Unas horas más tarde se encontraban en la sala de monitores mirando y comprobando datos que dieran con el paradero del nuevo Kira. Ya llevaban varias horas trabajando.
-Ryuzaki- llamó Light- creo que deberíamos dejarlo por hoy.
L le miró con cara de aburrimiento.
-Como quieras Light-kun, pero antes debo alimentarme.- L acercó sus labios al micrófono tan lentamente que el propio Light sintió un hormigueo que recorrió toda su espalda- Watari, tráeme unos pasteles por favor.
“¿Por qué reaccioné así al ver a L acercarse el micrófono?” pensaba Light en sus adentros.
A unos pocos minutos apareció Watari anunciando que podían dirigirse al comedor a ingerir algunos alimentos.
L se sentó como de costumbre a devorar sus deliciosos pasteles mientras Light le miraba con cara de pocos amigos.
-¿No quieres, Light-kun?- le ofreció L de su tarta de fresas
-No Ryuzaki, no me gusta el dulce.
-Eso será porque nunca lo has probado- el chico ojeroso se levantó de la silla y se dirigió a Light que se encontraba sentado a su lado, levantó la cara de éste y puso un poco de tarta en sus labios con sus dedos.
Light lamió la tarta que se encontraba en sus labios, y puso cara de asco.
-No me gusta, que asco.
-¿Entonces también te da asco esto?- L se inclinó hacia Light y lo comenzó a besar.
Sus lenguas jugaban al unísono intentando ganar una batalla que se encontraba dentro de sus bocas, Light no podía creer que esto le estaba sucediendo, y lo peor de todo es que le empezó a gustar.
Se separaron para coger aire, y se miraron a la cara. No dijeron nada, estaban tan avergonzados y sedientos de uno al otro que no pudieron pronunciar palabra alguna. Light se levantó de la silla y besó otra vez a L, era un beso tierno y lento, le cogió de la nuca para que no escapase de la nueva situación y le empujó hacia él pegando sus cuerpos. L creía que el acto de insinuar y besar al castaño sólo le traería el rechazo de este, pero al saber que le correspondía se dispuso a dar un paso más.
Metió las manos en los bolsillos traseros de Light, éste sorprendido por la acción que el pelinegro le propinaba aumentó la velocidad del beso. Era un ambiente muy cargado de deseo y ganas de saber quién sería el dominante de aquella nueva situación en la que se veían envueltos.
L empujó al castaño poniéndolo encima de la mesa, y sin dejar de besarle, todo era demasiado dulce… en un abrir y cerrar de ojos, L deshizo las camisetas de ambos, ese día Light había escogido vestir con una camiseta negra, por fortuna de ambos ya que así tendrían que soportar menos peso en las cadenas.
Se separaron… fue un momento que se miraron a los ojos.
-Te odio maldito asaltacunas- dijo Light en un jadeo.
-Lo mismo digo.- sonrió de forma lobuna.
Ryuzaki alcanzó uno de sus amados pasteles.
-¿Qué vas a hacer con eso?- preguntó Light, obviamente sabía la respuesta pero quería estar seguro.
-Hay que ver, con lo listo que eres y lo inocente que demuestras ser a veces.
Empezó a refregar el preciado dulce en el cuerpo del nuevo dios del mundo, mientras éste sentía su cuerpo arder en mil sitios diferentes.
-Ry…Ryuzaki…-dijo en jadeos- hay…cámaras.
L dejó su tarea y miró hacia todos los lados, suspiró.
Tienes razón…pero me da igual que todo el equipo vea cómo te follo lentamente, incluso alguno seguro que despierta su lado más homo.-dijo esto pensando en un pelinegro chillón.
-¿¡¡Q—QU---QUE!!?-Light abrió mucho los ojos-No puedo creer que hayas dicho esto…
L se inclinó a Light y empezó a lamer la nata de la tarta del pecho de Light.
-Pues no lo creas y relájate… quiero verte sonrojado aunque sea solo una vez en la vida.
Light gruñó en forma de respuesta, no podía creer que él, el dios del nuevo mundo, estuviera haciendo estas cosas con su rival, enemigo y ahora medioviolador en un lugar donde probablemente su padre le vería… un momento ¿su padre?
En el preciso instante en que al castaño se le pasó por la cabeza que su padre le podría estar viendo intentó zafarse del agarre del pelinegro, éste seguía con su tarea de dejar el cuerpo del susodicho bien limpio de nata.
-Es inútil que te rebeles Light-kun, además si te preocupa tu padre ten en cuenta que está viendo esto desde hace exactamente 7 minutos.-dijo el ojeroso sabiendo los pensamientos del castaño.
-Haz lo que quieras, pero que no duela mucho por favor.-le dijo en tono de súplica, aunque en el fondo también deseaba que siguiera con su cometido.
-Lo que el señor Kira mande.
-¡¡QUE YO NO SOY KIR…AH!!-no pudo reprimir un gemido al notar como uno de sus pezones era lamido con dulzura pero lujuriosamente.
Se empezaron a frotar por instinto y cada vez estaban más excitados, una vez que Light estuvo limpio totalmente L le miró, “es como un lindo gatito” eso fue lo que pensó mientras sonreía de forma pervertida
-¿Qu-qué miras?-dijo Light mientras desviaba la mirada hacia otra parte sonrojado.
L cogió su cara
-Nada, sólo que eres muy lindo cuando te sonrojas.