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El Amo del Rey por Kiane

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Notas del capitulo:

 

Amores míos!!!!!

Siento mucho, mucho, mucho la demora. Esto se debió a una suma de acontecimientos desafortunados, uno más aburrido de contar que el otro así que ¡no voy a entretenerlos más!

Advertencia:  Uso de juguetes sexuales. Consentimiento dudoso (creo)

Este capi va dedicado a la niñas que pasaron por la casilla de review pidiendo juguetes (así de pervertidas son O.O). Sé que no era lo que estaban esperando, ya les compensare en un par de capis más.

 

 

 

Ya estaba todo solucionado. Su ausencia injustificada le hubiera costado más que un llamado de atención si Itachi no se hubiera esforzado para que Fugaku no la notara. Pero ¿Cómo iba a saber él que le tomaría tanto tiempo el reto con Naruto? Sabía que los secuestros o asesinatos políticos eran una posibilidad y sintió un poco de culpa cuando vio el semblante preocupado de su hermano. ¿Dónde está tu ropa? Le respondió la verdad a medias: paso la noche con alguien y ese alguien se la presto y a pesar de que su hermano no pregunto nada mas podría jugarse el puesto a que sabia con quien había estado.

Ninguno de los dos tenía la costumbre de compartir su intimidad y a él le parecía perfecto así. El problema era que si bien él era incapaz de saber nada de la vida de Itachi este tenia la habilidad de descubrir que estaba haciendo con solo verlo. Jamás le dijo que había salido con Naruto en su adolescencia, pero por su forma de actuar asumía que ya lo había deducido por su cuenta. Incluso sospechaba que Itachi había sido el primero en percatarse de sus sentimientos por Naruto. Antes, inclusive, que él mismo.

Cuando por fin llego a su casa se tranquilizó lo suficiente como para permitirse maldecir en voz baja. Había tenido que venir todo el camino manejando sin poder apoyar la espalda en el asiento, los efectos del medicamento habían remitido casi completamente y estaba seguro que lo mejor era no volver a tomar el calmante en lo que quedaba del día. Le dedico un par de insultos mas a Naruto por haber sido capaz de hacerle semejante daño, olvidando convenientemente que el pudo haberlo detenido mientras se dirigia al cuarto en busca de su portátil. No estaba en condiciones de estar en su oficina, pero ni estando en coma podría posponer sus responsabilidades como fiscal. Así que se ocuparía de la mayor parte del trabajo desde su casa.

Se detuvo cuando paso frente a la habitación de su hermano. La puerta abierta de par en par estaba invitándolo a hacer aquello que se había prohibido a si mismo desde que se entero que Naruto había hecho esos videos. Intento seguir el camino hasta su habitación recordando el trabajo y que ya había abusado de su desconocida negligencia por ese día pero su cuerpo aprovecho el impulso para dirigirlo al cuarto de Itachi.

La colección de DVD seguía exactamente en el mismo lugar que ocupaba desde que fue adquirida. Exhibida sin reparos debajo del televisor. Sasuke sabía que parte de tener ese tipo de cosas a la vista se debía al hecho de que eran ellos dos los únicos que ingresaban a la casa. Le había costado a ambos el preferir hacer la limpieza ellos mismo a contratar una persona que se encargara de ella, pero a la larga fue una buena decisión. La privacidad era algo que ambos valoraban demasiado como para rechazarla ahora que vivían solos.

Saco cada DVD de la caja coleccionable de la misma forma que lo haría un autómata. Leía uno por uno el contendido del disco en la contraportada y dejaba apartados aquellos que mencionaban tener una entrevista con el director. Muy a su pesar y peleando contra sí mismo puso uno de ellos en la reproductora.

No entendía muy bien porque lo estaba haciendo. No entendía de donde surgía esa repentina curiosidad o necesidad de saber más de Naruto. No se animo a poner el reproductor en marcha. Técnicamente él no tenía que importarle nada de Naruto. Hacía apenas dos horas que lo había visto ¿Qué necesidad tenia de verlo en los videos? Tratando de no darse a sí mismo una respuesta clara fue hasta la mesita de luz de su hermano donde había algunas revistas de Icha Icha Paradise. Quizás algunas de ellas hablaban de él. Sería una buena forma de apaciguar su repentina y extraña curiosidad sin tener que recurrir a algo tan real como un video. No eran revistas porno, sino más bien de interés general para hombres gay, de prácticas sexuales, fotos, novedades, eventos, recomendaciones de libros o películas, relatos eróticos de lectores. Ojeo algunas pero pudo notar, con un poco de decepción, que los únicos números que su hermano había comprado eran los que aparecía Kisame Hoshigaki en la portada y no creía que Naruto se hallara como articulo menor. Resignado, volvió a dejar las revistas y puso el reproductor en marcha.

Le llevo cinco minutos olvidarse de la fingida indiferencia con la cual intentaba ver las entrevistas para poder enfocarse completamente a ello. Prestaba atención a los gestos, como movía exageradamente las manos o no dependiendo de lo que trataba de explicar, como se atropellaba con las palabras cuando quería contar algo que realmente le apasionaba y sonrío inconscientemente cada vez que la risa de Naruto se escuchaba en la habitación. Tuvo que cambiar de DVD unas tres veces, y cuando acabo se quedo sentado en el piso sin molestarse a sacarla. Tratándose de convencerse a sí mismo que no era capaz de repetir las mismas entrevistas una y otra vez para poder seguir viéndolo. Tratando de decirse que no sentía curiosidad por algunas de las escenas que Naruto había citado y que seguramente estaban en esos videos.

No era asiduo a la pornografía. Pero eso no significaba que no le gustara, sino todo lo contrario. El hecho de tener que satisfacerse a sí mismo o con alguien que no quería había terminado por cansarlo ¿Por qué comenzar un incendio que luego no podría apagar? Cuando decidió eliminar el sexo de su vida, las películas condicionadas desaparecieron también.

Se dio cuenta que se había quedado dormido cuando escucho el sonido que hacia el celular al vibrar sobre el mueble. No había tenido la intención de dormir, solo había cerrado los ojos para descansar la vista de la luz del ordenador. La habitación había quedado a oscuras en ese pequeño lapso de tiempo así que aprovechó la propia luz del celular para encontrarlo con rapidez. Había recibido un mensaje de texto, no figuraba el nombre pero conocía el número. Se había negado a sí mismo a guardar el número de Naruto en su agenda, pero una parte de su mente se lo había aprendido de memoria.

Abreme la puerta

Sonrió sarcásticamente

Pidelo bien

Se quedo un momento viendo como se enviaba el mensaje cuando cayó en la cuenta ¿Naruto estaba en su casa? Ya se habían visto en la mañana después de haber pasado juntos toda la noche ¿Acaso pretendía pasar esos tres días juntos? ¿Todo el día?

Sin no me abres, entrare a la fuerza

—¡Mierda! —susurro mientras se levantaba con tanta rapidez que su vista se nublo completamente. Sin detenerse a recuperarse fue hasta la puerta de la entrada y la abrió con rapidez pero no encontró a nadie allí. Salió apresurado —¡Deja lo que estés haciendo y ven aquí!

—Aquí estoy.

Sasuke miro hacia arriba molesto. Naruto se encontraba en el techo, miraba con rapidez las paredes tratando de descubrir la forma más cómoda para bajar. Decidiendo al fin usar el alfeizar de la ventana.

—¿Se puede saber que estás haciendo?

—Entrando por la fuerza —respondió con naturalidad mientras salvaba de un salto la distancia que separaba el alfeizar del suelo.

—Tienes casi treinta, ya no estás en edad para hacer esas estupideces —señalo de forma calculada. No estaba preparado para encontrarse con el rubio tan rápido. Hacer una llamada y encontrárselo horas después o al día siguiente era más fácil que recibir un mensaje y tenerlo en frente a los treinta segundos.

