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¿De qué me sirve la vida? por Midorico

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Notas del capitulo:

 

Un agradecimiento especial a: Franraww (x2) y majo. Quienes se molestaron en comentar, sus rr ya tienen respuesta (pueden pasar a verlos si gustan ^_^)

One piece no me pertenece.

¡A leer ^^!

 

 

°-°-° ¿De qué me sirve la vida? °-°-°

 

Capitulo III.

 

 

Nuestras metas eran diferentes, nuestras edades distintas, ni siquiera éramos compatibles, aun así nos enamoramos, ¿Cuándo te deje ir un paso más lejos?... claro, fue cuando mis ojos se llenaron de lágrimas. Y cuando diste el segundo paso, mis lágrimas comenzaron a caer.

 

Lo sabía claramente, te ibas a un lugar imposible de alcanzar.

 

Incluso si extendía mi mano, solo encontraba obscuridad, no había nada de ti, simplemente… no podía encontrarte, ¿Qué hacía yo? No podía más que llorar.

 

¿Qué debía hacer? ¿Qué debía hacer? Te ibas ¿Qué debía hacer? ¿Qué debía hacer? Me dejabas…

 

Te amo…

Te amo…

 

 

 

-Zoro-la peli naranja movía cuidadosamente el hombro del peli verde, desde que se sentó a “escuchar” los términos del contrato, no había alejado la vista de la revista que le ofrecieron ¿Qué lo había perturbado tanto?

 

-quisiera hablar con el guitarrista faltante-hablo de pronto Zoro, pasando por alto a Nami.

 

-lo siento Tamaki-san- hablo Iceburg entrando a la oficina con una joven rubia con lentes-pero el guitarrista estará indispuesto hasta nuevo aviso, está enfermo.

 

 

Zoro solo se limitó a asentir, dando a entender que había escuchado el mensaje, se levantó del sofá donde se encontraba sentado y camino en direcciona la salida sin decir ni una sola palabra. Dejando a Nami como siempre encargarse de los por menores de sus trabajos, como la hora, cita y lugar donde tomarían la sesión fotográfica.

 

 

*-*-*

 

 

Camino hasta bajar al sótano, ahí se encontraba su automóvil, aun así solo camino en dirección contraria, sabia a donde dirigirse, había tomado una decisión, pero antes tenía que confirmar si valdría la pena intentarlo. Se quitó el saco blanco que portaba, dejando ver una playera color hueso que le marcaba muy bien su torso, saco del bolso de su saco una boina y se la coloco en la cabeza, ocultando parte de su cabello y su coleta.

 

Sus lentes obscuros le ocultaban más de la mitad de su cara, cuanto agradecía que Nami siempre le hiciera cargar ese tipo de cosas, así pasaría menos desprevenido (n/t: ¿se imaginan esos lentes que usan los famosos? Pues de ese tipo trae Zoro, aunque la verdad en mi humilde opinión, siento que llaman más la atención, jeje algunos artistas tan exagerados que incluso con bufanda en pleno calorón!!!!! ¬¬U en verdad abecés pienso que son unos bobos pero en fin jiji me he salido de tema n//n) salio por la caseta sin ser visto extrañamente por el vigilante, cuanto agradecía que al menos eso policías solo vieran televisan barata y así no diría que lo vio salir del edificio.

 

Camino algunas calles, parecían totalmente vacías, pero a esa hora era normal, las chicas y donceles estarían en el instituto, poca gente concurría por esas horas aquellas calles, además de que siendo zona residencial, eran contados los peatones.

 

Llego a una casa realmente encantadora, como en los cuentos de hadas, si mal no recordaba, una casa que su hermana había deseado desde pequeña y que para su desdicha no podía haberle dado. Contaba con dos pisos, un patio que servía como estacionamiento, una terraza antes de entras a la casa, con sillas de madera y un elegante jardín. Escalones de madera que daban la bienvenida al primer nivel, que estaba  un metro más abajo que su terracita principal.

 

Antes de atreverse a tocar, se miró en el vidrio de la venta junto a la puerta, y se vio extraño, quería presentarse ante su hermana como lo que había logrado ser porque él también quería ver los logros de la chiquilla llorona.

 

 

*-*-*

 

 

“…Te prometeré que viviré para que mis ojos te vean…

Prometeré que viviré para que mis brazos te abracen…

Desde el momento en que abra los ojos

Y hasta que me vaya a dormir te anhelare…”

 

 

-siempre me pregunte de donde sacabas las letras de tus canciones Mihawk-entro un rubio a la cabina donde la banda ensayaba.

