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Wild Wild Inu! por Shotaro

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Notas del capitulo:

Hola, cómo explicarlo, este capi ha salido a la luz sólo porque hoy no me tocó trabajar, por eso pude terminar de escribirlo, todo gracias a mi jefa XD En fin, aún estoy en exámenes, si no pasa un milagro (como el de hoy xD) estaré sin actualizar hasta mediados de diciembre como dije en el capi anterior :X

En este capi pasan muchas cosas, entre esas, cosas que muchos se preguntaban y esperaban :)

Y nos vamos acercando al final del fic, síp, al descenlace.

Suerte a todos :) y besos.

Aún no sé si hacerlo con mpreg o no :s ayúdenme ;__; aunque por lo que leí habían muchos reviews diciendo que les gustaba el mpreg :B no sé, estoy tan confuso ;___;

 

17-La verdadera sorpresa

 

-Rubio...-dijo Kiba dejando de besar a Hinata, pasmado al ver entrar a Naruto a su habitación.

"Mierda", pensó el perro. Naruto se quedó congelado, no sabía cómo reaccionar, estaba pensando en eso cuando bajó su mirada. Claro, ¿cómo pudo ser tan ingenuo? ¿Cómo pudo creer que el perro le quería? ¿Cómo pudo creer que lo preferiría a él antes que a una mujer? Era verdad, Kiba era hetero, y los heteros, siempre terminan yéndose con mujeres. Lo sabía, pero no quería que terminase todo tan rápido, quería que durara un poco más...pero sabía que tarde o temprano pasaría, y no podía seguir con esto, porque no quería tampoco que su orgullo fuese herido. "Perdí, no puedo competir contra una mujer", pensó el rubio apretando los puños.

-Lo siento...qué tonto, entré sin tocar...-dijo Naruto mirando al suelo y con un hilo de voz-perdón-dijo antes de correr a la salida.

-¡Rubio!-gritó Kiba.

 

Naruto corrió hasta la salida al patio, sintió que Kiba le gritaba pero no hizo caso, cuando salió de la casa, se impulsó con todas sus fuerzas hacia el cielo, quería estar donde no hubiese nadie, subió muchos metros arriba, no supo cuántos, no le importaba, ya después bajaría...ahora quería estar solo y culparse por ser tan soñador.

 

Kiba sólo pudo ver cómo Naruto desaparecía. Después de unos segundos salió corriendo en la misma dirección, pero al salir de la casa no había ni rastro del rubio. ¿Cómo hacía para desvanecerse tan rápido? Hinata salió corriendo tras el perro.

-¡Mierda!-rugió el perro cayendo de rodillas sobre el patio, golpeando con fuerza el suelo.

-Kiba...él...-empezó Hinata.

-¡Lo quiero, maldición!-gritó el perro mientras unas lágrimas amenazaban con salir.

 

Hinata lo miró y se le quebró el corazón, nunca había visto a su amigo tan deshecho. Le sorprendió el hecho de que la persona que poseía el corazón de Kiba fuese un chico, pero..."Supongo que el amor no hace distinción", pensó Hinata. En eso se acercó a Kiba y le hizo una caricia en el cabello. Kiba se le tiró encima. Hinata lo abrazó.

-Esta vez lo perdí...-dijo con agustia el perro.

 

Naruto ya no sabía si eran sus lágrimas o la humedad de las nubes las que le tenían la cara tan mojada, no importaba, se le habían tapado los oídos por la altura y su corazón estaba latiendo muy fuerte, le costaba respirar, pero no le importó. Siguió volando, sin rumbo, hasta que se tranquilizó. Después de todo no era el tipo de persona depresiva. "¿Qué vas a hacer desde ahora Uzumaki Naruto?", se preguntó. "Supongo que lo mismo de siempre, hacer como si nada hubiese pasado, seguir con la vida normalmente, ir a clases, aprobar las materias, hasta salir del colegio para irme a una universidad lejos de aquí, tal vez en USA, con mi abuelo, o aquí en Japón, pero lejos de todo...", se repondió. En eso, respiró hondo, y empezó a descender. Guau, había subido demasiado, las casas se veían pequeñísimas, hasta le dio un poco de miedo. Bajó rápido, casi en picada, después de un tiempo se acostumbró a la altura. Cuando ya había perdido más altura pudo localizar su edificio, entonces descendió hasta él preocupándose de no ser visto por nadie.

