No supo cuanto tiempo había pasado desde que dejo de llorar, ni tampoco cuanto llevaba aferrado al cuerpo de Hibari, tampoco supo por que no se había apartado de el, lo único que sabia es que se sentía bien estar rodeado por los brazos del joven de cabellos azabache, le daban un sentimiento de protección, el suponía que por que sabia que era fuerte, y que estando junto a el nada le pasaría, entonces… por que le agradaba que lo estuviera abrazando, por que al estar rodeado por esos brazos sentía algo en su pecho, por que le daba una sensación extraña en su estomago, no era como cuando veía a su hermana, si no que esta era una sensación agradable,….¿¡que era lo que le pasaba!?
-será mejor que te cambies- dijo de manera cortante el azabache mientras se separaba lentamente del peliplateado,
-pero no traigo mas ropa, será mejor que me valla a mi casa y me cambie ahí- dijo el peliplateado limpiándose los rastros de lagrimas que habían quedado en su rostro, mientras caminaba rumbo a la puerta y cuando tuvo una mano en la manija…
-no- fue la única respuesta del guardián de la nube, fue entonces que el peliplateado se detuvo en su lugar- la lluvia esta muy fuerte, y la tormenta no tardara en comenzar, además no creo que puedas llegar en tu estado a tu casa- dijo contestando a la pregunta no formulada por el guardián de la tormenta.
- y que propones que agá? Que me quede aquí asta mañana!?- el italiano parecía haberse recuperado de su momento de debilidad, volvía a ser el mismo de antes, aun que en sus ojos aun se podía notar un rastro de tristeza, lentamente se acerco al italiano y se quito su chaqueta, entregándosela
-ten ve a cambiarte el baño es la puerta del fondo a la derecha- después de esto le presto un pantalón y una camisa suya,
-…..- no savia que decir, simplemente no pensaba que Hibari fuera así- gracias, y tu no vas a cambiarte, también estas empapado- pregunto apenado el de ojos verdes
-hmp, iré por otro cambio de ropa- contesto de forma cortante
-mmm esta bien, bueno me iré a cambiar- después se dirigió a donde Hibari le había indicado y se introdujo en el baño después de serrar la puerta.
Después de esto Hibari salió de su oficina, minutos después gokudera salió del baño, la ropa del guardián de la nube le quedaba un poco grande pero no tanto, lo que si puso notar es que toda su ropa estaba impregnada del olor de Hibari, lo cual no le molesto, al contrario le gustaba la loción del guardián de la nube, después miro la habitación y se dio cuenta de que Hibari había llevado un par de ponchos para pasar la noche en la escuela, ya que como había dicho Hibari, la tormenta ya había comenzado, se detuvo en la ventana viendo las gotas de la lluvia caer, los rayos iluminando el cielo de ves en cuando, el ruido de los truenos que rompían el rítmico sonido de las gotas al caer, y a las nubes que cubren el cielo.
Entonces cuando estaba ay mirando la lluvia recordó un poema que había leído hace tiempo en libros, y sin saber por que comenzó a decirlo
Duele amar,
cuando no eres correspondido,
cuando todas las cosas,
se quedan en el olvido.
Después de decir esta estrofa vio el reflejo de otra persona en el cristal de la ventana, se volteo para comprobar que esa persona era Hibari, el cual ya venia con nuevo cambio de ropa
-cuanto tiempo llevas ahí- pregunto el italiano un poco sonrojado
- lo suficiente como para saber, que no solo por esta fecha estas así- contesto de manera cortante y un poco ¿¡celoso!?
- mi vida no es de tu incumbencia- contesto enojado, y aunque no lo admitiera avergonzado
-hmp no estoy diciendo que lo sea, por que debería de importarme la vida de alguien como tu herbívoro- dijo esto mientras volteaba hacia la ventana
- lo siento- dijo el peliplateado bajando la mirada así como su tono de voz captando la atención del pelinegro- es decir tu me estas ayudando, seria justo que supieras el motivo del por que estoy así-
- no estas obligado a decírmelo si no quieres, además como ya lo dije antes, ambos pertenecemos a la familia Vongola, y el echo de que la mayoría del tiempo busque un protesto para golpearlos no quiere decir que te dejare a tu suerte en ese estado, después de todo soy el guardián de la nube- dijo el pelinegro mostrando su anillo Vongola de la nube.
