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Los edificios Keigo por shadow_holly

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Notas del capitulo:

ANTES que nada; bueno este CAp es un regalo especial de San VAlentino a Mi queridas niñas Hyotei. Ayer me empeñe a escribir y no me levante de la mesa hasta que acabé.

Yo se que ahora no tiene much Hyotei, pero lo habra.

 

Con Cariño para: Prine Owata; Sallome mi cherry Diva preciosa; Alesita mi Tensai amada. y la capitana Musaga. Y Tambien claro esta para ni niña Yukimura (que yo quiero que sea Bunta) SuSylu.

Mi nombre es Kikumaru Eiji. Pelirrojo, simpático y aunque ahora no lo parezca también soy bastante alegre. Hace unos días terminé con mi novio, la razón es simple INFIDELIDAD. Me cambió por el jefe. He empezado una nueva vida y ahora busco seguir adelante. Mi objetivo es esforzarme al máximo, conseguir un nuevo empleo; a este punto de mi vida ya no me importa que me den una mejor paga, tampoco que tenga descanso los fines de semana… con dos horas completas para salir a comer es más que suficiente.

Capitulo 3

Inicios

-o-

Había neblina, y sobre todo hacia frio. Eiji sorbió por la nariz después de estornudar. Luego se abrazo así mismo tratando de reconfortarse un poco. Tal vez había sido el segundo peor de su vida, no estaba seguro. Pero al menos sabía que el peor día ya había pasado. Estornudó de nuevo y se quedó sentado en una parada de autobuses esperando un transporte colectivo. Tenía tiempo, que no usaba uno. La verdad siempre lo llevaba Fuji en su auto, y cuando no, viajaba en taxi. Ahora estaba en una situación crítica en cuanto a asuntos de dinero.

Al menos, ya podía respirar un poco más tranquilo. Trabajo ya tenía; y a decir verdad no era nada de lo que esperaba. Después de buscar en tres de las editoriales más famosas estaba frustrado, lo que había pasado era simple: vieron su trabajo, le reconocieron, hablaron de él como buen talento y luego simplemente dijeron "por ahora no nos interesa un autor de Shonen" y finalmente lo invitaron a regresar después. El pelirrojo se resignó a buscar a editoriales no tan importantes.

Justo al final del día y en el lugar más lejano de su departamento fue a una editorial de la que últimamente se habían oído muchos rumores, fue solo por curiosidad al dichoso lugar y donde sabía que faltaba una autora.

Entró resignado, pensando que ya nada podía ser peor. El edificio se veía bastante grande para ser una firma privada. Por dentro había bastante movimiento. Le llamó la atención que, había muchas mujeres. Luego dio una mirada más y rectificó. No había ni una solo hombre ahí.

Respiró hondo y luego fue a recepción para preguntar por el jefe o en este caso jefa de la editorial, una amable señorita lo atendió dándole una mirada de pies a cabeza. Se sintió incomodo por la forma en que lo escudriñaron con la mirada, pero trató de restarle importancia. Luego de unos minutos y preguntas comunes sobre; si tenía cita o cual era la razón de su visita, entró a ver a al jefe de la editorial.

Dio un suspiro cuando entró a la gran oficina y notó que, era un hombre el jefe; estar con tantas mujeres la verdad era incomodo. El que tenía en frente era hombre… al menos se vestía como uno, pero la belleza de ese ser bien podía ser comparada con la de una chica: piel blanca casi de porcelana y cabellos azules que contorneaban su cara armoniosamente. Yukimura Seiichi, se veía amable. Eiji se sintió en confianza con esa sonrisa, pero segundos después se opacó cuando detrás de él entraron dos personas más. Cuando los vio, empezó a desear que, mejor fueran mujeres. Ellos no se veían nada amables.

-Eiji Kikumaru, autor de UHSYA ¿Qué haces por aquí?- preguntó uno de los que entraron, tenía los ojos cerrados, y en seguida lo reconoció, se veía imponente. En ese instante el pelirrojo no pudo contestar.

