-Mel….Me…Mello, por- mi cuerpo no resistiría un minuto mas, lo necesitaba dentro de mi, ese placentero dolor estaba matándome lentamente.
-¿Por favor que?- estaba disfrutando esto mas de lo que hubiera esperado, me brindaba esa sonrisa burlona y arrogante a la vez, y sus ojos azules brillaban malignamente.
Toda razón y orgullo desaparecieron de mi mente, solo lo necesito a el, ahora.
-Qui…quiero- unas finas lágrimas resbalaron por mis mejillas- Te… quiero a ti… dentro.
-No me convences.
-Oh por dios Mello, ninguno de los dos estamos para estos juegos- dije llevando mi boca a la elástica de su pantalón- Por favor.- como odio estas esposas!
No dijo nada solo levanto mi rostro tomando lo con ambas manos y volvió a besarme, esta ves fue un beso lento, tierno, casto y al separarnos saco de su bolsillo una pequeña llave y libero mis muñecas.
-Gracias- susurre aliviado de poder enredar mis brazos sobre sus hombros.
Sus manos se posaron en mis caderas y poco a poco fue adentrándose en mi cuerpo, llenándome de una inmensa felicidad, al fin éramos uno.
-Te amo.
Esas palabras hicieron eco en mi cabeza, ya lo había dicho antes, unas cuantas noches atrás, pero yo creí que era por el éxtasis del momento, que el placer lo había embriagado de tal forma que decía incoherencias, pero esta ves se veía tan seguro, sus ojos fijos en los mios, radiaban una completa sinceridad.
-Entonces ¿por que te iras?- mi voz se quebró en ese preciso instante mientras se adentraba mas profundo, sintiendo una pequeña oleada de dolor y placer, Mello es el único que hace aflorar tanto sentimientos en mi.
-Por que ese es nuestro destino- dijo retirando unos cuantos mechones plateados de mi rostro y acariciando suavemente una de mis mejillas- Te prometo Near, que cuando esto acabe, no importa cual de los dos gane, estaremos juntos, vendré por ti. Te amo.
-Y yo a ti-dije finalmente sintiendo que mi corazón saldría de mi pecho en es momento- También te amo.
El silencio se apodero de mi habitación, cuando nuestros cuerpos comenzaron a moverse por puro instinto, refregándose el uno contra el otro, comenzando ese vaivén tan exquisito y desquiciante al mismo tiempo, pero el taladrante sonido del silencio no duro mucho, pues fue matado por nuestros jadeos que no tardaron en escapar de nuestros labios, su nombre y el mío, unas cuantas palabras de amor y cariño, ahogadas en húmedos besos.
Una lagrima furtiva escapo de mis ojos, por alguna razón sentía que esta seria la ultima vez que lo vería, la ultima vez que lo tendría entre mis brazos y un miedo desgarrador atravesaba mi alma y no pude hacer mas que repetir mil veces que lo amaba, que no se fuera de mi lado, que lo necesitaba, una y otra vez, hasta que ambos llegamos a la cumbre del placer.
Estaba completamente exhausto y antes de darme cuenta ya estaba dormido.
Mis ojos se abrieron lentamente, los brillantes rayos del sol se colaban descaradamente por las ventanas, quise aferrarme al calido cuerpo con el cual había compartido mi cama y no encontré a nadie.
Solo un pequeño sobre ocupada su lugar.
Querido Near:
Esta será la forma menos dolorosa de separarnos, no olvides cuanto te amo, y no te preocupes, estaremos juntos, te esperare al final del camino.
Siempre tuyo,
Mello
P.D: espero que la cuides bien, se que no dejaras que nadie la encuentre.
Y al ver dentro del sobre, se encontraba s fotografía, ese adorable rubio, sonriendo amablemente y al reverso, escrito en tinta roja: “Near, Te amo”