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Romántico por Ciel Phantom

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Notas del capitulo:

como dije es un itento de comedia, y nuevamente me salio el tiro por la culata, nunca pongo ese genero por si no resulta gracioso, pero bueno ya cometi el error asi que coment, son muy bien recidos y mas si me dicen si les parecio gracioso o no vale nos leemos en el siguiente cap

 


Termine disculpándome con Wólfram casi dos días enteros, asegurándole que todo fue un mal entendió, que nunca en mi vida nadie me había dicho que las flores tenían un significado, que yo solo quería regalarle algo bonito. Pero por sobre todo que no pretendía romper el compromiso. Eso si me costó decirlo. Una vez que estuve seguro que ese pirómano de mal carácter que tengo por prometido entendió la verdad tras mi error lo deje tranquilo.


 


 


Pero aun sigo con la idea de las cosas románticas. Un chocolate. Casi grite. Son seguros porque no tiene  ningún significado ¿verdad? Son solo una golosina. Ahora el problema es en donde conseguirlo. Si voy a la tierra gastare mucho tiempo y dinero porque los chocolates que valen la pena haya son muy caros. Aquí, pues aquí con conozco una tienda de ese tipo.


 


 


Muy bien acabo de dar en el clavo Effel. Ella si debe saber.


 


Entro a la cocina y la muchacha que busco esta en compañía de mi linda Greta. Las dos me miran con cara de sorpresa.


 


—Chocolate —digo no muy consciente de que ellas no leen la mente, la doncella me extiende un plato con varios trocitos. Niego con la cabeza para aclara — ¿en donde vende chocolate?


 


Esta vez parece ser que si me di a entender. Ellas me miran y sonríen muy ampliamente. Greta dice algo de que irá por un abrigo y yo le grito que no deje que Wolfram se entere


 


—El chocolate es para su excelencia ¿verdad? —pregunta muy emocionada aunque no tan explosiva como las otras tres


 


—Si —es lo único que contesto y bajo la cabeza, ella no contiene su risa, se que se debe al mal entendido de las flores


 


—No se preocupe todo estará bien —, me consuela para luego agregar —el chocolate favorito de su excelencia es el amargo.


 


—Gracias  — estoy agradecido.


 


 


Estando por las calles del pueblo casi puedo jurar que nunca han existido las guerras en este mundo, después de todo es tranquilo y todos me saludan con una gran sonrisa en los labios. Effel me conduce a una confitería casi en el extremo del pueblo. Un anciano nos recibe con amabilidad, correspondo haciendo una reverencia y el sujeto casi se va al suelo a ver quien soy.


 


—Oh!! Majestad es un honor tenerlo aquí — casi pudo jurar que besaría mis pies si se lo permito —en que le puede ayudar este fiel servidor suyo


 


—Mauret levántate —esa fue Effel —el Maou no es de ese tipo de gobernantes, a él puedes hablarle sin tanto formalismo —el anciano levanta la cabeza y la chica castaña asiente con la cabeza en señal de todo estará bien


 


—¿En que puedo servirle Majesad? —pregunta ya más calmado


 


—Chocolate —está bien debo empezar a no dejar que mis ideas se explayen en mi mente y mi boca solo diga lo ultimo


 


—Su majestad quiere un chocolate para regalárselo a alguien muy especial —comento rápidamente ella salvándome de verme como un tonto


 


—Oh!! Debe ser para su Excelencia Von Bielefeld


 


—¿Que acaso todos saben mi vida privada? —dije con amargura


 


—¿Que no es para él? —el viejo volvió a temblar —lo siento mucho majestad, le juro que nunca nadie sabrá que le regala chocolates para otra persona


 


—Eh!!! —como demonios terminaron así las cosas


 


—Después de todo el tener un amante no tiene nada de malo —y ahora que tanto está diciendo —digo usted es joven, fuerte, tiene que desfogar esa pasión  —levanta el puño  —aunque debo decirle que si yo estuviera en sus zapatos no dejaría solo a Lord Bielefeld —. Eso si me hizo prestar atención —porque por ahí escuche que la noche pasada alguien salió del castillo a hurtadillas y pues se rumora que venía de la habitación e su excelencia, es el mazoku mas codiciado del reino y pues no hay quien no desee meterse en su lecho —su sonrisa lujuriosa no paso desapercibida para mi —si tan solo fuera más joven, ya sabría Lord Bielefeld lo que es tener un hombre entre las piernas…


 


Y ahí murió mi título de rey pacifista.


