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Solos tú y yo… y los demás por Paz

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Notas del capitulo:

Un poco de lemon y unos pensamientos dedicados a la fantasia de Hanamichi.

Solos tú y yo… y los demás

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

 

By Paz

 

Capítulo 28: La fantasia de Hanamichi

 

Despertó cuando un estridente sonido le sobresaltó, se levantó como un zombi y arrastrando los pies se dirigió hacia la puerta, apenas la abrió le llegó el rico aroma a comida, claro indicio que Kaede estaba preparando el desayuno. Sus pasos le dieron hacia allí. Sus ojos permanecían abiertos dando la impresión que sabía lo que estaba haciendo, era consciente de su forma de comportarse, sin embargo, no tenía ánimos suficientes para realizar el menor gesto mientras estuviera con el estomago vacío.

 

Por ello comía y bebía recargando así las energías que necesitaba para comenzar el día.

 

-Hola… -posó la mirada en su koi cuando estaba tomando su segundo tazón de te.

 

-Hola… -le saludó Kaede dándole un apasionado beso que acabó por despertar cierta parte baja de su cuerpo.

 

Se levantó para sentarse a horcajadas en su regazo y presionando su cuerpo contra el suyo para que fuera consciente de como le había puesto su ardiente caricia y también supiera que no iba a dejarlo pasar, la primera vez le sorprendió, ahora se diría que su caricia era para provocar su respuesta y nunca le dejaba defraudado.

 

Kaede jadeo al sentir la dureza que presionaba contra su cuerpo excitándole, sus manos ávidas fueron hacia sus nalgas amasándolas entre sus dedos. Hanamichi las levantó apenas, lo suficiente para ensartarse en su rígida vara, su koi empezaba a acostumbrarse a sus apresurados movimientos, era como pedirle que le poseyera hasta dejarle desfallecido y Kaede como si quisiera resarcirle por su próxima ausencia satisfacía sus deseos.

 

Él siempre tomaba el control de la situación llevándole hacia la sala, detalle que le sorprendía, era en la cocina el único lugar donde Kaede nunca le hacia el amor. Le recostaba boca abajo sobre el canapé y volvía a penetrarle con ímpetu, sin otra preparación que su deseo de ser abierto por esa porción de carne que taladraba su cuerpo haciéndole sentirse enérgico, pleno. Sentir a Kaede llenándole era como si le diera la fuerza que necesitaba para seguir adelante con la existencia que se había propuesto tener. Kaede no podía saber que le estaba trasmitiendo su vigor con cada una de sus embestidas y cuando su mano comenzó a masturbarle, sus gemidos y jadeos le incitaban a darle más fuerte alcanzando su próstata y elevando sus embestidas de un modo vertiginoso que le cortaba el aliento y cuando sentía su mano apretando su escroto le estaba haciendo saber que estaba por venirse y él mismo se dejaba llevar, sus esfínteres se cerraban aprisionándole hasta sentir las sacudidas dejando en sus entrañas su esencia que él conservaba dentro suyo a modo de amuleto de la suerte. Kaede le había enseñado como llevarlo con él, a veces de camino a la preparatoria lo sentía escurrirse de su ano manchando su bóxer, recordaba que durante los recesos se encontraban en la terraza y Kaede con morboso placer olisqueaba su propio semen pegoteado a la tela practicándole un rimming y una masturbación que le dejaba tembloroso por las sensaciones que alcanzaba a sentir. En aquellos años Kaede era muy creativo, después aparecieron los gemelos y sin él saberlo su relación tuvo un cambio inesperado y que no fue capaz de percibir.

 

Kaede se derrumbó sobre su espalda, quedándose dentro hasta que su respiración se normalizó.

 

-¿Estas despierto? –preguntó llevando su mano hacia su rostro y apartando con cariño unos mechones para ver su rostro.

 

-Si…, me siento muy bien, tu ayuda es muy satisfactoria… -ocultó un bostezo- ¿Quieres que nos duchemos juntos?

