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Second Chance por wiz_br0kenztar

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Junjō Romantica no me pertenece, solo tomo prestado sus personajes para satisfacción mía y de mis lectores, obviamente, todo sin fines de lucro. Solo me pertenecen mis personajes.

Second Chance

Capitulo 6

Invitación


Nowaki salió de una habitación con un rostro mostrando una profunda decepción. El paciente, de solo nueve años de edad, había sufrido de un ataque cardiaco y lamentablemente fueron vanos los intentos por revivirlo. No era la primera muerte que se le iba de las manos, pero de todos modos el sentimiento era el mismo… ahora menos podría irse a casa tranquilo.

Suspiró cansadamente y decidió que sería mejor irse antes de que lo volvieran a llamar para una emergencia. Caminaba lentamente por los pasillos del hospital hasta el cuarto de descanso de los médicos con la misma tristeza en su rostro. Había muchos de sus pacientes en aquellas habitaciones por donde pasaba, le dolía pensar cuál de todos ellos sería el siguiente.

Mientras caminaba, observó que una puerta se abría y de ella salía un hombre alto de cabello grisáceo. Lo reconoció inmediatamente y no le agradaba mucho tener que toparse con él nuevamente. Por su suerte el escritor no lo vio y siguió caminando por la misma dirección por la que iba Nowaki. Cuando el hombre dio la vuelta en el pasillo, el joven médico se detuvo frente a la puerta de donde había salido el peli plateado.

Le dolería cualquier muerte de un paciente suyo, pero si la pequeña Kamijō tuviera que morir como había pasado con el otro niño…no podría atrever a aparecer frente al hombre de cabellos castaños nuevamente y el misterio de sus ojos quedaría sin resolver.

Hasta que alguien más lo resolviera…

Cerró su mano fuertemente. No dejaría que nadie más se entrometiera en su misión, que alguien más se ganara la confianza de Hiro-san.

Miró la puerta por última vez antes de seguir su camino, definitivamente se creía estar locamente enamorado para querer hacer todas esas cosas por alguien. Nunca antes se había sentido de esa manera, así que todo eso era nuevo para él.

Y la conversación que había escuchado hace rato… vaya, se sentía de lo más culpable al haber escuchado algo que no era de su incumbencia. Un secreto donde solo dos debían saberlo, el médico se convirtió el tercero en saberlo sin que los otros dos supieran de eso. Se sentía privilegiado y culpable al mismo tiempo.

"Hiro-san no debe saber que escuché todo," se propuso en sus pensamientos, sabiendo que si decía algo, todo podría irse a la ruina.

Tomó sus cosas de su casillero y salió del hospital, despidiéndose de varias personas mientras caminaba hacia la salida del hospital. Cuando llegó al complejo de departamentos donde vivía, sintió un gran vacío ya que la persona que vivía en su mente casi todo el tiempo no se encontraba en ese lugar, si no en el hospital que había dejado atrás. Pero eso no evitó que siguiera pensando en él.

Mientras se preparaba algo de cenar, se duchaba y preparaba todo para el día siguiente no dejó de pensar en el profesor de cabellos castaños, y en el sufrimiento que este pasaba. La vida de él corría alrededor de su hija, cualquier cosa que le pasara a ella, el padre era el primero que sufría. Nowaki solo podía pensar en lo afortunada que era esa niña.

Acaso… ¿sentía celos?

Es humano ese sentimiento y al joven médico le avergonzaba admitirlo, pero si podía sentir celos al ver que Miku recibía más atención… la atención que Nowaki quería recibir. Se sentía estúpido al respecto, era obvio que la pequeña Kamijō recibiera ese tipo de afecto ya que sin tener a su madre, Hiroki era el único que le quedaba además de sus abuelos.

"No puedo culparla…" pensó tristemente "Ella necesita de esa atención."

Ya recostado sobre su cama, con los brazos debajo de su cabeza; con las luces apagadas y mirando hacia el techo donde lo único que podía ver era el rostro de ese ángel de ojos marrones. Lo único que le animaba era que mañana podría verlo otra vez, revisar a la pequeña Kamijō sería lo primero que haría en su turno.

No supo cuando se quedó dormido, pero si sabía que sus últimos pensamientos fue, y lo serían hasta que saliera el sol, Kamijō Hiroki.

oOOo

Con sus brazos sobre la cama y su cabeza sobre estos como almohada, fue así como el profesor de literatura de la Universidad M se quedó dormido. Habiendo un sillón en la habitación donde el pariente del paciente pudiera descansar, decidió no separarse de su hija mientras ella estuviera atada a esa cama.

Eran más de las tres de la mañana y el hospital estaba muy silencioso, a veces se podían escuchar el sonido de pasos por los pasillos, pero fuera de eso todo estaba muy tranquilo… tal vez demasiado tranquilo.

Abrió los ojos lentamente y lo único que podía ver era oscuridad, además de una poca luz que entraba por la ventana. No reconoció el lugar como su habitación, ya que en la que estaba las paredes eran de color blanco a comparación del color rosa que tanto le gustaba. Después notó todos los cables y maquinas que le rodeaban, la mascarilla de oxigeno que traía sobre su nariz y boca, todo eso le asustó ya que no se acordaba de nada de lo que había pasado.