 

Kiba después de tranquilizarse despidió a Hinata. Se fue derrotado a su cuarto y vio algo en el suelo, era el regalo de Naruto, lo abrió y vio cuerdas nuevas para su guitarra y un afinador automático, aquellas cosas le hicieron recordar... Recuerdos. Muchos recuerdos, todos estaban empapados de un rubio sonriente. "Daría lo que fuera en este momento por tocar para ti otra canción...", pensó Kiba en lo más profundo de su habitación.

 

Al día siguiente era el examen de japonés. Naruto no había estudiado nada, pero tampoco le costaba mucho esa materia. Su cara estaba hecha un desastre, pero no podía hacer nada, llegó justo a la hora para no dar chanse para toparse con Kiba, lo cual era imposible porque iban en el mismo salón, pero al menos si llegaba justo a la hora no habría tiempo para hablar con él. Llegó al salón de clases y vió a Kiba echado en su banco. Cuando se sentó a su lado, Kiba levantó su cabeza y lo miró desesperado, abrió su boca pero justo llegó Kurenai-sensei con los exámenes en la mano. Naruto terminó el examen antes de tiempo y salió del aula con sus cosas. Estaba fuera del reglamento, pero con ayuda de sus poderes, saltó la reja del colegio y se fue, no había dormido bien y no le apetecía seguir más ahí, después de todo había dado el examen y eso era lo único que importaba.

 

Kiba había visto salir al rubio del examen antes de tiempo, se apuró con el examen suyo y salió en su búsqueda pero no logró nada, el rubio se había fugado del colegio. En eso, Shikamaru se acercó a él, y ¿cómo no? Con esa cara de angustia y esas ojeras...ufm cualquiera se preocuparía.

-Kiba...-empezó Shikamaru.

-Lo eché todo a perder, Shika...-dijo Kiba.

-¿Qué?

-Todo se fue a la mierda-reafirmó Kiba.

-¿Te refieres a Naruto?-preguntó Shikamaru.

-¿Quién más me podría afectar de esta manera?-dijo Kiba suspirando.

-¿Qué pasó?-preguntó Shikamaru.

-Ayer quedamos en mi casa con Naru, y bueno, le estaba esperando y en eso llegó Hinata, le expliqué que no podía seguir con ella porque estaba interesado en otra persona, todo iba bien, hasta que ella dio el beso de despedida, el rubio entró, nos vió y desapareció, y ya viste, hasta se fugó del colegio para no toparse conmigo hoy...-expuso Kiba.

-Qué enredo...problemático-dijo Shikamaru.

-Esta vez sí estoy de acuerdo contigo, Shika.

-Ánimo, amigo, ya encontrarás una oportunidad para hablar con él, no te desesperes, que eso sólo te va a hacer mal a ti-dijo el chico de coleta.

-Lo intentaré-dijo el perro.

 

Naruto se fue alejando poco a poco de los chicos, porque evitar a Kiba, en resumen, incluía evitar a los chicos. A veces se sentía culpable de ver a Kiba tan triste, aunque no sabía si era exactamente porque ya no le hablaba lo que le generaba esa tristeza al perro...en cualquier caso tenían que entender, claro, él no se podría olvidar de Kiba si le hablaba todos los días, ¿verdad? Trataba de evitar los lugares que compartían, la azotea ahora sólo era un recuerdo lejano de su vida. A veces se encerraba en algún cubículo del baño a llorar, qué ganas de hablarle y seguir siendo amigos...pero al mismo tiempo sabía que ese "seguir siendo amigos" no iba a ser real, porque sabía que muy posiblemente estuviese completamente enamorado del perro, pero le faltaba poco, pronto terminarían los exámenes y vendrían las vacaciones y no tendría que ver más al perro.