 

-¿Todavía quieres más? –preguntó apartándose hacia el costado sin dejar de tenerle abrazado.

 

-No me importaría repetir. –admitió.

 

-Se nos hace tarde…, dejémoslo para la noche. –dijo sin dejar de acariciarlo, aun sabiendo que esa noche y las siguientes no solo iba a estar con los primos de su koi.

 

-Bueno… -aceptó sin que su voz mostrara el menor signo para hacerle saber que con toda probabilidad tampoco él estaría en casa. Tampoco iba a dejarle saber que estaba enterado con quien pasaría esas noches y como si hablara con él pensó. No voy a revelarte mi juego tan pronto, primero tengo que descubrir quien es tu amante de los jueves, después veré cuales pueden ser las consecuencias de saberlo, ni cual será mi reacción. Esta vez tengo la certidumbre que no va a gustarme, es un mal presentimiento. Aún teniendo esa certeza no voy a evitar averiguarlo. Necesito saber quien es tu misterioso amante, ese que consigue que salgas de prisa apenas te llama. Lo sabes ¿verdad? Este será otro más de nuestros juegos, solo que te ha tocado ser el ratón y yo el gato.

 

Se levantó siendo seguido por Kaede. Se ducharon por separado y se vistieron a un tiempo. Cualquiera que los hubiera visto hubiera tenido la certeza que el amor vibraba en sus corazones, solo había que ver sus miradas ardientes y sus prometedoras sonrisas, prueba evidente de que se amaban.

 

-¿Entonces porque no lo demostramos a nosotros mismos? Todo en nosotros es falso, excepto el amor que sentimos, creo que solo por eso somos capaces de llevar esta forma de vida. De otro modo, sería incomprensible.

 

Una hora más tarde, se separaban, Kaede tomaba su coche, él prefería andar hasta la estación para recoger el tren rechazando la compañía de Kaede, tenía algunas llamadas que realizar si quería que esa tarde se realizara su propia fantasía.

 

*****************

 

-Meguru-kun… disculpa por no llamarte antes, he estado ocupado y no pude hacerlo –le escuchó unos segundos- Es respecto a lo que hablamos… ¿el jueves? –Preguntó como si no creyera en su suerte, al escuchar su respuesta se apresuró a darle su aprobación- De acuerdo, hablaré con ellos y se lo diré así. Te debo una muy grande –y colgó antes que él expresara su parecer.

 

*****************

 

-Disculpa que te llame a la consulta… lo se… no he podido comunicar con él hasta hace un instante. Será el jueves a las seis, solo tiene una hora y media, -Kogure tomó nota de la dirección y prometió estar ahí puntual. Notó que su voz tenía un timbre tembloroso- ¿Me guardas un secreto, Kimineko? –al obtener su asentimiento continuó- Yo estaré allí con vosotros y si haces lo que te pido… -prosiguió exponiéndole una serie de pasos a seguir- … obtendrás mucho más de lo que esperas conseguir. –Sabía que era el más débil de los cuatro y que su timidez era una baza a su favor, no iban a negarle la que creían su fantasía- ¿Has comprendido? Nos vemos esa tarde –se despidió con la seguridad que Kogure llevaría a cabo su plan, había tenido una semana para trazarlo. Nada podía fallar.

 

*****************

 

Hizo la última llamada cuando estaba llegando a la estación del metro, tardaría un par de minutos en llegar, tiempo suficiente para darle el aviso a Michhy.

 

-Micchy… ya tengo concertado el día, será el jueves a las seis de la tarde, ya he avisado a Kogure, me ha prometido ser puntual. Anota –y le pasó la dirección- No creo que me necesitéis allí –contestó a su pregunta, no tenía porque decirle que iba a ser un espectador privilegiado- En cambio yo si os necesito, fue providencial encontrarme con vosotros en este momento crucial de vuestras vidas. Verte joder a Meguru-kun mientras tu pareja le masturba va a ser muy morboso y si me complace ten la seguridad que me sentirás a tu espalda. No lo sabéis pero sois los candidatos adecuados para satisfacer mis fantasías, vais a realizar cada una de ellas, haré que vuestra vida no vuelva a ser aburrida al mismo tiempo que satisfacéis mi morboso placer por ver a mi gatito haciendo guarradas.

