2- La escuela y la identidad del perro
Una vez que volvió a su departamento, Naruto vio para su tranquilidad que Kakashi seguía dormido. Mientras que vio que cierta presencia lo miraba con recelo.
-Ahhh...Kyuu-chan... ¿estás enojado conmigo porque esta noche no dormimos juntos?-preguntó Naruto a su minino mientras este maullaba algo y le daba la espalda.
-Vamos, Kyuu-chan...tenía que ayudarlo ¿sabes?-dijo Naruto mientras empezó a acariciar el lomo del felino, y este comenzó a ronronear.
-¿Sí, Kyuu-chan? ¿Me perdonas? Rrrrrrrrrrrrrrh....-empezó a imitar el ronroneo del felino mientras lo tomó en sus brazos.
-¿Nee, Kyuu-chan? Rrrrrrrrrrrrrrrrh...-preguntó mientras ponía su nariz contra la del felino y éste lo empezaba a lamer.
-¡Jajajajaa, Kyuu-chan, hace cosquillas, es áspera!...-exclamó Naruto.
-¿Ehh? ¿Ya estás despierto Naru-chan?-apareció Kakashi en el living
-Síp, Kakashi, hoy me levanté temprano, no pude dormir más-dijo el rubio.
-Ahhh... ¿quién como tú?-dijo el mayor bostezando.
-Ve a bañarte Kakashi, mientras yo hago el desayuno-mandó Naruto.
-Lo que tú digas Naru-chan-dijo Kakashi sin antes levantar al rubio en sus brazos.
-¡Kakashiiiiii!-exclamo el rubio riendo.
Después de eso Naruto hizo el desayuno y se bañó rápidamente para alcanzar a desayunar con Kakashi. Se esmeró en su apariencia personal, pues la escuela era casi la única de la zona y no requería de uniforme, sino, ropa casual. Se puso unos pantalones beige, una camisa blanca con líneas naranjas y rosadas delgadas, y un suéter café con cierre, y sus converse con líneas de colores.
-¿Te acuerdas como llegar a la escuela?-preguntó Kakashi.
-Mhhh...creo que síp-dijo Naruto mientras desayunaban- ¿y tú te acuerdas cómo llegar a la universidad?-preguntó Naruto.
Kakashi puso los ojos en blanco y luego una cara graciosa. Naruto comenzó a reír. Bajaron juntos del edificio se despidieron con un abrazo y un tierno beso en la mejilla. Kakashi iba a buscar el auto mientras Naruto caminaba hacia el lado contrario por la acera para tomar un bus que en menos de quince minutos lo dejaría en su escuela. Eran las 8.00 am y sus clases empezaban a las 8.30 am, llegaría quince minutos antes, buen tiempo. Subió al bus y pasó lo que era de esperarse, todos le quedaron viendo raro. Claro, era raro en ese país, ver a una persona con ese color de cabello y ojos, a menos que te lo tiñeras y usaras lentes de contacto. Naruto pagó con su ticket de transporte, se sacó de encima el bolso y se sentó en uno de los primeros asientos. Escuchaba los cuchicheos de la gente de atrás del bus, cosas como..." ¿Viste su color de cabello? ¿Se lo teñirá? ¿Será extranjero? ¿Te fijaste en cómo viste?, etc" En realidad, ya estaba acostumbrado. Sus padres. Todo por sus padres. Naruto no tenía padres. Era huérfano. Kakashi sólo era su tutor, aunque para él había sido como un verdadero padre. Tenía a sus abuelos, pero escasamente los veía por el trabajo de Kakashi, que era maestro universitario, y sus abuelos vivían en una ciudad alejada y rural donde no había mucho donde elegir. Su padre había muerto en una guerra civil del país y su madre murió al nacer él. Sólo los conoce por fotos, y por lo que le cuentan sus abuelos y Kakashi. Pero era verdad que no era totalmente japonés, si es que lo era. Su padre era mitad japonés, era rubio igual que él y tenía su mismo color de ojos, su madre era de otro país lejano, tenía el pelo color fuego y los ojos verdes como zafiros. Ambos eran muy guapos. Se le fue el tiempo pensando en sus padres y ni se dio cuenta cuando ya se tenía que bajar. Llegó a la escuela, chequeó su clase y dónde quedaba. Subió con cuidado los escalones. Los pocos alumnos que se encontraban con él, lo miraban y susurraban por lo bajo, por eso Naruto sólo caminaba con la cabeza baja. Fue a la sala de profesores para ubicar a su profesora y confirmar la entrada a su clase. Su nombre era "Kurenai Yuuhi" una maestra bastante linda de cabello oscuro y ojos carmín, su piel era pálida y sus labios bermellón, todo acompañado de una linda figura. Le pasó un papel a Kurenai-sensei cuando la ubicó.
-Todo listo, Naruto-kun-dijo Kurenai mientra ponía una mano en el hombro del menor.
-Síp, gracias Kurenai-sensei-dijo Naruto regalándole una gran sonrisa a la sensei. A Naruto le gustaba mirar a los ojos a la sensei, sentía que en ellos no había recriminación alguna por la diferencia en sus rasgos que distaban de los del oriundo japonés, además el color carmín de sus ojos le recordaba al de Kakashi, ya que ese color no era para nada fácil de encontrar.
-Ven conmigo, Naruto, la clase ya está por comenzar y tienes que presentarte-dijo sensei. Naruto asintió y la siguió hasta llegar a la sala de clases.
-Espérame aquí afuera, Naruto-kun-pidió la sensei
-Hai-dijo Naruto.
Fuera del aula, Naruto aún podía escuchar la voz de la sensei.
