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With a song... I give you my soul forever por Luna Kaze no Kizu

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Notas del capitulo:

Jejejejeje. Bueno, que les puedo decir. etto... se me fueron los papeles cuando escribi este capi. y cuando lo relei me iba a morir de la risa. (solo una parte no todo el capi) con este capi sabran algo mas sobre el pasado de Hao. 

PERO NO TODO....

Si m quieren dar de batazos, lo dicen.

Una muy molesta pelinegra estaba de brazos cruzados en la ventana de su torre, a su lado estaba su hermano, que sonreía burlonamente y luego comenzó a reírse como una maldita hiena.
_ Si no vas a ayudar Brad, vete a joder a otra parte- le dijo mientras lo sacaba de la habitación.
Haría cualquier cosa, porque todo saliera bien.
Su hermano salió del cuarto, mientras seguía riéndose como un maniaco, y ella seguía queriendo darle una golpiza.
No importaba cuando costara, mataría a ese maldito hibrido, que había sido en parte responsable de su desgracia…

Hem estaba ansioso por regresar a la plantación de los Eldewayne. Necesitaba decirle a Hao lo que había averiguado sobre ese chico, sobre Lyzerg Diethel.
Fue a ver si el humano ya había conseguido el encargo de Vlad, solo había entregado una carta al humano. No tenia ni idea de cual podía ser la cosa que Vlad pidió. Solo sabía que tenía que llevarla a la casa de Vlad.
Fue cuando llego, que el humano halo de él para hacerlo pasar, Hem iba a darle un buen puñetazo, pero no lo hizo, el humano le dio un baúl y le dijo.
_ Si lo atrapan ya es su problema. Quiero mi paga.
Hem saco el dinero y se lo entrego, no iba a abrir aquel baúl, pero la curiosidad lo estaba carcomiendo.
_ Ni se te ocurra.- dijo su maestro.- Ven a la casa ahora mismo.

Hao estaba contemplando a Lyzerg dormir. No sabia que pasaría cuando se despertara. Por un momento estuvo tentado de borrarle la memoria, borrársela por completo.
Tal vez de esa manera postergaba el asunto. Era una acción cobarde, pero tal vez le convenía.
Hao se acerco a Lyzerg y poso las manos sobre su cabeza, borrándolo todo, removiendo sus recuerdos. Reprimiéndolos en lo más profundo de su mente.
En ese momento Hao sintió un llamado en la distancia.
_ Necesito que vengas, inmediatamente.
Hao se concentro en un pergamino, plasmando las palabras en el.
Lyzerg, he tenido que salir urgentemente de la casa, a atender asuntos importantes. Tu recuperación ha sido buena, si lo deseas puedes regresar a casa.
Cuando regrese de mis asuntos, me gustaría regresaras a la casa, y tocaras para mi nuevamente, quizá para entonces, conozcas a mi mas cercano amigo Hem.
Hao Asakura.
Solo le dejo los recuerdos de su enfermedad, pero no los recuerdos de ese día. Lyzerg despertaría y creería que había despertado por primera vez en el día.