 

-¿Qué quieres Sanji?-pregunto cortante Mihawk, dejando a un lado la guitarra que tenía en sus piernas.

 

-Tamaki-chan luce muy bien con la coleta que se dejó crecer ¿no es verdad?-pregunto con saña, volteando a ver el rostro inexpresivo de Mihawk.

 

-¿lo conocías de antes?-pregunto sin interés-porque yo no, es la primer vez que lo veo.

 

 

A Sanji le escurría una gotita en la cabeza, todos habían escuchado su “gran” charla cuando se vieron en el salón de juntas. ¿Lo creía baka? Pero creo que de eso había escuchado algo, en algún artículo, si mal no recordaba aquel chico se había cambiado el nombre y que en su primer debut había sido una bomba, sin mencionar que contaba con una hermana como familia.

 

 

-¡ahora que lo pienso!-llevo su mano derecha en forma de puño, para golpearla en su palma izquierda, mirando hacia el techo, recordando-ese chico es el hermano de Sara-chuan, si mal no recuerdo se llama… Suri… mmm, no era… Yori… no, ¿Cómo diablos era?

 

-Zoro-pronuncio Mihawk, colocándose una diadema, tocando algunas notas en el piano- Roronoa Zoro-susurro por último el pelinegro.

 

 

*-*-*

 

 

Estaba pensando cómo le aria para hablar con su hermana. No lo había hecho durante años, y ahora simplemente se aparecía por ahí, dispuesto a escuchar sus penas. Suspiro no podía creer lo que aria, aun así toco la puerta con tres golpecitos.

 

 

-¡voy!-se escuchó desde dentro de la casa, aun así, el tiempo le paso demasiado rápido, pues en un abrir y cerrar de lejos, su hermana estaba frente a él, del otro lado del marco de la puerta-¿Zoro?

 

-hola, Sara-chan-hablo el peli-verde con una diminuta sonrisa.

 

 

Y su hermana no se hizo de esperar, sonrió contenta y se hecho al cuello del mayor, no pudiendo evitar las lágrimas que se amontonaban en sus hermoso ojos azabaches.

 

Zoro dudo si corresponder aquel abrazo, no sabía si había bien aun así lo necesitaba, necesitaba el abrigo que el cuerpo de su única familia le podía brindar. Así que rodeo la cintura de la menor, correspondiendo el abrazo.

 

 

-estoy en casa-susurro bajito. Pues esa casa había sido en la que habían vivido el y su familia, incluyendo padre y madre.

 

 

Después de que se abrazaron por un rato más, Sara invito a pasar al modelo, sentándose en el sofá y bebiendo un poco de té, que la chica había preparado.

 

 

-¿Cómo esta Nami?-pregunto después de sentarse, para hacer la charla más amena.

 

-no vengo a eso y lo sabes-hablo Zoro bebiendo un poco, dejando la taza en la mesita de centro.

 

-tan directo como siempre-suspiro la chica -¿Qué has decidido?- se atrevió a preguntar, con el rostro agachado.

 

-¿Cuántos meses tienes?-pregunto Zoro recargándose en el sofá albo donde se sentó.

 

-¿lo ases por mi o por tu sobrino?-pregunto sonriendo de lado sin levantar la mirada-pensé que lo estabas haciendo por mí, que te…

 

-no te equivoques-interrumpió Zoro a la doncella-lo hago por mí, el día en que tu decidiste buscar nuestra meta de distinta forma, ese día deje de apreciarte, aun sigues siendo mi hermana, es por eso que…

 

-basta-Sara levanto la mirada, dejando ver sus orbes húmedas-lo ciento, no sabes cuánto me arrepiento haberte dejado en los momentos difíciles, en verdad que…

 

-no quiero hablar del pasado-Zoro se cruzó de pies, mirando fríamente a Sara-deja de sentirte la víctima, solo dime ¿Cuánto tengo que cubrirte?

 

 

*-*-*

 

 

El regreso a casa había sido incomodo, extrañamente silencioso y Ace no hacía nada por mejorarlo, pues a simple vista se veía que SU monito, como lo llamaba cariñosamente, había estado llorando, pues sus hermosos ojos estaban hinchados.

 

Estaciono el auto afuera de su casa, apagando el motor de su BMW negro, viendo a su hermanito que se encontraba en el asiento del copiloto con sus pies arriba del asiento, siendo rodeados por sus manitas.

 

 

-Luffy-hablo el mayor tratando de obtener la atención del menor.

 

 

Al no recibir respuesta, Ace acerco su mano a la cabellera azabache del moreno, para acariciarla como siempre lo hacía cuando pedía disculpas. Pero Luffy abrió la puerta y salió del auto lo más rápido posible dejando a Ace en shock.

