-Ah Buenas noches Misaki-kun- Mencionó la pelirroja al ver los grandes ojos que había puesto el estudiante mientras observaba la escena.
-Buenas noches… Aikawa-san- Contestó pasmado Misaki ya que nunca había visto en esa posición al novelista y no es que estuvieran haciendo algo indebido con su editora, solamente era que Usagi-san no se podía sostenerse en pie y se veía peor que cuando pelearon en la mañana.
-Este… Misaki ¿Me puedes ayudar?-
- ah...si -
Al ver como el escritor resbalaba de las manos de aquella mujer, Misaki fue corriendo a sostenerlo; No obstante, cuando lo tocó, pudo sentir la aura de tristeza que emanaba de el. De inmediato una punzada de dolor golpeo el corazón de castaño, sabiendo de antemano el porque de la melancolía de su seme.
-¿Que pasó Aikawa-san?- Preguntó casi susurrando el oji-verde mientras sostenía fuertemente al peli-plata, tratando de que este no se lastimará.
-Te lo explico adentro del departamento Misaki-kun-
Con mucho esfuerzo y ayuda de Aikawa-san el menor arrastró por toda la estancia el cuerpo inmóvil de su casero, hasta que pudo acomodarlo sobre uno de los sillones para que reposara.
Después de que lo dejó en el sofá, el oji-verde pudo observar como el novelista se encontraba semi-inconsciente y desarreglado a pesar de que portaba un elegante traje color negro y una corbata color azul claro…. ¿Que había pasado? ¿Por que Usagi-san se encontraba así?
-¿Misaki puedo hablar a solas contigo un momento?- Interrumpió la mujer, al ver como el estudiante se perdía en aquella inusual imagen.
-Si-
Lentamente los dos fueron a una habitación continua de la sala.
-¿Que paso Aikawa-san? ¿Porque Usagi-san esta ..?
-¿Así?... Bueno es un poco difícil de explicar…. Hoy teníamos programada una conferencia para promocionar la publicación de su nuevo libro y como sensei casi nunca quiere asistir, vine unas horas antes para obligarlo; Sin embargo, algo estaba mal con él, se le veía muy triste y deprimido y acepto ir más fácil de lo que me imaginaba. En ese momento yo no le presté mucha atención, pensé que por fin ya estaba madurando y nos fuimos a la conferencia. Pasaron unas horas todo iba bastante bien, hasta que un mesero le ofreció un copa de whisky, él la bebió, posteriormente pidió otra y así hasta que sensei perdió la conciencia de tanto beber -
-¿Entonces esta borracho?-
-Si, yo sé que no es algo muy común en él, pero si, Usagi sensei está bastante tomado-
Al momento de oír esto, el corazón de Misaki empezó a estrujarse. ¿La pelea que habían tenido horas atrás había provocado Usagi-san se refugiará en el alcohol para olvidar lo ocurrido? Si esto era así, sin duda era total y enteramente culpa del castaño que el novelista se encontrará en esa forma.
-Pero no huele a vino y no se ve que… bueno que este ebrio- Refutó el menor ante la contestación de la pelirroja, no podía creer que su casero estuviera borracho.
-Bueno es que las borracheras de sensei no son como comúnmente suelen ser. Antes de que Misaki-kun llegara a la vida de sensei, yo lo había visto muchas veces tomado y él en lugar de sentirse alegre o sufrir cambios de humor, solo se queda tomando calladamente en un sitio hasta que perdiera la conciencia y se quedara dormido. Aunque hoy me sorprendió, inconscientemente, empezó a hablar antes de quedar se dormido… Creo que fue por que le afecto la pelea que ustedes tuvieron.
-Este disculpe Aikawa-san… ¿Cómo sabe que peleamos? ¿Usagi-san se lo contó?-
-Mmm no exactamente… Mira después dela 9° copa, sensei empezó a decirle al cantinero que.. “Amaba mucho a su Misaki, que era todo su mundo, pero que en la mañana se había enterado de que lo engañaba y tenía un amante” Y después de eso sensei empezó a decir “Que quería ver a Misaki, quería abrazar, besar y hacerle el amor a su Misaki hasta que lo perdonará por no haberle dado la felicidad que se merecía” y así me entere yo, y todos, de que habían tenido una pelea y que sensei bebía por tristeza-
De nuevo el menor sintió como una fuerte punzada de dolor le oprimía su pecho… Sus ideas eran confirmadas, Usagi-san se había puesto así por su culpa y peor, le había afectado fuertemente, tanto que empezó a decir su pena a la primera persona que quisiera escucharlo a fin de calmar un poco las ansias que tenia por él.
Pero espera... ¡¿Akihiko había revelado que estaba enamorado de él a todos los presente?! ¿A pesar de que los dos eran hombres y no tenía nadie que enterase de eso? No no podía ser. De inmediato la tristeza que sentía el castaño fue remplazada por unos grandes nervios y unas intensas ganas de ir a despertar al novelista y gritarle por haber revelado a todo mundo que eran homo.
-¡¿QUÉ DIJO QUE?! ¡NO PUEDE SER! ¡¡TODOS YA SE ENTERARON!! – Menciono el oji-verde totalmente nervioso y asustado.
-Espera Misaki-kun tranquilízate un poco, nadie se entero de nada-
- ¿Eh? Pero… lo-lo que él dijo…-
-Si lo sé, pero el nombre de Misaki también es utilizado en mujeres y todo mundo creyó que sensei hablaba de una mujer… además en su borrachera, sensei no podía a completar sus frases y se referiría ti como “su Misaki” sin dejar al descubierto que eres hombre… -
-Aikawa-san… yo… bueno acerca dela pelea, no fue mi intensión lastimar a Usagi-san, es que él malinterpreta las cosas… -
-Yo lo sé Misaki-kun, a veces sensei es muy inmaduro y hace escandalo por cosas que tiene poca importancia… (Hizo un pausa la pelirroja)…Pero también sé que sensei es muy frágil, aparenta ser muy fuerte pero cualquier herida, por pequeña que sea, le afecta en sobre manera… Y más si se trata de su vida amorosa-
La culpabilidad volvió a azotar al menor, había cometido uno de los peores errores de su vida… había lastimado a la persona que quería y todo por dejarse llevar ante sus impulsos.