Hao llego ante Vlad, sintiéndose incomodo. Y sumamente molesto, aun no olvidaba los hechos de hacia 500 años, aquel hombre había sido el responsable de la destrucción de su primer hogar. Y de su familia.
_ Es un placer que nos honres con tu presencia.- dijo Vlad, Hao vio a Hem aparecer junto a ellos, con un gran baúl alargado.
_ Ábrelo ahora.- dijo Vlad.
Allí había unas dos espadas, Hao y Hem se percataron de que aquellas espadas, emanaban energía demoniaca. Encerrada mediante un encantamiento.
_ Estas espadas con capaces de herir a los vampiros tanto o mas que el agua bendita y los crucifijos- explico Vlad- Y matarían a los humanos y los híbridos si ellos llegasen a tocar al menos la funda.
Hao miro aquellas espadas con renovado respeto y algo de temor.
_ ¿Para que las querríamos?- pregunto Hao.
_ Siempre tan directo, eso me encanto de ti, una de las muchas razones por las cuales te convertí- dijo Vlad.
Hao sintió rabia hacia el muy maldito bastardo, que lo invadió de inmediato.
Para eso y para violarme- pensó Hao. Resentido.
No quería recordar eso, nunca más.
_ Estas espadas son para que puedan defenderse- dijo Vlad- Porque les encargare unas misiones mientras estén allí, quiero que se mantengan atentos a mi llamado, y espero que no hayan comenzado a alimentarse de humanos de la plantación, aun no están seguros. Deben permanecer allí hasta que la inquisición deje de armar tanto alboroto. Asumo Hao que prefieres estar en la plantación que regresar a la casa.
Asumes bien, jamás en mi sano juicio compartiría tu techo- pensó Hao.
Hem miro a Hao, esperaba al menos que se controlara. Que permaneciera tranquilo hasta que Vlad los liberara.
_ Ya pueden irse- dijo Vlad.- No olviden las espadas. Deberán cuidarlas, no son un regalo, son un préstamo, eventualmente me demostraran si las merecen o no.
Hao y Hem se desvanecieron en la oscuridad, llevando las espadas.
Cuando llegaron a la plantación, Hao salió corriendo a su habitación, dejo en ella la espada escondida, necesitaba salir a caminar, necesitaba estar a solas… cuando iba a salir, Hem se le atravesó en la escalera.
_ ¿Podrías decirme porque te alteras tanto cada vez que tienes que ver a Vlad?- pregunto Hem.
Por las nauseas que me dan al estar frente al bastardo que me maldijo eternamente, que destruyo mi hogar, mato a mi familia, y no conforme me violo ¿Es suficiente para ti?- pensó Hao.
_ El tío es un bastardo- dijo Hao. Intentando pasar junto a Hem.
_ Vamos Hao, no me eludas, se que el tema va mucho mas en serio, en tu mirada se nota el intenso deseo que sientes de matar a Vlad cada vez que estas ante el, Vlad mismo lo nota pero solo parece divertirse- dijo Hem.
_ No quiero hablar de ello Hem- dijo Hao.
_ Pero…- dijo Hem
Los ojos de Hao enrojecieron y se vio rodeado de llamas.
_ ¡No quiero hablar sobre eso! ¡NO QUIERO!- le dijo Hao, completamente fuera de si.
_ Entiendo- dijo Hem apartándose de su camino.
Sabía que cuando Hao estaba así de alterado, necesitaba tiempo a solas.