—¡Corrección! —señalo el rubio con el dedo en alto —. Tú tienes casi treinta, yo recién tengo veintisiete —. Sasuke puso los ojos en blanco —Vine a buscarte para ir a cenar, pero antes necesito hablar contigo —indico el rubio mientras enfilaba hacia la puerta de la casa con toda la intención de entrar.

—Momento —lo detuvo en seco —¿Quién te dio permiso para entrar a mi casa? Espérame en el auto, hablaremos en el camino.

Iban a cenar. Practico, sencillo y para nada sexual. Podría lidiar con ello a pesar de su mal humor y la poca predisposición que contaba en ese momento para estar con Naruto.

—¡Hey! Yo te deje entrar a la mía —respondió con un gesto de disconformidad.

—Y fue solo para hacer el reto —le recordó mientras se dirigía él a la puerta con toda la intención de dejar a Naruto esperando fuera pero este lo detuvo poniéndose en el medio mostrándole la bolsa negra que traía consigo.

—Entonces esto va a encantarte —el moreno se limito a arquear una ceja sin quitar la vista de Naruto —¡Un nuevo reto! Te lo explicare dentro.

—Si esto llega a ser una excusa para dejarte pasar…

—¡Nada de eso! —lo interrumpió alegre sacudiendo la bolsa frente a él una vez más antes de dar media vuelta y entrar a la casa sin pedir permiso.

¿Reto de qué? Se pregunto el moreno antes de seguirlo. Naruto tenía esa sonrisa en la cara de niño travieso que tanto lo ponía de los nervios pero no perdía nada con escucharlo. Siempre tenía la posibilidad de negarse si no le gustaba la propuesta y para que decir, también tenía curiosidad de saber que se le había ocurrido esta vez.

—Qué bonita casa —escucho que exclamaba a su espalda y lo ignoro completamente pensando que lo más indicado seria buscar algo para tomar. No por cortesía. El simple hecho de hacer algo mientras hablaba disminuía considerablemente su incomodidad y lo salvaba de tener que mirar a Naruto todo el tiempo

—¿Y bien? —lo apuro mientras sacaba un par de vasos de la vitrina.

—¡Sí! —Naruto se dirigió a la barra americana que dividía la cocina del comedor y se sentó en una de las butacas colocando la bolsa en el piso a su lado. —He analizado nuestra situación con mucho detenimiento —empezó mientras apoyaba los codos y entrecruzaba los dedos dándose aires de misterio provocando una sonrisa en Sasuke que supo ocultar a la perfección mientras le daba la espalda para buscar en la nevera —. Ya te habrás dado cuenta que a mí me gusta… hacer ciertas cosas con mi pareja… por así decirlo

Se sentía algo estúpido hablando de esa manera. Pero se encontraba completamente perdido. Él nunca necesito explicarse o excusarse. Dentro del ambiente en el que se movía era muy común que cada uno tuviera sus gustos y era muy raro ya sorprenderse o espantarse por alguna práctica sexual. Por esa misma razón, había olvidado como veían los demás sus costumbres sexuales, y por lo tanto no sabía cómo abordar el tema. Una muy útil charla con Sakura, donde ella se encargo de señalarle los prejuicios más comunes, le sirvió para darse una idea de cómo podría reaccionar Sasuke hasta la propuesta. Igual se sentía estúpido. No tenía porque abordar ese tema con tanta cautela ¡Ni que estuviera haciendo algo malo!

—Cosas que no harás conmigo —sentencio el moreno mientras dedicaba toda su atención en llenar los vasos con cerveza. Empezaba a entender cuál era la intención del reto al mismo tiempo que un sentimiento similar a la ansiedad se hizo presente.

—Cosas que no quieres que haga contigo —corrigió el otro cabiendo comillas con los dedos cuando prenuncio no quieres ganándose un seño fruncido de Sasuke —, y créeme que lo entiendo. Pero a mí me interesan y mucho. ¡Me encantan! —, en esa instancia Sasuke ya había llenado ambos vasos pero aun no quería voltearse . Al menos hasta que le rubio terminara de hablar —. Y dado la naturaleza de nuestra relación me pareció buena idea jugárnoslo.

Sasuke sonrió de nuevo. Esa forma de hablar sonaba tan extraña en Naruto "dado la naturaleza de nuestra relación" ¿Quién le pasaba letra? Porque no le dudaba que ese discursito estaba ensayado. Esa observación lo hizo sentir más confiado y se dio la vuelta para sentarse frente a Naruto dejando los vasos sobre la barra.

—Déjame entender esto —empezó, y a falta de cigarrillo agarro el vaso mientras hablaba, girándolo con los dedos sin levantarlo de la barra —: quieres hacer un reto donde si pierdo tengo que dejar de lado mi orgullo, ponerme un collar en el cuello y gritar "Amo, Amo" mientras follamos —tuvo que morderse el labio inferior para no reír cuando escucho la carcajada de Naruto —¿Y que se supone que gano yo si gano? —pregunto levantando la vista haciendo que Naruto dejara de reír al ver la intensidad con la cual estaba siendo estudiado.

—¿Lo estas considerando? —pregunto Naruto disimulando su sorpresa.

—Te estoy preguntando qué gano yo con todo esto.

¿Lo estaba considerando? Podría ser, y al mismo tiempo no. Se llevo el vaso a la boca tratando de distraerse un poco del presente y poder acomodar sus pensamientos. Quería, pero el simple hecho de considerar la posibilidad de darle cabida a Naruto con sus extraños hábitos le provocaba un sentimiento similar al miedo (similar, él no tenía miedo). Pero ese sentimiento no estaba ligado a la práctica en sí misma, sino al simple hecho de que era algo nuevo para él y probablemente no lo haría bien. No quería hacer el ridículo frente a Naruto, quien obviamente tenia experiencia y podía compararlo con sus antecesores. Por otro lado, también estaba su orgullo como hombre, pero eso se solucionaba fácil con el simple hecho de que la única razón por la que haría esas cosas seria porque perdería el reto y estaba obligado por honor a hacerlas.

Y ya estaba considerando perder el reto. Otra vez. Eso no estaba bien, perder dos retos seguidos lo evidenciaban como un oponente débil ante el rubio. Y también cambia la posibilidad de que Naruto descubriera que estaba perdiendo a propósito, lo cual sería mucho, mucho más humillante. ¿Y porque estaba considerando perder el reto? Ganaría y ya. Si lo rechazaba quedaría como un cobarde, pero si lo ganaba no tendría que lidiar con todo lo iba a venir después. Sería mucho más fácil no hacer nada, dejar todo como esta. Aun así no estaba del todo conforme con ese razonamiento. Probablemente sería la única oportunidad de probar esas cosas sin tener que hacerse cargo, sumado al hecho de que en dos días Naruto se iría y no iba a volver a verle. No era como si después se cruzaran por la calle y al verlo recordaría las cosas vergonzosas y humillantes que seguro tendría que hacer. Que ya había hecho. Y que le habían gustado.

—Si ganas te concedo un papel en blanco —Sasuke salió de su ensimismamiento sin saber cuándo tiempo había estado perdido en sus pensamientos o cuanto de ello había dejado reflejar —. En simples palabras: Hare lo que quieras.

Estaba jodido. Si llegaba a ganar el reto lo más esperable es que le pidiera a Naruto que desaparezca. Después de todo, técnicamente lo odiaba y estaba con él porque había perdido el reto anterior, no porque lo disfrutara. Si llegaba a ganar y le pedía a Naruto otra cosa diferente, por más buena excusa que se buscara, existía la posibilidad de que Naruto se diera cuenta de sus intenciones o al menos lo sospechara. Y solo eso ya era lo suficientemente malo. Y aun no quería que se fuera ¡Le había costado diez latigazos tenerlos tres días! ¿Y de golpe eso ya no contaba para nada? ¡No! Tenía ganas de tirarse del pelo ¿Cómo lograba encerrarlo de esa manera? Por momentos tenía la impresión de que Naruto estaba jugando con él, sabiendo de antemano como iba a reaccionar y dejándolo sin posibilidades.