- Toma asiento Kikumaru-san, ellos son parte del grupo de la editorial. Sanada Genchirou y Yanagi Renji – el pelirrojo asintió y se sentó

- Sí, bueno yo estoy en busca de una oportunidad en una nueva editorial y me preguntaba si les interesa ver mi portafolio- le dijo lo más tranquilo que pudo, después de todo esos tres lo intimidaban. Bastante.

-Conozco tu trabajo, es bueno pero en este lugar no trabajamos con tu estilo- le contestó enseguida, el más alto de ellos. El señor de piel canela y cabellos castaños, si no se equivoca el señor Genchirou. El pelirrojo trató de hacer todo lo posible por no fruncir el ceño y no mostrar una cara de desagrado por lo altanero del sujeto.

- Está bien, ha sido un honor conocerlos- el pelirrojo estaba por irse de ese lugar cuando escuchó que la suave voz del líder lo detuvo.

-Espera un momento, antes de irte quiero tu opinión- el joven de cabellos azules le mostró una hoja de papel impresa. Eiji abrió los ojos de par en par. Esos de ese papel eran… eran sus personajes de UHSYA. Pero sin duda él no recordaba haber dibujado eso ¡claro que no! aunque muchas veces pensó en lo gracioso que seria que su personaje principal terminara en los brazos del malo en un beso pasional, Fuji le dijo que no sería correcto el BL en su historia. Y esa imagen iba más allá de un simple beso y si, se parecía a sus dibujos. Y después de mirarlo de un lado y luego del otro, rió.

- Se ve bien, aunque el fondo está muy saturado- dijo, luego entendió algo… esa editorial era "una de esas" de las que Fuji le había hablado. Ventas clandestinas de material pornográfico. Supo que sin duda tenía que huir.- bueno tengo que retirarme-

-Renunciaste desde hace una semana, y tu archivo lo mandaron a otras editoriales para que no te contraten. Nadie te va a contratar. Hay dos opciones o tuviste un problema con Tezuka, tu jefe de editorial y te odia o quieren que regreses con la cola entre las piernas a pedirles trabajo de nuevo. Nadie te dará trabajo, estas boletinado.

-¡Que! Ese idiota de Tezuka- Eiji no pudo aguantar la sorpresa, luego paso a un estado de ira reprimida. Tenía que contenerse frente a esas personas. Luego de respirar hondo, supo que sin duda el causante de eso tenía nombre y apellido "Fuji Syusuke".

- A mi me importa poco lo que pasó, pero tu trabajo me gusta y si eres capaz de hacer una historia de este estilo, estás contratado- le dijo finalmente el joven de azules cabellos con una sonrisa cínica.

-¡que yo! No yo no hago hentai- el pelirrojo expresó con miedo, eso sí que le aterrorizaba, solo pensar en las escenas subidas de tono hacia que su cabeza hirviera de la vergüenza. La verdad, y a pesar de todo siempre se había considerado muy "tradicional"

- no, estas equivocado; en esta editorial solo hacemos genero BL, desde hace unos años la tendencia a este material nos ha obligado a inclinarnos por este género, y por eso todas las magakas aquí son mujeres; así que si eres capaz de hacer algo con este género, estas contratado.

-¡no! Yo no puedo- dijo cohibido el pelirrojo mientras sentía la mirada de los tres sobre él; quería irse en ese instante.

-pero si eres Homo- finalmente le dijo el de ojos cerrados. Renji, quien hablaba con toda la calma del mundo. El pelirrojo sintió que el alma se le iba, ellos no tenían por qué saber eso. ¡Nadie debía saber eso! - tenias una relación con Fuji tu editor- pero cuando escucho ese nombre… de nuevo sintió como si su estomago se pusiera al revés.

-Pero ¡cómo!- cerró los puños con fuerza, en ese momento deseó que simplemente lo hubieran invitado a regresar después.

- Renji siempre se encarga de dar valiosa información a nuestra empresa, por eso consideré contratarte; también imaginé que llegarías. Solo es cuestión de que aceptes.- Yukimura se cruzó de brazos, parecía que todo ahí lo tenían planeado.

-Tú sabes, si quieres regresar a tu antigua editorial como un perdedor o trabajar para nosotros- esa frase la había soltado Sanada Genchirou con un poco de burla en la expresión. Estaba entre la espada y la pared.