 


Con un coraje mas allá de mi entendimiento corrí como alma que lleva Shinou. Conrad me saludo en la entrada y como si se tratase de mi peor enemigo lo sujete por las solapas de la chaqueta.


 


—Wolfram ¿en donde esta?  —pregunte ya casi al borde de la histeria, necesitaba verlo


 


—Creo que se retiro temprano a su habitación, pero pidió no ser molestado hasta mañana


 


—Con que hasta mañana ¡eh! —mi saliva estaba comenzando a escurrir por la comisura de mis labios. Era un toro embravecido. —Yo voy a darle tranquilidad pero por la eternidad —ahora no había nada en este mundo que me detuviera de encontrar a MI PROMETIDO


 


La puerta fue abierta de par en par, sin importarme nada. Mis ojos se agrandaron, mis manos sudaban, y mi boca, mas bien mi mandíbula se fue al suelo.


 


—Yuuri —el estaba casi en la misma situación que yo, excepto por la mandíbula, la cual la tenia apretada conteniendo su molestia —Shibuya Yuuri podrías hacerme el favor DE CERRAR LA MALDITA PUERTA —grito lanzándome una almohada —Y USTEDES PARDA DE PERVERTIDOS QUE ESTAN MIRANDO, LARGO DE AQUÍ — y ahí fue que note que no era el único mirando el cuerpo casi desnudo de mi rubio, quien por cierto estaba solo.  Estaba a punto de tomar un abaño.


 


—¿Que fue lo que vieron? —pregunte aguantando las ganas asesinas contra las tres personas junto a mi


 


—Nada —gritaron la respuesta más inteligente que les vino a la mente


 


—Contare hasta tres antes de que comience a cazarlos, cuando los atrape desearan no haber nacido… uno… dos…


 


 


Salieron a todo correr.


 


Ya por la noche y con dos barritas grandes de chocolate entre a la habitación. Wolfram estaba en la cama sujetándose el estomago.


 


—Te duele mucho Wolf —pregunta tonto viéndolo en cama


 


—Si enclenque —tomo un poco de aire para continuar —pero no te preocupes, con que no vuelva a ver una sola barra de chocolate en toda mi vida estare contento…


 


—Como —mi gran regalo se fue por el caño


 


—Hoy recibí un regalo, casi nunca los consiento pero como era chocolate amargo no puede resistirme —dio una vuelta en la cama intentado relajarse —me parece que están un poco, tal vez demasiado concentrado — ahora me mira con sus ojitos verdes —¿Qué traes ahí? —pregunta al ver la envoltura


 


—Nada —contesto rápido


 


—Yuuri…—su tono es de advertencia


 


—Es… es… es…


 


—Así se me olvidaba decirte que Yosak está en el castillo y pues dice que cuando tengas tiempo que desea darte algo…


 


—¿Algo? —Ahora mi cerebro a comenzado a trabajar —¿lo recibirte por la noche?


 


—¡Eh! ¡Ah! Si… creo que ya era noche pero como era un asunto para ti no puse objeción ¿por qué?


 


—No por nada


 


 


Los dos nos acostamos a dormir, él ahora respira armoniosamente, mientras yo lo observo.


 


Pero bueno regresamos a las cosas románticas.


 


Y si, una vez más lo pregunto. ¿Cómo es que Shibuya Yuuri, beisbolista de nacimiento término pensando en cosas románticas?


 


Soy un desastre, a este paso seré un pobre viejo frustrado para cuando logre mi propósito. Un momento. La idea no es tan mala. Voy a pedir ayuda.


 


Ahora la cuestión es ¿a quién?


 


Prospectos:


 


Conrad


 


Murata


 


Mamá


 


Creo que ninguno me convences pero ya veremos mañana…


 


Continuara…


 


 

Notas finales:

gracias por leer


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