Y si no hubiera estado tan dentro de sí mismo se habría percatado de la maliciosa sonrisa que escondía Naruto detrás de su vaso. Sus ojos relampaguearon un segundo antes de empezar a hablar. —Piensa en esto Sasuke: Cada reto es una oportunidad. Una oportunidad de tener poder sobre mí. Pero al mismo tiempo te expones a que yo sea quien gane poder sobre ti. Nuestra relación podría resumirse a un simple juego de poder. El poder que quiero ejercer sobre ti para atarte a mi lado y el poder que tu usas para alejarme.

Sasuke no pudo evitar fruncir el seño. Esa declaración final de Naruto no parecía tratarse de los retos que estaban haciendo ahora ¿Cómo se atrevía a decir que él usaba su poder para alejarlo? ¡Cuando fue Naruto quien lo dejo a él! Iba a abrir la boca para dejarle en claro unas cuantas cosas cuando Naruto siguió hablando.

—Teniendo todo esto en cuenta, lo que yo tengo que preguntarte realmente seria ¿Qué tanto estas dispuesto a perder para poder ganarme, mi rey? —dejó el vaso sobre la barra taladrándolo con esos ojos azules, ahora completamente serios y desafiantes.

Y ahí Sasuke se dio cuenta porque todo este asunto se le enredaba de formas tan desastrosas. Lo que estaba fallando realmente no era su capacidad o la falta de ella para vencer a Naruto, era simplemente que no quería hacerlo. No quería ganarle, pero no quería perder tampoco. Solo quería estar con él sin perder su orgullo y eso era llanamente imposible. Porque si simplemente admitía eso, estaba también afirmando que deseaba estar al lado de una persona que lo uso y lo desecho a la primera oportunidad. Como si él fuera una de esas personas estúpidas y enamoradas que soportaban la humillación y ser utilizados con tal de estar al lado de la persona a la cual querían. Como si de alguna manera no importaba lo que Naruto le hiciera si después de ello aun pudiera tenerlo cerca . Aceptando ser un juguete sin voluntad ni amor propio; sin orgullo, sin poder, sin voz, sin absolutamente nada. Y al mismo tiempo dejándole ver al otro que hiciera lo que hiciera con él: seria perdonado.

Querer estar con Naruto contradecía absolutamente todos sus principios. La simple afirmación era tan ilógica que se le hacía imposible el solo hecho de poder desplegarla en su mente para poder analizarla con más objetividad. No entendía como su cuerpo seguía viéndose atraído por una persona así. Porque su mente no había sufrido el famoso desencanto en vez de sentir con la misma intensidad de siempre. ¿Acaso lo que le había hecho Naruto no importaba? ¿Acaso actuar de esa manera tan vil no había logrado matar cualquier indicio de sentimiento que pudiera tener? Quizás tenía alguna especie de complejo masoquista; un muy humillante, deshonroso, mudo, ciego y estúpido complejo masoquista. ¡Y eso explicaba perfectamente su perseverante atracción hacia Naruto! Lo que si no explicaba era lo que estaba a punto de hacer:

—¿Cuál es el reto?

Naruto sonrío mientras tomaba la bolsa que había dejado en el suelo. —Es simple. Conseguí un juguete. Si lo soportas durante toda la cena ganas, si no gano yo.

Demasiado simple en realidad, no caería en eso

—¿Cuál es el truco?

—¡Ninguno, ninguno! —afirmó entusiasta como si la sola suposición de que estuviera escondiendo algo resultara descabellada —. Simplemente descubrí que eres bueno soportando las agresiones, lo cual es lógico. Así que intentaré ganarte con algo más… íntimo. —Metió la mano en la bolsa tratando de sacar el juguete de la caja sin que el moreno la viera, provocando que estrechara mas los ojos al no entender porque tanto secretismo. Cuando por fin lo saco no pudo evitar mirarlo con recelo.

—¿Un consolador anal? —era extraño el sentimiento de incomodidad cuando vio el juguete en la mano de Naruto. Trato de controlar el sonrojo, producto de la falta de costumbre ante esas cosas y afirmando internamente que no era lo mismo verlas en Internet a que tu acompañante tenga uno en la mano a medio metro de distancia y con toda la intención de metértelo. Se dio cuenta que salía un cable bastante grueso de la base del plug aunque no había nada en el extremo —¿Con vibrador?

—Algo así —dijo Naruto afirmando varias veces con la cabeza —. Si puedes aguantar toda la cena con esto metido en el culo: ganas. Fácil ¿eh?

—Deja de ser tan vulgar para hablar —señalo distraído haciendo que Naruto pusiera los ojos en blanco. No le prestó atención, tenía cosas más importantes que calibrar. El reto era demasiado fácil, incluso si tuviera un súper vibrador (¿eso existe?) seguía siendo algo que podía aguantar. El problema radicaba en tener que perder un reto tan fácil. Y no puedo evitar pensar que el rubio lo estaba haciendo al propósito (¡el tamaño del consolador era menor al del miembro de Naruto, por todos los cielos!), y eso significaba que sospechaba que del reto anterior y ahora en verdad quería saber si Sasuke había perdido por perder o porque realmente no podía ganar. No había olvidado el hecho de que se había rendido en el ultimo latigazo, y eso podría considerarse lo suficientemente sospechoso.

Analizando pros y contras termino por tender la mano pidiendo el objeto pero el otro se retajo levemente —¿Qué pasa?

—Si aceptas el reto seré yo quien te lo meta, Sasuke —aclaro como si estuviera diciendo lo más obvio del mundo.

—En tus sueños, dobe. Si quieres hacer esto seré yo quien lo haga. —No iba declinar en ello. La sola escena de Naruto introduciéndole cual objeto inanimado era lo suficientemente vergonzosa como para descartarla automáticamente.

—Dudo mucho que tengas lubricante, y no creo que quieras usar jabón, aceite o cualquier cosa que tengas en casa todo el tiempo que dure la cena.

Sasuke contuvo de hacer una mueca. No quería ponerse nada de eso dentro del cuerpo por tanto tiempo ¿Quién sabia que efectos secundarios tendría? Estaba seguro que si hurgaba entre las cosas de su hermano encontraría algo útil, pero eso era una violación a la privacidad que no tenía pensado ejecutar. Una cosa era ver las cosas que tenía a mano y otra era ponerse a revisar sus cajones. Por mucho que le costara no iba a hacerlo y tampoco se rendiría tan fácil.

—Saliva —dijo sabiendo que no sería de nada pero aun así tratando de escaquearse de la situación. La risa de Naruto le indico que no sería tan fácil.

—¿Saliva? Sabes que no sirve para este tipo de cosas, aunque —dijo acomodándose mejor en la butaca —si me dices que lo llenaras de saliva llevándotelo a la boca puede que considere darte el lubricante que traje después como recompensa.

Miro el conflicto interno reflejado en los ojos de su acompañante con tanta facilidad que dedujo que Sasuke se encontraba lo suficientemente atrapado como para mantener levantadas sus defensas y fingir indiferencia. El bastardo que tenía delante era un caso único: un hombre gay (bisexual, según el negado de Sasuke) de veintisiete años que nunca había hecho una mamada en su vida. No se la hizo nunca a él y dudaba que lo haya intentado con alguien más durante todo ese tiempo. Era demasiado orgulloso y siempre le había dejado en claro en sus encuentros que solo se limitarían al simple acto de follar sin previas ni juegos que los pospusieran o lo prolongaran. Así que encontraba muy entretenida y excitante la idea de ver a Sasuke chupando un consolador. El Uchiha se levanto con tanta rapidez que lo tomo desprevenido y dirigiéndole una mirada de hastío le indico que lo siguiera. Dándose cuenta de a qué resolución había llegado se levanto también sin olvidarse la bolsa.

