Reita comenzaron a estar juntos – lo miré sin comprender – Reita y yo éramos como tú y Aoi… en mi caso yo era tú, el siempre protegido, el que estaba siempre en la mira de Reita, el que no podía actuar sin antes consultárselo a él… Reita era mi dios, y así como tú piensas que quiero arrebatarte a Aoi, yo pensaba que estabas robándome a Reita. Pero luego entendí que no eras tú quien me lo quitaba… si no que él se marchaba. – una flecha repentinamente se clavó en mi frente haciéndome sentir un imbécil -  Tengo claro que mi relación con Aoi, quizás no es de lo más verdadera… tengo claro también que no te gusta que esté con él, como también sé que Yuu no lo está pasando bien – dijo cambiando lentamente su expresión a una más dolida -  Y estoy dispuesto a terminar con él si así lo deseas, y si eso sirve para que él se sienta mejor y vuelva ser como era, sé que en este momento tu eres mil veces más importante para él que yo, y si resulto ser un obstáculo para que vuelvas a acercarte… daré un paso atrás.

-          … - estaba estupefacto, no sabía que decir, ni cómo reaccionar.

-          Sólo te pido que con tu decisión estés pensando en él, como lo hago yo. Y que comprendas que en este momento lo que tenemos es más que nada para llenar los espacios que ustedes dejaron vacíos…

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).