-si lo eres, alguien que no esta atado a nada y va de un lugar a otro, pero que cuando se le necesita… siempre esta ahí- después de esto dirigió su mirada a la ventana- todos somos guardianes de un anillo, y depende de nuestra personalidad, tenemos un anillo que proteger no?- dijo mientras posaba una de sus manos en el cristal de la ventana
-si, eso digo el bebe- contesto mientras no perdía detalle alguno delo que hacia o decía el albino-
-pues creo que se equivocaron con el- dijo casi en un susurro- no creo que el merezca su atributo- después de esto una lagrima aventurera salió de sus ojos, deslizándose por su frio rostro en esos momentos.
- será mejor que nos acomodemos para dormir- no era que no quisiera saber quien era esa otra persona por la que Hayato estaba sufriendo en esos momentos, es solo que pensó que no seria bueno hacerlo hablar de ello si tanto daño le había echo, así que decidió actuar como si no hubiera escuchado nada.
- si-
-hay dos sofás, cada uno dormirá en uno, también hay dos cobijas cada uno tomara una de acuerdo!?- pregunto mientras alzaba una ceja y dirigía su mirada al italiano
-si mmm bueno… es que, nada olvídalo- dijo mientras se acercaba a tomar una de las mantas
-que sucede, vamos dime- contesto con su clásico tono de voz autoritario
-es que pensé que los sofás son algo cortos y que no dormiremos ajusto, as si que por que no ponemos una de las colchas sobre el suelo y con la otro nos cubrimos… ambos, pero- estaba algo sonrojado por lo que acababa de decir, mas que nada por que cuando esa idea surco su mente nunca pensó que como consecuencia tendría que dormir cerca de Hibari, no es que no le agradara la idea, el problema era eso, que no le desagradaba nada la idea de dormir junto a Hibari, incluso se podía decir que le agradaba la idea
- mmmm me parece buena idea-
-que!?- pregunto sorprendido el albino, es que nunca llego pensar que Hibari aceptara
-vamos, tengo sueño- dijo ignorando la pregunta antes formulada por el italiano, mientras ponía una de las mantas en el piso y se acostaba, para después cubrirse con la otra dándole la espalda a gokudera- no piensas dormir herbívoro
-amm si ya voy,- rápidamente se quito los zapatos y se metió bajo la colcha, dándole la espalda a Hibari – buenas noches- pero no recibió respuesta alguna- gracias… Kyoya- después de esto volvió a ver la lluvia caer por la ventana
Hibari se sorprendió al escuchar su nombre salir de los labios de Hayato, para ser sinceros, le agrado como se escucho, entonces escucho a gokudera sollozar nuevamente, sin embargo pensó que era mejor escuchar en ves de interrumpirlo
Duele amar,
a la persona equivocada,
de la que siempre te dijo,
que mucho te amaba.
-Pero en verdad eres la persona equivocada?, en verdad me equivoque al enamorarme de ti? Cuantas veces me dijiste que me ambas? Acaso eso también fue mentira? Me equivoque al creer que en verdad me amabas?- Hibari no soportaba la intriga de saber quien era esa persona por la que Hayato se encontraba así, quería saber fue el maldito que se atrevió a hacerle daño y hacerlo pagar. Después no se escucho ningún ruido, después de llorar en silencio gokudera se había quedado profundamente dormido, pero cierto chico que estaba acostado a su lado no, con cautela se dio la vuelta y miro la espalda del albino, comenzó a tocar su cabellos, a acariciarlo, no sabia la razón del por que lo hacia, solo sabia que quería hacerlo, entonces sintió como el chico se movió un poco, y después se dio la vuelta a un dormido dándole la cara a Hibari, Hibari no izo nada, comenzó a contemplar su rostro, y entonces una mano aventurera de este quiso conocer el rostro del chico, y así fue, comenzó por acariciar su cabello, después bajo a su frente para después detenerse en su mejilla.
-tsk maldito idiota- el ojiverde comenzó a hablar dormido captando la atención de Hibari,- te amo…- Hibari no supo por que, pero no le agrado que Hayato estuviera enamorado de alguien mas, fue entonces que el albino se acerco al cuerpo de Hibari en busca de calor y se aferro al pecho de este, Hibari simplemente lo abrazo con uno de sus brazos rodeando la cintura ajena y lo atrajo mas a el, definitivamente le agradaba la compañía de aquel herbívoro
Fue entonces que Hibari se dio cuenta que el ya había escuchado ese poema antes, y fue entonces que recordó el final, y lo dijo en un susurro que nadie escucho jamás.
Duele amar,
sin ser amado,
pero duele más,
estar equivocado.
Por eso,
y por muchas cosas más,
verdad que duele amar......
Después de decir estas líneas se entrego a Morfeo para disfrutar del sueño, y anqué jamás lo admitiera… de estar al lado de Hayato.