Lyzerg había regresado a su cabaña, le intrigaba el que Hao hubiera salido a toda prisa de la plantación y esperaba que las cosas estuvieran bien.
Fue cuando vio a una figura pasar corriendo a toda velocidad ante su cabaña, corría tan veloz que casi no podía distinguirlo… pero ese cabello castaño y tan largo. Tenia que ser Hao.
Lyzerg permaneció en su casa y lo miro por la ventana. Luego salió, cuando lo vio sentarse detrás de un árbol, lo veía sentado, su cabello largo le cubría la espalda, y Lyzerg no podía verle el rostro.
_ ¿Hao?- lo llamo.
Hao no levanto la mirada, no se movió, aquella actitud era tan rara en él.
Lyzerg se sentó junto a Hao, se percato de los leves estremecimientos de su cuerpo… como si.
_ ¿Acaso lloras, Hao?- pregunto Lyzerg. Abrazándolo.
Hao no contesto la pregunta. No dejo que Lyzerg le viera el rostro, pero cuando recargo el rostro en su hombro, Lyzerg sintió las lagrimas recorrer su piel, eran tan frías. La respiración de Hao era lenta. No emitía un mínimo sonido.
Lyzerg se levanto, levantando a Hao con el. Y lo guio hasta su cabaña.
Se sentaron ante el piano en la habitación donde Hao guardaba los instrumentos.
_ No te preguntare que es lo que te pasa- dijo Lyzerg- En lugar de ello, tocare para ti.
Lyzerg comenzó a tocar el piano. Aquella canción que desde que era niño no dejaba de resonar en su cabeza.
Hao permaneció en el sitio donde Lyzerg lo sentó, en aquella habitación llena de instrumentos y Lyzerg comenzó a tocar el piano, la canción era tan hermosa, la melodía transmitía tristeza y a la vez que transmitía tristeza, transmitía esperanza, la esperanza que nunca se pierde. La esperanza que hacia tanto, él había perdido.
Lyzerg transformaba la tristeza en una canción, mientras se preguntaba que había sido aquello que hacia llorar a Hao. Cuando lo vio por primera vez, Lyzerg vio fortaleza. Hao irradiaba fortaleza. Pero ahora, percibía una tristeza arraigada en su alma, sin ninguna esperanza y únicamente desolación. Era tan profundo que sintió un vacio en su pecho.
(Canción cuya letra les muestro a continuación)
Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo.
Había un deseo que nunca se pudo ver. Una historia existió, en un gran océano.
La leyenda de mil mares.
Pide un deseo, una nueva ilusión,
Escríbelo en un papel.
Dentro de un frasco avienta sin temor, el océano te lo hará realidad.
Que la fe que hay en ti tu frasco pueda llevar.
Y el deseo que contiene pueda en el brotar.
En silencio se desvanecerá, hacia las olas del mar.
Deseo en la vida otra oportunidad.
Mi anhelo lo entregare al mar.
Que la fe que hay en ti, tu frasco pueda llevar.
Manteniendo el deseo que sea realidad.
Con mis lagrimas yo le ruego… hacia las olas del mar.
Que la fe que hay en ti, tu frasco pueda llevar
Manteniendo el deseo que sea realidad.
En silencio se desvanecerá, hacia las olas del mar
Que la fe que hay en ti
Tu frasco pueda llevar
Llevándose consigo mi tristeza y alma
Si pudiera lograr volver a nacer…
Lyzerg se preguntaba que había sido tan malo para hacer llorar a alguien como Hao.
Cuando vio en la dirección donde el estaba sentado, se había quedado dormido, y Lyzerg decidió dejarlo allí, porque no quería despertarlo, fue por una frazada, y lo cubrió, cerrando la ventana y corriendo las cortinas, por alguna razón le pareció que Hao no toleraría la luz del sol.
Lyzerg pensó en quedarse a hacerle compañía, se sentía agradable estar junto a Hao, pero pensó que quizá a Hao le haría bien estar solo por un rato.
Lyzerg salió de la sala, cerrando la puerta con suavidad. Se fue a su habitación y se acostó en la cama. Cerrando los ojos. Le tomo al menos dos horas, hasta que al fin pudo dormirse.

Hem comenzaba a angustiarse cuando eran las tres de la mañana y Hao aun no mostraba señales de regresar. Fue cuando salió a buscarlo. Hao había salido corriendo, llego hasta un árbol, y luego vio la cabaña que estaba ante el árbol. Además de que capto la esencia de alguien más.
_ El músico- dijo.
Hem se hizo humo, pasando por debajo de la puerta, la cabaña era humilde.
En una habitación estaba durmiendo el músico, Hem se pregunto donde podía encontrar a Hao. Y llego hasta la otra habitación, allí había muchísimos instrumentos de música, y un sofá, en ese sofá, estaba Hao.
Hem se lo quedo mirando. ¿Acaso dormía?
No podía creérselo.
Simplemente porque los vampiros no duermen, no lo necesitan. Al menos no tanto como los humanos. Podían dormir una vez, cada cinco años.
Y estar perfectamente bien.
Hem iba a levantarlo, pero se lo pensó mejor, y decidió dejarlo allí.
Saliendo de la casa. Ya hablarían mañana. Aun recordaba lo alterado que había estado Hao al salir de la casa. Hem quería saber, moría por saber, pero era mejor no preguntar nada.
No si Hao tenía esas reacciones, era obvio que recordar aquello le dolía.
Y Hem no iba a preguntarle si Hao deseaba olvidarlo.
Con un parpadeo, regreso a la casa, había muchas cosas que necesitaba sacar de su cabeza, entre ellas el asunto de Lyzerg Diethel.
Ese chico era malditamente conocido por todos los vampiros, lo habían estado buscando desde su desaparición, Marco Diethel había ofrecido cualquier cosa a quien le llevase a su hijo. Dinero, influencia. Lo que fuera, siempre y cuando le llevaran a Lyzerg. Y muchísimos vampiros andaban detrás de esa recompensa, buscando a Lyzerg. Pero ninguno había podido dar con él. Y gracias a la barrera que rodeaba la plantación, jamás podrían hacerlo.
Pero no quería arriesgarse a que el y Hao se vieran envueltos en aquella casa de recompensas, si algún día aquella barrera fallaba, Hem no era capaz de imaginar que iban a hacer los posibles caza recompensas que estaban intentando llevar a Lyzerg con su padre. Pensarían que él y Hao también tenían esas intenciones y los involucrarían ya sea que ellos dieran una respuesta a los ataques o permanecieran pasivos.