Fue cuando vio que su padre se encontraba a su lado profundamente dormido. Eso la tranquilizó, haciendo que sonriera levemente. Colocó una de sus pequeñas manos sobre una de su padre y la apretó un poco para sentirse mas tranquila. Tal vez no recordaba sobre lo que la había llevado hasta esa habitación, solo teniendo a su padre a un lado sabía que todo estaría bien.

Nuevamente se quedó dormida, sosteniendo la mano de su protector y esperando ansiosamente poder volver a casa.

oOOo

Los pocos rayos del sol que entraban por la ventana le golpeaban la cara y poco a poco terminaba de salir de su sueño. Levantó perezosamente la cabeza y con una de sus manos se talló un poco los ojos, fue cuando se dio cuando cuenta que era lo que tenía sobre su otra mano. Se sorprendió al ver la mano de su hija sosteniendo la suya fuertemente. Miró a su hija para notar que ella seguía dormida plácidamente, pero ahora su cuerpo posicionado hacia un lado, mirando a su padre de frente.

"¿M-Miku?" le llamó algo dudoso y sintió un pequeño apretón de manos.

La pelinegra hizo unos pequeños gemidos al mismo tiempo que se abría un poco los ojos, "Cinco minutos más…"

Pero antes de que pusiera dormir un poco más, Miku sintió como la levantaban y su padre le abrazaba fuertemente.

"¡Despertaste Miku!" susurraba a punto de derramar las lágrimas "¡Despertaste!"

La pequeña estaba sorprendida al ver a su papá reaccionar así y más aun cuando sintió que la bata que traia puesta se sentía mojada de lágrimas.

"Si papi, desperté…" decía quedamente y aferrándose al abrazo de su padre "Todo estará bien."

Aunque su hija no fuera de sangre, la pequeña le recordaba mucho a Himeko y al escuchar esas palabras, Hiroki se sintió tele transportado a la vez que llegó a la casa de su difunta esposa esa noche de lluvia, donde ella pronunció esas mismas palabras. Al cabo de unos días después, Hiroki fue y le propuso matrimonio en su intención de ayudar a su amiga a cumplir el sueño que su misma enfermedad le estaba impidiendo.

Akihiko tenía razón, el castaño quería mucho a la pelinegra, pero no la amaba. Sabía que dentro de esa propuesta existía un sentimiento egoísta oculto. Si durante de eso años de casados sabía que era un error casarse con alguien solo para olvidar a otra persona de la que de verdad estaba profundamente enamorado… o al menos eso creía. Cuando supo los verdaderos sentimientos que Himeko le tenía hacia él desde hace mucho, se sintió culpable de un error todavía peor.

"Te quiero papi," el susurro de Miku lo sacó de sus pensamientos.

Pero no debía pensar en eso por el momento, por más que le atormentara, su hija había despertado y agradecía que la tuviera aun a su lado. Ya que si la hubiera perdido… no se quería imaginar cómo su mundo se derrumbaría por completo.

oOOo

Nowaki llegó al hospital esa mañana aunque todavía faltaba más de media hora para que su turno empezara. Era muy común que hiciera eso y a los demás empleados del hospital no les extrañaba ver eso, pero hoy el joven médico lo había hecho por una razón en especial.

"Buenos días, doctor Nowaki," le saludó una de las enfermeras que se encontraba en el mostrador de la recepción.

"Buenos días," le saludó con una sonrisa.

"Quería ser yo la que le diera la buena noticia," le comenta muy alegre la enfermera "Kamijō Miku despertó hace unas horas."

Sus ojos azules se abrieron de par en par, sorprendido y al mismo tiempo feliz de escuchar la noticia. Le agradeció a la enfermera y fue de inmediato a la habitación de la paciente. Quería irse corriendo, pero sabía que no debía hacerlo dentro de un hospital, sus piernas solo pudieron responder dando pasos grandes.

Cuando llegó a la habitación, quiso abrir la puerta de un solo golpe, pero tan nervioso se sentía que detrás de aquella barrera de madera se encontraba a persona que le robaba el aliento… solo pudo dar unos pequeños golpecitos a la puerta. Escuchó una voz –esa voz– que indicaba que podía pasar y Nowaki no lo pensó dos veces.

"¡Nowaki-san!" gritó emocionada la pelinegra cuando el mencionado entró en la habitación.

"Buenos días," le saludó a ambos.

"B-Buenos días…" escuchó al castaño casi murmurar "¿Viene a revisar a Miku?"

"De hecho todavía no entro a mi turno," contesta con una sonrisa "Me avisaron que Miku-chan había despertado y quise pasar antes."

"Gracias, Nowaki-san," le agradeció la paciente con una sonrisa de oreja a oreja.

"No tienes de que agradecerme."

"¡Permiso!" una voz se escuchó detrás del joven médico al mismo tiempo que la dueña de la voz entraba a la habitación con un ramo de flores en mano.

"¡Tami-chan!" le saludó Miku.

"¡Qué bueno que despertaste, Miku-chan!" comentó la peli castaña y le muestra el ramo "Tus favoritas."