Prontamente y pensando en todo lo que sentía Usagi-san, los ojos del castaño se llenaron de lágrimas; Sin embargo, antes de que pudiera dejar salir toda su melancolía y que estas rodaran por sus mejillas, unos fuertes brazos rodearon su cintura e inmediatamente lo acurrucaron sobre un fuerte pecho… el cual por obviedad correspondía a Akihiko.
-¡¡Lárgate de mi casa Aikawa!!- Menciono enojado el peli-plata al ver como su editora entristecía a su querer.
-¡¿Que?! ¡¿Que demonios dice sensei?!-
-¡¡NO VOY A PERMITIR QUE LO HAGAS LLORAR!! ¡¡LARGATE DE MI CASA!!-
-¡¿Como se atreve a decirme eso?¡ ¡Si fui yo quien lo trajo aquí cuando se quedo dormido!-
-¡¡No me importa!! ¡¡Vete antes de que te saque a la fuerza!!-
-¡¿Cómo se atreve?! ¡¡Es un malagradecido!!!-
Indignada por tales comentarios del novelista, Aikawa se dirigió hacia la puerta, más que enojada, ¿Como se había atrevido Akihiko a correrla de esa manera? ¡¡Era un imbécil!! Algo le decía que no debía haberlo ayudarlo y dejado que se perdiera en su borrachera y melancolía. Ya comprendía porque Misaki se había enfadado con él y todavía ella de buena gente estaba tratando de ayudarlos en sus problemas… ¡¡Sin duda eso se sacaba por piadosa!!
-¡Disculpe Aikawa-san! ¡¿Como se la quitó?!-
-¡¿Quitarle que?!-
-La borrachera ¿Como se la quitó? –Mencionó desesperado el oji-verde al ver como su única ayuda se marchaba.
-¡¡DALE MATA RATAS!! ¡¡A ver si así aprende a ser agradecido por los favores que le hacen!!- Contestó furiosa la mujer, mientras veía como Akihiko intensificaba el abrazo que apresaba a su inquilino.
-No diga eso Aikawa-san… Yo no sé como quitársela… ¡¡Por favor!!… ¡Se lo suplico! ¡Dígame!-
Al momento la pelirroja reflexiono, era verdad, Misaki no tenía la culpa que su casero fuera un desconsiderado, patán, inmaduro, celoso en extremo y un ingrato.
Durante algunos segundos la editora sintió culpa… Misaki era quien lidiaba día con día con el escritor y hoy tendría que hacerlo en el estado que se encontraba, lo menos que podía hacer era ayudarlo un poco a que no sufriera con la resaca que seguramente el novelista tendría al día siguiente…
-Dale 2 alka setzer* y un café cargado- Respondió la mujer justo antes de que marchara del lugar y dejará al menor con su culpa y a Akihiko con su melancolía.
Misaki comprendió al momento, tenia que buscar las pastillas que había mencionado Aikawa-san y darle un café muy cargado para que se le pasara lo ebrio a Akihiko y pudiera pedirle disculpas como se debía… ¿Pero como podía hacerlo? Si el mayor lo tenía fuertemente abrazado y no quería soltarlo.
-No te preocupes Misaki… todo está bien… yo te cuidaré- Le susurro muy bajito el peli-plata mientras seguía abrazándolo y ocultaba su cara en su cuello.
-Este….Usagi-san suéltame tengo que buscarte las pastillas- Contesto el menor mientras forcejeaba un poco con los brazos de su casero.
-No necesito pastillas… solo necesito a Misaki-
-¿Eh? ¿Que dices? De verdad estas muy ebrio Usagi-san… Déjame ir para buscarte las pastillas-
-Yo no estoy ebrio…-
-¿Ah? ¿Pero entonces que tienes? ¿Porque actúas así?-
-Porque estoy muy enamorado de Misaki…- Pronuncio muy bajito en el cuello de este, a la par que depositaba un pequeño beso en tan delicada piel y posteriormente volvía acurrucarse entre los hombros de su adoración.
La triste se agudizó en el pecho del castaño… A pesar de que le había gritado, le había dicho cosas muy crueles y sobre todo que le había dicho que le molestaba, Usagi seguía reafirmando su amor por él. Al momento, el menor, sintió como sus fuerzas se desvanecían y sus piernas flaqueaban por la culpa, dejándolo caer al suelo…
Prontamente después de que Misaki cayó, el peli-plata se desplomó junto con él e inmediatamente intensifico su abrazo, limitándose solamente a sentir entre sus brazos el estremecimiento de su adoración.
Durante algunos minutos la casa quedo así, en total y absoluto silencio y solo el abrazo de Akihiko matizando el ambiente... Así, hasta que el mayor le menciono al castaño en su oído con una tristeza tan aguda que se reflejaba en cada palabra que pronunciaba…
-Misaki vamos a mi habitación… quiero hacerte el amor hasta que otra vez vuelvas amarme-
Un fuerte escalofrió recorrió todo el cuerpo del estudiante…. ¿Que acaba de decir Akihiko? ¿Hacerle el amor hasta que lo volviera amar? De verdad Akihiko estaba más que borracho ¿Cuándo Misaki había dejado de amarlo?
Ante esto, nervioso el menor se zafó del agarre de su seme y se puso de pie… Como le estremecía que Usagi le digiera ese tipo de frases y más con ese tono melancólico como lo había hecho; Sin embargo, poco después de que se levanto pudo observar como Akihiko lo veía con sus ojos llenos de tristeza y dolor, los mismos que había puesto cuando Takahiro quería llevárselo a vivir a Osaka y los cuales hacían que Misaki aumentará su pena y culpabilidad.
-Usagi-san ¿Qué pasa?-
Al ver como su pequeño se había separado de su abrazó y lo veía directamente a los ojos, el escritor, en su inconciencia, se acercó al pie del castaño y arrodillado, tiernamente le tomó su mano derecha para obsequiarle un pequeño beso sobre esta. Después de esto, volvió a mirar sus hermosos ojos verdes, suplicándole indirectamente que aceptara su petición y dejara que lo amara esa noche.
