Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi Tiempo Límite por konaxtakuya

[Reviews - 159]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

 

Ya me había cansado de buscar las palabras adecuadas para describir esa calidez por la que era envuelto en esos instantes; sin embargo, a pesar de la calidez, no podía estar completamente tranquilo. La presencia de un nuevo síntoma mantenía a mi mente en un constante estado de preocupación.  Tenía una extraña sensación de que la vida, poco a poco se me consumía. El mirar constantemente las manecillas del reloj  ya se me había hecho una costumbre, esperaba que en algún momento ellas se detuvieran, que el tiempo tomara un descanso… para que así todo se hiciese más largo.

Sus palabras y su seriedad, su sinceridad y su amabilidad, ocupaban la otra mitad de mi mente. Me había dado una oportunidad de ser una persona feliz… no no, corregiré eso, de ser una persona aún más feliz. Sonrío inconscientemente al concluir que todas las personas a mí alrededor me han dado oportunidades… oportunidades de conocer lo desconocido, de conocer lo que en algún momento creí imposible. Todos quieren ayudarme a llevar a cabo mi misión en la vida… por cursi que se haga a los oídos de los demás.

Cuando era pequeño solía imaginar mientras miraba a otros niños jugar desde la ventana de mi habitación en el hospital, que ellos brillaban, y que por siempre mientras estuviesen vivos brillarían, aunque ya no fuese necesario. Sin embargo, yo tenía un tiempo limitado para brillar… y por eso me consolé pensando en que había sido premiado con mi enfermedad; porque así no me alcanzaría el tiempo para aburrirme de jugar, o de aprender, conocer, reír o llorar. De esta manera todo me parecería hermoso, todo podría disfrutarlo… por triste fuese la situación, yo la guardaría en mi mente, porque era parte de la vida y era parte de los preciados recuerdos que había hecho en mi tiempo límite. A diferencia de todos esos niños, yo… Takanori Matsumoto, como los fuegos artificiales, solo necesitaba un instante para brillar; porque solo en un instante, dejaría plasmado en la mente que todos, un lindo momento.

-          ¡No brinques!, así no puedo poner bien el estetoscopio – reclamaba Byo intentado posar el helado objeto en mi pecho.

-          Pero esta frio… - susurre haciéndole el quite a dicho implemento.

-          Siempre lo está – sentenció – ¡necesito oír los latidos maldito Taka!- me eché a reír ante su desesperación – no es divertido, tengo más pacientes que atender.

-           Lo siento – dije quitándome la camisa por completo.

-          Me alegra que ya estés bien anímicamente… - susurro para que nadie más en la habitación escuchara. Me sonroje un poco. –me sorprendí que me trajeras a la causa de tu humor.

-          El insistió en venir – susurre para no ser oído.

-          Me gustaría que me lo contaras todo – sonrió con picardía – pero supongo que no es posible ahora.

-          … no lo es – me reí – aun así, debo conversar algo contigo a solas. Le diré que salga antes.    

-          ¿De qué quieres hablar?- me pregunto algo sorprendido.

-          …de un asunto que me preocupa – le hable con un tono más serio, provocando que su expresión cambiara completamente

-          Está bien – dijo mirándome fijamente y comenzando a colocarme la camisa. - ¡¡Okey!! – prácticamente grito ocultando su preocupación – no veo anormalidad, como ya es costumbre jeje. La presión va bien… y bien, bien todo bien. – dijo sentándose en su escritorio y comenzando a escribir las idioteces que ponía a diario en las recetas.  

-          eem... disculpe – la voz de Reita hizo que tanto Byo-sensei y yo volteáramos a verlo extrañados, ya que había permanecido callado todo el tiempo que estuvimos en el control. 

-          Dime – dijo serio Byo entrelazando sus los dedos debajo de su mentón mirando seriamente a mi acompañante, mostrando toda su faceta de doctor profesional. Reí un poco ante eso. 

-          Resulta que… - comenzó a hablar decidido – tengo algunas dudas con respecto a esto.

-          Cuales dudas… - dijo Byo acomodándose en su asiento. Yo solo miraba en silencio, expectante desde la camilla. Reita estaba sentado frente a Byo en el escritorio.   

-          Bueno…  primero, ¿Por qué se dan esta clase de situaciones? – pregunto algo tímido por su ignorancia.