Cuando llego al que supuso era el cuarto del moreno este ya estaba desabrochándose el cinturón de forma brusca.

—No dirás ni una palabra. Lo harás y ya. —Naruto asintió con gravedad tratando de contener la risa al ver como su compañero elegía su papel de "esto no tiene nada que ver conmigo" que tanto lo ayudaba a superar ese tipo de situaciones. Se quito el pantalón y el bóxer dejándolos sobre uno de los muebles de la habitación y se quedo un momento mirando la cama.

—Lo mejor será que te pongas en cuatro —señalo el rubio al adivinar que era lo que el moreno se estaba planteando —. Si te acuestas boca abajo será más difícil y no creo que puedas apoyar la espalda todavía.

Sasuke lo miro tomando ese último comentario como un desafío se acostó en la cama mordiéndose el labio cuando su propio peso presiono las heridas contra el colchón. Acomodo su cabeza sobre la almohada y dirigió la vista al techo abriendo las piernas con desdén y desinterés. Naruto también se mordió el labio inferior pero por razones. Reto o no consideraba lo que iba a hacer como algo completamente erótico y la indiferencia de Sasuke no lo haría cambiar de opinión.

Se acerco con sigilo a la cama ubicándose entremedio de las piernas del moreno y no puedo contenerse: puso ambas manos sobre sus rodillas y las separo un poco más.

—Si quieres que abra las piernas, pídelo.

—Abre las piernas, Sasuke.

Eso era peor. Con un bufido de disconformidad se acomodo mejor y Naruto pudo terminar de subir. No le gustaba estar en esa posición, parecía estar ofreciéndose. Lo escuchó maniobrar el lubricando y el juguete con expectación pero supo disimularla. No quería imaginarse cómo debía verse desde la perspectiva de Naruto pero por la expresion de su cara podía adivinar que no se veía nada mal. Volvió la vista al techo de nuevo.

Naruto observo el cuerpo falsamente relajado de Sasuke resignado a que sería prácticamente imposible convertir ese momento en algo más. Rozo su dedo húmedo sobre la entrada de Sasuke y sintió bajo la yema como se contraía ansioso y las primeras señales de excitación en su miembro.

—¿Te excita esto?

—No.

Naruto introdujo el dedo hasta la mitad —No es lo que parece.

Antes de que pudiera preverlo la mano que había estado utilizando fue retirada con un movimiento brusco arrastrándolo hacia arriba y las piernas de Sasuke se ciñeron a su alrededor con todas las intención de dejarlo atrapado.

—¿Qué… —pregunto sorprendido al verse frente al rostro del moreno.

—Deja eso —susurro —. No es que me excite, es esperable que reacciones así si me estas tocando. No es por ti. Y lo que vas a hacer hazlo en silencio o no lo hagas.

El contraataque fue más fuerte que lo que estaba esperando. Se había confiado que podría pararlo pero lo que no espero fue que la mano que él había sostenido se soltara y lo sujetara del pelo desestabilizándolo. Al segundo siguiente estaba de nuevo acostado en la cama con todo el peso de Naruto sobre el aun entre sus piernas. Intento cerrarlas con toda su fuerza tratando de infligir dolor suficiente para que lo soltara, pero el otro brazo de Naruto había quedado deliberadamente allí también impidiéndole su cometido agarrando su pierna y apartándolo hacia un lado. Iba a utilizar sus manos para quitárselo de encima o golpearlo cuando la mano tirando de su pelo y la fría mirada de Naruto corto todo movimiento.

—¿No es por mi? —su voz estaba contenida tras sus dientes. Apenas había abierto la boca para hablar —¿No es por mí? ¿Sería lo mismo si otro te tocara?

—No es lo que…

—¿No? ¿Estas seguro de eso? Porque lo único que escucho de ti es la forma en que menosprecias todo lo que hacemos juntos. Lo único que he oído desde hace años es lo poco que importa todo lo que yo hago. Estoy tan cansado —se acerco a su oído —… de ti.

Aplastante. Sentía como si Naruto se hubiera parado sobre su pecho. Lo había dicho de forma tan resignada y decepcionante, como si realmente lo creyera así. Tenía que hacer cualquier cosa para hacerle cambiar de opinión, para obligarlo así mismo de retractarse. Tenía que hacerle soltar el agarre de su cabello que, había aprendido, solo estaba presente cuando Naruto de verdad estaba enojado con él.

Uso las manos que había dejado en sus hombros para rodearlo lentamente relajándose lo que más podía bajo el peso de Naruto. Con un suspiro contenido también cedió el agarre alrededor de su cuerpo y separo las piernas.

—Disculpas aceptadas —susurro bajito el rubio con la voz más calmada. Casi por instinto Sasuke quiso negar que se estaba disculpando. Pero asumió que era mejor cerrar la boca por esa vez, todavía aliviado de que la mano que Naruto había dejado enredada en su pelo solo se limitaba a servirle de almohada.

Naruto por su parte se incorporo un poco buscando con la mano el juguete que había quedado sobre las sabanas, poniéndose levemente de costado para poder facilitarle el trabajo y no cargar a Sasuke con todo su peso. Estaba sumido en un dilema interno increíblemente complejo. No sabía si prefería mirar el rostro del Uchiha o ver como el juguete lo penetraba al ritmo que el decidiera. Podía hacer ambas cosas pero no era lo mismo. Sasuke fue quien los puso cara a cara así que tendría que atenerse a las consecuencia, a demás ya tendría tiempo para poder verlo de todos los modos posibles concluyo conforme. Busco sus ojos al mismo tiempo que colocaba el plug en su entrada.

—Relájate lo mas que puedas —aconsejo antes de empezar a meterlo.

¿Relajarse? Podría hacerlo si Naruto no lo estuviera mirando directamente a la cara sin perder detalle de sus expresiones. Pero quizás lo que más le incomodaba era el hecho de saber que mientras él sentía ese frio juguete introduciéndose dentro de su cuerpo Naruto nos sentía nada. Y eso le daba la lucidez suficiente para poder mirarlo de forma más estoica y analítica.

—Estas pensando demasiado —le susurro de forma cantarina mientras sonreía travieso ante la incomodidad del moreno. Una parte de él le decía que fuera más permisivo y escondiera el rostro en el pálido cuello, salvando a su compañero del escrutinio al que estaba siendo sometido. Pero la otra, mucho más fuerte y egoísta quería demostrarle a Sasuke lo expuesto que estaba frente a él. Lo expuesto que iba a estar frente a él de ahora en más.

Sasuke estaba conteniendo el aire por momento y lo soltaba tan lento que parecía no respirar y en cada secuencia se relajaba un poco más. Parecía una de sus tantas técnicas de meditación y antes de darse cuenta Naruto empezó a respirar al mismo ritmo. Hundía el plug con lentitud pero firme y contaste. La forma en que el cuerpo lo aceptaba sin oponerse lo iba calentando a una velocidad increíble y sin poder contenerse paso la lengua humedeciéndose los labios en un gesto inconsciente.

—Pervertido —susurro el moreno con la voz relajada, sorprendiéndose de lo cómodo que se sentía de esa manera si trataba de no pensar detalladamente lo que estaban haciendo y solo se concentraba en el cuerpo encima de él —. Quién sabe qué clase de depravaciones están pasando ahora por tu cabeza

—Me gustaría follarte —admitió el otro sin un atisbo de vergüenza. Notando que ya no tenía espacio suficiente para sujetar el plug lo soltó y empezó a empujarlo con los dedos —. Después de haberte metido este juguete. Empujarlo con mi polla hasta que lo sientas en tu estomago.

