Kiba se quedó mirando en la dirección en que ambos chicos se habían ido, daba gracias a las villas por los permisos de residencia porque de otra forma el de Suna seguiría allí. Con una alegría propia de ese momento, se dirigió en búsqueda del Aburame y el primer lugar que se le ocurría era la casa del chico.
De camino estaba de bastante buen humor, tenia que hablar tranquilamente con el de lentes. Si comparaba la relación de Kankuro con la suya, eran amigos desde hacia mucho tiempo y habían compartido tanto que era obvio que debía escogerlo. Al menos trataba de disipar su nerviosismo convenciéndose con eso.
Akamaru sabia del buen humor de su dueño y él también estaba contento, por lo que correteaba a su alrededor. El cachorro distinguió a cierto rubio dentro de la gente que se paseaba en ese momento, así que se fue detrás del muchacho y comenzó a ladrarle para atraer su atención.
-Hola, Akamaru- dijo sonriendo mientras le acariciaba la cabeza- ¿Oíste la noticia, Kiba?- sonrió ampliamente.
-No. La verdad, si me lo dices así, no tengo idea-
-Voy a hacer misiones con ustedes, dattebayo- anunció contento- Estoy impaciente-
-¿Misiones con nosotros tres?- sonrió de medio lado- Así que nos hicieron un grupo de cuatro… bien, espero que nos vaya mejor que la ultima vez…-
-Estas equivocado, dattebayo- se quedo en silencio un momento- Yo voy en reemplazo de Shino-
-¿De… Shino?- se puso completamente serio- ¿Cómo que de Shino? Su padre debe tener una misión especial otra vez. Tendré que hablar con él ahora, adiós- y se fue apresuradamente.
Con la prisa que llevaba encima, llegó a la casa del chico de los insectos en muy poco tiempo. Se internó en el patio delantero y por uno de los caminos laterales pasó al patio trasero. Observó todo lo que estaba al alcance de su vista y se sobresaltó al sentir una mano posándose en su hombro.
-Kiba, buscas a Shino…- afirmó- pero el no está-
-¿Y a que hora podría verlo?- preguntó con algo de impaciencia- Necesito decirle algo y…-
-Shino no está y no estará durante unos días-
-Pero…-
-Pidió a la señora Tsunade un permiso, yo le di la autorización para irse y habló con Kurenai sobre su reemplazo en las misiones. Naruto ocupará su lugar, después de todo el equipo 7 ya no esta completo, y los miembros que quedaron tendrán sus ocupaciones-
El Inuzuka se quedó firme sin decir ni una sola palabra. Shino se había ido sin despedirse, no era que esperara que fuera a darle un abrazo de despedida, pero le hubiese gustado saber a dónde se había escapado. A su mente llegó la imagen del chico de la aldea de la arena y apretó los puños con fuerza.
-Disculpe pero…- guardo un mínimo silencio- ¿Se fue solo?-
-No, salió en compañía de Kankuro esta tarde. De hecho debe haberse ido hace unos minutos- calzó mejor sus lentes sobre el puente de su nariz- Pero se fue como un visitante y no como un ninja de Konoha-
-Se fue al País del Viento- murmuró- gracias-
-Kiba… la traición es lo peor que existe y hay diferentes formas de traicionar- dicho eso se internó en la casa.
No sabia que era lo que realmente había querido decir el pelinegro, pero no le dio importancia y siguió su camino. Después de todo era normal que un Aburame dijera cosas raras, se notaba de donde lo había heredado Shino.
Necesitaba salir de la villa, tenia que buscar a Shino y decirle lo que debía justo en la cara, lo haría sin importar lo que pasara. Se dirigió con prisa a ver a la hokage para arreglar los detalles y poder salir de la aldea de la hoja hacia Suna. De hecho se fue sin antes hablarlo con su madre.
-No se puede, Kiba- dijo la rubia completamente seria- Shino salió como visitante por la razón de que realiza misiones junto con su padre en el nivel en los que un gennin no pueden-
-¿Qué tiene que ver eso?-
-Veras. Shino trabaja como compañero de su padre en misiones de alto rango y también con ustedes en misiones de gennin… por eso se tomó esa contemplación- explicó Shizune- De hecho, tienen una misión mañana mismo-
-Tsk, no voy a quedarme a vivir allá-
-Lo siento, Kiba- dijo Tsunade- pero ya te dije que el caso de Shino fue particular-
Kiba apretó los puños y salió de la oficina de la hokage. Iba a ver a Shino aun en contra del mismo Shino, eso no se lo iba a prohibir nadie. El camino hacia Suna era bastante largo pero no le importaba cruzar el desierto, lo único que debía hacer era irse hacia allá antes de salir de misión.
Ya era de tarde, sólo tenía que apresurarse y partir hacia la aldea de la arena. En un par de horas estaría allá, tranquilamente podía llegar y ponerle fin a todo ese molesto asunto. Con esa sola idea en mente salió de la villa con mucha prisa.
Los kikai de Shino se exaltaron en su interior, el chico giro su vista hacia atrás un momento y se quedó de pie. Kankuro ya podía distinguir la entrada de la villa de la Arena desde la posición en la que se encontraban, así que iba a anunciarlo al chico de los insectos.
-Shino, allá est…- miró al chico- ¿Pasa algo?-
-No…- siguieron su carrera hasta la villa. La prisa era obvia, cuanto antes llegaran mejor- Por cierto, mi padre me dijo de un lugar en el cual puedo quedarme…-
-¿Eh? Oye, oye, no tendré demasiados lujos pero no es molestia…-
-No, no interferiré en tu casa y con tus hermanos- se detuvieron en la entrada- así que no te preocupes por eso-
-Bueno… si estamos saliendo es normal que me preocupe- el pelinegro lo miró inmediatamente- no te preocupes, no creo que a Gaara le importe y Temari es la menos indicada para reprocharme algo-
Ambos shinobi se dirigieron al lugar señalado por Shibi. Mientras tanto Kiba se apresuraba a llegar a la villa, aun sin importarle que la noche hubiera caído mientras se dirigía a ese lugar. No tenía idea de que iba a escuchar una de las verdades más dolorosas de su vida.
-No te dejaré escapar tan fácil-