El chuunin casi no desayunó ese día, no se sentía con ánimos de comer, pensaba en lo ocurrido el día anterior y de hecho la posibilidad de que los jounin se unieran para jugarle una broma no le gustaba para nada. Tiró las cosas que no había comido y lavó los utensilios, quebró alguna que otra cosa también.
-Tranquilo Iruka- se regañaba a si mismo- de seguro era un…malentendido.
A pesar de que intentaba tranquilizarse con eso, recordaba que Kakashi había dicho que estaba enamorado de él y quería… sacudió la cabeza violentamente en negación. No podía ser posible que esos dos planearan “eso” con él. Además le daba vergüenza admitirlo, pero a su edad nunca lo había hecho con nadie.
Salió de su casa y, luego de ponerle llave a la puerta, descendió por las escaleras a paso lento. El día estaba precioso, así que mejor se olvidaría de su problema…después de todo los jounin de seguro estaban ocupados con alguna misión o algo así.
-Buenos días, Iruka sensei- saludó el rubio animadamente.
-Buenos días- saludó el castaño de forma algo apagada.
-¿Cansado?...ya sé, trabajas mucho- dijo sonriendo- te invito a salir un día de estos, dattebayo.
-¿Tu también, Naruto?- dio un par de pasos hacia atrás horrorizado.
-¿Eh?...ya estas ocupado- dijo inocente- No te preocupes, será otro día- y sin más se retiró, puesto que la pelirrosa le hizo gestos de que la siguiera- “Que raro esta Iruka… crei que seria mas calido con Naruto”-
Se quedó parado un momento más viendo al chico y luego se dispuso a irse al trabajo. Caminaba por las calles que lentamente se llenaban de transeúntes, cuando se chocó con otra persona.
-Lo siento- se disculpó- venia distraído-
-¿Iruka?- el joven lo miró extrañado- ¿A donde vas?
-Al trabajo- contestó naturalmente.
-¿No te acuerdas que tenemos libre hoy?- preguntó riendo levemente- en que piensas Iruka?
Ambos chuunin rieron animadamente. Nakahara, un compañero de trabajo, siempre lo ponía extrañamente de buen humor…llegó a pensar que hacia algún tipo de jutsu, puesto que no importaba que tan mal se sintiera el joven le sacaba una sonrisa.
-¿Quién es este buen caballero?- preguntó la varonil voz de Gai.
-Buenos días, Gai sensei- respondió el muchacho- Bueno…ya debo irme, adiós Iruka, nos vemos luego- y se retiró bajo la mirada nada feliz del pelinegro.
El jounin se había enterado de que los chuunin de la academia no tenían trabajo y aprovechó para ver al sensei. Pero no se había llevado una grata sorpresa al ver a ese joven cerca de él. Por supuesto que la piel blanca del compañero de Iruka, sus ojos azules-grisáceos y ese cabello celeste recogido con la bandana de la aldea no se comparaban a la belleza varonil de Maito Gai…según lo que él mismo pensaba.
- Cuando fui a ver a la hokage me entere de tu día libre y pensé que tal vez podíamos charlar un poco-
-Si…es que…-
-¿Tienes algún compromiso el día de hoy?...podemos salir mañana- agrego inmediatamente.
-No es eso, es que…-
-No quiere estar contigo Gai- dijo Kakashi que apareció de la nada envuelto en una cortina de humo- pero no te preocupes, ya encontrarás a alguien, adiós y vete por la sombra- agregó palmeándole el hombro.
-Eso no lo decides tú Kakashi- le reclamo apretando los puños.
“Otra vez” pensó el chuunin al ver que se había iniciado una nueva discusión. Ya que ambos estaban muy ocupados se dio cuenta que era la oportunidad perfecta para escaparse de los dos dementes. Salió lentamente y al llegar a una distancia considerable se hecho a correr a toda velocidad lejos de los dos locos.
Se ocultó detrás de un pilar de madera a recuperar el aliento, en cuanto se dispuso a retirarse alguien lo jalo del brazo dejándolo contra el mismo pilar en el que se ocultaba.
-Te atrape, sensei- dijo el ninja copia y dejó de taparle la boca al castaño, lo había hecho con intención de que por el susto no gritara.
