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Solos tú y yo… y los demás por Paz

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Notas del capitulo:

Llegamos al final de la segunda parte

Solos tú y yo… y los demás

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 32: El amor se va

 

-¿Tienes un momento para hablar? –preguntó a Kaede al fijarse que hacia intención de levantarse.

Al oír la seriedad de su tono supo que algo no iba bien, y volvió a su anterior posición, esperando que hablara, sin embargo, en los siguientes minutos sus pensamientos fueron retrocediendo en el tiempo, dándose cuenta como se habían engañado a si mismos.

No tenía sentido seguir juntos.

Pasaron los meses y los años, por diversas causas no tuvo la oportunidad que buscaba para saber con quien se encontraba Kaede los jueves, finamente desistió de querer saberlo.

Además, entre su trabajo y sus amantes, apenas si disponía de tiempo para dedicarlo a la persona con quien Kaede se veía, su confianza en él fue decayendo sin que ni el mismo se diera cuenta, tampoco fue consciente como se iba deteriorando su relación con su koi.

Con el tiempo Kaede estaba más metido en su trabajo y comenzó a dejar pasar las noches sin ir a dormir a casa, llamaba eso si, pero ya no era lo mismo, el círculo se había roto, él tampoco se lo recriminó, tal vez porque sin querer una noche acabo sabiendo quien era ese misterioso amante, la casualidad quiso que supiera de quien se trataba y quedo tan desolado que solo pensaba en como devolverle el golpe. Todos se dieron cuenta de su estado de animo, excepto Kaede, delante suyo intentaba disimularlo.

Fue por entonces cuando conoció a Rukawa Asato, por aquellas fechas dejaba Tokyo, le planteó verse los jueves, el mismo día que se encontraba con su padre Yoshisato-kun, ni uno ni otro sabían que  las tardes las pasaba con uno y las noches con el otro, después de todo, Kaede estaba con su amante ya no secreto y él podía hacer lo que quisiera durante toda la noche, Asato-kun le inició en una relación bastante singular, no era lo que él hubiera deseado, pero se avino a sus deseos porque siempre acababa complacido.

Continuamente estaba ideando nuevas formas pasarlo bien, ya no tenía suficiente con Akira a quien veía todos los lunes, tampoco le llenaba el sexo grupal que mantenía los martes con Kogure, Mitsui y Mirai,  ni con Yohei que ocupaba las noches de los miércoles, tampoco tenía suficiente con los hermanos pequeños de Kaede a los que veía en los siguientes días.

Todo comenzó a hacérsele monótono, aun cuando siempre encontraba nuevas maneras de satisfacerse, como la vez que convenció a Kogure de vestirse de mujer a espaldas de su esposo y le llevó así a bar de copas donde fue manoseado por los clientes que se apartaban apenas descubrían su paquete, era delicioso el rubor de sus mejillas, esa noche, en un maloliente y oscuro callejón le cogió después de desgarrar sus braguitas y sus medias jadeando en su oído y percibiendo como temblaba y no porque estuviera en esa posición, sino porque era invierno y solo llevaba una faldita tan corta que dejaba al descubierto la mitad de sus muslos. Al acabar, fueron hasta el coche aparcado lejos porque no encontraron lugar más cerca, para entonces su Kimineko-kun estaba congelado, cerca de la estación de trenes había un hotel del amor, le llevó allí, metiéndole enseguida en la tina que humeaba. Había tenido la previsión de recoger un jersey de lana, unos pantalones y ropa interior por si llegaba a necesitarlo.

Más tarde supo que su gatito justificó su ausencia con una urgencia imprevista en el hospital.

Ese mismo truco lo utilizó con Mirai pero no fue tan satisfactorio como cuando lo hizo con Kimineko que poseía un rostro muy femenino al verle con ropa de mujer.

Meguru-kun comenzó a disponer de menos tiempo cuando comenzó a participar en torneos, por lo que solo en contadas ocasiones a lo largo del año podían encontrarse, considerando además que se había casado y su deber como esposo era estar con su familia, su esposa le había dado dos hijos en menos de tres años.

