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Corazón por Zafira

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Notas del capitulo:

Ey, muchas gracias por sus comentarios... y bueno, espero no desepcionarlos al agregar esta conti... espero que les guste.

Me dedique a perderte

 

Sus pasos lo llevaron rumbo a su habitación, su corazón latía dolorosamente en su pecho, no podía creer lo que había pasado, empezaba a creer que aquello debía ser una pesadilla, una broma de muy mal gusto… cerró la puerta tras de sí, levantó la mirada y era como si todo a su alrededor fuera diferente, miles de preguntas asaltaban su mente, pero una era la que sobresalía de todas ellas… “¿En qué momento?”… pero las señales estuvieron siempre frente a sus ojos y él se negó a verlas… ahora, ya era demasiado tarde…

 

Porque no te bese en el alma
cuando aun podía

 

Todo era su culpa, todos los recuerdos de sus múltiples rechazos inundaron sus pensamientos y la presión en su pecho se hizo mas fuerte y dolorosa… se arrepintió de cada momento vivido y desaprovechado…

 

porque no te abrasé la vida
cuando la tenía

 

Ahora ya estaba todo perdido, ni fuerzas para reír con ironía tenía… y pensar que había sentido alivio de ver como en aquel tiempo, su asfixiante prometido accidental, pasaba mas tiempo con su amigo, le agradeció tanto a Murata el que haya intercedido con él después de aquella discusión… aunque debió salir a buscarlo cuando notó que tan entrada la noche, él no había vuelto a su habitación… se maldijo por el pensamiento que lo tranquilizara en aquella noche… pues se mostró aliviado de no tener que compartir su lecho con él…

 

Había pensado que su nueva actitud era producto de la madurez, no quiso ver que el brillo de sus bellos ojos había disminuido, él seguía a su lado, más tranquilo y eso le pareció perfecto… Cuando días después de la pelea le había dicho que ellos eran buenos amigos y le había recalcado que él no podría enamorarse de un hombre, no quiso ver, esa era la verdad….

 

Y yo que no me daba cuenta
cuanto te dolía

 

Él era sin lugar a dudas un enclenque… no sólo lo había herido… ahora él era quien sufría… y todo culpa de su estupidez

 

y yo que no sabía
el daño que me hacia

 

Pero la verdad estaba frente a sus ojos, la posibilidad que viera en aquella máquina podía cumplirse… el simple recuerdo de sus últimas actitudes eran tan evidentes, pero siempre estaba tan ocupado… la voz a penas salía de sus labios… ahora todo era más claro…

 

¡Como es que nunca me fije… que ya no sonreías…! – murmuró y su voz comenzó a quebrarse, de hecho Wolfram desde que lo había conocido, pocas veces le sonreía, pero sin lugar a dudas dejó de hacerlo después de aquella platica - ¡y que antes de apagar la luz, ya nada me decías! – las pistas siempre estuvieron ahí… y él no las reconocía… cómo no lo había visto… no, si lo había visto… notó que había un cambio… pero no quiso saber cual…

 

En su rostro se formó una mueca… “Que aquel amor se te escapo, que había llegado el día… que ya no me sentías”… - ¡Que ya ni te dolía! – murmuró dejándose caer recostado por la puerta… su cabeza reposo por el marco, mientras de sus ojos comenzaron a caer silenciosas lágrimas…. Él no tenía nada qué reclamar… después de todo…

 

¡Me dedique a perderte… y me ausente en momentos que se han ido para siempre! – habló con amargura recordando absolutamente todo, sus ausencias constantes, sus huidas - ¡Me dedique a no verte… y me encerré en mi mundo, y no pudiste detenerme! – siempre le había sido más fácil huir a Japón, cuando sucedía algo que no le gustaba… como la ocasión en que lo encontró en su cuarto la primera noche… - ¡Y me aleje mil veces… y cuando regrese… “te había perdido para siempre“! – no tenía el valor de decir aquello en voz alta, pues decirlo querría decir que era todo verdad, y no producto de su imaginación, no la pesadilla que sentía que era… - “¡y quise detenerte!”… Entonces descubrí… - no pudo seguir hablando… su mente le envió nuevamente la imagen que encontrara al seguir al rubio luego de habérsele declarado… - “¡que ya mirabas diferente… me dedique a perderte!”... ¡Me dedique a perderte!...