—Eso no se pu…

—Te sorprenderías —se adelanto —. Te sorprenderías de todo lo que se puede hacer. —La mirada de Sasuke se torno incomoda, como si realmente pensara que lo haría en ese momento. Naruto sonrió y le acaricio la nariz con los labios mientras notaba como el juguete ya se encontraba dentro en su totalidad, aun así lo empujó un poco más. Después de todo tendría que caminar con el así que mientras más dentro estuviera mejor para el moreno. —Pero no lo hare. No voy a follarte hoy. Después de lo de anoche no creo que sea buena idea generar… fricción —una risita interrumpió la explicación —tan rápido. Anoche fui muy duro.

—No te lo creas tanto —le corto el otro empezando a enojarse. Era cierto que sentía una molestia y que se haría bastante insoportable si Naruto se lo volvía a follar con el mismo ímpetu que la última vez, pero no era para que se lo echara en cara —. Si tan convencido estas de eso no te cuesta nada poner el culo tú también de vez en cuando.

Naruto rio ya sin poder contenerse. Saco los dedos que ya había hundido hasta la mitad y puso su mano al lado del rostro del moreno terminado de apoyar su cuerpo sobre el otro mirándolo directamente.

—Te daré lo que quieres —le susurro cerca de su rostro para luego inclinarse a su oído. Sasuke lo sentía respirar agitadamente mientras una pequeña embestida lo hizo jadear de sorpresa al sentir la áspera tela del vaquero rozar su piel desnuda. Y no dejo de notar la inquisitiva dureza que presiono sobre sus testículos y su muslo —. Pero tienes que ganártelo.

—No me trates como si ya fuera tu sumiso —logro articular. El peso de Naruto se hacía más insoportable cada segundo comenzando aplastarlo —. Si gano esta noche seguiremos siendo una pareja y a la vuelta de la cena tendrás que dejar que yo sea el activo.

Ahora el juego había cambiado completamente. Ya no pensaba en perder el reto. Lo ganaría a como de de lugar y tendría a Naruto jadeando en su cama esa noche. Como había dicho el Uzumaki en un comienzo: todo se resumía a un simple juego de poder.

—Prefieres usar el papel en blanco para follarme y no para sacarme de Konoha. Eso dice mucho de ti.

—No saques conclusiones apresuradas. Tú no dijiste que el papel en blanco tenía un límite de tiempo de espera para poder ser usado. Si gano el reto y no lo uso seguiremos siendo una pareja en igualdad ¿no? Te follare como corresponde y lo hare dos veces, así estaremos iguales. Recién después usaré el papel en blanco para sacarte de Konoha. Ni siquiera dormiras en mi cama esta noche. —Y así conservaría su orgullo y su perfil de hombre frio y astuto. Había vencido en el juego de Naruto. Y pudo verlo en sus ojos, podía ver los planes de Naruto replantearse y organizarse, pero lo desconcertó la sonrisa complacida que se dibujo después en el rostro moreno.

—No esperaba menos de mi orgulloso Rey —le dejo un rápido beso en la mejilla a un sorprendido Sasuke antes de levantarse completamente —. De todas formas no creo que ganes, pero me agradara verte intentarlo. Eso lo hará más divertido que la otra vez.

Sasuke, que en ese momento seguía acostado tratando de ponerse el pantalón con cuidado se quedo congelado un segundo antes de seguir como si nada. Por un momento el último comentario de Naruto le hizo creer que estaba al tanto que el reto anterior lo había perdido a propósito. Pero luego lo descarto. De saberlo seguro se habría burlado de él hasta el cansancio ¿no? Se termino de abrochar el pantalón y se incorporo notando como el cable que salía del plug había quedado colgando de la parte trasera. Le parecía completamente ridículo, era como tener una especia de cola muy bizarra. Se puso un saco largo y paso el cable por adentro metiendo el extremo en el bolsillo interior del saco pero era imposible que quedara dentro; la propia correa caía por peso propio y quedaba colgando de nuevo. Un suspiro hastiado alerto a Naruto que solo se había limitado a entretenerse viendo los intentos de Sasuke de ocultar el juguete.

—¿Tienes algún broche? De esos fuertes para sujetar muchos papeles.

Sasuke asintió entendiendo y se dirigió a su mesita de luz abriendo el primer cajón. Un cajón lleno de cosas, todas útiles, pero tan dispares entre ellas que mantenerlo ordenado era imposible. Revolvió un poco hasta que saco lo que estaba buscando. Uso el broche para sujetar el extremo del cable al borde del bolsillo interior.

—Ni se ve —aprobó Naruto.

Sasuke lo ignoro parándose frente al espejo para poder fijarse por su cuenta. Trato de medir su incomodidad y que tan natural podría caminar con ese jodido juguete incordiando a cada paso. Se dio cuenta que podía cerrar las piernas sin problemas, algo que había pensado sería imposible. Pero el solo podía imaginarse esas situaciones ya que nunca había vivido una. Sabia, por ejemplo, que esa clase de juguetes tenían un cierto tiempo límite para dejarlas dentro de alguien antes de que empiece a hacer algún daño. Pero nos sabía si era lo mismo en su caso, y siendo así ¿Naruto estaba al tanto de ello? No iba a preguntar y quedar como un ignorante. Lo que si sabía era que ese juguete era largo e inflexible y la sensación, a pesar de ser estimulante en parte, también era increíblemente incomoda.

—Andando —le ordeno a Naruto, aunque este le dio la impresión que se había dirigido más su reflejo que a él.

oOo

Miro alrededor una vez más. Ichikaru Ramen no había cambiado mucho de la última vez que había ido, así que se tomo la libertad de elegir su mesa preferida. Justo al lado de una ventana desde donde se podía ver la torre del Hokague. Se quedo un momento observando el ameno intercambio de palabras entre Naruto y la chica que servía las mesas, quien no había tardado más de dos segundos en reconocer al rubio. Este le dictó la orden de ambos y a penas la chica se retiro Naruto le dirigió una mirada divertida de quien se sabe observado.

—¿Demasiado plebeyo para su majestad?

—Eso es evidente —la falta de altivez con la que respondió agrando la sonrisa de Naruto —. Pero lo prefiero así. No me gusta ir a lugares donde la gente puede reconocerme.

—No eres una estrella de cine, Sasuke.

—Aunque no lo creas, la gente de cierto nivel le da una importancia considerable a las figuras políticas de su país. A diferencia de otras que no saben ni quiénes son los integrantes del consejo.

Touché. —Sasuke pareció conforme con esa repuesta así que volvió a ponerse en la tarea de recorrer el lugar con la mirada —Aun así, no sabía que te interesaba la política. Siempre dijiste que no seguirías los pasos de tu familia.

—Si. Y también decíamos que seriamos campeones de K-1 y viajaríamos por el mundo dominando dojos. Pero cuando terminas la secundaria tienes que decidirte por la realidad —Naruto asintió con gravedad. Él tampoco habría dicho que terminaría en Icha Icha. Lo que más le habría gustado hacer era tener su propio gimnasio y enseñarle técnicas de combate a los más jóvenes —. Tampoco fue fácil. Mi padre nunca estuvo conforme con mi desempeño, decía que no servía para el puesto y que mientras él fuera Hokague se aseguraría que nunca saliera de Departamento de Policía.

Se corto inmediatamente esas palabras salieron de su boca. La discusión que había tenido con su padre le había llegado nítidamente desde su memoria, y se dio cuenta que en su primer encuentro con Naruto le había dicho exactamente lo que su padre le había dijo a él. Naruto también debió haber notado cierta similitud porque abrió la boca para decir algo pero luego se cayó y siguió esperando que continuara la explicación. Sin saber porque se sentía tan aliviado al evadir esa acusación continuo con hablando.

—Cuando mi hermano asumió el cargo me pidió que fuera su mano derecha. Necesitaba rodearse de gente de confianza; lo que fuera para que no hubiera un segundo Orochimaru.