Una noche estuvo con Masamichi en un local de ambiente, con música para todos los gustos, él llevo al joven al último piso y en un momento dado se dirigieron al cuarto oscuro, allí mientras se besaba con el joven, sintió que alguien se frotaba contra él, todo fue tan rápido que no pudo impedirlo, siendo consciente que Masamichi estaba pasando por lo mismo que él, habían sido cogidos por dos desconocidos, la novedad fue un aliciente para disfrutar de esa nueva experiencia, más supo que Masamichi había sido cogido con excesiva brusquedad y que estaba muy dolorido, por ello le sacó de allí, llamando a Kogure para que tuviera todo preparado para revisarle, sabía que no se negaría, aunque no era su especialidad.

Aprovechó la ocasión para que confirmara que no habían sido contagiados por el flagelo que era entre ellos el sida, cuando los resultados dieron negativos, se prometió a si mismo no volver nunca más a ir a sitios así. Y cumplió y se aseguró que todos sus amantes se realizaran pruebas periódicas que confirmaran que también ellos se mantenían sanos y que utilizaran protección cuando estuvieran con alguien que no fuera él. Asimismo él también comenzó a protegerse, llegando a preguntarse si Kaede tomaba las mismas precauciones, porque si no era así estaba totalmente expuesto, tampoco se atrevía a preguntárselo, hasta que un día de modo casual Kaede sacó la conversación, sabiendo que los gemelos estaban sanos. Tuvo en la punta de la lengua preguntarle por Jean-Paul, pero se la mordió, ese conocimiento era algo que debía mantener oculto, sobre todo cuando estaba consiguiendo sacarle provecho.

Habían transcurrido dos años desde aquella noche, todo comenzó como una broma hacia su koi y que se volvió contra él. Sacudió la cabeza queriendo apartar de su mente esa noche y sus posteriores consecuencias.

Ahora están frente a frente, mirándose fijamente, lo único que les separa es el kotatsu junto al que están sentados, con las piernas bajo el faldón para conservar el calor de la estufa encendida Sus palabras confirmaron a Kaede la gravedad de sus palabras, al escuchar de sus labios una frase que seguramente nunca pensó que iba a pronunciar.

-Lo lamento, no se como ha podido ser, pero he dejado de amarte. –Kaede abre mucho los ojos- Voy a dejarte.

Tal vez este preguntándose como es posible, ni el mismo es consciente en que momento dejo de sentir que Kaede era todo su mundo, que su vida giraría siempre en torno a él. Su vida en común a pasado a ser un mero encuentro entre dos personas que han dejado de compartir momentos inolvidables porque encuentran en otros la satisfacción que han dejado de haber entre ellos al cesar entre ellos la comunicación que tuvieron en sus primeros años, ahora le siente como si fuera un desconocido, alguien con el que comparte las cuatro paredes de una casa que ha dejado de llamar hogar.

Es consecuente con sus actos, sabe que todo terminó entre ellos en el mismo instante que se fueron engañando, solo que ninguno de los dos quiso admitirlo. Han vivido juntos, si, pero ya no hay amor. Solo sexo. No podía negar que Kaede continuaba teniendo pequeños detalles hacia él, sin embargo, sentía que ya no tenía suficiente, le quería a él por entero y en cambio Kaede le compartía con otros y él se fue también alejando, apartándose lentamente, hasta que todo dejo de tener sentido.

La muerte de Mitsui, atropellado por un conductor borracho, dejo a Kogure deshecho, intento consolarle como mejor sabía hacer, creyó que eso era suficiente, pero al transcurrir los meses supo que había encontrado nuevamente el amor en Mirai y por primera vez, los dos tuvieron el valor para apartarle de sus vidas. Anteriormente a ese hecho también Yoshisato falleció de un ataque al corazón, estaba con él cuando sucedió y tardó unos minutos en darse cuenta que el jadeo que había seguido de un estremecimiento de su cuerpo no era debido a que estuviera disfrutando sus embestidas sino que era el estertor de la muerte, su corazón le había fallado y que su repentina inmovilidad tenía una causa más grave, Yoshisato-kun estaba muerto, ese pensamiento bastó para que su excitación disminuyera y se apartara de su lado con sobresalto. Se apresuró a ponerse una yukata para cubrir su desnudez y solo entonces dirigió una mirada hacia el cuerpo que continuaba boca abajo, le dio la vuelta con cuidado, solo para ver que la muerte había dejado su miembro erguido.