-¡Bien! ¡Basta! ¡Silencio! La clase va a empezar-gritó Kurenai para callar a los jóvenes.
-Mi nombre es Kurenai Yuuhi y seré su profesora encargada este año, algunos ya me conocen, yo imparto el ramo de literatura, y espero llevarme bien con todos-dijo la sensei-y bueno este año tenemos un alumno nuevo, pasa Naruto-kun-indicó la sensei a Naruto.
Naruto entró a la clase mientras todos lo miraban con curiosidad...todos excepto un grupo de chicos atrás: uno que estaba mirando el cielo por la ventana, perdido en sus pensamientos, otro que estaba comiendo, otro que usaba lentes de sol y parecía no hacer nada, y el último que estaba durmiendo descaradamente con una revista de mangas sobre su cara.
-Mi-Mi nombre es Uzumaki Naruto, tengo quince años, hace poco me mudé cerca de aquí, espero llevarme bien con todos-concluyó Naruto algo tímido.
-Bien Naruto, elige un puesto vacío-dijo Kurenai.
Naruto mientras pasaba por los puestos, era examinado por las miradas de sus compañeros, así que sólo atinó a sentarse al final, al lado de ese chico que estaba durmiendo con la revista encima, que era parte del grupo de chicos que no le miraban, y era justo eso lo que buscaba, pasar desapercibido. Sintió unos cuchicheos más fuertes. "¿Qué? ¿Se sentó al lado de él? Qué mala elección, bueno, no es su culpa, nadie le dijo...". Kurenai, al observar que alguien dormía en su clase, se puso muy enojada.
-¡KI-KI-KIBAAA!-gritó la sensei mientras lanzaba un pedazo de tiza con una increíble rapidez a la cara del chico que estaba durmiendo, a el cual la tiza le dio de lleno haciendo que la revista volara. El chico se levantó de la silla asustado, era alto, de unos 1,78m aproximadamente, de pronto perdió el equilibrio, balanceándose levemente hacia el lado de Naruto. Sus miradas se encontraron. Naruto reconoció en un instante al chico al lado suyo, al "perro", sus marcas rojas en las mejillas y sus ojos y pelo marrones lo delataban, se miraron a los ojos unos segundos, Naruto se sonrojó y desvió la mirada hacia su hombro. El chico llevaba la camisa algo desabotonada y con la cercanía, Naruto pudo ver hacia dentro de la camisa el borde de las vendas en su hombro. Era él. El chico recuperó el equilibrio y miró con rabia a la sensei.
-¡Qué pasa Kurenai!-exclamó el chico.
-¡Que soy la sensei, joder, no duermas en mi clase!-exclamó Kurenai.
-Raaawrrr-gruñó el chico y se volvió a sentar acomodándose para seguir durmiendo, pero no pudo.
"Ki-Kiba...así se llama el perro" pensó Naruto para sí.
A Kiba ya pasándosele la mala leche porque le habían despertado, empezó a actuar más normal.
-Tú, rubio, ¿cómo te llamas?-inquirió algo agresivo Kiba.
-Y-Yo me-me llamo, Naruto, Uzumaki Naruto-respondió el rubio nervioso.
-Umhh...ya veo-dijo mientras volvió a cerrar los ojos para dormir.
"Seguramente tiene mucho sueño por la pelea de anoche" pensó Naruto.
Kurenai-sensei empezó a hablar de los fenómenos naturales y climáticos y cómo ciertos poetas de antaño se basaron en ellos para embellecer sus palabras, entonces, pidió una redacción para la próxima semana sobre algún factor climático que les conmoviera o les interesara. Llegó el break, y todos se querían acercar a Naruto a preguntarle "las mismas cosas de siempre" según Naruto "¿De dónde vienes? ¿Te tiñes el pelo? ¿Eres mitad-japonés? ¿Qué hacen tus padres? ¿Dónde vives?" Pero como estaba cerca de Kiba, nadie se aglomeraba para preguntarle nada, lo que Naruto encontraba estupendo. Sacó un par de galletas de su mochila y empezó a comerlas, luego se levantó a botar el envase al basurero. En eso una chica se le acercó.
-Naruto...hola me llamo Kyoko...quería decirte, que es mejor que te cambies de lugar...-dijo la chica de cabello marrón.
-¿Por qué me cambiaría de lugar?- preguntó Naruto.
-Bueno por...por Kiba-kun, dicen que es un delincuente, y que da miedo...ya viste cómo le gritó a Kurenai-sensei.
-Bueno, cualquiera estaría molesto si lo despiertan de forma tan bruta-repuso Naruto.
-A lo que voy es que no debería-
-¿Qué no debería?-
-Deberías tener cuidado, nadie le habla a excepción de aquellos chicos a su alrededor-dijo la extraña.
-¿Has hablado alguna vez con él? ¿Es descortés?
-No, nunca-repuso Kyoko.
-¡Entonces, no molestes!-gritó Naruto bastante enojado-no tienes porqué discriminar lo que es diferente o crear prejuicios sobre las personas, es detestable-concluyó.
La chica después de eso, se puso a llorar. Naruto dejó el salón de clases.
Naruto nunca solía hacer esta clase de cosas, siempre quería pasar desapercibido, pero por alguna razón cuando esa chica mencionó a Kiba, su sangre hirvió. Kurenai-sensei, que escuchó todo desde fuera del aula esbozó una sonrisa, al igual que cierto moreno que escondía su rostro bajo una revista. Mientras un silencio sepulcral reinaba en la sala de clases, Kiba se paró de su silla, y caminó hacia fuera del aula.
-Así que Naruto...-susurró para sí Kiba.