Al tener que guiarse por un reloj para saber el tiempo transcurrido Shido llego a percatarse que su estancia con Caín hasta el momento era ya de una semana, una semana sin ver a Yayoi, Rioh o Guni, sin saber nada de ellas ni siquiera si estaban bien, una semana de continuar usando vestidos y pijamas de mujer eróticas para Caín, lo único que él podía agradecer es que Caín no lo había vuelto a violar y ya le había dado más sangre, ahora si podía ponerse pie y moverse más de la cuenta pero no podía caminar eso lo cansaba demasiado, lo que le daba a Caín el lujo de seguir cargándolo, bañándolo y cambiándolo, casi parecía haberse vuelto su madre.
Dormían en la misma habitación y por supuesto en la misma cama y a Caín se le había hecho costumbre volverlo su oso de peluche pues siempre lo tenía abrazado cuando dormían, esto en ocasiones le impedía dormir a Shido pues Caín siempre se lo pegaba al pecho y lo abrazaba fuertemente como si estuviera impidiendo que se le fuera a escapar, sin embargo en la última vez Caín tomo a Shido y lo coloco encima suyo recostándolo en su pecho y nuevamente rodeándolo de la cintura con un brazos y acariciándolo el cabello con la otra mano libre y así lo hizo hasta que Shido quedo profundamente dormido, dicho acto hizo pensar a Shido que tal vez Caín se había percatado de que no había podido dormir últimamente por la postura en que lo tenía, para Shido aunque le costara admitirlo esa fue la primera vez luego de un largo tiempo que durmió tan bien y cómodamente tuvo que admitir que el pecho de Caín era bastante cómodo, ni siquiera se dio cuenta de cuando se había quedado dormido y cuando finalmente despertó Caín simplemente le dedico una sonrisa.
Sus atenciones con el estaban cambiando incluso le daba de tomar la sangre con cuchara servida en un plato, parecía disfrutarlo demasiado.
Por el momento Shido estaba en la sala sentado en un cómodo sofá frente a la chimenea leyendo un libro que Caín le había proporcionado de la biblioteca, hasta el momento ninguno de los dos se había dirigido la palabra Shido simplemente opto por aplicarle la ley del hielo a Caín, lo cual no parecía afectarle en lo más mínimo, sin embargo tenía miedo de que llegara el momento en que lo hiciera enojar y le llegara a hacer algo, por lo que de vez en cuando le tenía responder aun que fuera con un movimiento de cabeza, en palabras simples de una manera u otra Caín siempre lograba tener el control total de la situación.
Fue entonces que Caín accedió a la habitación con un cepillo en la mano sentó a Shido en sus piernas y comenzó a cepillarle el cabello como hacia diariamente, mientras tarareaba una canción que Shido desconocía por completo pero cada vez que le cepillaba el cabello tarareaba siempre la misma canción y cuando acababa le deba un beso suave en los labios.
Por alguna razón esa canción, sentía que ya la había escuchado en alguna parte puesto que le hacía venir un sentimiento de nostalgia, pero por más que intentaba recordar no podía dar con ella.
Cuando Caín acabo de cepillarle el cabello lo beso, coloco el cepillo en una mesa y lo tomo en brazos a la habitación de ambos, por su puesto Shido sabia por esto que era hora de dormir, llegando a la habitación Caín despojo a Shido de su corto y erótico vestido rosa y le puso bata de color azul transparente de un corto exagerado pues se le veía el trasero sin mencionar que se le transparentaba por el hecho de no llevar ropa interior.
Después Caín se metió al armario cruzando la enorme puerta y no paso mucho para que saliera con una pijama masculina que hacia juego con la que llevaba Shido a diferencia de estos eran pantalones y una camisa salvo que del mismo color y diseño por supuesto daba a transparentar su escultural cuerpo que en ocasiones le era imposible ignorar a Shido, Caín se dirigió a la cama con Shido, lo recostó a un lado suyo y cubriendo a ambos con la sabana de seda tinta, lo rodeo con un brazo por la espalda acercando lo mas que podía hacia él, y acto seguido tomo un control remoto y al presionar un botón del suelo salió una enorme televisión de plasma y comenzó una película que para su sorpresa era una película en blanco y negro, lo que no fue sorpresa es que era de romance, probablemente para dar ambiente a la ocasión.
Y así ambos recostados en la cama apoyados sobre un montón de cojines y almohadas comenzaron a ver la divina película, mientras Caín acariciaba el hombro de Shido suavemente en movimientos circulares, la película comenzó a dar resultado en Shido quien comenzaba a ponerse nervioso por los fuertes latidos de su corazón, aquellas hermosas frases de amor verdadero, esos besos de amor puro, y la felicidad que se veía en la cara ambos personajes, por alguna extraña razón lo hicieron pensar en Caín y él en esa forma.
Cuando finalmente termino la película la pantalla volvió a guardarse y Caín se acomodo abrazando a Shido suavemente rodeándolo con los brazos como a un oso de peluche dispuesto a dormir, sin embargo Shido por otra parte no podía dejar de pensar en la película y sin darse cuenta termino tomando de las manos a Caín respondiendo así a su abrazo y cuando se percato de ello noto la respuesta de Caín al apretarle este las manos suavemente mientras le daba besos en el cuello.
-mmm Caín
-si dime
-mmm ¿podemos ver otra vez la película?
-¿te gusto?
-mm si
-bueno como tú quieras amor.
Y dicho esto Caín tomo el control remoto presiono de nuevo el boton y salió la pantalla de nuevo dando inicio a la película que esta ocasión ambos vieron abrazados y por alguna razón esto no le molestaba en absoluto a Shido comenzaba a acostumbrarse a estar en los brazos de Caín quien no desperdicio la oportunidad para besar apasionadamente a Shido quien al intentar resistirse recibió una fuerte mordida en la lengua como castigo, por mucho que llegara a acostumbrarse a ello, Caín le seguía produciendo mucho miedo.
Fue entonces que Caín comenzó a desnudar a Shido obviamente el ya había perdido el interés en ver la película de nuevo, mientras tanto Shido comenzaba a temblar del miedo ya sabía lo que se aproximaba y no quería volver a sentir a Caín dentro suyo, comenzaron a caer las lagrimas y en esta ocasión al percatarse de ello Caín paro su acto y seco suavemente las lagrimas de Shido y lo abrazo dulcemente mientras acariciaba su cabello.
-ya tranquilo, veo que aun no te acostumbras a mí, más que eso aun no me amas y ya me estoy cansando de ver tus lagrimas de dolor y sentir tus temblores de terror, no voy a violarte de nuevo, esperare hasta que me ames, ¡pero quiero dejar en claro que no pienso dejarte ir tú te quedaras conmigo para siempre!
.........continuara