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Un bastardo con corazon por cho-chan

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Notas del capitulo:

Holaaaa!! Aquí ando de nuevo con la conti que tanto me pidieron, gracias a todos lo que se tomaron tiempo de leer y especial gracias a quienes dejaron review; la verdad es que para la conti  tenía 2 opciones, el moyashi era “alguien de la vida alegre” o era completamente inocente, yo quería la primera pero no sería yullen si era esa así que, muy a mi pesar tuve que hacer algo que llevara al yullen, espero lo disfruten   n_n


 


lamentablemente d gray man no me pertenece por mucho que me duela aceptarlo T.T

Allen Walker de 22 años de edad, estudiante de medicina de la facultad “Innocent” desde hace un tiempo mantenía una relación amorosa con un hombre llamado Yuu Kanda.

 

 

 

La primera vez que se vieron fue hace poco más de 4 años cuando Lenalee Lee les habías presentado en una extraña coincidencia. El albino le había extendido la mano mientras le sonreía de esa forma tan ridícula que a Kanda le daba tanta repulsión. El japonés tan solo chasqueo la lengua y se dio media vuelta, dando así, inicio a una relación de amor-odio.

 

 

 

Durante el tiempo subsecuente las riñas, pleitos y ofensas verbales continuaron y se agrandaron a un extremo crítico; parecía que ambos no podían siquiera estar en la misma habitación sin matarse de alguna forma.

 

 

 

¿Pero porque tanto odio/rencor entre ambos si no había motivo aparente?

 

 

 

La respuesta llego un año después de conocerse de forma inesperada.

 

 

 

En una de sus muchas disputas el tema de su “odio” mutuo salió a relucir por parte del albino, le había gritado al otro el porqué de su odio hacia su persona y de lo cansado que estaba de su actitud para con él. En respuesta a eso; y ya muy cabreado el japonés lo tomo del cuello jalándolo hacia sí y, contrario a las predicciones de muchos, incluso del propio albino; Kanda le había besado de forma tosca y demandante.

 

 

 

Allen pudo haber reaccionado de cualquier forma, incluso cualquiera de los presente pudo haber jurado que lo empujaría y le gritaría una sarta de maldiciones por haberle besado de esa forma. Pero contrario a cualquier predicción, el menor había colocado su mano detrás de la nuca del otro y había profundizado el beso.

 

 

 

A todos  les había quedado más que claro que, a pesar de pelear, discutir y gritarse todo el tiempo, y de decirse cuanto se odiaban, era más que claro que todo aquello era una fachada por el deseo que en realidad se tenían. Como un niño que suele molestar a la persona que le gusta, ambos habían actuado como niños.

 

 

 

Casi de inmediato, ambos habían llevado su relación al siguiente nivel, los besos y caricias ya no eran suficientes, ambos deseaban más del otro. Las prendas comenzaron a estorbar, el calor en sus cuerpos no hacía más que aumentar y el deseo crecía cada vez más y más.

 

 

 

Llegaron al punto de necesitar del otro de una forma casi obsesiva. Las sesiones de sexo eran cada vez más frecuentes, por lo que optaron por vivir juntos. A pesar del trabajo de Kanda y de los estudios de Allen todo parecía ir viento en popa.

 

 

 

Pero claro, no todo podría ser perfecto, en algún punto, todo había cambiado. Ya no tenían tanto sexo como antes, es más, ni se veían en días en algunas ocasiones por una cosa o por otra. Y claro también estaba “eso”…

 

 

 

Desde hace unos meses Allen había conocido a un sujeto llamado Tiki Mikk, el sujeto en cuestión era un medico reconocido al cual Allen le tenía mucho respeto y muy conocido en el campo de la medicina. Le había tratado en una conferencia y había quedado más que contento con el haber podido conocerlo.

 

 

 

El hombre era amable y caballeroso, sin contar con que era un genio para la medicina. A él le había llamado la atención el albino en más de una forma…por ello es que se había acercado a él, le había invitado a algunas conferencias, practicas y salidas ocasionales; claro que el menor le tenía cariño pero, solo como un buen amigo y superior; en sus pensamientos jamás había entrado la idea de que, detrás de esa fachada de “caballero” pudiese haber otro tipo de intenciones.

 

 

 

Ese día, había accedido a ir a un congreso de epidemiología junto con tiki,  el día había transcurrido normal y sin contratiempos. Como siempre, tiki se había ofrecido a llevar al albino a casa, al principio se había rehusado como ocasiones anteriores, pero esta vez, después de mucha insistencia había accedido a ello.

 

 

 

En el camino el albino hablaba animadamente sobre lo que había pasado en la conferencia, tiki tan solo asentía a todo lo que el otro decía y comentaba de vez en cuando alguno que otro punto sobre ello.