 

Un día decidió irse caminando a casa desde la escuela. Iba mirando al suelo, viendo cómo el viento jugaba con un par de hojas secas. Llegó hasta un semáforo en una esquina. En eso, sintió una mano en su hombro, se voltió a ver y unos ojos aguamarina lo acariciaron. La mirada de Gaara era pura ternura. Naruto lo estaba pasando tan mal, tan mal...y la mirada de Gaara le hizo sentir un poco de calor en las entrañas. Era un lenguaje en el que se comunicaban, sin palabras ni gestos, sólo miradas.

-Gaara...-articuló Naruto mientras se le aguaban los ojos.

Tenía tantas cosas apretadas adentro, en su pecho, que no pudo reternerlas más. Se abalanzó automáticamente a los brazos del pelirrojo, en un abrazo muy apretado. Naruto deseaba  que Gaara lo apretara más y más, hasta que desaparecieran. Lloró en el pecho del pelirrojo. No supo cuánto tiempo estuvo así...sólo que cuando ya terminó de llorar, levantó su rostro para mirar al pelirrojo, y ahí estaba con esa mirada de siempre, que tanto le gustaba.

-Espero que estés mejor, Naru-dijo Gaara depositanto un fugaz beso en los labios de Naruto.

-Estoy mejor, gracias...creo que siempre estás en los momentos precisos-dijo Naruto.

-Me agrada escuchar eso-dijo Gaara acariciando la mejilla del rubio-vamos, yo te llevo hoy-propuso.

-Está bien, Gaara, ahí vamos-dijo Naruto que hacía mucho tiempo no se montaba en la motocicleta del pelirrojo.

 

Kiba tomó el autobús de regreso a su casa con los chicos, que iban en la misma dirección, pero iba perdido en sus propios pensamientos. Misión fallida nuevamente, no había logrado hablar con Naruto, era increíble cómo, pero...cada vez que sentía que estaba a punto de alcanzar al rubio, este solo se desvanecía...iba mirando por la ventana, el mismo paraje de siempre, pero en verdad no lo era. El semáforo adelante dio rojo y el autobús se detuvo en esa esquina. Y Kiba vio por la ventana del autobús dos figuras que conocía perfectamente. Los chicos al darse cuenta de lo que estaba mirando Kiba tan fijamente, suspiraron. Eran Naruto y Gaara, ¿abrazados? No, no podía ser posible. Miró con más precisión, Naruto tenía la cabeza escondida en el pecho del pelirrojo y se abrazaban con fuerza. En eso, el rubio levantó la cabeza para mirar a Gaara y éste le dio un beso...en los labios. "Pero, ¿qué mierda?...", pensó Kiba levantándose de su lugar. En eso, el semáforo cambió a verde y el autobús se empezó a mover.

-Qué mierda...el rubio es mío, es mio-susurró para sí el perro mientras se sentaba y unas lágrimas empezaban a correr por sus mejillas. Recordaba todo lo que había pasado con Naruto y no podía dejar que estuviese con alguien más, si ya había estado con él, no podía estar con nadie más. Tenía que recuperarlo, sino definitvamente iba a perder la razón. Después de haber probado un solo y pequeño bocado de Naruto se había hecho completamente adicto al rubio.

 

Era el último examen, Naruto respiró hondo y entró al aula, el examen había empezado. Era de historia, su fuerte, así que no temía por él. Le entregaron el folleto y empezó a responder rápidamente y con seguridad, no pudo evitar echarle una mirada al perro sentado no muy lejos de él, estaba con las manos sobre la cabeza y con cara de que le hubiera atropellado un camión. Naturalmente, terminó el examen antes y se marchó. Había una reunión de curso al final del examen, pero no se quedó, no le importaba que después dijiesen que era un antisocial. Iba camino a saltarse la reja del colegio para escaparse cuando una mano tocó su espalda y sintió un dulce aroma femenino. Naruto se volteó a ver y ahí estaba Hinata, se le olvidó respirar por unos segundos. Estaba tan bella como siempre, su cabello azulado liso y brillante con ese flequillo que le quedaba muy mono, su piel blanca y turgente, y los ojos aperlados que la hacían ver como si fuese algún tipo de ninfa del bosque.

-Hola...yo, bueno soy Hinata, te he visto antes, tú debes ser Naruto, ¿verdad?-preguntó Hinata.

-Claro, soy yo-respondió el rubio.

"Es tan bella, no soy nada comparado con ella...", pensó Naruto.