Hao despertó, estaba confuso. ¿Se había quedado dormido?
Aquella habitación no le resultaba conocida, alguien lo había cubierto con una frazada. Aquella habitación estaba llena de instrumentos musicales de todo tipo, todos ellos muy bien cuidados. Y por la ventana, Hao pudo ver la casa donde el y Hem estaban viviendo.
Entonces este sitio debía ser… la cabaña de Lyzerg.
Fue entonces cuando la puerta de la habitación se abrió.
_ Ah, ya estas despierto- le dijo Lyzerg con una sonrisa.
_ Si- dijo Hao mientras se levantaba de la cama.
_ ¿Dormiste bien?- le pregunto.
_ Si supongo que si- respondió Hao.
_ Me alegro, pensé que quizá estarías incomodo, pero no quise cambiarte de lugar porque podría despertarte- dijo Lyzerg.
_ No importa- dijo Hao.
Mirando la casa.
_ ¿Necesitas algo?- pregunto Lyzerg.
_ No- dijo Hao, con una sonrisa. Hem debía de estar muy cabreado con él.- Creo que debería regresar, Hem debe estar preocupado por mi.
_ De acuerdo- dijo Lyzerg.
Hao camino hasta la puerta.
_ Gracias- le dijo a Lyzerg.
_ No hay de que- dice Lyzerg mirando a Hao.
Lo acompaña hasta la puerta, y cuando Hao sale, Lyzerg la cierra.
Por alguna razón desconocida, cuando Hao se fue, Lyzerg sintió un fuerte deseo de seguirlo, de acompañarlo aunque no se dijeran nada, no quería permanecer solo en su cabaña, que había sido su hogar durante tanto tiempo. Y eso era extraño para el.
Sintió dolor de cabeza, y malhumorado, se dirigió a tomarse un vaso con agua en la cocina.
Lo que mas odiaba en el mundo eran los dolores de cabeza. Y en su caso, tenían una frecuencia demasiado desagradable, pero en este tiempo se estaban multiplicando a tal punto que estaba pensando en ver al doctor para que le examinara. Aquellos dolores de cabeza debían de tener alguna causa.

Hao llego a la casa, y enseguida le abrieron la puerta principal, Hem estaba sentado en la mesa principal, bebiendo sangre de una copa.
_ Me alegro que hayas decidido regresar- le dice Hem.
_ ¿Estas cabreado conmigo?- inquiere Hao al sentarse.
_ No, sabia perfectamente donde estabas- dijo Hem.
Hao lo miro, arqueando la ceja.
_ Salí a buscarte a eso de las tres de la mañana. Dormías como un bebe. Por un momento parecías humano, que tierno- dijo Hem.
_ No me hagas cabrear tan temprano imbécil- le dice Hao.
_ Vaya, vaya, y yo que pensé que dormir un poco te pondría de mejor humor, realmente cada vez que ves a Vlad te pones insoportable.- dijo Hem.
Y se percato de la mirada de profunda rabia y desprecio que adornaba el rostro de Hao.
_ ¡¿TENIAS QUE NOMBRARME A ESE BASTARDO TAN TEMPRANO?!- le rugió Hao, toda la casa escucho esa exclamación furiosa.
En su cabaña. Lyzerg levanto la cabeza, le dio la impresión de escuchar a Hao gritar completamente fuera de si.
Hem miraba a Hao con los ojos abiertos de par en par.
_ Ya, ya perdona- dijo Hem- No es para tanto.
_ Y un demonio que no lo es- masculla Hao.
Mientras se levanta de la mesa y se va.
Llevándose una botella de ron. Que no esta repleta de sangre, esta vez es ron de verdad.
Hem lo mira, ¿tan temprano va a comenzar a beber? Ahora si que lo hice cabrearse- pensó.
Hao abrió la puerta de su habitación, cerrándola de un portazo después.
Se echo en la cama y no tuvo problema para hacer que el tapón saliera de la botella.
Comenzó a beber su contenido. Sin preocuparse siquiera de tener una maldita copa.
Se necesitaba más que una botella de ron para emborracharlo.
Pero que más le daba.
Cuando se le termino la botella, miro la maldita cosa con molestia. Abriendo la ventana, la tira sin importarle a donde demonios.
Y escucha como se vuelve mil pedacitos.
Luego hace que otra botella aparezca en su mano. Completamente llena.
Y se la bebe también de una sola sentada.