 

Lo primero que el pecoso hizo fue fruncir el ceño, Luffy ya estaba grandecito para hacer ese tipo de escenas. Salió molesto del auto, azotando la puerta del piloto y caminando a pasos grandes asía Luffy que se encontraba a punto de abrir la puerta de su casa, tomándolo bruscamente del brazo.

 

 

-¡suéltame Ace!-hablo molesto el doncel.

 

-¿¡que te ocurre!?-apretó más el brazo del moreno, provocando una mueca de dolor en Luffy.

 

-¡me sucede que el bastardo del que estoy enamorado no me comprende!-hablo casi gritándole en la cara a Ace.

 

 

De pronto la puerta se abrió, dando paso a una pelinegra, que sonreía amablemente. Ambas miradas se centraron en la mujer que les sonreía cálidamente.

 

-oka-san-murmuro Luffy sorprendido.

 

-chicos, que bueno que ya llegaron, pasen que hay un invitado que te espera Luffy-hablo la madre de los morenos, jalando del otro brazo a su hijo, separándolo de Ace.

 

 

Ambos pelinegros se adentraron a la sala, Ace se quedó en la entrada, viendo como su madre se llevaba a su nuevo hijo a ver a quien sabe quién. Suspiro, tendría que hablar con su querido ototo y pedirle disculpas, quizá si se haya pasado cuando lo agarro. Entro a la casa y serró al puerta tras de sí.

 

 

-debes dejarte de preocupar por Luffy Ace-kun-lo llamo su padrastro-ahora es deber de otra persona cuidar de nuestro bebe.

 

-¿Qué quiere decir Dragon-san?-pregunto molesto Ace, él se preocupaba de Luffy porque quería que su sonrisa fuera provocada por el, quería todo de Luffy SOLO y EXCLUSIVAMENTE para EL. Y cuidarlo era una de sus responsabilidades como SU NOVIO.

 

-vamos a la sala, ya lo veras-hablo su padrastro, pasando su mano, en forma de abrazo sobre los hombros de Ace.

 

 

Claramente la escena que Ace presencio al entrar a la sala no le agrado. Y ¿a quién le agradaría que su novio estuviera en el regazo de otro chico?

 

Porque Luffy se encontraba sonrojado y sentado en las piernas de un varón, pelinegro y con un extraño sombrero, sabía que lo había visto en algún lugar, aun así no lo recordaba y parecía que no se habían dado cuenta de su presencia. Vio como el chico sentado en el sillón, tenía una de sus manos en las caderas de su hermanito, y con la otra jugaba con su cabello negro, que SOLO EL tenía el derecho de acariciar.

 

 

-Rob Lucci-san, este es nuestro otro hijo, Portgas D. Ace, el nii-san de Luffy-presento el jefe de la casa.

 

-¿nii-san de mi Luffy?-pregunto Lucci.

 

 

Pero este no se dio cuenta del enfado que provocaba en Ace, porque ¡Luffy no era de él!, Luffy ¡le pertenecía a él! Y Luffy… Luffy solo se mantenía con el rostro decaído, pues parecía que Ace no se había dado cuenta. En cambio Lucci lo había recordado a pesar de no haberse visto en más de dos años.

 

 

-me iré a mi habitación-hablo el menor levantándose de su cómodo asiento.

 

-espera Luffy-Lucci se levantó junto a él y tomo su muñeca, sonriéndole al obtener la atención de menor-toma-le coloco una pequeña cajita en su mano.

 

-¿Qué es…?-pregunto confundido Luffy, mirando la cajita roja de tercio pelo que Lucci había puesto en su palma.

 

-feliz cumpleaños Luffy-sonrió de lado Lucci, abrazando al menor viendo que este no reaccionaba.

 

 

Y al igual que Luffy, Ace estaba en shock, ¡había olvidado que era cinco de mayo! ¡El cumpleaños de Luffy! Era un completo estúpido, un idiota un reverendo… bastardo… lo había tratado tan fría mente y ni siquiera se acordó de su cumpleaños, merecía la pena de muerte, aunque claro la estaba recibiendo y con creces.

 

 

Porque ahora Luffy le correspondía aquel abrazo a ese desconocido, y no solo eso le sonreí y agradecía, lo peor de todo fue ver como su monito besaba la mejilla de aquel hombre que sonreía tontamente, sonreía como el… ¡OH! ¿Acaso ese hombre…

 

…estaba enamorado de Luffy?