 

Aquella era una hora punta y el anden comenzaba a llenarse, viajó apretujado entre un viejo pervertido que no dejaba de frotar sus manos contra su trasero y una estudiante de Shohoku y que al parecer estaba siendo abusada al igual que él, la chica era un poco más alta de la media, si bajaba la mirada veía su nuca, no sabía si lo estaba disfrutando o no, lo que si sabía era que ninguno de los dos podían moverse, observó que a su espalda había un chico joven con el uniforme de una reconocida escuela privada. El abuso físico en el metro era constante, sobre todo en aquellas aglomeraciones. Al parecer el chico estaba siendo aleccionado por el viejo, porque a veces notaba que el chico miraba hacia su espalda como buscando aprobación.

 

Cuando llegaron a su destino, la marea humana comenzó a moverse liberándoles, la chica se apartó apresuradamente, dirigiéndose hacia la salida del vagón, observó el brillo acuoso de su mirada y el intenso arrebol de sus mejillas.

 

Al principio, pensó en olvidar el incidente, en ese preciso instante recordó porque sus facciones le resultaban conocidas, dirigió una rápida mirada al reloj que presidía una de las paredes del hall principal, y como disponía de tiempo, se adelantó alcanzándoles y pasó sus brazos por sus hombros en actitud amistosa.

 

-Muchachos, vosotros y yo vamos a tener una charla muy alentadora sobre el abuso físico –les dijo con una sonrisa aviesa- No es necesario que neguéis saber de que os hablo –hubo un breve forcejeo por parte del joven, ante el fuerte agarre desistió para no llamar más la atención, les condujo hacia los servicios públicos, que en ese instante estaban vacíos, metiéndoles de un empujón dentro del estrecho cubículo.

 

-Yo te conozco… -dijo el chico cuando se volvió frente a él- Te he visto en Shohoku.

 

-Lo contrario me extrañaría. Ahora vamos a jugar, bajaros los pantalones. –no se inquieto porque el chico dijera conocerle, sería su palabra contra la suya y en la situación indecorosa en que iba a ser encontrado le quitaba respetabilidad.

 

-Yo no… -una mano con dedos como garfios se cerraron en torno a su garganta. Asustado, por su altura y la fuerza de sus dedos, se llevó las manos a la cinturilla del pantalón dejándolos caer hasta sus tobillos, el viejo siguió su ejemplo.

 

-Has disfrutado abusando y haciendo llorar a una chica para tu placer. Ahora sabrás lo que se siente siendo abusado y que esto te sirva para respetarlas en adelante y tú, viejo, te gusta manosear los traseros jóvenes, aquí tienes uno seguramente virgen -obligó al chico a darle la espalda curvándole como si estuviera haciendo una inclinación profunda, debido a la falta de espacio su trasero entró en contacto con la polla del viejo que tuvo una súbita sacudida, el viejo retrocedió dando su espalda contra la pared, al tiempo que el chico sobresaltado apoyaba las manos en el muro para impedir caerse, el váter ocupaba bastante espacio impidiéndoles moverse en aquella dirección, en el único espacio libre estaba él y la salida, cuando se fuera, ellos quedarían en el punto ciego tras la puerta, si alguien miraba solo le vería a él salir.

 

El viejo tuvo que levantar la mirada para poder verle al rostro y en el observó que nada le haría cambiar de idea, por ello, sus manos se dirigieron hacia ese trasero joven y comenzó a magrearlo con sus rugosos y nudosos dedos, mientras su escuálido miembro se restregaba entre sus nalgas obteniendo cierto placer, el chico estaba inmovilizado en el pequeño espacio, si intentaba moverse sentía más profundamente la polla del viejo cuyos cuerpos cavernosos tendían a erguirse al llenársele de sangre.