Sintió que no podía dejarle así, era vergonzoso no solo para Yoshisato-kun sino para cualquiera que viera el cadáver. Los músculos aún se mantenían blandos y pudo dejarle en una posición menos indecorosa, después tuvo que vestirle dejándole recostado sobre su futón, para que diera la impresión que la muerte le había sorprendido durmiendo. Le faltó valor para decírselo a Asato a quien vió un rato después.

Todo a su alrededor se desmoronaba, fue perdiendo a todos aquellos que habían llenado su vida, que giraban alrededor de él. Kogure y Mirai se fueron a vivir a otra ciudad, lejos de él, para asegurarse que no volvería a interferir en sus vidas.

Yohei encontró el verdadero amor en otro hombre y le siguió a donde le pidió que fueran.

Se iba quedando cada vez más solo y la soledad comenzaba a pesarle, pero también le daba tiempo para pensar y se vió a si mismo como realmente era, egocéntrico, egoísta, soberbio y decidió que solo le quedaba un camino, al comprender que ya no sentía nada hacia Kaede, solo encontró una solución a su vida, ahora lo comprendía de inmoralidad y desenfreno. A modo de compensación por sus maldades hacia otros, tenía una manera de enmendarse. Entregándose a la única persona capaz de llevar su relación a otro nivel, no ya como Amo y sumiso, necesitaba sentir dolor, ser golpeado para saber que de ese modo compensaba sus años de exigencias y abusos.

-¿Es eso lo que quieres? –le preguntó al cabo de un buen rato, respetando su distracción.

-Si.

-De acuerdo… ¿Tienes pensado donde ir?

-Posiblemente a mi… -iba a decir “casa” pero también había sido el hogar de los dos, por lo que rectificó su primer pensamiento- Me quedaré en la casa de Seya.

-Iré a sacar mis pertenencias.

-Puedes ir cuando quieras… ya sabes que durante las mañanas estará a tu disposición.

Kaede asintió.

No hubo reproches por parte de uno al otro. Posiblemente, Kaede también se sentía culpable por el rompimiento de su relación.

Veintitrés años de sus vidas habían transcurrido juntos y todo lo que hubo entre ellos se había perdido hacia muchísimo tiempo, solo que ellos prefirieron cerrar los ojos a la realidad de sus vidas.

Una semana más tarde vió una llave sobre la mesa de la cocina y comprendió que Kaede había salido definitivamente de su vida.

Recorrió las distintas estancias hasta comprobar que nada quedaba de él, posiblemente había contratado a un servicio de mudanzas para llevárselo todo de una vez.

El vacío de la casa le estremeció.

Fin de la II parte: Hanamichi

22 de febrero de 2012

Paz

Notas finales:

Aquí esta el final de cómo ha vivido Hanamichi todo ese tiempo, y como fue deteriorándose su matrimonio. Por mi parte, no le echaría toda la culpa al pelirrojo, como bien piensa él, ambos lo han destruido con sus actitudes y se han separado sin reproches ni recriminaciones.


Como habréis visto Hanamichi en este capítulo tiene más recuerdos que el instante presente.


Una especie de anticipo a lo que serán los siguientes capítulos.


A partir de ahora comienza la tercera parte de esta historia titulada “Recuerdos”, y lo tengo más “crudo” como suele decirse. Si las cosas no se tuercen tengo en mente veintiún capítulos y solo he escrito nueve, los demás por más vueltas que les doy no consigo arrancar. Supongo que algo tiene que ver los problemas cotidianos por los que una tiene que pasar inevitablemente.


Sigo sin tener claro si dar a esos recuerdos cierto orden o escribirlos según me inspire, por mi parte, me quedaría con esa opción, pero me temo que más de una se perdería, aunque ya he puesto aclaraciones acerca del tiempo presente y del pasado.


Creo que si quiero sacar adelante esta historia tendré que hacer capítulos cortos en esta tercera parte, recuerdos que no pasen de cinco páginas de Word, por lo menos en los que me faltan por escribir porque estoy viendo que con esta historia puedo quedar bloqueada como me paso con “Errores encadenados”.


Para no alargar más este testamento, me despido de todas vosotras hasta la próxima semana, en la que seguiré actualizando mis viejos fics.


6 de julio de 2012


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