Hem escucha el estruendo mientras se termina el desayuno.
Una botella tras otra.
¡Maldición! ¿Ira a beberse todas las malditas botellas que hay en la puta casa?
Los sirvientes miran por la ventana como aquella botella cae y luego se vuelve pedazos.
_ Les recomiendo que dejen los pedazos allí, no vaya a ser que mientras lo recogen, lance otra botella.- dijo Hem, suspirando. Lo que le faltaría, seria que una botella cortara a un humano, el olor de la sangre fresca lo volvería loco.
Siempre es lo mismo. Pero esta vez esta mas cabreado que de costumbre. Si así se va a despertar de ahora en adelante, no lo dejare dormir.

La familia Eldewayne ya había regresado a la plantación, y se habían instalado en su suntuosa casa, sus invitados no habían ido a verlos aun, pero eso no les importaba, Lord Eldawayne se sintió satisfecho al saber que nada había pasado en su plantación, en todos los demás castillos o plantaciones estaban ocurriendo cosas extrañas. Se sentía bendecido porque en sus tierras, jamás ocurrían hechos extraños, como desapariciones, apariciones de cadáveres. Brujas, vampiros, duendes. Nada de eso. Su plantación era el lugar mas seguro del mundo, uno pensaría que el mismo dios estaba protegiendo a todos los que habitaban en la plantación Eldawayne.
Dejemos que Lord Eldawayne siga creyendo en sus pajaritos preñados. La única razón por la que su plantación no es atacada, es la barrera que hizo la mami de Lyzerg.

Lyzerg observa el espectáculo que esta teniendo lugar en la casa de Hao, como las botellas caen una tras otra desde una de las ventanas del segundo piso. Aquello era entre divertido e inquietante. Lyzerg se preguntaba quien lo estaría haciendo. No creía que Hao estuviera haciendo aquello. En primer lugar le parecía una persona completamente sensata. No un psicópata.
Pero decide que lo más sensato es permanecer en aquel lugar, además cuando piensa en Hao ese dolor de cabeza fastidioso no quiere marcharse.
Tocan a la puerta de su casa.
Va a abrirla y ve que es Arthur.
_ Hola Lyzerg, vine a ver si aun seguías vivo, camarada- le dijo.
Lyzerg se rio.
_ Si, aun sigo aquí- le dice.
_ Hace tiempo que no te vemos caminar por la plantación. Además supe que te habías enfermado y te habían cuidado en la casa de Lord Asakura- dijo Arthur.
_ Si es verdad…- dice Lyzerg. Quien es interrumpido por el sonido de otra botella al estrellarse contra el suelo.
_ Oye. ¿Qué pasa allá? ¿Acaso han soltado a un loco?- dice Arthur mirando el montón de pequeñas lucecitas, que seguro eran los cristales de las botellas, Lyzerg había perdido la cuenta de cuantas botellas habían caído ya.
_ No tengo la menor idea- dice Lyzerg- Lleva un rato así.
_ ¿Quieres ir a dar un paseo?- pregunta Arthur, mientras otra botella cae al suelo.
Lyzerg mira a la casa con preocupación.
_ Si, aquí no podremos hablar con tranquilidad.

Hao bebe y luego tira la botella, mientras ríe, aquello le resulta tan gracioso. De repente había comenzado a ver la habitación en verde. Jejeje.
Había perdido la cuenta de cuantas botellas se había tomado, seguro un estúpido humano estaría en coma etílico mas borracho que una misma cuba. Pero el se encontraba perfecto.
Comenzó a reír a carcajadas. Mientras tiraba la botella que ya estaba vacía.