Misaki no sabia que hacer, tenía culpa, miedo y nervios a la vez, y ver a su seme de esa forma duplicaba sus sentimientos. Prontamente el menor quitó su mano del mayor y temblando se retiró del lugar…
-Esste voy hacerte un ca-café Usa-sagi-san- Mencionó rápidamente el castaño mientras sentía como su corazón se le iba a salir de su pecho.
Alterado no más poder, se dispuso ha calentar un poco de agua y a buscar el café en la alacena. Al paso de unos segundos, Misaki se detuvo a pensar en lo ocurrido…
¿Que había sido eso de besarle su mano? Solo había hecho cuando el menor le dijo por primera vez “Te amo” y de eso ya habían pasado 3 años. ¿Por qué lo hacia? ¿Por qué lo estremecía de esa forma? Si, estaba ebrio, pero no lo parecía, actuaba igual como todos los días, ¿Que estaba pasando? ¿De verdad que estaba pasando?
Misaki se había vuelto a perder en sus pensamientos, no comprendía que estaba sucediendo y peor no sabía como responder ante eso. En un día normal le hubiera gritado al peli-plata que se callará, pero después de que por su culpa se encontraba de esa forma, no podía hacerlo o mejor dicho no tenía el valor de hacerlo.
-Misaki ¿Te he dicho que eres muy hermoso?- Mencionó Akihiko mientras lo observaba y nuevamente le volvía con un abrazo apresar su cintura por atrás.
-Usa-sagi-san no digas eso-
Al oír esto el novelista abrazó más a su niño y de nuevo escondió su rostro en el cuello, deteniéndose a oler el embriagador perfume del nervioso castaño.
-Es que eres muy hermoso…más que un ángel… eres mi ángel Misaki-
Misaki sentía como su corazón se le iba a salir, no era mentira, de verdad se le iba a salir por aquellas palabras. Akihiko lo estaba seduciendo, no como habitualmente lo hacia, sino con tono bastante dolido, tan sincero que hizo que a su corazón, con cada palabra que mencionaba, se le incrustar un puñal de hielo solido.
-De verdad Usagi-san no digas eso…ya ya en un momento te sirvo tu café-
-Misaki te amo… No podría vivir sin ti… te amo tanto… por favor no te vayas de mi lado…- Pronuncio Akihiko con un hilo de voz, a la par que acariciaba con su mejilla la parte posterior del cuello del castaño.
Ante esto el menor volvió a estremecerse…. ¿Por qué su casero pensaba en eso? Él no le había dicho que se iba a ir mudar ¿Qué estaba ocurriendo?
-E-este Usagi-san ¿Qué-que dices? ¿Por qué pi-piensa que yo me voy a ir?.-
Después de la pregunta del oji-verde, el silencio inundo la conversación de los dos hombres durante algunos minutos, así lo hizo hasta que el peli-plata se dispuso a hablar…
- Yo…me he dado cuenta que no eres feliz… Te cuesta mucho trabajo vivir conmigo, no te gusta que te bese, abrace o que te diga que te amo y cuando trato de protegerte te enfadas conmigo…-
-Este… Usagi… yo… eso… no… es- Trató de decir el menor, pero antes de que pudiera formular completamente su oración, el mayor lo calló poniendo su dedo índice sobre los suaves labios de su uke.
-Misaki hace tiempo que he pensado en esto; Sin embargo, yo lo había callado, yo sé que tú no eres feliz conmigo, pero yo pensaba que no habría ningún problema, no mientras te encontraras a mi lado, no mientras todas las noche tuviera tu cuerpo, me posesionará de él y te hiciera gemir mi nombre en la intimidad, mientras yo te amara y te cuidara… no abriría ningún problema… Por qué esa era y es mi pequeña burbuja de felicidad, mi mundo y todo lo que deseo tener...
Más, esto no es así, no eres feliz en mi mundo y mi burbuja de felicidad me ciega de la realidad… Cuando te hago el amor, gritas, forcejeas y niegas completamente mis caricias. Te enojas cuando trató de cuidarte, no quieres que vaya por ti a la escuela y tratas de negar la relación que existe entre nosotros, nunca me has demostrado alguna prueba de cariño, solamente una vez en todo este tiempo que hemos vivido juntos me has dicho que me amas y eso fue hace muchos años y por si no fuera suficiente, hoy me enterado de que… (Hizo una pausa Akihiko)… tienes un amante…-
Al oír esto, el castaño se estremeció y paralizó, nunca hubiera pensado que el mimado y engreído escritor que tenía como acompañante, el mismo que en la mañana lo había hecho enojar y del que se atrevió a pensar que odiaba, sintiera así, que tuviera miedos y temores, ansias e incertidumbres y todas con respecto a él.
-…Mi amado me engaña… (Continuó Akihiko con un tono triste)… Misaki mis celos no soportan mucho, no sabiendo que tal vez eres mas feliz con él que conmigo, que él te dio algo que yo no y que ansioso vas a su encuentro, mientras yo te esperó impaciente en nuestra casa.
Jamás pensé que hubiera alguien que te amara más que yo y hoy al saberlo mi mundo se derrumbó, por eso antes de que reunieras con él, traté de detenerte, traté de tomar tu cuerpo y hacerlo mío para que extasiado gimieras mi nombre y calmaras mis ansias, para sentir que no te había perdido totalmente y que seguías amándome... Pero no es así, por más que traté, mis palabras y acciones no te llegaron a tu corazón y con cada segundo te alejas más de mí… No quiero perderte Misaki…. No sé que haría si te pierdo a mi hermoso Misaki-
Prontamente después de decir esto Akihiko empezó a besar el cuello del menor y a intensificar el abrazo que sostenía al oji-verde, mientras le susurraba en un tono muy bajito “Mi tesoro, eres mi tesoro Misaki” “No te vayas de mi lado” “No me abandones mi pequeño”.
El estudiante se pasmo, jamás se había puesto a pensar que totas esas cosas afectaran al novelista… Siempre se le veía tan fuerte, seguro de sí que nunca se imaginó que estas acciones de su parte lo afligieran e entristecieran. Pero y a pesar de esto ¿Tanto lo quería Usagi-san? ¿Tanto para tener miedo de que lo engañara y suplicarle que no se fuera de su lado?
