Iruka suspiró al ver como sus alumnos se retiraban del salón de clases. Era viernes y por ende ya había terminado con su jornada laboral con los pequeños. Su trabajo consistía en ese momento encargarse de las planillas de desempeño de los niños y el informe de las misiones.
El papeleo infernal sobre su escritorio no lo incomodaba en lo absoluto, no es que tuviese algo mejor que hacer. Siendo un hombre soltero y sin familiares no tenía nada en que mantenerse ocupado. ¿Que mejor que dos toneladas de formularios y pergaminos para mantenerse entretenido?
Tan concentrado estaba en ese mundo de tinta y papel, que casi cae de la silla al sentir el estruendo de la puerta al abrirse bruscamente. Su corazón latía sin control y tenía los pulmones prácticamente en la garganta. La persona que había irrumpido en la tranquilidad de su trabajo era el sensei de las cejas pobladas.
-¡Soy el primero!- gritó con ambos brazos en alto y una sonrisa victoriosa de oreja a oreja.
-¿Eso crees?- el castaño giró un poco la cabeza y peor fue su susto al notar que sentado junto a él se hallaba Kakashi leyendo su típico librito pervertido.
La mandíbula de Gai prácticamente tocaba el suelo. No podía creer que el otro lo hubiese sobrepasado y, lo peor de todo, se ubicara justo junto al chuunin. El peliplata tenía el mismo aire distraído de siempre e Iruka sensei se preguntaba que demoños estaban haciendo esos dos ahí.
-Disculpen…-dijo el más joven algo dubitativo.
-Te estarás preguntando que hacemos Gai y yo aquí, ¿Cierto?- el castaño asintió levemente con la cabeza- Tenemos un problema que te involucra, Iruka sensei- concluyó luego de cerrar su libro y ponerlo sobre la mesa.
-¿Me…involucra?- el sensei no entendía nada. Si era por las misiones estaba encargándose de eso en ese preciso instante- ¿Y de que se trata?…es decir, me encantaría poder ayudarlos.
-Tienes que salir con uno de nosotros- dijeron ambos jounin a unísono.
Iruka se quedó de piedra al oír la extraña petición de esos dos. Acaso se habían vuelto locos… ¿Cómo que salir con uno de ellos? ¿A donde? ¿Para que? ¿Y por que? Demasiadas preguntas para que las formule una sola persona.
-Ayer en la tarde, debes recordar, ambos estuvimos en la practica de tus alumnos en el patio- dijo Gai- Pues…en ese momento pensé- lo toma de las manos- Iruka es la persona mas maravillosa y formidable que he visto en mi vida y me gustaría poder conocerlo mejor para llevar una vida de felicidad y trabajo juntos- dijo mientras apretaba las manos del castaño con fuerza en las suyas.
- En pocas palabras cree estar enamorado de ti sensei y quiere acostarse contigo- dijo Kakashi después de soltarles las manos.
-¿QUÉ COSAS DICES KAKASHI?- gritó el poderoso, sonrojado ante la afirmación del peliplata.
-¿Qué?...¿No es así?- se cruzó de brazos- porque eso es lo que a mí me pasa.
Mientras los jounin seguían discutiendo sobre la diferencia entre amor y sexo, Iruka se quedó en blanco…como si no fuese traumático el saber que un hombre esta interesado en ti, él tenia dos…y justo esos dos. No sabía como se había metido en eso, pero tenía que salir y rápido.
-Oigan...-no lo escucharon- disculpen- seguían igual- ¡Escuchen!- gritó atrayendo su atención- Lo…lo siento pero no es posible-
-¿Por que?- preguntaron a unísono.
-Porque ustedes son hombres y yo también-
-¿Eso es el problema?...te da asco- preguntó Kakashi
-No…es eso-
-El amor no conoce género- dijo Gai con las mejillas sonrosadas y el típico brillo en su sonrisa.
-Es que…-
-¿Hay alguien más?- preguntó el peliplata- que yo sepa no…-
-Pero…-
-¿Te desagradamos?- preguntó Gai con cara de perro regañado.
-No, pero…-
-¡Perfecto!- dijeron ambos.
-Desde mañana comenzaré a ganarme tu afecto, Iruka- terminó Gai dándole un golpecito tierno en la cicatriz de su rostro.
-¿Eh?- el sensei quedó completamente avergonzado.
-Nos vemos- dijo Kakashi saliendo en compañía del peli negro que ya comenzaba a darse aires de ganador. Como si fuese obvio que iba a ser él el escogido por el castaño
-Es que… ¿A nadie le importa lo que yo pienso?- se preguntó abatido el castaño llevando ambas manos a su cabello.
La puerta se abrió nuevamente y el chuunin vio como Kakashi reingresaba, ante eso se sonrojó. Pero el jounin sonrió debajo de su máscara y tomó su libro olvidado sobre el escritorio. El peliplata era sin dudas una persona bastante interesante en muchos aspectos… se lo notaba siempre tan relajado.
-Ya me voy, sensei- dijo de forma inocente.
-S…si-
Iruka dibujo una pequeña y nerviosa sonrisa. El peliplata se acerco mas a él, con uno de sus dedos rozo la mejilla del moreno y éste levanto levemente el rostro. Sin apartar su único ojo visible de su mirada, deslizo su índice por el contorno de la mejilla y termino por acariciar su labio inferior.
-Nos vemos mañana…- susurró en un tono deliberadamente sugestivo.
- ¡Ya te vi!- grito el CJ apuntando al ANBU acusadoramente- No se valen las trampas, no te adelantes- lo giró hacia la salida y lo llevó hasta ella a empujones- Nos vemos Iruka- y al guiñarle un ojo escapó un corazón rosa flotando en el aire.
-A…ajá- el chuunin se incorporó y rápidamente le puso seguro a la puerta por dentro por si acaso- Esto…va a ser complicado- dijo resbalando contra la puerta hasta que quedo sentado en el suelo.