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Solos tú y yo… y los demás por Paz

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Notas del capitulo:

Espero subir otro capítulo antes de marcharme de vacaciones, por de pronto aquí esta este.

Solos tú y yo… y los demás

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

 

By Paz

 

Capítulo 4: Declaraciones

 

Hanamichi cumplió su promesa y pasado ese tiempo comenzó su vida en común. Vivir juntos fue todo un descubrimiento para ambos, si creyeron que les resultaría incomodo compartir un mismo espacio pronto descubrieron que se complementaban al punto que ninguno de ellos  echó de menos la anterior vida que llevaban.

 

Kaede descubrió que su koi era bastante desordenado, dejaba su ropa tirada en cualquier lugar, sin importarle donde caía. El iba detrás recogiéndola, porque no podía ver nada fuera de su sitio, aún así su convivencia era maravillosa, lo que uno tenía le faltaba al otro, sin que ninguno protestara, aceptándose tal como eran, sobre todo cuando Kaede descubrió que su novio tenía una mano excelente para cocinar, comer una comida casera en lugar de bocadillos era una verdadera delicia, por lo que cualquier otra falta que pudiera tener Hanamichi le era disculpada.

 

Por su parte, Hanamichi aceptaba de buen grado el hecho que Kaede fuera tan ordenado y que tuviera su apartamento impecable. Lo limpiaba dos veces a la semana, acción que le parecía exagerada, pero cuando descubrió las ventajas de la limpieza admiró la perseverancia de Kaede para llevar a rajatabla esa tarea. En el único lugar que él mantenía limpio era la cocina. Su refugio.

 

Los meses fueron transcurriendo, cuando sus compañeros les vieron llegar la primera vez juntos a la preparatoria pensaron que se trataba de una coincidencia, y el que no se pegaran entre ellos, era porque se estaban ignorando. El que horas más tarde entraran también uno detrás del otro al gimnasio lo achacaron a la casualidad. Lo que no pudieron pasar por alto fue el hecho que durante el entrenamiento, Rukawa ponía cuidado en que Sakuragi no recibiera ningún golpe, llegando al extremo de apartar con el hombro a Mitsui que se había acercado en exceso al pelirrojo durante una jugada peligrosa.

 

-Lo siento… -Hanamichi se acercó al chico que había quedado sentado en la duela del inesperado empujón, estirando su mano hacia él para ayudarle a levantarse.

 

Mitsui le miró sorprendido, ¿Por qué se disculpaba Sakuragi cuando fue Rukawa quien le tiro al piso? Enseguida su mirada se desplazó hacia el chico, dándose cuenta que además de la frialdad que había en sus ojos, no tenía intención de disculparse.

 

-Déjale, Hanamichi… él puede levantarse solo.

 

-¿¿Cómo le has llamado?? –inquirió Miyagi que al igual que los demás miraban a los tres con curiosidad, la actitud de Rukawa era inusual.

 

-¡¡Oooppss! ¿No os lo dije? –preguntó con toda inocencia Hanamichi.

 

-¿Decirnos…? ¿Qué…? –le interrogaron unos y otros con creciente deseo de saber más.

 

Aquel entrenamiento de estaba saliendo de la normalidad, el resto de chicos se acercaron para escuchar mejor y enterarse que pasaba, lo que no esperaban ver fue el gesto cariñoso que Rukawa dispensaba al pelirrojo cuando se acercó y le paso el brazo por la espalda. La suave caricia al rostro sonrosado del pelirrojo dejo a más de uno descolocado. Rukawa y Sakuragi parecían ajenos a la reacción de sus compañeros.

 

-Kaede me pidió que me fuera a vivir con él y acepté. Ahora se que estoy enamorado de verdad…

 

-¡¡¡Noooooooooo!! –se escuchó un grito angustioso- ¿Por qué?

 

Todos se volvieron, encontrándose ante la mirada angustiosa de Haruko, con las manos sobre el rostro como si quiera haber ahogado el grito que dio.

 

-Lo siento... –conocía sus sentimientos hacia Rukawa-  Durante mi hospitalización me sentía muy solo, ver a Rukawa entrenar en la playa me animaba, mi médico se dio cuenta y le pidió que viniera verme algunas tardes. Empezó a ir siempre que acababa su entrenamiento, cuando regresaba a mi habitación tras la rehabilitación le encontraba allí, me ayudaba  a soportar el dolor,  vosotros veníais a verme cuando estaba bien, pero a él le toco la peor parte, cuando yo regresaba destrozado por lo dura que me resultaba la rehabilitación, él nunca se quejó a pesar de mi comportamiento huraño. Sus cuidados y su paciencia conmigo me hicieron mucho bien, me enamore de su constancia, de su tesón.

 

-¿Y entonces te le declaraste? –preguntó Yohei que como el resto de la gundam se había acercado a su amigo. La expresión feliz en el rostro de su amigo le dio a entender que esta vez era la definitiva. Nunca más iba a sufrir rechazos amorosos y a ellos se les había acabado el motivo de burla cariñosa con la que siempre intentaban consolarlo.

 

-No, lo hizo él.

 

-¡¡Ehhh!! –todas las miradas se volvieron hacia Rukawa, como dudando de esa aseveración.

 

Akagi se acercó a Hanamichi y apoyó su mano sobre su cabeza con gesto cariñoso.

 

-Lamento no haberme dado cuenta que necesitabas que permaneciéramos más tiempo contigo.

 

-Ahora ya no importa, porque entonces no le tendría a él… y le prefiero más que a ti –dijo arrancando una carcajada de sus compañeros.

 

-Me alegro saberlo… tampoco eres mi tipo –dijo siguiéndole la broma.

 

-Estábamos entrenando… -les recordó Ayako emocionada por todo lo que había escuchado.

 

-Si, muchachos… acabemos con el partido de práctica.

 

Aquella tarde, cuando el equipo de Shohoku quedo libre todos se sentían descansados porque habían tenido un momento de relax cuando se enteraron de la relación que dos de sus miembros, se marcharon formando corrillos y hablando entre ellos de la singular relación.

 

Akagi se dio cuenta que se hermana ya no estaba, pensó que debió de marcharse apenas se enteró. Tuvo que resultarle muy difícil aceptar que se había enamorado del chico equivocado, él bien comprendía sus sentimientos.

 

-Muchachos, os quedáis a cerrar el gimnasio –les avisó mirando en dirección a las duchas donde aún permanecían Rukawa y Sakuragi haciendo tiempo, no quería ni imaginarse lo que pretendían hacer cuando se quedaran solos.

 

Se quedo unos segundos esperando su respuesta, cuando esta no llegó se alzó de hombros y se marchó.

 

Continúa en el próximo capítulo…


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