-Necesito hablar contigo, más bien, me siento obligada a hacerlo...-dijo la chica.

-Te escucho...-dijo Naruto cruzándose de brazos.

-La última vez que nos vimos, todo fue confuso, y no sabía qué estaba pasando en realidad, y ahora que comprendo muy bien todo, necesito desahogarme contigo-dijo ella.

-¿Y qué cambiarías con eso?-preguntó Naruto.

-No lo sé en realidad, pero más vale intentarlo, exponer la verdad a la luz siempre es lo mejor, ¿no?-dijo la chica.

-Supongo que sí...-dijo el rubio mirando al horizonte.

-El caso es que yo con Kiba, llevábamos un tipo de relación...algo extraña, no te voy a negar que nos acostábamos, pero sobre todo es mi amigo...-empezó la chica.

"Claro que no se puede negar, los ví follando, ¿sabes?", pensó Naruto.

-Pero ese día...fui a visitar a Kiba y él me dijo que tenía que hablar conmigo, y me dijo que no podía seguir ese tipo de relación conmigo porque su mente estaba ocupada por otra persona, así que me pidió que volviésemos a ser amigos, del modo "tradicional"...me impactó un poco, en verdad, porque Kiba nunca había ido en serio con nadie, pero le dije obviamente que sí, porque era mi amigo y porque tenía claro que esto alguna vez iba pasar, tanto de su parte como la mía...quedamos como amigos, y yo le robé un beso de despedida, en eso llegaste tú y...pasó lo que pasó...-dijo la chica.

Naruto estaba con los ojos abiertos de par en par.

-Entonces...Kiba te estaba dejando...-articuló Naruto.

-Así es, estábamos dejando todo en claro, zanjando todo-dijo Hinata.

-¡JO-DER!-exclamó el rubio.

-Y bueno, después de eso Kiba quedó deshecho, me dijo...más bien gritó, que te quería a ti, y que te había perdido ahora como estaban las cosas, me sentí obligada a decírtelo porque yo quiero mucho a Kiba, y nunca le había visto tan mal, jamás...y me duele muchísimo-dijo Hinata.

-No sé qué decir...-dijo el rubio.

-No digas nada, Naruto, lo único que te pido es que...si lo quieres, no le hagas sufrir, está...muy mal, en este momento a Kiba no le importa nada ni nadie que no seas tú, me da miedo que pueda cometer alguna locura-dijo la chica.

-Puedes decirme Naru, si quieres, casi nadie me dice Naruto-dijo el rubio.

-Claro, Naru, además...sé que te molestó lo del beso...por eso te lo devuelvo-sentenció Hinata.

Hinata se acercó a Naruto y posó sus labios en los de él. Nunca había besado a una chica...guau. Los labios humectados y suaves de Hinata, con sabor a fresa, era muy placentero, pero...diferente. La chica se separó de él y sonrió.

-Ahora estamos a mano...espero que pienses en todo lo que te he dicho...Kiba te ama-dijo sonriendo la chica para luego irse.

Naruto estaba en shock. Muchas cosas, de pronto Kiba lo quería y le había elegido a él antes que la hermosa Hinata, luego se da cuenta de que el perro está deshecho por su culpa, y por último tiene su primer beso con una chica. El mundo se estaba volviendo loco... "Aunque el mundo se empezó a volver loco en el momento que se me ocurrió fijarme en el perro...", se dijo Naruto. Tenía mucho en qué pensar, mucho, y en ese momento no tenía cabeza. Fatiga neuronal, seguramente. Saltó la reja y se dirigió a su casa, prendió un cigarrillo y se lo fue fumando. Iba a su casa a meditar, meditar y dormir, todo quedaba más claro después de meditar, fumarse un cigarrillo y una buena siesta.

 

"Ya no me importa nada, si el rubio no quiere estar conmigo... ¡Mierda!", pensó Kiba después de entregar su examen. Shikamaru invitó a los chicos a tomar un poco de cerveza a su casa, quería subirle el ánimo a Kiba en realidad, el perro aceptó, después de todo ya había terminado el semestre.