 

Aquella noche no halló paz en los sueños… la cama era demasiado grande y fría… pero sabía que no habría nadie que viniera a calentarla… ya no más… cuando despertó, la novedad ya era conocida por todos, le dolió ver tan felices a todos, incluida su adorada hija, por la novedad… deseaba hablar con él, encontrar la manera de exigirle una explicación, pero sabía que no tenía el derecho… él lo empujo hacia su compañero, muy tarde notó que había peligro de perderlo…

 

Ingresó a su oficina, pues no deseaba estar rodeado de gente, ninguno de los nobles se mostró enfadado con Wolfram por haberlo rechazado, menos su tío que parecía sencillamente feliz… ahora solo tenía miles de preguntas en su cabeza… y una sola respuesta… era un cobarde…

 

¿Porque no te llene de mí, cuando aun había tiempo? – susurró cerrando los ojos mientras el sonido del exterior llegaba a sus oídos… - ¿Porque no pude comprender, lo que hasta ahora entiendo? – mordió su labio inferior con fuerzas intentando con todas sus fuerzas contener las lágrimas… y tragarse las ganas de ir a buscar a su prometido para alejarlo de ese amigo que ahora mismo consideraba un traidor… sólo ahora sabía la verdad, solo ahora tenía las respuestas - ¡Que fuiste todo para mí, y que yo estaba ciego… te deje para luego...!

 

Su voz llegó hasta sus oídos… se puso de pie y se acercó hasta aquella ventana… apretó con fuerzas sus puños… negó con la cabeza al tiempo en que de sus ojos comenzaban a caer lagrimas de impotencia… era egoísta, unos días atrás notó como le comenzaba  a hacer falta el demonio, y una extraña incomodidad lo embargó después de notar unas extrañas miradas entre él y Murata… ahí  comenzaba a sentir mas fuertemente  que había algo mal… notó, aunque fugaz, una sonrisa sincera para el sabio cuando este vino a visitarlos, en su interior el poderoso maou le exigió en sueños hacer algo, pues sentía a su príncipe más distante, y eso no era común… tanto que él mismo tuvo que aceptar que también lo sentía así… pero fueron las forzadas ausencias de Murata lo que le hicieron notar de aquellos suspiros pensativos… y luego la insistencia de su prometido por saber cuando el sabio volvería, pero fue su alter ego quien le dio la alarma… después de ver las miradas del sabio hacia el rubio en una de las reuniones… su amigo se estaba confundiendo… eso pensó… “¡este maldito ego!”… se cuestionó con ironía…

 

Ni siquiera tuvo la fuerza para interrumpir cuando los vio… pues en ese momento para él, todo estaba claro… Murata había estado cuando él no, y Wolfram lo necesitaba más que a él ahora…

 

¡Me dedique a perderte!... “y me ausente en momentos que se han ido para siempre” -  ya nada de lo que pensara o hiciera cambiaría las cosas… al final todo había sido su culpa - ¡”Me dedique a no verte”… y me encerré en mi mundo y no pudiste detenerme! – solo quien no quiere ver, se le pasar demostraciones tan evidentes… realmente se sentía un estúpido… solo a un tonto como él le pasaba aquello…  “Y me aleje mil veces!... pensó en sus acciones aceptando con amargura que aquello sólo podía tener un desenlace… “y cuando regrese te había perdido para siempre… y quise detenerte”…

 

Sonrió por su idea tan absurda… él pensó que proponiéndole matrimonio a Wolfram frente a todos los nobles, le demostraría a Murata a quien amaba el rubio… cuanta fue su sorpresa al notar su expresión sorprendida, y que sus ojos no repararon ni en él ni en los nobles, sino en la reencarnación del Gran Sabio… “Entonces descubrí que ya mirabas… diferente”….

 

Lo había seguido tan pronto como su amigo y compañero abandonó la habitación… y como no había querido entender el significado, él también los siguió…

 

¡Me dedique a… perderte!…

 

La puerta estaba entre abierta… escuchó claramente la respuesta a su propuesta… aún sentía su corazón contraerse en su pecho ante la escena que se mostraba frente a sus ojos… Murata se había aproximado a Wolfram y lo había besado, como jamás él se animó a hacerlo…

 

Percibió que no estaba solo, detrás suyo estaban los otros nobles, al parecer también lo habían seguido… Waltorana estaba feliz… incluso Gwendal… él no pudo hacer otra cosa más que reír al ver como tanto el rubio como su compañero les miraban un tanto asustados… con su sonrisa y una afirmación de la cabeza… les dio su aprobación… probablemente esa era la primera vez que por algo que él hiciera, Wolfram sonriera tan cristalinamente…

 

¡Me dedique a… perderte!

 

 

 

 

“Me dedique a Perderte” de Alejandro Fernández

 

Notas finales:

Jeje ok... ahora si, Besitos...


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