Después de unos segundos las caricias de parte del mayor aumentaron, buscando necesitadamente que el castaño las respondiera como siempre lo hacía, que gimiera y jadeada su nombre para después dejarse llevar por su contacto y sucumbir ante él, pero esto no pasaba. Misaki estaba totalmente absorto, no correspondía con sus suspiros, solo se quedaba viendo a lo lejos, pensando una y otra vez en lo que había dicho el peli-plata.
Al ver que su niño no contestaba a sus acciones, el mayor delicadamente empezó a desabrochar la camisa de su uke, tratando a cada instante de que sus gestos fueran agradables para el atónito oji-verde y que se dejara seducir por él y solo por él; Sin embargo algo interrumpió el triste juego pasional que Akihiko intentaba realizar.
El teléfono celular del estudiante sonó y provoco que el menor rápidamente regresara a la realidad y se alejará del peli-plata.
Tratando de controlarse a no más poder, Misaki tomó su teléfono celular y sin detenerse ni un momento a ver a quien correspondía la llamada nervioso contestó…
-¿Bu-bueno?-
-Soy yo-
Al momento palideció el menor, el hermano de Akihiko le llamaba, justo cuando los celos de su casero estaban a mil por hora. ¡No no podía ser posible!... Si se llegaba a enterar Usagi-san, solo se empeorarían las cosas.
Sabiendo que la llamada de aquel hombre solo provocara más al novelista, el castaño salió de la habitación donde se encontraba el escritor y casi susurrando empezó hablar…
-Este… no es buen momento ¿Podría hablar más tarde?-
-No, no puedo… He pensado mucho y… –
-De verdad no es buen momento, necesito colgar-
-No lo hagas… necesito hablar contigo, te invito a tomar un café-
Dispuesto estaba Misaki a decirle que no lo volviera a llamar, que borrara todo ese juego que intentaba hacer y que lo dejara en paz; Sin embargo, no hizo falta que se lo dijera, Usagi enojado le había arrebatado su celular…
-¡¡DEJA DE MOLESTAR!! ¡¡MISAKI SOLO ME AMA A MI!! ¡¡SOLO A MÍ!!- Grito enojado Akihiko en la bocina de celular, pensando que era su el amante de su pequeño, que osaba interrumpirlo mientras él trataba de enamorarlo.
-¿Akihiko estas ebrio?- Respondió sorprendido su hermano ya que muy pocas veces se le escuchaba al peli-plata con ese tono de voz y con las frase que había dicho.
-¡¡ENTIENDELO!! ¡¡ SOLO ME QUIERE A MI!!... DICELO MISAKI... ¡¡DILE QUE SOLO ERES MIO Y SOLO MIO!! ¡¡Y QUE NOS AMAMOS!!- Terminó el escritor desesperado, para al instante estirar su mano donde se encontraba el teléfono, invitando indirectamente a su querer a que le digiera a ese estúpido la verdad.
Ante el esto el oji-verde se quedó mudo, no sabía que decir… bueno si sabía, pero ¿Cómo se supone que le diría Haruhiko lo que borracho su seme le pedía para calmar sus ansias? ¡¡NO, no podía!!
Los minutos transcurrieron, el silencio se hizo abrumador y la incertidumbre confirmó todas y cada una de las expectativas de Akihiko… Misaki no lo amaba.
Al ver que su niño no contestaba, lentamente el mayor dejo caer el celular, con todavía Haruhiko en la línea, y triste se retiró hacia su alcoba… No quería saber la verdad, no si esta era demasiada cruda y dolorosa.
El castaño se quedó viendo en silencio como el escritor se alejaba. Ahora si las cosas estaban mal, había logrado empeorarlas ¿Por qué rayos no había dicho lo que le pedía Akihiko? ¿Por qué no había puesto en su lugar a Haruhiko? Y peor ¿Por qué si le iba a pedir disculpas al oji-violeta no lo había hecho?
La respuesta era muy sencilla, no lo había hecho porque era un cobarde… A pesar de que Akihiko lo amaba desde hace algún tiempo, nunca le había correspondido de igual manera, pensando en el que dirán o negando lo que sentía diciendo que no era normal que dos hombres se amaran. ¡¡Pero por Dios!! Era más anormal un cobarde a sus 21 años que demostrarle de vez en cuando un poquito de cariño a su pareja y al único que sentía algo especial cuando lo tocaba.
Decidido a cambiar su situación, Misaki camino hacia donde se encontraba el oji-violeta. Tenía que ser hombre, tenía que afrontar su responsabilidad y cambiar sus errores; Más, cuando tocó la puerta del dormitorio, notó que esta se encontraba abierta, dejando ver al momento al peli-plata, sumergido en la oscuridad de la habitación, sentado en una de las esquinas de la cama, totalmente deprimido y con su cabeza baja.
Misaki no podía soportarlo más, su mayor deseo era no dar molestas y justamente era lo que estaba haciendo, estaba preocupando al novelista y peor lo había hecho sentirse inseguro por no atreverse a decirle todo lo que sentía.
Hipnotizado por tan triste imagen, el castaño ingresó a la habitación de su casero, lentamente se le acerco y sin pensarlo dos veces, lo abrazó lo más fuerte que pudo, ocultando al instante su rostro en el pecho de este.
-Misaki ¿Por qué no me amas? ¿Qué me hace falta?- Pregunto el peli-plata dolido y con un hilo de voz al sentir como su niño calladamente lo abrazaba.
De inmediato el oji-verde sintió como su corazón se le quebraba. No quería ver a Usagi así, no podía soportar verlo así tan deprimido y todo por su culpa.
-Na-nada… no hace fa-falta nada Usagi-san-
-¿Entonces? ¿Por qué me engañas? ¿Qué te dio él que yo no te pueda dar?-
-Nada… Yo no te engaño Usagi-san-
-Por favor Misaki… Dime, yo haré todo lo que tú me digas… yo lo hare para que me vuelvas a enamorarte de mí y seamos felices-
- No te engaño Usagi-san… de verdad yo no te engaño… créeme no te engaño-
Después de esto Misaki empezó a derramar tristes lágrimas de culpa en el pecho del mayor e intentó abrazar más a su seme para que le creyera…
En su inconciencia, lentamente Akihiko correspondió el abrazo, aprisionando con todas sus fuerzas el pequeño y frágil cuerpo que se aferraba a él, rogando al cielo que fuera verdad lo que su adoración le decía y que lo siguiera amando como cuando empezaron a vivir juntos.
