Capitulo 12. Nuevas dificultades
Ya estaba bastante entrada la noche, llevé los caballos hacia el establo y ahí desmonté para luego cargar a Wolfram en mis brazos, el pobre se había quedado completamente dormido. Se veía tan, pero tan lindo que…hay por Shinou que cursi me estoy volviendo…pero es la verdad se veía extremadamente lindo y…besable…pero me contuve. Metí a los caballos a su respectivo sitio y caminé con extremo silencio hacia las habitaciones, cuidando que nadie nos viera.
Pronto llegué al que ahora era el cuarto de Wolf, abrí como pude la puerta y rápidamente lo deposité en la cama. Y en cuanto lo hice, abrió los ojos con pereza.
- ¿ Ya llegamos?- me preguntó con la voz cansada
- Si, ahora cambia tu ropa, parece que aun está algo húmeda y no quiero que te enfermes
- Ah! Es verdad- se levantó de la cama y fue hacia su armario…de dónde sacó… ¿una pijama normal?
- ¿Y…tu camisón rosa?- ups…no pude evitar preguntar
- Eh? Oh! Es que ya no lo uso, no me gusta- dijo sin siquiera darle importancia…luego se me quedó viendo…como esperando algo
- ¿ Sucede algo?- pregunté, ya que no dejaba de mirarme así
- Bueno…es que me voy a cambiar…¿podrías salir?- me dijo un poco sonrojado
- ¿No puedes cambiarte en el baño?- la verdad aun no quería irme
- ¿Y tú no puedes salir en lo que lo hago?-noté su molestia
- Si no vas a cambiarte al baño, entonces yo mismo te ayudaré a ponerte la pijama- susurré a su oído, pues me había acercado bastante ya.
- Está bien, está bien…iré al baño- lo vio introducirse en dicho cuarto y mientras yo esbozaba una sonrisa triunfadora.
No tardó mucho en salir, era tan extraño verlo usando una pijama semejante a la mía, aunque en un color más claro…extrañaba verlo en camisón.
- Ya, ¿feliz?- me preguntó soltando un bufido
- Si- sonreí tontamente…
- Bueno…ahora me iré a dormir, que descanses Yuuri- dijo introduciéndose en la cama.
- Que descanses Wolfram- estaba por marcharme cuando la voz del rubio me detiene
- Yuuri…-dijo en un susurro
- Si?- contesto al mismo tiempo que me giro para verlo.
- Gracias…por lo de hoy…por todo-musitó bajito y mirando hacia otro lado…puedo jurar que estaba sonrojado
- De nada- le respondí, acercándome a él y depositando un beso en su frente- Buenas noches- sin más que decir, salí del cuarto, dirigiéndome hacia el mío.
Llegué a mi habitación, listo para descansar, pero no esperé encontrarme con una mala sorpresa dentro de él. Murata se encontraba sentado cómodamente en mi escritorio.
- ¿Qué tal tu cita, Shibuya?- estaba molesto, tal vez lo no demostrara, pero lo conozco bien y sé que lo estaba.
- Eso no te interesa- dije caminando hacia mi cama.
- Crees que con esto ya tienes ganado el juego?- se levantó y se puso frente a mí
- No, pero no pienso rendirme, ¿acaso de molesta que lleve más ventaja que tú?- la verdad así me sentía.
- Ja! No por mucho, ten cuidado Shibuya, no vaya a ser que te lleves una sorpresa- dijo antes de salir del cuarto.
No me afectó en lo más mínimo lo que acababa de decirme, me sentí satisfecho, pues supe que había sembrado en él la semilla de la inseguridad. Con aire triúnfate, me puse la pijama, me metí en la cama y me quedé dormido.
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La mañana llegó rápido, aunque no comenzó muy bien que digamos. Me llevé tremenda reprimenda por parte de Gwendal y Gunter por saltarme los deberes del día anterior, aunque la verdad no me importó, ya que había valido la pena. Desafortunadamente ahora tenía que hacer el doble de trabajo, cosa que me llevaría toda la tarde y a su vez significaba que no podría estar un rato con Wolfram.
Al mediodía exigí tomar un descanso, me dirigí hacia el jardín para tomar un aperitivo y justo en el camino, me encontré con Wolfram y Allen que venían muy contentos platicando y en ese momento pude notar un detalle que no me agradó ni tantito…venían tomados de la mano.
Por fin notaron mi presencia y Wolfram me regaló una sonrisa muy, muy grande y cálida, mientras que Allen me miraba fríamente, creo que ya se había creado nuestra rivalidad desde el momento en que le comenté que ya había sido el prometido de Wolf.
Hizo una reverencia a manera de saludo, la cual recibí con la misma frialdad que me había sido dada.
- Yuuri, tengo algo que contarte, a ustedes también hermano, Conrad- dijo muy feliz.
En ese momento llegó Murata.
- Alteza- saludaron los dos chicos que estaban frente a mí. Algo me decía que no me gustaría la noticia.
- Wolfram- le devolvió el saludo aquel que fuera mi amigo.
- ¿Qué es lo que quieres decirnos Wolfram?- preguntó Gwendal, se veía impaciente.
- Oh si! Bueno…Allen y yo somos novios- soltó por fin, mis temores se estaban materializando.
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