 

Naruto, al llegar a su departamento, abrió la ventana de su cuarto, necesitaba aire, se acostó ligeramente sobre su cama y se quedó dormido. Soñó que estaba cerca del bosque dela ciudad, en una zona donde por lo general la gente va a hacer picnics y recrearse los fines de semana, es un lugar muy bonito y natural. Se vió a sí mismo. Guau. Definitivamente no era el mismo, sabía que era él, reconocía la marca de nacimiento alrededor de su ombligo en forma de espiral, pero se veía...mayor. Miró hacia los lados y se percató de un pequeño río que había por allí. Se miró en el reflejo del agua, estaba más alto y había echado algo más de cuerpo, pero seguía con ese aspecto algo delgado, sus facciones se habían profundizado y eso le daba un aire más varonil, pero seguía sin poseer barba. "Esto es una maldita estafa, yo quiero barba...", pensó Naruto tocando la piel tersa en su cara. Calculó que debía verse de más o menos 30 años. Se adentró en la zona de picnic, tal se pudiese encontrar con alguien... ¡Claro! ¿Qué había sido de su vida todos esos años? Entonces como un rayo llegó a su mente una palabra: Kiba. Corrió con desesperación a la salida, topándose con muchas familias felices que disfrutaban del buen clima y un picnic, en eso escuchó una risa que se le hacía conocida. Paró en seco y voltió con miedo su mirada hacia la fuente de sonido. Ahí estaba el perro, de su misma edad, seguía tan guapo como siempre, o quizás más aún, y es que Kiba era como el vino, o eso pensó Naruto en ese momento. Pero se percató de ciertos detalles, Kiba llevaba un niño em brazos y le hacía de avioncito mientras reían juntos, cerca de él, estaba sentada ¿Hinata? Con una pequeña niña en sus brazos. A Naruto se le detuvo el corazón y sentió cómo las piernas le fallaron y cayó de rodillas al suelo. En eso, Kiba se percató del rubio y quedó asombrado, con los ojos como platos. Naruto, cuando supo que lo había visto se levantó como pudo y corrió bosque adentro. Era un sueño, ¿cierto? Entonces ya quería despertar, más que un sueño era una pesadilla. Encontró un árbol bastante grueso y se sentó a sus faldas, con la cabeza entre sus rodillas mientras lloraba profusamente. Pasaron algunos minutos cuando sntió una presencia al frente suyo, ahí estaba Kiba, con la respiración agitada por haber corrido.

-¿Naruto?-preguntó con una voz más gruesa y madura.

-Perro...-dijo el rubio que por poco no reconoce ni su voz.

-¿Q-qué haces aquí?-preguntó.

-No lo sé, yo simplemente aparecí, por aquí...-dijo Naruto limpiando el resto de sus lágrimas.

-Hace años que no te veía...digo, desde que teníamos 15, ¿no?-dijo Kiba.

-Si tú lo dices...-dijo el rubio.

-Eso creo-respondió el perro.

-Veo que eres feliz...-empezó Naruto-al menos es bueno saber eso-dijo con una sonrisa melancólica en sus labios.

-Uhm, algo así, me encantan los niños-dijo Kiba sonriendo.

-Eso es bueno-dijo Naruto levantándose-bien, fue bueno volver a verte y besa a esos pequeños críos por mí-dijo Naruto dándose la vuelta y empezando a caminar. Al darse la vuelta sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas, y estas empezaron a escurrir por sí solas, profusamente.

-¡Espera, rubio!-dijo Kiba de repente alcanzándolo y dándolo vuelta.

-Suéltame, anda...-dijo Naruto con dificultad y la vista borrosa.

-¿Por qué?-preguntó Kiba.

-¿Por qué qué?-respondió el rubio.

-¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste? Yo aún seguía queriéndote-dijo Kiba.

-Yo...no sé en qué estaba pensando...al decir verdad, estoy un poco confuso aún-dijo Naruto tratando de sincerarse y dejar de llorar.

-Yo te esperé, rubio, y nunca llegaste, lo único que recuerdo era tu espalda, y yo tratando de alcanzarla, pero nunca pude...-dijo Kiba con melancolía mirando hacia un lado.

-Kiba, yo te amo-dijo Naruto.

-Rubio...-dijo Kiba atónito.