Durante varios segundo la habitación quedo en silencio, solo matizada por los sollozos del menor y una que otra vez la frase de “No te engaño Usagi-san… créeme” que pronunciaba el oji-verde llorando.
Así se mantuvo hasta que el mayor pronuncio… -Misaki… si me amas, calma mis miedos… bésame- mientras ocultaba su cara ente el cuello y hombro de su adoración.
La sorpresa no se hizo espera de parte del castaño, a pesar de todo lo que había sucedido y dicho ¿Akihiko todavía quería besarlo? Si él había sido muy malo con el peli-plata, si lo había hecho sentirse inseguro y había provocado su enojo ¿De verdad quería?
-¿Tanto detestas besarme Misaki?- Pronunció el novelista ante la falta de contestación de su querer. Prontamente el mayor dejo de abrazar a su pequeño y se dispuso a levantarse de la cama, para salir de la casa y ahogar su pena en la primera cantina que viera; No obstante, antes de que pudiera salir de la habitación, el menor se le abalanzó y empezó desesperada y torpemente a besarlo, sin pesar en otra cosa que calmar las ansias que tenia Usagi-san.
Al sentir esto, Akihiko correspondió los besos, no podía despreciar a su pequeño, no cuando deseaba y se aferraba tanto a que fuera verdad sus caricias y no solo parte de su imaginación.
Por su parte, Misaki solo pensaba en hacer sentir seguro a su casero, tenía que quitarle todas sus angustias y miedos... Era su responsabilidad, no, mejor dicho su deber como su inquilino, como su pareja y amado.
Más ante esto, de repente un pensamiento pasó por mente de Misaki, la única forma de quitarle su inquietud a Akihiko… Intimidad, tener intimidad con él, besarlo y hacerle sentir todo estaba bien, que lo amaba y que solo con él quería estar y con nadie más, hasta que olvidara el oji-violeta la tristeza que sentía.
Después de que el beso terminó, tímidamente el menor empezó a desabrochar la corbata del novelista para posteriormente proseguir con los botones de su camisa y proporcionarle temblosos besitos en su cuello, intentando hacer lo que en muchas veces el escritor había hecho con él.
Sintiendo las pequeñas manos de su uke deslizarse por su pecho, el peli-plata cerró sus ojos, dejándose llevar un poquito por las sensaciones que le causaba y las cuales se intensificaban con el estado etílico que traía, pero al paso de unos segundos los volvió a abrir pensando que aquellas maravillosas caricias eran solo producto de su imaginación.
-Misaki… no lo hagas si de verdad no lo sientes-
Esas palabras dejaron estupefacto al joven estudiante. ¿No lo sentía? ¡¡Claro que los sentía!! Sentía mucho que el escritor estuviera en esa condición, e iba a hacer todo lo que fuera para que el novelista lo perdonara.
-Yo yo quiero ha-hacerlo, Usagi-san de verda-dad quiero hacerlo-
Prontamente el menor volvió a su labor, intentando que Akihiko se relajara y olvidara todo, Sin embargo, justo después de que volviera a acariciarlo, el mayor retiró sus manitas de su piel, pero no precisamente para terminar el contacto, las beso románticamente y recostó a su adoración sobre la cama para empezar a cumplir el deseo del pequeño.
Usagi no contestó la última frase que su niño le dijo, solo se dispuso a comenzar a besar desesperadamente el cuello de su uke al tiempo que le decía “Mi Misaki… déjame amarte… Por favor… déjame amarte una vez más”
Rápidamente las caricias fueron aumentando por parte del escritor, no podía dejar pasar su oportunidad, la oportunidad que deseaba con todo su ser, para hacerle sentir a su querer todo lo que era para él.
Las manos de Akihiko después de unos segundos de rosar delicadamente el cuello bajaron hasta el frágil pecho de Misaki y se detuvieron a mimarlo con suaves caricias, primero, con delicados movimientos de sus dedos lo iban delimitando para después estimulándolo con círculos sobre sus botones rosados.
-Ahh Usagi-san ahh-
Misaki sentía como nuevamente su corazón se le salía, pero esta vez no de angustia, sino de las hermosas sensaciones que solo Akihiko le podía ofrecer.
Posteriormente de haber acariciado a la totalidad el pecho, abdomen y vientre de su niño Usagi se dirigió hacia donde principiaban los pantalones del castaño y lentamente los fue quitando hasta que dejo solamente en bóxer a su adoración. Cosa que de inmediato le extraño al menor, Akihiko no le había quitado a su ropa interior y abalanzado a degustar su miembro como siempre lo hacía.
-Ahh ¿Qué pasa Usagi-san? ¿Por qué?- Pregunto extrañado el oji-verde; Sin embargo, el mayor no contestó las preguntas de su pequeño, solo se dedicó a acercar sus labios al principio del pecho de su acompañante y empezó a reglarle pequeños besitos a lo largo de su piel.
Usagi principio a besar a su niño por todo espacio que observaba, pero justo cuando llego a la parte que delimitaba la hombría de su pequeño con su estómago, el mayor solamente besó esa parte tan sensible de Misaki por encima de su ropa y continúo sus besos a lo largo de sus muslos y piernas, recorriendo al totalidad cada centímetro de piel que veían sus ojos.
-Ahh ¿Qué? ¿Por qué? Ahh- Preguntó el menor al no ver, que su casero de posesionara de su miembro y lo devorara con lujuria, como siempre lo hacía.
-No quiero dejar ningún espacio sin mis besos, Mi Misaki… quiero probar cada parte de tu hermoso cuerpo-
Ante estas palabras el joven estudiante se sonrojó fuertemente, a pesar de que Usagi estaba ebrio no dejaba de ser como era y de ponerlo a temblar con tan solo una frase.