 

 

*-*-*

 

 

-Zoro, eres un gran tipo, no entiendo por qué de pronto decidiste ser buen samaritano y ayudar a tu hermana-hablaba un hombre sentado en la alfombra del departamento de Zoro.

 

-solo quiero terminar con un capítulo de mi vida-hablaba Zoro, sentado entre las piernas del primero-o… ¿acaso estas celoso de que me encuentre alrededor de tantos hombres?-pregunto bebiendo de su copa y sonriendo hipócritamente.

 

-esto-el chico levanto la mano derecha se Zoro, mostrando el anillo de compromiso que descansaba en el dedo anular de Zoro-comprueba que estas comprometido conmigo, así que no puedes ver a otros varones, ¿entendiste?

 

 

El chico comenzó a besar el cuello del peli-verde, metiendo sus traviesas manos dentro del pijama de nuestro protagonista, subiendo poco a poco a su pecho.

 

 

-Sin… ahh… sin marcas… mmm….-advirtió el peli-verde, dejando su copa de lado, y volteándose para besar a su pareja.

 

 

El otro chico correspondió su beso, pero saco sus manos y trato de separarse de su pareja.

 

 

-odio cuando no puedo disfrutarte-beso la frente de Zoro y después su mejilla, atrayéndolo a su cuerpo y abrazándolo fuertemente, como si se le fuera a escapar.

 

-no me voy a ir a ningún lado-hablo el peli-verde que se acomodaba sobre el pecho del otro.

 

-siento que… lo que vas a hacer nos distanciara-susurro el chico, acariciando los cabellos de su doncel durmiente.

 

 

Durante toda mi vida, día y noche trato de olvidarte, pero sigues apareciendo en mi mente. A pesar de que te fuiste aun lugar donde no puedo sostener tu mano, incluso si mi mano se extiende para ti…

No puedo encontrarte solo puedo llorar…

 

Te lo imploro, pero no puedes oírme porque te he estado llamando desde el corazón…

 

¿Qué debería hacer? ¿Qué debería hacer? Solo puedo verte, ¿Qué debería hacer? ¿Qué debería hacer?

Te amo demasiado.

Lo siento, lo siento ¿puedes oírme?

 

 

-<>-los pensamientos de Zoro no distaban mucho de los que había tenido por la mañana, pues aun lo amaba y aun recordaba que le dolía la partida de SU Mihawk…

 

 

*-*-*

 

 

-Por favor, regresa a mí, si no estás tú, no puedo continuar-Mihawk, aún se encontraba en el estudio de la disquera, no quería salir de ese lugar, pero la media noche que marcaba el reloj de pared le decía que más le valía dejar hasta ahí la canción y dormir un rato.

 

 

Se levantó de su asiento y tomo su abrigo, camino en dirección a la salida, pero el caer de su cartera lo detuvo, en el preciso momento en que la levanto, la fotografía que no había podido tirar le hiso que el piso se moviera.

 

 

-tu… has llevado un disfraz por mí y no te puedo culpar, pues los ángeles en la tierra sus alas deben ocultar-hablo para sí mismo integrándose de nuevo a su altura normal.

 

 

Suspiro, la fotografía que se habían tomado en un parque de diversiones, los dos serios, pero Zoro se encontraba sonrojado, pues esa fue una de sus mejores sita, se tomaron de la mano todo el tiempo y le robaba besos a su lindo ángel.

 

Su ahora presencia en su compañía había causado un revuelo, y en su corazón… había vuelto a abrir esa vieja herida, aun así no quería dejarlo ir de nuevo, no quería perderlo de nuevo, no cometería el mismo error, esta vez tomaría su mano cuando se la extendiera y caminarían por la misma senda y hombro con hombro, como debió haber sido desde tiempo atrás.

 

Salió a la avenida principal, estaba vacía así que decidió caminar, pensando que quizá Zoro ya no quería nada… pero aun así…

 

 

-¿Qué debería hacer? ¿Qué debería hacer?-se preguntaba con sus manos dentro de sus bolsas-Solo te tengo a ti-

 

 

Notas finales:

 

 

Hola!

Que tiempo!  La verdad no tengo escusas, la escuela, el trabajo y el que no hayamos pagado el internet me retrasan y la falta de inspiración aún más! Espero actualizar por lo menos una vez a la semana alguna de mis historias, entre ellas esta, ya que saldré de vacaciones eso no impedirá que actualice! Dejare a cargo a alguna personita o me llevare mi lap, aún no lo sé.

Sin más se despide con un gran abrazo y beso:

Midorico.

EL YAOI ES FUENTE DE ENERGÍA n_n

Recomendación: por cada rr recibido, Midorico disminuye las calorías consumidas XD

 


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