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Amor robado por Pikacha-sama

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Notas del capitulo:

¡¡Hola gente bonita!!

¿Qué les puedo decir? ¿La verdad? No mucho. Sólo que espero que disfruten el capítulo de ésta historia.

 

 

Amor Robado.

1

|Robado|

Te convertiste en ladrón

pero ¿Sabes qué te robaste?

 

 

Dos azabaches se encontraban montados a caballo cabalgando por el largo sendero seguidos por unos cuantos soldados. El moreno mayor tenía una larga cabellera amarrada a una discreta liga, teniendo unas pequeñas ojeras debajo de sus ojos. Mientras que el menor tenía un peinado corto pero elegante con las puntas de atrás paradas. Sus rostros eran finos y masculinos, tenían una elegancia e inteligencia superior a la de los demás.

Mañana será trasladado, Sasuke.

Lo sé.

 

— El odio y la venganza, junto con la busca desesperada de poder destruyen a las personas…

— Tú no sabes lo que es el odio.

— Tú no conoces lo que te salva del odio.

Amor.

Estaba asustado, aturdido e impactado. Tenía muchas dudas sobre la decisión que había tomado. No quería casarse sin amor, no quería que se derramara sangre, no quería guerra, pero las cosas ya eran inevitables. Iba a sacrificar su felicidad por el bienestar del Reino y sólo esperaba jamás arrepentirse de ello.

Naruto, ¿puedo pasar?— preguntó la voz de Tsunade detrás de la puerta.

La rubia no necesitaba una respuesta para pasar porque sabía muy bien que su nieto no se la daría. Entró encontrándolo sentado en una silla mirando fijamente por la ventana, observando el negro cielo donde las estrellas resplandecían. Lo sabía, Naruto no se negaría, pero tampoco sería feliz con eso.

Se que tienes muchas dudas — hablaba Tsunade tratando de darle palabras de aliento al rubio —, pero si te sirve de consuelo tus padres pasaron por lo mismo.

Naruto que no le había prestado atención en ningún momento a su abuela, por fin aparto la vista de la noche para mirarla delante de él. Nunca se había molestado en preguntarle a sus padres como se habían conocido y mucho menos como habían terminando casándose, fue por eso que le intereso la historia.

Hace veinte años atrás la Nación del Fuego se encontraba en una devastadora guerra, pero lo importante de ella es que era interna, los Uzumaki y los Namikase peleaban para hacerse del trono. Pero bueno eso empezó mucho antes.

>>El dominio de las tierras desapareció cuando el Rey Sarutobi murió. Porque no había dejado heredero ¡¡No había quien mandara!! Muchos clanes en busca de poder comenzaron a nombrarse los Reyes de Konoha. Jiraiya y yo como líderes del Clan Namikase intentamos parar la guerra, sin embargo, nadie escuchaba y todos peleaban. La guerra cada vez dejaba más heridos y mucho más muertos. Sólo eran personas luchando por mandar y ejercer una dictadura, algo que ni tu abuelo ni yo permitiríamos. Luchamos hasta que solo los Namikase y los Uzumaki quedamos en la dura guerra. Las batallas eran constantes y las muertes abundantes, hasta que llego el día que tratamos de hacer una tregua.

Naruto escuchaba hablar su abuela, miraba su rostro joven ejercer palabra y lo único que se preguntaba era <<¿Cuántos años tendrá la Obaa-chan?>> Sabía que ella parecía una joven de unos 20 años, sin embargo, ya era toda una reliquia.

Minato y Kushina al ser los herederos de los clanes debían unirse en matrimonio y convertirse en Rey y Reina. Debían casarse y así ejercer seguridad a los clanes de que la guerra se acababa. Para Minato que era muy maduro a su edad, estaba dispuesto a todo porque la guerra terminará, así que acepto a casarse con tu madre, pero Kushina no… No me mal interpretes, ella era muy madura. Pero ella había sido una más de las víctimas de la guerra, había perdido a su madre en batalla y no quería que su muerte fuera en vano, estaba cegada por odio y venganza hacía cada uno de nosotros. Pero todo se acabo cuando miró a tu padre. Lo miro, la mira, se miraron y Cupido hizo el resto.

Pero yo…— trataba de decir el príncipe.

Sólo dale una oportunidad al chico — le sugirió con una sonrisa —. Además ya le ganaste una vez, no dudes en hacerlo de nuevo — dijo riendo. Mientras él también ponía un sonrisa su abuela se acercó y le deposito un casto beso en la frente lleno de calidez. — Todo saldrá bien — le susurró en el oído.