Después de que besó cada milímetro de la piel de su niño, Akihiko se acercó a la parte más íntima de Misaki y con los dientes se dispuso a bajar el bóxer que le estorbaba de sus planes. Ya que había conseguido lo que quería, empezó a besar loca y desesperadamente el miembro semi erecto del universitario, provocando que este dejara salir gemidos de placer…
-Ahhh Usagi-san ya ya ahhh, no juegues ahhh- Gimió extasiado Misaki al ver que después de un tiempo el peli-plata seguía besándolo y no se posesionaba de él; No obstante y pese a las exigencias del castaño, el novelista no hizo más que besarlo, nunca introdujo el miembro a su boca, ni lo toco de forma lasciva, solamente se limitó a seducirlo con sus labios sin ninguna prueba de lujuria o perversión.
-Ahhh ¡¡Usagi-san ahh!!-Grito nervioso el menor, observando como su seme con los ojos cerrados, como si quisiera recordarlo por toda la eternidad, se limitaba a solo rosar su parte más sensible con los labios y a suspirar entre ella su nombre.
Prontamente después de que el mayor logró excitar al castaño y que este ya no resistiera de tantas sensaciones que sentía, el mayor se sentó en una de las extremidades de la cama, bajó un poco sus pantalones, justo para que pudiera sacar su abultado miembro y con delicadeza acerco a su querer para acomodarlo en un posición más favorable para proseguir a amarlo. Cosa que no puso mucha resistencia Misaki, de inmediato acurruco su espalda en el pecho del escritor y permitió que este lo volviera abrazar y asimismo a que ocultara su cabeza en su cuello, dejándolo que suspirará su perfume.
Durante algunos minutos las cosas así quedaron, Usagi abrazando y oliendo el cabello de Misaki y este acariciando tímidamente la mano que le sostenía del abrazo. Así paso hasta que el mayor empezó a besar el cuello de su niño lenta y tranquilamente.
Las caricias se intensificaron, de un lado a otro el mayor besaba, hasta que sus ansias lo hicieron sucumbir a sus deseos de dejar marcas en la blanca piel y empezó a besar apasiona y fuertemente la piel del oji-verde, dejando a propósito pequeñas marcas a su paso.
-Ahh ¡Espera! ¡Espera! Usagi-san me vas a dejar marcas y tengo que ahh ir mañana a la escuela-
Al oír esto el novelista aumento la tonalidad de sus besos hasta que de nuevo su inquilino le menciono…
-¡Por favor Usagi-san! ¡Más suave! ¡Me vas a dejar marcas!-
-Misaki… Deja que todo el mundo se entere de que hoy tuve el privilegio de tenerte en mis brazos y que te amé con toda mi alma-
Ante esto el oji-verde solo se sonrojó, sin duda borracho Akihiko era más apasionado de lo que era normalmente, pero sin decir palabra alguna, Misaki movió su cuello hacia un lado permitiendo indirectamente que el peli-plata continuara su trabajo.
Al momento el novelista reanudo su trabajo, besando y dejando marcas en el cuello de su adoración a la par que con una mano lo abrazaba fuertemente y con la otra delineaba la hermosa figura de su uke.
-Ahh Usagi-san mmm ahh-
Sintiendo la tranquila mano de su seme recorrer deliciosamente su cuerpo, Misaki empezó a gemir y de un momento a otro, cerró sus ojos disponiéndose solamente a sentir los mimos que le regalaba su casero.
Las cosas así continuaron por algunos instantes, Akihiko empeñado a volver a enamorar a su adoración y Misaki solo dejándose consentir por tan agradable experiencia. Así hasta que las ansias de amar a su acompañante inundaron al oji-violeta y se separó de este, para poder voltearlo hacia él y empezar a introducir su palpitante miembro en su cálido interior.
-Ahh Ahh Duele ahhh Usagi-san ahh- Pronuncio Misaki al sentir como Usagi intentaba meter su miembro en su estrecha entrada sin antes prepararlo.
Al oír esto de inmediato Akihiko detuvo su labor y se abrazó de la espalda de su adoración con el miedo en el alma de que hubiera lastimado más a su amado.
-Ahh ¿Qué pasa Usagi-san?- Pregunto sorprendido el castaño al ver que el novelista no continuaba con su objetivo.
-No puedo hacerlo Misaki… yo no…-
-¿Eh? ¿Por qué? -
-Yo no puedo… no me perdonaría si te vuelvo a lastimar…. Deseo tanto amarte pero… no si eso significa que por mis ansias te hago daño- Pronuncio el peli-plata a la par que abrazado ocultaba su cara en el cuello de su querer.
De momento el menor se quedó callado, Usagi-san seguía triste y peor tenía miedo de herirlo con tan solo tocarlo.
Poniendo su mente en blanco y tragándose todo el pudor y vergüenza que sentía, el menor alzo un poco su cadera y sin creer lo que estaba haciendo fue lentamente introduciendo el erecto miembro de su pareja en su interior, mientras veía más que apenado, los ojos violetas de Akihiko
Misaki nunca lo hubiera hecho en un día normal, eso era seguro, pero era tanto el dolor y angustia que sentía por el novelista al igual que sus ganas por calmarlo que se tragó su vergüenza y como un hombre tomo en sus manos las riendas del asunto para hacer sentirá su pareja que no habría ningún problema… No lo lastimaría.
En ese instante el escritor sintió como un fuerte escalofrió recorría su ser y este lo obligaban a buscar el tibio cuerpo de su niño para empezar a amarlo toda la noche.
Ya unidos, durante unos segundos los dos hombres solamente se dedicaron a sentir con un abrazo el cuerpo de su acompañante, mientras los alientos se mezclaban e intensificaban el contacto.
Al paso de unos minutos el mayor empezó a moverse con delicadeza, embistiendo lentamente a su amado y procurando que sus movimientos no lastimaran a su niño.
-Ahhh Usagi-san ahh-
Las acciones del novelista se intensificaron buscando ante todo llenar de placer a su adoración, hacerlo sentir lo mucho que lo amaba y lo mucho quería estar con él.
Por su pate Misaki solo se dedicaba a sentir como su casero intentaba a entrar más en su cuerpo y lo mimaba con pequeños besos a lo largo de sus mejillas.
El acto amoroso que estaban protagonizando, era bastante diferente a los otros encuentros que en sus 3 años habían tenido, en lugar de tener lujuria y deseo por ser uno mismo, solamente se dedicaba ambos en sanar heridas y demostrase cada uno mucho lo que se amaban y lo que se necesitaban.
