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Amor de Engaño
No he podido regresar a mi habitación, me he quedado plantado frente de tu habitación, estamos tan cerca, acaricio la madera de la puerta mientras me derrumbo poco a poco, sintiendo como las lágrimas corren por mis mejillas, por que no puedo irme Near, ¿por que?... puedo escuchar tus débiles sollozos, y me destrozan, me carcome por dentro verte así, pero tu no te alejas de mi, nada de lo que te hago hace que me odies lo suficiente, intento perderte y mas te amo… Si así es, ¿tú lo sabes muy bien verdad? Por eso siempre estas para mi… No es que me importe tenerte a mi lado, pero es tan difícil, ¿Near, acaso no lo ves? Me estas matando.
A veces, cuando estoy a solas intento engañarme a mi mismo, repitiendo mil veces cuanto te odio y luego te extraño. Cada vez que te tengo entre mis manos, intento tocarte con desprecio, para disimular las ganas de gritar lo mucho que te quiero, quizás pienses pequeño Near, que este amor es tu infierno personal, pero te equivocas, ambos estamos condenados a las mismas llamas, tu a profesar tu amor, yo a ocultarlo.
¿Cuando fue que traspase la línea que separaba mi odio de este amor?
Tu sollozos han cesado, pero no se oye nada mas, estas muy débil, pero has estado peor, yo lo se, quiero entrar Near, necesito sentir tu calor, tomo la perilla de la puerta, pero algo me impide abrirla, ¿quizás he pisoteado demasiado mi orgullo y esta vez no me dejara ceder?, pero necesito ver que te encuentras bien, si necesitas ayuda.
Abrí la puerta y ahí estabas, en la misma posición en laque te deje antes de salir, observo tu cuerpo, estas lleno de arañazos y moretones, lo siento Near.
Te has quedado dormido, por la fatiga del llanto y el dolor de tu cuerpo, ¿Por que me empeño en hacerte sufrir? ¿Por qué no puedo decirte simplemente cuanto te amo, cuanto te necesito? Pero eso seria admitir mi derrota y eso es algo que no puedo permitir, no puedes ganarme otra vez, no lo soportaría Near, prefiero seguir engañándome a mi mismo, fingir que te desprecio. Te tomo entre mis brazos, para posarte en la cama, un leve gruñido escapa de tus labios, pero aun duermes.
Busque una toalla y la humedecí en el baño, para poder limpiar un poco tus heridas, que es lo que te he hecho Near, soy un maldito, estas ardiendo en fiebre, leves gemidos escaparon débilmente de tus labios al sentir el frío de la tela sobre tus heridas, te ves tan apacible aunque por dentro debes de estar destrozado, tus mejillas ligeramente sonrojadas, tu boca ligeramente entreabierta y en tus pestañas vestigio de las pequeñas gotitas saladas que escaparon de tus ojos, eres hermoso, pareces un pequeño mártir, el mas hermoso de los ángeles, antes de que me diera cuenta de lo que estaba haciendo junte tus labios con los míos, tomándote con toda la ternura y devoción que nunca te he demostrado.
Pero como inicio el beso se termino, me separe de ti temiendo que despertaras, continúe con mi tarea de poner en orden todo, terminar de limpiar tus heridas y el desastre de tu alcoba, cuando ya estaba por terminar mi vista se fijo, en un pequeño oso de peluche blanco, que conocía a la perfección, tirado en el suelo, manchado de sangre.
Recuerdo que lo compre para ti, un día que salí a dar una vuelta, me recordaba tanto a ti, tan blanco e inocente y sus ojos negros tan carentes de sentimientos, tan profundos… Me permití el desliz de hacerte un regalo, solo si no te enterabas que era yo, pero Tú lo sabes bien, verdad Near, tu lo sabes todo, me conoces perfectamente, eres el único que me entiend.
Intente lavar el pequeño oso, pero no logre mucho.
Ya es bastante tarde, los deviles rayos de luz de luna se esta filtrando por las cortinas y aun duermes, tengo que irme, pero antes me gustaría permitirme otro desliz.
-No sabes, Near- susurre arrodillándome delante de la cama, quedando mis labios cerca de tu oreja- No tienes ni la mas minima idea- una de mis manos buscaba desesperadamente el calor de tu cuerpo, posándose sobre la tuya- Cuanto te amo- dije finalmente antes de que una lagrima traicionera escapara de mis ojos y cayera en tus labios, nuevamente uní nuestras bocas y senti el sabor amargor y salado de mis lagrimas junto a la calidez y dulzura de tu piel- te amo- repetí sin romper el beso, no supe cuando me había subido a la cama, pero me aferraba fuertemente a tu cuerpo.
Silencio.
-Yo también te amo, Mello- una voz cansada y somnolienta resonó por la habitación y una mano tímida y temblorosa se entrelazo en mi cabello, acariciándome tiernamente. Mi corazón dio un vuelco y me estremecí ante el contacto de tus manos sobre mi piel, levante la mirada y me encontré con tu rostro, Near nunca te había visto sonreír sinceramente, tu sonrisa, es lo mas hermoso que jamás he visto.
Buscaste unir nuestros labios por tercera vez y no lo impedí, quizás, solo por esta noche, me permitiría profesarte el amor que nunca te he mostrado.
-Me volverás a odiar mañana- susurraste rompiendo el beso.
-Por supuesto que si.
-No esperaba menos de ti- respondiste sonriendo, pero con un brillo de tristeza en tus ojos desviaste la mirada.
-Pero hoy te amo como nunca he amado, ni amare a nadie- dije levantando suavemente tu barbilla para que me miraras a los ojos- Te amo, Near y esta noche no me cansare de repetírtelo.
-El mañana es otro día, ojala el mañana nunca llegue- dijiste finalmente hundiéndote nuevamente en mis labios