 

-Recuerden que no están solos –les susurró porque había escuchado que alguien entraba y sin darles tiempo a reaccionar salió del cubículo dejándoles solos.

 

Se fijo que un par de urinarios estaban ocupados, ninguno de los hombres se volvió a mirar, se acercó al lavabo, tras frotarse las manos con jabón las enjuago, se secó con parsimonia saliendo con paso tranquilo, mientras se dirigía hacia la salida, hizo una llamada a los agentes que velaban por la seguridad de los viajeros.

 

Minutos después les vio dirigirse a los baños. Posiblemente el viejo dejo de jugar con el joven cuando se sintieron solos y posiblemente solo recibirían una amonestación, más eso ya no era de su incumbencia.

 

Imperturbable llegó a la preparatoria andando, la mañana transcurrió relativa bien.

 

A la hora de la comida, subió a la terraza, tras los pasos de la joven que vio en el metro.

 

La encontró sentada en el suelo, con un bento en las manos, sin hacer intención de comer y la cabeza inclinada hacia abajo. Sus hombros se sacudían levemente, supo que estaba llorando.

 

Se acuclilló frente a ella.

 

Cuando levantó el rostro mostró sus mejillas húmedas por las lágrimas que caían sin que pudieran evitarlo, quiso ocultarlas apenas fue consciente de su presencia.

 

-Quédate tranquila… estoy seguro que no volverá a molestarte –y sin esperar su reacción se levantó y salió de la terraza. –era lo menos que podía hacer por ella, después de todo era la hermana pequeña de Ayako.

 

No vió la mirada de asombro fija en su espalda, ni tampoco que una tímida sonrisa iluminaba su rostro, al tiempo que comenzaba a comer con una sensación de alivio en el pecho que borró la tristeza de su semblante.

 

*****************

 

Kaede le había llamado para decirle que había olvidado avisarle que tenía una cena de trabajo con unos posibles clientes americanos y que con toda probabilidad iba a demorarse, que volvería a llamarle si así era para no se preocupara.

 

Mientras le escuchaba pensaba que estaría también presente su asistente, Gushiken-san para tomar nota de todo lo que se hablara, recordó que a través de Craig había conseguido el número personal de su móvil, podía llamarle para enterarse a que hora y donde iba a llevarse a cabo esa reunión, no es que desconfiara de Kaede, solo necesitaba asegurarse que esa noche no fuera a encontrárselo. Kaede no tenía porque enterarse que había salido de juerga aprovechando su ausencia, mejor ocasión que esa no iba a encontrarla. Últimamente tenía olvidado a Akira, seguro que él agradecería que salieran y aprovecharan para tener una salvaje noche de sexo.

 

Pulso la tecla de su móvil, enseguida tuvo delante de sus ojos el nombre de Gushiken-san. Apretó el botón de llamada, enseguida escuchó como se marcaba el número, al cabo de un par de llamadas escuchó la voz del asistente de Kaede.

 

-Gushiken-san… disculpa que te moleste, soy Sakuragi… -le escuchó un segundo- No… no… quiero hablar con él. Se que esta muy ocupado y no quiero distraerlo de su trabajo. Me dijo que tenía una reunión esta tarde… olvide preguntarle a que hora y el lugar, teníamos un compromiso y necesitaba saber si tengo que cancelarlo o va a estar libre. –Le escuchó unos minutos- Te agradezco tu solicitud…, no por favor, no se lo recuerdes, después de todo no es tan importante. Gracias, Gushiken-san. ¿Sabes si estará presente mi primo James? ¿no? –Repitió extrañado- No te entretengo más, gracias por tu atención.

 

-¡¡¡Ara…ara!!! –exclamó con entusiasmo, Kaede buscaba impresionar a esos extranjeros y les llevaba a comer a uno de los hoteles de Minato Mirai y con toda seguridad que acabarían la noche en un local de alterne para impresionarles con las bellezas locales.