Después de algunos minutos, las caricias aumentaron al igual que los gemidos del menor ya que su cuerpo pedía más contacto del oji-violeta, el cual indirectamente el mayor sintió, y muy despacio empezó a amplificar sus estocadas mientras apreciaba con cada acción, el estremecimiento y gemidos de su niño.
-Ahh Ahh Usagi-san ahhh-
Ante esto y sin querer evitarlo, en un momento el peli-plata acerco sus labios al de su acompañante y muy lentamente, deteniéndose algunos momentos a rosar los suyos, se dedicó a besar románticamente a Misaki, saboreando al contacto el dulce néctar que solo su querer le ofrecía.
Varios minutos duro el beso, junto con las penetraciones que Akihiko intentaba intensificar, así hasta que el castaño gimió excitado que estaba a punto de terminar y acabar la noche de pasión.
-Ahhh Usagi-san ahhh me voy a venir ahhh-
Al escuchar esto, el novelista se le acerco a uno de sus oídos y muy tiernamente le susurró…
-Hazlo mi pequeño… hazlo sobre mí y reclámame como tuyo-
Ante esto el oji-verde se sonrojó, no solo por lo la frase, sino porque durante toda la noche Akihiko lo había hecho estremecer con palabras que un día cotidiano no utilizaría, pero que estas al pronunciarlas estaban llenas de un profundo amor.
Prontamente y no pudiendo soportar más, el menor se vino en el abdomen de su casero mientras este le pronunciaba tiernamente en unos de sus oídos “Te amo mi Misaki…. Te amo”
Sin embargo, el castaño no se quedó atrás, Inconsciente de sus acciones y claramente estremecido por el orgasmo que tenía, Misaki cuando se encontraba terminando, gritó con todas sus fuerzas “¡¡TE AMO USAGI-SAN!!” dejando al momento paralizado al escritor por oír tan bella frase.
Después de unos minutos de agotamiento, Misaki recobro sus sentidos pero solo para darse cuenta de cómo el novelista lo observaba fijamente y como su mente, corazón y espíritu lo habían traicionado con la última frase que había pronunciado.
-Este… yo Usagi-san yo… creo que será mejor… que ya me vaya dormir a mi cuarto- Pronuncio el menor totalmente sonrojado y apenado por nuevamente dejarse llevar por sus impulsos y no pensar en lo que decía.
Rápidamente el castaño salió y se separó del cuerpo de Akihiko, y nervioso se dispuso a ponerse su ropa que por obviedad había quedado esparcida en el suelo; Sin embargo, después de que se colocó su ropa interior y antes de que se pusiera lo demás, los fuertes brazos de Usagi volvieron a apresarlo impidiéndole escapar de él.
-Estee Usa-sagi-san… suéltame…me-me tengo que ir a dormir-
-Misaki duerme conmigo esta noche…- Susurro muy quedito el mayor mientras recargaba su cabeza en la espalda del sonrojado castaño. –Por favor solo esta noche-
Durante algunos minutos el oji-verde pensó en decirle que no, correr lo más rápido posible a ocultarse de la pena por haber hecho y dicho cosas que ni en sus más profundos sueños hubiera pensado decir, pero ¿Cómo podía hacerlo? Si apenas había logrado que el novelista quitara la tristeza de su ser y lo perdonara. ¿Cómo podía irse cuando apenas las cosas se acomodarían? ¿Y cuándo muy adentro de su ser quería dormir abrazado por su seme?
Totalmente sonrojado y alterado Misaki descubrió la blanca sabana de la cama del mayor y nervioso se acostó abajo de ella, sintiendo como unos minutos después el peli-plata se incorporaba a ella y lo volvía abrazar de sus cintura por detrás…
-Te amo Misaki… Yo te amo tanto Misaki- Pronuncio Akihiko durante varios segundos hasta que el alcohol hizo que cayera profundamente dormido.
La habitación quedo en silencio, Usagi profundamente dormido y Misaki dejándose llevar también por el sueño; Sin embargo prontamente el menor recordó las indicaciones de la editora…
-Usagi-san ¡eh! despierta tengo que darte las pastillas- Menciono el oji-verde tratando suavemente de despertarlo, Mas esto no paso, Akihiko había caído profundamente dormido por el alcohol e intensa actividad sufrida y por más que Misaki intentara despertarlo no iba ser nada fácil lógralo.
Después de unos minutos Misaki reflexiono y sonriendo pronuncio…
-Mmm creo que debes estar muy cansado… Bueno no creo que pase nada si mañana te las doy- De inmediato el castaño se volvió a acurrucarse entre los brazos del oji-violeta; Mas, otra vez recordó algo que tenía que hacer...
Prontamente el oji-verde se sentó en la cama y se quedó observando un buen rato a su seme profundamente dormido al lado de él. Después de unos minutos tímidamente agacho su cara hacia donde se encontraba la oreja izquierda del mayor y sin ponerse a pensar mucho en sus palabras pronuncio…
-Usagi-san… yo yo sé que no soy un buen novio, tengo muchos defectos y me cuesta mucho trabajo decir lo que siento por ti… pero… yo yo te quiero mucho y aunque no te lo demuestre muy seguido… yo pienso todo el día en ti… yo no te engañaría con nadie… por favor no me celes tanto… confía un poquito más en mí. –
Después de esto el menor se acomodó sobre el pecho de su amado y arrullado por los latidos de su corazón se quedó dormido.
------------------------------------------A LA MAÑANA SIGUIENTE----------------------------------------------
Un molesto ruido de pajarillos cantando despertó de su profundo sueño al Gran Usagi-sensei, quien de inmediatamente se preguntó ¿¿Cómo demonios podía oír el canto si estaba en el último piso de un edificio??
Enojado a no más poder por haberlo despertado, Akihiko se dispuso a pararse e ir a matar a aquellas aves que habían osado interrumpir su sueño; Sin embargo prontamente que trato de sentarse sintió un fuerte mareo, un dolor espantosos de cabeza y así mismo una sed terrible…
¿¿Qué rayos había pasado anoche para que tuviera ese malestar??... De inmediato el peli-plata penso su pena...El engaño de su Misaki
Al parecer Akihiko, no recordaba nada de lo que después de las 11 de ayer había pasado, solo recordaba la confesión de Misaki una y otra vez y como por esta había bebido toda la tarde, intentando olvidarla.
