¿Qué dijiste? -inquirió saber Light al haer escuchado la afirmación del pelinegro.
L miró a su adversario.
-Lo que oíste- se sentó en la cama con su frecuentada postura- y si no tienes más preguntas ve a ducharte y luego nos dirigiremos a la cocina, hay que desayunar...
Light no podía creer lo que el pelinegro le había dicho, tenía ciertas dudas sobre la verdadera intención del acto que éste le había hecho en el comedor, incluso barajó la hipótesis que le había confirmado, pero no esperaba que fuera verdad.
El castañó se duchó, no sin antes romper en mil pedazos la pastilla de jabón que, inocente, se perdía por el desagüe.
Cuando el "chico Dios" volvió a la habitación. L ya tenía en sus níveas manos las cadenas que le mantenía apresado con él, se las puso a regañadientes y con ganas de partirle la mandíbula al ojeroso que estaba a su lado.
-Vamos Light-kun-dijo con voz indiferente, como si lo que hubiera dicho anteriormente nunca hubiera pasado- hay que ir a desayunar.
-Hai- contestó de mala gana.
Bajaron hacia la cocina, pero los dos estaban tan sumidos en sus pensamientos que no notaron que al entrar en ella todo el equipo se les había quedado mirando con cara de pazguatos, inclusive un pelinegro con las hormonas revolucionadas desde primera hora, ya que tuvi su "accidente" matutino al recordar el pasado día cuando aquellos encadenados se amaron en el comedor.
-Ohaio mina- saludó L con parsimonia- hoy quiero deciros...- el público miraba expectante (redobles de tambores y en el fondo se escuchaba eeeeeee...)- que tenemos que traer de nuevo a Misa, sospechosa de ser el segundo KIRA.
Todos se cayeron de la silla.
-Ya afirmamos que no podía ser KIRA, ¿porqué la acusas de nuevo?- preguntó alguien
L metió su dedo pulgar en su fina boca y resopló.
-Vuelvo a tener ciertas sospechas sobre su persona, además, Light-kun podrá desahogarse con ella y no conmigo.
La reacción de todos y aún más del castaño (que le salió una venita estilo anime) fue muy tensa.
-Lo que sea con tal de que no se acerque más a un hombre- comentó el señor Yagami.
Unas horas más tarde, cuando sólo los encadenados seguían repasando el caso luchando contra el cansancio (Light mucho más que L), L devoraba con gusto uno de sus amados pasteles de fresa y nata, el castaño le miraba de reojo ensimismado recordando lo que hizo L con algunos de esos pasteles... se le subieron los colores... y otra cosa.
-¡¡LIIIIIIIIGGGHT!!-gritó alguien con voz chillona y pasando sus brazos alrededor del cuello de Light.
(L: Ya está aquí la pesada ¬¬
Autora: Te aguantas, fuiste tu quien la llamo
L: ¬¬** u.u*)
-Misa-Misa está tan contenta de verte otra vez... aunque sea por ese motivo... a Misa le gusta estar cerca de su amado.
Light no despegó los ojos de la pantalla.
-Hola Misa- fue lo único que le contestó.
"Bueno... ¿y si me pongo más cariñoso con ella? Quiero averiguar si lo que L me dijo antes es verdad... vamos allá"
El castaño pasó sus manos por los brazos de Misa y la sentó cara a él sobre sus piernas.
-¿Cómo has estado?- le preguntó meloso pasando una de sus manos por la mejilla de la rubia.
L dejó de comer por un momento y miró a Light de reojo.
"Demonios, ¿por qué la trata así? me pone enfermo... ¿qué será esta sensación?"
-Bueno... Misa ahora está muy contenta de ver a su amor- dijo tontamente Misa
Light se dio cuenta de las miradas de soslayo que soltaba L hacia ellos y se le ocurrió algo.
-Yo también estoy contento de verte, Misa.-
Y acto seguido besó con profundidad y "deseo" a la rubia
(L: yo que tú me lavaría la boca con lejía después de eso ¬¬
Autora: calla L, a mí tampoco me cae bien Misa así que no aparecerá mucho.
L: eso espero ¬¬
Autora: *tos*ce *tos* loso
L: ¿has dicho algo?
Autora: ¿yo? nada, nada ¬¬)....)