-          Es principalmente un caso de mal formación durante el embarazo. Puede ser producto de varios factores, como alcoholización de la madre, violencia, enfermedades, radiografías, o simplemente genético. 

-          ¿y cuál es el caso de Taka? – inquirió casi al instante.

-          Es difícil saberlo, pero aparentemente es por enfermedades,  las defensas de Miteru-san durante el embarazo bajaron considerablemente, por lo cual atrapo muchas enfermedades durante esos nueve meses. – contesto Byo – mi padre fue su doctor durante todo ese periodo, yo tenía la edad de ustedes… y ahí conocí a Taka, lo conozco incluso desde antes de nacer. Por eso soy yo quien lo está tratando. Cuando lo trajeron enfermo él tenía como siete años, y yo estaba recién graduado de medicina… y quise tomar el caso solo por ser Taka, a esa edad no me sentía preparado para algo tan importante… pero si era por Taka estaba bien.

-          Es muy importante para usted… - susurro Reita

-          ¡claro que lo es! – exclamo Byo-sensei haciéndome sonreír. Esas eran cosas que si bien yo sabía, Byo jamás se había encargado de decírmelas directamente. – y es por eso… ¿Cuál es tu nombre? – pregunto Byo dejando ver una extraña “aura asesina”, que me hizo alarmar.  

-          Akira… Akira Suzuki – respondió Reita.

-           Ah bueno entonces, y es por eso Akira Suzuki, que si vuelves a hacerle daño a Taka, yo mismo me encargare de que no puedas sentarte nunca más, por las enormes patadas en cul…

-          ¡Byo-sensei! – le interrumpí en un grito horrorizado. El rostro de Reita estaba pálido, y el mío completamente sonrojado debido a la vergüenza.

-          ¿alguna otra pregunta? – cambio el tema Byo sonriendo de manera angelical.

-          Ee-eem, ¿sí? – contesto dudoso Reita – El no pude agitarse ¿no?, por lo cual no puede hacer deportes, pero que pasa con… bueno el… el ¿sexo? – termino de preguntar Akira en un susurro. Mis ojos se abrieron desmesuradamente por la sorpresa, aunque no sabía que me había dejado más en shock, si la pregunta de Reita  o la reacción de Byo, quien se había levantado de su asiento y por inercia había golpeado el escritorio con ambos puños cerrados.

-          ¡Byo! – le grite bajándome inmediatamente de la camilla al ver sus ojos asesinos posados en Reita, quien si bien antes estaba pálido, ahora estaba transparente.

-          Más vale que no se someta a NINGÚN tipo de esfuerzo físico – dijo Byo-sensei entre dientes.

-          Reita, ¿Por qué no me esperas afuera?, necesito hablar un poco con Byo-sensei – le dije acercándome a él. Casi en un acto de sobrevivencia asintió y salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí. Con Byo nos miramos fijamente por un largo rato, hasta ya no poder mirarnos más las caras apunto de estallar en carcajadas. Me senté en el lugar que antes había ocupado Akira sin parar de reír, al igual que mi doctor.   

-          Pobre chico – comento Byo entre risas.

-          Eres muy malo Byo-sensei – dije secándome una lagrima que había caído por mi mejilla – tal vez cuando salga el ya no este por tu culpa –reímos.

Diez y siete años poniendo mi vida en las manos de Byo-sensei; eran diez y siete años, en que él había trabajado conmigo, largos diez y siete años de su vida que había ocupado en buscar soluciones a mi enfermedad. Para mí era un hermano… un amigo, de los mejores.  Era tanto el tiempo que llevaba conociéndolo que me era imposible no descifrar cada una de sus artimañas para perturbar a alguien solo por diversión; era un payaso. De niño solía jugar con él, y aun cuando no podía hacerlo él se las ingeniaba para que yo pudiese divertirme como los demás. A Byo… yo le estaba muy agradecido.         

-          Taka… - hablo Byo sacándome de mis cavilaciones- ¿de que querías hablarme?

-          Es que… veras – comencé a hablar – el otro día… me sucedió algo raro.