Eso espero…— murmuró Naruto mirando como Tsunade se iba fuera de su habitación para después soltar un largo y esperado suspiro.  

Ya no había marcha atrás.

La boda se llevaría a cabo.

 

 

En Suna las cosas eran totalmente diferentes. Después de la guerra la Nación del Viento se había recuperado fácilmente gracias a que el Rey Kazekage había hecho que su hija se casara con el heredero de las tierras de las sombras, dejando a Temari como la líder de los Nara, que eran su as bajo la manga para la guerra, sin embargo, cuando el príncipe Naruto venció al heredero Gaara en la batalla se dio por concluida con los Namikase como triunfadores.

El pueblo esperando ser sometidos bajo el mando de Konoha se llevó una gran sorpresa cuando Naruto le perdono a Gaara la vida, salvando a los Sabaku No de la deshonra. El rubio dejó una alianza entre las dos Naciones que ahora se reforzaría con una esplendida boda.

La boda será en cuatro días. Mañana Naruto será trasladado y llegará en tres días — hablaba Temari. — Espero que nos hagas sentir orgullosos al convertirte en Rey, hermano.

Lo haré — dijo Gaara sin siquiera voltearla a ver con un tono frío. Observaba por la ventana el resplandeciente cielo azul que tanto le recordaba a los ojos llenos de vida y adrenalina de un revoltoso rubio —. Les debo un favor a los Uchiha — comentó dejando escapar una pequeña sonrisa de medio lado.

Gaara se había enamorado de la personalidad rebelde de Naruto. El rubio era todo lo que él no, un ser lleno de vida, de aventura, alguien indomable que no dejaba que lo manipularan, era tan liberal y energético, despertaba todo lo desconocido en él. Era por eso que agradecía a los Uchiha de comenzar una guerra, porque gracias a ello ahora el dominaría al rubio.

Es más, él mismo le había ofrecido ayuda a Minato; simplemente tenían que reforzar la alianza de Naruto con una boda, donde las dos Naciones de unirían como una. Y aunque el Namikase lo dudó un periodo, acepto cuando los del Sonido destruyeron unas aldeas que estaban en la línea de la frontera entre la Nación del Viento y del Fuego, fue ahí donde Minato sintió el pánico de la nueva guerra que se les venía encima.

 

Un nuevo amanecer se asomaba entre el enorme castillo llenándolo de luz y colores brillantes. Era una mezcla de colores resaltantes que hacían mirar el sol como una enorme joya inalcanzable.

Naruto se movía entre sus sabanas finas, tratando inútilmente de dormir. El rubio podía sentir como los cálidos rayos del sol filtraban en su habitación dándole justo en la cara, haciendo que se despertara de aquel maravilloso sueño donde no tenía que casarse.

Con pereza comenzó a abrir sus ojos para empezar a prepararse para después emprender ese largo viaje donde solo miraría arena y que lamentablemente duraría tres días. Tan temprano y ya tenía que regresar a esa realidad que tanto lo hacía sentir muerto.

Los Uchiha cada vez tomaban más tierras e invadían aldeas y era esa la justa razón que la boda tenía que ser lo antes posible. Sólo tenía cuatro días de soltero, de los cueles tres se la pasaría en una carroza encerrado y mirando arena por una pequeña ventana. Sin duda alguna sería un viaje aburrido.

 

 

Kakashi, junto con tu escolta se encargaran de que Naruto llegue a salvo a Suna — ordenaba el Rey Minato —. Es una gran misión.

No lo defraudaré — contestó el peli-plateado.

El sensei estaba más que seguro que con Gai, Sai, Lee, Neji y Chouji podrían proteger al príncipe, aunque dudaba que Naruto necesitara protección, el chico era fuerte y daría una batalla digna hasta el final. Pero tratándose de los hermanos Uchiha tendrían que andarse con cuidado.

 

 

El viaje inicio con la despedida de sus padres, a un estaba dolido por lo que había pasado y por la pelea creada pero después de todo ¡Eran sus padres! Y pasaría un tiempo muy largo para volverlos a ver. A sus dos progenitores los abrazo con esmero y a su madre la beso esperando que su ausencia no fuera tan larga.

El sendero era largo y desierto, a su alrededor solo había arena y más arena, también estaba un sol caliente que hacía hervir la piel de los viajeros. El tiempo avanzaba lento pero el camino cada vez era menos, ya llevaban ocho horas de recorrido y Naruto no notaba la diferencia. Kakashi y su equipo iban alrededor de la pequeña carroza donde el rubio era transportado. Por seguridad, Neji se encontraba unos metros más adelante vigilando la delantera, mientras que Lee venía detrás protegiendo la retaguardia.