-Siempre te amé...desde la primera vez que nos vimos, todo me atrajo de ti desde un principio, cuando te salvé de esa pelea en la oscuridad de la noche, pensé en que necesitaba decírtelo, es lo justo, aunque ahora no sirva para nada-dijo Naruto.

-Rubio...tú fuiste el amor de mi vida, ¿sabes?-dijo Kiba poniendo sus manos en las mejillas del Naruto mayor.

-Es agradable oírlo...por eso yo también me he sincerado contigo, para que sepas al menos, que la persona que amaste también te amó, y de mucho antes...-dijo Naruto tomando las manos de Kiba.

-¿Por qué nunca me lo dijiste?-preguntó Kiba.

-Supongo que de imbécil-dijo el rubio-cuando pasan cosas me cierro bastante rápido, ¿sabes? Creo que es un error que debo corregir en mí...-dijo Naruto.

-Naruto...-dijo el perro con dolor en sus ojos.

Kiba se acercó y besó a Naruto, fue un beso lleno de pasión y ternura, todo mezclado, hizo vibrar cada célula del cuerpo del rubio.

-Gracias, Kiba, ahora vete...tu familia te espera, no los hagas esperar, ¿vale?-dijo Naruto esbozando la sonrisa más triste de su vida.

-Es verdad, rubio...y pensar que si las cosas hubiesen sido diferentes...no sé, ahora podríamos estar aún juntos-dijo Kiba mirando al suelo.

"Lo sé, todo es mi culpa...", pensó Naruto.

-Ve, Kiba, tus hijos esperan, seguro son tan guapos como tú-dijo el rubio.

-Adiós, rubio-dijo el perro dándole la última mirada a Naruto antes de desaparecer por los árboles.

Naruto despertó gritando, despertó súbitamente. El dolor invadía sus entrañas y lloraba sin cesar, nunca había llorado de esa forma.

 

Kiba miraba por la ventana de la casa de Shikamaru estaba atardeciendo y ya había perdido la cuenta de las cervezas que había ingerido. Aunque Kiba tenía aguante, el alcohol había hecho que sus emociones estuvieran a flor de piel.

-Yo me voy, chicos-anunció Kiba levantándose.

-Está bien, entonces nos vamos todos, ¿no?-dijo Chouji. Todos asintieron.

-Bueno, los iré a encaminar-dijo Shikamaru.

Iban los cuatro chico caminando, extrañamente la calle estaba vacía. Había que atravesar un peladero para llegar al paradero del autobús. Estaban en eso, mientras los chicos se vieron rodeados.

-Vaya, vaya, ¿Qué no son el perro y compañía?-expuso un chico de voz fría.

-Vaya, vaya, payaso de mierda, quítate no ando de ánimos hoy-dijo Kiba.

-Uhm, ¿qué le ha pasado al perro? ¿Está con la regla?-preguntó el chico.

-Kiba cálmate, Suigetsu viene con Juugo, y también está la chica, Karin-dijo Shikamaru-sabes que no podemos con todos ellos, menos en el estado que estás...

-No vayas de listo, pez de acuario, más si sabes que te puedo hacer trizas en cualquier momento...-amenazó el perro.

-Comprobémoslo-dijo sonriendo Suigetsu.

 

Naruto terminó de llorar, se tranquilizó, aunque tuvo la corazonada de que algo iba mal, muy mal. "El perro, necesito ver al perro", pensó con desesperación Naruto. Entonces, de su ventana entró una ráfaga de viento llena de arena. Naruto se quedó con los ojos abiertos sobre su cama. La arena fue tomando forma, ya sabía de quién se trataba.

-Gaara...-dijo cuando la arena tomó forma y se quedó viendo a su amigo pelirrojo de frente.

-Naru, hay problemas, más bien el grupo del perro tiene problemas-dijo Gaara.

-¿Qué pasó?-preguntó Naruto vistiéndose con lo más cómodo que encontraba a su paso.

-Estaba dando un paseo, cuando me percaté...al sur, el grupo del perro está peleando con el grupo de Suigetsu...-dijo Gaara.

-Pero los chicos son fuertes, ¿verdad?-dijo Naruto esperanzado.