Hem miraba hacia arriba con incredulidad.
¿Acaso se ha vuelto loco?
Escucha las carcajadas de Hao.
Hem comienza a subir las escaleras. Seguro que si sigue así, no tardaran en llegar un montón de curiosos.
Los sirvientes ya miraban arriba con terror. Aquello debía ser obra de un completo maniaco.
_ ¿Esta seguro de que quiere subir?- pregunta una mujer, mientras escucha aquellas carcajadas.
_ Créame que si no se calma ahora, seguro que comienza a tirar algo mas pesado que una botella- dijo Hem. Hao, maldición, pareces un jodido loco de mierda.
_ ¿Es tan frecuente?- pregunta otra mujer.
_ No, solo cuando esta muy, muy enojado- dice Hem. Y luego sube antes de que le pregunten algo más.
Hem abre la puerta de la habitación, Hao esta sentado en la ventana, con otra botella en sus labios, cuando la termina la tira y grita.
_ ¡Jerónimo!
La botella se vuelve pedacitos.
_ Hao, ya te volviste jodidamente loco- le dice Hem mientras lo baja de la ventana.
Hao hace aparecer otra botella. Pero Hem se la arrebata.
_ Te va a dar una resaca infernal- dice mientras hace desaparecer la botella.
Hao comienza a reír de nuevo.
_ ¿Y a mi que?
Dios- piensa Hem.
_ Ya es suficiente colega.- le dice intentando disuadirlo- Todos están que se mean.
Hao comienza a reír más fuerte.
_ ¿Sabes Hem? Veo todo de puto color verde.- dice Hao, el tono ya es el de un autentico borracho de callejón, pero conserva la entonación característica de Hao- Bienvenido a mi puñetera fiesta de celebración. Las 1001 razones por las que Hao Asakura es un maldito.
¿Y ahora como trato yo con este loco?- piensa Hem.
_ Si, seguro que si.- le dice Hem- ¿Qué te parece si te sientas?
Hem nota que su sentido del equilibrio esta de jodidas vacaciones.
Hao no lo escuchaba, tenia otra botella en la mano.
_ Razón no 1.: Soy un vampiro.
Bebió un sorbo de la botella.
_ Razón no 2: El bastardo que me convirtió mato a toda mi familia delante de mí. ¡Puñetero imbécil que soy! ¡Inservible!
Hem lo miraba realmente preocupado por su salud mental.
_ Razón no 3: No conforme con transformarme en vampiro y masacrar a mi familia. Encima el bastardo tiene que violarme.
Hao se bebe lo que queda de la botella. Y la tira por la ventana.
Hem se quedo paralizado al escuchar lo que Hao había dicho.
_ Razón no 4: Mate y me aproveche de millones de personas. ¡Viva! ¡Seguramente mi madre esta malditamente orgullosa de aquello en lo que me convertí!
Razón no 5: Bebí la sangre de Lyzerg hasta casi matarlo. Y por un momento desee hacerlo. ¡Vaya que soy un maldito despojo de mierda!
Hem no lo detenía, quería saber, y esta era la única manera. Tan borracho como estaba, Hao diría todo. Absolutamente todo.
_ Razón no 6: No conforme con casi desangrarlo. ¡LO VIOLE! ¡Vaya, realmente soy un maldito! Maldito… maldito… maldito… ¡Soy despreciable! ¡Soy un despojo! ¡Soy un pedazo de mierda! ¡Soy escoria! ¡Soy un cobarde! ¡Un pusilánime! ¡Un infeliz! ¡Un bastardo tenia que violarme!… ¡Y vengo yo a hacer lo mismo! ¡Soy despreciable!
Hem ya había escuchado suficiente.
_ Hao, colega, es hora de calmarse- dijo Hem.
Hao no parecía escucharlo, bebía mientras que ya sus piernas estaban a punto de dejarlo sobre el suelo.
Hem suspiro y le dio un buen puñetazo.
_ ¿POR QUE CO—O ME GOLPEAS?- le rugió Hao hecho una furia.
_ PARA QUE ENTRES EN RAZON JODIDO LOCO DE MIERDA- le dice Hem.
_ VETE AL CARAJO- le responde Hao.
_ QUE MAS QUISIERAS- le dice Hem.
_ PUES SI- responde Hao.
Y se termina la botella lanzándola por la ventana.
La situación estaba cabreando a Hem. En serio que si.
Pero con esa ultima botella. Las piernas de Hao ya no dan para sostenerlo. Y cae al suelo.
Sus ojos comienzan a cerrarse, y siente como la oscuridad se lo traga por completo.
Hem suspiro. Levanto a Hao del suelo. Y lo puso en la cama. Quitándole los zapatos.
Al menos ya sabía porque Hao se alteraba tanto al tener que ver a Vlad. Hem no se lo podía reprochar. Vlad lo violo. Nunca lo hubiese imaginado.
Hem baja las escaleras, borrando la encantadora discusión que Hao y el tuvieron, de las mentes de todos los sirvientes.
Pero con lo de las botellas no había nada que hacer.
_ Ya se ha quedado dormido, pueden recoger las botellas, pero si quieren esperar un poco mas no se los reprochare- dijo Hem.- Tengan mucho cuidado para que nadie se corte.
_ Señor… - llama tímidamente una de las mujeres más jóvenes de la servidumbre.
Hem se da la vuelta, arqueando las cejas.
_ ¿Si?
_ ¿Es frecuente que pase esto?- dijo la chica.
Hem suspira.
_ Desde que es muy pequeño Lord Asakura padece de pesadillas, horribles pesadillas, y nadie ha podido hacer nada por el, estas pesadillas le generan ataques de nervios, a juzgar por todas las botellas que tiro, esta pesadilla debió ser sumamente horrible.- dijo Hem.
Lo que tengo que hacer para justificar tu ataque de mierda Hao. Nunca me ha gustado inventar embustes sobre la marcha.- pensó Hem.
_ Pobre Lord- murmura la chica.
Parece que se lo creyeron- suspira Hem internamente.
_ Me retiro, tengo muchas cosas pendientes- dijo Hem.- Debo escribir a los padres del Lord, e informar que padeció otra crisis.
Hem subió las escaleras de nuevo.
No puedo creer que te hayan violado Hao. Es decir, tú siempre fuiste… tan fuerte y tan seguro.
Hem escucha leves sonidos provenientes de la habitación de Hao.
Cuando se asoma lo ve hecho un ovillo en la cama, sus hombros se sacuden. Esta llorando.
Hem cierra la puerta. Jamás había visto a Hao llorar. Jamás.