Kakashi notaba la ausencia eufórica del príncipe, literalmente hablando el rubio siempre se la pasaba platica y platica había momentos en que se volvía insoportable con tanta palabra, pero el día de hoy venía callado con la vista perdida en la nada. Sabía muy bien porque Naruto se encontraba así pero ya no había nada que hacer, la decisión estaba tomada y recapacitar era la destrucción de su pueblo algo que nadie quería. Pero aun así no podía dejar de lamentar la suerte de su alumno.

Buscaba las palabras correctas para decírselas al menor y que éste las entendiera, ya que Naruto se conocía muy bien por ser un cabeza hueca en ocasiones, Kakashi simplemente quería verlo como alguien “ingenuo”. Mientras tanto Naruto se había cansado de lamentarse y venía quedándose dormido, cuando notó la cercanía de su sensei en la carroza. El peli-plateado estaba a punto de darle unas palabras de aliento cuando la atmosfera se volvió toda negra, una gran nube de humo nublaba la vista de todos. Kakashi supo que los estaban atacando y que uno de los suyos había sido vencido ¿Neji o Lee?

Sabiendo muy bien que querían los atacantes dijo: — Naruto por nada del mundo salgas de la carro…—, no alcanzó a terminar de decir la frase cuando el rubio estaba afuera del vehículo, a su lado.

El rubio era decidido y valiente, no dejaría que Kakashi se quedara con toda la diversión de patearles el trasero a los atacantes, sabía que los estaban atacando ¿la razón? No le interesaba, simplemente le excitaba tener una lucha abierta, porque tal vez fueran de las últimas. Estaba sumamente emocionado por partirle la cara a alguien que ignoro los gritos y reproches de su sensei y se adentro entre el espeso humo negro que los rodeaba.

¡¡Espera!! — trató de detenerlo el peli-plateado, sin embargo, una sombra oscura se posó delante de él.

Tú batalla es conmigo — habló la sombra, avanzando un poco más hacia él dejando a la vista su identidad.

Kakashi reconoció esas facciones al instante.

Tú debes ser Itachi ¿Me equivoco?

No creo que hagan falta presentaciones, Kakashi.

Ambos sabían quién era su famoso oponente y que eran de un gran temer: Itachi; el primogénito de la rama principal de los Uchiha era el orgullo del clan; el superdotado e intelectual de la Nación del Sonido; él más sobresaliente y despiadado soldado de batalla que pudiera existir. Mientras Kakashi era el hijo del legendario Colmillo Blanco; él más audaz e inteligente de la Nación del Fuego; el soldado más fuerte y talentoso de todos los tiempos. Definitivamente los dos eran grandes rivales.

Los dos se retaban con la mirada, sabiendo muy bien que se estaban analizando mutuamente, esperando encontrar alguna debilidad superficial. El peli-plateado sabía que tenía que deshacerse del Uchiha lo más rápido posible para ir a buscar al rubio antes de que lo tomaran como prisionero. Ni siquiera sabía cuántos los estaban atacando o dónde habían quedado los demás miembros de su equipo.

Sacándolo de sus pensamientos se escuchó el chasquido de dos espadas estrellándose… La batalla había iniciado.

 

 

Lo que le faltaba, ya se había perdido entre tanto humo y lo peor de todo es que no había encontrado a nadie contra quién pelear, estaba ya algo sucio por el polvorón de tierra que había adquirido en su pequeña búsqueda. Él nunca desistía ante los retos, pero parecía que los villanos habían huido, ni siquiera escuchaba a nadie pelear ¿Qué tanto se había alejado?

Dobe — escuchó a alguien a su espalda.

La voz había sido gruesa y masculina algo que lo hizo estremecer pero no se dejo intimidar. De un sólo movimiento desenvaino su espada y giró hacia atrás para encontrarse con un azabache que tenía una mirada arrogante. Sus miradas contradictorias se toparon y sus ojos peleaban en contra de sus sentidos. Eran tan opuestos…

El pequeño principito está asustando — se burló el atacante.

La sangre de Naruto había empezado a hervir de coraje con la pequeña burla que el azabache le había hecho.

¡Teme! — gritó ya enfurecido el rubio.

Se estaba dejando guiar por sus emociones compulsivas pero aquel sujeto prepotente lo hacía enojar hasta con la mirada altanera que tenía. Se lanzó contra el moreno esperando  encestarle su filosa espada en el pecho, pero el Uchiha había parado su movimiento audazmente con la vaina de una espada.

Bastardo — susurraba el rubio ejerciendo más presión y fuerza en la espada.

Usuratonkachi —  devolvió el insulto con un tono burlesco, provocando aún más al rubio.

