Ambos shinobi estaban en una pequeña tienda de te, Kankuro no había probado el dango aun y quería tener esa pequeña experiencia. Té verde para el chico de negro y de durazno para el de lentes. Estaban en silencio, pero no el silencio tranquilo al que estaban acostumbrados, era un silencio necesario… uno que definía muchas cosas y, por ello, el marionetista no lo interrumpía.
¿Qué había visto ese chico que lo había atraído? No estaba seguro, quizás nada en particular, tal vez sólo el hecho de ver su reservada forma de ser. Tal vez lo había atraído el verlo luchar en las eliminatorias, un solo movimiento sencillo había dejado a ese chico fuera de combate. O sencillamente le atraía esa pequeña cortina entre ambos que los separaba y transformaba a ese chico en alguien semi irreal.
-Quizás fue todo…- murmuro antes de terminar el primer palillo.
-¿A qué te refieres?-
-No es nada, solo pensaba. Y… es fácil ser parte de un clan como el tuyo?- tenía que desviar la conversación.
-Relativamente. Somos algo cerrados por naturaleza, los insectos tienen sus propias preferencias-
-¿Como cuáles?- preguntó curioso.
-Las comidas con olores fuertes… no las tolero por ellos. De otra forma, las hubiese comido sin problemas-
-Vaya, es complicado- sonrió de medio lado- no pertenezco a un clan, pero tener mi vida familiar no era fácil-
-No puedo imaginarlo- miró de momento al chico por primera vez en lo que llevaban hablando- soy único hijo-
-Lo sé- se exaltó- por cierto, no te agradecí por permitirme quedarme en tu casa…-
-Tengo suficiente espacio y no es una molestia. Este bien, eres un aliado de nuestra villa-
-Si, claro- dijo ofendido- ¿Me vas a decir que en todo este tiempo no nos hicimos amigos?-
-… no quise decir eso… lo que dije fue que…-
-Lo somos? Dime la verdad, Shino-
Ambos jóvenes se quedaron de nuevo en silencio. Kankuro miraba fijamente al otro, como si tratase de leer a través de esos oscuros lentes que cubrían los ojos del chico de la hoja, esperaba una respuesta y quería una que lo dejara satisfecho. Pero no estaba en posición de exigir nada y no quería tampoco hacerlo.
-Si-
-… no fue tan complicado, o si?- le dio un golpecito a la parte metálica del protector de la hoja- me alegra saberlo. No tengo grandes amistades por aquí-
-¿Acostumbras envenenar a tus amistades?- preguntó Kiba que se detuvo junto a ellos.
-¿Qué haces aquí?- pregunto el marionetista de muy mal humor por la interrupción del castaño.
-nada, solo quería saber si Shino estaba en condiciones de luchar- miró a su compañero.
-Acabamos de entrenar, Kiba- respondió sin siquiera dirigir media mirada al Inuzuka- en otra ocasión-
Shino sabia que la interrupción del chico era por la presencia del joven de Suna en ese momento. No quería seguir sintiendo ese desprecio en la voz del cachorro, sentía que no podía lidiar más con eso. Lo peor era que estaba siendo egoísta, no quería que Kiba estuviese con él por una obligación, pero tampoco quería verlo con Kankuro.
Dentro de sus propios pensamientos no podía apreciar que los dos shinobi se lo disputaban a él. El chico de la arena se dio cuenta que la presencia del castaño podía ser de su beneficio, tal vez podía hacer una pequeña movida más. Por eso decidió sacar partido de tan excelente situación.
-¿Te molesto?- pregunto sonriéndole con altanería.
-A mi no, pero Shino no es el único ser viviente en esta aldea- frunció mas el ceño.
-Supongo que debería ir contigo…-
-No hay problema- no quería ver a ese sujeto cerca de SU Shino- podríamos entrenar de vez en cuando-
-…- el Aburame se quedo en silencio un momento. El castaño quería llevarse a Kankuro, le molestaba que estuviese con el chico de Suna y por eso trataba de que lo siguiera- Kankuro, deberíamos volver- lo dijo sin siquiera pensarlo dos veces. No quería que el otro lograra lo que quería, podía ser egoísta una vez en su vida y querer alejar al marionetista de Kiba…
-Si, la verdad el clima esta “pesado”- se puso de pie- vámonos de aquí-
-Nos vemos… Kiba- salió en compañía del marionetista.
El Inuzuka apretó los puños mientras veía alejarse a los dos gennin, odiaba profundamente a Kankuro. Lo detestaba realmente, había osado besar al chico de los insectos y se iban de acá hacia allá muy juntos. Jamás había tenido una relación tan estrecha a pesar de ser compañeros, no creía en eso del clan, de otra forma seria así también con el joven de la arena.
Mientras tanto los otros dos jóvenes se dirigían a la casa del chico de la hoja. Kankuro lo miraba de lado con una sonrisa entre satisfecha y perversa, le encantaba pensar en que ya estaba en condiciones de llegar al punto culminante de sus planes. Solo restaba que el de lentes respondiera de la manera que quería.
-Espera- dijo el marionetista sujetando el brazo del otro- quiero hablarte de algo importante-
-Te escucho…- no se soltó del agarre.
-Sientes algo por tu compañero, ¿Cierto?- se acercó mas a él- por Kiba…-
-¿Por qué lo preguntas? Si quieres algo con él, déjame decirte que yo…-
-Si te digo que me gustas… ¿Qué me responderías?- sonrió de medio lado y apretó mas su agarre- me gustaría saberlo-
-No lo se- bajó la cabeza- después de todo no dijiste nada…- se separó.
Kankuro avanzo hasta sujetarlo por ambos brazos y se lo dijo claramente. Shino se quedo viéndolo, podía ser egoísta y aceptar al marionetista solo para no ver a Kiba en sus brazos?... jamás en su vida había pensado en el mismo y así estaba bien. Pero definitivamente prefería que el Inuzuka lo odiase y tratar de dejarlo ir gracias a ese odio que ganaría desde ese momento.
Se llevó una mano al pecho, dolía demasiado. Kankuro lo sujetó, lo ayudó a sentarse en el suelo y desabotonó su chaqueta para relajar su respiración. Los insectos del Aburame se revolvían en su interior, definitivamente conocían los sentimientos del chico y sabían que se estaba equivocando en la elección que estaba a punto de tomar.
-¿Estás bien?... oe… contesta- pasó su mano por la mejilla blanca del otro- no era para que te murieras…-
-Yo… creo que…-
El chico de negro lo miraba expectante por una respuesta, cruzaba internamente los dedos para que fuese lo que estaba esperando. De todo no esperaba recibir la respuesta de esa forma… porque Shino levanto la cabeza y lo atrajo para besarlo suavemente, aunque de forma superficial.
-Creo que esta bien…-
-¿De… de verdad?...- no cabía dentro de su propio asombro.
-…si…-
-Entonces… supongo que- se rascó la nuca un momento- puedo besarte…-
-Claro…-
Con una alegría que no cabía dentro de su propio corazón, Kankuro se acercó al chico y besó su mejilla con delicadeza para pasar a sus labios. No fue un beso profundo ni pasional, ya tendría tiempo para eso, quería disfrutar de su victoria. Lo primero que tenia que hacer era comunicárselo a su pequeño rival.
-Gracias, Shino- dijo abrazándolo mientras acariciaba su cabello.
-… no me agradezcas…-torció una triste sonrisa- “Ustedes no están satisfechos”- pensó mientras sus kikai reclamaban por su decisión.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español