 

Tenía todo un abanico de posibilidades, podía llamar a Meguru-kun, lo descartó enseguida, prefería verle el día fijado. Podía acercarse al apartamento de Yohei e iniciarlo y luego estaba Akira, cualquiera de los dos le servía para una noche loca. Tenía tiempo para decidir a quien llamar, cuando llegara el momento de tomar el tren o el metro.

 

Caminaba distraído en sus pensamientos y no le vió hasta que tropezó con él. Echó las manos hacia delante para impedirle caer.

 

-¡¡Fóllame!!

 

La disculpa se le atragantó al oír tal solicitud, le falto poco para soltarle y dejarle caer de culo.

 

-Vete… -le reconoció apenas le miró.

 

-No…, quiero que me folles.

 

-No sabes lo que quieres, esta mañana estaba abusando de una chica y ahora me vienes con esta tontería. Lárgate.

 

Echó a andar para alejarse, más el chico era persistente y le siguió. Volvió a cruzarse por delante de él. Se detuvo mirándole fijamente. Como evaluando sus posibilidades.

 

-¿Cuántos años tienes?

 

-Diecisiete…

 

-Vuelve dentro de tres años y pídemelo entonces, tal vez cambie de idea y no me importe romperte el culo. –le dijo con brutalidad para asustarle.

 

-Para entonces no seré virgen. Quiero que lo hagas tú. Hoy. Ahora. -exigió.

 

-¿Dónde has dejado al viejo?

 

-Le detuvieron por escándalo y por abusar de un menor. –dijo sin remordimientos de conciencia.

 

En ese instante se decidió.

 

-¿Estas seguro de lo que quieres? –vió su gesto asintiendo- Luego no quiero reclamaciones, ni tampoco quiero volver a verte.

 

-No me veras, te lo prometo.

 

-Tampoco quiero que nos vean juntos, no quiero saber como te llamas. ¿De acuerdo?

 

-¿Qué tengo que hacer?

 

-Toma la línea Keihin Kyuko y bájate en Kanagawa, dirigirte a la salida norte, una vez en la calle ve hacia tu derecha, cruza cuatro calles y giras hacia la izquierda, veras que en la esquina hay una pequeña tienda de loza, vas en esa dirección y caminas doscientos metros, encontraras una casa, aunque se ve vieja vive ahí un buen tipo, para que la reconozcas esta pintada de verde oscuro, el jardín esta descuidado, no puedes pasar de largo sin verla. Te acercas a la puerta y llamas, te atenderá un hombre.

 

-¿Un hombre?

 

-Si…, lo tomas o lo dejas. –hizo ademán de marchar para disipar su evidente temor y decidirle.

 

-¿Qué tengo que decirle?

 

-Que yo te envío. Si te pregunta que edad tienes dile que eres mayor de edad –le advirtió.

 

-¿Él no me hará daño?

 

-No… tiene pareja, no se fijará en ti. Acuérdate de llamar a tus padres, diles que estas con un amigo.

 

Viéndole alejarse para cumplir sus instrucciones supo que ni Yohei ni Akira tendrían el placer de su presencia.

 

El chico siguió sus indicaciones sin un titubeó y esa noche, Mitsui y él tuvieron una salvaje y alocada noche de sexo en la que iniciaron al chico en los placeres del sexo hasta dejarle exhausto.

 

Después de esa noche no renunció a él. Supo que se llamaba Higoshi Mirai. Fue como si su karma hubiera dispuesto ese encuentro. Kaede tenía una cena de negocios en Minato Mirai R y él tropezaba con Hiroshi Mirai, un complaciente sumiso. Una extraña coincidencia de nombres.

 

Continúa en el próximo capítulo…

Notas finales:

Debido al despiste que tuve esta semana estais de suerte, he subido dos capítulos... espero que los disfrutéis.


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