—¿Un segundo Orochimaru? —Naruto perfilo media sonrisa. Sasuke aun no debía saber que Orochimaru era su tutor. Nunca se lo había dicho, acostumbrado a que él tuviera que pasar desapercibido lo mejor posible mientras siguiera viviendo en Konoha.

—Ya sabes. Ser un mafioso. Que todos lo sepan y aun así salir impune de todos los cargos. El sistema judicial estaba corrupto hasta las entrañas en ese entonces. Testigos desparecidos, pruebas contaminadas, cambios constantes de versiones —se irguió un poco en su asiento en un ademan seguro —. Si yo hubiera estado a cargo en ese momento te aseguro que La Serpiente habría acabado en perpetua, como mínimo.

—No lo dudo —concedió Naruto con una sonrisa orgullosa.

—Sírvanse —la voz de Ayame cortó la conversación y le hicieron espacio para que pudiera dejar los tazones de ramen sobre la mesa —. Que lo disfruten.

—¡Seguro que sí! —aseguro Naruto contrastando terriblemente con el leve y modesto asentimiento de cabeza que había hecho el Uchiha. Cuando la chica se alejo lo suficiente se volvió a Sasuke y le tendió la mano.

Resignado y notando como el nerviosismo comenzaba a golpear en su pecho, saco el cable que había enganchado en el interior del saco y se lo paso por debajo de la mesa. Era lo suficientemente largo para que Naruto lo tuviera de su lado sin siquiera tirar. Respiro profundamente con disimulo auto convenciéndose que nada podría ser peor que Kyuubi y que no tenía que estar preocupado por nada realmente. Miro alrededor aunque ya no hacía falta. Ya había contado el número de personas y la forma en que estaban sentadas, y si no venia nadie más a la mesa que estaba a su lado todo podría pasar de ser percibido. Conforme con el lugar que había escogido tomo los palillos para empezar a comer tratando de demostrar con ese gesto lo poco que le importaba la situación. Naruto se había sacado algo del bolsillo y por lo que podía percibir de sus movimientos lo estaba colocando en el extremo del cable. Seguramente era el mando. El nudo se instalo en la boca del estomago quitándole el apetito pero aun así se llevo la comida a la boca.

—¿Sabias que el esfínter puede extenderse hasta diez centímetros?

—¡Por el amor a Dios! —grito bajo mientras bajaba los palillos nuevamente en el plato sin haber podido probar bocado y con sus nervios ya quebrados —¿Es necesario hablar de eso mientras comemos?

—Si, si. Es importante que lo sepas —aseguró el rubio cabeceando afirmativamente varias veces con esa sonrisa divertida y maliciosa que no presagiaba nada bueno —. Porque ese es precisamente el diámetro que alcanza ese pequeño consolador que tienes metido en el culo —le mostro el extremo del cable ahora con una pelota ovalada en la punta que Naruto tenía agarrada con su mano derecha. No había terminado de asimilar lo que había escuchado cuando Naruto cerró el puño apretando la pelota. Sasuke no sitio nada, miro a Naruto levantando una ceja y la sonrisa de Naruto se ensancho hasta mostrar sus colmillos. Sin dejar de mirarlo fijamente repitió el movimiento dos veces seguidas.

Y ahí lo sintió. Y fue lo más raro que había sentido en su vida. El juguete que tenia encajado en su interior y cuya existencia no podía olvidar se había expandido levemente empujando sus paredes internas con suavidad. Era erótico y sumamente extraño. Se removió incomodo en su asiento tratando de conectar toda la información recibida en los últimos segundos. Con su miembro ya ansioso despertando con rapidez.

—Es un consolador inflable —concluyo. Naruto asintió solemne —. Dijiste que era un vibrador.

—No. Tú preguntaste si era un vibrador y yo te respondí que algo así —noto el intento de réplica, después de todo Sasuke debía recordar el hecho de que había asentido con la cabeza cuando respondió, pero eso solo lo había hecho para confundirlo. Volvió a apretar la pequeña bomba de aire tensándolo en el lugar —¿Te gusta?

Sasuke se descoloco un segundo con la pregunta. ¿Te gusta?. Había fantaseado con responderla pero solo fue en un momento de calentura, en la realidad jamás afirmaría algo así. Y Naruto debió saberlo porque no espero respuesta para continuar hablando.

—Ahora puede gustarte Sasuke. Sentirse raro y todo lo demás pero jamás has hecho un fisting en tu vida. Imagínate Sasuke: diez centímetros —marco la medida con sus dedos índices —, y más teniendo en cuenta que alcanzar esa dilatación en tan solo cinco minutos. Cuando, la verdad, habría que hacerlo con mucha preparación y tiempo para no provocar daños.

Se había confiado. El imbécil no iba a poner las reglas y perder. Lo había estado estudiando y planeo el siguiente reto conforme a sus puntos débiles. Él podía soportar el placer, nunca perdería un reto por ello y podía soportar el dolor, como ya lo había demostrado. Pero no cualquier clase de dolor y era eso lo que Naruto se dio cuenta. Estaba acostumbrado a herirse, a golpearse; pero siempre era la piel y algún otro hueso el que pagaba las consecuencias. Conocía ese dolor, conocía los daños, sabia como contrarrestarlos. Estaba tan acostumbrado que no le parecían extraños ni ajenos. Sabía qué hacer con ellos. Pero esto era completamente diferente. Amenazaba con lastimar su interior, posiblemente de forma permanente . Podría dejarlo incontinente o algo peor. ¿Realmente Naruto era capaz de hacerle daño con tal de ganar un reto? ¿O solo lo estaba asustando para que se retracte? No podía enfrentarse a algo así. No, lo más probable es que Naruto solo estuviera jugando con él, tratando de que se echara atrás y se rindiera. No podía ser capaz de hacerle daño.

—Si dices la palabra calve en cualquier momento del reto lo desinflare y seguiremos comiendo. Pero perderás. En cambio, si no te rindes lo seguiré inflando. Cuando llegue a su límite perderé yo. Lo desinflare y seguiremos comiendo. Bueno, al menos yo seguiré comiendo, tú tendrás que ir al hospital de urgencia si no quieres que las paredes rotas de tu intestino se infecten.

—Maldito imbécil. Guárdate tu sarta de asquerosas amenazas. No serás capaz de hacerme desertar tan rápido. —La risa de Naruto cortó su diatriba y lo puso aun más colérico e incomodo.

—Ya veo, ya veo. Crees que no soy capaz ¿verdad? —entrecerró los ojos como un felino y se acerco más a su cara acortando las distancias. —No me conoces . ¿Acaso olvidaste como empezó todo esto? No creas que voy a tener alguna clase de misericordia con el hombre que amenaza mi empresa y mi trabajo. No vuelvas a olvidar porque estoy peleando —cuando consiguió ver la duda parpadear en los ojos negros volvió a su lugar —. Planeo romperte el culo, Uchiha. Y esta vez hablo literalmente —concluyo viendo como Sasuke estrechaba los ojos peligrosamente.

—Te odio —el resentimiento de su voz le indico al rubio que ya se había dado cuenta de la situación en la que ese encontraba, que no le quedaría otra que rendirse. Incluso si pretendía estirar la situación, solo lograría hacerse daño innecesariamente. Era imposible que llegara al final del reto.

—Si, si —afirmó condescendiente —. Y yo te amo. Pero no se trata de eso ¿verdad? Ríndete antes de perder esa deliciosa estreches a la que ya me he hecho adicto.