-está bien, lo haré- El pelirrojo suspiró y después de unos segundo pensó algo claramente. Tenía mucho que pensar.

-Estarás a prueba, y supongo que no te gustara trabajar con una chica, así que pensé en Akaya para tu nuevo editor- Yukimura, enseguida llamó por teléfono mientras Eiji Kikumaru apenas estaba procesando la información.

-Mañana a las 7 am es tu hora de entrada, para firmar el contrato y para que conozcas nuestra editorial a fondo- Renji apuntaba en una libreta todos los datos, además de que no dejaba de examinarlo ni un poco.

-Puedes retirarte- y después de unos minutos Sanada, cortésmente lo corrió de la oficina del jefe.

Lo que pasó después, ya era historia. Esperar una colectiva que pasara cerca de ahí, para que lo acercara un poco a los edificios donde ahora vivía y después caminar unos veinte minutos. Después de todo en los edificios donde vivía no pasaba ningún trasporte público.

Ya estaba caminando resignado, cabizbajo y sobre todo con frio hacia su casa. Todo le daba vueltas, su vida estaba cambiando completamente. Antes era un chico de familia sobre protegido, con novio, con lujos y comodidades… la verdad se podía dar el lujo de ser caprichoso y hasta llorón. Ahora no antiguo estilo de vida no aplicaba, pero igual tenía ganas de llorar. Sorbió por la nariz y luego rió un poco antes sus pensamientos, después de todo ya nada podía ser peor. O eso creía, cinco segundos después sintió agua sobre de él.

-¡fíjate Idiota!- gritó, había sido un auto de lujo que había pasado por un charco y como consecuencia lo había empapado. No había duda, eso lo había podido evitar si el conductor se hubiera detenido, pero no lo había hecho. Tembló de frio y también de coraje.

En ese instante otra luz lo cegó. Otro auto, el cual si se había detenido pasó al lado de él. Sintió miedo cuando notó que el auto se detuvo por completo. ¡Tal vez alguien lo iba a raptar! o pero aun ¡lo iban a violar! Eso de caminar por las noches a oscuras no era nada bueno.

-Kikumaru-san- le llamaron, pero el pelirrojo solo podía pensar en las cosas horribles que le haría el secuestrador-violador.

-Nya ¡no por favor!- dijo lloriqueando, luego estornudó de nuevo y cuando abrió los ojos notó una simpática cabeza de huevo en el auto. Era el doctor

-¿Se encuentra bien?- le preguntó de nuevo, con una sonrisa muy tranquilizadora a lo que el pelirrojo lo miró con cara de circunstancia. Tenía una inmensas ganas de gritar un no, ¡Que no ves que estoy mojado con agua "puerca" tengo frio y hambre! Pero luego pensó, no sería correcto hacer algo así después de todo… El doctor había sido amable con él.

-he estado mejor, gracias por preguntar- contestó, luego Oishi abrió la puerta de su copiloto y lo miró dulcemente.

- ¿vas a los condominios?- el pelirrojo asintió- vamos súbete aun está un poco lejos para que estas caminando solo-

- no te preocupes además estoy todo mojado… puedo ensuciar tu auto- dijo, luego vino otro estornudo, entendió en seguida que se enfermaría.

- Hace frio, vamos no te preocupes solo es un auto- luego de esa frase el pelirrojo se subió al auto muy quitado de la pena y miró a su nuevo salvador con ojos de gratitud.

Luego vino una plática acerca de su terrible día, los trabajos y las editoriales; el doctor por su parte le platicó sobre el hospital donde trabajaba. Parecía buena persona, mucho. A Kikumaru Eiji le daba mucha confianza. Tanto que cuando llegó al punto de una pregunta muy común no tuvo ningún problema en decirlo.

-¿Entonces terminaste con tu antigua pareja?- le preguntó el doctor cuando llegaban a los ascensores.

-Si… veras Fuji me engañó con el jefe y pensé que lo mejor era no seguir con él- dijo el pelirrojo recordando esos ojos azules que tanto le gustaban. La verdad lo extrañaba, tenía tantas ganas de verlo de nuevo. Pero luego de estar pensando en el castaño miró al doctor que tenía una mirada nerviosa.