-Sí, pero Suigetsu no está solo, tiene a sus subordinados y ahora también tiene junto a él a Karin y Juugo-dijo Gaara-por lo que ví los chicos no estaban ganando...Juugo y Suigetsu son muy fuertes, y Karin posee una técnica que renueva sus chakras, ahora no hay quién los pare.

-Gaara, llévame donde están-dijo Naruto con decisión en su mirada.

-Está bien, Naru, pero ten cuidado, esta vez no podré meterme para salvarte-dijo Gaara.

-Lo sé, Gaara-dijo Naruto tomando aire, mientras sentía que su cuerpo se desvanecía.

 

Cuando de nuevo sntió su cuerpo, lo primero que sintió fue el suelo temblar. Veía a los lejos cómo la tierra se levantaba y ráfagas de fuego azotaban el suelo.

-Yo no puedo interferir, lo siento, son las reglas-dijo Gaara.

-Lo sé, guapo, gracias por avisarme y por el aventón-dijo Naruto depositando un beso en la mejilla del pelirrojo.

-Buscaré a Sakura...-dijo Gaara.

-¿Sakura?-preguntó el rubio.

-Sí, una amiga, posee técnicas de curación, y de aquí saldrán varios heridos, y ella atiende a cualquiera que lo necesite-dijo Gaara.

-Me parece bien, nos vemos al rato-dijo Naruto antes de ponerse a correr hacia el lugar de la pelea.

Llegó, y vio cómo el perro al suelo, apenas se movía, los otros chicos estaban igual. Trató de controlar su tristeza al ver a los chicos así.

-¡BASTA!-gritó lo más fuerte que pudo.

Todos lo miraron.

-Rubio...-articuló Kiba sorprendido al igual que los demás chicos.

-Perro...-dijo Naruto mientras corría hacia el lugar donde estaba Kiba.

Al encontrarlo se arrodilló en el suelo, el perro estaba tendido y se movía con dificultad.

-Rubio, sale inmediatamente de aquí, es una orden-dijo Kiba, pero Naruto no le hizo caso.

-Discúlpame, perro-dijo Naruto acercándose al rostro de Kiba-disculpa por desconfiar de ti, discúlpame-dijo Naruto tomando el rostro de Kiba.

-Rubio...-dijo el perro sorprendido.

-Te amo, Kiba-dijo Naruto mientras unía sus labios a los de Kiba.

Los chicos estaban en shock. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué estaba Naruto ahí? ¿Qué hacía besando a Kiba en medio de la pelea? El mundo estaba volviéndose loco.

-Quería que lo supieras, desde la primera vez que te ví, ya era tuyo-dijo Naruto bajito para que sólo Kiba escuchara después de besarlo.

Naruto sentía el sabor a sangre en su boca, seguramente Kiba tenía una herida interna.

-Ahora déjame todo a mí, confía en mí-dijo Naruto levantándose y sonriendo.

-No, Naruto, vete no sabes a lo que te enfrentas...-dijo Kiba.

-Tal vez...pero es lo que quiero hacer-dijo Naruto.

Se dio vuelta y vio a Suigetsu sonriendo.

-Vaya si no es nuestro querido amigo rubio-dijo Suigetsu.

-Hola, Suigetsu-dijo con cara de aburrimiento Naruto.

-¿Qué tu no eras amante del mapache? ¿Ya lo cambiaste?-rió Suigetsu.

-Uhm, más bien, el me cambió-dijo Naruto sacando la lengua divertido.

-Supongo que no vendrás con otro discurso de paz, ¿verdad?-dijo Suigetsu.

-No, querido Suigetsu, ya sé que eso no funciona contigo-dijo el rubio.

-¿Y qué harás?-preguntó el chico-pez.

-Luchar por los que quiero-dijo Naruto mirándolo firmemente.

-Interesante...pero, ¿qué puedes hacer tú, pequeño, contra nosotros?-preguntó Suigetsu.

-Pruébame-dijo Naruto desafiante.

-Naruto, espera, ¿desde cuándo conoces a Suigetsu? Naruto escapa mientras pued-

-¡Cállate, perro!-mandó el rubio-después contestaré tus dudas.

-Juugo...-dijo Suigetsu.