—Me rindo —lo dijo de la forma más condescendiente y desganada que pudo. Tratándole de quitarle toda la importancia que pudiera tener a lo que acaba de pasar. Se había rendido tan rápido y fácil esta vez que solo podía pensar que, o ya no le importaba perder ante él, o que mientras más tiempo pasaban juntos más certeros eran las jugadas de Naruto. Asumió por descarte que debía ser lo segundo y el peligro que ello significaba lo puso sobre aviso un momento hasta que la sensación del juguete expandiéndose en su interior le cortó. Miro a Naruto enfadado.

—¿Qué mierda se supone que estás haciendo? Dije que me rendía.

—Me rindo no es la palabra clave, Sasuke. Es te deseo —Sasuke abrió los ojos aunque no sabía si se sentía sorprendido u ofendido —. Tienes que decir te deseo o no parare.

¡Desgraciado! No se conformaba con ganarle, tenía que humillarlo. Cuando acabara el reto le haría la vida imposible. No. Tenía que cumplir con los días de pareja todavía. Pero cuando esos días se acabaran a Naruto no le alcanzaría el tiempo para irse de Konoha porque iba a matarlo. Se suponía que este reto era para ponerlo de su lado y convencerlo de permitirle abrir su club, no para ganarse su odio. ¿Pensaba que él le dejaría seguir con su gerencia en Konoha después de lo que le estaba haciendo? La venganza se servía en frio. Y él tenía pensado cobrárselo bien cuando todo eso acabara. Conforme con esa conclusión que ponía a buen resguardo su orgullo accedió.

—Te deseo —y, a pesar de decirlo con todo el desdén e impersonalidad que fue capaz, un pequeño e inoportuno sonrojo apareció en sus mejillas. A Naruto le brillaron los ojos.

—No te escuche ¿perdón? —apretó la bomba de aire una vez más.

—Ya lo dije, imbécil. ¿Es que acaso estas sordo? —dijo lo más rápido que pudo ahora sentía el juguete un poco más. Al parecer había llegado al punto al que estaba acostumbrado y la presión había pasado de ser soportable y erótica a decididamente incomoda.

—Pero yo no te escuche, Sasuke —aclaro Naruto con los ojos azules bien abiertos y negando levemente con la cabeza con todo el desentendimiento que fue capaz. Sasuke lo miro como si fuera a saltarle al cuello y al mismo tiempo sospechando lo que Naruto pretendía.

—Te deseo —repitió un poco mas fuerte dando una vistazo rápido alrededor tratando de confirmar que nadie lo había escuchado. El juguete se ensancho un poco mas y otro poco. Y ahora era incomodo y doloroso. Se removió nervioso en la silla y abrió disimuladamente las piernas tratando de contrarrestar la sensación, tratando de relajarse. Lo que fuera para darle más espacio.

—¿Qué? —preguntó llevándose una mano a la oreja y poniéndose de lado —¿dijiste algo?

—¿Qué crees que estas haciendo? No voy a seguirte el juego. Ya dije la palabra, esto se acabo —hizo el ademan de levantarse pero apenas había logrado incorporarse cuando volvió a caer en el asiento. La sensación del juguete (ahora lo suficientemente grande) lo había tomado de imprevisto cuando hizo el movimiento. Respiro profundo para intentarlo, esta vez con más firmeza, cuando la voz de Naruto le llamo la atención desafiante.

—¡Oh! ¿Vas a dejar un reto a la mitad? Eso es de poca hombría, Sasuke. Siéntate y asume la responsabilidad de cumplir con las reglas que tú mismo aceptaste —lo dijo con la mayor inocencia posible tratado con eso, no solo de evitar que Sasuke se fuera, sino también de que no intentara golpearlo. Y que decirlo, se lo estaba pasando a lo grande. Y sabía que había dado en la diana cuando Sasuke lo miro retador.

—Te deseo —dijo esta vez más fuerte. La persona que estaba sentada en la mesa de enfrente se dio la vuelta extrañado y después volvió su posición inicial. Sasuke se abstuvo de volver a mirar alrededor sabiendo que había empezado a llamar la atención. El juguete volvió a expandirse en su interior —¡Dios! —exclamo ya esta vez sin poder contenerse.

Casi no podía estar sentado así que se reclino en el respaldo mordiendo el labio cuando tuvo apoyar su espalda. El dolor y la piel caliente que sentía constantemente desde que había pasado el efecto del calmante empeoro distrayéndolo un poco del dolor en su esfínter, pero no lo suficiente. Presiono mas la espalda contra la madera tratando de usar ese dolor soportable para distraerse del otro, pero no lo consiguió. La sensación del juguete era tan incómoda que incluso si hubiera comenzado a golpearse la cara contra la mesa había seguido presente. El dolor acrecentaba, la razón disminuía.

—Vamos, Sasuke. Es sencillo. Solo tienes que decir: te deseo —sello sus palabras cerrando el puño una vez más.

¡Mierda! Sasuke lo pateo debajo de la mesa en un gesto inconsciente, no podía dejar las piernas quietas y se afirmo al borde de la mesa hasta dejar los nudillos en blanco. Te odio, te odio, te odio.

—Dilo —apretó la bomba una vez más. —¡Dilo!

—¡Te deseo, maldición! —el grito fue acompañado con el sonido de sus puños chocando contra la mesa haciendo saltar levemente los tazones de ramen. Estaba tan colorado que sentía las mejillas arder como si estuviera bajo el sol de mediodía. Podía notar el murmullo del lugar y el sonido de la tela o las sillas. Probablemente la gente se estaría girando para ver quien había sido el imbécil de libido descontrolada que había gritado así, pero él no podía verlos. Al parecer había apoyador los antebrazos en la mesa y había escondido la cara en ellos.

—Bueno, tampoco era para que me lo gritaras así —concluyó el rubio soltando la pelota de goma y tomando los palillos para comer el ramen. Se había enfriado un poco así que empezó a tomar los fideos del medio que aún conservaban algo de calor.

—Es para matarte —el comentario le llego ahogado de entre los brazos de Sasuke. Naruto miro alrededor comprobando que ya cada uno había vuelto a sus cosas y que no habían llamado la atención de algún encargado.

—Ya puedes abandonar ese complejo de avestruz, teme. Nadie está mirando.

Sasuke levanto la cabeza sonrojado y levemente despeinado. Naruto sonrió. Parecía recién follado, que lindo que era.

—Quita esa expresión estúpida de tu cara, haces que se me revuelva el estomago —se incorporo en su silla percatándose que casi no sentía el juguete. Debía haber vuelto a su tamaño original pero después de haber pasado por lo anterior lo sentía muchísimo menos que al principio.

—No puedo. Me he ganado un sumiso. —Sasuke solo chisto y miro por la ventana con esa expresión que demostraba que estaba enojado con el mundo en general pero también se veía candado y algo preocupado. Naruto suspiro —. Oye, ser sumiso no tiene nada de malo. No tiene nada que ver con la hombría y esas cosas. Hay muchas personas poderosas actúan como si se comieran el mundo y luego en la cama prefieren hacer algo diferente.

—Si, lo que sea.

—Orochimaru es uno. —Sasuke volvió su mirada y Naruto agradeció a ver leído bien esa expresión de derrota. Era como tratar de convencer a un ex heterosexual que no iba a ser menos hombre por ser pasivo.

—Mientes.

—¡Es verdad! ¿No le viste el collar que lleva en el cuello?

Sasuke trato de hacer memoria. Si, lo tenía. Pero lo tenía desde siempre y con esas ropas tradicionales que solía usar no podía asegurar que solo fueran parte de su vestimenta.

—¿Y de quien se supone que es sumiso? —pregunto algo incrédulo pero también curioso. Naruto lo miro como si fuera lo más obvio del mundo.

—De Jiraiya por supuesto —Sasuke abrió los ojos sorprendido —. Vamos, llevan juntos veinticinco años.