-          ¿Qué cosa? – dijo acomodándose en su asiento

-          Me dio… una crisis muy fuerte en el instituto. Tuve que recurrir a mis pastillas – le conté. Su rostro no parecía sorprendido sino hasta que continúe – pero obviamente no es eso lo raro. Los síntomas eran los mismos de siempre, pero… había uno más que no había tenido jamás en una crisis. – le hable más serio que antes

-          ¿Cuál? – inquirió lentamente  

-          Nauseas… - le dije

-          Pero, eso no es tan raro. Si me dices que fue una crisis fuerte, perfectamente pudo ser que los mareos fusen más intensos y por eso las náuseas- concluyo rápidamente mi doctor – procura no sobre-esforzarte, has tenido muchas crisis fuertes en el último tiempo… y aunque no me lo creas se está notando el deterioro a pesar del poco tiempo.

-          ¡es exactamente a eso a lo que quiero llegar!, es eso lo más extraño de todo y lo que más preocupado me tiene – exclame apuntándolo – no estaba haciendo nada cuando me dio la crisis. Estaba conversando con mis amigos de ir a una tienda de música.- Me miró fijamente con una expresión difícil de explicar… un ápice de temor se podía apreciar en sus ojos.

-          Taka… - susurro sin cambiar esa expresión que me tenía por más que aterrado. – te haremos un nuevo scanner la siguiente semana ¿ok? – dijo levantándose repentinamente de su asiento

-          ¿Qué tan malo puede ser esto Byo? – le pregunte levantándome yo también

-          Puede que mucho – dijo acariciando mis cabellos delicadamente para luego abrazarme fraternalmente - … como también puede que muy poco. – suspire sobre su hombro dejándome acariciar. – pueden ser dos cosas… la respuesta más simple, es que todas las cosas que te han afectado últimamente le estén jugando una mala pasada a tu corazón y que este, esté reaccionando a la sobrecarga emocional y física – me explico separándome un poco de su cuerpo.

-          Suena probable… - le dije pensativo.

-          Así es… - dijo serio – pero también puede que tengamos que apresurar la búsqueda de un corazón compatible. La otra opción es que se nos este acabando el tiempo Taka…   

-          … también lo pensé. De hecho creí que era la única respuesta – le dije mirándolo fijamente a los ojos.

-          Ya detén tus malditos pesimismos Takanori – me regaño con el ceño fruncido mientras volvía a su asiento  

-          No se trata de ser pesimista, si no que realista – espete algo molesto

-          Cualquiera que te oyera pensaría que morir es tu deseo – prácticamente me escupió eso

-          Byo tu sabes que no es eso… - le dije en un tono más suave – es solo que… ya no quiero que ustedes sufran más por esto. Y para eso, mientras más asumido lo tengan mejor.

-          No quiero asumirlo, y no voy a hacerlo – dijo como un niño mimado – y ya vete que tu novio te espera afuera. – si en ese momento Byo no me lo hubiese dicho, yo solo no lo habría recordado. Tome mi bolso, y despidiéndome con una mano me acerque a la puerta corredera que nos separaba del pasillo.

-          Adiós – le dije, recibiendo de su parte una sonrisa y un “hasta luego”

-          Taka… - me llamo cuando estaba cerrando la puerta. Volví a abrirla un poco para verlo – si no quieres que suframos con esto… por favor, ya deja de asustarnos como lo has estado haciendo – una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro producto de la expresión y el tono de súplica que había utilizado. Podía sentir a mi lado la penetrante mirada de Reita esperando por mí.   

-          Okey, como digas – hable en broma con un tono resignado. La sonrisa de Byo me dio la pauta para cerrar definitivamente la puerta.

Sonriendo de esa manera podía mantener ocultos mis miedos... solo Byo sabía que detrás de ese velo de sonrisas se encontraban mis verdaderas preocupaciones. Si no hubiese sonreído en ese instante, todos se habrían percatado de que estaba más asustado que nunca… “dos podrían ser las respuestas”… y “tal vez se nos está acabando el tiempo”, había sido la forma adornada de Byo para decirme que había llegado el momento.

-          ¿está todo bien? – me pregunto Reita sin soltar mi mano mientras caminábamos calle abajo. Lo mire por unos segundos preguntándome que sería lo más conveniente. 

-          Sí, todo bien – sonreí para seguir ocultando mi miedo.

 

 

Notas finales:

No demoré nada porque hace tiempo que tengo escrito este capi :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).