-Kakashi…sensei- dijo Iruka sorprendido…y asustado, eso quería decir que el otro también andaba suelto- ¿Que…pasó con Gai…sensei?-
-Ah, él- dijo con tono aburrido- debe estar discutiendo con el clon de sombra que le envié…sabía lo que ibas a intentar, sensei-
El peliplata se acercó peligrosamente al castaño arrinconándolo con sus manos y pegando sus cuerpos. El mas bajo mantenía los ojos fuertemente cerrados y le temblaban los labios…estaba exquisitamente adorable.
-Me estás provocando, sensei…¿Lo sabes?- dijo mientras llevaba su mano al borde de la mascara. Lo próximo que paso fue que el ninja copia voló a la otra punta de la calle victima de una Entrada dinámica del poderoso Gai.
-Creíste que podías engañarme con un clon de som…-el peliplata se desvaneció-…bra. ¡AHHHHHHHH KAKASHI, Te burlas de mí!-
-No hace falta- dijo desde arriba del tejado con el chuunin cargado en brazos de forma matrimonial- tu lo haces solo-
Estaba harto de esos dos y le iba a poner fin a su problema a cualquier costo. En cuanto los dos volvieron a discutir, bueno, Gai a discutir y Kakashi a ignorarlo, Iruka los tomó a ambos del brazo y los puso contra un muro.
-Escuchen…me halaga que quieran estar conmigo, pero- pensó un momento- esa decisión lleva tiempo-
-¿Cuánto?- preguntó el del Sharingan.
-Miren…necesito pensarlo bien. Voy a usar diferentes factores y con ellos decidiré a quien escojo, ¿Está bien?- los dos sintieron- mientras tanto, no me celen todo el tiempo…ya les comunicaré lo que decido-
Una vez concluidas las instrucciones, el chuunin se retiró a paso firme. Los otros se quedaron quietos durante un buen rato.
-¿Que factores?- preguntó Gai.
-Ni…idea-
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Lee estaba apoyado en la baranda del puente sobre el arroyo, miraba su reflejo en el agua con una sonrisa. La hokage le había dado la noticia de que podía ayudarlo a sanar, estaba cansado de la muleta y no poder estar con sus compañeros y su sensei. Pero pronto estaría de vuelta.
Dentro de los reflejos de las personas que iban y venían en el momento en el que permaneció allí, le pareció ver una silueta familiar. Volteó y se encontró con Kankuro parado junto a él…no le guardaba rencor, pero le parecía extraño verlo en la aldea.
-Hola- saludó el marionetista levantando la mano, el chico le devolvió el saludo y volteó el rostro- te molesta si te hago compañía?- preguntó temeroso.
-No, por mi esta bien. Que tal están las cosas en el país del viento?-
-Es…complicado. Hay mucho revuelo- la mirada insistente de muchacho lo obligó a desviar la mirada- ¿Pasa algo?
-Me pregunto…que te trae por aquí-
-Bueno. Necesitaba…ver como estabas- respondió.
-Bien, de hecho tengo grandes noticias. La señora Tsunade dice que puede curarme, pero llevará tiempo-
-¿En serio?, genial- sonrió- entonces tienes que celebrarlo.
Lee se quedo mirando interesado al chico de Suna, no parecía ser una mala persona y no le caía mal. De hecho, se había alegrado por él y mostraba interés en su salud…tal vez podían ser buenos amigos.
-Oye Kankuro-
-Di…dime- le gustó escuchar su nombre en boca del chico de verde.
-Te invito a tomar algo para celebrar, ¿Que dices?-
-Digo… ¡Que esperamos!- ambos rieron un poco.
El alumno de Gai tomó su muleta y la calzó bajo su brazo para ayudarse a caminar. Al otro muchacho no le agrado la imagen de verlo atado a eso para moverse, siendo que cuando lo vio enfrentarse a Gaara lo hacia con tanta libertad.
Lo dudó un poco pero se acercó al muchacho y lo tomó de la cintura.
-Apóyate en mi- dijo- creo que te resultará mas cómodo.
-Gracias- se abrazó al cuello de Kankuro con un brazo mientras él llevaba la muleta.