la última de mis páginas

una vida de soledad era lo que me esperaba después de aquel accidente hace ya tantos años, no merecía nada, absolutamente nada, y sin embargo, aquí estas, ante mí, inundando mis pensamientos y mi corazón con esa sonrisa tuya, cautivadora, única, sincera… con esa sonrisa que me ha hecho suspirar más de una vez y ha llenado por completo mi cuaderno de dibujos.

                                           Choutaroh

Abandonado, solo, el día de su cumpleaños que se suponía debía ser lleno de alegría, había terminado en tragedia, una tragedia que él mismo había deseado y que lo marcaría por el resto de su vida. No volvería a ser el mismo, eso era seguro, estaba maldito y nadie podría acercarse a él nunca más o de lo contrario quién sabe que podría llegar a suceder, nadie podría volver a entrar en su corazón o no lo soportaría, no soportaría perder a alguien de nuevo. Lo lastimaría.

Esos eran los pensamientos de Choutaroh, quien decide aislarse, de todo y de todos, hasta que un día, asustado de sí mismo y de la soledad, decide abrirle las puertas a alguien una vez más…