—Pero Jiraiya lleva siendo tu tutor por más tiempo ¿no? —ahora si estaba intrigado. Naruto era una persona trasparente. Casi no tenia secretos; siempre se sabía que quería, que deseaba, que le gustaba y que no. Él había aceptado descubrir cosas de Naruto de esos últimos diez años que estuvieron separados, pero esto era algo que formaba parte de la vida de Naruto desde antes de que se conocieran.

—Sip. Me criaron entre los dos.

Bueno, criar era una forma de decir. Orochimaru había sido para él un mueble más en la casa durante años. Hasta que Naruto, curioso por esa persona con la cual convivia, empezó a hablarle y preguntarle cosas pero fue igual que nada. Si no hubiera sido porque lo escucho intercambiar unas palabras (siempre pocas en su presencia) con Jiraiya habría creído que era sordomudo. Al final había adoptado la costumbre, cuando llegaba a su casa y antes de que su papa llegara del trabajo, de contarle a Orochimaru cualquier cosa que pasara por su mente. Lo que había hecho en la escuela, en el dojo, lo que quería ser cuando fuera grande, los tipos de ramen que le gustaban y porque. Meses desde que esa rutina había empezado pasaron hasta que pudo escuchar la voz de Orochimaru, por primera vez, dirigida a su persona: por lo que más quieras, cierra la boca y respira un poco.

—En realidad no es como si me hubiera tenido muy en cuenta. Habrá sido cuando tenía ocho años o algo así: estaba teniendo muchos problemas en la escuela con otros chicos y una vez volví a casa sucio y lastimado. Orochimaru estaba tan enojado que él mismo me baño, me curo y me empezó a decir como tenía que empezar a comportarme si no quería que me pasaran por encima —revolvió un poco el ramen con los palillos, tratando de comer en pequeñas cantidades para no tener que interrumpir el relato —. Jiraiya me crio bien, me enseño de todo y siempre me quiso muchísimo. Pero fue Orochimaru quien me enseño realmente a defenderme, a que no sirve de nada dejarse pegar y que hay que devolver los golpes lo más fuerte que se pueda. Un enemigo que no se levanta es un enemigo menos. Metafóricamente hablando.

Sasuke asintió con la cabeza comprendiendo por fin de donde salía esa lengua bífida que Naruto sacaba a relucir de vez en cuando y que desentonaba completamente con el resto de su personalidad.

—Pero no sé cómo se dieron las cosas entre ellos dos. Me dijeron que esa historia era personal y que solo ellos la conocerían —Naruto se encogió los hombros y Sasuke supo que no le agradaba mucho la idea de que no haya podido sonsacarle a ambos esa información —. Solo sé que se conocían de jóvenes. Jiraiya se había ido, pero volvió a Konoha cuando se entero de la muerte de mis padres y decidió hacerse cargo de mí quedándose aquí y adoptándome. Debió haberse encontrado con Orochimaru en ese momento. Sea lo que sea, tiempo después él dejo la mafia y se fueron a vivir juntos. No digo que se haya convertido en una buena persona, nada más lejano que eso. Pero entre su cargo de Otokague y la vicepresidencia de Icha Icha Paradise puede canalizar perfectamente sus ansias de poder y de control.

—Así que dices que Orochimaru lleva ese tipo de relación con Jiraiya desde hace más de dos décadas. Eso es mucho. No me la imagino a la serpiente de esa forma.

—Si, puede ser. A simple vista parece que fue Jiraiya quien influyo a Orochimaru haciéndole dejar la mafia y todo. Pero si te das cuenta, antes de esa relación Icha Icha Paradise solo era una editorial de relatos eróticos. Fue la visión y la inteligencia de Orochimaru la que convirtieron esa pequeña editorial en lo que es ahora. Así que se podría decir que ambos se influenciaron mutuamente, como pasa en la mayoría de las parejas. —Sasuke abrió la boca para seguir el tema pero se acordó de otra cosa más importante.

—¿Y yo tengo que llevar un collar también? ¿Es una regla o algo así?

—No es una regla, pero a mí me gusta. Así que si, tendrás que llevar collar. ¿Por qué?

—Dices que aquí hay gente que practica esas cosas, si alguien ve el colar y se da cuenta de que trata y se lo dice a mi padre... No puedo salir a la calle con eso.

Naruto pareció entender el punto así que reculo. —Está bien. Entiendo, pero una marca mía tendrás que llevar, aunque sea en un lugar que no se vea como un piercing o algo. Solo voy a tenerte dos días así que pienso aprovecharlo.

—¿Un piercing? Eso me dejara una cicatriz cuando me lo saque. No vale la pena por dos días.

—Lo hare en un lugar que no deje cicatriz —vio que Sasuke iba a replicar así que tomo la palabra —. Teme, perdiste el reto. Si decline lo del collar es porque entiendo el punto pero no voy a ceder más. Gane ¿entiendes?

Sasuke se trago su contestación y volvió a dirigir la vista hacia la ventana. Obviamente lo entendía pero no lo aceptaba. Naruto se resigno y se levanto sabiendo que esa noche y con esos ánimos no le sacaría nada más. Sasuke necesitaba algo de tiempo para aceptar la derrota y lo que eso conllevaba. Mañana seria otro día.

—Me voy —concluyó y antes de levantarse le paso el cable por debajo de la mesa. Cuando Sasuke lo agarro se sorprendió de que estuviera la bomba de aire todavía puesta, miro a Naruto con suspicacia y este solo sonrió —. Es para que te diviertas al llegar a casa—aclaro guiñándole un ojo.

Se incorporo con rapidez y se acerco a Sasuke que al parecer estaba demasiado cansado como para insultarlo.

—Y otra cosa —apoyo su mano en la mesa y se inclino para quedar más cerca —: eres un completo imbécil si de verdad creíste que te haría daño. De haber seguido con el reto me habría detenido en la misma instancia en la que me detuve ahora —concluyo dando media vuelta para irse dejando al moreno sin palabras.

Increíble pensó Sasuke con pasividad mientras guardaba la bomba de aire en el bolsillo interior del saco. Si hubiera hecho caso a su primer impulso habría ganado sin problemas. Miro su tazón de ramen si tocar, agradecido a que Naruto le haya dejado espacio en vez de reclamarle esa misma noche. Y si bien se encontraba cansado y adolorido su mente no podía apagarse y siguió recapitulando todo lo que había pasado en la cena. Pero se detuvo en un momento en particular. Lo que Naruto le dijo se repitió en su mente una y otra vez como un mantra ¿Cómo había sido capaz de pronunciar semejante cosa? Habia dicho: Yo te amo. Yo te amo.

—Idiota —susurro ya resignado mientras de restregaba los ojos agotado y enojado consigo mismo por verse tan afectado —. Esas cosas nunca hay que decirlas en broma.

 

Notas finales:

 

Y eso fue todo! ¿valió la pena la espera? Espero que si y que mi tardanza no les quite el ánimo de dejarme algún review XP

Espero que más o menos haya quedado claro porque para Sasuke es TAN complicado el solo hecho de estar “bien” con Naruto. 

Y nada, el siguiente capi recién en febrero ¿Por qué? Es que no tengo compu propia y mis horarios de verano me impiden ir al cyber T^T. Pero como spoiler les cuento que para todos aquellos que quieren averiguar EXACTAMENTE lo que paso entre Naruto y Sasuke , sus dudas se verán resueltas en el siguiente capítulo.

Sobre el juguete hay algo que quiero aclarar: todos (o al menos la gran mayoría) de los consoladores anales tienen base (para no perderse). Los plug inflables también, pero a este se lo saque porque caminar con un plug con base es prácticamente imposible XP ¡Ah! Y se inflan mucho mas rápido de lo que uno puede llegar a creer en un primer momento, no es que Sasu sea sensible XP ¡Y! No sé de ninguno que se infle hasta diez centímetros, a lo sumo seis o siete.

Pero bueno, si Icha Icha puede comercializar las películas porno como si fueran una temporada de House;  también pude retocar los juguetes ;3

 


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