"Gracias por venir, Tamiko," le agradece a la chica mientras se acerca a ella y toma el ramo "Las colocaré en agua."

"Ne, ne, Tami-chan," la pequeña pelinegra le llama y ella se acerca, sentándose en una siila cerca de la cama. Miku le enseña el pequeño oso que Akihiko le había llevado anoche "Tío Usagi me lo trajo anoche."

"¡Es muy lindo, Miku-chan!"

"Disculpa umm… N-Nowaki," el castaño le llama al joven de ojos azules, sintiéndose raro de llamarlo por su primer nombre "¿Puedo hablar contigo un minuto?"

Nowaki accedió asintiendo con una sonrisa, feliz de que el profesor le llamaba por su nombre. Ambos salieron de la habitación dejando a las otras dos platicando y cerraron la puerta, para su suerte el pasillo se encontraba desierto, pero eso no evitaba que el castaño se sintiera un poco apenado.

"Yo umm…" comenzó algo nervioso y sus mejillas se tornaron rojisas "Retomando a la invitación que Miku le hizo el otro día… e-espero que pueda acompañarnos a cenar el próximo fin de semana. Cl-Claro, mientras no interfiera con sus turnos en el hospital…"

El pelinegro no se lo esperaba, llevándose su segunda sorpresa del día, ya que pensaba que Hiroki le iba a comentar algo sobre la enfermedad de su hija o que iba a saber él. De solo ver esas mejillas sonrojadas, era difícil rechazar tal invitación.

"Se lo agradezco Hiro-san," respondió con una sonrisa "Sería un honor."

El profesor que el joven de ojos azules respondería de inmediato, pero aun así se sorprendió de la respuesta de este. Sentía una extraña sensación al estar cerca del joven médico sin tener una razón y solo hubiera querido estar lejos de él para evitar sentirse incomodo, pero sabiendo que a su hija le agradaba mucho el pelinegro tenía que sacrificarse por ella.

"¿Le parece bien el domingo a la siete?"

Asiente sin dejar de sonreír, "Me parece perfecto."

"B-Bien, entonces así quedamos," dice mientras desvía un poco la mirada y coloca una de sus manos sobre la perilla de la puerta "Supongo que lo veremos después."

"Si, mi turno está por empezar," dice el joven mientras observa la hora en su reloj de mano "Mandaré a una enfermera para que vega a revisar a su hija en un rato."

"Te lo agradezco."

Ambos se despidieron y Hiroki entró de nuevo a la habitación, cuando la puerta se cerró Nowaki se fue directo hasta la sala de empleados antes de que pudiera empezar su ronda de trabajo. En el corto transcurso el pelinegro no pudo dejar de sonreír, su día no podía ser mejor.

"Bien, solo tengo que aguantar a que se pase el domingo y todo volverá a la normalidad," se decía el castaño mientras cerraba la puerta.

"¿Puedo ir yo también a la cena, Kamijō-san?" le habló la chica apareciendo a un lado del profesor, haciendo que este se sobresaltara.

"¡A Tami-chan le gustó Nowaki-san!" Miku decía divertida mientras se burlaba de su niñera.

Tal comentario le causó algo de molestia a Hiroki, "Mejor concéntrate en tus estudios a estar consiguiendo novio."

"¡Pero si es tan encantador!" exclamaba Tamiko con ojos soñadores "Si me permite preguntarle, ¿a qué edad se caso con su esposa, Kamijō-san?"

"Poco tiempo después de que termináramos la universidad," le contestó "Todavía te faltan dos años para acabar, ¿no Tamiko? Así que mejor enfócate en la escuela."

"Miku, pregúntale por su teléfono," la peli castaña empezaba a conspirar con la pequeña pelinegra.

"Tenemos su tarjeta de presentación en casa," dice la niña felizmente.

"¡Perfecto!"

Hiroki solo negaba con la cabeza mientras escuchaba a las otras dos conspiraban entre sí. No era algo que admitiría en voz alta, pero estaba de acuerdo que el joven de ojos azules era muy apuesto, uno no tendría que ser adivino para saber que seguramente era muy popular. El chico sencillamente era algo y ese algo era lo que le causaba a su cuerpo raras reacciones.

Pero por otro lado… agradecía por dentro que Nowaki haya aceptado.

Continuara…

Notas finales:

¿Ya tan rápido estamos en el capítulo 6? *Suspiro* Sinceramente no quiero hacer este fic muy largo ya que ando trabajando en varios proyectos (fics publicados y no publicados) a la vez. No es sencillo esparcir la inspiración.

En fin, espero que les haya gustado.

Algo que quiero aclarar, ya que hay quienes creen que abandono los fics porque tardo en actualizar. No soy de las que actualizan cada semana, lo hago cada mes y si es que tengo tiempo o inspiración. Si llegara a abandonar un fic les haría saber primero, por ahora no tengo planeado dejar nada inconcluso.

Hablando de avisar… al parecer no actualizare hasta agosto ya que me voy de vacaciones y quise publicar esto antes de irme. Así que los reviews son más que bienvenidos.

Mata ne~


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