Al parecer el principito sabía defenderse, no por nada le había ganado al heredero  al trono de Suna. Estaba a punto de burlarse de su fuerza cuando el Uzumaki lo sorprendió con una fuerte patada justo en su abdomen, que lo hizo flaquear ¡Tenía más fuerza de la que creía! Al instante, cayó al suelo mientras que Naruto tomaba ventaja de eso y se subía arriba de él, apuntándole con la espada a su pálido cuello para que no se levantara.

Al contrario de lo que pensó Naruto, el azabache sonrió con arrogancia.

No es una posición muy decente para un doncel…

¡¡Cállate!! — rugió el rubio con llamas en los ojos ¡¡Odiaba que le hablaran de su condición!!

Era tan irritante tener que soportar a alguien tan chillón y escandaloso que Sasuke no se la pensó para proporcionarle un buen golpe en su mejilla izquierda. Por efecto de la fuerza ejercida el rubio se le quitó de encima para caer al piso por el impacto tan fuerte que le había proporcionado.

¡¡Levántate, dobe!! — Le ordenó con más burla aún, mientras desvainaba su esplendida y filosa espada, kusanagi.

Naruto gruño enojado, se puso de pie indignado para ponerse en guardia ¡¡Le demostraría quien era Uzumaki Naruto!! “Ese” no le daba ni una pizca de confianza, así que se detuvo a analizarlo un poco con la mirada; traia un atuendo muy parecido al suyo más, pero su traje galante era negro y llevaba un capa roja en su espalda. Su piel era pálida y sus ojos eran profundamente azabaches, como la noche, eran hermosos ¡¡¿Hermosos?!!

Cierra la boca o entraran moscas, idiota.

¡Ese bastardo! Tenía el tonto don de hacerlo enojar en cada una de sus oraciones. Tratando de controlas sus más instintos asesinos, preguntó:

¿Quién eres? — pero al ver que el otro no planeaba contestarle, exigió: — ¡¡Identifícate!!

Hm.

Estaba a punto de salirse de sus cabales y decirle hasta de lo que se iban a morir sus hijos cuando el azabache se le lanzó con la espada y comenzó a atacarlo con mucha audacia. Fue así como comenzó su batalla.

Sasuke retrocedía un paso y se aseguraba que después Naruto retrocediera dos. Los dos movían la espada al compas de su cuerpo adaptándose completamente a su arma. El rubio y moreno hacían sonar sus espadas en cada choque a cada dos segundos y ninguno dejaba de ejerce la misma fuerza en cada enfocada que daban. La batalla estaba bastante pareja.

El humo no se despejaba y nublaba la vista del rubio, pero aun así no se iba a dar por vencido, no importaba que tan mal estuviera la situación la vida le había hecho ver que la batalla estaba perdida solamente sí él se rendía. Además que iba a derrotar al bastardo aquel y borrarle la estúpida sonrisita de altanero que se cargaba.

Estaba por mostrar uno de sus mejores movimientos y derrotarlo, cuando en un ligero descuido, Sasuke le había rozado con su espada la cara, teniendo como consecuencia una leve herida en la mejilla que derramaba unas gotas de sangre.

Demasiado lento.

Apretó los dientes, haciéndolos rechinar del coraje que estaba teniendo, sentía que aquél bastardo sólo estaba jugando con él. Arto de la situación y lleno de furia hizo un movimiento veloz y audaz que había logrado desarmar a su oponente. Pero esa acción no había tenido el efecto que tanto quería, el bastardo seguía sonriendo con arrogancia en vez de pedir clemencia por su mísera vida.

Te estabas tardando, nii-san.

En cuanto Sasuke había hablado sintió un inmenso dolor en la cabeza y su vista se había comenzado a nublar. Sin fuerzas para seguir de pie, cayó al suelo estrellando su cara en la tierra. Alguien (muy cobarde por atacar por la espalda) lo había golpeado por detrás en la cabeza. Podía sentir un líquido cálido entre sus cabellos, sangre.

Creo que lo mate… — se oyó una voz algo lejana para sus sentidos.

Sin poder mantenerse consiente cerró los ojos dejándose llevar a la nada.

 

Continuará…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Quiero agradecer a las bellas personas que me dejaron un review anterior: Lily-chan,nk,haruki28,michii,Yukikosan, sasukitsu,mesashi, ¿Anónimo?, hikari_senshi. Se les agradece de corazón, por cierto están todos contestados ;D

Espero leerlos en el siguiente y que me dejen un fabuloso comentario.

Se dice que por cada review que dejas Sasuke está siendo acosado por Naruto...

Los quiere Pikacha


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