 

 

 

-“etto… ¿podrías dejarme aquí?”- comento de repente el menor, a lo cual tiki detuvo el auto y le observo –“lo que pasa es que…”- intento decir nerviosamente, no sabía cómo explicar su “relación” con otro hombre y por encima celoso.

 

 

 

-“puedo llevarte hasta tu casa”- interrumpió

 

 

 

-“ha, no es necesario, puedo andar sin problemas desde aquí”- dijo un tanto nervioso y bajo del vehículo –“muchas gracias por todo nos vemos después…”- el hombre le había sujetado de la muñeca impidiendo que se marchara –“¿sucede algo?”- pregunto con confusión

 

 

 

-“se te olvido tu maletín”- le mostro el objeto con la otra mano y sonriéndole

 

 

 

-“muchas gracias, casi lo olvido”- se apeno un poco y tomo el maletín –“últimamente ando muy distraído, supongo que es por el trabajo y los estudios, si me hubiera olvidado el maletín seguro que me hubiera regañado por ser un brote de habas descuidado”- decía animadamente y con un leve  sonrojo, la verdad es que hablar del otro se le hacía muy natural –“siempre me regaña por eso, pero es un amargad…”- no pudo terminar de hablar porque el hombre ya había aprisionado sus labios con los suyos.

 

 

 

Abrió muy grandes los ojos ante la sorpresa, no se había percatado del momento en el que tiki había bajado del vehículo y lo había jalado  para besarle. Opuso resistencia al principio, poco a poco comenzaba a ceder.

 

 

 

Lo empujo de repente, eso estaba mal, muy mal, él tenía a Kanda y no sentía nada por tiki más que respeto y admiración…

 

 

 

Evito verle a la cara y salió corriendo rumbo a su hogar, seguro Kanda estaría esperándole y ahora más que nunca quería estar con él. Se detuvo de repente, y  pensó que lo mejor era no verle por el momento…se sentía culpable de alguna forma…y no sabía con qué cara vería a Kanda después de eso…aunque no hubiese sido enteramente su culpa…

 

 

 

Llego al departamento que compartía con el japonés, suspiro antes de entrar, abrió con cuidado la puerta y entro a hurtadillas

 

 

 

-“llegas tarde moyashi”- escucho de repente ese apodo que tan “cariñosamente” le había puesto el otro, se tenso, ahora no podía ver a Kanda, se sentía fatal.

 

 

 

Después de eso la actitud de Kanda se había tornado extraña, una cosa llevo a la otra y al final término pasando “eso”. Le había dolido que el otro le tratara de esa forma, mas sin embargo le había dejado hacerle ese tipo de cosas ¿por qué? Porque le amaba…si, la respuesta quizá era tonta y un tanto estúpida, pero el amaba a Kanda, lo amaba más de lo que quisiera hacerlo.

 

 

 

-“por favor…ya fue suficiente Kanda….”- suplico, ya no quería que le tratara así, prefería mil veces que le gritara a eso. Y para colmo seguía llorando…

 

 

 

Y lloraba porque se sentía mal, mal porque no entendía a Kanda, mal por lo que había pasado con tiki y mal consigo mismo por no poder detener a Kanda y preguntarle qué era lo que le pasaba.

 

 

 

Y de repente todo se termino…el mayor se levanto y acomodo sus prendas sin siquiera voltear a verlo.

 

 

 

Y de repente esas palabras…

 

 

 

-“esto se termino”-  dijo sin mirarle, se sorprendió bastante y le observo de inmediato

 

 

 

-“pero Kanda…”- intento hablar pero fue interrumpido de nuevo por el mayor

 

 

 

-“eres libre de mi, anda a revolcarte con aquel sujeto como la puta que eres”- le dijo de una forma muy fría y cortante antes de marcharse  –“mandare por mis cosas después”- después de eso abandono el lugar

 

 

 

Allen no dijo nada, se encontraba paralizado y no podía creer las palabras que Kanda le había dicho.

 

 

 

-“así que eso era…”- agacho la mirada y se quedo ahí sin hacer nada, de nuevo comenzó a llorar. No quería terminar las cosas de esa manera, se maldijo una y otra vez.

 

 

 

Todo indicaba que Kanda había visto aquello y no lo culpaba por estar molesto, mas bien, de cierta manera lo entendía pero…

 

 

 

No quería que las cosas se terminaran así…y haría cualquier cosa por recuperar la confianza de Kanda aun si este no quería ya saber de él, le buscaría, le buscaría hasta el mismo infierno si era necesario…

 

 

 

Tendría que arreglarlo aun si le hería de nuevo…si, lo haría porque era un idiota…un idiota enamorado…

 

 

Notas finales:

Bien ¿Qué les pareció? Si quieren conti y reconciliación  entonces dejen  review, ya saben que entre más dejen más pronto hare la conti xD


 


Si lo se, soy mala –w-


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