Naruto vio al tipo al lado de Suigetsu, Juugo. Era alto y macizo, con el pelo anaranjado, supo enseguida que su elemento era la tierra. Juugo hizo aparecer alrededor de veinte piedras filosas, las lanzó directa y rápidamente contra Naruto.

-¡Naruto!-gritó Kiba.

En eso Naruto hizo aparecer un escudo fuerte y condensado, las piedras al tocar el escudo de Naruto se fragmentaron en varios pedazos.

-¿Qué...?-articuló Kiba.

-Jajajaja-rió Suigetsu-ya sabía yo que tenías algo interesante, chico, pero quién iba decirlo, un usuario de viento...

-No me subestimes, Suigetsu, tú y tu grupo deben irse...mejor dejemos las cosas como están...-dijo Naruto.

-Siempre tan pacifista tú, rubio-dijo Suigetsu-pero lamento decirte que nadie saldrá vivo de ésta.

-Juugo-dijo Suigetsu.

Juugo empezó a lanzarle diferentes estacas filosas a Naruto, quién activó su escudo-esfera y empezó a evadirlos fácilmente.

-Por muy rápido que seas, no puedes estar en dos lugares al mismo tiempo-dijo Suigetsu-y tampoco puedes pelear por los demás.

En eso Naruto vio que Suigetsu lanzó picas afiladas de hielo a los chicos que estaban en el suelo. Naruto gritó. A Kiba se le había enterrado una en el hombro, a Shino en una pierna, a Chouji en un brazo, el único que había alcanzado a esquivarla fue Shikamaru, que alcanzó a rodar sobre su eje en el suelo. Naruto bajó hasta donde estaban.

-Chicos...-dijo Naruto mientras sus ojos se empezaban a nublar.

Se acercó a Kiba, este le miraba tiernamente.

-No sé cómo ha pasado esto, ni cómo de repente has llegado a ser un usuario de viento, pero debes irte, esta pelea ya está perdida-dijo Kiba respirando con dificultad.

-¡No!-exclamó cerrando los ojos-¡No los voy a dejar!

Empezaron a resbalársele lágrimas por las mejillas, más agua salada. ¿Por qué tenía que ser tan inútil? Pensaba que iba salvar a los chicos...veía cómo cada vez teían menos movilidad. Una rabia e ira empezó a abrumar su corazón, de pronto su visión se volvió roja y la marca de nacimiento alrededor de su ombligo se encendió. Naruto se levantó y miró a Suigetsu, veía emanar un chakra rojo de su cuerpo, estaba furioso, quería despedazar a Suigetsu.

Suigetsu no sabía lo que pasaba, a Naruto se le habían teñido los ojos de rojo y un chakra amenazante salía de su cuerpo.

-Juugo-dijo Suigetsu.

Juugo empezó a atacar, pero Naru había multiplicado su velocidad por lo que evadió sus ataques, llegó donde Juugo, le tomó por la cabeza y la estrelló en el suelo duro, después hizo estrellarse una de sus ráfagas cortantes contra su pecho. Escuchó el gemido de dolor de Juugo. Luego voló rápidamente hacia Suigetsu, Juugo aún en el suelo, hizo aparecer un muro macizo al frente de Suigetsu. Naruto concentró chakra en su puño y derribó la pared. Los otros subordinados de Suigetsu empezaron a correr hacia él, Naruto envió una ráfaga cortante como onda expansiva, con lo que varios quedaron fuera de combate. Luego, Suigetsu, asustado, hizo aparecer un escudo de hielo a su alrededor, Naruto se preparó para el ataque.

-¡Rasengan Shuriken!-dijo rompiendo el escudo de Suigetsu generando un sonido estruendoso.

Siguió con la bola de energía en su mano hasta que encontró el cuerpo de Suigetsu, entonces, hundió el rasengan y todo su odio en el abdomen de aquel chico.

 

 

Notas finales:

Me despido otra vez, espero que hayan disfrutado el capi :B

Pido disculpas si hay partes mal redactadas o faltas :X cuando escribo muy rápido mis dedos se enredan XD y luego me da paja revisar minusciosamente el capi x___X

En fin, dejen reviews :)

Besos -3-


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