De inmediato, reuniendo todas sus fuerzas Akihiko se dispuso a parase, pensando en solo una cosa: Ir a buscar a su niño a donde fuera que se encontrara y obligarlo a regresar a su casa aunque le costara su vida en el intento,
Así lo hizo hasta que mientras se movía de la cama oyó una adormilada voz que le decía…
-Usagi-san todavía es temprano… déjame dormir un poco más-
Al oír esto Akihiko se quedó paralizado ¿Misaki dormía en su cama? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Y por qué no se había dado cuenta de que este estaba abrazado a él, sin solo más que sus bóxer´s puestos?
No sabía que pasaba, no sabía qué demonios había hecho ayer, y mucho menos como Misaki había terminado semi-desnudo arriba de él después de lo que le había dicho, pero al paso de unos minutos Akihiko sonrió, tratando de recordar en lo que habían hecho él y su adoración la noche anterior para quedarse desnudos dormidos.
Inmediatamente el mayor volvió a acurrucarse entre los brazos de su dormido pequeño. Pensando una y otra vez en que había hecho él para que su castaño le hubiera regalado tan hermosa sorpresa de despertar a su lado.
Antes de que volviera a dormirse Akihiko reconoció que el fuerte mareo, la sed insaciable y el dolor muscular que tenía eran nada a comparación de la tristeza que ayer tuvo cuando Misaki dijo que quería mucho a su sempai… pero está a la vez era insignificante a comparación del gran amor que le tenía a su pequeño y de la gran felicidad que sentía por haberse despertado junto al cuerpo de su adoración...
Y aunque le costara la vida, no dejaría que nadie más tuviera a su amado…
-----------------------------------------------------------FIN-------------------------------------------------------
¡¡Hey!! ¡¡Hey esperen!! ¡¡Falta el extra!!
Atentamente: Anttara Lanaya
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-----------------------------------------EXTRA--------------------------------------
**Ha pasado tres días desde que Usagi-san y yo discutimos y de que se emborrachara para olvidar todo.
Creo que las cosas ya se solucionaron, a pesar de que él no recuerda nada de lo que hice y dije esa noche (Sonrojo) Me alegra mucho que no se acuerde…. ¡¡Me moriría de la vergüenza si se entera que yo le grite “te amo” cuando!!…. Bueno cuando… ¡¡Ahh ni siquiera puedo pensar en eso, es demasiado vergonzoso!!
Bueno continuando, ya Usagi-san no me cela tanto y también yo no le he dicho que voy a ver a Sumi-sempai para que siga explicando algunas cosas de la escuela… Ah por cierto ¡¡SAQUE 61 EN MI EXAMEN DE ECONOMIA!!! Creí que no lo pasaba, de verdad lo creí… ¡¡Que fortuna que el maestro considerara que tarde las tres horas en resolverlo y me haya ayudado!! ¡¡SOY TAN FELIZ POR HABER PASADO!! Prometo que no voy a volverá decir cosas descuidadamente para que no vuelva a causar problemas…
En fin creo que todo va bien… bueno casi todo excepto…
De inmediato Misaki se quitó la bufanda que traía enredara de su cuello y se miró fijamente en el espejo que tenía enfrente y del cual correspondía al baño de hombres de su escuela.
-¡¡MALDITO USAGI-SAN LE DIJE QUE NO ME HICIERA TAN FUERTES LAS MARCAS!! ¡¡Ahora tengo que traer bufanda a la escuela en pleno verano!!… ¡¡Todo mundo me ve como si estuviera loco!!**
-Misaki ¿Te importa si voy a la cafetería mientras… ¿Oye por qué tienes tantas marcas en tu cuello?- Pregunto sorprendido Sumi, justo cuando llego y vio como su amigo se sobaba las marcas moradas de su blanca piel
-¿Ah? ¿Cu-cuales marcas se-sempai?- Contesto totalmente nervioso y sonrojado Misaki al mismo tiempo que intentaba tapar con su bufanda su morado cuello.
-Las de tu cuello…-
-Jejeje yo yo no tengo marcas Jejeje-
-Ah claro Misaki… ¿Oye de casualidad te comente lo que mi padre me dijo antier?
- Este no no.. No me lo has contado…- Pronuncio ansioso el menor, intentando de cambiar la conversación de su amigo y que este no le siguiera preguntando sobre lo que borracho le hizo Akihiko a su cuello.
-Ah mira es que cuando mi padre llego antier en la noche, me comento que había asistido a una conferencia con Usagi-sensei pero que a este a mitad de la reunión había tomado en exceso y que borracho se había puesto a decir que…“Amaba mucho a su Misaki, que era todo su mundo,”… ¿Tu de casualidad Misaki no sabes a quien se refería Akihiko-sensei con esa frase?- Pregunto mal intencionadamente el peli-gris intentando poner más nervioso a su compañero.
Al momento el castaño palideció… ¡¡Claro que sabía a quién Misaki se refería el imbécil de Akihiko!! ¿Cómo se le había ocurrido decir eso en plena asamblea? ¡¡Era un tonto!!… No más que eso… ¡¡Usagi-san era un estúpido por haber dicho eso enfrente del papá de su amigo!!…
Algo era seguro, adiós señor compasión en cuanto llegara a casa Misaki ¡¡Le gritaría por ese descuido y por haberlo hecho sufrir con sus tonterías!!
-Y bien Misaki… ¿Sabes? – Volvió a preguntar sempai, con un tonito sínico e intentando que su amigo le digiera lo que por obviedad quería saber.
-Este Sempai yo yo no sé a qué te refieres…. Este voy al salón... me acabo de recordar que olvide unos cuadernos Jejeje ¡Que descuidado soy! Jejeje-
Al momento el oji-verde salió del baño y nervioso se dirigió al salón de clases con una sola idea en la mente ¡¡¡MATAR A USAGI-SAN POR HABER DICHO ESO!!!
------------------------------------------------FIN (AHORA SI) ------------------------------------------------------------