-Disculpa mi confusión… ¿Fuji-san es hombre?- le dijo como si fuera la pregunta del millón de dólares.

-jejejeje… pues hasta donde yo recuerdo si; espero que no te moleste- el pelirrojo rió un poco, se sintió un poco incomodo. Ahora que lo recordaba la gente podía ser homofóbica. Y además ya le había dicho Fuji que decir que era gay no era nada bueno para un dibujante de mangas de tipo Shonen.

-No para nada- de nuevo el pelirrojo estaba inmerso en sus pensamientos, que ni siquiera notó el sonrojo que tenía el doctor de ojos verdes

-Buenas noches, gracias por traerme- Eiji creyó que sería mejor tener cuidado con lo que decía, pero aun así. El doctor parecía una buena persona, no había problema con que el supiera su orientación sexual. El verdadero problema eran sus nuevos jefes. Ellos sí que eran de temer.

-No es nada, lo mejor es que no llegues solo… y bueno si tú quieres yo puedo- El doctor por otro lado seguía frente a Eiji tartamudeando, pero el pelirrojo parecía no notarlo ni un poco.

-No hace falta, tengo que ser fuerte- exteriorizó, y finalmente entró a su casa cerrando la puerta y despidiéndose de aquel doctor dejándolo con la palabra en la boca, cerró la puerta y luego la abrió abruptamente. -Olvidé darte las gracias Doc.- le dijo finalmente el pelirrojo.

-Oishi, Oishi Syuchirou así me llamo- dijo sonriendo, se veía bastante feliz.

-Gracias Oishi- Eiji sonrió de nuevo, al fin sabia el nombre del doctor de ojos verdes y cabello negro.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Era de madrugada, y la verdad se sentía mal. Tenía un dolor punzante en la cabeza y no dejaba de estornudar. Ni siquiera el baño que se había dado después le había sentado bien. Pero ese no era el problema, lo que lo incomodaba realmente eran los sonidos que se escuchaban. Eran suaves pero aun así incómodos, y esa vocecita que se escuchaba al lado ya la había reconocido. Era Jiroh y alguien más. Seguramente el joven de cabellos grises. Cómo iban todo en el departamento de al lado; estaba muy bien su asunto demasiado bien. Recordaba las noches que solía pasar con Fuji, ellos también disfrutaban muy bien sus encuentros nocturnos, de eso nunca podría quejarse. Seguramente ahora las noches de Fuji debían estar muy bien acompañadas con el cara de palo de Tezuka, pensó el pelirrojo. Sintió ganas de llorar, pero ya no lo iba a hacer.

Se paró de la cama y fue por un vaso de agua y algún antiestamínico que, recordaba, estaba en algún lugar. Fue a su cocina oscura, y se sirvió el agua. Sintió un poco de frio en los pies e hizo una mueca medio extraña. Lo mejor para él era dormir, poner algo de ruido del televisor para evitar oír los ruidos de al lado.

Estaba por prender la televisión cuando escuchó lo que parecía un grito del departamento de al lado.

-Basta Atobe, ya me canse de esto- Eiji, supo que Jiroh no estaba nada bien, nadie gritaba de esa forma después de tener sexo… Muchas veces le dijeron que ser tan curioso con los gatos, era un muy mal habito, pero en verdad la curiosidad lo carcomía. Y eso superaba el dolor de cabeza que tenía. No pudo aguantar más y se pegó a la pared que daba a la de su vecino rubio.

-ya te dije que no hay otra forma, lo tomas o lo dejas-

-¡no es justo para mí! –

-la vida no es justa-

-¿que no sientes nada por mí?

-es mejor que me valla-

El pelirrojo sintió un nudo en la garganta, sentía ganas de llorar. Pobre rubio, lo entendía… bueno de hecho no entendía muy bien la situación ¡pero lo entendía! Sabía lo que era sufrir por una persona que no respondía los sentimientos de la misma manera.

Esas eran las verdaderas historias de amor… pensó. Su foco mental se prendió, y entendió algo; era ahora o nunca, tenía que escribir todo eso hacer dibujos ¡ahí estaba su nueva historia yaoi! Después de todo el día no había sido tan malo. Ya tenía un trabajo y más importante una idea.


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