_ Oye se nota que te preocupa la situación en esa casa- le dice Arthur a Lyzerg.
_ Ah… si- dice Lyzerg.
_ ¿Qué crees que este pasando?- pregunta Arthur.
_ No tengo ni la menor idea- responde Lyzerg.
_ Parecía que estaba suelto un maniaco- dijo Arthur.
_ Si, supongo que si- dice Lyzerg.
_ Tienes la cabeza en la luna mi hermano- dice Arthur.
Lyzerg lo mira y sonríe a modo de disculpa.
Arthur lo estudia con la mirada, su cabello castaño algo sucio, y su piel bronceada por el trabajo que tiene que hacer de sol a sol todos los días.
_ Algo te preocupa- dijo Arthur- Si no quieres decirme que es, no te lo voy a sacar. Tus razones tendrás.
Arthur no tenía pelos en la lengua.
_ Muchas gracias- dijo Lyzerg.
_ Si me necesitas cuentas conmigo- le dijo Arthur.- Te dejo, ya empezaron a trabajar.
_ Nos vemos luego- dice Lyzerg quien agita la mano para despedirse de Arthur.
Luego mira sobre su hombro hacia la casa. Esta preocupado por lo que pueda estar pasando allí.
Tiene un mal presentimiento que casi lo esta dejando sin aire.
A todas estas. ¿Por qué le importa tanto? ¿Por qué le importa hasta el punto de dejarlo casi sin respirar?
Su cabeza martillea de nuevo.
¿Te encuentras bien Hao? -Se pregunta Lyzerg mirando la casa.
Notas finales:

Bueno, este capi tiene de todo, un dulce momento, y... el ataque de un maniaco, jajajajaja.

Pobrecito Hao, estaba borracho. Y revelo demas.

Soy verdaderamende malefica.

PS: No me maten que me puse a escribir mientras un amigo hacia un teatro justamente por una borrachera.

jejejejeje Gomen Ed.

 


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